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Política: De la ‘Polépica’ a la 'Polírica'

’Polírica’ y ‘Polépica’ son neologismos que proponemos, derivados respectivamente del concepto binomial de "política lírica” y "política épica".

La historia de la humanidad ha recorrido un largo camino donde la política, incluso la pacífica y democrática, se ha basado en el esquema de derrotar al adversario. La fórmula del voto universal y los partidos políticos ha demostrado ser mejorable, como señaló Churchill, “la democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el género humano,... con excepción de todos los demás”. El anhelo de superación y las nuevas posibilidades de participación ciudadana permiten sospechar en mejoras sustanciales para la gestión compartida de la convivencia.

La ‘polépica’ habla de entelequias abstractas (como identidades excluyentes), cree que sólo hay un partido correcto, produce afiliados clónicos de pensamiento uniforme (llega a crear fanáticos), se atrinchera, divide, levanta barreras, busca la conquista como dominio con una visión maniquea de la realidad política con fracciones separadas entre "nosotros y los otros". Por el contrario, la ‘polírica’ descubre a las personas solidarias (que quieren ser en función del hacer junto a los demás), busca encuentros constructivos desde posiciones diversas, levanta puentes, suma e integra, entiende la conquista como seducción y busca una “relación amable” entre un único todos nosotros.

Existen numerosos y significativos detalles no sólo del agotamiento del modelo de enfrentamiento gobierno-oposición, sino incluso de soluciones inéditas que empiezan a proliferar y divulgarse en los medios de comunicación. De las sospechas de agotamiento del esquema “épico” da cuenta la desafección creciente hacia la política de bloques, el cansancio del electorado por campañas ruines basadas en el descrédito del oponente y la ineficacia de gobiernos débiles, monocolores, sin mayorías solventes.

Más esperanzadores son datos puntuales, pero innovadores en toda la escala de políticas autonómicas, estatales o mundiales. Como la búsqueda de transversalidad en la política vasca, el apoyo a los presupuestos ajenos en época de crisis (con renuncia a la acción destructiva de la habitual oposición mal entendida), o la petición de respeto hacia el adversario directo del mismísimo candidato del partido republicano en plena y disputada campaña electoral.

Ha surgido una era en la que el electorado se nutre de fuentes muy diversas, participando más activa y bidireccionalmente (gracias a Internet) en el debate social, escuchando y hablando tanto con quienes simpatizan o discrepan en ideas políticas. Ese encuentro produce una fertilización de frutos aún poco visibles, pero con promesas ciertas de realización a corto, medio y largo plazo. Algunos ejemplos de buen hacer, en este sentido, son Think Gaur o las Plataformas Ciudadanas.

Uno de los primeros productos de esa aproximación ha sido el atenuar la distancia entre la clase política y el resto de la ciudadanía. Se están acercando y colaborando más y más quienes se dedican a la política y aquellas personas a quienes representan. Y esa escucha se produce de forma continua, no sólo en período electoral. Más aún, se están auscultando también electores y simpatizantes de distintas tendencias, comprobando que junto a las legítimas e inevitables diferencias de opinión, existen grandes áreas de coincidencia y acuerdo.
Así, de un modo imperceptible pero continuo, está surgiendo un movimiento de “polírica”, donde lo compartido se destaca en la acción política, frente a la “polémica polépica” de que ganen los mejores y los demás esperen tiempo mejores sin participar en la cosa pública. A modo de exploración de una determinada opción partidista, señalemos algunos signos indicativos de una promisoria práctica de “polírica”, producida cuando…

