Mostrando las entradas para la consulta "elecciones autonómicas" ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta "elecciones autonómicas" ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

Mañana ganará Obama...

Primero de los vaticinios políticos, de este otoño-invierno. Mañana, por un margen del 5-7%, ganará Barack Obama (me sumo a la Proyección de Karl Rove). Seguirán otros pronósticos, sobre el rectorado de la UPV-EHU en diciembre y sobre las próximas elecciones autonómicas en marzo de 2009. Veremos si sigue la racha de nuestros notables aciertos con predicciones anteriores; sólo con Kerry fallamos (¿o nos hicieron trampa a todos?). No obstante, el sistema de las "letras ganadoras" otorgan leve ventaja a McCain...
Vídeo: For Obama: "Sí, se puede... cambiar" de Andrés Useche.

Escenario político vasco en verano de 2008

La próxima reunión de políticos y bloggers vascos en el Parlamento, bajo la iniciativa plural de Política 2.0, nos anima a realizar una análisis político del momento para calentar el debate blogero, el mismo día en el que entramos en verano del 2008.
-La actual situación de los partidos es compleja, pero se podría sintetizar de la siguiente forma: PNV, recuperando la unidad tras las diferentes "movidas" internas y externas; PSOE, crecido por los resultados de las elecciones generales del 9 de marzo pasado; PP, entrando en una imprevisible crisis cuyo epicentro es Euskadi; EHAK, al albur de la reanudación de la violencia; EA, decreciente y dividida entre la radicalidad de captar el voto perdido y la fusión con el PNV; EB, superando su propia fragmentación interna; y Aralar perviviendo en el olvido,...
- Las incertidumbres son numerosas, comenzando por la situación económica global que amenaza con una ya apreciable "desaceleración" que nos alcanzará en mayor o menor medida, pasando factura a quienes estén en el poder (en todos los ámbitos de gobierno, más en el Estado que en Euskadi), y terminando con la cerrilidad autista de ETA, de la que sólo puede esperarse lo peor, hasta que algún día (y ojalá fuese hoy) desaparezca de una u otra forma.
- El calendario inmediato no puede ser más movido. El próximo viernes 27 de junio se celebrará en el Parlamento Vasco la sesión plenaria monográfica sobre el proyecto de ley de consulta con las dos famosas preguntas. El resultado de la votación, fijadas las posiciones de los partidos, depende exclusivamente de los votos de EHAK. Y su decisión será conocida por ellos mismos, minutos antes del pleno cuando reciban la oportuna llamada desde "el exterior" [actualización a 21-6-08: esperando la llamada]. Un pronóstico probable (a una semana del momento) es que apoyen la propuesta en alguna medida, situando al tripartito en una posición incómoda de contar con este apoyo "envenenado", especialmente si ello se combina con alguna acción terrorista horrenda más o menos simultánea, algo que nadie cabal y ético desea. Más previsible que la votación del 27 de junio resulta predecir que la consulta no se celebrará el cercano 25 de octubre, porque aún de aprobarse en Vitoria-Gasteiz sería inmediatamente recurrida por el Ejecutivo de Madrid, y el proceso legal (incluso antes de dilucidarse, en contra seguramente) agotaría los plazos hasta el máximo retardo de las autonómicas. Así pues, el valor de lo que suceda el próximo viernes es sólo para posicionar mejor o peor a los diferentes partidos ante las elecciones autonómicas a celebrar, a lo sumo, en mayo de 2009. No resulta grata la posición del tripartito que puede cosechar una derrota parlamentaria (si no se cuenta con "esos" votos), o una victoria pírrica que sólo valdría para disponer de un victimismo de inciertos réditos electorales. A menos que ETA se disuelva en un golpe de efecto que hoy parece imposible, pero muy deseable y que algún feliz día sucederá (tan sorpresivamente como cayó el muro de Berlín, cuando una situación ficticia e insostenible mantenida artificialmente sólo por las armas se derrumbó inopinadamente).
- Las constantes de la política vasca derivan, en muchos casos, de lo insólito de sus circunstancias. Un electorado relativamente estable pero inusualmente fragmentado (7 partidos en una comunidad de menos de dos millones de votantes), y a pesar de (o por) ello con un liderazgo único mantenido durante tres décadas, algo desconocido en Europa. También resulta excepcional el voto recogido por una opción que no repudia la acción violenta, del último grupo terrorista en Europa que ya malvive (40 años) más que la dictadura franquista, y todo ello en medio de un alto nivel de bienestar socio-económico que debe dedicar muchos recursos a la defensa de las personas amenazadas, o de los proyectos de progreso que son aplaudidos y requeridos por toda la ciudadanía europea (TAV,...). Igualmente son contemplados con extrañeza por observadores externos otros datos políticos, como el trato preferente y persistente que da el partido grande (PNV) a su escisión (EA) en tareas de gobierno, primando en representación política a quienes desertaron. O el perfil más nacionalista que el del Presidente de su propio partido (PNV) sea el del Lehendakari (que debe representar a toda la ciudadanía) respaldado por un gobierno tripartito mixto, que incluye un partido no nacionalista (EB). Más aún, cuando en el partido en el poder está asentada una deseable y sana bicefalia, la cual debía salvaguardar los roles diferenciados del Presidente del EBB (máxima autoridad política) y del Lehendakari (representante del partido, a veces con el apoyo de otros, dedicado en la gestión gubernamental).
- Los diferentes partidos se están moviendo para fidelizar sus electorados y gestionar un impreciso calendario electoral, que sólo puede acortar el Lehendakari Ibarretxe. Lo que acontezca en las próximas semanas será decisivo para que los partidos ajusten sus explicaciones, sus programas e, incluso, sus carteleras ante las próximas autonómicas. Así como algunos cabezas de cartel están fuera de duda (Patxi López se ha tirado a la piscina demasiado pronto, y Madrazo ya está confirmado), puede persistir alguna duda en las ejecutivas sobre su mejor candidatura a Lehendakari. El mismo Ibarretxe se ha vinculado en exceso a la consulta, y está insistiendo mucho en asociar su porvenir político con el devenir de aquella. La búsqueda de la centralidad, que siempre ha sabido ganarse el PNV pero a la que el PSE aspira, puede aconsejar un cambio de líder tras un ciclo de diez años de Ibarretxe, en un proceso tenue pero perceptible de convergencia nacionalista, algo que tarde o temprano ocurrirá y sobre todo si la violencia desaparece, normalizándose y simplificándose el espectro político vasco. EA está en una encrucijada entre los jóvenes (que no estuvieron en el PNV) y que sueñan con encabezar el voto radical, y los mayores que han comprendido que el recorrido fuera del PNV está desaparecido en la Comunidad Autónoma, salvo en Gipuzkoa donde la confluencia se vería bien. EB y Aralar no mantienen expectativas favorables, a lo sumo de mantenimiento, ni en el supuesto de no concurrencia de siglas que recojan el voto de Batasuna. Esta previsible coyuntura, establecida por el PSOE según su criterio (último), dará lugar a un ensanchamiento en la representación si se repartiesen los nueve escaños de EHAK. Ello comportará un mayor bloqueo, por lo que es preciso aprovecha al máximo el "efecto D'Hont" para preparar la futura mayoría... (Continuará con "Cómo crear una candidatura ganadora en Euskadi".) Tags Technorati: | | .

Pronósticos arriesgados... del 50 al 90%

... y respuestas sin preguntas. Dado que se opina demasiado, se "reflexiona" en períodos inmensos,... y se hace poco (el esperpento de Arrasate-Mondragón son el pésimo ejemplo de cómo votar sin criterio, cada vez de una manera, sólo mirando al adversario y no a los problemas), valgan algunas profecías... sobre la política (si así puede llamarse) vasca. Como todas ellas, algunas se cumplirán, pero quizá sean las menos. Allá van, con un porcentaje de estimación subjetiva, en orden cronológico:
- No se llevará a cabo, la famosa "consulta" (70 %).
- Se adelantarán las elecciones autonómicas (60 %).
- El PNV no irá en coalición con EA (80%).
- Ibarretxe no repetirá como candidato (50 %).
- El PNV será el partido más votado (90%).
¿Y ustedes,... qué opinan? ¿O pasan? ¿Están hartos? Esperemos que no todo el mundo esté hastiado de todo lo relacionado con la cosa pública, aunque razones no falten. ¿Cómo podríamos animar la participación electoral, poner las pilas a la clase política, buscar grandes acuerdos y resolver los problemas reales de la ciudadanía? [Es un mensaje, o un meme, que traspaso a la audiencia, para que aporten sus porcentajes de previsión, opiniones, comentarios,... o VOTEN.]

