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Política digital en 2010, nuestra opción políRica

Política digital en 2010

Política Digital en 2010 by Mikel Agirregabiria on Scribd

Hemos recibido de manos de sus editores Miguel Ángel Casado, Igor Filibi, Estefanía Jiménez, Jone Martínez e Iker Merodio la publicación de "Política y medios de comunicación: reflexiones poliédricas sobre una realidad compleja". Incluye entre las páginas 69 y 74 nuestra aportación, bajo el título de "Política digital en 2010", que hemos anexado arriba. Es nuestro alegato a favor de una evolución hacia una política más lírica, políRica, que recomendamos leer en el PDF anexo que se puede descargar de la red. Entresacamos algunas de las tesis expuestas:
  • ... Todo lo relacionado con la nueva realidad digital ha alterado y completado nuestra identidad personal y colectiva. Aspectos que formaban parte de nuestra intimidad, por deseo propio o por imposibilidad de darlo a conocer, son expuestos al dominio general bajo un nuevo epígrafe de la “extimidad” en todas sus facetas. La comunicación se ha multiplicado porque los canales de las redes sociales se han desplegado y siguen creciendo...
  • Toda esta realidad social está calando a velocidad gradual, acelerada e imparable en nuestras vidas. Lo previo, el Internet de masas semejante a los medios de comunicación previos por otra vía (denominada web 1.0), ha dado paso a los blogs, los wikis, el comentario y la innovación accesible para toda la población en el fenómeno 2.0 que caracteriza la actualidad digital. Su impacto ha sido y seguirá siéndo irreversible en ámbitos como la educación, la comunicación, la publicidad, la captación de fondos, la gestión de empresas o instituciones, aspectos todos ellos que componen la quintaesencia de la Política, cuyo modo de funcionar se resiste por inercia como ha sucedido en los campos citados, hasta que el tsunami de lo 2.0 ha desbordado todas las reticencias del pasado.
  • En una sociedad como la nuestra, el País Vasco en el Estado Español y en la Unión Europea, son numerosas las reflexiones sobre cómo habría de propiciarse una Politika 2.0 para aprovechar la disponibilidad de herramientas tan poderosas para perfeccionar nuestra democracia, siempre perfectible como cualquier sistema humano.
  • La malhadada pervivencia de la cruel violencia política nos marca como país y como ciudadanía y nos desalienta como seres humanos. Podría decirse, que ha llegado a bloquearnos en nuestras formulaciones democráticas, que se ha caído en una rueda de desánimo y de rutina donde se ha instalado el enfrentamiento partidista, la simplificación del maniqueísmo y lo peor, el hastío de gran parte del electorado, especialmente grave en el caso de la juventud, que no se ve representada por la clase política vigente.
  • La ciudadanía, a la que no se ha cultivado ni formado debidamente en temas políticos con una visión de altura y de futuro, ha llegado a considerar estadísticamente que la misma clase política es uno de sus mayores problemas, ascendiendo imparablemente en la escala de peligrosidad. Si llegados a este punto, al borde del precipicio, no se aprecia paladinamente la necesidad de reformar en profundidad la manera de hacer política es que nuestra ceguera es alarmante.
  • Afortunadamente contamos con grandes aliados, comenzando por el propio sentido común generalizado entre la población, y su infinita paciencia con quienes gobiernan y gestionan la cosa pública, aunque todo tiene un límite que no conviene tensionar más. Además, también la red y sus ilimitadas capacidades de conexión social pueden propiciar caminos de empoderamiento de la sociedad civil, permitiendo una mayor (porque casi estamos en cero) participación política.
  • Cuando se analiza con una visión 2.0 la decimonónica política al uso, es patente sus palmarias insuficiencias… y su necesaria innovación en profundidad. Citemos algunas de las más penosas deficiencias: la democracia representativa se ejerce por listas de candidaturas desconocidas, sin primeras vueltas, sin apenas consultas durante las legislaturas, con cámaras parlamentarias multiplicadas (3 ó 4 forales, autonómica, dos estatales y otra europea) e ineficaces, donde cada persona no sabe quién le representa (ni siquiera la representación conoce su distrito), con un altísimo coste desde los centenares de alcaldías, concejalías, con nada menos que 112 municipios sólo en Bizkaia para menos de 1.200.000 habitantes, para una escasa representación del electorado. Como resultado de todo ello, sigue siendo “el principal partido, la abstención”.
  • Ante esta situación, que sólo complace a quienes disfrutan de las “ventajas” de haber sido elegido por una cúpula partidista para ir en los primeros puestos de una lista cerrada, es precisa una reflexión conjunta, pausada e inmediata partiendo de una realidad, incontestable para la gran mayoría: el sistema es, quizá el menos imperfecto, pero urge su rápida y profunda remodelación.
  • Bien es cierto que estamos tratando una materia muy delicada, la política, (también lo es la educación, la comunicación,…), pero posponer la renovación nos llevaría a una situación más dramática y difícil. Justamente en una época de crisis económica y social, la atención al sistema político (y a su propia enmienda) es inaplazable.
  • Aunque la mudanza deberá efectuarse con una prudente gradación, las modificaciones menores -pero significativas- no pueden aplazarse ni un minuto más. Derivado del contrasentido de tanta representación política de personas desconocidas para sus votantes, habrá que sistematizar con mayor eficiencia y eficacia quién es quién en cada puesto de responsabilidad política. Las camarillas que dirigen todo el país se concentran en apenas unas pocas personas, de cuatro o cinco formaciones políticas, aunque luego sean casi un millar (en Euskadi) quienes ocupan cargos, demasiado teledirigidos desde sus centrales de partidos. El resto de la sociedad apenas logra articular una participación con los contados órganos de barrio, plataformas ciudadanas, o sindicatos y organizaciones empresariales cuya estructura no es exactamente democrática. El grueso de la ciudadanía, ante tal panorama, parece desentenderse… y refugiarse en la queja y la atribución de la clase política… como uno de sus mayores problemas.
  • Por todo ello, se debe dar voz a la ciudadanía, algo que ya es perfectamente posible a través de las redes 2.0. La blogosfera apenas se está utilizando, y sólo para reproducir el mismo tipo de comunicación de masas que se encauza por prensa o medios audiovisuales. Pero la web 2.0 puede superar, sin siquiera eliminar aunque sí reposicionar, los sistemas de mera información anteriores, porque su capacidad de interrelación permite perfeccionar aquellas formas de comunicación unidireccional y complementar sus cauces permitiendo una intercomunicación desconocida e inimaginable hasta la fecha.
  • La inteligencia colectiva de un electorado 2.0 supera al saber del subconjunto de su "simpatizancia" 2.0, y más aún el del subgrupo aún más reducido de la militancia 2.0, y mucho más que la sabiduría de esas decenas de cargos políticos e infinitamente más que el conocimiento de sus contados miembros de la cúpula. Más aún, todos los partidos políticos podrían aprender mucho si extienden el colectivo de exploración y recaban la opinión del conjunto de la ciudadanía a través de procedimientos enteramente abiertos del crowdsourcing, como lo hacen empresas e instituciones en ámbitos planetarios.
  • La ciudadanía ya no sólo es "consumidora" de una opción política, sino "productora" de ideología y de soluciones también. El concepto de "prosumer" o "prosumidor" es perfectamente aplicable a la política, y ello disuelve las diferencias entre militancia y electorado. Antes se consideraba que sólo la militancia podría votar internamente para decidir cuestiones de partido, suponiendo que había un electorado cuyo rol se limitaba a aceptar lo propuesto. Esto ya no cabe a corto plazo: quien vaya a votar una opción partidista debe poder coparticipar en todo lo que sea posible. Sólo si nos sentimos copartícipes de las decisiones políticas, podremos sintonizar y defenderlas como propias.
  • La militancia ciega, de lo que decidan los líderes, es cosa del pasado. El genuino liderazgo es abierto, participativo, busca la suma y la sinergia interna... y externa. La política no deja de ser una actividad más ejercida por seres humanos. En el siglo XXI necesitamos una ciudadanía educada para sentirse personas, antes que nada. Sentirse demócratas, y reconocer las actitudes que no lo son. Y entre demócratas, el resto son matices, legítimos y necesarios, pero destacando lo que de común tiene toda la ciudadanía. Si esto no es entendido, si se prosigue con la política al uso ésta desencantará y aburrirá aún más... A veces, sospechamos que hasta a la misma clase política.
  • La escucha activa y el fomento de la participación ciudadana deben ser el paradigma de los Partidos 2.0, alterando toda su práctica actual de asambleas cerradas, información limitada a militancia, anticipar proyectos para ser sometidos al análisis comunitario. Y todo ello, porque el ciberespacio es una parte esencial de nuestra realidad cotidiana.
  • Parafraseando a Martin Gardner, “nunca subestimes el analfabetismo científico (¿político?) del público”, los partidos se han basado y han abusado de dicho desconocimiento. La formación para una ciudadanía responsable debería ser una premisa y un eslogan para distinguir la democracia interna y externa que caracteriza a cada formación partidista. Desde el liderato se debería proclamar aquello de "la política NO tiene cerebro: use el suyo, el de cada miembro de la ciudadanía", en lugar de lanzar proclamas y simplificaciones, y ello en toda ocasión, antes de entrar en una votación o de cualquier acto político.
  • La blogosfera es una parte palpable de nuestro mundo. La presencia y extensión de las blogosferas políticas, tanto de partidos de estructura convencional como de nuevos partidos nacidos de la web 2.0, podrían perfeccionar la gestión política. De ahí que sea muy recomendable propiciar los primeros encuentros formales de las blogosferas para converger y establecer cauces de participación e interacción. En tanto son más cercanas a la ciudadanía podrían aportar un buena dosis de moderación y de tolerancia, que habrán de ser creciente entre las militancias 2.0 de cada opción política, mientras no se subsuman en un electorado global 2.0.
  • El protagonismo de las blogosferas políticas, como intérpretes de las mayorías y minorías sociales de cada momento, logrará minimizar la abstención (primera medida del fracaso político y de la deserción de la responsabilidad ciudadana) y propiciará una nueva dialéctica política que está naciendo en la red de redes. Además, los partidos podrán emerger desde su fortaleza interna y orientar su liderazgo hacia el electorado que no les vota aún.
  • Así se avanzará en el camino de la historia. Según Carl von Clausewitz la política era una continuación de la guerra por otros medios. Aquella política, la única que hemos conocido, fue una afortunada superación de la guerra. Y una política 2.0 será una evolución de la política 1.0. Porque la política de la que parecemos no poder escapar apenas supera la conversión de los cuarteles en parlamentos, pero aún los discursos políticos suenan como arengas militares, y las jerarquías partidistas remedan demasiado bien los galones prusianos.
  • Los partidos han de evolucionar en su organización y cultura para parecerse a movimientos más inspiradores y participativos. Con una metáfora cinematográfica, en ocasiones la política que se nos transmite desde los massmedia se asemeja al monstruo de Frankestein cuando se acerca a la niña, que representa el electorado joven, conectado y actual. La secuencia debe culminar con la conversión del monstruo, no con la destrucción de la niña. La política 2.0 debe ser algo más fresco, más novedoso, más sexy, más atractivo,... para la juventud, para la ciudadanía recién llegada de otros países, para las mujeres y, en general, para toda la ciudadanía.
  • La política 2.0 debe adquirir tintes de políRica, o política lírica, que es un estadio superior de la política épica (polépica) que hemos conocido y que aún pervive, donde el enfrentamiento y la identidad por oposición a los demás es una pauta constante. En políRica, regida por una ética ubuntu (la persona se hace humana a través de los demás), se prefiere empoderar a la ciudadanía y no subordinarla pidiendo que deleguen su voto. Una sociedad políRica no desea caudillos épicos, sino que busca y destaca mumis líricos que actúen de catalizadores del sentir ciudadano.
  • Todo ello debe generar un panorama radicalmente distinto, donde cualquier forma de violencia (incluida la verbal) sea repudiada radicalmente y amortice inmediatamente a quien sucumba con ella. En política lírica (políRica), y en la vida feliz, no sólo se trata de convencer a los demás, sino de esforzarse para ser convencido por ellos, en reconocer los previos errores propios.
  • La políRica no sólo se basa en el respeto de las diferencias, sino que apuesta por el disfrute de la diversidad que enriquece las semejanzas. Hasta el léxico política se muda, desde los bélicos términos de "armas electorales" o "militancias partidistas" para alertar del peligro de que otros ganen. La políRica prefiere "almas solidarias" y "civilizancias democráticas" anunciando la esperanza de que podemos ganar juntos... que es la única forma de triunfar. En políRica desaparecen los vencedores y los vencidos, y sólo quedan convencedores y convencidos en un plano de igualdad y mejorados por igual.
  • Para concluir este alegato prospectivo, y para animar a dar los primeros pasos en esta dirección, es preciso manifestar un elemento convincente... para los actuales dirigentes políticos. Quizá el proceso será más lento de lo deseable, pero asimismo será muy valorado por el electorado como un factor diferencial para los partidos que lideren esta progresión hacia la políRica, frente a quienes sólo acepten la evolución cuando sea inevitable.
  • Blog del equipo ev09: eleccionesvascas2009.wordpress.com. Algunos de los posts nuestro sobre este colectivo ev09, Elecciones vascas 2009. Más posts sobre políRica, y algunas imágenes de nuestra visión políRica.