1. Escucha al conjunto de la ciudadanía, además de a su propia afiliación, facilitando en todo momento la máxima participación en la toma de decisiones y ofreciendo posiciones nítidas y sin artificio. Así se supera la situación actual en muchos partidos, cuyas propuestas son cerradas, limitadas a la militancia e incluso sólo al “aparato interno”, para generar, en la práctica, proyectos, prioridades y candidaturas con listas cerradas.
2. Transmite mensajes claros basados en sus propuestas, citando promesas y dificultades, sin demagogia y sin ocultar la propia trayectoria, presentando con sinceridad aciertos y sin hurtar los errores cometidos que serán presentados como camino de mejora.
3. Construye identidad política atesorando centralidad, a fin de extender sus potenciales alianzas por las múltiples conexiones y coincidencias con otras opciones. Basta la trillada radicalidad por la vía de acumular retahílas de viejos conflictos frente a otras disyuntivas. Ha de renunciarse a desacreditar otras candidaturas, definiéndose por sí mismo y abandonando la dialéctica de oposición con antítesis a otras propuestas.
4. Interpreta el resultado de las urnas, aceptando el apoyo recibido por cada partido, sin medias verdades para negar ni atenuar la voz de la ciudadanía que se pronuncia con sus votos y con su participación previa, simultánea y ulterior a los comicios a través de fórmulas de participación.
5. Resalta los puntos de acuerdo con otras opciones políticas, que siempre respetará en sus matices porque cuentan con cierto respaldo social. Encuentra y favorece lo mejor de la sociedad, destacando los puntos fuertes y compartidos del arco político, sin desacreditar a quienes piensen de modo discrepante.
6. Comprende las perspectivas divergentes a la suya que coexisten en su entorno, entendiéndolas como un elemento de riqueza, pluralidad y de búsqueda conjunta de los objetivos comunes. Del análisis de tales disensiones, habrá de hallar sendas de superación progresiva o de avance convergente sobre los raíles basados en elementos de consenso.
7. Busca acuerdos estables, diferenciando entre pensamiento y acción política que requiere capacidad de gobernar desde mayorías lo más amplias posibles, pero respetando a las minorías de oposición. Para ello, suma voluntades de todo el espectro parlamentario en pro de objetivos comunes, que beneficien al conjunto de la sociedad.
8. La clase dirigente entiende su labor como servicio público, como una etapa personal delimitada en el tiempo, precedida y seguida de otras labores profesionales. En su responsabilidad social se aprecia la misión de representar a la comunidad, con una dedicación volcada en buscar el bien común, nunca el beneficio (ni siquiera el protagonismo) personal o grupal.
La nueva sociedad en red sugiere avances en los canales de e-democracia posible. El sistema político ha de acomodarse a las nuevas realidades de la comunicación contemporánea. Franklin D. Roosevelt, John F. Kennedy y, probablemente, Barak Obama supieron recoger las ventajas de enlazar mejor con su electorado a través de la radio, la televisión e Internet.
El mundo actual está intercomunicado y distribuido en red nodal y multicéntrica. Los partidos políticos han de superar sus estructuras centralizadas, piramidales y rígidas. Si no lo hacen, perderán gradualmente posiciones frente a alternativas más abiertas y participativas. La grandeza y visión de futuro de cada opción partidista se refleja con nitidez en su cultura organizativa interna. Necesitamos candidaturas tejidas y partidos en red, una nueva dimensión política adicional al previo Estado-Nación.
A ser demócrata se aprende en la escuela, en la familia, mucho antes de votar para un parlamento. Es una actitud suprema ante la vida, de respeto, de aprecio, de colaboración, y la clase política debiera ser el mejor referente de esa superioridad social y ética. Cuando esta forma de hacer una positiva Política 2.0 se extienda, el electorado sólo atenderá a quienes hayan demostrado que también son capaces de escuchar. Tags Technorati: | | | | .

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2008/polirica.DOC

De la política épica a la política lírica

Artículo a debatir en Politika 2.0, encuentro de políticos y bloggers en el Parlamento Vasco el sábado 13-9-2008.

La democracia, al igual que la literatura, proviene de la Grecia clásica, al menos en la cultura occidental. Y allí, el primer género retórico, transmitido por vía oral, fue la épica. Estaba destinada a cantar las hazañas de un héroe, para entusiasmar con un líder carismático al que seguir y obedecer ciegamente. Homero, en el siglo VIII a.C., escribe la Ilíada y la Odisea. Este tipo de narrativa, descriptiva de un liderazgo legendario y mitificado, pervive en el "inconsciente colectivo" del electorado en la política contemporánea.