Mitin en Getxo

Ayer acudimos a un mitin del PNV en la Plaza de la Estación de Las Arenas (Getxo). Intervinieron, por este orden: Marga Uría, getxoztarra y diputada y aspirante al Senado, breve y resaltando la labor social de EAJ-PNV; Josu Erkoreka, portavoz en el Congreso, levemente irónico y destacando la labor de la diputada anterior respecto a otras dos diputadas del municipio; el Lehendakari Juan José Ibarretxe, repudiando la violencia del día y reiterando la necesidad de la consulta (vídeo inferior); y, finalmente, Iñigo Urkullu, presidente del EBB, con el discurso más extenso con referencias históricas a los casi 30 años desde la restauración de la democracia, la coincidencia del 23-F, y sobre una relación más amable entre Euskadi y España. La plaza de la estación estaba llena, pero menos que en convocatorias autonómicas, forales o municipales. Euskera y castellano, con un reparto levemente favorable al segundo. Algunos comentarios de los presentes. Algunos niños se quejaban que la plaza estaba ocupada y no podían andar en bicicleta. Alguien echó de menos a los habituales radicales que vienen a protestar, pero los 'irredentos' quizá no tenían su mejor día porque estas noticias también les afectan (por eso seguramente piden lo más fácil, la abstención). Etiquetado en Technorati: elecciones generales 2008.

La política cotidiana

La secuencia consecutiva e inexorable de elecciones europeas, generales, autonómicas y municipales (y forales), sin contar las elecciones internas entre corrientes del mismo partido, no favorece el remanso cíclico de la presión mediática (más que la popular) ejercida sobre la clase política.

Los partidos políticos son organismos vivos cuya primera función es auto-perpetuarse, lo cual pasa por ganar o mejorar en todas las convocatorias electorales. Esto es perfectamente comprensible y humano, pero no hasta el punto de perder de vista sus otras misiones, como está sucediendo en la actualidad en nuestro panorama sociopolítico.

La democracia partidista es la fórmula menos imperfecta que la humanidad ha descubierto para administrar la cosa pública. A los partidos podemos y debemos exigirles que se apresten a solucionar problemas, consultado periódicamente a la ciudadanía, procurando la máxima participación social y dejando para el último trimestre de cada cuatrienio sus campañas preelectorales.

No es de recibo que el mismo día que se dilucida un reparto partidista, tras unas elecciones internas o externas, comience sin solución de continuidad la siguiente campaña electoral. Los votantes valoraríamos mejor a los dirigentes que declarasen que han escuchado a las urnas y que se van a dedicar en cuerpo y alma a cumplir sus promesas electorales, aunque las medidas aplicadas no sean plenamente populistas. Porque la mejor forma de mejorar las expectativas electorales es, simple y llanamente, materializar el programa apoyado mayoritariamente.

En el Estado español, el primer partido… de la oposición ha elevado a la categoría de paradigma la mala práctica de no resignarse a perder las elecciones (por mucho tiempo, esperamos la mayoría). La persecución absurda y disparatada del gobierno, por medios inaceptables como la intromisión judicial (intrumentalización del tribunal constitucional contra el Estatut), ni es coherente con la legítima y necesaria labor de oposición (que ganaría credibilidad con la mesura), ni resulta inteligible para la ciudadanía que no comulgue con ruedas de molino propias de la derecha más extrema (mito del 11-M, la negación del diálogo,…). Sería muy conveniente que el PP recobrase aquel remoto espíritu centrista que proclamó en otro tiempo, aunque sigue pendiente de conseguirse.

Una sociedad moderna debe repudiar estos comportamientos que nacen de la rabieta, de la prepotencia y del nulo espíritu propio de una democracia sana del siglo XXI. La separación estricta de los poderes (legislativo, ejecutivo, judicial e incluso mediático) debe asegurarse para evitar la sospecha generalizada de una realidad fáctica, basada en tenebrosos intereses económicos, que proviene desde las cavernas más regresivas y recalcitrantes de la nunca enterrada ‘leyenda negra’. Intereses que ocultan, con fuegos artificiales extraños, la brecha en el reparto del bienestar y el empobrecimiento de las clases bajas y medias con inauditos incrementos del IPC en los alimentos básicos (seis veces más que la inflación media) o hipotecas por medio siglo.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/politicacotidiana.DOC

El suicidio de EA

El panorama político vasco no permite tantos partidos: Ha llegado la época de coaliciones o desapariciones.

En la Comunidad Autónoma Vasca ha habido demasiado partidos en la última década con peso parlamentario EAJ-PNV, PSOE, PP, Batasuna (o los escaños de EHAK), EA, EB, Aralar, y la ya desaparecida UA (Unidad Alavesa, surgida del hecho de contar Araba con los mismos parlamentarios autonómicos que Bizkaia).

Ezker Batua-Berdeak y Aralar han anunciado que tras una "fase exploratoria" ya recorrida, avanzan hacia una coalición electoral que mejore sus posibilidades ante la convocatoria municipal y foral del próximo año 2007, cuando se produzca la previsible irrupción de una Batasuna legalizada.

En el inmediato escenario se destacan cuatro grandes partidos, según una reciente encuesta con un respectivo porcentaje asegurado de voto del 21% para EAJ-PNV, 14% PSOE, 8% PP y 8% Batasuna. EA contaría con un 5%, EB un 4% y Aralar un 3%. Sobre la base del acuerdo EB-Berdeak-Aralar, EA quedaría con el sexto y último partido con un hipotético 5% de los votos, después de ocho años de ir en coalición y habiendo obtenido una sobre-representación de cargos institucionales (más notable por la ausencia de Batasuna en algunas convocatorias).

Todo apuntaba que, tras las sempiternas reticencias de EA hasta el último minuto, finalmente aceptaría a regañadientes acudir en coalición con EAJ-PNV. Sin embargo, el pasado miércoles 30 de agosto su ejecutiva nacional decidió “en principio” (sic) acudir en solitario a las elecciones municipales y forales, por un escaso margen de 10 votos contra 9 y tras una profunda controversia entre sus máximos dirigentes,… Este ajustado acuerdo de la ejecutiva no necesita ser sancionado por la asamblea nacional al no ser favorable a la reedición del pacto electoral.

Pero queda la sospecha de que no sea definitiva esta decisión “aparente” de la ejecutiva de EA. Algunos miembros de la dirección de Eusko Alkartasuna estudian la posibilidad de que finalmente sea la asamblea nacional de su partido la que reconsidere, e invierta, en las próximas semanas la resolución adoptada. Esto no parece muy factible al requerirse una mayoría de dos tercios de representantes para el cambio de postura. Más aún cuando existe el rumor generalizado de una grave disociación de criterio entre las bases (más partidarias de acudir en solitario) y los cargos (que prefieren la seguridad de prorrogar la alianza con EAJ-PNV).

EA se enfrenta a varios dilemas simultáneos para no desvanecerse. Debe optar entre converger o diferenciar su oferta política respecto de la del partido del que se desgajó. Para la primera opción, la estrategia de acudir en solitario sería más coherente y casi obligada ahora (en las autonómicas sería una auto-inmolación). En caso contrario, habría de avanzar hacia una coalición tipo CiU, lo que le proporcionaría perdurabilidad a cambio de continuar reduciendo su peso social.

Quizá EA debiera resolver todas estas disyuntivas escuchando no sólo a su militancia, sino también a sus votantes, quienes pueden verse tentados por otras alternativas ante el riesgo de desperdiciar su papeleta. El electorado vasco, muy estable desde la transición, necesita opciones nítidas y partidos fuertes, con alta representación que puedan caminar hacia la pacificación y la normalización sin descuidar una buena gestión de los recursos públicos desde las instituciones.
Versión .DOC para imprimir

Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/ea.htm

Una nueva Galicia

©Mikel AgirregabiriaNo habrá que esperar hasta el 27: El PP perderá la Xunta de Galicia porque no les será suficiente el voto emigrante, que suma el 12% del electorado.

Fraga naufraga. Así lo ha reconocido, tácitamente, el Presidente de la Xunta en funciones, Manuel Fraga Iribarne, quien la noche electoral reconoció que PSdeG y BNG "tendrán que asumir una gran responsabilidad" al frente del Gobierno gallego en la próxima legislatura, aunque también previno que aún es "razonable y viable" que el voto de los emigrantes otorgue al PP el escaño que le falta para revalidar la mayoría absoluta, ya que, según sus datos, "el 70% de los residentes ausentes que ha ejercido su derecho al sufragio apoyaría a su partido”.

Se había predicho que la pérdida de la mayoría absoluta del PP sólo se produciría con un incremento significativo de la participación electoral, que rompiese el techo del 65%. Finalmente se alcanzó el 68,1%, lo que se pronosticaba un esperado cambio en la política gallega.

Escrutadas todas las urnas de Galicia, el voto de la emigración será decisivo, especialmente el de la provincia de Pontevedra. En las otras circunscripciones es casi imposible que se produzcan variaciones por el voto de los residentes ausentes. Según la Ley D"Hont, el decisivo escaño 38º de Pontevedra sólo bascularía del PSdeG al PP si este partido consiguiese 8.166 votos emigrantes más que los socialistas entre los 21.000 votos emitidos por los 89.000 emigrantes censados en esa provincia hasta el 17J.

En las elecciones de 2001, el PP logró 13.292 votos procedentes del CERA (Censo de Españoles Residentes Ausentes) frente a los 4.559 del PSOE. Repitiendo resultado, el PP renovaría su mayoría absoluta, pero este voto ha fluctuado absolutamente con el signo del gobierno central, y pasó de un reparto 68% PP -21% PSOE en las autonómicas de 2001 hasta un 59% PP - 36% PSOE en las elecciones generales de 2004. Incluso en las europeas de 2004, este voto –tradicionalmente bajo para el BNG, en torno al 5%- se volteó a favor del PSOE (52%) frente al del PP (39%). Sólo en 1997 estos sufragios alteraron el reparto inicial, cuando el PP consiguió un escaño vacilante en La Coruña.