¡Vuelven los de la ESO!

El verano es ese caluroso periodo en el que alumnos y profesores descansan unos de otros, mientras padres e hijos se sobrellevan mutuamente a jornada completa. Aquellos matrimonios con hijos en los que ambos cónyuges son docentes constituyen los parias de la sociedad: nunca disponen de vacaciones plenas. A medida que los hijos crecen en años, la amenaza del “descanso” estival en familia alcanza dimensiones pavorosas, llegando a todo su apogeo con la adolescencia de los retoños. Ésas son nuestras penosas circunstancias actuales.

Cuando los nenes eran pequeños, el veraneo era una rutina fatigosa pero llevadera, fichando las ocho horas reglamentarias en la playa, tras cargar todos los bártulos como porteadores sherpas y recorrer bajo un sol de justicia los sólo varios kilómetros que te separaban de la mayor aglomeración humana que imaginar se pueda. Esos arenales donde los niños aprenden lo grande y poblado que está el mundo, con toda la diversa humanidad que se puede hacinar en tan poco espacio. Al nene le comprabas un completo juego de obrero de la construcción con pala, cubo y rastrillo, a la nena otro con figuritas y gafas de sol, y tras excavar varias toneladas de arena y transportar hectolitros de agua salada, podías confiar en que necesitaran simultáneamente una siesta. Incluso te quedaban fuerzas al anochecer para repasar, por aquello de que “los críos vayan adelantados”, algunos de esos piadosos cuadernos de vacaciones, con el que las editoriales cubrían su estación negra. Según los niños ganaban en autonomía locomotora y digestiva, se llegaba a poder viajar sin baca king size y tras el regreso, en sólo once meses te recuperabas plenamente para afrontar el siguiente verano.

Pero llega el fatídico día en el que tus obedientes y enmadrados hijos son abducidos hacia un extraño estado denominado adolescencia, mientras sus padres deambulan hacia otra estación llamada desesperación. La pubertad comienza cuando se encierran en su cuarto con un portazo para escuchar música y salen transformados en miembros de una tribu en la que rigen unas vestimentas estrambóticas y unas normas grotescas. Estos especímenes púberes comparten características comunes de la juventud de todos los tiempos, aunque han desarrollado mutaciones propias.

Con pantalones hipercantinflados, pendientes de filibustero y pelambreras paleolíticas, en definitiva pura moda lumpen, se permiten llamarte antiguo por tu forma de vestir. Ocultan a sus padres ante sus amigos, como si éstos no tuvieran sus propios padres y hubiesen surgido como berzas o por generación espontánea. Esta generación PlayStation son la prole Nescafé, que reclaman el éxito instantáneo. Primero exigen el premio, y luego ya se lo merecerán. Se creen todos que son hijos únicos, incluso en familias numerosas: demandan toda la atención sólo para cada uno de ellos.

Esta estirpe la forman aquellos niños del llavín en el cuello, que cuando volvían del colegio abrían la puerta de casa, donde sus padres no habían llegado todavía. No saben qué fue la Guerra Fría, ni recuerdan cuando la Unión Soviética se desintegró, y solamente han conocido una Alemania, un único Papa,… Creen que el sida y ETA han existido toda la vida, como el CD, el Walkman, el ordenador y casi el teléfono móvil.

