Mostrando las entradas para la consulta eta paz ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta eta paz ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

Representatividad y responsabilidad en política

Los partidos suelen contener dos o más “almas” políticas; las personas sólo hemos de mantener un alma, que ojalá sea totalmente libre y responsable.

La realidad política vasca (u otras) merece ser analizada desde dos criterios básicos, de representatividad social y de responsabilidad histórica. Más aún en esta coyuntura histórica en la que la violencia puede desaparecer de un escenario distorsionado por su crónica influencia.

La representatividad política debe derivarse, exclusiva e inequívocamente, de la única fuente de legitimidad democrática: las urnas. Sólo los votos contados escrupulosa y puntualmente otorgan representación, sin más consideraciones que las del respeto a la igualdad de oportunidades en las convocatorias electorales. Quizá el panorama vasco se ha visto afectado por la aberración de la violencia, en múltiples sentidos que convendría superar lo más urgentemente posible. Por supuesto, sólo los votos válidos y positivos confieren representación, porque los votos blancos, nulos o la abstención expresan opciones legítimas,… pero no computables en la imagen global de delegación política.

La representación efectiva de las distintas formaciones políticas vascas se ha deformado por factores que merecen ser enumerados, y cuya cuantificación sería de cálculo polémico. Por un lado, están algunos agentes habituales en cualquier sociedad contemporánea, como son los medios de comunicación que prestan especial atención a determinados partidos en función de sus intereses corporativos (eufemísticamente coincidencia ideológica) o de la capacidad de los partidos para “generar noticias” (generalmente por su facultad de convocatoria de sucesos inusuales). Por otro lado, el poder provee siempre más tribunas: poderes públicos (incluido el judicial que también conforma proselitismo), poderes mediáticos (ya citados y multiplicadores) y los poderes económicos (subyacentes dado que son origen y destino de la influencia política).

Lo cierto es que aunque un partido (como el PSOE o el PP) hable desde las macrocorporaciones de prensa, desde la (ex)presidencia de gobierno, desde la judicatura, desde la patronal empresarial o desde el defensor del pueblo, sus votos son sus votos en cada marco administrativo. Análogamente, que la autodenominada izquierda abertzale hable desde Batasuna y desde EHAK incluso mientras ETA aprende a balbucear sin disparar, no triplica sus votos, por más que semana tras semana sus simpatizantes desfilen en las distintas capitales vascas con un empeño digno de la mejor causa.

Los ciudadanos sólo ejercemos nuestra decisión política una vez, al votar, sin que podamos añadir peso al voto individual por más que pertenezcamos a un sindicato, a una iglesia, a dos asociaciones profesionales, a tres sociedades deportivas o a siete plataformas sociales. Por salir a la calle con una pancarta cada fin de semana no aumenta nuestro valor político, aunque sí la pretendida visibilidad social.

La responsabilidad política deriva, a escala individual o colectiva, de la libertad. Somos responsables, en tanto que somos libres. Esto vale para las personas, a título individual, para los partidos políticos o para el conjunto de la sociedad. Y la responsabilidad es acumulativa, no desaparece cuando cambia una legislatura, ni siquiera cuando cesa la violencia política.

Los partidos, ya estén en el gobierno o en la oposición, son responsables de sus anteriores actuaciones parlamentarias, sociales y, en su caso, gubernamentales a escala municipal, territorial o nacional. Igualmente, las personas que han ejercido su libertad de actuación, deben responsabilizarse de sus actos. Incluso la sociedad como conjunto debe ser coherente y asumir su responsabilidad histórica, especialmente ante quienes fueron víctimas de lo que colectivamente no se quiso, supo o pudo impedir. Todos, sociedad, partidos y personas, hemos de responder de nuestras obras, de nuestras palabras,… y de nuestras silencios.

Como en cualquier país del mundo, en la sociedad vasca coexisten partidos políticos con muy variable grado entre el prosaico pragmatismo y la entelequia sublime. Y, al igual que sucede por doquier, el grado de realismo se adquiere desde las posiciones de gobierno ejercido, mientras que la oposición pertinaz suele derivar hacia la quimera. Sólo así entendería un ajeno a la política vasca que una entidad como Batasuna reitere hasta la saciedad su petición de un marco de referencia (el conjunto de Euskal Herria) donde sus posiciones políticas (independentismo albanés) y sociales (confuso marxismo) se hacen aún más minoritarias que en la Comunidad Autónoma Vasca.

Muchos vascos deseamos superar un pasado político desfigurado por demasiada violencia, y donde las voces (cuando no gritos) no se distribuyen en función de los votos. Ansiamos y merecemos una paz serena que nos permita mostrar una panorámica despejada de la representación política del pueblo vasco, en la Comunidad Autónoma, en la Comunidad Foral y en Iparralde. Quizá reduciendo la dispersión de voto entre tan numerosas opciones partidistas, donde los micropartidos habrán de fusionarse o desaparecer, para sobrepasar un porvenir de algarabía con diez o doce partidos (PNV, PSOE, Batasuna –con sus innumerables denominaciones-, PP, UPN, CDN, EB, IU, EA, Aralar, y los vascofranceses), con el resultado de gobiernos multipartitos de gestión inconexa en minoría parlamentaria. Entonces habrá que asumir, sin lastres, sin vetos, sin tutelas, sin miedos, toda nuestra responsabilidad a la hora de votar y todo el valor de la representación política que resulte. Con naturalidad y madurez Versión .DOC para imprimirejerceremos una democracia que nos permita ser más responsables, más tolerantes, más solidarios y, seguramente, más felices.

Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/rere.htm

Re-solución vasca

Al final todos hemos entendido que primero es la paz y después la política. Sólo falta que también deduzcamos que el interés partidista viene detrás de la convivencia democrática en una sociedad plural.

Batasuna se enorgullece de que cuando ellos lo entendieron (el 14 de noviembre de 2004 en Anoeta y proclamaron su compromiso de usar vías "exclusivamente políticas y democráticas"), lo entendieron todos. Aunque no es mérito alguno ser el último de la clase (política) en comprender el problema, sí es motivo de satisfacción para todos y un hito histórico que, al final, la esencia de la cuestión sea indiscutible.

ETA sobraba y estorbaba, como decíamos casi todos antes y ahora absolutamente todos. ETA desperdició, una vez más, la penúltima tregua que ofreció en septiembre de 1998, poco después de aquel viernes santo (10-4-98), fecha en la que pudo sincronizar con el IRA el cese definitivo de la violencia política en Europa.

11 +11 =22. Después vendrían los trágicos 11-S de 2001 y el 11-M de 2004, que resaltaban hasta el infinito la aberración ética y política de la violencia, incluso ante las conciencias más aletargadas o ideologizadas. Aquello, de impacto en el panorama internacional, provocó este feliz 22-M de 2006, cuando se comunicó el alto el fuego permanente.

El fin del latrocinio. Se ponía final a un insufrible robo de vidas humanas, de familias rotas, de personas mutiladas, y de daños personales irreparables. Pero el rapto había sido inconmensurable en otros aspectos también decisivos: la violencia nos había hurtado una inmensidad de recursos humanos y materiales, de tiempo de reflexión, de espacios de debate, de incalculables frutos de una convivencia abierta y dialogante que no disfrutamos.

De la regresión hacia el progreso. Ahora se abre una etapa acelerada de reconversión de enfrentamientos en sinergias, y de escoltas en educadores. Confiamos que nuestros hijos puedan olvidar y que todos vivamos una fase de relanzamiento de una sociedad puntera que cierra una profunda herida, y que pone a la política en su lugar propio, pero no en el centro de toda nuestra existencia como ciudadanos.

De la alta política a la gestión política. Queremos que se traten y resuelvan, con políticas sectoriales, nuestros problemas cercanos y que nos afectan a todos (educación, sanidad, pensiones, vivienda, economía,…), y de ahí se derivará la necesidad de revisar periódicamente los marcos políticos o administrativos.

Participación política por las urnas. Estamos hartos de tanta manifestación histórica… cada semana. Las manifestaciones que queden para las grandes ocasiones. Nos sobran muchos de esos compulsivos convocadores de desfiles callejeros cada sábado. Nos reservamos el voto, que es lo que cuenta, para el intenso calendario electoral que se avecina en 2007-2008-2009, y para alguna consulta popular final bien pergeñada.

Panorama partidista simplificado. El cóctel político vasco se va remansando, y se encaminan mejor aquellas formaciones que buscan el voto sereno, en las convocatorias electorales previstas o en una consulta popular final prevista para un nuevo Estatuto o Estatus político. Probablemente se reordenará el escenario de partidos, desapareciendo rarezas coyunturales (como EHAK) y la desproporcionada representación de algunos partidos testimoniales (como EA, EB o Aralar).

La definitiva solución del problema vasco está cada día más cerca… porque es firme, unánime e imparable nuestra resolución de buscarla, acordarla y construirla sobre cimientos de paz.
Versión .DOC para imprimir
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/resolucion.htm

En la antesala de la paz

Necesitamos la paz para normalizar nuestra existencia y asegurar un futuro de progreso social, económico y político.

Se ha especulado demasiado con la inminencia de un comunicado en el que ETA declare el fin de violencia. Con filtraciones interesadas, como la recibida por los rotativos barceloneses El Periódico y La Vanguardia que publicaron en portada un anuncio del alto el fuego de la banda ETA el 15-2-06. En Euskadi incluso fue vox populi el bulo de que ese día ETB a las 15:00 daría la noticia siguiendo instrucciones adelantadas y que se confirmarían minutos antes.

El "Ya viene, ya viene..." había sido animado por las declaraciones del presidente Rodríguez Zapatero, con el célebre «inicio del principio del fin», nada menos que en tres ocasiones durante la semana anterior: Tras el Consejo de Ministros, en el aniversario del asesinato de Tomás y Valiente, y en el Congreso de los Diputados para responder a Rajoy. También Ibarretxe ha reconocido que "se está esperando la decisión de la banda terrorista" y "que hay que estar preparados para cosas buenas", aunque sin poner plazos concretos. Sin embargo, el dirigente de Batasuna, Pernando Barrena, se refería a las informaciones de los dos diarios catalanes como "titulares pomposos y llamativos", de "supuestas informaciones" y de "falta de rigor".