Galicia conservadora hasta el 19J. Desde la transición sólo ha habido un interregno de dos años de gobierno socialista con Fernando González Laxe entre 28-9-87 y 2-2-90, provocado por la traición de José Luis Barreiro, quien en la misma legislatura fue Vicepresidente de la Xunta con AP y con el PSOE.

Así pues, el PP partía de una situación ventajosa, pero con un lento desgaste de gobierno y con un peculiar líder de 82 años e historia política interminable desde Franco hasta la fecha. Sin haber resuelto sus problemas sucesorios, que ahora se precipitarán tras la caída del entramado burocrático de poder, los populares no dejan de preguntarse si otro candidato hubiese contenido mejor su pérdida de votos y escaños.

Fraga esperaba morir con las botas y los votos puestos. Pero no será así: habrá de jubilarse del poder político que ha conocido ininterrumpidamente durante 54 años, desde 1951. Disponía a su favor de la “eterna inercia gallega” y de una reserva de tres escaños para contener la pérdida de la cómoda mayoría absoluta, que ha disfrutado personalmente durante cuatro legislaturas. El respaldo de Mariano Rajoy, volcado en una campaña cuyo desenlace puede cuestionar su futuro, no ha impedido el poderoso “efecto Moncloa”, que se ha sumado a una errónea oposición ultramontana que se dirige desde la calle Génova, o lo que es peor, desde la fundación FAES del ínclito Aznar. Después del 27, con todos los votos contados y si finalmente cae Fraga, el PP deberá evaluar la rentabilidad política de su modo solitario de hacer oposición, con un aislamiento que no remediará con reciente táctica de la manifestación semanal,… en Madrid (o Salamanca).
PSdeG favorecido. El partido socialista partía de la oposición y siendo el tercer partido en votos, en igualdad de escaños con el BNG (17 ambos). Se ha convertido en el más beneficiado de la jornada electoral, por méritos propios y errores ajenos. Su grupo parlamentario pasa a tener 25 diputados, 8 más que en la pasada legislatura. Emilio Pérez Touriño, que repetía por segunda vez, vio crecer los votos desde los 320.283 votos (el 21,8%) de 2001 a los 509.340 (32,5%). Su acuerdo con el BNG, que se da por cerrado, le podría llevar a acceder al Palacio de Raxoi. En caso contrario, será su último intento como ratificó él mismo durante la campaña electoral.

La trayectoria de Touriño en el PsdeG es antigua, participando en los gobiernos de Felipe González desde 1985 y habiendo sido acusado por Roldán en 1994 de haber intervenido en el pago de comisiones. Renunció a sus cargos políticos, a pesar de rechazar su implicación en los hechos, y regresó a la docencia universitaria. Tras la retirada de Abel Caballero, quien fracasó en las autonómicas de 1997, Touriño recuperó su peso político cuando asumió el debate de investidura contra Fraga. En los comicios de 2001 logró un estimable crecimiento que situó al PSdeG a la par del BNG. José Blanco, Secretario de Organización, fue decisivo para repetir la candidatura de Touriño, siendo manifiesto el apoyo que prestó Touriño a Rodríguez Zapatero desde el primer momento, contribuyendo a su triunfo como Secretario General del PSOE en el 36º congreso.

BNG en transición. Su situación es paradójica, ya que aunque ha bajado cuatro escaños y el 3,7% de votos, pasa a ser clave de gobierno el nacionalismo gallego. Con sólo 13 escaños y 307.249 votos, se advierte la pérdida de escaños y votos respecto a aquellos 395.000 y 18 escaños de 1997 de Xose Manuel Beiras (quien había ascendido desde los 50.000 votos y un escaño de 1985). Es innegable en el BNG una crisis de renovación de la anterior cúpula por una nueva generación dirigente, encabezada por Anxo Quintana, todavía poco conocido por el electorado y sin el carisma histórico de Beiras.

Este retroceso parcial también responde a la concentración de voto en la alternativa socialista provocada por la bipolarización, así como a la peculiaridad de Galicia que, por sus parámetros socioeconómicos desfavorables respecto a otras Comunidades Históricas, es menos propicia a los reajustes previstos en las fórmulas de financiación que se advierten en las reformas estatutarias más avanzadas. Anxo Quintana deberá establecer una línea definida y progresista que permita proyectar hacia el electorado gallego su modelo propio de reforma del Estatuto de Galicia de 1981, marcando diferencias apreciables sobre la propuesta del PSdeG.

Galicia ofrece un panorama despejado de cambio mediante la coalición del PSdeG y del BNG, y con un PP que habrá de recomponerse en la oposición. El resto de las fuerzas políticas es meramente simbólico y sin representación parlamentaria. La cuarta fuerza política es una desvanecida IU, con apenas 12.199 votos (0,8% del electorado), muy lejos del mínimo necesario para que su candidata Yolanda Díaz optara a un escaño.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/galicia.htm

Los votantes dudan y quieren saber

©Mikel AgirregabiriaEn las campañas electorales todos los partidos explican sólo algunos de sus proyectos, los más aceptados y populistas. Pero cada electorado quisiera que le aclarasen otros aspectos más vidriosos, susceptibles de decantar su voto.

Las Elecciones Autonómicas Vascas del 17-A siguen esta misma pauta general. Resultaría demasiado prolijo reseñar los numerosos temas de los NO nos hablan cada candidatura partidista, aunque sí figuren en esos mamotretos con las propuestas electorales que nadie se detiene a leer.

Los partidos políticos son, ante todo, máquinas creadas para obtener votos. Sólo cuando los electores y las electoras exijamos más y más detalles, cambiará y se perfeccionará esa sofisticada maquinaria que abusa de los lemas simples, destinados preferentemente para los restos indecisos del electorado, estimado en un decisivo 5%.

No conviene olvidar al 95% del cuerpo electoral, que tiene prácticamente decidida su papeleta y quisiera reafirmarse corroborando el acierto de su decisión. En sus distintas opciones, ese electorado clave, que podría o no acudir a votar, se pregunta algunas cuestiones esenciales como éstas:

- Voy a votar a Aralar, ¿pero no acabará mi voto, en mi Territorio Histórico, en la papelera? ¿Quizá convenga que me cambie a la coalición PNV-EA?
- Voy a votar a EHAK, ¿pero no acabará mi voto sirviendo para paralizar a Euskadi en esa extraña alianza con el PP y el PSOE? ¿Quizá convenga que me cambie a Aralar o a la coalición PNV-EA?
- Voy a votar a EB-IU, ¿pero no acabará mi voto en la corriente opuesta a Madrazo? ¿Quizá convenga que me cambie a la coalición IU-EB?
- Voy a votar al PSOE, ¿pero no acabará mi voto a las órdenes del PP de San Gil (Oreja, Aznar)? ¿Quizá convenga que me cambie al EB-IU?
- Voy a votar al PP, ¿pero no acabará mi voto bajo el programa del PSOE de Zapatero? ¿Quizá convenga que me cambie a UA o a alguna Falange auténtica?
- Voy a votar a la coalición EA-PNV, ¿pero no acabará mi voto gestionado por alguna corriente crítica del partido? ¿Quizá convenga que me cambie a la coalición PNV-EA?
- Voy a votar a la coalición a PNV-EA, ¿pero no acabará mi voto sin evitar que sean 22 años los que mi partido elude liderar la crucial Educación Vasca? ¿Quizá convenga que me cambie a la coalición EA-PNV?

Respóndanos, Señoras y Señores de la Política, a estas cuestiones, porque hasta el domingo 17 de abril no elegiremos definitivamente nuestro voto otorgado por otros cuatro años.

Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
http://www.getxoweb.com/mikel

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/saber.htm

Debate electoral vasco

Inédita, reveladora y positiva resultó la polémica entre los cabezas de las listas electorales.

Hace unos minutos hemos podido presenciar en Euskal Telebista (ETB-2) un espectáculo infrecuente en nuestras cadenas televisivas: Un auténtico debate preelectoral entre los cuatro principales candidatos para las Elecciones Autonómicas del 17 de Abril. Es el primero en la historia de las siete legislaturas vascas precedentes, acordado por el Consejo de Administración de EITB, tras múltiples y complejas negociaciones durante varios días con los partidos participantes, que son quienes están actualmente en el Parlamento Vasco y se han podido presentar nuevamente. Finalmente se acordó un minucioso formato de cinco bloques de temas con intervenciones y réplicas tasadas, pactando igualmente que el moderador fuera el jefe de Informativos de ETB, Jaime Otamendi, con la única función –cumplida a la perfección- de presentar el programa y controlar los tiempos.

