Lágrimas en el Metro

En el aséptico y modernista Metro de Bilbao he visto lágrimas en los ojos de algunas viajeras. A veces, sólo brillantes ojos lacrimosos mirando al vacío; otras, llanto silencioso que se derrama incontenible por las mejillas; ayer, una anciana que lloraba sin consuelo. Cada lágrima es un poema de ternura infinita. Y se te hace un nudo en la garganta. Y miras hipnotizado, con disimulo por el gentío, pero sin apartar la mirada de reojo, fingiendo… como los demás. Sabes bien que las lágrimas sólo se secan mezclándolas, y desearías acompañar su pena con tu llanto, porque dos personas que derraman lágrimas sobre una misma desventura ya nunca serán extrañas. ¡Ojalá que nunca se sequen nuestras lágrimas, porque se secarían los ríos del alma!

Dubitativo, decides llorar por dentro, porque no hay mayor causa de desconsuelo que el no poder condolerse. Y te bajas vacilante dos paradas más allá de tu estación, pensando cabizbajo. Hoy no me sacudáis demasiado: Estoy lleno de lágrimas.

Dicen, y con razón, que las lágrimas de una mujer hablan en silencio, y que el derecho de los pobres no es más que su llanto. Los dolores intensos son mudos; se expresan con lágrimas, que son sangre del alma. Mujer, con tu debilidad eres capaz de avasallarlo todo. Mujer, tú rodeas el corazón del mundo, como el mar a la tierra, con el abismo de tus lágrimas. Mujer, recuerda a Tagore: “Si lloras porque se ha puesto el sol, tus lágrimas te impedirán ver las estrellas”. ¡Ah, cómo se aflojaría el hilo de la vida si no estuviera mojado con tantas lágrimas!

Tarifa Plaga

Estimado lector: Déjeme darle un consejo desde mi ruinosa experiencia como usuario de la tarifa plana, que utilizo únicamente en agosto pero que pago durante muchos meses, así como del teléfono que debo abonar todo el año para navegar un solo mes por Internet. Si a usted se le ocurre contratar a TERRA su TARIFA PLANA, será responsable de todo lo que le pueda ocurrir. Darse de alta es un proceso rápido, sencillo e instantáneo vía Internet. Basta indicar sus datos personales y bancarios, et voilà un minuto después ya está usted navegando despreocupadamente, sin advertir que ha quedado apresado como esclavo en las redes de un tinglado timofónico. Sólo percibirá el vasallaje cuando ingenuamente trate usted de rescindir el contrato. El sistema de baja es infinitamente más complicado: “…El Cliente que desee dar por terminado el Contrato, en los supuestos previstos en las presentes condiciones generales deberá comunicar su decisión mediante el envío de un fax, con fotocopia del DNI del titular del Servicio al número de teléfono 91 754 23 92”.

No responden, ni por teléfono ni por e-mail alternativo, de la recepción del Fax de Baja, y si TERRA unilateralmente dice que no lo ha recibido, usted seguirá pagando puntualmente y de por vida la tarifa plaga o plancha que incautamente aceptó. No es posible acudir a ninguna oficina ni enviar una carta con acuse de recibo, sólo el sistema de fax que será admitido cuando les venga en gana. Es indiferente que usted reclame periódicamente llamando al 902404555; sólo conseguirá costear adicionalmente una conferencia interprovincial para que, tras entretenerle y contar su historia dos veces a la operadora inicial y al departamento de administración, le indiquen que siga enviando faxes,… hasta que TERRA quiera darse por enterada. No importa que ellos sepan fehacientemente que con esa identificación nadie ha utilizado ningún servicio en el periodo reclamado o que usted acredite que efectivamente constan las llamadas desde su teléfono-fax al de TERRA, porque el sistema único de baja sólo es verificable por ellos, a menos que usted disponga un espía en las oficinas de TERRA que fotografíe la llegada de su fax en cuestión. Así pues, usted seguirá abonando hasta que le indulten graciosamente reconociendo que recibieron su fax.