Había coincidencia, sin embargo, entre lo dicho por Zapatero, “el proceso será duro, largo y difícil”, y lo anunciado por Arnaldo Otegi, "existe una oportunidad abierta para solucionar el conflicto" vasco, aunque el proceso, que es "mucho más" que una tregua de ETA, será "difícil, duro y largo". Tres adjetivos coincidentes que, aunque anuncian una anhelada expectativa, la fían para lejos.

Los indicios favorables de que ese amanecer está cerca son muchos y significativos: El 23-2-06 se cumplirán mil días sin atentados mortales, y el 30-5-06 serán tres años con muchas otras víctimas, pero sin más sangre derramada. Y cada día que pasa sin muertos hace más improbable e impensable una vuelta atrás.

Otros signos positivos del proceso de distensión social son la formalización de relaciones, por primera vez en la historia, entre el sindicato abertzale LAB y el socialista UGT, o el manifiesto a favor del proceso de paz en Euskadi que parlamentarias de todos los partidos vascos (excepto el PP) intentar acordar para el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

El gobierno socialista ha dado pasos significativos, el principal de los cuales es la resolución parlamentaria de mayo de 2005, aprobada por todos los partidos menos el PP, y que recoge, a su vez, el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea de enero de 1988, sobre cómo conducir un eventual proceso de paz.

El sistema de las dos mesas (la mesa del Gobierno y ETA, y la mesa de partidos) parece aceptado por todos los agentes políticos, excepto el PP que sobreactúa a la desesperada buscando unos réditos electorales a corto plazo, que algún día se volverán en su contra. Otegi señalaba que la mesa esencial era la de los partidos, dando por supuesto que en la otra hay que tratar poco (la carta de la política penitenciaria). Los demócratas sólo exigimos que ETA no tutele el proceso político en Euskadi en la mesa entre partidos, cuyos agentes son los únicos que tienen depositada la representación de la ciudadanía en función y cuantía determinada por las urnas.

El tic-tac del reloj prosigue imparable. En Euskadi el hartazgo y la náusea son unánimes. No se ha conocido sino la violencia de la dictadura y luego la de la “lucha armada”. Está hastiado, del primero al último de sus ciudadanos, incluyendo las bases sociales de Batasuna que también saben que el tiempo de la violencia ha concluido. Además, la ilegalizada Batasuna quiere recuperar su rol político en las elecciones municipales y forales de 2007, y para ello gestiona que ETA proclame su cese. Desde noviembre de 2004 su Declaración de Anoeta apuesta exclusivamente por las vías políticas. Ya no se trata de un intercambio de paz por presos como condición previa al alto el fuego, sino de legalización de Batasuna tras un compromiso verificable de la retirada de ETA.

El ciclo de ETA está acabado, porque así lo perciben sus mismos integrantes. Ya sólo les queda, aunque suene cínico, pasar su último recibo del “impuesto revolucionario” y negociar la entrega de las armas. En “su mesa”, ellos no olvidan lo que dijo el propio Aznar en su época (en el frustrado proceso de paz de 1998 en Zurich, como en 1989 en Argel en tiempos de Felipe González), que “la ley se va a cumplir siempre, pero el espíritu tiene que ser abierto y generoso”. A pesar de la acusada politización partidista de algunos foros, para superar tanto y tan largo sufrimiento también las víctimas (que en muy distinto grado lo somos todos) aceptarían que se aplicase la generosidad de un Estado de Derecho.

Existe una triple obviedad en esta espera: 1º) Algún día llegará la ansiada paz. 2º) Ese día, cada minuto que pasa, está más cerca. 3º) Todos podemos hacer algo para adelantar esa fecha. Un buen consejo es que circule sin rubor el diálogo, el perdón, la tolerancia, la aproximación y la esperanza.

Versión para imprimir en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/paz.htm

Normalidad vasca

©Mikel AgirregabiriaEl pragmatismo político suele ser la mejor fórmula para establecer institucionalmente lo que la ciudadanía reclama.

Euskadi camina hacia la normalidad política, opinen lo que opinen reiteradamente los “analistas” oficiales de los periódicos, a sueldo fijo de sus respectivos intereses (económicos, principalmente). Porque el paisaje (y el paisanaje) político vasco ha estado grave y largamente alterado durante más de 25 años de inacabada “transición desde la dictadura”. En primer lugar, por la persistencia de ETA; seguidamente, por Batasuna con su inconfundible modo de hacer (o no hacer) política; y en último término, por la obtusa respuesta que el PP de Aznar dio al “conflicto vasco”, negando incluso la existencia de semejante panorama.

Quizá la suma de tanto absurdo dislate, y el hartazgo de la sociedad vasca (y española), permiten vislumbrar una salida cada vez más perceptible para la ciudadanía de a pie, que no para el perdido olfato de nuestra mareada clase política o de nuestra beligerante “opinión publicada” (que no pública). No se requiere ninguna “información privilegiada”, de la que tanto presumen algunos, para apreciar los “hechos” más significativos de lo que está sucediendo. La tenaz realidad se impone a los diagnósticos adulterados basados en confidencias o indicios, tan etéreos como desacertados.

Dato 1º: ETA, ha dejado de matar desde hace más de dos años (último asesinato el 30-5-2003). Las razones serán variadas, como su debilidad provocada por el rechazo ético y social casi absoluto, la infiltración que debe sufrir, el acoso policial, la saciedad de su mismo entorno de presos y familiares, y hasta porque el 11-S de 2001 y el 11-M de 2004 han revalorizado la náusea que produce la repugnante violencia, inaceptable para cualquier finalidad.

Dato 2º: Batasuna se ha dado cuenta de que los cuentos maximalistas no valen. Incluso su pertinaz electorado (12% en la CAV), ha empezado a exigir que actúen congruentemente como lo que dicen ser, un partido democrático abertzale. El 30-12-2004, los 3 parlamentarios más significativos de Sozialista Abertzaleak (Batasuna), Arnaldo Otegi, Joseba Permach y Jon Salaberria, votaron a favor del “Nuevo Estatuto de Euskadi”, interesadamente designado como “Plan Ibarretxe”, alcanzándose uno más de los necesarios para la mayoría absoluta en el Parlamento Vasco. Y el 23 de junio, EHAK (Batasuna) vuelve a la realpolitik apoyando a Ibarretxe con 2 votos, como es lógico en una situación “normalizada”, sin dar la menor cancha a un PSOE vasco que sigue buscando exclusivamente los votos del PP,… ¿De nuevo esperaban el PP y el PSOE que Batasuna (EHAK) siguiera con ellos sumándose al bloqueo del nacionalismo moderado, aunque lo hiciese todavía en el veto contra Atutxa?

Dato 3º: Desde Madrid ya no gobierna Aznar, ni sus herederos que exacerbaron la peor “vena patriótica”. A Rodríguez Zapatero no le interesa enconar el “problema vasco” para demostrar una supuesta firmeza que le reporte votos en España. Zapatero sabe que las claves (llaves) de la “solución vasca” residen en Euskadi, y su revalidación en las Elecciones Generales de 2008 requiere seguir gobernando en Catalunya, Galiza y… que en Euskadi asome una vía hacia la paz. Zapatero “parece” reconocer la realidad y seguramente no caerá en su mayor error potencial: Judicializar la política, solicitando al fiscal Conde-Pumpido que ilegalice a EHAK, como le piden algunos… de los suyos. El PSE, más centralista que el PSOE, también debe aceptar que, mientras continúe la ilegalización de Batasuna, serán precisas las mesas extraparlamentarias para dialogar entre todos. ¿O sobre qué diálogo elucubraba Patxi López en la investidura?

¡Basta de ilusiones, exigencias, atajos, vetos y utopías! ¡Que los políticos realmente hagan su trabajo! Con realismo, con coherencia, con rigor. Que gobiernen, o dejen gobernar. Que busquen la paz, o dejen buscarla a otros. Que normalicen la vida política y social, o que dejen hacerlo a los demás.

La normalización exige que ETA cese de hacer daño (además del ridículo más pasmoso en el siglo XXI); que no reabra la kale borroka, otro signo de debilidad (y de estupidez); que Batasuna actúe racionalmente con su supuesta ideología; que el PSOE recicle a parte de sus políticos y, en caso contrario, les pida su paso al extremista PP; que el PP, tras la caída de Fraga, se “centre” (urgente); y que el Lehendakari del PNV sepa liderar este proceso con reconocimiento democrático a la pluralidad vasca exigiendo el respeto a todos los derechos humanos, y muy especialmente con el debido reconocimiento a todas las muchas víctimas de tan fratricida conflicto.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/normalidad.htm

Anticuada actualidad

©Mikel AgirregabiriaLa actualidad, distribuida mediante innovadores soportes de difusión, sólo cuenta viejas historias con nuevos protagonistas, sin más cambio que la cíclica permanencia.

A quienes tratamos de garabatear diariamente en algún blog, ocasionalmente nos escriben algunos lectores recriminándonos cuando nos apartamos de la “actualidad” para tratar temas intemporales o transversales. A ellos van dirigidas estas líneas, como justificación, excusa o lo que quiera que sea para mantener esas excursiones temáticas ajenas a la “tediosa actualidad”.

Porque la “actualidad” es sumamente aburrida o, al menos, la supuesta actualidad profusamente publicada. Y lo cierto es que a todos nos gusta la novedad, lo inédito, lo flamante, lo reciente, lo estrenado. Recuerdo que alguien me decía que la mejor marca es “nuevo”, cuando prefería cualquier producto (como una casa o un coche) recién hecho a otros de mayor calidad, pero usados. Pero entre la información no hay casi nada “nuevo”, ni “desconocido”.

Guerra: A escala planetaria o regional, persisten lamentablemente las palabras vacías y los estériles deseos de paz, mientras todos, desde Bush hasta ETA, se aprestan con sus acciones para el eterno combate sin final. Ello demuestra que todavía se creen aquello de “si quieres la paz, prepara la guerra”, el decadente lema romano (‘Si vis pacem, para bellum’). La industria bélica sigue moviendo la ciencia y el mundo. Nadie ha entendido a Pío Baroja cuando afirmaba que “En las guerras fracasan el que pierde y el que gana. Es un juego malo para los dos. Se consume demasiada riqueza y demasiados hombres, y el resultado es el mismo: miseria para todos”.