Tratados como principitos en casa y en Primaria, se transforman en déspotas domésticos y demonios escolares en Secundaria. Frecuentemente desmotivados para todo lo que sea el deber, se oponen sistemáticamente a recibir órdenes e incluso ­en casos minoritarios­ adoptan actitudes violentas.

Los padres nos plegamos a su dictadura consumista, en la que les embarcamos por ser demasiado complacientes y por ofrecerles todo lo que creímos no haber tenido. Y luego con fatalismo nos asombramos por la adopción fervorosa que hacen de marcas y modas. Perplejos, atribulados y desorientados, los padres, a veces, quisiéramos presentar la dimisión. Hemos pecado de exceso de permisividad y empleado exclusivamente estímulos positivos (demasiados premios). A la hora de exigir hemos sido cada vez menos exigentes: Sólo, y a veces ni eso, se les requiere el aprobado en los estudios.

Los profesores luchamos a brazo partido. El resultado es esperable si consideramos que la ESO reúne turbas de adolescentes asilvestrados e insoportables, a menudo incluso para ellos mismos por la insatisfacción con la que viven su transformación, por otro lado completamente necesaria para alcanzar su madurez. Los tutores, como los padres, debemos brindarles un apoyo incondicional y, desde la afectividad no exenta de autoridad, evitar que cometan errores irreversibles como elegir caminos de droga o violencia, o frustrar sus mejores opciones de futuro personal y profesional.

La sociedad, en su conjunto, y las instituciones, los medios de comunicación, los hábitos sociales no ayudan demasiado. Una ciudadanía “adolescéntrica”, que elige a prescriptores adolescentes como modelos de pensamiento y actuación, que idolatra a cantantes o deportistas de éxito temprano con mínimo esfuerzo, y que parece proclamar no ya que el modelo ideal es la juventud, sino que erige a la irresponsabilidad como pauta de actuación. Prima la cultura “teenager”, el País de Nunca Jamás donde todos seamos “Peter Pan” para divertirnos y ser felices.

Los adolescentes se enrocan y eligen convertirse en adultos cada vez más lentamente. La adolescencia se extiende, adelantándose y prorrogándose, incluso se transmuta: ya no es una estación de paso, sino un destino terminal. Parecemos una sociedad de “adultescentes”, y la mejor prueba son esos parques acuáticos o temáticos, donde los padres barrigones se convierten en “gamberros” con una felicidad vergonzosa para los pocos lúcidos.

¿Y cómo hemos llegado hasta aquí? Reconozcámoslo: Si los jóvenes y adolescentes han tomado el poder, es porque los adultos se lo hemos cedido, más que porque ellos lo desearan poseer. Del pater familias, se pasó a una equilibrada división de la autoridad entre padre y madre, que consultaba y escuchaba la opinión de los hijos. El autoritarismo de las aulas y los “educastradores” fueron completamente repudiados, por la insufrible experiencia vivida en el pasado. Pero el péndulo no quedó ahí.

Fuimos olvidando la “educación” y pasamos a la “seducción”. Teníamos que convencerles, cuando todavía apenas podían discernir, y creímos que nuestro error era no motivarles, cuando se trataba de enseñarles a asumir sus responsabilidades. Incluso los padres y madres tratamos de ganarnos el cariño de los hijos, aspirando a convertirnos en sus amigos o colegas más que el embrollo de ser sus padres. De la equilibrada igualdad entre padre y madre, y entre hijo e hija, pasamos al erróneo igualitarismo de padres e hijos. Perdimos la autoridad que nos correspondía, y no llegamos a ser la referencia que ellos necesitaban, aunque no la pidieran expresamente. Toleramos sus caprichos, y por negociar y evitar el conflicto, cedimos a sus demandas primarias que condujeron a la “cultura de la litrona”, llegando a un momento donde el peligro de drogas y el riesgo de suicidios es mayor que nunca.

El sistema social y el subsistema educativo se organizan democráticamente por estamentos. Pero ni la relación paterno-filial, ni docente-discente deben ser “democráticas”, porque las funciones de padres y profesores no son equiparables a las de hijos y alumnos. La ausencia de autoridad paternal y docente no libera al adolescente, por el contrario le sume en una tiranía más despiadada. Ellos consideran, mayoritariamente, que sus padres y profesores son poco severos, y ­en el fondo­ aprecian y respetan más a los más exigentes. A menudo ­con su comportamiento inaceptable­ sólo están demandando el cariño y la atención que los adultos dejamos de prestarles. Los jóvenes, realmente, esperan que nosotros, los adultos, les guiemos, y en caso extremo repudian más la indiferencia y el “laissez faire” que el rigor.

El diálogo se complementa con la disciplina, la libertad con la autoridad, y las madres y los padres, que estamos cada día más comprometidos con la educación de nuestros hijos e hijas, debemos prescribir y sancionar, positiva y negativamente. Nuestros hijos nos escuchan más de lo que creemos, y nos quieren tanto como nosotros a ellos.

¡Ah, pero el verano siempre es adolescente! Y es legítimo añorar la juventud, y recordar la sentencia de Horacio, válida para cualquier edad, Carpe Diem! (¡Vive intensamente cada instante!). Y como decían en el “Club de los Poetas Muertos”: “Examínate de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado tu capacidad de amar y dar vida”.

Versión original: mikel.agirregabiria.net/2002/elpais8.htm

Versión en PDF: mikel.agirregabiria.net/2002/vuelveeso.pdf

Miedos medidos

La vuelta a la rutina anual es época de miedos. Toda la vida de una persona es la historia de sus miedos, señaló el educador Alexander S. Neill.

Los textos literarios disertan de ansiedades y recelos. ¡Soy honrado y aún así, tengo miedo! ¿Qué es la esperanza sin la levadura del miedo? ¡Adiós esperanza!, y con la esperanza, ¡adiós miedo! Quien nunca tuvo miedo no tiene esperanza: Tal significa la palabra "desesperado".

La alegría da miedo. Cuando se es feliz es cuando hay que tener más miedo; nada amenaza tanto como la felicidad. Cualquier cosa que gane el hombre debe pagarla cara, aunque no sea mas que con el miedo de perderla. El miedo reina sobre la vida. El miedo no es más que un deseo al revés. El miedo está siempre dispuesto a ver las cosas peores de lo que son. El único sentimiento permanente del hombre inferior es el miedo, el miedo de lo desconocido, de lo complejo, de lo inexplicable. Hay mucha gente que no cree en nada, pero que tiene miedo de todo.

El miedo es el más ignorante, el más injusto y el más feroz de los consejeros. El miedo es el más peligroso de los sentimientos colectivos. Las visiones las fabrica el miedo. Los fantasmas dan más miedo de lejos que de cerca. ¡Qué de sombras finge el miedo! Uno de los defectos del miedo es turbar los sentidos y hacer que las cosas no parezcan lo que son. El miedo gusta de la idea de peligro. El miedo es hermano de la cobardía y padre del odio. El miedo es más injusto que la ira. El miedo es padre de la crueldad. En política, lo que comienza con miedo suele terminar con insensatez. La violencia es miedo de las ideas de los demás y poca fe en las propias. Los violentos y agresivos son personas que no han sabido comunicar su miedo.

La mayoría de las personas tienen miedo a la muerte porque no han hecho algo de su vida. Nadie llegó a la cumbre acompañado del miedo. ¿Miedo a la muerte? Uno debe temerle a la vida, no a la muerte. Con el miedo se llega a los noventa. El ignorante tiene valor; el sabio, miedo. Prudencia no es más que el eufemismo de miedo. La prudencia es el miedo caminando de puntillas. El miedo, sin ser Dios, puede hacer algo de nada.

El miedo es natural en el prudente y el saberlo vencer es ser valiente. Con la audacia se encubren grandes miedos. ¿Dónde estaría el mérito, si los héroes no tuviesen nunca miedo? El valor es el miedo que ha rezado sus últimas oraciones. El verdadero valor comienza generalmente con el miedo. La cobardía es el miedo consentido; el valor es el miedo dominado.

Intentemos no ocupar la vida ni en temer, ni en odiar. A lo único que debemos tener miedo es al miedo mismo. El miedo genera odio. Donde hay miedo hay poco lugar para el amor. El miedo es siempre un problema, el amor es siempre la solución. La paradoja es que a todo amor, exento de miedo, le falta algo. Miedos medidos, como estímulos, para ser vencidos.

