Bonjour Tristesse de Françoise Sagan
¡Buenos días, tristeza! es un libro de Françoise Sagan (1953) y una película de Otto Preminger (1958). Degustemos el primer párrafo del libro: "Sur ce sentiment inconnu dont l'ennui, la douceur m'obsèdent, j'hésite à apposer le nom, le beau nom grave de tristesse. C'est un sentiment si complet, si égoïste que j'en ai presque honte alors que la tristesse m'a toujours paru honorable. Je ne la connaissais pas, elle, mas l'ennui, le regret, plus rarement le remords. Aujourd'hui, quelque chose se replie sur moi comme une soie, énervante et douce, et me sépare des autres."
"A ese sentimiento desconocido cuyo tedio, cuya dulzura me obsesionan, dudo en darle el nombre, el hermoso y grave nombre de tristeza. Es un sentimiento tan total, tan egoísta, que casi me produce vergüenza, cuando la tristeza siempre me ha parecido honrosa. No la conocía, tan sólo el tedio, el pesar, más raramente el remordimiento. Hoy, algo me envuelve como una seda, inquietante y dulce, separándome de los demás."
Viaje a Ítaca: Que tu viaje sea largo
Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca / ruega que sea largo el camino,/ lleno de aventuras, lleno de experiencias./ A los Lestrigones, a los Cíclopes / o al fiero Poseidón, nunca temas./ No encontrarás trabas en el camino / si se mantiene elevado tu pensamiento y es exquisita / la emoción que toca el espíritu y el cuerpo./ Ni a los Lestrigones, ni a los Cíclopes,/ ni al feroz Poseidón has de encontrar,/ si no los llevas dentro del corazón,/ si no los pone ante ti tu corazón.
Ruega que sea largo el camino./ Que muchas sean las mañanas de verano / en que - ¡con qué placer! ¡con qué alegría! -/ entres en puertos nunca antes vistos./ Detente en los mercados fenicios / para comprar finas mercancías / madreperla y coral, ámbar y ébano,/ y voluptuosos perfumes de todo tipo,/ tantos perfumes voluptuosos como puedas./ Ve a muchas ciudades egipcias / para que aprendas y aprendas de los sabios.
Siempre en la mente has de tener a Ítaca./ Llegar allá es tu destino./ Pero no apresures el viaje./ Es mejor que dure muchos años / y que ya viejo llegues a la isla,/ rico de todo lo que hayas guardado en el camino / sin esperar que Ítaca te de riquezas.
Ítaca te ha dado el bello viaje./ Sin ella no habrías aprendido el camino./ No tiene otra cosa que darte ya./ Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado / sabio como te has vuelto con tantas experiencias,/ habrás comprendido lo que significan las Ítacas.
Ruega que sea largo el camino./ Que muchas sean las mañanas de verano / en que - ¡con qué placer! ¡con qué alegría! -/ entres en puertos nunca antes vistos./ Detente en los mercados fenicios / para comprar finas mercancías / madreperla y coral, ámbar y ébano,/ y voluptuosos perfumes de todo tipo,/ tantos perfumes voluptuosos como puedas./ Ve a muchas ciudades egipcias / para que aprendas y aprendas de los sabios.
Siempre en la mente has de tener a Ítaca./ Llegar allá es tu destino./ Pero no apresures el viaje./ Es mejor que dure muchos años / y que ya viejo llegues a la isla,/ rico de todo lo que hayas guardado en el camino / sin esperar que Ítaca te de riquezas.
Ítaca te ha dado el bello viaje./ Sin ella no habrías aprendido el camino./ No tiene otra cosa que darte ya./ Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado / sabio como te has vuelto con tantas experiencias,/ habrás comprendido lo que significan las Ítacas.
Ave María de Schubert
Reduce kilos... en otros planetas
Para adelgazar o engordar, al igual que para rejuvenecer, no hay como viajar... por el espacio. Con el campo gravitatorio variable de otros planetas (y algún satélite) nuestro peso puede alterarse de modo drástico. Ejemplo: en Mercurio sería anoréxico, en Venus estaría en mi peso correcto, y en Júpiter llegaría a los 230 kilos.
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