Política: Los dirigentes son los mismos, o sus herederos. El hijo de un Presidente norteamericano es reelegido, mientras su hermano se prepara para heredar la más poderosa república del planeta sin historia monárquica. En Europa, el rechazo a políticos que acumulan 40 y 50 años en el poder, incluido un ministro de Franco que se postula como presidente autonómico, han provocado una disociación entre el electorado y la clase política. Así no es de extrañar el divorcio entre el compadreo del politiqueo y la voluntad popular, que se manifiesta en toda oportunidad de referéndum, cuando la sociedad civil doblemente se revela y se rebela. Tampoco sorprende la pervivencia extendida de manifestaciones de toda clase, por la ineptitud política de canalizar las necesidades ciudadanas por vías parlamentarias.

Economía, educación, cultura, sanidad,… y tantos otros temas de máxima trascendencia social quedan pospuestos o marginados en círculos especializados de la información. Los grandes grupos de prensa prefieren no insistir en temas como la pobreza planetaria, si pueden glorificar la seguridad mundial aportada por la guerra de Irak. Así, casi nos olvidamos lo que hace décadas denunció Alvin Toffler, y que sigue plenamente vigente: “El 70% de todos los seres humanos actuales son la gente del pasado, viven, en muchos aspectos, como sus antepasados de hace siglos. Otro 25% forma parte de las sociedades industrializadas. El restante 5% forma la nación internacional del futuro”.

Deporte: Para que no se advierta en demasía la ausencia de genuina información, el deporte sigue rellenando las páginas y los telediarios (la antigualla del Panem et Circenses romano). Como el deporte desprestigia la portada de todos los días, entre las “innovaciones” aparecidas en los medios de comunicación se destaca quién fue “garganta profunda” en el caso Watergate y cómo se confirma que Napoleón murió asesinado en su exilio de Santa Elena. Dos novedades de hechos acaecidos respectivamente en 1970 y 1821, pura actualidad que se dice. Quizá sólo nos quede esperar algunas décadas más para saber quién mató al presidente Kennedy (1963), o barruntar cómo se produjo el accidente de Lady Di (1997), otros dos temas de “permanente y candente actualidad” en la única viva y creciente “prensa de corazón”.

Con esta mezcolanza embrollada de des-información trasnochada, entreverada con masiva publicidad comercial, no sorprende la enorme discrepancia paradójica entre las listas publicadas de los “principales problemas” de un país y los de su ciudadanía. Así parece que la formación, el paro, la vivienda o el empleo de calidad nos preocupan a todos nosotros, pero no a nuestros dirigentes ni a los comunicadores, más enfrascados en el movimiento de intereses y poltronas en ministerios y redacciones.

José Martí dijo una gran verdad: “Todo está dicho ya; pero las cosas, cada vez que son sinceras, son nuevas”. Quizá la notable falta de novedad en la información sea un significativo síntoma adicional de la deplorable ausencia de sinceridad.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/actualidad.htm

Pedir sin medir

La formación del Gobierno Vasco es un paradigma del “por pedir que no quede”, o como dijo el poeta: ¡Qué mina inagotable es el pedir!

1º Leemos en la prensa de ayer en grandes titulares: “EHAK reclama a Ibarretxe los ediles que habría obtenido Batasuna en 2003”. ¡Inaudito, porque la “ilegalización aprobada por el PP-PSOE” ha beneficiado en sobre-representación a todas las formaciones, pero muy especialmente a… EHAK! Si algún partido debe devolver “toda” su delegación política es la propia EHAK, que ni existiría parlamentariamente si retornase sus nueve escaños a Batasuna.

2º Batasuna dice que no está en el Parlamento Vasco, pero que sí lo está a través de EHAK. No se puede aducir que, además de los nueve de EHAK, Batasuna merece otros nueve parlamentarios. Cuando se juega a bloquear cualquier solución de gobernabilidad, lo justo es no revolverse demasiado. Como decía Salvador Dalí, “lo menos que puede pedirse a una escultura, es que no se mueva”.

3º El político catalán Francesc Cambó señalaba que “Hay dos maneras seguras de llegar al desastre: una, pedir lo imposible; otra, retrasar lo inevitable”. En Euskadi el problema no es solamente la complejidad de siete fuerzas (desaparecida ya Unidad Alavesa), sino las incompatibles demandas de todas ellas: EAJ-PNV liderazgo en minoría precaria con EA y Ezker Batua (y apoyo de Aralar); Ezker Batua sin aceptar apoyos de EHAK, ni de PP; PSOE exigiendo Lehendakari y sin más apoyo que el PP; PP sin cesión al nacionalismo vasco; y EHAK… ¿qué quiere Batasuna? Además se impone que el Proyecto de Nuevo Estatuto aprobado por mayoría absoluta en el Parlamento simultáneamente siga y se retire, se perfeccione y se anule.

4º Como descubrió Alejandro Dumas, “Uno se pregunta adónde irán todas esas gentes que nos encontramos, a pie o en coche, por las calles… Van a pedir algo a alguien…”. Parece que la clase política sigue al pie de la letra esto: No aportar nada y pedirlo todo. Para evitar el eterno empate a 33 parlamentarios, que históricamente sólo puede desnivelar el nacionalismo vasco moderado con los 9 escaños adicionales de Batasuna, sólo caben tres opciones:

- Que ETA mueva pieza hacia la paz y que Batasuna comience un juego político pleno, destinado a influir constructivamente y no a reventar toda posibilidad de acuerdo.
- Si lo anterior no se produce con brevedad de semanas, un gobierno en minoría (lógica y matemáticamente presidido por Ibarretxe), sin concesiones a las pretensiones absurdas y desmedidas de todos los lados.
- Si tampoco esto se alcanza con estabilidad en un plazo medio, de algunos meses, la convocatoria de nuevas elecciones para que los partidos políticos maduren sus actitudes y repiensen sus programas, y principalmente para que el electorado vasco recapacite, vote con alta participación y concentre sus votos en torno a las únicas opciones viables de administración: PNV-EA, PSOE-PP, o Batasuna.

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/pedir.htm

Final de ETA… o de Batasuna

Análisis electoral vasco a dos meses de la cita del próximo 17 de abril. Puede alcanzarse la anhelada paz: Hay suficientes voluntades, tiempo y espacio para ello.

Como preámbulo de toda consideración, quede explícito nuestro rechazo ético a toda forma de violencia, y menos aún si cabe para negociar o convencer políticamente. Sea una vez más toda nuestra solidaridad con las víctimas de cualquier forma de barbarie, y quede reiterado nuestro ferviente deseo de pacificación y normalización de la vida en Euskadi. Pero la política siempre requiere elevadas dosis de realismo y reflexión conjunta, especialmente cuando una plural ciudadanía ha de compartir un futuro común que resulte democrático, armónico y compatible con la diversidad y complejidad de la sociedad vasca.

Tras la tramitación por la vía de urgencia en el Congreso de los Diputados del Nuevo Estatuto para la Comunidad de Euskadi, el Lehendakari Ibarretxe decidió adelantar la cita con las urnas en tres semanas. Simplemente el ciclo legislativo estaba casi concluido (excepto las ultimadas Leyes del Suelo y de Igualdad para hombres y mujeres), y el proyecto de Nuevo Estatuto debía ser valorado en las urnas por la ciudadanía de la Comunidad Autónoma Vasca para dictaminar su apoyo social, que será determinante de su futuro en las negociaciones que, en un sentido u otro, se avistan por el horizonte.

El electorado vasco es relativamente estable, con dos únicas variantes de relieve en las últimas décadas. Por una parte, la variación en vasos comunicantes entre el PP y el PSOE del voto ‘españolista’ o constitucionalista, según quién gobierne en Madrid. La segunda incógnita es el fluctuante voto de Batasuna, en función de que pueda o no presentarse, así como de las instrucciones que dirijan a su base electoral, que existe en una dimensión cada vez más difícil de evaluar por las votaciones en blanco de las últimas convocatorias electorales.

Ambas variables, subida del PSOE a costa del PP y el efecto directo o inducido de Batasuna, son las que dificultan pronosticar el reparto final de escaños en el Parlamento Vasco. La mayor incertidumbre actual reside en la presencia directa o no de Batasuna. Su queja, ante el PNV, por el adelanto de 21 días es simplemente demagógico, porque todos sabemos que llega el calendario de las autonómicas y que este mínimo anticipo deriva más del trámite sumarísimo sufrido por el Nuevo Estatuto en Madrid, por decisión del PSOE y del PP, que por preferencia del tripartito vasco.

Los principales partidos políticos mantienen unas expectativas bastantes predecibles. PNV acude en decidida coalición con EA, bajo la figura de Ibarretxe y con el programa electoral más nítido que nunca. EAJ-PNV se ha movido históricamente entre 30 y 33 parlamentarios, olvidando los 25 de las primeras elecciones de 1980 con el CDS y contabilizando la suma con EA tras su secesión de 1986. Actualmente dispone de 33 parlamentarios, 26 de EAJ-PNV más 7 de EA. Cuenta con optimistas perspectivas sólo limitadas por su ya altísimo porcentaje en Bizkaia y Gipuzkoa, con el 43,7% y el 44,7% de un electorado con ocho opciones posibles (incluidos los partidos Aralar y UA). En Araba, la coalición PNV-EA con el 33,8% del electorado fue la de mayor representación en 2001, pero la nada proporcional cuota de 25 parlamentarios por territorio no favorece a la coalición para rozar o superar la mayoría absoluta en el Parlamento de Vitoria-Gasteiz. Además, al igual que la coalición con EA ha sido designada como estratégica por Josu Jon Imaz, también el Lehendakari parece apreciar la participación de Ezker Batua (Izquierda Unida) como un elemento transversal de continuidad, aunque existan otras posibilidades como algún parlamentario de Aralar que pudiera completar un tripartito exclusivamente nacionalista (PNV-EA-Aralar).

