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Miroslav Tichý: Un Cezanne de la fotografía

Miroslav Tichý es un extraño personaje, un octogenario excéntrico mendigo que cada día obtiene compulsivamente cien "retratos robados" de mujeres de su pueblo perdido de Chequia. Esas instantáneas de artista voyeur, pero de mirada siempre respetuosa y sensible, llegan a cotizarse entre cuatro mil y doce mil euros, dinero que no recibe este sin techo aparentemente demente. Utiliza cámaras "recuperadas", hechas con cartón y reciclando material de desecho con una extraordinaria habilidad. El tratamiento posterior de las imágenes las personaliza con singular precisión. Tichý nació en 1926 en Netcice (Mähren) y estudió en la Academia de Bellas Artes de Praga de 1945 a 1948. Tras el servicio militar en los años 50 formó parte del grupo de pintores "Los 5 de Brno", opuesto al realismo socialista. Desde 1946 hubo de recibir tratamiento psiquiátrico; en 1957 sufrió una crisis sicótica y fue internado durante un año. A partir de los '60, en la ciudad de Kyjob, comenzó a vivir como un indigente dedicado sólo a su arte melancólico de apreciar la belleza femenina.
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25 de noviembre: Día Internacional contra la violencia hacia las mujeres

"Nasija", obra de Guillermo Ríos y protagonizada por Madeleine Diatta, ganó el pasado año 2007 el Festival de Cortometrajes de Berlín en la categoría de mejor película contra la violencia y la intolerancia.
Nasija. Cargado por short_film
Fue rodada en febrero de 2006 y en 11 minutos este documento denuncia el maltrato al que es sometida la mujer en algunas culturas de África, que llega hasta la condena a la pena de muerte. Se basa en la historia real de Safiya Husseini que dio la vuelta al mundo en 2002. Nos involucra reviviendo con una mirada comprometida el dolor de esta mujer que mientras es conducida al hoyo en que será apedreada y enterrada rememora su trágica vida condicionada desde la infancia. Technorati tag:

Resumen libre de la conferencia de Daniel Innerarity

Haciendo nuestro el lema de la Fundación de Jonas Salk: “Hemos de llegar a ser buenos antecesores” (aportación de Josu Aramberri, con quien coincidimos en el evento). Daniel Innerarity nos habló ayer del olvidado y desvalido futuro, marginado por la reinante inmediatez. Hablaremos del futuro, del próximo y del lejano, que es el personaje más olvidado en el debate de ideas, en la toma de decisiones e, incluso, entre nuestras preocupaciones cotidianas.

I Tiranía del presente

Prima el presente, y las líneas del tiempo apenas contemplan el pasado inmediato, pero casi nada del futuro. Vivimos una época de “imperialismo temporal”. Ya no se colonizan otros espacios, otros continentes, pero sí explotamos despiadadamente el futuro.
La inmediatez de los sondeos de opinión, la aceleración de la vida cotidiana, nos han llevado a contemplar únicamente el presente y el futuro más inmediato. Cinco grandes razones nos han conducido a ello:
1º La aceleración estructural de la vida moderna. Nuestros abuelos vivían peor, pero sin incertidumbres del porvenir. Ni siquiera podían imaginar que su futuro fuera a ser diferente de su presente.
2º Los períodos electorales, múltiples y frecuentes. El ritmo de las urnas marca un tantán inexorable, que establece prioridades a muy corto plazo, buscando rendimientos muy cercanos en los momentos de reelección. Estos períodos cuatrienales no se corresponden con los grandes temas sociales que evolucionan y se manejan con grandes propuestas que requieren plazos mucho más dilatados en el tiempo. Esto introduce un efecto perverso, en el sentido de que la soberanía y las decisiones se adoptan por un electorado que compromete y condiciona la vida de personas aún no nacidas, o todavía sin capacidad de votar.
3º La propia naturaleza humana que tiende a descarta de sus cálculos todo aquello que se refiera al futuro, por un doble motivo: no se conoce con precisión y no se sabe si nos va a corresponder vivir en ese tiempo. Pero el resultado es que la competencia injusta se establece entre los de ahora,... y los que vivirán en el futuro, que apenas suelen ser tenidos en consideración.
4º El electorado de la tercera y cuarta edad crece continuamente, tanto en número como en importancia. Y frente a su creciente protagonismo, no existen lobbies de electores futuros.
5º Utilizando el espacio político convencional, supuestamente abierto a todos (partidos, sindicatos, grupos de presión...), suelen ganar la partida los más alborotadores, con problemas concretos y presentes,... Es raro ver una “movilización de parados”,...
Afortunadamente, existen algunos factores de esperanza. La idea de sostenibilidad ha ido calando en ámbitos distintos, e incorpora la noción de futuro en muchas de las decisiones más trascendentes. Algunos frutos de ello se pueden apreciar en áreas críticas, como estabilidades presupuestarias, pactos de pensiones,... También ante la crisis financiera de estas fechas se han comprobado que se adoptan medidas planetarias, porque la globalización ha convertido a la humanidad en una “unidad cosmopolita de destino”.

II Justicia Intergeneracional

La fijación en el presente otorga una “preferencia ilegítima” a las generaciones presentes frente a las venideras. El colonialismo temporal parece basarse en el viejo proverbio de que “los que vengan,... que arreen”, En muchas ocasiones, ante decisiones que hipotecan el futuro, nadie parece preguntarse: ¿y esto lo aceptarían quienes lo van a... pagar? Con honradez, hemos de reconocer que estamos parasitando a nuestros hijos y nietos. No podemos dejarles residuos radioactivos, ni sistemas de pensiones insostenibles.
Existe una tácita “coalición de los vivos”, frente a los no nacidos. Ya Diderot defendía que cada generación debía redefinir todo, una autodeterminación generacional. El mayorazgo fue una figura caduca, porque tutelaba el futuro desde el pasado. Ahora somos, quizás sin percibirlo, “okupas del futuro”, nos hemos instalado y beneficiado del futuro, sin ser sus propietarios.
Parece que tratemos al futuro como el basurero del presente, postergando propuestas decisivas para su mejor existencia. Y cuando convertimos el futuro en un basurero, lo siguiente es tratar de esconderlo, de no verlo, de ignorar su existencia. Con todo ello, ¿dónde queda la justicia intergenaracional?
Hay que socializar el futuro, pasarlo desde la propiedad privada de los presentes a colectivizarlo con quienes habrán de vivir en él. Existe una asimetría en las relaciones temporales de corto plazo, que da ventaja a los primeros en vivir. ¿Cómo logramos hallar representantes del futuro, que defiendan los intereses del porvenir y de quienes allí vivan? Jefferson decía que cada generación debía reescribir su Constitución. Nadie aceptaría ninguna Constitución sin cláusula de revisión, con todas las garantías que se quiera.
Recordemos antes de adoptar ninguna decisión de trascendencia preguntarnos: ¿Lo aprobarían nuestros hijos y nietos?