El debate, con una duración total de 75 minutos, fue emitido en diferido a las 22:00 horas, aunque se grabó con cinco horas de antelación, sin público en el plató. Los candidatos a Lehendakari, Juan José Ibarretxe (PNV-EA), María San Gil (PP), Patxi López (PSOE) y Javier Madrazo (EB) confrontaron sus opiniones en seis bloques temáticos: Final de legislatura (apartado en el que cupo el proyecto de Nuevo Estatuto Político); economía y políticas sociales; euskera, cultura y educación; pacificación y normalización; futuro gobierno y política de pactos; y petición final de voto. El esquema articulado se demostró ordenado, aunque algo frío, y la fecha emisión escogida se anticipó en demasía al 17-A, seguramente con intención declarada de abrir la campaña, pero con el propósito oculto de no arriesgarse nadie a un improbable golpe de efecto que resultase decisivo en las urnas.

En formato modernista de las condiciones ambientales, si bien con estática clásica en sus actores, los candidatos aparecieron de pie, tras sus atriles, mirando al presentador. De izquierda a derecha para los teleespectadores, se alineaban López, Ibarretxe, San Gil y Madrazo. El tono general fue relativamente mesurado, con la excepción de alguna improcedente salida de tono de la representante del PP, pero denotando que las formas agresivas ya no se recomiendan, especialmente si lo comparamos con lo que habría supuesto un encuentro de Ibarretxe con sus últimos adversarios ya desvanecidos, Nicolás Redondo y Mayor Oreja (por cierto, ¿dónde andan ahora?).

Como cabía esperar en un debate igualitario que ofrece posibilidades a los partidos menores, las interpelaciones se cruzaron con asimetría muy estudiada. Madrazo criticaba a López y le instaba a responder, mientras San Gil y López inquirían solamente a Ibarretxe, y el Lehendakari actual se dirigía a la audiencia. Las intervenciones estaban muy “precocinadas”, y nadie caía en el ardid de responder las “preguntas envenenadas” de los demás. Sólo Ibarretxe supo y pudo rebatir con rapidez y elegancia algunas cuestiones planteadas, sin dar contra-juego. López terminaba su guión elaborado sin agotar el tiempo previsto, mientras Madrazo y sobre todo San Gil eran cortados por el moderador tras consumir sus plazos.

Se le veía a López incómodo con su chaqueta y corbata; a Ibarretxe atento a las declaraciones de sus oponentes; a San Gil con técnicas elementales como mirar fijamente a la cámara y exhibiendo algunos gráficos imposibles de apreciar: todo ello mientas Madrazo adoptaba su habitual tono docente. Aparte de la salutación inicial, sólo Ibarretxe y Madrazo utilizaron frases o lemas en euskera.

La conclusión final cada teleespectador deberá alcanzarla por sí mismo, pudiéndose convenir fácilmente que los cuatro candidatos agradarían a sus respectivos militantes y simpatizantes por ajustarse a sus asiduos roles y rutinarios discursos. Nadie citó a los ausentes, si bien Madrazo lanzó –legítimamente- sus redes para sumar “votos flotantes”. López siguió pidiendo entrar en el próximo gobierno, como sea, mientras San Gil le reiteraba una vez más el incómodo ofrecimiento de que López sea su vicelehendakari, y tácitamente ofreciéndose ella para tal papel. Las porfiadas menciones a ETA de San Gil puede que reporten algunos votos… a las otras candidaturas.

Sólo ha sido un acto más en la campaña vasca. Ahora nos quedan las penúltimas piruetas de Batasuna, Aukera Guztiak, el Partido Comunista de las Tierras Vascas,…, y el usual desfile continuo de ministros y ex-ministros, porque el 17-A se juegan mucho en Euskadi (y luego en Galicia) Zapatero y Rajoy, quizás más el del PP que el del PSOE. Seguiremos informando, pero que nadie se olvide que sólo es la ciudadanía vasca quien realmente decide ese día sobre su futuro.

Candidaturas comparadas

Elegir el voto no siempre es difícil. Especialmente cuando las opciones son tan obvias.

Debemos elegir una papeleta para votar por uno de los partidos políticos presentes en las Elecciones Autonómicas Vascas del 17 de abril. Un primer análisis surge de la consulta en Internet de las biografías de los candidatos a Lehendakari que presentan los tres únicos partidos que tienen alguna opción de ganar.

Un candidato (www.ibarretxe.com/biografia), tras acabar su licenciatura universitaria, ha sido alcalde de su ciudad, juntero, Presidente de las Juntas Generales de su Territorio Histórico, Consejero del Gobierno Vasco, Vicelehendakari y Lehendakari con más de 22 años de experiencia en la administración pública a escala municipal, foral y gubernamental. El segundo pretendiente (accesible.patxilopez.com/cast/conoce/conoce.php) carece de titulación académica y de la más mínima experiencia de gobierno en ningún tipo de institución. La última aspirante (www.msangil.com/msangil/cas/biografia.asp) cuenta con una original formación en filología bíblica y dispone de un breve currículum como concejala en la oposición.

El primer candidato, euskaldunberri de origen alavés, es el único nominado que ha sabido completar su conocimiento de los dos idiomas oficiales de la Comunidad Autónoma Vasca, mientras que sus oponentes ignoran absolutamente el euskera. Ello les priva del acceso a gran parte del núcleo de la cultura vasca pasada y presente, y les imposibilita cultivar una relación directa con la ciudadanía que emplea la lengua vasca como idioma materno o de relación habitual.

Sinceramente no cabe demasiado dilema sobre cuál es la elección correcta. Dos de los candidatos a la Lehendakaritza no reúnen la más mínima competencia personal para asumir la cualificada gestión de tan alta responsabilidad: Sus exiguas preparaciones y trayectorias profesionales, aunque sumasen sus historiales como pretenden superponer sus escaños, no les habilitarían para merecer ser Lehendakaris, ni Vicelehendakaris (cargo que ofrece la una al otro y viceversa), ni Consejeros,… ni siquiera para ocupar el más modesto puesto de funcionario con alguna capacidad de decisión.

Final de ETA… o de Batasuna

Análisis electoral vasco a dos meses de la cita del próximo 17 de abril. Puede alcanzarse la anhelada paz: Hay suficientes voluntades, tiempo y espacio para ello.

Como preámbulo de toda consideración, quede explícito nuestro rechazo ético a toda forma de violencia, y menos aún si cabe para negociar o convencer políticamente. Sea una vez más toda nuestra solidaridad con las víctimas de cualquier forma de barbarie, y quede reiterado nuestro ferviente deseo de pacificación y normalización de la vida en Euskadi. Pero la política siempre requiere elevadas dosis de realismo y reflexión conjunta, especialmente cuando una plural ciudadanía ha de compartir un futuro común que resulte democrático, armónico y compatible con la diversidad y complejidad de la sociedad vasca.

Tras la tramitación por la vía de urgencia en el Congreso de los Diputados del Nuevo Estatuto para la Comunidad de Euskadi, el Lehendakari Ibarretxe decidió adelantar la cita con las urnas en tres semanas. Simplemente el ciclo legislativo estaba casi concluido (excepto las ultimadas Leyes del Suelo y de Igualdad para hombres y mujeres), y el proyecto de Nuevo Estatuto debía ser valorado en las urnas por la ciudadanía de la Comunidad Autónoma Vasca para dictaminar su apoyo social, que será determinante de su futuro en las negociaciones que, en un sentido u otro, se avistan por el horizonte.

El electorado vasco es relativamente estable, con dos únicas variantes de relieve en las últimas décadas. Por una parte, la variación en vasos comunicantes entre el PP y el PSOE del voto ‘españolista’ o constitucionalista, según quién gobierne en Madrid. La segunda incógnita es el fluctuante voto de Batasuna, en función de que pueda o no presentarse, así como de las instrucciones que dirijan a su base electoral, que existe en una dimensión cada vez más difícil de evaluar por las votaciones en blanco de las últimas convocatorias electorales.

Ambas variables, subida del PSOE a costa del PP y el efecto directo o inducido de Batasuna, son las que dificultan pronosticar el reparto final de escaños en el Parlamento Vasco. La mayor incertidumbre actual reside en la presencia directa o no de Batasuna. Su queja, ante el PNV, por el adelanto de 21 días es simplemente demagógico, porque todos sabemos que llega el calendario de las autonómicas y que este mínimo anticipo deriva más del trámite sumarísimo sufrido por el Nuevo Estatuto en Madrid, por decisión del PSOE y del PP, que por preferencia del tripartito vasco.

Los principales partidos políticos mantienen unas expectativas bastantes predecibles. PNV acude en decidida coalición con EA, bajo la figura de Ibarretxe y con el programa electoral más nítido que nunca. EAJ-PNV se ha movido históricamente entre 30 y 33 parlamentarios, olvidando los 25 de las primeras elecciones de 1980 con el CDS y contabilizando la suma con EA tras su secesión de 1986. Actualmente dispone de 33 parlamentarios, 26 de EAJ-PNV más 7 de EA. Cuenta con optimistas perspectivas sólo limitadas por su ya altísimo porcentaje en Bizkaia y Gipuzkoa, con el 43,7% y el 44,7% de un electorado con ocho opciones posibles (incluidos los partidos Aralar y UA). En Araba, la coalición PNV-EA con el 33,8% del electorado fue la de mayor representación en 2001, pero la nada proporcional cuota de 25 parlamentarios por territorio no favorece a la coalición para rozar o superar la mayoría absoluta en el Parlamento de Vitoria-Gasteiz. Además, al igual que la coalición con EA ha sido designada como estratégica por Josu Jon Imaz, también el Lehendakari parece apreciar la participación de Ezker Batua (Izquierda Unida) como un elemento transversal de continuidad, aunque existan otras posibilidades como algún parlamentario de Aralar que pudiera completar un tripartito exclusivamente nacionalista (PNV-EA-Aralar).

