La Manga del Mar Menor en Murcia (otros posts) es una franja de arena estrecha y alargada que separa el Mar Menor (una gran laguna salada) del Mar Mediterráneo. Tiene unos 22 kilómetros de largo y su anchura varía entre 100 y 1.200 metros. Esta formación natural es única en Europa.
Orígenes geológicos:
Hace miles de años, la zona era una bahía abierta al Mediterráneo. Pero con el tiempo, las corrientes marinas y los sedimentos fueron formando una serie de bancos de arena, que terminaron cerrando la bahía casi por completo, dando origen al Mar Menor. Solo quedó comunicación con el Mediterráneo a través de canales naturales llamados golas.
Época antigua:
Los romanos ya conocían el Mar Menor, al que llamaban “Lacus Spartarius”. Usaban la zona para pescar y extraer sal. Más tarde, en la Edad Media, la zona estaba casi despoblada, solo usada por pescadores y pastores.
Siglos XIX y XX:
Hasta mediados del siglo XX, La Manga era un territorio prácticamente virgen, cubierto de dunas y vegetación silvestre. Se accedía en barca o con dificultad.
En los años 1960 empezó su transformación radical. El empresario Tomás Maestre lideró un proyecto de urbanización para convertir La Manga en un gran destino turístico, con hoteles, apartamentos, puertos deportivos (como el famoso Puerto Tomás Maestre) y avenidas.
Hoy en día:
La Manga es uno de los destinos turísticos más importantes de Murcia y del sureste de España, famosa por sus playas tanto en el Mar Menor como en el Mediterráneo. También enfrenta desafíos medioambientales serios debido al desarrollo intensivo y la contaminación del Mar Menor, lo que ha generado gran preocupación en los últimos años.
Cómo La Manga del Mar Menor se transformó en un gran destino turístico por etapas. La transformación turística (años 1950-1970)
Hasta mediados del siglo XX, La Manga era una lengua de tierra aislada, llena de dunas, matorrales, alguna torre de vigilancia costera (como la Torre del Charco o Torre de La Encañizada), y utilizada solo por pescadores que practicaban técnicas tradicionales como la pesca de encañizadas (redes fijas en el agua para capturar peces).
El gran cambio comenzó en 1961, cuando el Estado encargó la ordenación del territorio a la empresa La Manga Campo de Golf S.A., dirigida por el promotor murciano Tomás Maestre Aznar. Él tuvo una visión muy clara: convertir aquella franja salvaje en una especie de “Costa Azul” española. En esos primeros veranos, los turistas llegaban a veces en jeep o coche descapotable porque las primeras carreteras eran de tierra y arena, ¡y muchas veces se atascaban!
Algunas acciones clave fueron:
- Urbanización masiva: Se trazaron carreteras, se parcelaron terrenos para construir apartamentos, chalets, hoteles y centros comerciales.
- Infraestructuras nuevas: Se construyó la carretera principal que recorre La Manga de norte a sur, lo que permitió el acceso fácil en coche. También se diseñaron paseos marítimos y zonas verdes.
- Puerto deportivo Tomás Maestre: Inaugurado en 1973, permitió el acceso de embarcaciones al Mar Menor desde el Mediterráneo, reforzando la oferta de turismo náutico.
- Campo de golf: Muy cerca, en Los Belones, se creó el La Manga Club Resort, inaugurado en 1972, con hoteles de lujo, campos de golf de nivel internacional y villas, atrayendo a turistas de alto nivel adquisitivo, incluidos británicos y alemanes.
- Campañas de promoción: Se lanzó una intensa campaña de marketing nacional e internacional para vender la imagen de La Manga como “paraíso de sol y playa”.
Durante los años 70 y 80, La Manga se consolidó como un destino veraniego muy popular entre familias españolas, especialmente de Madrid y Murcia, pero también empezó a atraer turismo extranjero.
Era una época dorada: playas casi interminables, temperaturas suaves, dos mares a elegir para bañarse, deportes acuáticos, pesca, vela, golf, vida nocturna…
El desarrollo rápido trajo también efectos negativos: Se alteraron ecosistemas de dunas y humedales. Hubo sobreexplotación urbanística, sin suficiente planificación ecológica. El Mar Menor empezó a mostrar signos de deterioro debido a la presión turística, vertidos agrícolas y construcciones.
La conversión de La Manga en destino turístico fue una de las operaciones de urbanización más grandes de la costa mediterránea española en el siglo XX. Cambió totalmente la naturaleza del lugar, lo modernizó, lo popularizó… pero también dejó problemas medioambientales con los que aún hoy se lucha.
Los primeros hoteles en La Manga. Cuando empezó la urbanización en los años 60, los primeros hoteles surgieron para alojar a los primeros turistas que llegaban atraídos por el “nuevo paraíso”. Algunos de los más importantes fueron:
- Hotel Galúa (inaugurado en 1967):
Uno de los hoteles más emblemáticos de La Manga. Situado en una pequeña península que entra en el mar, tiene vistas impresionantes al Mediterráneo. Era un hotel moderno para la época, con piscina, terrazas frente al mar y acceso directo a la playa. Todavía hoy sigue siendo un símbolo de los primeros tiempos turísticos.
- Hotel Entremares (apertura a finales de los 60):
Situado justo en la entrada norte de La Manga, entre el Mar Menor y el Mediterráneo. Se pensó como un hotel de salud y bienestar, muy avanzado para su tiempo, con tratamientos de talasoterapia (terapia marina). Post previo.
- Hotel Doblemar (inaugurado en los años 70):
Otro hotel histórico, situado en una zona amplia de playa en el Mar Menor, pensado para grandes grupos familiares y turistas europeos. Post siguiente.
Además, empezaron a construirse urbanizaciones y pequeños apartamentos turísticos, como Euromanga, Villas Caravaning, y más tarde La Manga Club (que aunque está un poco hacia el interior, estaba totalmente vinculado al boom de La Manga).
Post en elaboración. A completar en las próximas horas.
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