El término ‘gig’ proviene de la jerga musical y se refiere a las actuaciones cortas que realizan los grupos musicales y que podrían traducirse como ‘bolos’. Aplicado al mundo laboral, este concepto de "economía bajo demanda" alude a los trabajos esporádicos (un "curro" ocasional que surge) que tienen una duración corta y en los que el contratado se encarga de una labor específica dentro de un proyecto. También se pueden llamar minijobs, trabajos marginales, a menudo complementarios a otros ingresos.
La clave de la Gig Economy está en la libertad y flexibilidad laboral, ventajas tanto para el trabajador como para quien contrata. También en la deslocalización. La tecnología es un factor que ha influido, sin duda, en la implantación de este modelo en el que se pueden asignar encargos a los profesionales más dispuestos y mejor preparados, independientemente de su ubicación.
Ejemplos de Gig Economy es el caso de los conductores de UBER o los empleados de Airbnb, son desde su popularidad ayudan a entender cómo se extiende esta economía de los pequeños encargos. La contratación es personalizada y se basa en un acuerdo entre las necesidades y los objetivos de ambas partes.
Lo sorprendente de la Gig Economy es que puede comprender desde la precariedad de los ciclistas que entregan comida hasta supercualificados profesionales expertos en un campo que trabajan para múltiples empresas multinacionales. Por supuesto y por desgracia, son legión los primeros y una minoría selectísima el segundo grupo.
Por supuesto, ojalá nadie tuviese como único empleo las fórmulas baratas y deleznables de Economía Gig. Pero puede ser un complemento en casos muy variados de situaciones diferentes. Por ejemplo, para completar pensiones insuficientes.
La jubilación ya no es lo que solía ser, o puede que pronto no sea lo que debiera. Por otra parte, muchas personas jubiladas se encuentran buscando formas más significativas de pasar su tiempo. Para probar algo diferente, salir y conocer gente y complementar los ingresos en la jubilación. Muchas veces estos llamados "ingresos colaterales" son facilitados por la tecnología digital y el teletrabajo.
Por supuesto, ojalá nadie tuviese como único empleo las fórmulas baratas y deleznables de Economía Gig. Pero puede ser un complemento en casos muy variados de situaciones diferentes. Por ejemplo, para completar pensiones insuficientes.
La jubilación ya no es lo que solía ser, o puede que pronto no sea lo que debiera. Por otra parte, muchas personas jubiladas se encuentran buscando formas más significativas de pasar su tiempo. Para probar algo diferente, salir y conocer gente y complementar los ingresos en la jubilación. Muchas veces estos llamados "ingresos colaterales" son facilitados por la tecnología digital y el teletrabajo.
Abundan las aplicaciones o APPs de Gig Economy, que se definen como "economía de plataformas". Suele ser el primer paso para solicitar un trabajo independiente, y es posible que deba confiar en ellas para recibir asignaciones, recibir pagos, comunicarse con la oficina corporativa,... Aquí hay algunas categorías populares y proveedores de trabajo a considerar: Entregas, Conducción, Viajes compartidos, Hospedaje (Airbnb si se dispone de bienes), Tareas y trabajos manuales, Trabajos corporativos (se buscan personas con experiencia en marketing, comunicaciones, redacción, diseño, programación o trabajo administrativo),...
También es importante estar al tanto de las estafas, a la falta de cotización que disminuirá la pensión futura, y a otras múltiples desventajas de falta de regulación laboral y sindical.
¿Lo mejor de la Gig Economy? Es tan flexible que puedes probar muchas tareas diferentes antes de decidir cuál es la adecuada para ti. La personalización de la jornada de trabajo hace que esta tendencia se haya afianzado entre freelancers y nómadas digitales. Por lo general, estos trabajadores son más productivos en ambientes no corporativos y prefieren marcar su propio horario de trabajo y sus ritmos. El teletrabajo es un realidad al alza y el empresario sabe que obligar a que los empleados estén en la oficina es una opción laboral obsoleta. El 56% de los freelancers trabaja desde su casa, un 26% lo hace desde una oficina compartida y un 18% desde un co-working, Ssgún datos de Workana.
La Gig Economy tiene mala fama y se asocia a trabajos precarios. Pero según el último estudio de Mckinsey podemos segmentar a los trabajadores de la Gig Economy en cuatro categorías:
El 30% de los trabajadores son agentes libres, como el abogado que acabamos de describir, y les va bien, incluso mejor que por cuenta ajena.
Un 40% realiza actividades casuales para conseguir un sobresueldo, por ejemplo paseadores de perros. También puede venir de una oportunidad complementaria, por ejemplo un profesional con furgoneta que en tiempos muertos entrega paquetes de Amazon. El 14% es reacio a trabajar así pero solo puede optar por este tipo de relación laboral, aunque preferiría trabajar por cuenta ajena. Por ejemplo los conductores de Uber con licencia propia. Y por último el 16% restante, que se trata de personas con graves problemas financieros que necesitan dinero a toda costa y rebajan su categoría profesional o seniority. Por ejemplo parados de larga duración que se dedican a ser riders de Deliveroo.
Un 40% realiza actividades casuales para conseguir un sobresueldo, por ejemplo paseadores de perros. También puede venir de una oportunidad complementaria, por ejemplo un profesional con furgoneta que en tiempos muertos entrega paquetes de Amazon. El 14% es reacio a trabajar así pero solo puede optar por este tipo de relación laboral, aunque preferiría trabajar por cuenta ajena. Por ejemplo los conductores de Uber con licencia propia. Y por último el 16% restante, que se trata de personas con graves problemas financieros que necesitan dinero a toda costa y rebajan su categoría profesional o seniority. Por ejemplo parados de larga duración que se dedican a ser riders de Deliveroo.
La Gig Economy puede ser una oportunidad para algunos y un castigo para muchos otros, pero lo cierto es que la tendencia se ha consolidado e irá a más.
Si tienes un trabajo de baja cualificación terminarás perdiendo tu empleo "fijo". Si eres un especialista y tienes talento, pasión y un smartphone, acaba de empezar tu edad de oro.