PSOE y PP intercambiarán posiciones, porque su techo de 19 representantes del PP fue una excepción que produjo la polarización de Aznar, Oreja… y Redondo. El PP volverá a su intervalo entre 2 y 16, incluida la facción de Unidad Alavesa (UA), con una insumisa parlamentaria. El PSOE con 13 escaños actuales, mantuvo 19 parlamentarios en 1984 y 1988, pero desde entonces oscila entre 12 y 16 parlamentarios, y ello a pesar de su proceso de fusión con parte de Euskadiko Ezkerra en 1992. IU-EB, tras su creación desde el PCE, ha variado entre 6 y 2 representantes en 1994 y 1998, por lo podrá mantener o quizá mejorar sus 3 presentes parlamentarios.

La gran cuestión es lo que sucederá con los 7 escaños de Batasuna. Está en la cuerda floja su visibilidad pública institucional, que no sus potenciales votantes excluidos por la Ley de Partidos Políticos de 2002. Sería deseable su participación, y mejor aún que fuese por el ocaso final de ETA, que afortunadamente no ha causado víctimas mortales desde el 30 de mayo de 2003 cuando asesinó con una bomba lapa a dos policías en Sangüesa. Paradójicamente, sus postreras demostraciones de “capacidad o de fuerza”, como las recientes bombas en Getxo, Denia y en Madrid, podrían estar jalonando su final no anunciado.

Algunos entienden que existen posibilidades ciertas de una tregua definitiva de ETA en estas semanas inmediatas. La rapidez, y la sorpresa como con el voto partido del 30 de diciembre, empieza a ser el último recurso de una Batasuna cada vez más encerrada (en varios sentidos del término). También cabría, pero es sumamente dudoso por no decir imposible, que Batasuna se desmarcase de ETA, pero eso en Euskadi prácticamente nadie se lo cree. Asimismo podría ser que, manteniéndose la inacabable amenaza etarra, Batasuna presentase unas “listas limpias”, lo que sería técnicamente mucho más factible que en elecciones locales y forales, por tratarse únicamente de tres candidaturas, una por cada territorio histórico.

Incluso con escapatorias de dobles listas, una más ‘contaminada’ y otra ‘pulcra’ que podría superar la acción fiscal, cualquier opción que no implique el cese de ETA (o la desvinculación de Batasuna) es azarosa para el porvenir político de Batasuna. Ha de superar una inercia de décadas y, aunque disponga de “listas presentables”, podría encontrarse únicamente con sólo 2 o 4 parlamentarios si ETA persiste. En 2001, tras la ruptura de la tregua de ETA, la representación de Batasuna se redujo de 14 a 7 parlamentarios justamente por la gran movilización del electorado que no se abstuvo, cuando Herri Batasuna se había movido siempre con un intervalo entre 11 y 14 escaños.

Todas las estrategias posibles de Batasuna entrañan serios inconvenientes para su continuidad: Plantear nuevamente el voto en blanco para contabilizar los nulos y sus “hipotéticos parlamentarios”, es demasiado reiterativo y puede desviar votos hacia alternativas más pragmáticas, sin que lo detecte el control de voto depositado. Predicar la abstención para contener la fuga de votos, refutaría su historia anterior, obstaculizaría el cálculo de su presencia social y podría hastiar a su último reducto electoral.

ETA debe desarmarse irrevocablemente. Primeramente por razones morales válidas desde siempre y por la degradación ética que supone su existencia. Además, y es un argumento menor pero al que podrían ser más sensibles sus simpatizantes, porque el canibalismo político de ETA –que tanto daño ha causado al nacionalismo vasco democrático- está aniquilando también a su única opción partidista, Batasuna. Máxime cuando concurren otras circunstancias históricas, como la presencia incipiente de Aralar o el liderazgo reforzado de Ibarretxe tras la gestión de una nueva iniciativa política de calado, con un recorrido futuro innegable aunque difícil de predecir en plazos y en resultados.

Batasuna no ha sabido medir ni siquiera el hartazgo de “su” electorado, cuyos votos –como todos- tienen fecha de caducidad y un máximo de 4 años. Sólo un final inmediato y definitivo de ETA, sin dilación, trampa ni cartón, podría aliviar el negro futuro político que espera a Batasuna. Y lo que es mucho más relevante, sólo la desaparición de ETA aliviaría el inmenso dolor generalizado de toda la ciudadanía vasca que lleva décadas reclamando y exigiendo la paz.

Últimos cartuchos

Batasuna no entendió a Salomón: Cree que finalmente partió al niño en dos. Felizmente hoy muchos se han quedado sin cartuchos.

Soy de esos aficionados a la política, como los futboleros que ven mucho deporte aunque no practiquen ninguno. En Euskadi hay grandes oportunidades para conversar de política, porque el panorama partidista aquí es muy plural y variado. La abundancia de parlamentos forales, autonómico, estatal y europeo ofrece frecuentes debates como en pocos lugares del mundo. Además, aquí hay una gran vocación de discusión política entre “entendidos de café”, generalmente dentro de una sana y eterna rivalidad, lamentablemente sólo teñida por la intolerancia violenta de unos pocos (que no merecen ser citados).

Hoy, 30 de diciembre de 2004 y día vacacional para algunos, hemos asistido a través de ETB-1 a un apasionante debate bilingüe de más de diez horas en el Parlamento Vasco, donde finalmente ha quedado aprobada por mayoría absoluta el nuevo Estatuto Político para Euskadi. Los detalles de la sesión serán publicadas en las próximas horas, por lo que quizá lo mejor sea recoger las propias sensaciones de un observador atento e inevitablemente parcial. Diez trazos para el recuerdo:

1. La sorpresa general ante la aprobación de la Propuesta.
2. El último invento de Batasuna, tras pregonar lo contrario y haber agotado todas las demás posibilidades de votar sí, no, en blanco o abstenerse: La partición salomónica de 3 votos favorables y 3 desfavorables. Sólo les queda patentar el voto individual en porciones ‘Baserria’ (El Caserío).
3. Con un poco de optimismo pudiera vislumbrarse un atisbo de despegue de Sozialista Abertzaleak de su tutela armada, cediendo finalmente al sentido político al no poder justificar en modo alguno ante sus últimos simpatizantes una negativa al Plan apoyando las tesis del PP – PSOE.
4. La posición diferenciada y digna de Ezker Batua (IU) en resplado del nuevo proyecto desde una visión federalista y republicana del Estado como nación de naciones.
5. Las reiteradas exposiciones y leves matices propios de la posición de Eusko Alkartasuna, con plena lealtad al programa presentado por Ibarretxe, e intitulado coloquialmente con su apellido.
6. La posición sugerente y pragmática defendida por el Partido Nacionalista Vasco desde el rigor de una extensa experiencia de gestión y desde una cuidadosa definición de un objetivo alcanzable bien definido y planificado.
7. El descoloque del PSOE que no se lo esperaba, y cuyas contradicciones internas en Euskadi y en el Estado les puede llevar a la desorientación total, tras haber encomendado su ponencia política a un tránsfuga del PNV como Guevara.
8. La vuelta al disco rayado del PP, dando protagonismo a la “banda terrorista”, y que probablemente con el apoyo de los medios de comunicación de Madrid asegurarán los mejores resultados electorales de la Historia… para el nacionalismo democrático vasco.
9. La serenidad final del Lehendakari, con algún rasgo emotivo, cuando ha señalado los siguientes pasos previstos.
10. Una impresión final de que la violencia hoy ha terminado en Euskadi. Han quedado mojados e inutilizados definitivamente los últimos cartuchos para impedir que la voluntad libre de la ciudadanía vasca se exprese sobre su futuro. Hasta los más radicales lo deben haber entendido: Una inmensa mayoría de Euskadi anhela la paz y quiere decidir por sí misma. También algunas opciones políticas que únicamente se valían del rechazo de ETA habrán de buscar argumentos para una sociedad normalizada donde debe regir el juego democrático y respetuoso de mayorías y minorías sociales, y donde el sentir nacionalista vasco es muy superior a los números derivados del 25-25-25 (Bizkaia, Gipuzkoa y Araba) de parlamentarios en Gasteiz.

Hoy es un gran día que inicia la etapa democrática en paz de Euskadi, Mañana decidiremos cómo seguimos o cómo mejoramos, pero sólo por nuestra democrática decisión sin vetos ni coacciones.

Subasta de Batasuna

Ante el chalaneo de votos de Batasuna en el Parlamento Vasco caben dos posturas: la de los nacionalistas vascos y la de los nacionalistas españoles.

Los medios de comunicación de Madrid resaltan que “Batasuna impulsa el Plan Ibarretxe con su abstención”. Claro que luego no dirán que con su voto negativo lo frenan. Algunos matizan más. El editorial de “EL PAÍS” del 21 de diciembre, titulado “Pelota de Batasuna” concluye así: “…De ahí que un eventual apoyo de Otegi en el pleno del día 30 le pueda poner en situación más que embarazosa [a Ibarretxe y al PNV], después de haber reiterado que no quiere los votos del nacionalismo radical mientras no repudie la violencia”.

Este dato, cierto, es revelador de dos posiciones ética y políticamente contrapuestas: Mientras los partidos del Gobierno Vasco, nacionalistas vascos, PNV y EA, así como IU, rechazan los votos de Batasuna hasta que esta formación se incorpore al juego político con rechazo explícito de la violencia, los partidos de la oposición PP y PSOE siguen dispuestos a sumar sus votos con los de Batasuna. Como lo harán el próximo 30 para rechazar el Plan Ibarretxe, los presupuestos y dificultar permanentemente la gobernabilidad de Euskadi. El baile conjunto de Batasuna con el PP y el PSOE, nada “embarazoso” para la prensa española, es tan obvio para toda la ciudadanía vasca que los respectivos electorados de estos tres partidos deberían pedirles cuentas, y especialmente los que se creen “abertzales radicales”.

Una predicción final: Dado que sólo esta “extraña alianza” entre ilegalizados e ilegalizadores permite el bloqueo del nacionalismo democrático, Batasuna seguirá presente en las Elecciones Autonómicas de mayo de 2005, en forma de agrupaciones independientes toleradas o de lo que sea. Porque saben el PP y el PSOE (sus últimas operaciones de marketing lo demuestran) que si pierden este “incómodo socio”, el Parlamento Vasco será un reflejo más coherente de la sociedad vasca real, mayoritariamente demócrata y nacionalista vasca.