PSOE y PP intercambiarán posiciones, porque su techo de 19 representantes del PP fue una excepción que produjo la polarización de Aznar, Oreja… y Redondo. El PP volverá a su intervalo entre 2 y 16, incluida la facción de Unidad Alavesa (UA), con una insumisa parlamentaria. El PSOE con 13 escaños actuales, mantuvo 19 parlamentarios en 1984 y 1988, pero desde entonces oscila entre 12 y 16 parlamentarios, y ello a pesar de su proceso de fusión con parte de Euskadiko Ezkerra en 1992. IU-EB, tras su creación desde el PCE, ha variado entre 6 y 2 representantes en 1994 y 1998, por lo podrá mantener o quizá mejorar sus 3 presentes parlamentarios.

La gran cuestión es lo que sucederá con los 7 escaños de Batasuna. Está en la cuerda floja su visibilidad pública institucional, que no sus potenciales votantes excluidos por la Ley de Partidos Políticos de 2002. Sería deseable su participación, y mejor aún que fuese por el ocaso final de ETA, que afortunadamente no ha causado víctimas mortales desde el 30 de mayo de 2003 cuando asesinó con una bomba lapa a dos policías en Sangüesa. Paradójicamente, sus postreras demostraciones de “capacidad o de fuerza”, como las recientes bombas en Getxo, Denia y en Madrid, podrían estar jalonando su final no anunciado.

Algunos entienden que existen posibilidades ciertas de una tregua definitiva de ETA en estas semanas inmediatas. La rapidez, y la sorpresa como con el voto partido del 30 de diciembre, empieza a ser el último recurso de una Batasuna cada vez más encerrada (en varios sentidos del término). También cabría, pero es sumamente dudoso por no decir imposible, que Batasuna se desmarcase de ETA, pero eso en Euskadi prácticamente nadie se lo cree. Asimismo podría ser que, manteniéndose la inacabable amenaza etarra, Batasuna presentase unas “listas limpias”, lo que sería técnicamente mucho más factible que en elecciones locales y forales, por tratarse únicamente de tres candidaturas, una por cada territorio histórico.

Incluso con escapatorias de dobles listas, una más ‘contaminada’ y otra ‘pulcra’ que podría superar la acción fiscal, cualquier opción que no implique el cese de ETA (o la desvinculación de Batasuna) es azarosa para el porvenir político de Batasuna. Ha de superar una inercia de décadas y, aunque disponga de “listas presentables”, podría encontrarse únicamente con sólo 2 o 4 parlamentarios si ETA persiste. En 2001, tras la ruptura de la tregua de ETA, la representación de Batasuna se redujo de 14 a 7 parlamentarios justamente por la gran movilización del electorado que no se abstuvo, cuando Herri Batasuna se había movido siempre con un intervalo entre 11 y 14 escaños.

Todas las estrategias posibles de Batasuna entrañan serios inconvenientes para su continuidad: Plantear nuevamente el voto en blanco para contabilizar los nulos y sus “hipotéticos parlamentarios”, es demasiado reiterativo y puede desviar votos hacia alternativas más pragmáticas, sin que lo detecte el control de voto depositado. Predicar la abstención para contener la fuga de votos, refutaría su historia anterior, obstaculizaría el cálculo de su presencia social y podría hastiar a su último reducto electoral.

ETA debe desarmarse irrevocablemente. Primeramente por razones morales válidas desde siempre y por la degradación ética que supone su existencia. Además, y es un argumento menor pero al que podrían ser más sensibles sus simpatizantes, porque el canibalismo político de ETA –que tanto daño ha causado al nacionalismo vasco democrático- está aniquilando también a su única opción partidista, Batasuna. Máxime cuando concurren otras circunstancias históricas, como la presencia incipiente de Aralar o el liderazgo reforzado de Ibarretxe tras la gestión de una nueva iniciativa política de calado, con un recorrido futuro innegable aunque difícil de predecir en plazos y en resultados.

Batasuna no ha sabido medir ni siquiera el hartazgo de “su” electorado, cuyos votos –como todos- tienen fecha de caducidad y un máximo de 4 años. Sólo un final inmediato y definitivo de ETA, sin dilación, trampa ni cartón, podría aliviar el negro futuro político que espera a Batasuna. Y lo que es mucho más relevante, sólo la desaparición de ETA aliviaría el inmenso dolor generalizado de toda la ciudadanía vasca que lleva décadas reclamando y exigiendo la paz.

Plan legal

Respetando que se pueda debatir la legitimidad del Plan Ibarretxe, ¿cabe aún la mentira de su supuesta ilegalidad?

Quienes vivimos en la época franquista, diferenciamos perfectamente entre lícito y legal, porque entonces lo democrático era ilegal, pero no ilegítimo. Ahora al “Plan Ibarretxe” se le califica gratuitamente de ilegítimo y, además, de ilegal. Si bien la licitud pudiera ser de más difícil evaluación, aunque siempre la voluntad popular es la única que otorga legitimidad a las leyes, ahora muchos vascos nos preguntamos:

¿Las elecciones autonómicas del 13 de mayo de 2001 fueron legales? ¿El actual Parlamento Vasco es legal? ¿Todos sus parlamentarios y parlamentarias son legales? ¿Sus decisiones son legales? Creo que la respuesta es afirmativa a todo ello, porque no hay ninguna causa judicial interpuesta en sentido contrario. Por lo tanto, ¿en base a qué razones se afirma que es ilegal el nuevo “Estatuto para la Comunidad de Euskadi”, aprobado por mayoría absoluta en el Parlamento Vasco?

Subasta de Batasuna

Ante el chalaneo de votos de Batasuna en el Parlamento Vasco caben dos posturas: la de los nacionalistas vascos y la de los nacionalistas españoles.

Los medios de comunicación de Madrid resaltan que “Batasuna impulsa el Plan Ibarretxe con su abstención”. Claro que luego no dirán que con su voto negativo lo frenan. Algunos matizan más. El editorial de “EL PAÍS” del 21 de diciembre, titulado “Pelota de Batasuna” concluye así: “…De ahí que un eventual apoyo de Otegi en el pleno del día 30 le pueda poner en situación más que embarazosa [a Ibarretxe y al PNV], después de haber reiterado que no quiere los votos del nacionalismo radical mientras no repudie la violencia”.

Este dato, cierto, es revelador de dos posiciones ética y políticamente contrapuestas: Mientras los partidos del Gobierno Vasco, nacionalistas vascos, PNV y EA, así como IU, rechazan los votos de Batasuna hasta que esta formación se incorpore al juego político con rechazo explícito de la violencia, los partidos de la oposición PP y PSOE siguen dispuestos a sumar sus votos con los de Batasuna. Como lo harán el próximo 30 para rechazar el Plan Ibarretxe, los presupuestos y dificultar permanentemente la gobernabilidad de Euskadi. El baile conjunto de Batasuna con el PP y el PSOE, nada “embarazoso” para la prensa española, es tan obvio para toda la ciudadanía vasca que los respectivos electorados de estos tres partidos deberían pedirles cuentas, y especialmente los que se creen “abertzales radicales”.

Una predicción final: Dado que sólo esta “extraña alianza” entre ilegalizados e ilegalizadores permite el bloqueo del nacionalismo democrático, Batasuna seguirá presente en las Elecciones Autonómicas de mayo de 2005, en forma de agrupaciones independientes toleradas o de lo que sea. Porque saben el PP y el PSOE (sus últimas operaciones de marketing lo demuestran) que si pierden este “incómodo socio”, el Parlamento Vasco será un reflejo más coherente de la sociedad vasca real, mayoritariamente demócrata y nacionalista vasca.

Claro que todavía cabe una esperanza en estos meses: Que ETA abandone y nos deje a todos en paz definitivamente, para que podamos decidir libre y pacíficamente.

Charlas políticas en Euskadi

Escuchando a unos desconocidos hablando de política vasca en una cafetería.

