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Volviendo a un coche híbrido Lexus después de un Tesla Model 3

Lexus CT 200h
Mantenemos en la familia el Lexus CT 200h Executive de hace apenas cuatro años que, circunstancialmente, hemos debido retomar porque tras el confinamiento por el COVID-19 se había quedado sin la batería convencional. Ha sido bastante fácil reconectar la batería de 12 Voltios, pero estos híbridos "auto-recargables o recargables" se ponen en modo ECO y al apagar el motor de gasolina no recargan la batería común si no se fuerza el requerimiento del motor térmico. La solución ha sido poner el modo Super-Sport que, gastando más gasolina, exige el motor de gasolina para recargar la batería de níquel hidruro metálico.

Retomar durante un rato un coche no eléctrico al 100%, y no Tesla, es algo muy instructivo. Aunque el Lexus CT 200h es muy práctico en ciudad, cómodo de manejar y silencioso, nada tiene que ver con el Tesla Model 3. Parece que el coche va lento, no acelera, no se ve hacia atrás (a pesar de su excelente pantalla) porque no tiene TRES cámaras traseras,... 

Imposible describirlo pero pasar a un Vehículo Eléctrico a Baterías (BEV) es un proceso irreversible que no tiene vuelta atrás. Es retroceder en el tiempo treinta años, aunque apenas haya pasado cuatro años y dos meses, y el Lexus CT 200h siga siendo uno de los mejores híbridos actuales.
Lexus CT 200h Executive
En un post anterior sobre este Lexus, hace unos días, un comentario nos preguntaba sobre si recomendaríamos este híbrido "auto-recargable" en este momento, como sí lo hicimos hace cuatro años cuando nuestro anterior Audi A6 nos dio el último de muchos disgustos. Copio aquí la respuesta, algo tardía por el veraneo, que le transmití: 

"Sigue siendo el Lexus CT 200h un coche práctico, fiable y económico,... Pero ya no recomiendo los híbridos, ni recargables ni "auto-recargables", porque suman las desventajas de ambos sistemas de energía (mantenimiento caro de los térmicos, complejidad de su motor de combustible fósil y peso de las baterías en los BEV). Hoy ya hay coches eléctricos 100% relativamente baratos, sobre todo si se contabiliza que apenas tienen mantenimiento y el ahorro se acumula a lo largo,... A día de hoy, si puedes adquirirlo ya o esperar un poco con el térmico hasta que haya más competencia,... y se abaraten más en su precio inicial. Datos a recordar: Mínimo de 50 kWh de batería, 100% eléctrico, y nada de combustibles fósiles. Saludos cordiales".
Otros posts sobre AudiLexus y, sobre todo, Tesla.
Álbum de imágenes del Lexus CT 200h Executive.

Peugeot VLV (Voiture Légère de Ville), un coche eléctrico de 1941

Peugeot VLV (Voiture Légère de Ville), un coche eléctrico de 1940
La necesidad aguza el ingenio, algo que queda demostrado con el Peugeot VLV (Voiture Légère de Ville), un coche eléctrico nacido en 1941 en una Francia ocupada por los nazis y en plena II Guerra Mundial. Las penalidades y limitaciones de una etapa en la que toda la industria se afanaba en la producción de máquinas de guerra, Peugeot se aventuró a lanzar su primer automóvil eléctrico, un Vehículo Ligero Urbano. Era un cuadriciclo convertible equipado con baterías de 12V y que podía llegar a los 40 km/h y contaba con una autonomía de 80 km. Hasta 1945 se vendieron 337 unidades.

Los automóviles civiles pasaron a un segundo plano y sufrían fuertes limitaciones de materias primas imprescindibles como combustible y metal, que se destinaban prioritariamente a vehículos militares  de la logística de guerra. Los ingenieros de La Garenne, el centro de desarrollo de Peugeot en el noroeste de París, tenían ante sí el desafío de superar todas las restricciones provocadas por el conflicto para lanzar un nuevo modelo al mercado. Se pusieron manos a la obra en 1940, en los primeros compases de la administración militar alemana en el territorio francés.

El primer obstáculo que parecía insalvable fue el combustible. La gasolina se destinaba al uso militar y era racionada siendo extremadamente difícil de conseguir para alimentar vehículos civiles. Algunas alternativas de la época fueron el empleo de metano y de gasógeno. Peugeot, sin embargo, se decantó por la energía eléctrica.