Claro que todavía cabe una esperanza en estos meses: Que ETA abandone y nos deje a todos en paz definitivamente, para que podamos decidir libre y pacíficamente.

Charlas políticas en Euskadi

Escuchando a unos desconocidos hablando de política vasca en una cafetería.

- Nos esperan seis meses agitados políticamente, desde este diciembre hasta mayo de 2005.
- Esta vez las elecciones autonómicas serán muy diferentes, por lo que todos sabemos.
- ¿Te refieres a la ausencia de Batasuna?
- Eso es lo más significativo, pero existen otros datos como la dificultad de la alianza PP – PSOE, con Zapatero sin mayoría en Madrid y Maragall con ERC e IU en Catalunya.
- ¿Y crees que eso tendrá influencia en Euskadi?
- Las pasadas elecciones municipales y forales, sin Batasuna, presentaron un panorama radicalmente distinto, con mayorías holgadas de los nacionalistas en las diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa, y una situación incómoda para todos en Araba, con la coalición nacionalista como primer partido votado y un PSOE (tercero) que debe apoyar al PP (segundo). La inmensa mayoría de alcaldías, más del 90%, son regidas por nacionalistas vascos, excepto unas pocas de cierto peso con socialistas (Donostia) y alguna popular (Vitoria-Gasteiz).
- ¿Crees posible que Batasuna pueda presentarse?
- Era verosímil, hace unos meses, si aquellos a quienes más les conviene hubiesen hecho algún movimiento significativo. Pero ni Batasuna salió de su enroque para exigir el fin de las armas, ni el PSOE en el gobierno central ha movido ficha acercando a los presos. Todo parece conducir con las Elecciones Autonómicas a cerrar el ciclo de comicios sin Batasuna, lo que hará desaparecer sus estratégicos escaños de bloqueo en el Parlamento Vasco.
- ¿Queda tiempo para alguna sorpresa?
- Sólo se me ocurre el anuncio de un deseable alto el fuego definitivo de ETA, que libere a Batasuna de sus ataduras, aunque los últimos comunicados no son demasiado esperanzadores. Por su parte, el PSOE está muy condicionado por el pacto antiterrorista (o antinacionalista) y la persecución del PP en su cumplimiento es muy cerrada, con o sin Aznar.
- Para bien o para mal, cada partido está atrapado por sus declaraciones de los últimos años, o lustros.
- ¿Y el Plan Ibarretxe?
- El proyecto se ha adelantado para avanzar hacia la normalización política, aunque hay quienes creen que habría que esperar a la desaparición de ETA. Pero eso sería darles demasiado protagonismo. En el fondo sólo se trata de renegociar la relación Euskadi-Estado, superando el incumplimiento del Estatuto pactado anteriormente, que ha sido interpretado unilateral y cicateramente por Madrid.
- ¿Se ganará la votación del Nuevo Estatuto en el Parlamento Vasco a finales de este año?
- El proyecto es ganador… en cualquier caso. Previsiblemente Batasuna (Socialistak Abertzaleak) votará en contra, como ha advertido, junto al PP y PSOE. Con ello dejan al tripartito PNV, EA e IU (EB) con el programa electoral hecho para triunfar y repetir gobierno. Y si me apuras, incluso puede ser la siguiente administración un holgado bipartito sin Ezker Batua o un tripartito con la testimonial Aralar.
- ¿Y el voto en blanco de Batasuna?
- Sus potenciales electores habrán de enfrentarse a la disyuntiva de usar o dilapidar el voto. El riesgo del envite sube mucho, porque sólo caben dos mayorías: nacionalistas (con IU) o españolistas de PSOE más PP. Y estarán en juego muchos intereses familiares y sociales, como el euskera, la cultura o la educación, lo que importa y mucho a cualquier votante vasco.
- ¿Y hasta cuándo ETA?
- ETA tiene sus días contados. Por múltiples razones, comenzando por la náusea ciudadana universal que produce su acción, y porque lastra a todos, especialmente a Batasuna. ETA ha disparado y amenazado a casi todo el mundo, sólo le quedaban las escuelas (que no universidades), estadios, iglesias o medios de transporte donde atentar,… y esto ha ocurrido con el terrorismo de origen islámico.
- Un terrorismo a escala mundial, fuertemente asentado en España desde donde parece que Al Qaeda programó el 11-S, de corte fundamentalista y suicida que tiene como santuario a tres continentes y millones de potenciales reclutas.
- Este terrorismo de “pantalón largo” frente al de ETA, por desgracia se ha hecho notar, y las redadas finales de etarras demuestran que los sistemas antiterroristas españoles deben reorientarse, por lo que el juego de infiltración en ETA como justificación de fondos reservados y recursos se ha acabado.
- No lo entiendo. ¿Qué tratas de decir? Es muy serio lo que insinúas.
- El final de la “guerra fría” dejó en el paro a muchos espías. ¿Entiendes? ¿Has visto la película de “El lobo”? El fin de ETA significaba también el final de todo el sistema policial cronificado y esclerotizado que luchaba contra ETA. Además contribuía –con la sangre derramada- a desacreditar al políticamente más peligroso nacionalismo pacífico, el de la mayoría social vasca.
- ¿La permanente teoría atribuida a Luis Mª Ansón, que consideraba que ETA era una úlcera sangrante, pero que evitaba la imparable unión de los nacionalistas vascos?
- Hoy todo eso ha cambiado, Euskadi no es ya el mayor riesgo para la España centralista; lo es Catalunya o Andalucía donde nunca hubo ninguna ETA y donde los argumentos antiterroristas no sirven.
- La teoría de la “causa ensangrentada” ya no vale demasiado, ni la manida fórmula de los “escaños malditos” de Batasuna que no pueden sumarse con nadie.
- Así que el PP ha sobreactuado en Euskadi para ganar votos en España, y ello ha obrado finalmente en su contra, como sucedió el 13-M de 2001 aquí, con su campaña de bombardeo que tuvo un efecto boomerang por parte de la “Euskadi inmadura” (según Aznar). El pasado 14-M de 2004, el brutal atentado de Atocha con 200 víctimas mortales, también destruyó la vieja receta del PP para proveerse de votos recurriendo fuera de contexto y de la realidad al sempiterno miedo a ETA.
- El PP, con su peso electoral y mediático, todavía no ha asimilado el 14-M y aún se aferra a la culpabilidad de ETA como reclamo electoral, cuando debiera saber que –afortunadamente- ETA está al borde de su extinción.
- También el PSOE tiene cuentas pendientes por su subordinación al PP de Aznar. El recule parcial de los últimos meses, incluso la división periferia-centro de sus barones, todavía les ata mucho las manos.
- Lo cierto es que las palabras maniatan tanto como los hechos.
- Especialmente esto es aplicable a Batasuna, que es la única formación que no ha hecho catarsis de su cúpula dirigente y su vieja prédica sólo refresca la letra, pero no la música… militar. El declinante Otegi suena pretérito y caduco como Felipe, José Mari o Xabier, o como aquel Redondo o el Oreja que se abrazaron en plena campaña de 2001 y hoy están perdidos en la niebla del pasado.
- ¿Y las inercias en el voto? ¿Iremos al eterno empate? ¿El desánimo sobre las soluciones que aportan los políticos será mayor aún?
- La displicencia desaparecerá rápidamente, cuando la normalización y la pacificación sean más verosímiles y completas. Todos tenemos tal anhelo de paz, incluso de sosiego partidista, que los políticos ruidosos y desacreditadores se verán apartados, como ya lo han sido los más belicosos.
- ¿Cuál es tu quiniela final en parlamentarios?
- Las elecciones siempre las ganan… los que no las pierden. Y aquí, algunos perdedores son obvios. El PP tendrá que reconfigurar mucho su discurso, sin continuar siendo el único defensor del estatismo del Estatuto de Gernika,… que votaron en contra. Batasuna, o logra entrar en el juego político o se despide de sus últimos estrados, donde se ha mantenido como grupo parlamentario únicamente por la defensa de un Atutxa, reiterado objetivo de ETA, y del tripartito PNV-EA-IU.
- Si las conversaciones que pudiera haber entre Batasuna y PSOE no arreglan el entuerto para poder presentarse todas las listas, y si la coalición PNV-EA trabaja tras el NO parlamentario al Plan Ibarretxe de la tríada Batasuna-PP-PSOE, mucho artificio tendrá que inventar el PSOE para no quedar largamente postergado en la oposición con el incómodo PP de socio en la extraña cofradía de la debilidad.
- También mi apuesta es que, en ausencia de Batasuna, habrá mayoría nacionalista vasca y que el PSOE recuperará cotas anteriores a costa del PP.
- Tras el verano de 2005 habrá mucho que negociar entre Euskadi y el Estado, entre nacionalistas y socialistas, con acuerdos a cambio de apoyos, con inteligencia y respeto mutuo. Quizá sea una época provechosa… o al menos, más distendida y civilizada con tolerancia desde Madrid hacia la mayoría social vasca y consideración desde Gasteiz a la pluralidad de sensibilidades políticas que caracteriza a la ciudadanía vasca.
- Seamos optimistas, las cosas van a mejor, porque la sociedad civil vasca no está tan fragmentada como desearían algunos insensatos y como pregonaron algunos interesados.
- Cuando ETA desaparezca de nuestras vidas, todo el panorama partidista habrá de recomponerse con participación de todos, incluida la autodenominada “izquierda abertzale”. Ojalá sea lo antes posible.
- Es inconmensurable el dolor que ETA ha producido por no haber superado la transición post-franquista en 30 años. Y no sólo por las víctimas directas de los 900 asesinados y los muertos propios. También por la amenaza generalizada hacia su Nación Vasca, y el descrédito vertido hacia todo lo vasco que requerirá generaciones de superador empeño.
- El daño político también ha sido incalculable. Navarra es la prueba más concluyente, donde la barbarie ha menoscabado nada menos que toda una historia común cultural y política del vasquismo y la foralidad.
- Así como el exorbitante precio económico y social pagado por Euskadi por culpa del terrorismo etarra. La huida de inversiones, el alejamiento de las multinacionales, la falta de oportunidades para la juventud,…
- ¡Cómo sería Euskadi si ETA fuese un retazo de la historia del franquismo! ¡Dónde y cómo estaríamos todos nosotros!
- Pronto lo sabremos, porque el ocaso etarra es inminente, y su influencia en la política vasca se extingue. Aunque persista el peligro, ETA su hunde inexorablemente en su contumaz iniquidad. La crueldad terminal de bombas fingidas o las reliquias de “kale borroka” hieden a anacronismo histórico en la Europa del siglo XXI.
- En meses, ETA finiquitará su triste historia.
- Eso es lo que esperamos todos.
Para mis adentros pensaba: ¡Ah, si yo pudiese participar en aquella conversación! Discreparía en varios puntos, como cualquiera lo haría y pediría más rigor, precisión y matices. Pero sólo era una cháchara de café, a fin de cuentas. Ellos siguieron….
- ¿Sabes lo que pienso? Que la política me aburre cada día más, y estoy deseando que sólo haya que reflexionar un día cada cuatro años para elegir el voto.
- Totalmente de acuerdo. ¿Qué tal te va todo? ¿La familia, el trabajo, el Athletic?
Si empezamos con el fútbol, ya sabes que discutiremos. Para mí la Real

Un año sin ETA

Asesinar para defender un ideal no es defender un ideal, es asesinar.

