Signos de un buen funcionario (o trabajador)

Antes de enumerar síntomas, sí existe (o puede existir) un buen funcionario... que sería quien:

-Demuestra estar motivado cuando aparca el coche sin darle la vuelta. No como otros que, según llegan, lo orientan hacia la salida para ahorrar tiempo a la hora de escapar. [Sí, ya sabemos que puede haber otros motivos, pero si te han pillado te aguantas y lo disimulas más...]
- Acredita ser un buen programador y anticipador cuando en el baño baja el papel de secarse antes de mojarse y enjabonarse las manos, sabiendo cómo concluye el proceso de limpieza. [Si no se te había ocurrido, recapacita...]
- ¿A alguien se le ocurren más indicios sutiles? Añadirlos en los comentarios... [¡Vale, se aceptan también chistes sobre funcionarios...! Ejemplo: Vídeo humorístico sobre funcionarios]

Armas para acabar con los belicistas

Así reman los de Bilbao...

Vía: Bilbao Directo, donde me publican una columna.

Cultura científica

"Quien no pueda ver en esta imagen la gravedad es que no tiene alma". Richard Phillip Feynman, Premio Nobel de Física. Vía: Mi mesa cojea.

Tiempos post-modernos

Homenaje a la Tía Julita

Una tía soltera es la mejor tía de todos sus muchos sobrinos y sobrinas.

La Tía Julita, porque se llamaba Julita, que no es ningún diminutivo, fue la mejor tía y, en muchos casos, la madrina óptima que se pueda imaginar. Era una tía solícita, dedicada plenamente a todos sus sobrinos, algunos de los cuales (los cinco hijos del tío Félix y de la tía María Ángeles) tuvieron la inmensa suerte de convivir con ella muchos años de su vida.

Para los primos mayores fue un referente de mujer emancipada, oficinista dedicada y viajera incansable con su RENFE que la llevó hasta los extremos ferroviarios de Europa. Una mujer moderna para su tiempo, que recogía recuerdos y desplegaba cariño para toda su familia: hermanos y hermanas y… sobrinos por doquier.

Echaremos de menos su hablar precipitado, su actividad nerviosa, esos queridos rasgos familiales que muchos hemos heredado, incluidas aquellas siestas de minutos en las sobremesas de María Muñoz. La Tía Julita no deja un legado inmenso, un tesoro de recuerdos indelebles y de amor incondicional. A todos nos enseñó tantas cosas… A saber estar, a confiar, a apoyarnos en la bendición de una familia unida. A algunos nos tecleó a máquina nuestros primeros trabajos académicos, incluso nuestras primigenias poesías.

Ir a comer, o a tomar café, a la casa de la Tía Julita era una experiencia inolvidable. Allí se desplegaban recuerdos, se nos transmitía la herencia de los abuelos Norberto y Benita, del tío Felipe, de la tía Pascuala, de la amplia familia de Amurrio y Luyando,… Tantas historias de la guerra... Ella nos enseñó a perdonar, de corazón, pero sin olvidar. Y no sólo a nosotros, los sobrinos directos, sino también a nuestros hijos, los sobrinos-nietos de la Tía Julita.

La Tía Julita fue madrina de bautizos (de Leire, que nació el mismo día que ella, el 16 de junio), madrina de bodas,.. Más aún, hasta el último día de su vida –tras siete años de atención dedicada del tío Félix y de la tía María Ángeles, de la tía Carmentxu y de Primi, de Pilar y Adori, y de todos sus parientes, ella –quizá sin saberlo- fue el perfecto centro de la extensa Familia Aguirre Cuadra.

Hoy nos sentimos huérfanos, de alquien que como la mejor madrina rezaba y cuidaba de todos nosotros. Sólo nos consuela saber que desde el Cielo, pero como siempre la Tía Julita, reunida al fin con sus queridos hermanos Marta y Julián, seguirá velando por todos nosotros.

“In memoriam de Julita Aguirre (16-12-2007).”