Todo ello ha sido reglamentariamente especificado en un leonino contrato que usted firmó con un simple clic, sin detenerse a leer las exactamente 14.483 palabras que lo componen y por el cual usted aceptó su cautiverio. ¡Bravo por el derecho comercial vigente que asegura la equidad entre las partes contratantes! ¡Y viva el gobierno que autorizó este abusivo sistema contra la ciudadanía! ¿O deberíamos decir contra los modernos y digitales siervos de gleba del rampante señor feudal Terra? Y luego se extrañan los dirigentes del PP, ¡olé!, de que en acceso a Internet España ocupe el puesto de cola en Europa.

Endurecidas penas

Ahora que el señor Rodríguez Zapatero, en los casos de sanción por accidentes de tráfico, se apunta a la política del PP de generalizado endurecimiento de penas, algunos ciudadanos creemos que esta aplicación más rigurosa de los códigos de conducta también se la podrían administrar los políticos para consigo mismos.

Es por ello que solicitamos el inmediato cese del presidente que nos metió en una guerra contra la voluntad popular, la destitución del ministro que causó la mayor tragedia ecológica de Europa, la suspensión del ministro que subcontrató aviones fatídicos, la inhabilitación de los ministros y magistrados que confunden los poderes judicial y policial, la retirada de una ministra que reforma la educación sin pactos ni inversiones, la dimisión de los políticos que llevan en sus listas a corruptos o que los compran, el despido de políticos reelegidos que no recuerdan ni de dónde cobran mensualmente... ¡A ver si ponemos un poco de orden!

A todos estos (é)mulos de Arnold Schwarzenegger se les podría recordar que hay un proverbio chino que dice que con el fuego sólo se endurece el barro, porque el oro se ablanda. O, mejor, aquella estrofa del Arcipreste de Hita en "El libro de Buen Amor" de 1330: «Castígate castigando, e sabrás a otros castigar», claro que entonces era más acertado porque castigar significaba aconsejar o enseñar.

Coedución en entredicho

DEBATE ABIERTO. Se ha extendido una polémica sobre las ventajas y los inconvenientes de la educación mixta, con alumnos y alumnas conviviendo en clase. Se contrapone un supuesto déficit de la coeducación con el avance histórico que supuso el pleno acceso de las alumnas a la enseñanza (situación todavía no conquistada en muchos países y aquí encuentra dificultades especialmente para algunas minorías). Actualmente sólo los centros del Opus Dei, que representan el 1% de la población escolar, aplican la enseñanza paralela que separa al alumnado por género para recibir su formación primaria y secundaria.

Recientemente, y más desde ámbitos periodísticos que pedagógicos, se aboga por la educación diferenciada, tanto desde las inmutables posiciones integristas como desde algunas posiciones feministas, alegando que el modo actual de aplicar la coeducación discrimina a las chicas. Se citan experiencias, siempre limitadas cuantitativamente, de Australia, Canadá, Reino Unido o Estados Unidos, arguyendo diversos motivos y resultados académicos.

Es sabido que la maduración física y psicológica de la adolescencia sigue un ritmo dispar en cada sexo. Ello supone que se produzca un verdadero “gender gap”, o desequilibrio de madurez entre los dos géneros, que recomendaría modos didácticos diferenciados. Además del desarrollo madurativo, existen disimilitudes psicológicas (personalidad, afectividad, voluntad,...) y cognitivas (modo de pensar) permanentes entre ambos sexos. Genéricamente las chicas son más tranquilas que sus condiscípulos, desarrollan más el lenguaje, maduran antes, se adaptan mejor al entorno escolar, son más constantes y organizadas, disponen de mejores hábitos de trabajo y un mayor sentido de la responsabilidad,… Además mantienen más confianza en su futuro y un mayor porcentaje de ellas desea culminar los estudios universitarios, ya sean medios o superiores.