El 30 de mayo se cumplirá un año desde el último asesinato de ETA, cuando mató vilmente a Julián Embid y Bonifacio Martín, en Sangüesa (Navarra). Aparte de la tregua, delimitada por los homicidios de Manuel Zamarreño en Rentería y de Pedro Antonio Blanco en Madrid, entre el 25-6-1998 y el 21-1-2000, sólo en 1970 hubo un periodo tan extenso sin ETA.

El declive de ETA es debido a una confluencia de motivos, pero indudablemente la causa última de todas estas razones radica en el rechazo social y la náusea universal que provocan sus acciones, tanto dentro como fuera de Euskadi. Su manifiesta decadencia operativa, en brutales asesinatos y en fenómenos asociados como la violencia callejera (1.113 sabotajes en 1996), es quizá preludio de su final, y constituye la mejor noticia que puede recibir la ciudadanía pacífica, con independencia de su ubicación geográfica o sentir político.

ETA puede contribuir al futuro de Euskadi,… desapareciendo definitivamente. Su creciente gusto por los comunicados extensos sustituyendo a armas y explosivos, deberían llevarles a la elemental conclusión de que su opinión sólo podrá ser escuchada y respetada cuando ellos dejen de acosar y disparar a quienes discrepan de sus posiciones políticas.

El fin del akelarre etarra traería verdaderamente la “construcción nacional” después de tanta “destrucción racional” y “obstrucción pasional”. Significaría, en primer lugar, una catarsis ética colectiva para todo un Pueblo, el vasco, que ha sido injustamente mezclado con esta aberración moral. La paz sin ETA liberaría a millares de personas, actualmente bajo la despiadada violencia de persecución, y constituiría una restitución a las incontables víctimas de esta desgracia. Incluso sería un alivio y un respiro para el colectivo de personas encarceladas por pertenencia a ETA y de sus familiares, que comprobarían la generosidad de la sociedad actual ante la superación del anacrónico fenómeno del terrorismo en la Europa del siglo XXI.

Adicionalmente, la disolución de ETA permitiría la normalización política de Euskadi y de los Estados español y francés. Implicaría la legitimidad de todas las candidaturas partidistas y el debate abierto de ideas y opciones políticas, por la vía del diálogo y la negociación, que siempre son imparables cuando se sustentan democrática y pacíficamente en la mayoría social de un Pueblo. Finalmente, la extinción de ETA generaría la valiosa recuperación de los ingentes recursos humanos y presupuestarios actualmente destinados a esta fatalidad, que permitirían atender desatendidas necesidades sociales e incrementar la solidaridad entre personas y Pueblos del mundo.

Los vascos hablamos de lo que nos duele. Un proverbio vasco dice: “Non mina, han mihia” (Donde el dolor, allí la lengua). Euskadi no merece ser un trozo del infierno terrorista, ni la maldición de esperar sin esperanza. Siempre hemos sabido qué anhelamos, qué perseguimos y qué conseguiremos. Ya vemos la luz al final del túnel. Próxima parada: la PAZ.
Technorati Tags: , .

El río vasco

Una imagen topológica de la realidad política vasca

El laberinto del panorama vasco, fundamentalmente debido a la pluralidad de partidos, suele aducirse como excusa para renunciar al esfuerzo didáctico de pedagogía política, incluso de visualización de lo complejo, que merece la ciudadanía sin perderse en sopas de siglas y porcentajes.

Como una aportación modesta se presenta una metáfora visual del panorama partidista en Euskadi, que quizá facilite tanto un conocimiento más preciso de la realidad sociopolítica como de las opciones viables de maniobrabilidad y acuerdos, disponibles para los distintos partidos políticos.

Tomemos como base únicamente a la Comunidad Autónoma del País Vasco, aunque la validez de la foto y de las conclusiones en su conjunto puede ser valiosa con matizaciones también para la Comunidad Foral Navarra e incluso para Iparralde. El reparto de votos por candidaturas, variables en función de la convocatoria electoral, se ha interpolado entre las recientes elecciones generales de 2004 y los resultados de las autonómicas de 2001, última oportunidad en la que se presentó Batasuna (como Euskal Herritarrok). Como síntesis el panorama actual muestra un electorado relativamente estable en las grandes opciones, si bien con la fluctuación entre PP y PSOE, así como la aparición de Aralar e ilegalización de Batasuna. Las siglas, porcentajes de voto en 2004 y parlamentarios actuales en Vitoria-Gasteiz desde 2001, se representan en la siguiente tabla.

La ordenación en orden decreciente desde la derecha centralista hasta el independentismo radical, muestra un arco iris de siete partidos políticos vascos (UA, UPN, Nafarroa Bai, o los partidos de Iparralde, no dejan de estar incluidos implícitamente en el esquema). El tripartito actual (PNV-EA-IU), que sustenta el “Plan Ibarretxe”, muestra en el gráfico su composición “natural” en un abanico donde EA concurrió conjuntamente con EAJ-PNV e IU pudo pactar para cooperar, no sólo en el gobierno sino en otros niveles de la administración pública vasca.

El bloqueo parlamentario con estruendo mediático que aconsejaron al Lehendakari Ibarretxe a adelantar las elecciones autonómicas de 2001 dieron esta imagen en escaños, con la peculiaridad de que al corresponder los mismos 25 representantes a cada territorio autonómico, se prima a Araba frente a Bizkaia y Gipuzkoa y se sobredimensiona a los partidos centralistas en escaños respecto a sus votos. La legislatura que culminará en pocos meses su recorrido dará paso a un nuevo Parlamento Vasco.

La “metáfora del río” consiste en imaginar que el partido EAJ-PNV por peso sociológico e histórico, así la centralidad política, está en condiciones inmejorables de representar a la mayoría social de Euskadi, como un río que navega entre dos orillas. Su hegemónica representación de casi la tercera parte de todo el electorado, importantísima en tan diversificada sociedad, requiere sin embargo la búsqueda de socios para estabilizar gobierno, diputaciones y ayuntamientos. La alianza con EA resulta obvia, si no fuese por el temor del partido menor a la absorción, y en la última etapa se ha completado la gobernabilidad con IU, la Esker Batua de Javier Madrazo.

El Partido Nacionalista Vasco se encuentra cómodo en ese núcleo central de la sociedad vasca, pero no encuentra facilidades para alcanzar consensos estables más allá del tripartito actual. Toda la estructura política vasca se ha desequilibrado cuando, en busca de la paz, EAJ-PNV se ha escorado hacia el PSOE-PP (Pacto de Ajuriaenea) o hacia Batasuna (Acuerdo de Lizarra-Estella). El cauce natural sólo podría ampliarse en 2005, aparte de EA e IU, con una Aralar con peso y organización más significativos y/o un PSOE menos vinculado al PP, como lo ha estado y sigue estándolo en la Comunidad Autónoma Vasca. Esta segunda opción parece improbable por el rol que el incipiente gobierno central sigue atribuyendo a la “cuestión vasca”. Por último, otro factor de esperanza sería la desaparición de ETA –cada día más cercana, porque algún día se producirá-, que permitiría una reconducción del protagonismo político que gestiona Batasuna.

El gráfico resulta ilustrativo incluso para aclarar el propio debate interno que se produjo entre las bases del partido hegemónico en Euskadi, EAJ-PNV, con ocasión del relevo en el EBB de Xabier Arzalluz por Josu Jon Imaz, y que aún subsiste en la fase final de selección para representantes a la Asamblea Nacional y a las ejecutivas territoriales (Bizkai Buru Batzar, GBB,…). La opción de Zarraoa-Egibar apuesta por acuerdos preferentes con “la casa nacionalista para que ETA acabe con su acción de violencia”, mientras que la candidatura Urkullu-Juaristi –más en la línea oficial de Imaz en su discurso de toma de posesión en el Euskalduna- prefiere la ampliación del canal del tripartito, buscando acuerdos de convivencia con ambas riberas, pero sin perder la centralidad sociopolítica vasca que siempre ha sido tradición en el partido desde 1895.
Tras el 8 de mayo, cuando finalice todo el proceso de renovación, el partido jeltzale seguirá fuertemente unido porque se comparten los postulados y la figura de Ibarretxe, así como el liderazgo de Imaz al frente de un EBB completado y representativo. El pragmatismo y el acierto se impondrán en un país de traineras, en el que todos sabemos que los ríos se mueven siempre más rápido por el medio del cauce que rozando por las aristas.

ZAPATERO = OTEAR PAZ


Si ROLDÁN = LADRÓN, ZaP = PAZ


El nuevo Presidente lo lleva escrito en sus apellidos: RODRIGUEZ = ZURDO RIGE, gobierna la izquierda, y ZAPATERO = OTEAR PAZ. Parece ser una tradición porque también AZNAR nos resultó un ZAR de NÁ, FELIPE GONZÁLEZ = EL FELIZ PEZ GANÓ, y luego FEO ZEPELÍN GAL (la zeta que falta oculta al Señor X), CALVO SOTELO = COLOSAL VETO, recuérdese el 23-F, y ADOLFO SUAREZ = FUERZA DOLOSA, como acreditaron sus extraños nombramiento y dimisión.