III Políticas de futuro

Hemos de recuperar el porvenir en nuestra realidad presente. Hace falta mucha gente pensando con suficiente anticipación. El escurridizo futuro debe ganar peso político, como en loables iniciativas a largo plazo (sin mencionarlo expresamente, podría tratarse de proyectos como Think Gaur). Los dirigentes han de responsabilizarse más del futuro que preparan, que del presente o del pasado que aportan.
El futuro es el tiempo débil, el huérfano de valedores. Y la fortaleza de la política reside en ocuparse de lo débil, de lo desvalido. Entre el conjunto de los desprotegidos, ha de incluir al futuro. Algunas sugerencias:
1º Incluso para el corto plazo, es negativo el cortoplacismo. Hasta en el caso de un apremiante incendio, hay que planificar la evacuación urgente. Estamos demasiado agitados por el periódico o la cotización del día, que nos ciegan sin permitirnos apreciar tendencias a medio o largo plazo.
Si todo cambia muy rápido, es preciso levantar la mirada, ver las corrientes de fondo y no sólo los movimientos de superficie. No basta atascarse únicamente con la “tiranía de las pequeñas decisiones”, ésas que sólo rectifican el rumbo inicial. Así se acaba finalmente donde... nos e quería llegar.
3º Se requiere una perspectiva temporal más amplia y profunda. El futuro ha de ser anticipado con una cierta coherencia. Las microdecisiones son miopes si no miran hacia lo lejos.
4º Ha de recuperarse algo de “aquellas visiones del faraón” (Génesis, 41), pero por parte de todos. Traigamos el futuro a nuestra mente, hagámosle testigo, intérprete y protagonista de nuestro día a día. Y esto hemos de hacerlo todos, sin despreocuparnos al confiar en que otros lo harán.

En el turno de preguntas, se formularon tres. La tercera puede verse en este vídeo. De las otras respuestas de Innerarity, entresacamos algunas grandes ideas.
Coexisten, al menos, tres grandes ritmos de tiempo en la sociedad contemporánea: El tiempo de la economía financiera, que es rápido y cambiante como hemos comprobado recientemente; el tiempo mediático, que se consume con fruición cada día y que recuerda a la vieja 'mili' (no hacer nada, pero a gran velocidad); y el parsimonioso tiempo político, donde las grandes decisiones se posponen en busca de acuerdos... hasta que son tomadas en otros ámbitos de decisión o los problemas están encarrilados. Pero sólo la democracia defiende a los desprotegidos, a los postergados. Por ello, no hemos de permitir que se transmita ese bulo interesado de que la política es algo anacrónico (quizá sí sus formas), porque ello nos llevaría a una sociedad donde se impondría la ley del más fuerte.
A modo de conclusión, la conferencia transmitía una moraleja de que hay que reformular la participación política, para asegurar a los presentes y a los venideros un futuro mejor.
[Otras crónicas: El País (aunque discrepo en que se citase al Think Gaur), Erikenea,...] Bibliografía adicional: La cultura de la urgencia.

Las redes de la memoria, 2008

Globalkultura Elkartea, contando con la ayuda del Departamento de Cultura de la DIPUTACIÓN FORAL DE BIZKAIA, convoca el II PREMIO DE RELATO CORTO «LAS REDES DE LA MEMORIA, 2008», cuya finalidad es la de continuar con el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia de conocer y preservar nuestro pasado.
La oportunidad de haber nacido en esta época y en este lugar nos convierte en testigos privilegiados de una parte de la Historia reciente de nuestro país: lo que ha supuesto la actividad industrial y comercial a lo largo de los últimos 100 años, la minería, la construcción naval, los ferrocarriles, la industria siderúrgica, la industria textil, la industria pesquera, la industria química, la actividad portuaria, la comercial, la navegación, los restos de aquellas actividades, el nuevo paisaje que se dibujó, etc., son objeto de este PREMIO «LAS REDES DE LA MEMORIA»
Globalkultura Elkartea pretende rescatar nuestra Historia más inmediata a través de la mirada atenta de las escritoras y los escritores. Las mejores historias de las personas, nuestras costumbres, nuestra forma de vida, nuestro país, nuestras tradiciones, sueños y logros; desde los cerros, lomas y montes, hasta las herramientas, embarcaciones, máquinas, fábricas y caseríos, incluidos los distintos oficios, objetos y lugares de la Bizkaia del siglo XX, podrán ser objeto de estos relatos. Se trata de promover la utilización y recreación literaria de testimonios directos de quienes participaron en ese proceso histórico que constituye nuestro pasado más reciente. Esta Historia basada en el recuerdo de quienes vivieron los acontecimientos puede aumentar el conocimiento que tenemos del pasado al dotar de voz a las silenciosas fotografías, lo que constituye una herramienta importantísima para preservar la memoria. Y para provocar y estimular el recuerdo o la creación literaria, proponemos que el detonante de la narración lo constituya una tarjeta postal o una fotografía. De la página Web de Globalkultura Elkartea (Apartado de correos 5.105. 48009 - Bilbao. Tel. y fax 944 436 411, info@globalkultura.net) se han colgado postales fechadas entre 1901 y 2000, que las y los participantes podrán tomar para escribir sobre ellas. También se podrá escribir basándose en una fotografía ya publicada o en una fotografía de su entorno familiar.
PARTICIPANTES: Cualquier persona mayor de 18 años. TEMA Y FORMA DE PRESENTACIÓN: Ver bases completas en este PDF. FECHA LÍMITE DE PRESENTACIÓN: 30 de noviembre de 2008 a las 14:00 horas. PREMIOS: Al mejor relato en euskera: 1.250 euros más publicación. Al mejor relato en castellano: 1.250 euros más publicación. Accésit a nueve relatos finalistas de cada modalidad que, junto con los ganadores de las dos categorías, serán incluidos en la publicación.

Innovación educativa: ¿excesiva e inconexa?

Así parece opinar Michael Fullan (Vía: La Mirada Pedagógica), quien considera que una de las principales dificultades para la mejora de las escuelas de los países occidentales no es la ausencia de innovación, sino más bien la presencia de demasiados proyectos novedosos, compartimentados y no acordados. A las reformas estructurales estatales, LOGSE, LOCE, LOE,... se suman y superponen cambios de marco europeos (generalmente bien orientados, currículos de competencias básicas) y otras muchas innovaciones autonómicas. En nuestro caso, nuevo currículo vasco, revisión de los modelos lingüísticos, mapas escolares,... más planes, programas y líneas prioritarias (hasta 17 en el último trienio),... ¿Está siendo asimilada e incorporada a la práctica real de las aulas... y de las casas... tanta renovación pedagógica poco evaluada y nada explicada a las familias?
¿No convendría en un ámbito tan esencial como la educación una mayor prudencia, análisis y evaluación de experiencias anteriores o externas antes de proyectar tantos y tan variados cambios superpuestos, relacionados y simultáneos?