Así mismo se advierte que el temor a equivocarse ante los compañeros del sexo contrario es un obstáculo que impide a chicos y chicas participar por igual en clase. Los varones intentan despreocupadamente impresionar a sus condiscípulas, e intervienen en público el doble que ellas, recibiendo más alabanzas y castigos, en definitiva más atención docente tanto de los profesoras como de las profesores. La indisciplina de las clases mixtas puede ser superior a la que resultaría en clases separadas, resultando perjudicadas las niñas que actúan como “mediadoras” para pacificar el grupo. También la coeducación puede propiciar una iniciación sexual prematura, así como el riesgo de acoso.

Quizá todavía la metodología y la orientación pedagógica siguen estando mayoritariamente centradas en un inexistente alumno promedio… masculino, actuando estereotipos como “los chicos son mejores en matemáticas o en ciencias que las chicas”, lo que no favorece el interés de ellas por estas materias. Finalmente el remanente sexismo aún valora como inteligentes a los chicos con buenas notas, mientras que las chicas sobresalientes son consideradas como meramente estudiosas.

ARGUMENTOS en PRO DE LA COEDUCACIÓN.

1º Coeducación para una cultura en valores éticos de plena igualdad de derechos entre hombres y mujeres. La escuela sigue siendo el entorno vital donde mejor queda asegurada la convivencia equilibrada entre personas de ambos sexos y donde puede difuminarse la inercia histórica de los roles sexistas. La vivencia compartida de las mismas tareas escolares, socializándose y formándose conjuntamente está considerada como la fórmula educativa idónea para garantizar la igualdad. De ahí su generalización como el sistema normalizado en los países más avanzados educativamente. Además coadyuva determinantemente a desclasificar los valores tradicionalmente asignados a un solo sexo, para favorecerlos en todos los seres humanos: La ternura y la fortaleza, la sensibilidad y la eficacia, la pasión y la laboriosidad son valiosos en niños y en niñas, en hombres y en mujeres.

Obviamente la coeducación es un recurso metodológico cuya legitimidad procede de su eficacia pedagógica, que persigue objetivos cognoscitivos, actitudinales y afectivos. De ahí que no se deba poner en entredicho un progreso histórico de la envergadura de la coeducación, por controvertibles diferencias de matices académicos, que probablemente proceden más del selectivo input de las escuelas elitistas tomadas como muestra que de la influencia del propio factor coeducativo.

2º Coeducación para superar una realidad social sexista. Para preparar al alumnado a interrelacionarse en una sociedad formada por hombres y mujeres, nada es más efectivo que la convivencia temprana. Así se eliminan estereotipos y discriminaciones por razón de género, para la libre elección de estudios o destinos profesionales.

La educación mixta se presenta como el camino óptimo para alcanzar la igualdad entre los sexos, desde la vivencia como grupo de niños y niñas que juntos caminan hacia su desarrollo personal y colectivo, en una sociedad donde perduran prejuicios sexistas y subyacen tendencias de discriminación por género. Urge arrinconar las anacrónicas manifestaciones de un sexismo palpable en los espacios sociales. El intramuros escolar con rigor pedagógico puede generar modelos y cánones de actuación no sexista, con superioridad sobre los patrones ofrecidos por el contexto existencial del estudiantado: familia, barrio, amistades, medios de comunicación,…
3º Coeducación para la plena integración educativa. El mayor reto de la educación del presente radica en la integración no sólo entre géneros, sino desde orígenes y culturas variadas. Se requiere un sistema educativo que capacite para vivir en un mundo intercultural, plurilingüe e intercomunicado. La igualdad de oportunidades y la compensación de desniveles por razones de género, familia, cultura o lengua, sólo pueden alcanzarse con acertadas políticas con múltiples y complejas medidas para ofrecer una oportunidad real de éxito escolar a la totalidad del alumnado. Muchas disposiciones serán de discriminación positiva, incluyendo protecciones con cuotas de participación o recursos humanos y materiales de apoyo a los menos favorecidos.

Merecen una singular atención de género las alumnas provenientes de culturas con precaria escolarización femenina, velándose especialmente desde la administración educativa y la comunidad escolar para impedir el riesgo de exclusión femenina por razones étnicas, culturales, o religiosas.