Zapatero ha comenzado bien: Sacando las tropas de Irak, adonde su antecesor las había llevado a irritar a la colmena islámica, tras la foto de Las Azores, sin prever que el enjambre reaccionaría. El nuevo gobierno español puede y debe comenzar a apostar por la paz, fuera y dentro del Estado: Menos gastos militares y más solidaridad internacional, menos soldados y más cooperantes, menos belicistas y más pacifistas.

Con el “problema vasco” también podría aplicarse una política inteligente, de colaboración y diálogo entre interlocutores políticos adversarios, como en Catalunya. Bajo la premisa de dar por “muerta” a ETA, a todos los efectos políticos, a ver si así se enteran los pocos que aún creen que la violencia juega algún papel que no sea la desolación ética y económica del Pueblo Vasco.

Parece obvio, al menos desde Euskadi no lo ignora ni el PP vasco tras la escapada de Mayor Oreja, que toda solución pasa por contar con las mayorías sociales del País Vasco. Sólo fórmulas pactadas con los nacionalistas vascos democráticos serán viables y definitivas: El resto de “soluciones a la brava” quizá en el pasado dio votos efímeros a un decadente PP, pero no solventó nada. ¿Por qué no empezamos a rectificar todos? Comencemos a practicar, en todos los niveles cotidianos, informales, ciudadanos y políticos, una dialéctica generosa de debate y confianza en nuestras capacidades de aproximación, entendimiento y encuentro. ¡Pensémoslo, pasémoslo, creámonoslo!

Al PP se le acabó el tiempo

La verdad se escurría por entre los dedos de la manipulación

El Pueblo lo soporta todo. Paga en sangre y en carne, sin demora ni regateo, con la vida, con la hipoteca y la subordinación perpetua. Recibe, a cambio, mentiras y engaños. Políticos mendaces que arrojan carroña a una prensa cómplice. Nos preguntábamos: ¿Es que no queda ni un sólo periodista profesional que inquiera a un solo policía competente, para publicar una sola verdad que responda a las acuciantes preguntas del pueblo el mismísimo día de las urnas? ¡Cuánta miseria, cuánto servilismo, cuántos intereses corrompidos!

¿Acaso el pobre pueblo sólo merecía esa burla de retraso y ofuscación? ¿Quién nos defiende de estos defensores? ¿Quién extinguió todos los poderes al servicio de la sociedad? ¿Dónde está la Fiscalía, tan ágil para condenar delitos que causan infinitamente menos alarma social? ¿Dónde quedaron los jueces estrella? ¿Dónde se esconden los directores de los prestigiosos diarios? ¿Cuándo leeremos los editoriales comprometidos? ¿Dónde se refugia el laureado estadista y el ministro de Perejil? ¿Dónde se agazapa el candidato a dedo que espera gobernar al mismo pueblo sumiso?

Alentaron la guerra lejana para el negocio cercano. La cruzada con Bush de quienes se dicen cristianos, legionarios de Cristo, pero sólo buscan lucrarse con el poder para seguir dominando y explotando a sus gentes del mismo indigno modo. La crueldad de los verdugos terroristas islamistas (a los de ETA sólo les resta anunciar su definitiva desaparición, ¿o quieren “mejorar” esto?) se empareja con la connivencia de quienes se escudan en el asesinato del pueblo para sacar provecho propio. ¡Cuánta iniquidad, cuánta perversión, cuánta inmoralidad! ¡Malditos sean todos los culpables! ¡Que hablen las urnas con el clamor de PAZ que se alza desde Bagdad y desde Madrid!

ETA, mierda

Nota de un vasco que lleva toda su vida pidiendo la Paz

ETA asesina y aterroriza.
ETA ensucia el nombre de los vascos.
ETA impide la democracia entre nosotros.
Que la inteligencia nos ayude a que ETA se acabe.
Hoy sólo puede hablar el corazón: ETA es la peor mafia.
Solidaridad y cariño para las víctimas, sus familiares, Madrid y España.
Voy a donar sangre ahora. La tinta no basta para describir nuestra pena.

Remitido a las 9:30 del 11-3-2004, cuando las víctimas mortales eran cinco y todo apuntaba a ETA.

Nacionalismo incurable

Una atávica enfermedad se difunde por el mundo

Me he sentido mal viendo por Internet una sesión en el “Parlamento Vasco”, aunque algunos han decidido renombrarlo como “Callamiento Vasco” porque ilegalizan debates, incluso el propuesto sobre nuestro futuro por el Lehendakari democráticamente elegido por todos los vascos (y vascas), con el apoyo de un gobierno tripartito. Un gobierno vasco del que el PP dice que es antidemocrático, y al preguntársele ¿por qué?, responde: "¡Porque perdemos todas las votaciones, si no nos apoya el PSOE y Batasuna!".

Este mareo es un síntoma que se repite con frecuencia en los últimos años. “Quizá se me han indigestado los telediarios (actuales novelas de caballería)”, he pensado. Decido ir al médico de cabecera, y preocupado le pregunto: “¿Qué me pasa, doctor? Me levanto por las mañanas de buen humor, pero empiezo a aturdirme cuando desayuno viendo TVE, y me dan fuertes arcadas cuando leo periódicos o escucho a tertulianos de la radio. A media mañana estoy rendido si no me aíslo de los medios de comunicación hechos desde Madrid”.

Mi sabio galeno sin auscultarme me ha diagnosticado: “Se trata de una enfermedad contagiosa, persistente y crónica, contra la que no te has vacunado. Siéntate, respira y te lo diré sin ambages: No hay la menor duda, eres nacionalista”. Me he quedado un momento paralizado, y luego he farfullado: “Y eso,… ¿es grave?” Aquí mi buen doctor, un poco dubitativo, se lo ha repensado para explicar a un lego en medicina una cuestión tan técnica. Con un esfuerzo de familiaridad, me ha expuesto lentamente, como midiendo el efecto que causaba: “Depende,… en tu caso concreto, puede ser muy grave. Tu virus es el más doloroso, porque proviene de una cepa nacionalista defensiva y minoritaria. Es la que más hace sufrir al paciente. Otras variedades como el imperialismo, resultan inocuas para el enfermo, aunque infinitamente más dañinas y destructivas para la Humanidad. ¡Ah, y lo peor: Tu nacionalismo no se cura! Se puede tratar de ocultar los síntomas, pero nunca desaparecerá”.

Esta dolencia se suma al profundo dolor continuo que sufre todo el pueblo vasco por causa de la violencia, fundamentalmente por la violencia terrorista pero no es la única. Una tragedia de confrontación que hunda su origen en la dictadura franquista, en un contexto irresuelto de “problema vasco”. La inmensa mayoría de vascos y no vascos, nacionalistas o no, deseamos la paz y condenamos, desde siempre, todas las formas de violencia y de falta de respeto de todos los derechos humanos.

Los vascos no creemos nada en las victorias por la fuerza, ni bélicas ni policiales. Nuestra milagrosa supervivencia, con una lengua, un cultura, un modelo de organización y fueros propios, han sorteado el paso de los siglos y de los imperios, a través de una sucesión interrumpida de… derrotas. Hemos sobrevivido prodigiosamente gracias a nuestra adaptación y aceptación de los demás, pero sin renunciar nunca a lo nuestro, conservando nuestras tradiciones y costumbres. Hemos acreditado una inacabable historia de colaboración y cooperación en las más universales aventuras históricas con poderosos pueblos y grandes civilizaciones que han respetado nuestra peculiaridad, con quienes hemos cumplido invariablemente nuestra palabra, siempre que sus monarcas juren nuestras leyes viejas.

Ante una convocatoria electoral más del Reino de España, nuevamente acudiremos aunque nos veamos insultados por los herederos de quienes realmente rompieron la legalidad española en 1936, cuando los vascos la respetamos. Se nos presenta otra vez como desleales con una Constitución, en la que no se nos dejó ser ponentes y ante la que nos abstuvimos (fue votada en 1978 sólo por el 30% del electorado vasco, frente al 68% del español). Quienes se opusieron a la Constitución, la Alianza Popular predecesora del PP y el mismo Aznar que escribió en su contra, son quienes nos acusan de solicitar una revisión del Estatuto de Gernika, el mismo que ellos han incumplido en el proceso previsto de transferencias, tras legislar recortando el camino andado durante los primeros años de la transición.

Los nacionalistas, que defendemos una historia plagada de derrotas que nunca nos vencieron, nos sentimos erosionados, agotados, postrados y, quizá, hasta subyugados por los adversarios (incluida ETA), pero nunca rendidos. Este episodio de la historia también será superado. Que en las Cortes no exista un gobierno continuista de la ciega política de Aznar sería beneficioso para todos los demócratas y pacifistas que creemos en el diálogo, en el repudio de la violencia y en la solidaridad con las víctimas.

Tretas de tregua

Una farsa para digerir una tragedia

El drama del terrorismo de ETA ha sido analizado desde todas sus perspectivas éticas, políticas y sociales. Sus perversos efectos desde la suprema vertiente moral hasta el prosaico plano económico son de tal magnitud que poco puede añadirse para reprobar su actividad. Quizá una dosis de sátira ácida, cínica y procaz sea un último intento de abordaje de un problema infinitamente tratado, pero fatídicamente inconcluso.

La ridiculización de la “lógica” etarra resulta especialmente asequible, si no fuese porque el absurdo se une con la repulsión para evitar entrar en tal exploración. ETA en su evolución por las circunstancias externas de todo tipo que han provocado su debilitamiento, especialmente el rechazo social hasta de sus postreros simpatizantes, ha entrado en una fase terminal donde, junto a sus aborrecibles crímenes consumados o sin consumar, ha comenzado a gestionar sus “treguas”. Con el máximo desapasionamiento que cabe ante semejante calvario, hay que reconocer que siempre será mejor que la noticia que ETA busca, y que algunos medios y partidos le conceden, sea por motivos de ceses de violencia que por asesinatos.