En defensa de los vascos y de… la humanidad

Leo con estupor, y rebotado a través de la web, un “artículo” bajo el título de “El silencio de los corderos”, de José Luis de Vilallonga, publicado en LA VANGUARDIA el pasado 10/06/2002.

No puedo reproducir todo el contenido del artículo, ni menos aún el rebosante odio que destila, no ya hacia determinados políticos democrática y legalmente elegidos (a quienes califica de esperpénticos, escurridizos, de llevar pintado en el rostro el parentesco genético con las ratas de alcantarilla, asesinos, instigadores de crímenes…), sino sobre todos y cada uno de los vascos, simple y llanamente por ser ciudadanos nacidos en una tierra de la Tierra.

Los epítetos, literalmente reproducidos, califican a todos los vascos, nacionalistas o no, de gente cobarde, sin ninguna hombría (ni en las palabras ni en los actos) e, incluso, de pelmazos. Añade, que no son ni noblotes, ni honrados ni buena gente. Y termina con una máxima xenófoba “El Rhesus negativo del que tanto presumen los vascos es verdaderamente negativo”.

Mi intención no es descalificar este inaceptable artículo, y menos a su autor, que únicamente me provoca lástima y a quien sinceramente le deseo una rápida recuperación de su estado mental, anímico y espiritual.

El objetivo es denunciar que opiniones de esta catadura puedan ser publicados sin rubor, incluso en un periódico que, hasta esa fecha, hubiera catalogado como riguroso. “Rebuznos” (como dice el enfermizo que escribió esa soflama) de esta calaña actúan como “Opinion Makers” para la propagación de ideas violentas, racistas, fascistas, muy poco acordes con los valores éticos exigibles en una democracia.

Exijo una rectificación de este periódico, por atentar contra los vascos, y no sólo contra los vascos, sino con ello contra los españoles, los franceses, los europeos y la humanidad. No es admisible la descalificación genérica por razón de “raza” (sesgo en el que debe creer mucho este personaje). Le recuerdo el artículo 2, punto 1º, de la Declaración Universal de Derechos Humanos: “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.”

Si se me permite, relataré una experiencia personal que, en alguien poco viajado como yo, me abrió los ojos sobre esta temática de comprensión del fenómeno del “terrorismo vasco” en función de la distancia. Por mi condición de educador tuve oportunidad de viajar por toda Europa hace ya algunos años. Por tratarse de visitas comunitarias lo habitual era reunirse en Madrid, desde diversas comunidades autónomas, y viajar luego al país de destino. Lo frecuente era, en Madrid, recibir como vasco la pregunta de ¿qué hacéis los vascos para solventar el problema del “terrorismo vasco”? Tratábamos de explicar nuestros esfuerzos. Pero luego, en Alemania o Bélgica, la pregunta era a toda la comitiva “española” en los términos de ¿qué hacen ustedes para solventar el problema de la violencia en España? Porque allí, el problema era de los “españoles”, no de los vascos, no de los nacionalistas, no de los fanáticos,… Al menos, allí nadie nos insultaba llamándonos cobardes por la mera condición de provenir de un determinado Estado.

Yo creo que los problemas y su solución, en este mundo globalizado, interconectado, y en este siglo XXI depende de todos nosotros. Nunca he comprendido que “a juicio de algunos” sólo los problemas son vascos. La única vasquidad que algunos nos reconocen se circunscribe a lo negativo, a lo problemático. Este perverso juego -de lo que para algunos es la parte y el todo- se aplica sin excepción: el terrorista, o incluso el político u obispo si es “malo”, resulta ser vasco (nunca español). Pero el filósofo, deportista,.. o lo que sea, si es “bueno” resulta “español”. Esto es racismo de 24 quilates.

Por último, un comentario sobre otra opinión vertida por el político y ex ministro de Educación Mariano Rajoy diciendo que la “educación vasca es lETAl”. Hasta el adjetivo letal, intencionadamente o no, pretender vincular la educación vasca con una organización criminal. ¿Esto es tolerable?

¿Un vicepresidente español puede deshonrar y difamar a más de un millón de progenitores y familias vascas, que por lo visto acuden y envían a sus hijos e hijas a un servicio público letal?

¿Se puede ultrajar a más de 40.000 miembros del profesorado y a medio millón de alumnos vascos?

¿Somos los profesores y profesoras vascas letales, mortíferos, nocivos?

Pero, como dice el Lehendakari, nosotros a lo nuestro, a educar por la Paz, la Tolerancia y la Convivencia. ¡Que Dios nos ayude!

Humareda electoral

Algunos políticos españoles siguen tratando al electorado como un bebé: se hace tilín con el sonajero, y vuelve la cabeza automáticamente. Da lo mismo que se trate de elecciones municipales, forales (y regionales en algunos casos), si pesan mucho la marea de petróleo gallega y el océano de sangre iraquí, el presidente y su staff vuelven a exhibir el comodín electoral del terrorismo, aunque –¡afortunadamente y que dure!- ETA no les está haciendo la campaña con sus siempre “oportunas” atrocidades.

¡Granadas de humo!, gritó el comandante y todo ese revoltijo de pago jurídico-mediático-gubernamental-intelectual comenzó el fregado. Ilegalizo por allí, perturbo por acá, detengo por aquí y escandalizo por allá (o por Alá). A la guerra (perdón, a la intervención militar que apoyaron pero no fueron, que ayudaron humanitariamente pero quizás ocupen militarmente) se le da otra vuelta más, y el retorcimiento sucesivo de que era por la resolución de ONU de la guerra de Kuwait del ’91, en búsqueda de armas de destrucción masiva, o para derrocar a un dictador (otrora amigo), acaba en el penúltimo capítulo de que era para igualar a Batasuna con Al Qaeda. Así se ha iniciado la campaña electoral: Todo un insulto a la inteligencia de cualquiera que haya superado la ESO, pero entre el humazo y el fragor a los que nos ha acostumbrado el “partido de la guerra” esta habitual distracción da el pego… a los más tontos. Sólo quienes leen más allá de los titulares llegarán a entender por qué la aliada Gran Bretaña, que sí busca la paz en el Ulster, no quiere que el IRA o el Sinn Fein se incluyan en listas de terroristas. Dicho llanamente porque obstaculiza y no simplifica la solución del conflicto de Irlanda del Norte (claro que como aquí no existe “conflicto vasco”…).

Parece que algunos políticos suscriben ese oculto lema de “Contra ETA vivimos mejor”, pero los que nunca hemos dicho que “Contra Franco vivíamos mejor” estamos deseando que pasen estos belicosos tiempos, desaparezca ETA y la coartada universal que proporciona a la ultraderecha y alcancemos una democracia de calidad: con un Estado de Derecho con poderes realmente independientes, con libertad de prensa (también en euskera), con presunción de inocencia (hasta para la universidad pública vasca) y plenas garantías procesales, con derechos activos y pasivos de representación política, y sin intromisiones en las funciones soberanas del poder legislativo (incluido el de Euskadi).

Además la ciudadanía vasca no merece seguir sufriendo durante más décadas la doble pinza de quienes no acaban de repudiar la violencia (sin contextos ni puñetas) y de quienes con esa recurrente excusa nos impiden decidir democráticamente nuestro modelo de autogobierno dentro de una Europa libre y solidaria. Euskadi no quiere convertirse en el granero de votos extraños con políticas que no sirven para solucionar sus problemas.

Es la hora de votar. Y de reflexionar con una campaña electoral normalizada de evaluación de resultados previos, de objetivos futuros, de cumplimientos de las pasadas propuestas,… Recordemos la gestión de nuestro ayuntamiento, de nuestra diputación foral,… ¿Cómo han gestionado los diferentes partidos catástrofes como la del Prestige? ¿Qué partidos solventan problemas y cuáles bloquean las instituciones? ¿Qué partidos de izquierdas por seguidismo avalan las políticas de derechas? ¿Quiénes practican políticas de tierra quemada, de desestabilización del país y de su funcionamiento institucional (quizás buscando la desaparición del autogobierno vasco), asumiendo irresponsabilidades históricas que no debieran olvidarse? ¿Qué dirigentes tacharon de inmaduro al electorado vasco sin aceptar los resultados del 13M de 2001, después de la avalancha mediática que creyeron les aseguraba el éxito? ¿Qué partido abertzale antisistema conduce a su propio electorado hacia callejones sin salida? ¿Se han de perder votos simulando un enfrentamiento, pero realmente sumándose al intento de colapso y dando realmente ventaja a los contrarios?