Blowin' In The Wind por Katie Melua

¿Cuántos caminos un hombre debe andar How many roads must a man walk down / Antes de que lo llames hombre? Before they call him a man / Sí, y ¿cuántos mares una paloma blanca debe navegar How many seas must a white dove sail / Antes de que duerma en la arena? Before she sleeps in the sand / Sí, y ¿cuántas veces las balas de cañón deben volar How many times must the cannonballs fly /Antes de que estén prohibidas para siempre? Before they are forever banned / La respuesta, mi amigo, está sonando,... está sonando The answer, my friend, is blowing... is blowing / La respuesta está sonando en el viento The answer is blowing in the wind (estribillo)/ Sí, y ¿cuántas veces un hombre debe levantar la mirada How many times must a man look up / Antes de que pueda ver el cielo? Before he can see the sky / Sí, y ¿cuántos oídos un hombre debe tener How many ears must one man have / Antes de que pueda oír a la gente llorar? Before he can hear people cry / Sí, y ¿cuántas muertes bastarán hasta que él sepa How many deaths will it take till he knows / Que demasiada gente ha muerto? That too many people have died / (Estribillo) Sí, y ¿cuántos años una montaña puede existir How many years must a mountain exist / Antes de que sea lavada por el mar? Before it is washed to the sea / Sí, y ¿cuántos años algunas personas pueden existir How many years can some people exist / Antes de que se les permitan ser libres? Before they're allowed to be free / Sí, y ¿cuántas veces un hombre puede girar su cabeza How many times can a man turn his head/ Fingiendo que no ve? And pretend that he just doesn't see / (Estribillo) [Otras versiones...]

Un lento despertar

Cuento de verano, breve y con una moraleja que habrás de descubrir.

Quizá fue aquel rayo de luz, propio de un sol de mediodía, a finales del mes de junio. Desde aquella pupila que apenas veía el mundo exterior, llegó al fondo del tuétano y le despertó. Fue un lento proceso que duró tres días, pero una transformación vertiginosa para aquel ser humano al muchos médicos daban por muerto en el mundo consciente.

Primero fueron las sensaciones, como la luz cegadora que le obligó a cerrar los ojos. Luego el ruido del entorno y el olor a tierra mojada. Más tarde, la visión de quienes le rodeaban, todos vestidos de blanco, los viejos y los jóvenes. Durante años había padecido frío, poco o mucho frío, pero siempre frío. Aunque ahora la brisa era templada y tranquilizante. Tampoco le dolía nada, no sentía ninguna de aquellas magulladuras que durante tanto tiempo le habían acompañado.

Más tarde, quizá al día siguiente, llegaron las palabras. No eran las que escuchaba provenientes del exterior, aunque aquel galimatías -del que hacía tiempo se había desentendido- empezaba a serle inteligible. Fueron las voces interiores, las que le susurraron nuevas emociones. Musitó “padre”, y los ojos se le humedecieron con alguna olvidada remembranza. Luego, surgió “madre”, y las lágrimas le anegaron el rostro. No entendía muy bien el porqué de la fuerza de aquellos mensajes vocalizados. También susurró “sol”, “luna”, “aire”, “agua”, “pan”,… y llegó a mascullar otras que le dolieron por dentro cuando se las repetía, una y otra vez, “ido”, “idiota”, “loco”,…

Por último, aparecieron los recuerdos. Eran memoria de tiempos muy lejanos, de su desvanecida infancia. Jugando en alguna playa, saltando sobre las olas, merendando con sus padres,… Poco a poco, desde la neblina del olvido, fue asomándose otra figura querida. Alguien a quien amó, desde que ambos eran niños. Alguien a quien perdió, cuando ella se hizo mujer, cuando ella le rechazó y lo abandonó. Entonces llegó a comprender lo que le había llevado hasta aquel hospital mental. Ya no le dolía tanto,… Seguramente tantos años de demencia habían borrado, en parte, la herida.

También adivinó que no sólo había sido aquel rayo de sol lo que le había devuelto la cordura. Había sido la música que se escuchaba en el jardín del sanatorio, puesta por alguna desconocida mano caritativa. Alguien, con sabia intención, le había cuchicheado al oído: “La buena música borra los malos recuerdos”. Hasta se dijo a sí mismo, en pleno proceso de recuperación: “Una bella teoría, tan útil como incierta”.

Se propuso comunicar a los demás su mejoría. Debía superar la prueba del tribunal médico y salir a buscar a aquella amada que apartó sus vidas. Tenía que decirle “algo”, si llegaba a encontrarla… Cuando se convirtió en un hombre con un plan, un brillo en su mirada delató su recobrada inteligencia… y su decidida resolución. Sin él advertirlo, una leve sonrisa apareció en su cara. La primera expresión de felicidad en más de una década… (Quizá continúe.)

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/despertar.DOC

Cosas que pasaron a la historia: Los mapas...

... Que desaparecieron con el auge de los GPS. Por mi parte prefiero Tom Tom, aunque Destinator fue mi primera opción.

Recuerda que Oscar Wilde señaló: "Un mapamundi donde no figura el país Utopía, no merece siquiera una mirada".

Y tú, ¿todavía usas mapas? Peor aún, ¿los compras?

¿Y te hablan?
[Dinos algo, ahí mismo, en los comentarios...]

La misma Luna

Unos la visitaron; otros sólo la vemos. Algunos le atribuyen extraños poderes; todos presentimos su presencia.

Nos sorprendemos cuando leemos que existen árboles vivos con diez siglos de existencia en el Amazonas. Algún abeto Douglas se complementa con madera subfósil con 22 siglos de existencia. A especies como el Pinus longaeva, la Sequoia gigante, el Drago Canario o ciertas esponjas les son atribuidas edades de hasta cinco mil años. Asombrosa vitalidad frente a las mariposas cuyo efímero ciclo vital apenas llega a un mes, o a bacterias que nunca sobreviven más allá de unos fugaces quince minutos.

Por fortuna, a nuestro alrededor existen elementos muy estables. En la película “Nueve vidas” un personaje menciona de pasada a su pareja que todos descubrimos y nos encandilamos con la misma Luna. Y así es. Desde todos los continentes y océanos. Niños y ancianos. Los que aún vivimos y nuestros más remotos antepasados. Jesucristo y Newton vieron la misma cara de la misma Luna.

La misma que hizo exclamar a Galileo cuando resplandeció a través de su catalejo: “Es muy hermoso y placentero contemplar la Luna”. A todos nos inspira la gobernadora de las mareas. A veces, hasta demasiado. Como dijo el poeta Matsuo Basho en un brillante haiku: “De vez en vez llegan las nubes, / y conceden al hombre una tregua: / le ocultan la Luna”.

En todo caso, es maravilloso contar con un amarre eterno, un noray donde fijar la mirada. En cualquier momento, de cualquier noche, desde cualquier lugar de la Tierra. Allí estará, la fría y casta Luna, reina del firmamento, siempre alumbrada. Helada llama, por cuartos transfigurada, pero siempre con la misma mirada. Ella no sólo nos ilumina, también… nos guarda.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/mismaluna.DOC

El arte de educar


Este relato, divulgado en un vídeo, está basado en una obra titulada “Tres cartas de Teddy”, escrita en 1976 por Elizabeth Ballard.

El primer día de clase, la profesora de 5º de Primaria se presentó ante su clase, recorrió con la mirada a todo su alumnado y solemnemente les dijo… una mentira piadosa: “Que les iba a tratar a todos por igual”. Sin embargo, eso era imposible porque en la primera fila, aburrido y sentado junto a ella, estaba Teddy. La maestra ya conocía a Teddy desde el año pasado, y había visto que no jugaba con sus condiscípulos. Teddy venía desaliñado, pedía salir al baño continuamente y podía ser muy molesto en clase. El cuaderno de Teddy era un desastre, y aparecían tachados en rojo los pocos ejercicios que traía realizados de casa.