El hierro también era muy complicado de obtener puesto que se destinaba a la producción de máquinas de guerra. Se recurrió al aluminio para la carrocería y se dibujó un automóvil de pequeñas dimensiones para no necesitar demasiado metal y, de paso, mantener un peso liviano. En su afán por el ahorro en este metal se diseñó como un descapotable con el techo de tela.

El 28 de marzo de 1941 se dio por concluido el proyecto, cuyo desarrollo había durado menos de un año. El coche se presentó el 1 de mayo causando una gran sensación porque se trataba de la primera aventura eléctrica de una gran marca francesa. Algunos medios señalaron que era “una manera conveniente de viajar por la ciudad y en los suburbios” y otros hacían hincapié en las prestaciones, consiguiéndose una velocidad “similar a la de un ciclista de buen nivel pero sin el menor esfuerzo”.

El modelo, pequeño pero encantador, se puso a la venta en junio. La parte delantera era ancha y contaba con un único faro para iluminar las carretas y su línea se iba estrechando hacia la trasera. Sólo 33 centímetros separaban las ruedas traseras del Peugeot VLV, lo que lo convertía en casi un triciclo. Sólo tenía 2,67 m de longitud, 1,21 m de anchura y 1,27 m de altura, dejando el espacio justo para dos ocupantes. El techo se plegaba manualmente sobre la parte posterior o podía desmontarse.

El motor eléctrico Safi animaba al eje posterior mientras que las baterías estaban colocadas bajo el capó de la parte delantera. Las dos ruedas traseras estaban muy próximas entre sí -la vía trasera era de sólo 33 cm- eliminando la necesidad de un diferencial y dando la impresión de ser un triciclo. Sólo contaban con un único freno de tambor con un circuito independiente de los frenos delanteros.

Las cuatro baterías de ácido-plomo de 12 voltios conectadas en serie sumaban 160 kg en la báscula, lo que llevaba al Peugeot VLV hasta un peso total de 348 kg. Contaba con una autonomía de entre 70 y 80 kilómetros, un dato que no está nada mal para el ancestro de la tecnología que actualmente ofrecen los modernos coches eléctricos. La recarga completa llevaba unas 10 horas y se podía hacer en cualquier enchufe doméstico.

Este Peugeot desarrollaba una potencia de 1 kW (1,3 CV), suficiente para alcanzar los 30 km/h de velocidad punta, un dato discreto pero tampoco hacía falta mucho más para moverse en el tráfico urbano. Una ingeniosa función boost elevaba la potencia hasta 3,5 CV de forma puntual y permitía que en llano se alcanzase una velocidad máxima de 36 km/h. Este aumento de prestaciones se lograba pisando un interruptor con el pie izquierdo a la vez que se aceleraba a fondo con el derecho.

El manual de uso hacía muchas recomendaciones a la hora de circular por pendientes. Se recomendaba buscar rutas con desniveles inferiores al 4% aunque eso significase hacer un recorrido más largo. El fabricante desaconsejaba tratar de subir cuestas de más del 11% de desnivel porque, además de descargarse la batería con más rapidez, el motor podía recalentarse. Evidentemente, circulando cuesta abajo con un fuerte desnivel podía sobrepasar la velocidad máxima teórica pero Peugeot aconsejaba no superar los 50 km/h porque podría dañar el sistema eléctrico -además de ser una temeridad-.

Las puertas se cerraban con un pasador como la puerta de una casa y las ventanillas se podían subir y bajar manualmente, siendo éste el único lujo del pequeño automóvil galo. El interior del utilitario eléctrico era muy austero y todo estaba realizado en metal, incluyendo el salpicadero e incluso el volante -aunque podía estar forrado de cuero sintético-. Una pequeña palanca permitía invertir el movimiento del motor si se quería ir hacia delante o marcha atrás.

El proceso de fabricación fue casi artesanal y muy lento, especialmente porque la producción era interrumpida constantemente por las dificultades en el suministro de materias primas. Finalmente el régimen imperante en Francia prohibió a Peugeot realizar actividades diferentes a la producción de guerra y supuso el final del utilitario eléctrico. Se produjeron 377 unidades hasta febrero de 1945.

Hoy en día quedan pocos Peugeot VLV porque era muy costoso y resultaba tremendamente difícil conseguir un permiso de conducir en aquella época. Así, no es de extrañar que la mayoría de las unidades acabaron siendo usadas por médicos, abogados y el servicio postal. Fue el primer y único automóvil eléctrico de Peugeot en el mercado durante 50 años, hasta la aparición del Peugeot 106 Électrique en 1995.