Superando este primitivo background de la memoria colectiva, se han alzado algunas perspectivas de poetas visionarios que desconfían de los héroes titánicos. Bertolt Brecht señaló preclaramente: “¡Desgraciado el pueblo que necesita héroes!”. Paul Brulat destaca que “Basta un instante para forjar un héroe, pero es preciso toda una vida para hacer un hombre de bien”. Por último, el conspicuo Herbert Spencer denuncia que “El culto a los héroes es más fuerte allí donde es menor el respeto por la libertad humana”.

Algún día, toda la ciudadanía será blogger, en alguna medida. Expertos como David de Ugarte consideran que “la lírica es la característica del discurso ciberactivista típico”. Y el propósito común e implícito de todo blogger es: “Hacer un hermoso blog, como parte de una bella vida”. Lírica, entendida como el modo de proyectar opciones de futuro desde lo que se vive, se siente, se disfruta y se hace en el presente. Una manera de vivir que se plantea como alternativa entre otras, que no busca anular a otras, ni negarlas. Lírica que invita a sumarse sin diluirse, que persigue el debate, no la adhesión. Una opción profundamente ética y respetuosa frente a la dimensión excluyente y de confrontación que irremediablemente plantea la épica.

La épica va indisolublemente ligada al amor a la humanidad como algo abstracto. Por ello, la fórmula que impone el héroe es necesariamente totalizadora, como solución única para resolverlo todo. Eso es lo que promovieron en política el Che, o cualquier otro líder mesiánico, exigiendo el sacrificio último, el deseo de morir por otros,… la destrucción como camino para la construcción. La épica política es definitiva y esencialmente monoteísta: Sólo hay un partido válido; el resto son paganos, idólatras, disidentes, cismáticos, impíos,… La política épica sólo busca convertir infieles… o aniquilarlos.

La lírica parte de la humildad del uno entre muchos, de la persona (que no del individuo), asumiéndose y proyectándose hacia todos desde el reconocimiento de la diferencia propia y la de cada uno de los demás. La lírica abre una conversación, un debate constructivo, donde caben tanto la inclusión o, a lo sumo, un irónico distanciamiento, pero jamás la excomunión.

La épica, en cambio, sólo admite el fanatismo del credo o la expulsión al averno, pues arenga el héroe, hijo de un logos que no reconoce otra verdad que la suya propia. Frente a la épica del conquistador, del combatiente, que prefigura una sociedad de sacrificio y conquista, de individuos sufrientes en pos de un plus ultra, de una victoria final que dé sentido a la pasión sufrida, la lírica de la innovación social se parece más bien al apasionado relato del naturalista que vive un descubrimiento permanente y progresivo de una reinvención continua, como resurrección gozosa.

La política épica apenas es una mínima evolución inversa a lo definido por Carl von Clausewitz. La política (épica) sólo es la continuación de la guerra por otros medios. El poder épico emerge como resultado de la batalla. Tres siglos después de la Ilíada, la Orestíada. La lírica es un género más avanzado que, expresando sentimientos más acotados y personales, se propone suscitar en el interlocutor emociones análogas para sumar voluntades desde la empatía.

La épica ve lo colectivo como organización, como molde uniformador, como ejército de peones, siguiendo un plan superior o una voluntad trágica. La épica se adapta mal a las redes, porque es cosa de individuos desterrados, de soledades desabridas. Prometeo cumple, apartado y encadenado, su castigo. La épica simplifica y homogeneiza. Mas la lírica nos revela que nuestra identidad no reside en lo que somos, sino en lo que podemos alcanzar junto con los demás. Nos invita a definirnos, a llevar cada cual su bandera, marchando por su propio curso, sin aceptar un único destino y, menos aún, un exclusivo cauce.

La política lírica erige puentes, cruza sobre los problemas, transita entre perspectivas en busca de lo convergente. Mientras, la política épica se atrinchera, se aísla, levanta barreras, distingue entre “nosotros” y “los otros”,… Por todo ello, la política real despierta desconfianza en las almas más perspicaces y sensibles. Se pierden demasiados talentos (que “se están quitando de la política”) y nunca se estableció como hábito la participación generalizada, para asumir responsabilidades políticas individualmente, como parte medular del ejercicio de una moderna, flamante e integral ciudadanía.