Al revisar los historiales de todos sus alumnos, la tutora se llevó una sorpresa con el de Teddy. Su profesora de 1º lo mencionaba como un excelente alumno y buen compañero. La de 2º curso reiteraba su aprecio, pero comentaba que la enfermedad terminal de su madre le estaba afectando. La tutora de 3º indicaba que la muerte de su madre había sido un duro golpe para Teddy. Su profesora de 4º apuntaba que el desinterés de Teddy por lo que sucedía en clase era total y concluía que estaba muy retrasado.

La profesora comprendió a Teddy y se entristeció aún más cuando al llegar la navidad todos sus alumnos le llevaron algún obsequio cuidadosamente envuelto en papel de regalo. Todos… excepto Teddy, que llevó una arrugada bolsa de supermercado. Con temor sobre lo que contuviese, la profesora lo abrió en medio de clase: Una vieja pulsera a la que faltaban algunas piedras de bisutería y un frasco usado de colonia. Algunos niños se rieron, pero la tutora se puso el brazalete y se humedeció con perfume la muñeca. Aquel día, Teddy se quedó hasta que los demás alumnos se fueron y le confesó a su maestra que “Hoy usted huele como mi madre”. Aquella noche en su casa, la profesora lloró durante más de una hora.

Desde aquel día, aquella docente dejó de enseñar y se dedicó a educar. Prestó una especial atención a Teddy, y pronto se vio gratificada con su progreso. Al año siguiente, recibió una nota de Teddy donde le decía que ella era la mejor profesora que él había conocido. Seis años más tarde, le llegó una carta donde repetía que no había descubierto mejor profesora en todo el bachillerato. Años más tarde, otro documento reiteraba que ella seguía siendo su educadora favorita, y en la firma figuraba un tal Doctor Theodore.

La historia no acaba así. Teddy le pidió que fuese su madrina de boda. Ella aceptó y se engalanó con la pulsera incompleta y aquel perfume que a él le recordaba las últimas navidades con su madre. Después de la ceremonia, Teddy dijo estas palabras al oído de su maestra: “¡Gracias por creer en mí, por confiar en que yo podría ser diferente!”. Su profesora, con lágrimas en los ojos, le susurró: “Teddy, yo te agradezco que tú me convencieses de que yo podía ser diferente. Hasta que te conocí, no aprendí a educar”.
Los educadores, los progenitores, los adultos nunca sabemos el impacto que puede tener en el futuro nuestras acciones,… o nuestras omisiones. Consideremos esta realidad, e intentemos influir positivamente en la vida de los demás, especialmente de los más jóvenes. Enseñar quizá sea la última artesanía, algo que ha evolucionado con el paso de los siglos, pero que sigue requiriendo profesionalidad y vocación.

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Futuro realista

Aquel que iba a ser mi último día, se me complicó.

¡Maldito lunes!, pensé al levantarme. Ya estoy harto, a pesar de vivir en el futuro, quiero decir en el porvenir que soñaron mis abuelos, mis padres y en el que yo mismo confié, cuando era muy joven. De hoy no paso. Ahora mismo me voy a una de esas nuevas cabinas de suicidio (evolución lógica de la máquina de la eutanasia del Dr. Philip Nitschkeque). Espero superar el obligatorio test de preguntas, cuya última cuestión literalmente dice: “¿Está seguro de entender que si pulsa el botón 'SÍ’ en la pantalla siguiente usted morirá?”.

Tomo el tranvía y me voy a las afueras. Hay varios kioskos de eutanasia instalados en la ciudad, de modo que mi muerte no molestará a nadie. No creo que haya cola de espera,… pero está ocupada. El servicio de retirada de cadáveres sólo acude por las mañanas. Se me ha adelantado otro desesperado. Este ayuntamiento no cubre debidamente las necesidades de la ciudadanía. Escribiría una ‘Carta al Director’, pero no estaré para leerla. Así que nunca se queja nadie.

Nuevamente al tranvía para acudir al otro extremo de la ciudad, a otra zona apartada donde acumulan esos servicios comunitarios tan poco vistosos para el turismo. ¡Mala suerte!, esta vez veo a una ojerosa mujer forcejeando con la puerta. Me acerco. Ella me indica que quiere entrar. Decido ayudarla, pero ni tirando los dos lo conseguimos.

Cuando nos íbamos cada uno por su lado, oímos un extraño llanto. Proviene de otro servicio municipal, uno de esos buzones-bebé que se han generalizado desde el año 2000 en Hamburgo, una especie de cajero automático, donde anónimamente se abandonan bebés. Tampoco ha funcionado este BabyBox (híbrido entre contenedor, horno casero e incubadora), porque no ha acudido nadie, probablemente al no haberse pulsado el botón de usado.

La desmejorada mujer acude presurosa, y yo la sigo. Parece muy sorprendida cuando, al abrirlo, aparecen dos Posted by Picasarecién nacidos que lloran al unísono. Cogemos en brazos un bebé cada uno. Ella prefiere recoger al que estaba debajo, casi asfixiado por una segunda entrega precipitada. Me siento cansado, pero ella está agotada. Cruzamos la mirada y sin mediar palabra, nos dirigimos a mi casa. Las criaturas se han callado. ¿Qué haremos? ¿Alguno es hijo suyo? ¡Qué más da! Salí a suicidarme, y vuelvo con toda una familia. ¡Vaya forma de empezar la semana!

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Pormenores del fracaso escolar

Ilustración de Ripa con la que DEIA acompañaba a este artículo el día 4-11-2006¿Cómo aumentar el éxito escolar de aquellos colectivos que cosechan peores resultados académicos?

Las estadísticas globales encubren aspectos esenciales de un problema, como el del fracaso escolar que persiste en el Estado español de modo muy superior a la media europea. Según los datos de 2004, el 75% del alumnado supera la ESO (Enseñanza Secundaria Obligatoria). Pero existen diferencias importantes entre los chicos y las chicas: Ellas aprueban en un 85% y ellos en sólo un 65%. El éxito escolar es muy dispar en los diferentes centros y de origen multifactorial. Incluso se observan enormes diferencias geográficas. Vascos, navarros y asturianos obtienen los mejores resultados, con un fracaso inferior a la mitad del que sufre el alumnado canario, balear, extremeño y murciano. Pero siguen siendo promedios demasiado generales.

Analicemos más detenidamente los datos de 4º de la ESO en Bizkaia del penúltimo curso 2004-2005, sobre un total de 8.676 alumnos y alumnas. Ellas representan el 50,25% del total, pero son menos en la enseñanza pública, el 49,48%, mientras en la enseñanza concertada las alumnas representan el 51,63%. Dado que en la enseñanza concertada promociona el 87,72% del alumnado frente a sólo el 80,16% de la pública (la media es del 84,62%), esta mayor presencia discente femenina en la concertada puede ser un factor coadyuvante.

Género.

Alumnas, son el 50,25% del total del alumnado; fracaso medio, 12,24%.
Alumnos, son el 49,75% del total del alumnado; fracaso medio, 18,61%.
Diferencial, 6,36% a favor de las alumnas.

Un análisis por género, vuelve a manifestar que las chicas son mejores alumnas que sus compañeros, aprobando la ESO el 84,19% en la pública (ellos, sólo el 76,21%), y en la enseñanza concertada, ellas el ¡90,13%! (ellos, sólo el 85,15%). Simplificando, se podría decir que en la C.A.V. el fracaso medio fue el pasado curso de, exactamente, el 15,38% (diez puntos menos que en el Estado), pero que en cuatro subgrupos podría matizarse indicando que las alumnas de centros privados concertados sólo ‘fracasaron’ en un 9,87%, mientras que los alumnos de centros públicos ‘fracasaron’ en un 23,79%.