- Nos esperan seis meses agitados políticamente, desde este diciembre hasta mayo de 2005.
- Esta vez las elecciones autonómicas serán muy diferentes, por lo que todos sabemos.
- ¿Te refieres a la ausencia de Batasuna?
- Eso es lo más significativo, pero existen otros datos como la dificultad de la alianza PP – PSOE, con Zapatero sin mayoría en Madrid y Maragall con ERC e IU en Catalunya.
- ¿Y crees que eso tendrá influencia en Euskadi?
- Las pasadas elecciones municipales y forales, sin Batasuna, presentaron un panorama radicalmente distinto, con mayorías holgadas de los nacionalistas en las diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa, y una situación incómoda para todos en Araba, con la coalición nacionalista como primer partido votado y un PSOE (tercero) que debe apoyar al PP (segundo). La inmensa mayoría de alcaldías, más del 90%, son regidas por nacionalistas vascos, excepto unas pocas de cierto peso con socialistas (Donostia) y alguna popular (Vitoria-Gasteiz).
- ¿Crees posible que Batasuna pueda presentarse?
- Era verosímil, hace unos meses, si aquellos a quienes más les conviene hubiesen hecho algún movimiento significativo. Pero ni Batasuna salió de su enroque para exigir el fin de las armas, ni el PSOE en el gobierno central ha movido ficha acercando a los presos. Todo parece conducir con las Elecciones Autonómicas a cerrar el ciclo de comicios sin Batasuna, lo que hará desaparecer sus estratégicos escaños de bloqueo en el Parlamento Vasco.
- ¿Queda tiempo para alguna sorpresa?
- Sólo se me ocurre el anuncio de un deseable alto el fuego definitivo de ETA, que libere a Batasuna de sus ataduras, aunque los últimos comunicados no son demasiado esperanzadores. Por su parte, el PSOE está muy condicionado por el pacto antiterrorista (o antinacionalista) y la persecución del PP en su cumplimiento es muy cerrada, con o sin Aznar.
- Para bien o para mal, cada partido está atrapado por sus declaraciones de los últimos años, o lustros.
- ¿Y el Plan Ibarretxe?
- El proyecto se ha adelantado para avanzar hacia la normalización política, aunque hay quienes creen que habría que esperar a la desaparición de ETA. Pero eso sería darles demasiado protagonismo. En el fondo sólo se trata de renegociar la relación Euskadi-Estado, superando el incumplimiento del Estatuto pactado anteriormente, que ha sido interpretado unilateral y cicateramente por Madrid.
- ¿Se ganará la votación del Nuevo Estatuto en el Parlamento Vasco a finales de este año?
- El proyecto es ganador… en cualquier caso. Previsiblemente Batasuna (Socialistak Abertzaleak) votará en contra, como ha advertido, junto al PP y PSOE. Con ello dejan al tripartito PNV, EA e IU (EB) con el programa electoral hecho para triunfar y repetir gobierno. Y si me apuras, incluso puede ser la siguiente administración un holgado bipartito sin Ezker Batua o un tripartito con la testimonial Aralar.
- ¿Y el voto en blanco de Batasuna?
- Sus potenciales electores habrán de enfrentarse a la disyuntiva de usar o dilapidar el voto. El riesgo del envite sube mucho, porque sólo caben dos mayorías: nacionalistas (con IU) o españolistas de PSOE más PP. Y estarán en juego muchos intereses familiares y sociales, como el euskera, la cultura o la educación, lo que importa y mucho a cualquier votante vasco.
- ¿Y hasta cuándo ETA?
- ETA tiene sus días contados. Por múltiples razones, comenzando por la náusea ciudadana universal que produce su acción, y porque lastra a todos, especialmente a Batasuna. ETA ha disparado y amenazado a casi todo el mundo, sólo le quedaban las escuelas (que no universidades), estadios, iglesias o medios de transporte donde atentar,… y esto ha ocurrido con el terrorismo de origen islámico.
- Un terrorismo a escala mundial, fuertemente asentado en España desde donde parece que Al Qaeda programó el 11-S, de corte fundamentalista y suicida que tiene como santuario a tres continentes y millones de potenciales reclutas.
- Este terrorismo de “pantalón largo” frente al de ETA, por desgracia se ha hecho notar, y las redadas finales de etarras demuestran que los sistemas antiterroristas españoles deben reorientarse, por lo que el juego de infiltración en ETA como justificación de fondos reservados y recursos se ha acabado.
- No lo entiendo. ¿Qué tratas de decir? Es muy serio lo que insinúas.
- El final de la “guerra fría” dejó en el paro a muchos espías. ¿Entiendes? ¿Has visto la película de “El lobo”? El fin de ETA significaba también el final de todo el sistema policial cronificado y esclerotizado que luchaba contra ETA. Además contribuía –con la sangre derramada- a desacreditar al políticamente más peligroso nacionalismo pacífico, el de la mayoría social vasca.
- ¿La permanente teoría atribuida a Luis Mª Ansón, que consideraba que ETA era una úlcera sangrante, pero que evitaba la imparable unión de los nacionalistas vascos?
- Hoy todo eso ha cambiado, Euskadi no es ya el mayor riesgo para la España centralista; lo es Catalunya o Andalucía donde nunca hubo ninguna ETA y donde los argumentos antiterroristas no sirven.
- La teoría de la “causa ensangrentada” ya no vale demasiado, ni la manida fórmula de los “escaños malditos” de Batasuna que no pueden sumarse con nadie.
- Así que el PP ha sobreactuado en Euskadi para ganar votos en España, y ello ha obrado finalmente en su contra, como sucedió el 13-M de 2001 aquí, con su campaña de bombardeo que tuvo un efecto boomerang por parte de la “Euskadi inmadura” (según Aznar). El pasado 14-M de 2004, el brutal atentado de Atocha con 200 víctimas mortales, también destruyó la vieja receta del PP para proveerse de votos recurriendo fuera de contexto y de la realidad al sempiterno miedo a ETA.
- El PP, con su peso electoral y mediático, todavía no ha asimilado el 14-M y aún se aferra a la culpabilidad de ETA como reclamo electoral, cuando debiera saber que –afortunadamente- ETA está al borde de su extinción.
- También el PSOE tiene cuentas pendientes por su subordinación al PP de Aznar. El recule parcial de los últimos meses, incluso la división periferia-centro de sus barones, todavía les ata mucho las manos.
- Lo cierto es que las palabras maniatan tanto como los hechos.
- Especialmente esto es aplicable a Batasuna, que es la única formación que no ha hecho catarsis de su cúpula dirigente y su vieja prédica sólo refresca la letra, pero no la música… militar. El declinante Otegi suena pretérito y caduco como Felipe, José Mari o Xabier, o como aquel Redondo o el Oreja que se abrazaron en plena campaña de 2001 y hoy están perdidos en la niebla del pasado.
- ¿Y las inercias en el voto? ¿Iremos al eterno empate? ¿El desánimo sobre las soluciones que aportan los políticos será mayor aún?
- La displicencia desaparecerá rápidamente, cuando la normalización y la pacificación sean más verosímiles y completas. Todos tenemos tal anhelo de paz, incluso de sosiego partidista, que los políticos ruidosos y desacreditadores se verán apartados, como ya lo han sido los más belicosos.
- ¿Cuál es tu quiniela final en parlamentarios?
- Las elecciones siempre las ganan… los que no las pierden. Y aquí, algunos perdedores son obvios. El PP tendrá que reconfigurar mucho su discurso, sin continuar siendo el único defensor del estatismo del Estatuto de Gernika,… que votaron en contra. Batasuna, o logra entrar en el juego político o se despide de sus últimos estrados, donde se ha mantenido como grupo parlamentario únicamente por la defensa de un Atutxa, reiterado objetivo de ETA, y del tripartito PNV-EA-IU.
- Si las conversaciones que pudiera haber entre Batasuna y PSOE no arreglan el entuerto para poder presentarse todas las listas, y si la coalición PNV-EA trabaja tras el NO parlamentario al Plan Ibarretxe de la tríada Batasuna-PP-PSOE, mucho artificio tendrá que inventar el PSOE para no quedar largamente postergado en la oposición con el incómodo PP de socio en la extraña cofradía de la debilidad.
- También mi apuesta es que, en ausencia de Batasuna, habrá mayoría nacionalista vasca y que el PSOE recuperará cotas anteriores a costa del PP.
- Tras el verano de 2005 habrá mucho que negociar entre Euskadi y el Estado, entre nacionalistas y socialistas, con acuerdos a cambio de apoyos, con inteligencia y respeto mutuo. Quizá sea una época provechosa… o al menos, más distendida y civilizada con tolerancia desde Madrid hacia la mayoría social vasca y consideración desde Gasteiz a la pluralidad de sensibilidades políticas que caracteriza a la ciudadanía vasca.
- Seamos optimistas, las cosas van a mejor, porque la sociedad civil vasca no está tan fragmentada como desearían algunos insensatos y como pregonaron algunos interesados.
- Cuando ETA desaparezca de nuestras vidas, todo el panorama partidista habrá de recomponerse con participación de todos, incluida la autodenominada “izquierda abertzale”. Ojalá sea lo antes posible.
- Es inconmensurable el dolor que ETA ha producido por no haber superado la transición post-franquista en 30 años. Y no sólo por las víctimas directas de los 900 asesinados y los muertos propios. También por la amenaza generalizada hacia su Nación Vasca, y el descrédito vertido hacia todo lo vasco que requerirá generaciones de superador empeño.
- El daño político también ha sido incalculable. Navarra es la prueba más concluyente, donde la barbarie ha menoscabado nada menos que toda una historia común cultural y política del vasquismo y la foralidad.
- Así como el exorbitante precio económico y social pagado por Euskadi por culpa del terrorismo etarra. La huida de inversiones, el alejamiento de las multinacionales, la falta de oportunidades para la juventud,…
- ¡Cómo sería Euskadi si ETA fuese un retazo de la historia del franquismo! ¡Dónde y cómo estaríamos todos nosotros!
- Pronto lo sabremos, porque el ocaso etarra es inminente, y su influencia en la política vasca se extingue. Aunque persista el peligro, ETA su hunde inexorablemente en su contumaz iniquidad. La crueldad terminal de bombas fingidas o las reliquias de “kale borroka” hieden a anacronismo histórico en la Europa del siglo XXI.
- En meses, ETA finiquitará su triste historia.
- Eso es lo que esperamos todos.
Para mis adentros pensaba: ¡Ah, si yo pudiese participar en aquella conversación! Discreparía en varios puntos, como cualquiera lo haría y pediría más rigor, precisión y matices. Pero sólo era una cháchara de café, a fin de cuentas. Ellos siguieron….
- ¿Sabes lo que pienso? Que la política me aburre cada día más, y estoy deseando que sólo haya que reflexionar un día cada cuatro años para elegir el voto.
- Totalmente de acuerdo. ¿Qué tal te va todo? ¿La familia, el trabajo, el Athletic?
Si empezamos con el fútbol, ya sabes que discutiremos. Para mí la Real

Política vasca: Otoño de 2004

Se avecinan tiempos mejores en el panorama político de Euskadi, sin violencia y con elecciones.