Rilke relata en un memorable cuento cómo Vladimiro, pintaba todos sus cuadros sólo con humo, esperando a los "engañados". En aquel fuliginoso taller no se podía oler el aguarrás,… Es la hora de elegir: Que los votos reflejen la mayoría social.

El rapto recíproco

¿Seguimos enamorados o lo dejamos? Mucho se ha escrito de las separaciones matrimoniales, pero la ruptura de un noviazgo largo también suele resultar muy dura.

Las personas maduras e inteligentes, mujeres y hombres enamorados, saben que el noviazgo es una etapa destinada a conocer lo que es vivir con (y en) pareja. Es una etapa de prueba que concluye con un compromiso mayor o con la separación de los dos implicados en el proceso. Durante esta fase ambos aprenden a mutuamente conocerse mejor. Para ello, cada uno debe observar cómo responde ante un reto que exige superar el individualismo y que requiere entrega para ceder ante la otra persona en todo aquello, y será mucho, sobre lo que no opinen exactamente igual. En un amor verdadero nunca hay una persona que manda y otra que acata; son dos seres humanos que obedecen y siguen las mismas pautas que dicta una única pasión.

Hay algunas razones de peso para disolver una relación de noviazgo, si parece que no va bien. Si alguien no se separa de la persona equivocada, nunca tendrá la oportunidad de conocer a quien sí le podrá hacer feliz. Aparte de los motivos obvios (signos por ínfimos que sean de violencia, tendencia a la infidelidad,…), dos son los casos de alejamiento inmediato: Una insalvable diferencia de visión sobre el futuro a compartir; o la inmadurez de quien no sabe “lo que quiere”, porque nunca merecerá lo que tenga. Cuando no hay sintonía, la peor solución es confiar en que la otra persona cambiará: Primero, porque es más probable que le toque la lotería; segundo, porque si cambia, lo más previsible es que sea ella quien cambie de pareja; y tercero, porque cuando hay cambios del noviazgo al matrimonio, predominan los cambios… a peor.

En definitiva, si una relación no hace crecer a ambos, si no les hace mucho más dichosos, si no les hace superarse, mejorarse y quererse cada día más,… es absurdo aferrarse al dolor de un error de consecuencias crecientes. Por último, dejarlo no indica que ninguna de las personas sean inadecuadas para la vida en pareja; solamente lo son con ese partenaire. Sólo cuando una persona escoge reiteradamente parejas desacertadas, debe plantearse qué y cómo busca para dar de continuo con quienes resultan inapropiados.

También son muchas e importantes las razones para luchar por una relación, pero sólo si existe un amor mutuo capaz de superar cualquier otra dificultad desde el respeto para el encaje y la complementación. Las ventajas de amar son infinitas y nos descubren qué amor es verdadero: Sólo aquél que simplifica, alegra y estimula la vida, deshaciendo problemas y generando oportunidades. Son falsos amores los destructivos. Un genuino cariño crea, ilusiona y facilita su impagable desarrollo.

Buen indicador de estabilidad y acierto suele ser el dinamismo de un proceso de secuestro bilateral, nunca inmediato ni instantáneo, que no deja resquicios a la duda sobre el acierto. Las palabras “Te quiero” surgen con certidumbre de los labios de una pareja con la que comprometerse de por vida. Al principio con timidez; luego cada día, cada encuentro, cada mañana, cada tarde, cada noche,…
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/seguimos.htm

Visión política de un vasco ingenuo

Un artículo recuperado de 2002 cuando finalmente parece que ha llegado el fin de la violencia. 

 Éstas son las confesiones de un fanático irredento. Por increíble que parezca, todo lo que vasco, circunstancialmente, como lo es la nacionalidad, y me considero un iluso, casi idiota en política. Idiota, más que en su acepción de “ilota” o esclavo que no disponía de la ciudadanía requerida para discutir sobre la cosa pública, en su raíz etimológica como carente de instrucción específica. Como siempre me ha apasionado más mi familia y mi profesión que la política, sólo pretendo exponer mi opinión de diletante lego en política. 

Mi modelo de ciudad y país es Lausanne y Suiza, que conocí apacibles y neutrales. La Confederación Helvética, a reserva de otros matices, es un país avanzado políticamente. Allí nadie sabe cómo se llama su presidente de turno, que suele ser un profesional jubilado que periódicamente se acerca al gobierno en tranvía para despachar temas de exigua relevancia en la vida de los suizos. 

Un país complejo, multicultural, multilingüe, con cantones y comunidades diferenciadas que conviven en un cohesionado paraíso social. En el centro de Europa, con su identidad propia en medio de tres poderosas culturas: alemana, francesa e italiana. Esta preferencia me resulta lógica, porque nacido a mediados de los años 50, el torbellino de la política ha envuelto a mi generación, más de lo que algunos hubiéramos deseado. No me he “metido” en política, ni he disfrutado (o padecido) cargos políticos más allá de algunas mínimas responsabilidades con las que mi modesta carrera de profesor me ha salpicado. Pero he vivido y trabajado en la Euskadi de finales del siglo XX y principios del XXI. 

He participado en decenas de manifestaciones en pro de la paz. Mucho antes, entonces y después del despiadado asesinato de Miguel Ángel Blanco, hace ahora cinco años. Mis hijos me facilitan la memoria. Cuando no habían nacido, mi mujer y yo allí estábamos; con mi hija muy pequeña que creía que por la Gran Vía de Bilbao se caminaba siempre por el centro de la calzada y en medio de la multitud; con mi hijo llevado a hombros; cuando ambos estaban fuera aprendiendo idiomas aquellos fatídicos 10 y 12 de julio de 1997, doble manifestación esperando y condenando. ¿Cuántas manifestaciones? ¿Cien? Sin contarlas, sin desesperar, con lluvia y con sol, con televisiones y sin ellas,… Con “Gesto por la Paz”, tras los atentados, en Bilbao, en Donostia, en Gasteiz, en Getxo,… 

Pido a los políticos que creen un marco social que nos permita vivir mejor. Yo no sé cómo -no soy político-, pero sí sé qué quiero en política, porque sí me siento ciudadano de pleno derecho, y también dispongo, como profesional, de una opinión formada acerca de la política educativa (que me reservo para otra oportunidad), que desearía fuese correspondida por mis colegas y por la sociedad, dado el impacto familiar y cívico que proyecta la educación. 

Como ciudadano de a pie pido a nuestra clase política un doble objetivo: alcanzar la paz y dar la palabra al Pueblo Vasco para que decida su futuro. Ambos objetivos se necesitan mutuamente, porque ninguno de ellos por sí solo, o parcialmente, sería válido. Sólo quiero la paz, para todos y especialmente para quienes más sufren la persecución y el miedo, y para quienes han sido víctimas, ellos o sus familias. Y quiero también que se desdramatice el dar la palabra al pueblo, porque creo en el pluralismo y sólo la democracia real nos brindará las condiciones para la paz. 

El terror se alimenta por doquier. ETA perversamente. Otros, sin desearlo, quizás también contribuyen a su pervivencia. Tal vez inocentemente, creo que apoyando y protegiendo a las víctimas, si actuásemos “como si ETA hubiese desaparecido ya”, seguramente estaría más cerca nuestro E-Eguna (el Día de Euskadi libre de la barbarie). Lo exige esta Euskadi dolida y expectante. Atormentada por tanta desolación y por las reacciones que suscita, pero esperanzada porque desea transitar hacia un futuro en libertad y sin lastres, conducido con plenas garantías democráticas por todos. 

La primera concordia será entre vascos. Los demás no podrán sino entenderlo y aceptarlo. Lo que, en plena libertad y sin ventajas, decida la mayoría: Un quórum cualificado, ¿dos tercios?, para que se sopese el posible cambio. O seguimos en el marco jurídico actual, que algunos consideran válido, o se pasa a un nuevo marco, por decisión conjunta y sin más traumas, si así lo desease una mayoría amplia. 

¿El ámbito de decisión? Creo que si todos vemos patentemente que la decisión de Navarra, por ejemplo, corresponde sólo a los navarros y no al conjunto de Euskal Herria, igualmente la decisión de lo que actualmente es la Comunidad Autónoma Vasca o Iparralde, corresponde a sus habitantes, y no al conjunto del Estado en cuestión. Lo contrario sería aborrecible para cualquier espíritu democrático. ¿Acaso todos los vascos deberíamos opinar y obligar a que los navarros sean vascos o no, incluso contra su voluntad? 