Titularidad del centro.

En centros Concertados, está el 59,05% del total del alumnado; fracaso medio, 12,28%.
En centros Públicos, está el 40,95% del total del alumnado; fracaso medio, 19,84%.
Diferencial, 7,56% a favor de la enseñanza concertada.

La titularidad del centro, con todo lo que conlleva de “mochila familiar”, fue más determinante que el género, porque incluso los alumnos de la concertada ‘fracasaron’ significativamente menos (el 14,85%) que las alumnas de la pública (el 15,81%).

Modelos lingüísticos.

En modelo D, está el 38,39% del total del alumnado; fracaso medio, 11,92%.
En modelo B, está el 16,95% del total del alumnado; fracaso medio, 15,64%.
En modelo A, está el 43,34% del total del alumnado; fracaso medio, 18,46%.
En modelo X (colegios extranjeros), está el 1,31% del total del alumnado; fracaso medio, 11,40%.
Diferenciales, 3,72% a favor del modelo D sobre el B, y 6,54% a favor del modelo D sobre el A.

Si introducimos un tercer factor, el modelo lingüístico, el intervalo del ‘fracaso escolar’ se abre aún más. En la ESO existen tres modelos, el A, B (A reforzado en datos estadísticos) y el D, con presencia creciente del euskera como lengua de aprendizaje. Sin entrar en detalles, que pueden verse en el gráfico anexo, los alumnos en A públicos fracasan en un escalofriante 35,89%, mientras que las alumnas de D concertado ‘sólo’ en un 6,02%. ¡Seis veces menos, en el mismo sistema educativo, y financiado con los mismos presupuestos públicos!

Sumariamente, para los progenitores el promedio de fracaso no predice nada para el caso específico de su prole, pero las últimas estadísticas señalan que el ‘fracaso escolar vasco’ se escalona así: 6,02% Chicas, modelo D, concertado; 10,25% Chicos, modelo D, concertado; 10,92% Chicas, modelo B, concertado; 10,96% Chicas, modelo D, público; 11,40% Chicas, modelo A, concertado; 15,25% Chicos, modelo B, concertado; 16,56% Chicas, modelo B, público; 17,06% Chicos, modelo A, concertado; 18,53% Chicos, modelo D, público; 21,02% Chicos, modelo B, público; 27,15% Chicas, modelo B, público; y 35,89% Chicos, modelo A, público.

Algunas sugerencias finales pueden extraerse de estos porcentajes de graduación en ESO, la principal prueba de medida de calidad en evaluaciones internacionales.

1. El factor modelo lingüístico se correlaciona directamente con el éxito académico. El modelo A debe ser revisado, dado que provoca una indeseada acumulación de un alumnado predestinado a las dificultades escolares graves, especialmente en la enseñanza pública y para los alumnos varones, que denominamos “dique de marginación discente”.
2. El factor titularidad (público o privado concertado) denota que el muy diferente bagaje sociocultural de las familias es determinante, y que la enseñanza pública no logra compensar apenas el déficit de partida. Ello cuestiona el modelo de calidad, y el de equidad, que hemos establecido y que requiere más eficacia y eficiencia.
3. El factor género está abriendo un desfase inaceptable que requiere acciones inmediatas semejantes a las que se desplegarían si las chicas fracasasen un 20% más que los chicos. Entre las medidas necesarias, es preciso revisar el efecto de la feminización docente, que ha desequilibrado todos los niveles de educación infantil y primaria, que alcanza a la secundaria y superior, y que generará una sociedad donde entre la población universitaria las mujeres representen 40% más que los hombres (70% vs 30%).

No bastan simplezas de predeterminismo biológico o sociológico que condena a los más desfavorecidos, ni explicaciones manidas de que las alumnas, ante la mirada del profesorado predominantemente femenino, tienden a ser “más ordenadas, cumplidoras y se adaptan mejor a las normas escolares” que sus condiscípulos masculinos. Hemos de corregir, antes de que sea irreversible y principalmente en los alumnos, la escasa lectura, el insuficiente dominio de la lengua vehicular, y el exiguo esfuerzo de estudio en todas las etapas. Hemos de orientar mejor, especialmente a las alumnas, en sus opciones académicas de optativas, ciclos y grados.

Ningún país puede permitirse no desarrollar al máximo las capacidades de su ciudadanía. Ni las niñas, ni los niños, están por naturaleza mejor o peor dotados para estudiar. Tampoco los escolares ricos o pobres, o quienes eligen un modelo público, un centro religioso, o una ikastola. Pero sus resultados académicos, tempranos, medios y finales, son inaceptablemente diferentes, hasta el punto de requerir medidas urgentes que competen a las autoridades educativas y al conjunto de la sociedad que se juega su futuro en ello.

Hemos de reducir esos índices de “fracaso social” (que no sólo fracaso del estudiantado, sino también del profesorado, de las familias, de los responsables políticos,…). En todas sus categorías. Todavía pueden rendir más las alumnas de los modelos en euskera de la enseñanza concertada, pero otros colectivos aún deben mucho superarse más. A las y los docentes, a las madres y padres, y a la administración educativa, nos corresponde un impulso mucho mayor para corregir estos desequilibrios. Se requieren decididas medidas específicas de género, de red, y de modelo lingüístico.

Para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/pormenores.doc

Club de los poetas “nuestros”

Quien no ha visto esta película nunca se subirá a una mesa en el medio de clase y declamará a Whitman: ¡Oh capitán, mi capitán!

Cuando la rutina transmitida por la mayoría de los mass-media nos aburre con minúsculos acontecimientos políticos o deportivos, a saber con qué intenciones, no sabríamos decir si por angustia o por tedio es tiempo de recogerse en la poesía. La lírica actual se expresa, especialmente para los más jóvenes, mediante el cine. Este fin de semana, algunos hemos creído llegado el momento de ir, urgentemente, a un videoclub para volver a ver la película “El Club de los Poetas Muertos” de 1989.

Resulta una insuperable receta para este siglo XXI, con su guión oscarizado y a pesar de la sobreactuación de Robin Williams (ojalá hubiese aceptado el papel Dustin Hoffmann). Gratifica ver cómo un grupo de adolescentes gracias a un inaudito profesor sustituto descubre el significado del "Carpe Diem" (aprovecha el momento), la trágica muerte y el destino de los audaces: Perseguir los sueños de juventud.

Resulta una película de culto para progenitores y docentes, porque muestra lúcidamente el enmarañado tránsito de la adolescencia, a pesar de la distancia de contextos entre el elitista Colegio Welton en las colinas de Vermont hacia 1950, y la muy diferente realidad educativa de nuestro tiempo y espacio. Los modelos de padres intransigentes (protectores o desinteresados), de profesores variados, de escuelas inflexibles (o dúctiles) y de alumnos vivaces son paradigmáticos, aunque demasiado nítidos por exigencia de un guión cortado por los estándares de Hollywood.