La política épica es adusta, reactiva, polemista, maniquea, divisora,… La política lírica aspira a sumar diversidad, a “conquistar” (en el sentido de seducir, no en el de vencer), a establecer una “relación amable” con las otras partes del mismo “nosotros”. La política lírica despunta en la historia en hitos singulares, como el derecho a la búsqueda de la propia felicidad, que ofrece tan subversivo y bucólico contrapunto al orden moderno de la Constitución estadounidense… de 1776.

Personajes como John F. Kennedy, Tony Blair, posiblemente Nicolas Sarkozy, y quizá Barack Obama,… han sabido estar en algún instante muy por encima de sus partidos,... y por delante de su tiempo. No dejaron de ser épicos en su trayectoria histórica, pero supieron apuntar algunas maneras –posiblemente sólo trazas- de políticos líricos. Menos populares, y más olvidados de la prensa internacional, están otros modelos socialmente más líricos, como el caso suizo (véase “Visión política de un vasco ingenuo”).

La política épica favorece y se nutre de “políticos profesionalizados” (noticia reciente, “10.000 concejales no tienen ocupación conocida”), de “aparatos y cúpulas de partidos” y de “listas cerradas”. La política lírica busca abrirse y regenerarse, se apoya en colaboradores, flexibiliza roles renovados de militancia 2.0 y de electorado 2.0, y huye de la perpetuación de la política como oficio.

La política épica lanza soflamas simplonas y contundentes, radicaliza el mensaje, y simplifica la interpretación de una realidad poliédrica. Los líricos creen en la cita de José Martí: "La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla". Eso declara la blogosfera: Escuchar, enlazar, compartir, influir,… No es tan difícil en el plano institucional: Basta que el “buen rollito” de los políticos en la cafetería, que existe, no se oculte en público cuando cinco minutos después presentan sus conclusiones ante los medios de comunicación convencionales, aún demasiado épicos… para nuestra desgracia.

La Web 2.0 puede facilitar la colaboración y participación de la ciudadanía en iniciativas colectivas y constituye una potente herramienta que permitirá avanzar en la democracia electrónica. Para facilitarlo, una política lírica crearía unas instituciones abiertas, que aprovechen el conocimiento y la experiencia existentes en la sociedad para integrarlos en los procesos públicos de toma de decisiones.

La política vasca ha sido, y es, referente en la épica mal entendida, o de la peor tragedia dramática, porque todavía una minoría no repudia la aberrante utilización de la violencia con fines políticos. Pero, al tiempo, nos ofrece una exuberante representación de lírica pacífica, representada por tantas grandísimas personas, quizás las más calladas por sutiles y sensibles, que han sabido superar su destino de víctimas.

También existen otras pruebas de genuino lirismo político. Porque mantener una representación, en este Parlamento Vasco que hoy atentamente nos acoge, según la cual una familia vizcaína grande (de 3,8 adultos votantes) equivale en voto a un solo ciudadano alavés es un caso único y mundial de “lírica política” purísima (véase “Quiero ser alavés”).

La política lírica cree en la alternancia en el poder. Porque hemos de ser personas antes que votantes, y ser demócratas antes que partidistas, y ser –en el caso de quienes deben dar ejemplo- militantes antes que cargos. Hemos de entender que la alternancia es positiva para todos, porque todos formamos parte de una misma sociedad. Como si fuera una empresa, en la que trabajando en producción o en marketing… a nadie interesa que gane siempre “su” percepción. La alternancia es efectiva… y si permiten un guiño: ¿Por qué no una educación gestionada por jeltzales,… tras 22 años de ausencia?

Porque urge una educación fractal en valores éticos compartidos que traspase la troglodita épica del combate. En el relato lírico el poder emerge del consenso, de la capacidad para generar nuevos acuerdos. Desde la ética ubuntu ("una persona se hace humana a través de las demás personas"), es fácil pasar de subordinar a otros a empoderarles, y de la épica del caudillo a la lírica del mumi. Esta utopía está materializándose en una época en la que se tornan confusas las fronteras entre sujetos y objetos, entre productores y consumidores. El pasado de los sectarios colonizadores da paso a un porvenir de sabios cartógrafos de lo borroso, de lo movedizo y de lo complejo.