Si finalmente se conviniese, ¿qué cambiaría? No tanto como pensamos, ni para bien ni para mal. Las desquiciadas opiniones de tertulianos que tratan de condenarnos a pagar nuestras propias infraestructuras porque están construidas por todos los españoles, se caen por su propio peso, dado que el resto de infraestructuras del Estado también están sufragadas parcialmente por el esfuerzo vasco. Si tal cuenta se pudiese calcular, quizá no saliésemos malparados. Pero apartadas éstas y otras absurdas objeciones como decir que quedaríamos fuera de Europa (como si a España la hiciese europea Portugal y que recuerda aquella perspectiva inglesa de que “el continente quedaba aislado” por la tempestad en el Canal de la Mancha), la realidad sería que seguiríamos estando insertos geográfica, cultural e históricamente en Europa. 

En la nueva soberanía compartida que cabe hoy día en la Unión Europea, y que poco tiene que ver con los Estados absolutos del pasado, seguiríamos trabajando como siempre, compitiendo en el mercado globalizado, colaborando solidariamente con otros países y regiones más necesitados de Europa y del mundo, gestionando de cerca los temas propios y haciendo oír nuestra voz en los foros internacionales. 

Yo, en mi ingenuidad, seguiría cultivando tanto nuestra propia lengua y cultura vascas, como las que nos hermanan con españoles y franceses, a quienes conozco y aprecio de corazón, así como otras lenguas y culturas de este planeta en el que viajamos por el espacio, como una organizada tripulación que conviviría mejor “haciéndonos los suizos, y no los suecos”. Y en este mi segundo hogar mediterráneo donde paso las vacaciones podría izar la ikurriña, al igual que mi vecino enarbola su bandera noruega, con intención meramente informativa, señalando que “aquí viven unos vascos para ayudar en lo que se pueda”.
Versión original de Julio de 2002 en: http://mikel.agirregabiria.net/2002/vision.htm

Agur, ETA, betirako (Para siempre, adiós)


Hoy, esta noche, muchas personas que vivimos y amamos en el País Vasco estamos sobrecogidos, nuevamente por una esperanza que parece más sólida que en otras ocasiones frustradas. En plena tarde de otoño ha amanecido una primavera luminosa, donde la violencia no tiene ya cabida.

Han transcurrido muchos años, demasiados. Muchos siempre repudiamos toda fórmula que comportase víctimas, incluso en plena dictadura. Hemos recorrido miles de kilómetros pidiendo la paz, llevando en la solapa el lazo azul, con continuos gestos por la paz.

Quienes peinamos canas pedimos que nuestros hijos e hijas no llegasen a saber de los cruentos zarpazos de la violencia en nuestras calles, en nuestros municipios. No pudo ser. Vimos con pena cómo una nueva generación sufría el desgarro del terror, con sus múltiples secuelas. Con el primer nieto, suplicamos que no llegase a esa edad de la razón en la cual habría de aprender que la anacrónica violencia aún persistía.

Ojalá lo hayamos logrado. Y si así ha sido, que nadie dude que ha sido nuestro anhelo de paz quien lo ha conseguido. Mucha buena gente, de todas partes, ha logrado lo que parecía imposible. Construir la paz, y que sea absoluta, definitiva, irrebatible, e imposible de arrebatar ahora que ya, al fin, es nuestra.
No se acompaña de ninguna imagen soez, ni fantasmagórica del pasado, sino de un vídeo de una canción de 1967 de The Beatles que aseguraba que lo único que necesitamos es amor.
Posteriormente se actualizó con las portadas del día después. En Francia no fue noticia de portada,...

De la política épica a la política lírica

Artículo a debatir en Politika 2.0, encuentro de políticos y bloggers en el Parlamento Vasco el sábado 13-9-2008.

La democracia, al igual que la literatura, proviene de la Grecia clásica, al menos en la cultura occidental. Y allí, el primer género retórico, transmitido por vía oral, fue la épica. Estaba destinada a cantar las hazañas de un héroe, para entusiasmar con un líder carismático al que seguir y obedecer ciegamente. Homero, en el siglo VIII a.C., escribe la Ilíada y la Odisea. Este tipo de narrativa, descriptiva de un liderazgo legendario y mitificado, pervive en el "inconsciente colectivo" del electorado en la política contemporánea.

Superando este primitivo background de la memoria colectiva, se han alzado algunas perspectivas de poetas visionarios que desconfían de los héroes titánicos. Bertolt Brecht señaló preclaramente: “¡Desgraciado el pueblo que necesita héroes!”. Paul Brulat destaca que “Basta un instante para forjar un héroe, pero es preciso toda una vida para hacer un hombre de bien”. Por último, el conspicuo Herbert Spencer denuncia que “El culto a los héroes es más fuerte allí donde es menor el respeto por la libertad humana”.

Algún día, toda la ciudadanía será blogger, en alguna medida. Expertos como David de Ugarte consideran que “la lírica es la característica del discurso ciberactivista típico”. Y el propósito común e implícito de todo blogger es: “Hacer un hermoso blog, como parte de una bella vida”. Lírica, entendida como el modo de proyectar opciones de futuro desde lo que se vive, se siente, se disfruta y se hace en el presente. Una manera de vivir que se plantea como alternativa entre otras, que no busca anular a otras, ni negarlas. Lírica que invita a sumarse sin diluirse, que persigue el debate, no la adhesión. Una opción profundamente ética y respetuosa frente a la dimensión excluyente y de confrontación que irremediablemente plantea la épica.

La épica va indisolublemente ligada al amor a la humanidad como algo abstracto. Por ello, la fórmula que impone el héroe es necesariamente totalizadora, como solución única para resolverlo todo. Eso es lo que promovieron en política el Che, o cualquier otro líder mesiánico, exigiendo el sacrificio último, el deseo de morir por otros,… la destrucción como camino para la construcción. La épica política es definitiva y esencialmente monoteísta: Sólo hay un partido válido; el resto son paganos, idólatras, disidentes, cismáticos, impíos,… La política épica sólo busca convertir infieles… o aniquilarlos.

La lírica parte de la humildad del uno entre muchos, de la persona (que no del individuo), asumiéndose y proyectándose hacia todos desde el reconocimiento de la diferencia propia y la de cada uno de los demás. La lírica abre una conversación, un debate constructivo, donde caben tanto la inclusión o, a lo sumo, un irónico distanciamiento, pero jamás la excomunión.

La épica, en cambio, sólo admite el fanatismo del credo o la expulsión al averno, pues arenga el héroe, hijo de un logos que no reconoce otra verdad que la suya propia. Frente a la épica del conquistador, del combatiente, que prefigura una sociedad de sacrificio y conquista, de individuos sufrientes en pos de un plus ultra, de una victoria final que dé sentido a la pasión sufrida, la lírica de la innovación social se parece más bien al apasionado relato del naturalista que vive un descubrimiento permanente y progresivo de una reinvención continua, como resurrección gozosa.

La política épica apenas es una mínima evolución inversa a lo definido por Carl von Clausewitz. La política (épica) sólo es la continuación de la guerra por otros medios. El poder épico emerge como resultado de la batalla. Tres siglos después de la Ilíada, la Orestíada. La lírica es un género más avanzado que, expresando sentimientos más acotados y personales, se propone suscitar en el interlocutor emociones análogas para sumar voluntades desde la empatía.

La épica ve lo colectivo como organización, como molde uniformador, como ejército de peones, siguiendo un plan superior o una voluntad trágica. La épica se adapta mal a las redes, porque es cosa de individuos desterrados, de soledades desabridas. Prometeo cumple, apartado y encadenado, su castigo. La épica simplifica y homogeneiza. Mas la lírica nos revela que nuestra identidad no reside en lo que somos, sino en lo que podemos alcanzar junto con los demás. Nos invita a definirnos, a llevar cada cual su bandera, marchando por su propio curso, sin aceptar un único destino y, menos aún, un exclusivo cauce.

La política lírica erige puentes, cruza sobre los problemas, transita entre perspectivas en busca de lo convergente. Mientras, la política épica se atrinchera, se aísla, levanta barreras, distingue entre “nosotros” y “los otros”,… Por todo ello, la política real despierta desconfianza en las almas más perspicaces y sensibles. Se pierden demasiados talentos (que “se están quitando de la política”) y nunca se estableció como hábito la participación generalizada, para asumir responsabilidades políticas individualmente, como parte medular del ejercicio de una moderna, flamante e integral ciudadanía.