Siguen válidos los lemas del Colegio Welton, ¡Honor! ¡Tradición! ¡Disciplina! ¡Excelencia!, pero también pervive todavía autoritarismo sin autoridad en un sistema educativo que adolece de monotonía artificial, que puede ser insufrible para la juventud adolescente de cualquier época. Sólo se salva cuando se erigen figuras docentes y discentes que evolucionan la enseñanza hacia una búsqueda común para coadyuvar a que cada uno descubra su camino personal.

Hoy, más que nunca, hace falta una pizca de lírica entre las sabidurías básicas, aunque ahora se llame espíritu de iniciativa y “aprender a aprender”. Necesitamos auténticos líderes entre el profesorado, entre el alumnado, entre la ciudadanía, entre los políticos. Necesitamos capitanes de guíen sus propios barcos. ¡Oh Capitán, mi Capitán: / nuestro azaroso viaje ha terminado. / Al fin venció la nave y el premio fue ganado. / Ya el puerto se halla próximo, / ya se oye la campana / y ver se puede el pueblo que entre vítores, / con la mirada sigue la nao soberana,...

La educación de Natascha Kampusch

Escolarizada hasta los 10 años, secuestrada durante ocho años y medio, resurge una Natascha cultivada, madura y educada que previsiblemente superará el Bachillerato sin mayores dificultades.

El drama de Natascha ha sido espeluznante, por culpa del criminal secuestrador que la retuvo en cautiverio. Por sus propios medios y sin la menor ayuda exterior, Natascha, logró quedar libre el pasado 23 de agosto. Cuando comparece ante los medios de comunicación, ansiosos por conocer los detalles de su rapto, sorprende a todos por su mirada, talento, carácter y lucidez. Expertos y espectadores nos hemos asombrado de su inteligencia cultivada, su perfecta dicción y deslumbrante retórica, así como de la notable fuerza de voluntad de esta joven. Características todas ellas que, en ese mismo grado, raramente exhiben sus coetáneos europeos que han disfrutado una existencia normalizada, sin aislamiento y una escolarización más convencional.

Ello puede llevar a preguntarnos qué podríamos mejorar de nuestros sistemas educativos y sociales, al tiempo de desear a Natascha una completa recuperación en su socialización plena tras su traumática adolescencia, confiando que su entereza, voluntad y buen juicio se lo facilitarán. El caso de Natascha cuestiona, en alguna medida, no sólo nuestros sistemas de seguridad, sino que ponen en tela de juicio nuestros sistemas educativos e incluso sanitarios, dado que estuvo ocho años sin (necesidad de) que la viera ningún médico. Por el contrario, parece revalidarse el peso de los medios de comunicación unidireccionales impresos y audiovisuales, a los que sí tuvo acceso, y que le permitieron formarse autodidácticamente conectándola con el mundo exterior. Parece que teléfono o Internet no tuvieron efecto alguno, dado que le fueron inasequibles por completo.

Cabe aducir que un caso aislado no debe extrapolarse. Que sólo la fortuna impidió que una enfermedad se cruzase en la salud de Natascha, y que un delito irresuelto no refuta la eficacia policial. Pero la dimensión escolar provoca una reflexión obligada: ¿Cómo el interés personal de Natascha, junto al seguimiento de un raptor, pudo compensar o superar la acción convergente de variados profesionales, influyentes condiscípulos, costosos recursos didácticos y todo un complejísimo sistema educativo?

Convendría un análisis exhaustivo sobre el profundo efecto educativo alcanzado mediante la lectura de libros, periódicos y revistas, radio y la televisión, así como las conversaciones con un único contertuliano que era su sicótico carcelero. Obviamente la educación incluye aspectos trascendentales ajenos a la mera instrucción, como una adecuada socialización y la adopción de valores, pero el esfuerzo y capacidad de Natascha parece que ha sabido suplirlos. El caso de Natascha puede alentar colateralmente las fórmulas de “homeschooling”, si sus defensores verifican determinadas posibilidades incluso en tan tardías etapas críticas de la adolescencia.

Merecería la pena un estudio comparativo de las ventajas y carencias en la educación de Natascha, que pudiese conducir a mejoras en los resultados académicos y personales del conjunto del alumnado. Probablemente, se detectaría el inmenso efecto beneficioso derivado de un cúmulo de factores como una lectura diaria, de un continuado interés por aprender, de una perseverancia férrea,… y de unas condiciones de vida reguladas, manteniendo hábitos regulares cotidianos. Quizá el dato clave para su sobresaliente formación, fue que Natascha asumió pronto y en persona la responsabilidad de su propia educación. Comprendió desde el principio la trascendencia de su proceso educativo, algo que progenitores y profesorado no siempre logramos inculcar en nuestros hijos y alumnos.

Natascha, junto con el deseo natural de viajar y de recuperar el tiempo perdido, ha manifestado su voluntad de aprobar la prueba de bachillerato para proseguir sus estudios universitarios a fin de ser abogada, periodista, psicóloga o actriz. Natascha mantiene intacto su idealismo y esperar colaborar en proyectos de la envergadura de combatir el hambre en África o erradicar la tragedia de las mujeres raptadas y violadas en Ciudad Juárez (México). Deseamos y auguramos un feliz futuro a Natascha, dado que durante su encierro acreditó un inmejorable talante y un envidiable tesón de superación.
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/natascha.htm

Final vacacional

Indicios de que hay que volver a esperar once meses para las siguientes vacaciones.

El fin del veraneo se advierte por múltiples razones, descontando la mirada al inoportuno calendario. La temperatura de la piscina desciende de un modo paulatino, pero inexorable. Parece decirte… “se te acaba el verano”. Luego está esa gente insolidaria que regresa antes que tú… en lugar de quedarnos todos veraneando y ver qué pasaría. Las casas veraniegas colindantes van quedándose vacías y apagadas, recordándote que la tuya también quiere tranquilidad y que va siendo hora de abandonarla. Hasta los mosquitos se han ido extinguiendo y su marcha es otro síntoma inconfundible.

Los días se acortan y hasta las salidas de aviones comerciales en lontananza se espacian. Los chiringuitos comienzan a plegar sus instalaciones, cierran antes y te sirven a tiempo (¡mala señal!). En la playa escasean los extranjeros y predominan los autóctonos domingueros. Incluso van apareciendo algunos jubilados foráneos que se habían escabullido de los atiborrados meses de julio y agosto.

Hasta el seto podado al llegar ha vuelto a crecer como desafiándote al decir “¡qué poco te queda! Las últimas y dramáticas pistas son el vaciamiento del frigorífico y de las reservas de refrescos, a cuenta de mi planificada consorte que no respeta mi derecho a ignorar el fatídico día de retorno.

Lo peor de todo son esos pesados, amigos y periodistas, que comienzan a hablar del síndrome postvacacional. O que te empiezan a llamar algunos desconsiderados de tu tierra, preguntándote dónde estás (que lean mi actualizado blog.agirregabiria.net). Ya voy, tranquilos, ya me sumo a la legión de los que hemos agotado el veraneo. Lo cierto es que reincorporarse a la rutina anual tiene sus ventajas, pero francamente ahora mismo no se me ocurre ninguna.
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/vacacional.htm

25 lemas universitarios

1. Sapere aude - Atrévete a pensar, a saber. Frase usada por Kant, invitando a emprender la aventura del conocimiento. Universidad Europea Miguel de Cervantes.
2. Lux et Veritas - Luz y verdad. Universidad de Yale.
3. Veritas – Verdad. Universidad de Harvard.
4. Sapientia melior auro - La sabiduría es mejor que el oro. Universidad de Deusto.
5. In Libertatem Vocati - A la libertad fuisteis llamados. Universidad Católica San Antonio de Murcia.