Fotos iniciales recogidas por María López-Tapia.

Convocatoria del VI Encuentro Anual de GetxoBlog

El próximo sábado 22 de noviembre de 2014 celebraremos la VI Edición del Encuentro Anual Getxoblog reuniendo a 101 influyentes bloggers. La actividad principal será en el Centro de Conocimiento de BiscayTIK, ubicado en la finca de  Bake Ederc/ Zugazarte, 32, Getxo, cerca de Metro Areeta (acceso)La sede en BiscayTIK, es perfecta por sus magníficas instalaciones y por la inmejorable acogida que siempre nos brinda.

El encuentro de este año se celebra bajo el lema "101 bloggers soñando en Getxo" con la misión de reunir durante un día a bloggers en activo, difundir Getxo en el ciberespacio y acercar las posibilidades de Internet a la ciudadanía (de Getxo o de donde quiera), muy en línea con los objetivos de BiscayTIK. Los objetivos se concretan en reunirnos, pasar un rato o unas horas, difundir Getxo en el ciberespacio y acercar las posibilidades de Internet a la ciudadanía (de Getxo, de Euskadi o de donde quiera),... 

Confiamos que, como de costumbre, este VI Encuentro Anual GetxoBlogserá transmitido por streaming por Venan Llona con el equipamiento dei2basque. Avanzamos un programa que se está cerrando por sus diversos equipos de coordinación.

Programa definitivo del VI Encuentro Anual GetxoBlog
  • 9:30 Registro individualizado de asistentes, con identificación por nombre y DNI. Se ruega puntualidad. 
MESA INICIAL
CINCO BLOQUES TEMÁTICOS

11:00 I MESA de TROLLS

11:20 II MESA de GASTRONOMÍA
12:00  Iñaki Elorriaga, Director del Salón del Cómic y Manga de Getxo, nos presentará e INVITARÁ (con 100 entradas) aXIII Salón del Cómic de Getxo, que se celebra en la la carpa de la plaza Estación de Las Arenas.

12:10  III MESA: Aprendizaje solidario 

12:50  IV MESA BLOGUERAS: NosotrAs contamos

        13:30 V MESA: Debate político
          NETWORKING y comida opcional
          • 14:10 En el restaurante "Los Tamarises", en la playa de Ereaga, se ofrecerá una comida opcional al precio de 20€ (IVA incluido): Aperitivo: Nuestra Gilda,  Cucurucho crujiente de queso y huevas de trucha,  Croquetas de chistorra.  Menú : Pochas guisadas con morcilla y chorizo,   Lomo de merluza asada sobre alga wakame.  Postre: Tostada de pan brioche caramelizada con confitura de naranja.  Debe hacerse una reserva, a confirmar en el evento.
          En esta ocasión, por felices acontecimientos, no hemos podido contar para el cartel, con una obra de la bloguera getxotarra, Ana Belén Llorente de Pablo. Por lo que hemos utilizado otra imagen adaptada, que fue cedida por Carmen Gómez Pablos.

          INSCRIPCION en el Encuentro, gratuita pero obligatoria.
          (Aforo para 101 bloggers. Las personas ponentes también deben inscribirse.)
          PRERRESERVA PARA LA COMIDA, QUE SE CONFIRMARÁ EL 22.
          Hashtags: #getxoblog - #getxo - #biscaytik.
          Más entradas sobre los Encuentros Anuales GetxoBlog.

          La experiencia más gozosa

          Cuando ya se peinan canas, es hora de revisar las ocasiones más felices e inolvidables de toda una vida.

          Del nacimiento nadie se acuerda, pero sí de los primeros años de una infancia feliz. El parque, los juegos, los hermanos, los primos, las vacaciones en el pueblo, todo fue muy agradable y digno de recordar. El día de la primera comunión, con la sensación de ser el protagonista por una jornada. Los estudios acabados, el ingreso en bachillerato, las reválidas superadas, la selectividad, la universidad, la carrera, el inicio de los diferentes trabajos, el progreso profesional, las oposiciones ganadas,… todo memorable.

          Mucho antes, desde la universidad, el descubrimiento del amor, el hechizo de la pasión, el compromiso, la boda, los años sin hijos, el nacimiento de la primera hija, del segundo hijo,… todo insuperable. Verlos crecer, sus estudios, sus amores,… todo inmejorable. Un largo matrimonio dichoso, una pareja enamorada con quien compartir todo,… algo inigualable. De las cosas uno se acuerda, los coches, las casas,… pero lo indeleble son las personas, las ya desaparecidas y las que nos hacen felices todavía.