La política épica es adusta, reactiva, polemista, maniquea, divisora,… La política lírica aspira a sumar diversidad, a “conquistar” (en el sentido de seducir, no en el de vencer), a establecer una “relación amable” con las otras partes del mismo “nosotros”. La política lírica despunta en la historia en hitos singulares, como el derecho a la búsqueda de la propia felicidad, que ofrece tan subversivo y bucólico contrapunto al orden moderno de la Constitución estadounidense… de 1776.

Personajes como John F. Kennedy, Tony Blair, posiblemente Nicolas Sarkozy, y quizá Barack Obama,… han sabido estar en algún instante muy por encima de sus partidos,... y por delante de su tiempo. No dejaron de ser épicos en su trayectoria histórica, pero supieron apuntar algunas maneras –posiblemente sólo trazas- de políticos líricos. Menos populares, y más olvidados de la prensa internacional, están otros modelos socialmente más líricos, como el caso suizo (véase “Visión política de un vasco ingenuo”).

La política épica favorece y se nutre de “políticos profesionalizados” (noticia reciente, “10.000 concejales no tienen ocupación conocida”), de “aparatos y cúpulas de partidos” y de “listas cerradas”. La política lírica busca abrirse y regenerarse, se apoya en colaboradores, flexibiliza roles renovados de militancia 2.0 y de electorado 2.0, y huye de la perpetuación de la política como oficio.

La política épica lanza soflamas simplonas y contundentes, radicaliza el mensaje, y simplifica la interpretación de una realidad poliédrica. Los líricos creen en la cita de José Martí: "La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla". Eso declara la blogosfera: Escuchar, enlazar, compartir, influir,… No es tan difícil en el plano institucional: Basta que el “buen rollito” de los políticos en la cafetería, que existe, no se oculte en público cuando cinco minutos después presentan sus conclusiones ante los medios de comunicación convencionales, aún demasiado épicos… para nuestra desgracia.

La Web 2.0 puede facilitar la colaboración y participación de la ciudadanía en iniciativas colectivas y constituye una potente herramienta que permitirá avanzar en la democracia electrónica. Para facilitarlo, una política lírica crearía unas instituciones abiertas, que aprovechen el conocimiento y la experiencia existentes en la sociedad para integrarlos en los procesos públicos de toma de decisiones.

La política vasca ha sido, y es, referente en la épica mal entendida, o de la peor tragedia dramática, porque todavía una minoría no repudia la aberrante utilización de la violencia con fines políticos. Pero, al tiempo, nos ofrece una exuberante representación de lírica pacífica, representada por tantas grandísimas personas, quizás las más calladas por sutiles y sensibles, que han sabido superar su destino de víctimas.

También existen otras pruebas de genuino lirismo político. Porque mantener una representación, en este Parlamento Vasco que hoy atentamente nos acoge, según la cual una familia vizcaína grande (de 3,8 adultos votantes) equivale en voto a un solo ciudadano alavés es un caso único y mundial de “lírica política” purísima (véase “Quiero ser alavés”).

La política lírica cree en la alternancia en el poder. Porque hemos de ser personas antes que votantes, y ser demócratas antes que partidistas, y ser –en el caso de quienes deben dar ejemplo- militantes antes que cargos. Hemos de entender que la alternancia es positiva para todos, porque todos formamos parte de una misma sociedad. Como si fuera una empresa, en la que trabajando en producción o en marketing… a nadie interesa que gane siempre “su” percepción. La alternancia es efectiva… y si permiten un guiño: ¿Por qué no una educación gestionada por jeltzales,… tras 22 años de ausencia?

Porque urge una educación fractal en valores éticos compartidos que traspase la troglodita épica del combate. En el relato lírico el poder emerge del consenso, de la capacidad para generar nuevos acuerdos. Desde la ética ubuntu ("una persona se hace humana a través de las demás personas"), es fácil pasar de subordinar a otros a empoderarles, y de la épica del caudillo a la lírica del mumi. Esta utopía está materializándose en una época en la que se tornan confusas las fronteras entre sujetos y objetos, entre productores y consumidores. El pasado de los sectarios colonizadores da paso a un porvenir de sabios cartógrafos de lo borroso, de lo movedizo y de lo complejo.

Think Euskadi 2020 Gaur (crónica final)

El cuestionario final que propone la organización del Think Gaur Euskadi 2020, y que tras rellenarlo produce un error (que no puedo enmendar porque señala que ya he participado en la encuesta), plantea una serie de preguntas oportunas, que sirven de base a esta reflexión final de cierre.
¿Lo más interesante del acto en el BEC? 1. Una mayor participación ACTIVA de la afiliación (con preguntas e inquietudes compartidas) y no sólo de los líderes, quienes también fueron varios (alcaldes, diputados, coordinadores,...), y no únicamente uno o dos (Presidente del EBB y Lehendakari). 2. Se ofreció un espectáculo moderno, ameno, artístico, y donde también se habló de macro y micropolítica. 3. Todo con una organización perfecta y una respuesta masiva (como casi siempre, pero que no deja de sorprender).
¿Qué se podía haber evitado o cambiado?
1. Quizá la extensión del acto, casi tres horas y más para los muchos que llegaron antes de las 18:00. Quizá pudo ser excesiva, especialmente para las personas de más edad. 2. Algún problema de acústica (imagino que difícil con un aforo de 14.000 personas) que impidió escuchar bien algunas palabras del evento. 3. Una mejor ubicación de los Alderdi Blogalariak, que hubiésemos preferido más cercanía y mejor perspectiva (nuestras fotos y vídeos presentan, al fondo de la tribuna, los únicos y pocos asientos libres que hubo.
¿Cuáles son la propuesta presentadas más importantes para el desarrollo futuro de Euskadi?
En mi modesta opinión, el primer reto es la PAZ. Su solución, al menos en lo ético y en lo político, es inaplazable. Después vienen todos los problemas del día a día. Por ejemplo, todas las dificultades económicas para muchas familias vascas, pero con visión a medio y largo plazo. Un caso paradigmático de trascendencia inmensa y que parece pasar desapercibido, la caída de la natalidad y sus causas,... Y un camino, el mejor y el único, es el de la educación, en valores y en excelencia. La educación, un área que nuestro partido no ha liderado en veinte de los treinta años de autogobierno.
¿Y cuáles los temas más urgentes a abordar en los próximos 4 años?
1. PAZ. 2. Democracia participativa. 3. Educación. 4. Innovación (de todo tipo, social, económica,...)
¿En qué consideras que está cambiando la sociedad vasca?
Sería demasiado extensa cualquier respuesta. Con un minúscula análisis DAFO: Debilidades: Se está desvinculando de la política (la juventud...). Amenazas: Parece que hemos renunciado a la paz... Fortalezas: Siempre hemos sabido superar las dificultades con el acuerdo de todos. Oportunidades: Tenemos capacidades y recursos, pero hace falta abordar con unidad y consenso los retos. Creo que la vía del enfrentamiento frontal con temas que no generen mejores y mayores acuerdos nos desvían de la senda de la centralidad. Por ejemplo, la consulta. No por lo impecable de su formulación jurídica, sino porque el contexto socio-político no lo permite y porque no será fácil gestionar su impredecible resultado (ante violencia recalcitrante, aparente abandono de otros temas más cercanos a la ciudadanía,...).
¿A tu juicio a qué retos de la sociedad vasca debe hacer frente EAJ-PNV durante los próximos años? Considero que para proseguir gobernando Euskadi otros treinta años, hay que "escuchar" bien lo que preocupa, necesita y anhela el conjunto del Pueblo Vasco. Y para ello hay que oír a través de la afiliación, de los votantes,... y de toda la ciudadanía.
¿Crees que en el acto del BEC del 14 de junio se plantearon los principales retos
de futuro de la sociedad vasca? Sí, excepto en la trascendencia de la educación. Un olvido y una laguna histórica a corregir. Technorati tag: |

Normalidad vasca

©Mikel AgirregabiriaEl pragmatismo político suele ser la mejor fórmula para establecer institucionalmente lo que la ciudadanía reclama.

