El verano se acaba...


Los indicios surgen por doquier, más allá de los calendarios. Las urbanizaciones se van apagando, las casas encendidas son menos cada día. La piscina, triste, se muestra esquiva, casi arisca. La playa vacía ha perdido juventud, y los bañistas parecen mirar sus relojes para comprobar cómo terminan estas jornadas festivas. La gota fría se avecina. La excavadora limpia el cauce del Río Seco (vídeo inferior). 

El transcurrir de los días deja sus huellas, hasta en esas chanclas que se rompen dado que parecen programadas para sólo un verano. Y ese tenue retraso en el amanecer y adelanto del anochecer son muestras inexorables que te van diciendo: "Tus vacaciones son historia, muchacho". Han sido muchas y variadas las despedidas. Unos se han ido antes; otros, lo harán después. Un clamor interior te dice: "¡No te vayas, quédate!". 

Pero el ti-tac del almanaque no perdona. Mañana, de viaje. Pasado, de llegada. Pasado mañana, lunes uno de septiembre, a encontrar el portal, y el piso donde trabajo. Y entrar preguntando: ¿A qué nos dedicamos en este negociado? Un poco de humor, para sobrevivir... Ya sólo queda un año para volver a... donde vivo. Porque vivir, lo que se dice vivir, vivo en Alicante aunque sólo pase allí unos pocos días al año... Technorati tag:

Baja del ADSL de verano: ¿Me espera esto...?

... Post abierto, hasta concluir la batalla anual con Telefónica. - Día 29 de agosto: Tras esperar 15 minutos, una operadora me pasa finalmente con Calidad de Contrataciones donde Esther Suárez me comunica que me remitirán una carta en un plazo de 15 días a mi otro domicilio, indicándome cómo y cuándo podré darme de baja de la línea y del ADSL. Todo futuro lejano. Por tanto, a seguir pagando sin consumir otro medio mes, de momento, por la cara (dura de telefónica). Voy comprendiendo, otra vez, por qué la llaman Timofónica... Continuará... 1003437...

Hace 25 años fueron las inundaciones de Bilbao

A finales de agosto de 1983 se produjeron las inundaciones que arrasaron 101 municipios vascos, causaron pérdidas por más de 200.000 millones de las antiguas pesetas y acabaron con la vida de 34 personas. Al cumplirse un cuarto de siglo, se nos pide que aportemos recuerdos personales de quienes vivimos aquella tragedia, de la que supimos aprender aún lamentando las pérdidas humanas irreversibles. Nuestra vivencia no es muy directa, porque aunque permanece vívida en nuestra memoria ya no vivíamos en Bilbao.

Acababa de nacer Leire, la primera de nuestros hijos, y sólo teníamos ojos para ella. Vivíamos entonces en la Avda. Santa Ana de Leioa, junto a Las Arenas (Getxo). Quedamos casi incomunicados de Bilbao, porque la riada se llevó (y tardó meses en poder ser reconstruido al menos provisionalmente, a pesar del perjuicio causado) el puente de Lutxana (Erandio, que aparece en la foto de la derecha). 

Nuestra mayor preocupación, y la de toda la familia, fue el suministro de agua potable para la bebé de dos meses, porque el desabastecimiento inicial fue muy preocupante y el agua del grifo salía de color marrón sucio. No pudimos acudir a Bilbao durante muchos días, y sólo fuimos testigos de lo que la ría Ibaizabal-Nervión transportaba junto a nuestra casa (coches, vacas, bidones tóxicos -como en la foto inferior-,...) y de los inmensos restos depositados en las playas de Las Arenas, Ereaga,... Fuente de las fotos: El Correo.

Vanuatu, un país feliz

Navegando por Internet se maneja una cantidad ingente de información, especialmente si se usan lectores de feeds como Google Reader. Lo que puede parecer una casualidad, no lo es en realidad. En pocas horas he recibido una doble e independiente noticia desde Vanuatu. A la mañana, comprobaba y comentaba en Plurk que había recibido este blog una visita desde tan remoto archipiélago del Océano Pacífico. Era el país 157 desde nos han visitado (ver NeoCounter con todos los orígenes de visitas en la banda lateral derecha) y sorprendía por su lejanía y pequeño tamaño (apenas 207.000 habitantes). Ahora, leo un índice de naciones por índice de felicidad basada en el cociente de esperanza y satisfacción de vida dividida por la cantidad de recursos naturales que se consume y aparece como sociedad más dichosa del mundo... Vanuatu. Así se demuestra que el elevado consumo de recursos materiales no basta para proporcionar altos niveles de bienestar, que se nutre también de recursos naturales. Y se ratifica que Internet proporciona sorpresas agradables y divertidas, a la vez que instructivas. Vaya un saludo desde aquí a los afortunados residentes de las que fueran conocidas colonialmente como Islas de Nuevas Hébridas. También la noticia nos desvela una de las razones y las magnitudes de la felicidad en vacaciones: El menor impacto en la "huella ecológica" que permite vivir durante más años a una comunidad. En Vanuatu son 68,2 años,... Allí, el estrés es una palabra casi desconocida para los vanuatenses, que viven en lo que el escritor viajero Paul Theroux calificó de "las islas felices de Oceanía".