          Pero si hubiese que elegir unos instantes deliciosos, casi gloriosos, en este momento elegiríamos aquellos en los que con los hijos pequeños se revive la historia de la infancia, el descubrimiento de lo nuevo, los viajes, lo novedoso, las fiestas de celebración. Oír cómo aprender tus hijos e hijas, verles comprender conceptos complejos, sentir su inteligencia en desarrollo,… eso es lo más maravilloso que ha sido otorgado a la humanidad. Ése sentimiento también se emula en la docencia, con el alumnado que aprende ante nosotros. A quienes ya vivimos esa etapa con los hijos, nos queda esperar para revivir la existencia, por tercera vez, con los nietos.

          Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/masgozosa.doc

          Eludir elegir

          ¡Cómo nos complicamos la vida moderna! Han sido los franceses, como en otros muchos casos, quienes han creado la expresión óptima para definir el engorro de elegir: “l'embarras du choix” (l'ennui de choisir). Antes vivíamos en una realidad donde la capacidad de elección era mucho más reducida, en todos los ámbitos. La vida cotidiana se ha transmutado por la multiplicación infinita de opciones. Antes el pan era pan, y se medía en barras. Ahora hay que hacer un curso sobre las modalidades y variantes de panecillos, dispensados en toda suerte de formas, pesos y gustos. Las marcas, los modelos, las modas,… han surgido hasta complicar cualquier decisión por la diversidad y sobreabundancia de posibilidades. 

          Antes los vehículos eran moto Sanglas, cochecito Biscuter, coche 600 y supercoche 1500, a elegir de color blanco o negro. La “tele” era la única cadena, la cerveza era una (de barril), el agua una (de grifo), el vino uno (¡a saber de dónde!), y las bebidas alcohólicas coñac para los hombres y anís para las mujeres. Ahora se usan agendas electrónicas para las cosechas de vinos y los coches los hacen personalizados, por lo que o te conviertes en experto de todo o te buscas un asesor personal para cada tema. 

          Hasta las decisiones más importantes las resolvías sin las actuales plétoras de opciones. Estudiabas lo mismo que tu hermano mayor por aquello de aprovechar los libros, o no estudiabas; y veraneabas siempre en el pueblo yendo el mismo día 24 de junio y volviendo el 30 de septiembre. Claro que en cualquier referéndum de la época te facilitaban el dilema, permitiéndote escoger entre "Sí, que se quede" o "No, que no se vaya". 

          Ya sabemos que en política siempre hay que elegir entre dos males, y es de aplicación el aforismo “De duobus malis, semper minus est eligendum” (Entre dos males, elegir el menor). Tampoco el verdadero drama reside en elegir entre el bien y el mal; sino entre el bien y el bien. Ahí radica el enredo… Es cierto que la libertad de elegir es agradable y nos permite diferenciarnos unos de otros, pero también puede ser agotador el elixir de elegir. Te ofrecen decenas de variantes de comidas, de bebidas, de cortes de pelo (eso de ¿cómo lo cortamos hoy?, ¡pues como siempre por el extremo libre…!). Lo peor es que estamos educando a los niños a que elijan las tonterías mayores (¿cuándo querrá el nene tomarse la medicina?), y luego nos sorprendemos de que se conviertan en unos caprichosos maniáticos de hacer todo de una manera concreta, con una marca determinada y cuando les dé la gana. 

          Debo terminar esta disquisición porque me enfrento a la elegía de elegir entre una docena de periódicos distintos mientras escojo entre treinta variantes de infusiones para tranquilizarme antes de comparar las cuarenta tarifas de coste telefónico para llamar y seleccionar entre dos mil destinos turísticos diferentes, y finalmente comprobar cómo el pasaje de avión me ha costado el triple que a mi compañero de viaje. A veces resulta agotadora tanta pluralidad. 
          Choice hellhole,  l'embarras du choix, el enojo de elegir
          Algunos comenzamos a cansarnos con aquella triple pregunta del barbero: ¿Silencio o conversación? ¿Fútbol o toros? ¿Favor o en contra?, y terminamos de hartarnos después de emplear veinte minutos respondiendo a un obsequioso maître, que está retrasando nuestra pitanza con un intrincado cuestionario gastronómico que exigen un doble doctorado como chef y sommelier para no hacer el ridículo. “¡O tempora, o mores!"