La situación política en Euskadi evoluciona lenta, pero imparablemente. Analicemos algunos de sus puntos de inflexión sociopolítica, entendiendo que una visión cercana, aunque inevitablemente subjetiva, puede resultar valiosa para contribuir a un debate general que promueva la pacificación y el entendimiento colectivo en una sociedad plural.

El calendario previsto es de alta intensidad política. En menos de 8 meses se producirán 2 consultas electorales: el 20 de febrero el referéndum sobre la Constitución Europea y, antes del final de mayo de 2005, las elecciones autonómicas en la Comunidad Autónoma Vasca. Sería sumamente improbable, y nada deseable, que el Lehendakari Ibarretxe uniese, como es su potestad, la convocatoria autonómica con el referéndum europeo en una sola fecha electoral. Las únicas ventajas de tal opción serían reducir el coste económico y el cansancio de la ciudadanía a la que se convocará dos veces en un trimestre. Los inconvenientes serían innumerables: la confusión de dos campañas electorales y mediáticas con temáticas y agentes muy diferenciados, la duplicidad de gestión de ambas urnas o el solapamiento de una convocatoria de previsible bajo interés popular (Constitución Europea) con la principal cita electoral vasca (Autonómicas en la CAPV).

Anteriormente a estas convocatorias electorales, se votará en el Parlamento Vasco el Proyecto de Nuevo Estatuto Político para Euskadi, o “Plan Ibarretxe”, antes de concluir el presente año 2004. En el último Debate de Política General del pasado 24 de septiembre quedaron fijadas las posiciones de todos los grupos políticos: PP (incluyendo la segregada UA) y PSOE votarán en contra junto a Sozialista Abertzaleak (Batasuna), mientras que los partidos del Gobierno Vasco (EAJ-PNV, EA y IU) votarán a favor. Si se consuma el voto de Batasuna, como desafió su portavoz Otegi, en contra del Nuevo Estatuto y, por tanto, en defensa del Estatuto de Gernika, incumplido tras 25 años, la propuesta parlamentaria será rechazada en esta Legislatura.
El Lehendakari Ibarretxe ha asegurado que, en cualquier caso, la sociedad vasca, después de 25 años, será consultada sobre su propio futuro, lo que, según sus palabras, "es la esencia de la democracia. En su opinión "se abre una oportunidad histórica y en los próximos tiempos, la Cámara Vasca debatirá y votará acerca de la Propuesta del ‘Nuevo Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi’. Celebraremos las elecciones al Parlamento Vasco y realizaremos una consulta democrática en la que todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas vascas, sin exclusiones y en un escenario sin violencia, decidiremos acerca de nuestro modelo de convivencia entre vascos y de nuestro modelo de relación política entre Euskadi y España".

Brevemente repasaremos para concluir la posición partidista de cada formación política vasca, en orden de menor a mayor según su actual presencia en Eusko LegeBiltzarra (Parlamento Vasco), incluyendo un avance sobre su previsible evolución en escaños.

IU, Esker Batua-Berdeak (EB-B), dispone actualmente de 3 parlamentarios y su dirigente Javier Madrazo forma parte del Gobierno Vasco como Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales. Recientemente ha sido reelegido como coordinador general, con el 63% de los votos de los nuevos miembros de su Consejo Político. Madrazo, al frente de la formación de izquierdas desde 1995, hubo de luchar contra los críticos articulados en torno al Partido Comunista y con una lista alternativa de jóvenes que se abstuvieron con el 16% de representación. IU-EB, con una dirección respaldada, presta un fiel apoyo al ‘Plan Ibarretxe’ con el matiz del federalismo de libre adhesión. Su polémico paso por la gestión gubernamental parece reportarle buenos presagios como se ha demostrado en convocatorias municipales, forales o generales. Cabe esperar que en 2005 disponga de número de escaños en Gasteiz entre 3-4, con indudable mejora de su presencia social.

Sozialista Abertzaleak (SA, Batasuna) se enfrentará a su desaparición del último foro político si la Ley de Partidos Políticos no es revocada o no se pliegan a las condiciones impuestas, posibilidades ambas posibles pero improbables… aparentemente. El hartazgo del Pueblo Vasco, al que dicen representar y defender, respecto de la violencia política ejercida por ETA, es aún más desbordante si cabe tras la tragedia del 11-M. ETA era un cadáver como agente sociopolítico desde hace lustros, pero ahora esta realidad ha calado incluso entre la opinión de los últimos votantes de SA. La misma estrategia política de los perpetuos portavoces de SA resuena cada día más contradictoria, negando los avances democráticos del nacionalismo vasco pacifista y debiendo usar sus últimos escaños en apoyo del “unionismo del PP” (en su jerga al uso). Sus 7 parlamentarios podrían desaparecer e, incluso, caso de presentarse finalmente o contar los “votos nulos” su desplome electoral es cantado. Sólo una tregua definitiva de ETA y una readaptación urgente podrían salvarles del cataclismo electoral. Tras haber perdido 7 parlamentarios el 13-M de 2001, en 2005 podrían desaparecer los restantes 7 entre cantos eufóricos de continuar de éxito en éxito con su eterno maximalismo.

Eusko Alkartasuna, que se presentó en coalición con EAJ-PNV, dispone de 7 escaños. Su pérdida electoral desde los 9 parlamentarios de la VI Legislatura se fraguó con su negociación bipartita en 2001, cuando desde su desconfianza electoral prefirieron puestos más altos en las candidaturas conjuntas, antes que ganar con el éxito de la coalición. En los últimos meses, tras comprobar fehacientemente su descendiente electorado por separado en las europeas y generales, la realidad electoral ha obligado a la recalcitrante dirección actual a olvidar las desafortunadas tesis de presentarse en solitario. Su representación futura en el Parlamento dependerá de cómo se negocie el ineluctable acuerdo de coalición, que EAJ-PNV siempre ha defendido aún a costa de escaños cedidos a su “hermano menor”, cuyo futuro fuera de una coalición estable y permanente con EAJ-PNV se adivina menguante, tras un recorrido histórico siempre decreciente. Ello a pesar de la generosa representación institucional que su socio siempre le ha otorgado. Con los recientes datos de las Elecciones Generales de porcentajes parejos de IU y EA, no se explica la gestión de 3 Departamentos de Eusko Jaurlaritza, incluido el paradigmático de Educación, Universidades e Investigación donde se requiere un protagonismo social y un peso político que (una facción crítica de) EA no puede brindar.

El PSE-PSOE dispone actualmente de 13 escaños en el Parlamento Vasco. En un reincidido error histórico, como con Jauregi, Patxi López se ha lanzado prematuramente a la piscina de una larga precampaña electoral sin papeles y con un electorado que fluctúa en Euskadi entre el PP y el PSOE. La crisis de la Naval de Sestao, feudo socialista por antonomasia y el indeleble recuerdo en Bizkaia del cierre de Euskalduna en 1984 con Solchaga, patentiza lo inverosímil de un mensaje que no se lo cree ni su propia militancia. El PSOE vasco debe recorrer una larga travesía para despegarse de su dependencia del PP en Euskadi, donde uno sin el otro (y en el Parlamento sin Batasuna) no lograrían gestionar nada, ni siquiera las últimas plazas municipales que les restan en las zonas industriales históricas (margen izquierda del Nerbioi,…). El recurso a la foto en Madrid con el ministro de turno para traer ayudas resulta patético cuando los presupuestos generales del Estado siguen condenando al olvido a toda la Comunidad Autónoma Vasca. La falta de credibilidad del PSE sigue amarrada por su absoluta dependencia de Madrid, y acrecentada por el desprecio hacia el Parlamento Vasco, donde el PSE no quiere debatir su propuesta o cuando Rodríguez Zapatero resuelve que sólo las modificaciones decididas en Cataluña o Andalucía serán aceptadas. Sin embargo, el vaivén de vasos comunicantes del PP-PSOE producirá que la infalible baja del PP elevará la representación de PSOE, hasta un total entre 15 y 18 escaños (si Batasuna no se presenta).