Epika politikotik politika lirikora

Eztabaidatzeko artikulua Politika 2.0n, politiko eta bloggerren topaketa Eusko Legebiltzarrean 2008-9-13an, larunbata.

Demokrazia, literatura bezalaxe, Grezia klasikotik dator, mendebaldeko kulturan behintzat. Eta han epika izan zen ahoz aho helarazitako lehenengo genero erretorikoa. Horrek heroi baten ekintza gogoangarriak kantuz goraipatzea zuen helburu, lider karismatiko baten bidez herria berotzeko xedez, lagun orok itsu-itsuan jarraitu eta obeditu ziezaion buruzagiari. Homerok, k.a. VIII. mendean, Iliada eta Odisea idatzi zituen. Narratiba mota honek –kondairazko lidergo mitifikatu bateko deskribapen era– dirau hautesleen gibel kulturalean, gaur egungo politikan.

Oroimen kolektiboaren hasierako background hau gaindituta, heroi titanikoez fidatzen ez diren poeta ameslarien zenbait ikuspegi jaso dira. Bertolt Brecht-ek argi eta garbi adierazi zuen: “Zoritxarrekoa heroiak behar dituen herria!”. Paul Brulat-ek zera azpimarratzen du: “Aski da une bat heroi bat sortzeko, baina bizitza osoa da beharrezkoa gizaki ongile bat egiteko”. Azkenik, Herbert Spencer ospetsuak hauxe salatzen du: “Heroiei kultua sendoagoa da giza askatasunari begirunerik gutxien erakusten dioten lekuan”.

Egunen batean, herritar guztiak izango dira blogger, neurriren batean bederen. Adituek –David de Ugarte aipatu dezagun adibidez– honako hau uste dute: “la lírica es la característica del discurso ciberactivista típico”. Eta hona hemen blogger ororen jomuga komun eta inplizitua: “Hacer un hermoso blog, como parte de una bella vida”. Lirika, bizi diren gauzetatik geroko aukerak proiektatzeko modu gisa ulertuta, sentitu, gozatu eta orainaldian egiten da. Bizimodu da, besteak beste hautabidetzat jotzen dena, eta ez du bilatzen besteak baliogabetzea, ezta ukatzea ere. Izan ere, lirikak elkartzera gonbidatzen gaitu baina barreiatu gabe, eta eztabaidaren bila dabil, atxikimendua bilatu barik. Oso aukera etiko eta begirunetsua da, epikak derrigorrez azaltzen duen dimentsio baztertzaile eta borrokazalearen aurrean.

Epika guztiz lotua dago gizon-emakumeenganako maitasunari zerbait abstraktu moduan. Horren harira, heroiak ezartzen duen formula guztirako da ezinbestean, hots, oro konpontzeko irtenbide bakarra. Horixe da, hain zuzen, politikan Chek edo beste edozein lider mesianikok sustatu zuena; horiek azken sakrifizioa exijitzen dute, besteen alde hiltzeko gogoa,… desegitea eraikitzeko bide bakarra delakoanla. Epika politikoa behin betikoa da, eta monoteista batik bat: alderdi baliotsu bat dago bakar-bakarrik; gainerakoak paganoak dira, idolatra, disidente, zismatiko, fedegabeak,… Politika epikoak sinesgabeak bihurtu besterik ez du bilatzen… edo beraiek ezereztu.

Askoren arteko baten apaltasunetik dator lirika, pertsonarengandik (ez norbanakoarengandik), eta bere gain hartzen du guztietarantz proiektatzea bere eta besteen ezberdintasuna onartzeko gogotik. Lirikak elkarrizketa irekitzen du, eta eztabaida eraikitzailea, non baitaukate lekua sartzeak zein, gehienik urruntze ironiko batek, baina inoiz ere ez eskumikuak.

Epikak, ordea, kredoaren fanatismoa edo infernura egoztea onartzen du soilik, zeren hitzez adoretzen baitu heroia, eta logos baten seme horrek ez du onartzen beste egiarik berea baino. Konkistatzaile eta borrokalariaren epikak aurreikusten du sakrifizio eta konkistako gizarte bat, non baitaude sufritzen duten norbanakoak plus ultra baten bila, grina sufrituari zentzua ematen dion azken garaipen baten zain, eta horren ororen aurrean dago gizarte berrikuntzako lirika, naturalistaren kontakizun sutsuaren antza duena; izan ere, eten gabe bizi du aurkikuntza, pixkanaka, berriro ere asmatu nahian, piztuera pozgarri gisa.

