Un día, una vida

Hoy también, con suerte, dispondremos de 86.400 segundos para ser irrepetiblemente nosotros mismos,… para amar a los nuestros… y a los demás, para ayudar a los necesitados… y a los demás, para disfrutar de los gozos… y de los recuerdos, para saborear lo dulce… y lo amargo. Sonriamos siempre, porque todo ello, a lo sumo, apenas… durará… un día, hasta que el sueño… nos abrace… de nuevo… Y llegará una noche, antes de lo que creemos, que el ensueño… será… eterno.

Dedicado a Yukichi Chuganji, el anciano japonés que vivió más de 41.600 días y que ahora descansa en paz. Su recuerdo nos ayuda a vivir con intensidad cada jornada que se nos escurre entre los dedos, a veces sin dejar memoria. No lo permitamos: Cada día es una vida, diferente, singular, nueva, a estrenar. Amigo lector: ¿Qué haremos hoy?

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