Las variantes de paréntesis ensayadas por ETA han sido dos hasta el momento. La tregua indefinida, pero no definitiva, del 16-9-1998 y la tregua para Catalunya anunciada el 18-2-2004. Le restan aún numerosas opciones, que serán bienvenidas siempre que no se alternen con crímenes. Podrían sugerirse a los “estrategas” de ETA armisticios por sexo, edad, horario, calendario, colectivos o lugares, además de los aplazamientos por territorios o tiempos. Qué bendición sería, por ejemplo, que se descartasen como víctimas a las mujeres: ¡cuántas buenas docentes que conozco, así como sus familias y amigos quedaríamos tranquilizados! O que se apartasen como víctimas a los menores de 21 años y mayores de 60. También podría evitarse atentados fuera del intervalo de 8:00 a 20:00 del horario de Greenwich, quedar exentos los sábados y domingos, así como los tres meses del verano. ¡Cuántas personas amenazadas y escoltas descansarían, por no mencionar el ahorro generado! Igualmente se podrían recortar el número de gremios atemorizados, descartando por tipo de actividad a los concejales no liberados, a los periodistas sin columna o a los políticos sin escaño. Algunos lugares, o incluso localidades, podrían quedar como zonas con derecho de asilo, como iglesias, universidades y centros escolares, hospitales, playas,… O incluso Getxo podría ser zona neutral, como lo fue Las Arenas en la guerra civil, para negociaciones y diálogo sin miedo.

Todas estas proclamas de restricciones en la matanza darían publicidad a ETA, e incluso podrían venir precedidas de entrevistas (que serían luego portadas de prensa) con interlocutores en algún escondrijo conocido y donde los espías de todas las partes pudiesen grabar con facilidad. Por allí desfilarían consecutivamente todo tipo de personajes interlocutores: un presidente de fútbol que negociaría la tregua en todos los estadios; algún irlandés para solicitar la exención para todos los extranjeros no vascos ni españoles; o determinado magistrado para pactar la exclusión de jueces y abogados; obispos, rectores, artistas, sindicalistas,…

Este desarme a plazos podría venir acompañado de una “entrega por partes”. En etapas sucesivas se retirarían de ETA las féminas, o se prejubilaría a los mayores de 45 años sin permitir el acceso a las armas a menores de 25 años. Así mismo se podría rendir el material bélico más pesado, como bombas inmanejables por su tamaño y lanzacohetes de escasa precisión. Todo ello sería paliado con rebajas en el impuesto revolucionario a las clases medias y reducción de la persecución a los colectivos más desfavorecidos: agricultores, habitantes de zonas rurales o suburbanas,…

Toda esta sarcástica comedia de crítica sardónica sólo pretende descarnar la inmensa monstruosidad y aberración que significa la violencia. Acaso sólo sea desdeñable ironía melancólica que destila el ansia la paz. Ahora que estamos en plena campaña electoral, el verdadero campanazo que ETA podría provocar sería la declaración de una tregua total y final. Ése es el único y verdadero servicio que pueden prestar a los ideales que dicen defender y, sobre todo, a la Humanidad.

Puño ensangrentado

Queremos la paz definitiva, no treguas temporales.

Hace ya 22 siglos que, en una de sus obras teatrales, Tito Maccio Plauto alertaba a la ciudadanía para que no confiase en quien puede atacarla inopinada y engañosamente, con la frase “En una mano lleva la piedra y en otra enseña el pan”.

Arnaldo Otegi debería comprender que ETA no extiende una mano, sobre la que -en su opinión- los partidos nacionalistas democráticos escupen: ETA realmente sigue esgrimiendo un amenazador puño armado y manchado de sangre inocente. Aquí sólo ETA escupe a la ética, a la inteligencia y a la humanidad: escupe fuego y, al tiempo, escupe al cielo.

ETA lo que debe hacer es presentar sus dos manos abiertas, ambas sin pistolas humeantes, en alto y mostrando las palmas. Este mismo pueblo que clama por la paz desde hace décadas, y a la que Batasuna también debería sumar su voz sin ambages, podrá entonces -y sólo entonces- responder generosamente, como Séneca recomendaba: “Cosa inicua es no tender la mano al caído”. Toda nuestra solidaridad hasta ese momento debe estar reservada para las muchas víctimas de la violencia, incluidos los presos y sus familiares, y que también lo son los mismos agresores como podrá ser reconocido cuando abandonen definitivamente sus actividades de coacción, extorsión y asesinato. Y mucho mejor sería que fuese por su propia voluntad.
Technorati Tags: , .

Razones para que ETA deje de matar

1. Porque se ha derramado demasiada sangre.
2. Porque políticamente sólo nutre a los intereses más turbios.
3. Porque estamos en un mundo del siglo XXI que odia la guerra.
4. Porque ha nacido un nuevo año en el que seguimos ansiando la paz.
5. Porque es un obstáculo para una sociedad vasca normalizada en Europa.
6. Porque se lo pide toda la ciudadanía vasca, española, francesa, europea…
7. Porque las víctimas de la violencia, que somos todos, necesitamos la paz.
8. Porque la política sólo puede ejercerse en paz, en libertad y en democracia.
9. Porque la violencia nunca fue un camino aceptable moralmente.
10. Porque asesinar siempre ha sido, es y será una aberración ética.
11. Porque la paz es posible, y es posible mañana mismo.
12. Porque sabremos perdonarnos todos, los unos a los otros, de todos nuestros errores en esta trágica historia de ceguera y odio.

2004: Año Electoral en Euskadi

El naciente año será de ajetreo para las urnas vascas. En marzo las programadas Elecciones Generales, y antes de tomar las uvas de la próxima Nochevieja, probablemente habremos de acudir de nuevo para unas Elecciones Autonómicas, levemente adelantadas, por motivos varios como el devenir del nuevo “Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi” (Plan Ibarretxe), los “erráticos” movimientos de Batasuna, el trabado panorama parlamentario vasco ante los siguientes presupuestos,… y el propio calendario electoral con su límite en mayo de 2005.

Estas fechas navideñas resultan propicias para aventurar sobre el nuevo año profecías, incluso políticas, con escasa base científica, pero sintomáticos argumentos premo-nitorios. Rajoy se habrá confrontado con un Zapatero sobre la misma receta de Aznar: el peligro de la “patria” rota por el norte, el este y el sur (recordemos que por el oeste Portugal se fue en 1640, aunque España no reconoció su independencia hasta 1668). Catalunya y Andalucía, se sumarán a las reformas constitucionales, y junto al tergiversado “plan secesionista” (de Libre “Asociación”), servirán nuevamente de talismán curalotodo ante un electorado español de centro (geográfico) y de derecha (política), contando con la insuperable y entusiasta colaboración de “casi” todos los medios de comunicación escritos, radiados, televisados e Interneteados que insisten en mantener el nivel medio español de incultura política, con los carpetovetónicos sucedáneos sustitutivos de deporte más telebasura del “famoseo”. Por cierto, los recientes partidos celebrados con las selecciones de fútbol han probado cuáles son “selecciones nacionales” y cuáles son meramente folklóricas: Euskadi y Catalunya con 40.000 y 70.000 espectadores han agotado las entradas; Andalucía y Valencia han conseguido celebrar sus encuentros con aforos de 5.000 asistentes; en Navarra, la maliciosa coincidencia buscada con Euskadi por el patrocinador “Diario de Navarra” (próximo a UPN) apenas ha logrado reunir a 4.000 espectadores aún regalando las entradas; y por último, Baleares, Asturias y La Rioja han cancelado sus encuentros, al igual que Cantabria, que había vendido menos de 100 localidades. Definitivamente, en la “España de las Autonomías” el deporte-rey también marca las diferencias en la chapucera receta de “café para todos”.

En las campañas electorales, se repetirá la misma retahíla de siempre, la del “pinza-miento único” (que no es ni por asomo “pensamiento alguno” sino burda propaganda). Probable y lamentablemente con el mismo éxito, ante un PSOE zapateado que lo mismo acude con la Falange a un acto en Donostia que a Barna para tomar posesión del Government catalán, con primeras espadas como Bono, Maragall, (Patxi) López, Ibarra, Chaves o Vázquez, que podrían formar parte de partidos más distintos y distantes que lo que el PSOE pactista se ha diferenciado del PP avasallador durante la última legislatura. Izquierda Unida podría comenzar a asomar, pero su apisonamiento mediático hace muy inverosímil un crecimiento significativo, excepto en la periferia donde ha venido acreditando dosis de modernidad que la falta de poder real le atribuía con mendacidad. Los partidos nacionalistas democráticos, fuera de Euskadi, Catalunya y Galiza, apenas remontarán, si bien en Aragón, Baleares o Valencia podrían ir germinando brotes. El Partido Andalucista no encuentra una estable militancia organizada y Canarias está una hora menos, pero vinculado al horario oficial.

La predicción en la Comunidad Autónoma Vasca resulta particularmente fácil en esta ocasión. La suma de los partidos del actual tripartito dispondrá con certeza de una sobrada mayoría absoluta en Vitoria-Gasteiz, que habrá de gestionar con prudencia y con aproximación –mutua- hacia otros partidos, como los que representan Batasuna si ETA les libera para un rol político normalizado, o con los socialistas vascos si así lo dispone su central madrileña de Ferraz, con o sin Zapatero al frente. Paradójicamente, el triunfo nacionalista vasco será tanto más amplio en otoño de 2004 cuanto más tirante y desabrida sea la política del PP y la de sus mass-media bajo la batuta del enigmático Rajoy, que ojalá demuestre ser algo más que el “recomendado” de Aznar.

En resumen: En marzo aparecerá algún diputado nacionalista (Aralar-EA-PNV) en las Cortes proveniente de la Comunidad Foral Navarra, junto a otros diputados nacionalistas de la CAV. En las próximas navidades habrá un tripartito o bipartito gobernante en Vitoria-Gasteiz, sin posibilidad de bloqueo parlamentario PP-PSOE-Batasuna. Finalmente, los buenos deseos son que ETA desaparezca de una vez por todas en 2004 y, para quienes preferimos convencer antes que vencer, mejor sería que fuese con su renuncia a las armas tras el largo y profundo clamor expresado por toda la sociedad vasca por su aberrante actividad con procedimientos sangrientos y destructivos. Quede nuestra solidaridad para con todas las víctimas de la violencia, y que la paz se extienda para toda la Humanidad.