Politika epikoa Carl von Clausewitz-ek definituaren alderantziz dagoen eboluziorik txikiena da nekez. Politika (epika) gerraren jarraipena baino ez da, beste baliabide batzuez. Botere epikoa gatazkaren ondorioz sortzen da. Iliada idatzi eta hiru mendera, Orestiada. Lirika genero aurreratuagoa da, eta sentimendu mugatu eta pertsonalagoak adierazten ditu; hori horrela, solaskidearengan antzeko zirrarak sorrarazi nahi ditu, gogoak eransteko xedez empatiaren aldetik.

Epikak taldekoa dakusa erakunde, molde berdintzaile, peoien armada, eta goi-plan bat edo nahi tragiko bati jarraitzen dio. Epika gaizki egokitzen zaie sareei, zeren baita norbanako erbesteratuen eta bakardadeen gauza. Prometeok baztertu eta kateatuta betetzen du zigorra. Epikak sinplifikatu eta homogeneizatu egiten du. Baina lirikak agertzen digu gure nortasuna ez datzala gure gaitasunean, besteekin batera lortu ditzakegun gauzetan baizik. Geure burua definitzera gonbidatzen gaitu, nork bere bandera eramatera, bere ildotik joanez, helburu bakar bat onartu gabe eta, are gutxiago, bide baztertzaile bat.

Politika lirikoak zubiak eraikitzen ditu, arazoen gainetik iragaten da, ikuspegien artean dabil bateratzen diren gauzen bila. Politika epikoak, aldiz, bereari eusten dio, isolatu egiten da, langak jasotzen ditu, “gu” eta “besteak” bereizten,… Hori guztia dela eta, egiazko politikak mesfidantza sortzen du arimarik zorrotz eta sentikorrenetan. Talentu gehiegi galtzen dira ( “politikatik urruntzen ari dira”), eta ez zen inoiz ezarri ohitura gisa esku-hartze orokorra, norbanakoak erantzukizun politikoak bere gain har ditzan, herritargo moderno, eder eta integral bat erabiltzeko oinarrizko osagai modura.

Politika epikoa latza da, erreaktiboa, polemista, manikeoa, banatzailea,… Politika lirikoak zera du xede: aniztasuna batzea, “konkistatzea” (erakartzearen haritik, ez garaitzearenetik), “harreman atsegina” ezartzea “gu” multzoko bertako beste parteekin batera. Politika lirikoa historian ageri da mugarri berezi batzuetan, hala nola norberaren zoriontasuna bilatzeko eskubidean; horrexek eskaintzen dio oso kontrapuntu iraultzaile eta bukolikoa 1776ko AEBetako Konstituzioaren ordena modernoari.

Pertsona ospetsu batzuek, hala nola John F. Kennedyk, Tony Blairrek, Nicolas Sarkozyk beharbada eta Barack Obamak agian… jakin izan dute uneren batean egoten euren alderdien oso gainean. Ez zioten utzi epikoak izateari euren historia bidean, baina jakin egin zuten politiko lirikoaren portaera batzuk –trazak bakarrik ziur aski– agertzen. Badaude beste eredu lirikoago batzuk era sozialean, ospe gutxiago dutenak, eta nazioarteko prentsan ahantziagoak direnak: hor dago kasu suitzarra (ikus “Visión política de un vasco ingenuo”).

Politika epikoak “politiko profesionalizatuen” alde egiten du, eta haietaz elikatzen da (oraintsuko berria, “10.000 zinegotzik ez daukate jardun ezagunik”), eta baita “alderdien aparatu eta goi-karguez” eta “zerrenda itxiez” ere. Politika lirikoak irekitzea eta onera etortzea bilatzen du, lankidetza du sostengu, 2.0 militantzia eta 2.0 hautesleriaren rol berrituak malgutzen ditu, eta ihes egiten dio politikak lanbide gisa irauteari.