RECOMENDACIONES FINALES.

1ª Adaptación de una Coeducación renovada que despliegue tiempos y espacios escolares con agrupamientos flexibles, también por género, para aplicar perfiles pedagógicos diferenciados. Una mejorada ceducación debe reconocer que el diferente ritmo de maduración puede aconsejar la inclusión de metodologías diferenciadas por género, de modo que manteniendo la convivencia del alumnado coetáneo se optimice su logro académico y se recupere un grado mayor de disciplina escolar. Parece razonable que se experimenten programas híbridos con agrupamiento mixto para determinadas materias y modalidad paralela para otras, por ejemplo en las etapas iniciales de matemáticas, ciencias o informática.

Es sabido que, con independencia del estilo de educación por el que nos decantemos, ningún alumno o alumna es igual al resto, por lo que no una educación de calidad atenderá todas las facetas de la persona humana, respetando su particularidad, fortaleciendo sus capacidades y superando sus deficiencias, tanto a escala personal como grupal.

2ª Apuesta decidida por la Coeducación como sistema preferente de escolarización, con pleno respeto a otros modelos de educación separada si son demandados por las familias. Por los fundamentos expuestos anteriormente la coeducación aparece como el mejor modelo organizativo. Esta preferencia no debe ser objeto de imposición como sistema único por parte de la administración, sino que una oferta plural de centros escolares favorecerá la libre elección de las familias sobre la educación que prefieran para sus hijos e hijas.

Hace 33 años todavía estaba vigente aquella Ley de Educación Primaria de 1945, que dictaba que "La educación primaria femenina preparará especialmente para la vida del hogar, artesanía e industrias domésticas." Aún pueden rastrearse rasgos sexistas en algunas facetas escolares y en materiales didácticos, que siguen primando la transmisión de un modelo machista en el que han sido educadas las generaciones precedentes. Por tanto, la coeducación es plenamente necesaria, si bien deberá adoptar una perspectiva más flexible en su aplicación. La escuela debe mantener su acción coeducadora de vanguardia social. Desarraigar los patrones sexistas requiere actuaciones de toda la comunidad escolar, desde la revisión de los recursos pedagógicos hasta la composición de los claustros, con una escrupulosa política de género en las ejemplificaciones que se importan de la realidad social, que deberá ser analizada y corregida en la escuela. El mismo equilibrio por sexos se impulsará entre los agentes educativos, desde el profesorado de todos los niveles hasta la participación proporcionada de padres y madres, sin olvidar a abuelos y abuelas.
Los aspectos curriculares también deberán reformarse, si queremos construir una sociedad más justa e igualitaria, en tres áreas básicas: A) Corresponsabilidad en la vida familiar, integrando en el currículum escolar aspectos relacionados con el hogar, a fin de que chicas y chicos desarrollen habilidades y actitudes que contribuyan a una contribución doméstica desde su etapa estudiantil preparatoria de la futura vida adulta. B) Convivencia interpersonal, para aprender el funcionamiento de las relaciones chicos-­chicas y de pareja, sin que sólo la mujer asuma la tarea de generar bienestar para los demás. C) Ética del cuidado de la casa, atención de menores, mayores o personas dependientes, cuyas funciones físicas y psicológicas, todavía se atribuyen al rol femenino suponiendo el sacrificio de sus proyectos personales y profesionales para muchas mujeres.

Una genuina política educativa de género va mucho más allá de la precisión gramatical en las descripciones de colectivos, y puede subsanar los perversos efectos sexistas, desde los primeros pasos educativos, con actuaciones tempranas en las actividades lúdicas de socialización, siguiendo con un uso gramatical exacto que reconozca la paridad y llegando a una orientación escolar y profesional que corrija las opciones desequilibradas por las que se inclina el alumnado en función de su sexo. Por ejemplo, la tasa de escolaridad para la franja de 18 a 21 años es del 41,1% para las mujeres, frente a un 36,5% de hombres, con la opción de FP mayoritaria para los alumnos. En ambos casos, universidad o FP, las especialidades masculinas cuentan con una mayor demanda laboral, lo que provoca una penalización suplementaria para la población femenina en un panorama de desempleo juvenil inaceptablemente alto. Queda demostrado que persisten factores sexistas que requieren una perentoria regeneración para ofrecer el máximo de opciones académicas y profesionales a todo el alumnado. La coeducación potenciada parece ser la mejor vía de avance social en pro de una igualdad de género.

