El mayor problema heredado de la historia: La pobreza y la desigualdad de un mundo injusto.
En este Mundo que ha aumentado tanto su renta, que se ha desarrollado como nunca había conocido la Historia, para nuestra vergüenza sigue subsistiendo el problema intolerable de la miseria… que, además, va asociado al de la desigualdad entre personas y entre países. Todavía hoy, la pobreza extrema sigue siendo una acuciante realidad cotidiana para más de 1.000 millones de personas. El hambre y la malnutrición afectan a 800 millones. Más del 25% de los niños menores de 5 años, que viven en países en desarrollo, sufren malnutrición.
Aunque suene sarcástico, la pobreza no sólo es un tremendo problema humano ético y de justicia, sino también una grave ineficiencia económica, una fuente de crecientes conflictos sociales y el caldo de cultivo de la inseguridad planetaria.
Con el inicio del Siglo XXI, la ONU finalmente situó como Primer Objetivo del Milenio el erradicar la pobreza extrema y el hambre. Este hermoso objetivo, firmado por 189 países, se disoció en dos metas muy ilustrativas, a lograr entre 1990 y 2015. META 1: Reducir a la mitad, el porcentaje de personas con ingresos inferiores a 1 dólar al día; y META 2, Reducir a la mitad, el porcentaje de personas que padezcan hambre. En otras palabras, si este ambicioso Objetivo 1 se cumpliera, en el año 2015 todavía más de 500 millones de personas (12 “Españas” o 250 “Euskadis”) vivirían en la miseria y pasarían hambre… Sin superar esta trampa de miseria, se cierra un círculo vicioso: la pobreza creciente origina una tasa de ahorro baja que provoca un crecimiento económico negativo que produce una pobreza creciente.
No es una utopía: Superar el “círculo de la pobreza” es un anhelo alcanzable. Lo demuestra Asia, donde el número de personas pobres se redujo en 250 millones de personas en la década 1991-2000 y hoy se sigue reduciendo. La excelente evolución de Asia, no se observa en otras partes del mundo, singularmente en África Subsahariana. Con todo ello, entre 1990 y 2002 la población que vive en la pobreza ha pasado de un 28% del total mundial al 19%, si bien a velocidad muy variable. El progreso es muy rápido en Asia y Oceanía, mientras el avance es lento en Latinoamérica y el Caribe, y la situación es dramática en África Subsahariana.
El número de personas en situación de pobreza en África va aumentando fatalmente, a pesar de los esfuerzos realizados: Se ha pasado de 227 millones de pobres en 1990, a 271 millones en 1996 y a 367 millones en 2002. Además, los pobres son cada vez más pobres, habiendo descendido el ingreso medio por día en el África Subsahariana de 0,62$/día en 1990 a 0,60$/día en 2001. El futuro de esta región es desesperado, pues el crecimiento económico es muy bajo entre una población creciente que pasará de 923 millones de habitantes en 2006 a 1.937 millones en 2050.
Cuatro son las causas interdependientes de la pobreza: El mal gobierno (corrupción, denegación de los derechos humanos,…), el abandono de determinados sectores productivos en algunos países (la población agrícola en China), la existencia de focos de mayor pobreza (desigualdades internas) y la misma “trampa de la pobreza”, con una economía demasiado pobre para invertir en futuro.
¿Qué se puede hacer? Existen soluciones, como cumplir escrupulosamente los programas de ayuda al desarrollo, eliminar los subsidios agrícolas de los países más ricos y aumentar la inversión directa en los países más pobres (lo que regularía la emigración). Existen casos que ejemplifican buenos resultados, como China, Chile,… o en otra escala la misma España o Euskadi.
El esfuerzo económico para ayudar a los países en situación crítica debiera aumentar considerablemente. Reciente, un ministro de Exteriores cuantificó que “Europa debería aportar 50.000 millones de euros al desarrollo económico de Africa”. La asistencia oficial al desarrollo (AOD) ha de crecer sensiblemente, estando en 2006 en sólo el 0.44% PIB de los países ricos.
Hoy, sólo 5 países cumplen el objetivo del 0.7% del PIB en AOD (Dinamarca, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos y Suecia), aunque otros se comprometieron a cumplirlo. La AOD dedicada a cumplir los objetivos de Desarrollo del Milenio debiera pasar de 65.000 millones $ (2002) a 195.000 millones $ en 2015 (0.54% del PIB de países ricos). El 0.7% del PIB de países ricos en AOD en el 2015 representaría una ayuda de 252.000 millones de dólares.
Debemos lograr la erradicación de la pobreza,… por muchas razones: justicia, solidaridad, estabilidad, seguridad, crecimiento,… Se podría recordar aquello de es ¡la economía, estúpido!, porque esta misión “no sólo de caridad”, significaría bienestar y crecimiento económico mundial, que por supuesto beneficiará a los países pobres… y también a los ricos. Ésta no es sólo tarea de la ONU, de los Gobiernos, de los ricos (Bill Gates), o de los cantantes (Bono), sino también nuestra obligación ética y solidaria. Mientras tanto, será inevitable el fenómeno mundial de la emigración[1]. [1] Continuará…
Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/economia4.doc
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