6. Sapere Avde - Atrévete a saber. Universidad de Huelva.
7. Alere Flammam Veritatis - Alentando la llama de la verdad. Universidad Autónoma de Nuevo León.
8. Ciencia et Cultura pro omine - La ciencia cultiva al hombre. Universidad Regiomontana, Monterrey.
9. Educare et Ministrare - Educar para Servir. Universidad Cristóbal Colón en Veracruz.
10. Homo Hominis in Servitio Perficitur - El hombre sólo se realiza al servicio del hombre. Universidad de Monterrey.
11. Indivisa Manent - Unidos Permanecen. Universidad La Salle.
12. Laetitia labor nostr
a - Nuestra alegría es nuestro trabajo. Universidad de Santiago, Chile.
13. Libertas capitur - La libertad se conquista. Universidad Austral de Chile - Valdivia.
14. Lucem adspicio - Miro la luz. Universidad de Costa Rica.
15. Omnium Potientor Est Sapientia - El poder total está en el conocimiento. Universidad Central del Ecuador.
16. Pedes in terra, ad sidera visus - Con los pies en la tierra y la mirada en las estrellas. Universidad Nacional de Tucumán.
17. Ad verum ducit - Conduce a la verdad. Universidad Católica de Río Grande de Sul de Brazil.
18. Scire ad trascendere - Saber para trascender. Universidad de Zalapa, Veracruz.
19. Spiritus Ubi Vult Spirat - El espíritu donde quiere sopla. Universidad Peruana Cayetano Heredia.
20. Veritas in caritates - Verdad en caridades. Universidad Católica Boliviana.
21. Viam Sapientiae Monstrabo -
La sabiduría os mostrará el camino. Universidad Abat Oliba de Barcelona.
22. Vince in bono malum - Vence el mal con el bien. Universidad Anáhuac.
23. Futurum Edificamus - Edificamos Futuro. Universidad de Colombia.
24. Homo homini sacra res - El hombre es algo sagrado para el hombre. Universidad Carlos III.
25. Eman ta zabal zazu - Da y extiéndelo.
Universidad del País Vasco.

Actualización, 23-7-2007. Otro lema con foto de la Universidad brasileña de Caxías do Sul: “Los pies en la región, los ojos en el mundo”.

Frase del día

Cada día, al menos, una cita destacada,...
"No hay espectáculo más hermoso que la mirada de un niño que lee".

Günter Grass, Premio Nobel de Literatura 1999.

Motores del aprendizaje

Nos conviene saber qué secretos impulsos nos mueven a aprender desde la edad más temprana hasta el final de nuestra vida.

La psicopedagogía moderna parece haber determinado las tres claves básicas del aprendizaje continuo a lo largo de la vida. Fomentándolos en nuestros hijos, alumnos o en nosotros mismos descubriremos la potencialidad de las inmensas capacidades que yacen en nuestro interior, dispuestas a ser despertadas y desplegadas mediante el poder del aprendizaje.

Primer motor: La curiosidad. Es el factor primario que conduce al conocimiento, el principio de la inteligencia activa y el más despierto instigador del género humano. Quizá sea hija de la ignorancia, pero es madre de la sabiduría. Es un impulso humano de amplitud infinita que oscila entre lo vulgar y lo sublime: Puede llevar a escuchar detrás de una puerta, o a descubrir América. El proverbio dice "la curiosidad mató al gato", pero la falta de curiosidad mata la mente.

Si en el nacimiento de un niño la madre pudiese pedirle a un hada madrina que lo dotase de alguna gracia, la más ventajosa sería la curiosidad. La curiosidad debe mantenerse viva siempre, porque la vejez sólo aparece con su pérdida. La curiosidad es viva en las almas felices, que la distinguen como la primera y la última pasión.

Segundo motor: El logro. Es el inmenso descubrimiento de la validez de un aprendizaje, como cuando uno comprende para qué sirve la lectura. La aplicación del conocimiento produce más sed de nuevos aprendizajes. Los pequeños éxitos son estímulos que conducen a éxitos mayores. El logro nos da confianza y constancia para superar los fracasos e interpretarlos como meros ensayos de futuros éxitos. Como el niño que pasa de gatear a andar e inmediatamente aspira a saltar y correr.

Gozar del valor de un aprendizaje otorga una experiencia de triunfo, que anima a proseguir con ulteriores aprendizajes. Así se decide que el aprendizaje no es meta, sino camino. De este modo un aprendizaje logrado espoleada la voluntad para el esfuerzo requerido por sucesivos y mayores conocimientos.

Tercer motor: El reconocimiento. Ya el bebé que consigue una meta, por pequeña que sea como poner en fila una serie de objetos, busca la mirada de sus padres o el aplauso de su profesora. Ello le alienta a nuevos objetivos. Grande siempre es el amor materno o la vocación docente, pero roza lo sublime cuando llega a la admiración por el hijo amado o el alumno apreciado.

Es muy difícil resistirse a la gran potencia de la admiración. La necesidad de autoafirmación y autoconfianza en nuestra capacidad de aprendizaje se revalida mediante el criterio de los demás, con la aceptación social de nuestros condiscípulos y con las altas expectativas en nosotros depositadas por nuestros padres y maestros. El reconocimiento contrastado impele hacia la madurez del aprendizaje, que busca triunfar en actividades trascendentes para el grupo social al que se pertenece. Versión .DOC para imprimir

Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/aprendizaje.htm

La palabra más bella (II/III)

Segunda entrega donde se defienden algunas voces candidatas a un espléndido concurso sobre la palabra más sublime del castellano.

1. Hijos e Hijas (Sobreponiéndose a Historia e Humanidad)

Ella y ellos son lo mejor que nos puede pasar y el gran motivo de la existencia de cada padre o madre, además de la base para la supervivencia de la humanidad. No existe palabra más emotiva, porque sugiere amor, familia, hogar, maternidad, paternidad, parentesco,…

2. Ilusión (Ideal Identidad de la Infancia Ingenua e Inmarcesible)

Es una palabra que, en su acepción de esperanza o anhelo que no de ficción, mueve el mundo y es capaz de perfeccionar el verbo sobrevivir en vivir. Basta para arrancar una sonrisa a cualquiera. Es suficiente para hacernos creer en la magia y necesaria para mostrarnos la belleza de las cosas más sencillas. La ilusión es lo último que debe perderse, porque con ella se vive feliz y se puede llegar hasta el fin del universo. No importa su adjetivo: mínima, loca, última, antigua, perdida, patética, fundada u óptica; sólo que sea ilusión, el principio de la felicidad. Hasta su fonética, con vocales infrecuentes, es musical, sonora y potente.

3. Jardín (Jacarandoso como Juventud, Juego y Justicia)

Aunque tiene retintín, evoca una reproducción a pequeña escala del paraíso perdido, lleno de vida y colorido, donde se puede contemplar y admirar la belleza con sosiego. También combina muy bien con libros…

4. Lluvia (Llanto que Llama)

Suena a palabra fresca, frágil (por sus vocales débiles), limpia, suave, llena de nostalgia y, al tiempo, de tenaz personalidad. Fluye entre los labios con la naturalidad del agua de un manantial que orada la piedra. Quizá quiera esconder su verdadero propósito, como el llanto de la naturaleza que desahoga y purifica el alma. La belleza de su voz sugerente, que huele a tierra mojada que trae recuerdos, se asemeja a la melodía que produce cuando cae a nuestro alrededor.