Nostalgia de Pulitzer

Joseph Pulitzer nació en Hungría en 1847, donde recibió una selecta educación. Abandonó su hogar tratando de alistarse en el ejército austriaco, en la legión extranjera de Francia y en la armada inglesa, siendo rechazado por la “debilidad ocular” y por el asma que padecía desde su infancia. Supo que en EE.UU el Ejército de la Unión solicitaba voluntarios para la Guerra de Secesión, por lo que emigró y logró enrolarse en la caballería de Cork, adquiriendo la ciudadanía estadounidense. Fascinado por el periodismo, comenzó a trabajar en un periódico alemán, el Westliche Post, de San Luis (Missouri), llegando a director. Tras licenciarse en Derecho y trabajar como corresponsal del New York Sun, compró el Evening Post y el St. Louis Evening Dispatch, que fusionó para fundar el Post-Dispatch. En 1887 adquirió el New York World, que bajo su dirección se convirtió en un periódico distinguido, célebre por sus revelaciones, sus cruzadas anticorrupción, sus extensos y detallados reportajes, y por su opinión editorial. Continuó comprando diarios locales hasta crear una cadena editorial. El poder mediático de Pulitzer, en rivalidad con el imperio de William Randolph Hearts, fue paradigmático de una época en la que sensacionalismo llegó incluso a inventar noticias.

En 1902 Pulitzer propuso fundar la Escuela de Periodismo en la Universidad de Columbia (Nueva York), con el fin de contribuir a elevar la calidad informativa estableciendo un código deontológico orientado a dignificar la profesión periodística. Esta institución creó los prestigiosos premios Pulitzer, tras su muerte y donación de un millón de dólares.

Pulitzer proponía a sus redactores un consejo cuádruplo: “Un artículo debe ser breve para ser leído, sencillo para ser entendido, original para ser recordado y sincero para ser creído”. Pero también declaraba que un periodista nunca debe darse por satisfecho sólo con dar noticias, porque contar lo que pasa es sólo el comienzo y lo más elemental en periodismo. Una noticia que se comunica reducida a su mínima expresión, sólo a la luz de los sentidos, es una versión incompleta, empobrecida y sospechosamente semejante a un chisme, cuando debería llegar al lector enriquecida con la inteligencia de una mirada múltiple y amplia de análisis, ofreciendo una comprensión perspicaz y panorámica de los antecedentes y consecuentes del hecho relatado. Pulitzer: ¡Cuánto te añoramos en este siglo XXI, donde a veces parece que sólo la trivialidad compite con la manipulación!

Un día, una vida

Hoy también, con suerte, dispondremos de 86.400 segundos para ser irrepetiblemente nosotros mismos,… para amar a los nuestros… y a los demás, para ayudar a los necesitados… y a los demás, para disfrutar de los gozos… y de los recuerdos, para saborear lo dulce… y lo amargo. Sonriamos siempre, porque todo ello, a lo sumo, apenas… durará… un día, hasta que el sueño… nos abrace… de nuevo… Y llegará una noche, antes de lo que creemos, que el ensueño… será… eterno.

Dedicado a Yukichi Chuganji, el anciano japonés que vivió más de 41.600 días y que ahora descansa en paz. Su recuerdo nos ayuda a vivir con intensidad cada jornada que se nos escurre entre los dedos, a veces sin dejar memoria. No lo permitamos: Cada día es una vida, diferente, singular, nueva, a estrenar. Amigo lector: ¿Qué haremos hoy?