Politika epikoak erabateko hitzaldi sutsu eta inozoak jaurtitzen ditu, mezua gogortu egiten du, eta errealiate poliedriko baten interpretazioa errezten du. Lirikoek sinesten dute José Martíen aipuan: "La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla". Blogosferak deklaratzen du hori: entzun, lotu, partekatu, eragin,… Ez da hain zaila erakundeko planoan: Nahikoa da politikoen kafetegiko “elkarrizketa ona” ez ezkutatzea jendaurrean, bost minutu geroago ondorioak aurkezten dituztenean ohiko komunikabideen aurrean; are epikoegiak dira… gure zoritxarrerako.

2.0 webguneak erraztu dezake herritarrek lagundu eta parte hartzea taldeko ekimenetan, eta erreminta sendoa da demokrazia elektronikoan aurrera egiteko xedez. Hori errazteko, politika liriko batek sortuko lituzke erakunde ireki batzuk, gizartean dagoen jakintza eta esperientzia baliatzen dutenak, erabakiak hartzeko prozesu publikoetan sartze aldera.

Euskal politika izan da, eta uneon ere bada, erreferente epika gaizki ulertuan, edo tragedia dramatikorik txarrenean, zeren gutxiengo batek ez baitu oraindik gaitzesten indarkeria zentzugabea erabiltzea helburu politikoekin. Baina, aldi berean, eskaintzen digu lirika baketsuko emanaldi oparo bat, hainbat lagun handik aurkeztua; agian isilenak izango dira zorrotz eta sentikorrak izateagatik, ongi jakin baitute gainditzen euren biktimen halabeharra.

Egiazko lirismo politikoko beste frogarik ere badago. Izan ere, ordezkaritzari eustea gaur adeitasunez hartzen gaituen Eusko Legebiltzar honetan, eta horren arabera familia bizkaitar handi bat (3,8 nagusi hauteslekoa) eta herritar araber bakar bat balio berekoak dira bototan; “lirika politikoa” garbi-garbiko kasu bakar eta mundiala da benetan (ikus “Quiero ser alavés”).

Politika lirikoak boterean dagokeeen txandakatzean du sinesten. Izan ere, pertsona izan behar dugu lehenago hautesle baino, eta demokrata lehenago alderdikoi baino, eta –eredu eman behar duten lagunen kasuan– militante lehenago kargudun baino. Ulertu egin behar dugu txandakatzea positiboa dela guztientzat, denok gizarte bereko kide gara eta. Empresa balitz bezala, eta bertan ekoizpenean edo marketingen lanean dihardugularik, inork ere ez du interes berezirik “bere” jasotzeak beti irabaz dezan. Txandakatzea eraginkorra da… eta begi-keinu bat uzten baldin baduzue: zergatik ez hezkuntza bat jeltzaleek kudeatzen dutena,… 22 urtean kanpoan izanda?

Presa dago benetan hezkuntza fraktal bat edukitzeko, balio etiko partekatuak berekin daramatzana, gatazkako epika troglodita gainditzen duena, hain zuzen. Kontakizun lirikoan boterea adostasunetik azaleratzen da, hots, beste hitzarmenik sortzeko gaitasunetik. Etika ubuntuaren aldetik ("pertsona bat gizatiar egiten da gainerako lagunen bidez"), erraz iragaten da besteak menpean jartzetik eurei boterea ematera, eta buruzagiaren epikatik mumiaren lirikara. Utopia hau gauzatuz doa aldi batean, non bilakatzen baitira nahasgarriak subjektu eta objektuen arteko mugak, ekoizle eta kontsumitzaileen artekoak. Alderdikoi kolonizatzaileen iraganaldiak bide eman dio lauso, mugikor eta korapilatsua den oroko jakitun kartografoen geroari. Tags Technorati: | | | .

Twittermetter adelanta que ganará Obama...


... quizá. Twittermetter permite comparar la popularidad entre dos o más términos en Twitter, el más difundido servicio de microblogging. En su web, se ofrece -de momento- esta pareja de candidaturas demócratas como ejemplo de inicio. La menor twitteresfera en castellano resulta menos predictiva con binomios tipo Zapatero - Rajoy, pero se puede jugar con este mashup.