5. Libertad (Librada por las Letras, la Lírica, la Lengua, la Lectura y el Libro)

Es una palabra demasiado grande y libre para quedar encerrada en un diccionario. Denota un derecho y una obligación, siendo la condición más preciada del ser humano y la utopía de máxima expresión del respeto hacia cada persona. Ha inspirado a muchos que la han defendido y han muerto por ello, y ha conducido el progreso de la humanidad como promesa que aún deseamos alcanzar en su plenitud. Su sonido, con todas las vocales abiertas del alfabeto, es un grito que estremece de esperanza, compromiso, desahogo y felicidad. Encierra la primera aspiración de la humanidad desde tiempo inmemorial. Evoca el camino solidario que cada uno debe buscar para desarrollarse como persona única y singular que elige su camino y su destino.

6. Madre (Miscelánea Mágica de Mar, Maravilla, Milagro, Mirada, Mariposa, Muchacha, Musa, Murmullo, Música y Materia)

La primera voz que se aprende de quien nos trae al mundo es la expresión sublime, cálida, dulce y hermosa, porque denota amor infinito, cariño incondicional, comprensión total, paciencia ilimitada, entrega máxima, educación esencial y protección perpetua. Nos identifica con el milagro de la vida, nos conmueve y nos pertenece porque todos tuvimos una, que nos acompaña durante toda la existencia. Mamá mía es todo, llamada inicial y final: La primera que pronunciamos a viva voz y, en silencio, la última.

7. Nosotros y nosotras (De la Noble y Nítida Naturaleza a la Nostálgica Novedad)

Un fabuloso pronombre (en primera personal pero del plural) que hace referencia a la unión, al amor, a la amistad, al compartir y relacionarse con todo y con todos. Implica la existencia de otros a quienes nos sumamos en una colectiva aspiración común. Enlaza, establece lazos y nexos para la buena convivencia. Sólo pierde belleza y se pervierte cuando es seguida por “los... (altos, blancos, europeos,…)” ; entonces se torna clasista y excluyente al establecer un “nosotros” frente a un “vosotros o ellos”.

8. Oasis (Ojalá Oigamos los Olvidados Ojos del Ocaso)

Entraña sosiego en la aventura, descanso en agobio, agua, naturaleza, refugio, encuentro, convivencia, armonía, paz,... Inspira un nirvana idealizado, un espacio abierto, nuevo y despejado, donde recuperar fuerzas para seguir el día a día. Supone un lugar de esperanza, donde cobijarnos en cada noche oscura, calmar la sed y reemprender el camino, sabiendo que el objetivo es el viaje y no el destino.
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Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/palabra2.htm

La revolución de la ternura

La última revolución habrá de ser de ternura para comprender las diferencias y hallar el camino hacia una singularidad convivida en la abundancia de la multiplicidad.

Pablo Neruda citó, hablando del poeta Mayakovski, el invento de una alianza indestructible entre la revolución y la ternura. También Víctor Hugo sugirió que “la indignación y la ternura constituyen la misma facultad vuelta en los dos sentidos de la dolorosa esclavitud humana; y quienes son capaces de encolerizarse son también capaces de amar”. El mismo Ernesto "Ché" Guevara señaló que “a veces debemos endurecernos, pero jamás debemos olvidarnos de la ternura”. Antes se decía que una mujer sin ternura era una monstruosidad, todavía más que un hombre sin coraje; ahora, hemos de considerar que toda persona sin coraje y sin ternura es alguien truncado.

Lo cierto es que la ternura aunque soterrada, se halla por doquier. Jacques Brel, el trovador de la ternura, cantaba “Cuando sabemos dar la ternura y también sabemos recibirla, nos damos cuenta que se halla presente todas partes: en un perro, en un amigo o en una desconocida”. Hay una ternura infinita en todos los corazones humanos como en una noche llena de estrellas.

Aún los más centenarios y gigantes árboles, los que inspiran solidez, altura y firmeza, se rodean de una tierna corteza donde los amantes graban sus nombres y amores para la posteridad. La ternura nos hace vulnerables, nos convierte en humanos, y nos eleva a la categoría de ángeles mortales. Tenemos la misma edad que nuestra ternura. Nuestro desgaste de ternura no es más que amor sin utilizar, porque el amor crea ternura… que sobrevive al amor. La ternura es esa realidad que consigue superar al ensueño de la utopía.

Hay ternuras de todas clases. Todas, menos las ternuras postizas, son válidas. Un niño describió la ternura como una luz y un calor que permanece en nuestro corazón aunque afuera esté lloviendo. Por ello, la ternura infantil es la más entrañable, pero en la mirada de una mujer alcanza la ternura su expresión suprema. Aunque jamás en la vida encontraremos ternura mejor, más profunda, más desinteresada, ni más verdadera que la de una madre. Nunca agradecemos lo suficiente a las mujeres del mundo, por mantener algo de ternura y sensatez en nuestras infancias, en nuestros juegos y en nuestra existencia a lo largo de la historia.

La ternura es el reposo de la pasión, eso que convierte la existencia de la otra persona en nuestra segunda piel. Por ello, cuando se expresa la ternura, se expresa en plural. El escritor de la ternura, Jacques Salomé, cree que la ternura no es un estado permanente, sino un descubrimiento perpetuo que cada uno de nosotros podemos hacer, no a través de la fragilidad de las apariencias o la rutina de las costumbres, sino en una vivencia consciente y completa del presente. La ternura no nace de lo imposible, sino que engendra vitalmente lo posible.

Nada es pequeño para la ternura. Aquellos que esperan las grandes ocasiones para probar su ternura,… no saben amar. Si sólo por el sufrimiento se alcanza la grandeza, sólo por la ternura se descubre los grandes amores. Ternura es una palabra o un silencio convertido en ofrenda... para quien sabe escucharlo con confianza. Saber escuchar con tolerancia es otra de las mejores manifestaciones de la ternura. Una risa sin fronteras, un ligero roce y una caricia que hace temblar el suelo bajo nuestros pies,… son cumplidos reflejos de la ternura.

La ternura reencontrada es igual que unas gafas graduadas, destinadas a corregir nuestra prosaica visión de la vida. Cuando la muerte, la gran reconciliadora, llega a nosotros, nunca nos arrepentimos de nuestra ternura, sino de nuestra severidad. Nadie puede llamarse feliz hasta que haya aprendido a cultivar la alegría, la estima, la ternura y la buena voluntad hasta el punto de hallarse determinado a ser feliz todos los días, haciendo felices a los otros.

Todos buscamos ternura natural de forma desesperada. Jacques Brel lo cantó “Somos como barcos partiendo todos juntos en la pesca de la ternura”. Y recuerda: La ternura no pide nada, no espera nada, se basta a sí misma. Jamás hay que prestar la ternura; hay que obsequiarla, si no, duele demasiado.
 Versión final en: http://www.agirregabiria.net/mikel/2006/ternura.htm
Post reparado en 2021, sustituyendo el vídeo final.