Euskadi camina hacia la normalidad política, opinen lo que opinen reiteradamente los “analistas” oficiales de los periódicos, a sueldo fijo de sus respectivos intereses (económicos, principalmente). Porque el paisaje (y el paisanaje) político vasco ha estado grave y largamente alterado durante más de 25 años de inacabada “transición desde la dictadura”. En primer lugar, por la persistencia de ETA; seguidamente, por Batasuna con su inconfundible modo de hacer (o no hacer) política; y en último término, por la obtusa respuesta que el PP de Aznar dio al “conflicto vasco”, negando incluso la existencia de semejante panorama.

Quizá la suma de tanto absurdo dislate, y el hartazgo de la sociedad vasca (y española), permiten vislumbrar una salida cada vez más perceptible para la ciudadanía de a pie, que no para el perdido olfato de nuestra mareada clase política o de nuestra beligerante “opinión publicada” (que no pública). No se requiere ninguna “información privilegiada”, de la que tanto presumen algunos, para apreciar los “hechos” más significativos de lo que está sucediendo. La tenaz realidad se impone a los diagnósticos adulterados basados en confidencias o indicios, tan etéreos como desacertados.

Dato 1º: ETA, ha dejado de matar desde hace más de dos años (último asesinato el 30-5-2003). Las razones serán variadas, como su debilidad provocada por el rechazo ético y social casi absoluto, la infiltración que debe sufrir, el acoso policial, la saciedad de su mismo entorno de presos y familiares, y hasta porque el 11-S de 2001 y el 11-M de 2004 han revalorizado la náusea que produce la repugnante violencia, inaceptable para cualquier finalidad.

Dato 2º: Batasuna se ha dado cuenta de que los cuentos maximalistas no valen. Incluso su pertinaz electorado (12% en la CAV), ha empezado a exigir que actúen congruentemente como lo que dicen ser, un partido democrático abertzale. El 30-12-2004, los 3 parlamentarios más significativos de Sozialista Abertzaleak (Batasuna), Arnaldo Otegi, Joseba Permach y Jon Salaberria, votaron a favor del “Nuevo Estatuto de Euskadi”, interesadamente designado como “Plan Ibarretxe”, alcanzándose uno más de los necesarios para la mayoría absoluta en el Parlamento Vasco. Y el 23 de junio, EHAK (Batasuna) vuelve a la realpolitik apoyando a Ibarretxe con 2 votos, como es lógico en una situación “normalizada”, sin dar la menor cancha a un PSOE vasco que sigue buscando exclusivamente los votos del PP,… ¿De nuevo esperaban el PP y el PSOE que Batasuna (EHAK) siguiera con ellos sumándose al bloqueo del nacionalismo moderado, aunque lo hiciese todavía en el veto contra Atutxa?

Dato 3º: Desde Madrid ya no gobierna Aznar, ni sus herederos que exacerbaron la peor “vena patriótica”. A Rodríguez Zapatero no le interesa enconar el “problema vasco” para demostrar una supuesta firmeza que le reporte votos en España. Zapatero sabe que las claves (llaves) de la “solución vasca” residen en Euskadi, y su revalidación en las Elecciones Generales de 2008 requiere seguir gobernando en Catalunya, Galiza y… que en Euskadi asome una vía hacia la paz. Zapatero “parece” reconocer la realidad y seguramente no caerá en su mayor error potencial: Judicializar la política, solicitando al fiscal Conde-Pumpido que ilegalice a EHAK, como le piden algunos… de los suyos. El PSE, más centralista que el PSOE, también debe aceptar que, mientras continúe la ilegalización de Batasuna, serán precisas las mesas extraparlamentarias para dialogar entre todos. ¿O sobre qué diálogo elucubraba Patxi López en la investidura?

¡Basta de ilusiones, exigencias, atajos, vetos y utopías! ¡Que los políticos realmente hagan su trabajo! Con realismo, con coherencia, con rigor. Que gobiernen, o dejen gobernar. Que busquen la paz, o dejen buscarla a otros. Que normalicen la vida política y social, o que dejen hacerlo a los demás.

La normalización exige que ETA cese de hacer daño (además del ridículo más pasmoso en el siglo XXI); que no reabra la kale borroka, otro signo de debilidad (y de estupidez); que Batasuna actúe racionalmente con su supuesta ideología; que el PSOE recicle a parte de sus políticos y, en caso contrario, les pida su paso al extremista PP; que el PP, tras la caída de Fraga, se “centre” (urgente); y que el Lehendakari del PNV sepa liderar este proceso con reconocimiento democrático a la pluralidad vasca exigiendo el respeto a todos los derechos humanos, y muy especialmente con el debido reconocimiento a todas las muchas víctimas de tan fratricida conflicto.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/normalidad.htm

Blogosfera Jeltzale

Ayer este nuestro blog tuvo el honor de ser presentado y figurar en segunda posición de la Blogosfera Jeltzale, nada menos que tras el de Iñigo Urkullu, Presidente del EBB de EAJ-PNV. Se trata de un renovado blog en WordPress que sucede a su antecesor en Blogger. A muchas personas que compartimos una visión "políRica" de la política nos parece muy interesante y esperanzadora la nueva orientación que se quiere imprimir a esta blogosfera de un partido central.

Porque las formaciones políticas están compuestas básicamente por electorado, fijado o intermitente, y por militancia, más o menos ortodoxa, y -en menor medida- por los cargos públicos que son lo más visible, pero en modo alguno lo único.

En el ciberespacio se están redefiniendo todos estos conceptos, se use o no la nomenclatura electorado 2.0, militancia 2.0 o representantes públicos 2.0. Y estos cambios irán trasvasándose de la blogosfera a la realidad ciudadana. La militancia como obediencia ciega es historia, e historia negra. El electorado como tribu, y como tributo permanente, no cabe en una sociedad contemporánea de personas formadas con criterio propio para decidir sus vidas y donde su voto debe ser convencido convocatoria a convocatoria.

Todo ello significa una nueva era de la representación y de la participación política. El poder ya no puede concentrarse en una cúpula que sólo se rodea de adeptos tan fieles que no escuchen a su entorno. Nadie que aspire a alguna representación pública podrá dejar de sumergirse en la realidad humana y social no sólo de sus simpatizantes, sino en el magma de la sociedad global, tan plural, compleja y diversa que no admite simplificaciones, ni se polariza por lemas electorales simplones y burdas descalificaciones que todavía producen vergüenza ajena.

La políRica que preconizamos se basa en un pacifismo beligerante, que repudia la violencia en todas sus formas y que se rodea de amabilidad para con todo. Ya no cabe hablar de adversarios políticos (con ironía se decía que los enemigos eran los del mismo partido) en otros opciones, sino de "complementarios" políticos. Porque la sociedad es como una familia, o viceversa, y en una familia no sobra nadie, sino que se refuerzan y apoyan para enfrentarse a los problemas comunes y generales.

Concluimos, agradeciendo esta destacada inclusión en la Blogosfera Jeltzale porque tratamos de ejercer una militancia crítica 2.0. Más aún nos negamos a usar un término tan militar y decimos que practicamos una "civilizancia" libre y constructiva. Cuando se estructure un poco más esta Blogosfera Jeltzale, nuestra primera propuesta será buscar y acordar una formación conjunta junto con otras blogosferas de otros partidos o de independientes para un análisis metapolítico en el marco de Politika 2.0 bajo el auspicio del Parlamento Vasco. Todo con el objetivo de que nos permita a todos avanzar como ciudadanía europea del siglo XXI, incorporando elementos de la web 2.0 para una mejor interpretación de la realidad (como en la Wikipedia que consensuó una historia común entre quienes defendían posiciones palestinas o israelíes) y para educar políticamente a civilizancias (militancias) y electorados en el respeto, aprecio y cooperación conjunta. En definitiva, hemos de aprender a sumar y sinergizar de acuerdo a una evolucionada perspectiva de la "política lírica", más acorde con los principios de una democracia que pasará de ser escasamente representativa (con listas cerradas,...) a ser crecientemente participativa. Nada sentimos más obsoleto que la caduca política épica del enfrentamiento continuo entre demócratas durante demasiados años que hemos sufrido, incluso bajo la aberrante amenaza de la violencia mortal. Confiemos en que las nuevas formas de relación bajo pautas de la blogosfera global mejoren cualitativamente nuestra vida política.
La música del vídeo corresponde a la canción "Baga, biga, higa" de Mikel Laboa (quien hace un año exactamente que nos dejó) en una secuencia de "La pelota vasca".