El PP vasco está en horas bajas, especialmente en Euskadi. Prefirió, hasta ellos lo vieron oportuno, retirar a sus dos “cabezas” Mayor Oreja e Iturgaiz al ostracismo de la lejana política europea, de donde no se escuchan sus conjeturas políticas. Su paso por el Parlamento Vasco fue deplorable, con sonoras ausencias del dir(l)igente Oreja o del músico Iturgaiz que tocaba con el codo (según él) el botón de Oreja. Sus únicas victorias pírricas de bloqueo se producen cuando los escaños ilegalizados de Batasuna se suman a los ilegalizadores del PP-PSOE. Su novata candidata María San Gil, desconocida fuera de Donosti, se ha presentado antes de tiempo, sólo para conjurar las luchas intestinas que se adivinan cuando vienen épocas flacas. Si cuentan con el “apoyo” de Aznar y Fraga en la campaña futura, como antaño, conocerán un sonoro fiasco que se presagia en cualquier caso, descendiendo desde los 19 escaños (incluido el prestado por Unidad Alavesa) hasta un abanico de 15-17, y eso contando –como en el caso de los demás- con la presumible representación perdida de Batasuna y el efecto “españolista” del reparto del Parlamento Vasco de 25-25-25, con iguales escaños en Araba que en Gipuzkoa o Bizkaia, lo que auxilia extraordinariamente al PP y al PSOE.

Finalmente, EAJ-PNV sigue siendo el partido referencial en la CAPV, actualmente con 26 parlamentarios. Con una dirección política renovada en enero de 2005, con el EBB presidido por Josu Jon Imaz, y la bicefalia habitual con Juan José Ibarretxe, aborda un período de grandes oportunidades . Su línea política siempre centrada e inspirada en los cauces de la buena gestión de lo propio (como demuestra la revalidación continua por el electorado en la inmensa mayoría de municipios vascos, en dos de las Diputaciones Forales con mayorías absolutas y en el Gobierno Vasco) sigue aprovechando las posibilidades reales de avance hacia del autogobierno, con fórmulas consensuadas por el conjunto de la ciudadanía. El pasado Alberdi Eguna (Día del Partido, EAJ-PNV) del 26 de septiembre denotó, junto al habitual fenómeno único de concentrar anualmente en una campa lejana a 100.000 personas en un espectáculo que resulta inexplicable fuera de Euskadi, un nuevo equilibrio en el tándem de los JJI (Josu Jon Imaz & Juan José Ibarretxe). El discurso del Lehendakari se abrevió, moduló y armonizó para dar paso al cuidado mensaje de Imaz, con un expreso reconocimiento a Arzalluz y un análisis político bien definido y catalizador del impulso requerido para la etapa histórica que corresponde liderar.

El acento plebiscitario de las Elecciones de 2005, máxime si no se aprueba el Nuevo Estatuto en esta oportunidad, rentaría buenos dividendos electorales a EAJ-PNV, y más exactamente a su predecible coalición con EA. El cómputo global podría subir desde los 33 actuales (26+7), hasta los 34 ó 37, al borde la mayoría absoluta. En cualquier caso, EAJ-PNV apuesta por mantener tras la elecciones autonómicas un Gobierno Vasco multipartito, inclusive con el concurso de Aralar que podría disponer de 1 ó 2 escaños tras aparecer por primera vez en el Parlamento Vasco.

Para finalizar, todo indica que la tensión provocada por el terrorismo de ETA puede aliviarse, tanto por las detenciones últimas como por plausibles medidas que podrían adoptarse en los meses inmediatos. Sería una estrategia positiva el acercamiento de presos manteniendo la dispersión (en ocasiones el alejamiento supuso concentración), como propuso el Parlamento Vasco. Hace más de 10 años, el 31 de agosto de 1994, el IRA, anunció un “cese completo de las actividades militares”. ETA, ¿a qué espera para desaparecer como organización militar? El ocaso de ETA se vislumbra próximo. Cuando se produzca, dejaremos de sufrir, especialmente las numerosas víctimas de todos los lados, y se normalizará nuestra situación política, con múltiples efectos benéficos. Entonces, la política vasca será un “deporte minoritario” sólo para especialistas en la administración o en la prensa. Ojalá pronto lo veamos y lo vivamos.

Elecciones fracasadas

El 13-J de 2004, el Día del Desinterés Europeo

El día 13 de junio de 2004 pasará a la historia de la Unión Europea como el día del desinterés por el Parlamento Europeo. El mayor contingente electoral de la era democrática, 350 millones de votantes potenciales para elegir 732 parlamentarios, apenas se ha interesado en estos “comicios de la decepción europarlamentaria”. Ni siquiera la ciudadanía de los diez Estados recién ingresados en la UE se ha preocupado de elegir a sus representantes.

Sin ánimo de colaborar al euro-escepticismo, es innegable bajo el prisma de cualquier análisis que en estas elecciones han perdido casi todos los partidos políticos, y que el único vencedor claro ha sido… la abstención generalizada. Pero conviene repasar, en orden decreciente de escala, los resultados de estos días electorales.

Escala continental: El porcentaje europeo de abstención ha sido del 54,7%, el máximo histórico de la Unión Europea con cualquier número de Estados miembros. La participación de los votantes en la UE no encuentra fondo, y elección tras elección ha ido disminuyendo desde el 63,0% en 1979 hasta el 45,5% en 2004, decreciendo según se ampliaban de 9, a 10, 12, 15 y hasta 25 los Estados en la UE.

Sólo donde el voto es obligatorio, Bélgica y Luxemburgo, y en Malta, Italia, Chipre, Grecia e Irlanda la participación ha sido aceptable. Los Estados recién ingresados, así como Suecia, Portugal y Reino Unido, destacan por su indiferencia europarlamentaria. En Eslovaquia o Polonia no se ha acercado a las unas ni la quinta parte del electorado.

Si el porcentaje de europeos que acudió a las urnas fue incluso menor que el registrado en comicios similares en cada uno de los Estados, llama aún más la atención los altos niveles de abstención de quienes se acaban de incorporar a la UE, donde no funcionó el entusiasmo esperable al participar en un nuevo proyecto. Se ha intentado explicar por un eventual "cansancio electoral" tras ratificar no hace mucho su deseo de sumarse a la UE, pero ello no es razón suficiente para que apenas el 26,4% de sus ciudadanos con derecho a voto lo hiciera efectivo.

En este desolado panorama de paupérrima capacidad de convocatoria, el habitual triunfalismo de los partidos resulta especialmente patético. Si nunca es posible que todos ganen, en esta ocasión lo evidente es que sólo algunos pueden defender sus resultados. En el cómputo global, ha ganado el PPE (Partido Popular Europeo), con 269 escaños, seguido del PSE (Partido Socialista Europeo). En medio de la tibieza europeísta, destaca el rabioso tirón de los euro-escépticos (un 15% de los eurodiputados han sido elegidos por su discurso antieuropeo), lo que ha impelido a los más progresistas (entre ellos los Liberales, Demócratas y Reformistas ELDR) a intentar aliarse con otros grupos para superar a los Conservadores de la Cámara, a fin de determinar el sucesor de Romano Prodi en la Presidencia de la Comisión Europea. Otro dato positivo ha sido que el anunciado crecimiento de la extrema derecha parece haberse contenido en Austria, donde el partido de Haider ha sufrido una merecida derrota, y sólo en Flandes ha ascendido de forma inquietante el Vlaams Blok.

Escala estatal: Los partidos que sustentan los gobiernos centrales han resultado, en general, derrotados, y especialmente aquellos a los que el “efecto Irak” les ha penalizado adicionalmente por apoyar la guerra, como en el caso de Blair, Berlusconi o Durão Barroso. Pero el voto de castigo también alcanza de lleno a Chirac y Schröder. El color político tampoco es determinante en el varapalo: Los socialdemócratas alemanes se han visto doblados por la oposición democristiana, mientras en Francia el partido conservador se ve superado por los socialistas.

En el Estado español, con una preocupante abstención —la más alta de la actual etapa democrática—, la victoria socialista del pasado 14-M queda revalidada por estrecho margen en las elecciones al Parlamento Europeo. Los esfuerzos del PP por deslegitimar en las europeas los resultados de las generales naufragan, pero no su capacidad de movilizar algo más a su resentido electorado en medio del desinterés universal de los demás por las instituciones europeas.

Destaca el éxito de la coalición GALEUSCA, en la primera concreción electoral del “Pacto de Barcelona”, gracias en gran parte al tirón de EAJ-PNV en Euskadi, el sostenimiento del BNG y a pesar del mal resultado de CiU. Todo ello les permite obtener un aceptable resultado con sendos representantes para los tres principales partidos nacionalistas de las Comunidades Históricas. Quedan convertidos en la tercera fuerza coaligada del Estado (con un mejorable 5,17% de los votos frente al 4,16% de IU), por el declive de Izquierda Unida, que no encuentra excusas en una convocatoria de circunscripción estatal y sin necesidad del “voto útil”. ERC salva los trastos de “Europa de los Pueblos” con su eurodiputado, lo que no sucede con la “Coalición Europea” de CC-PA-PAR-UV-UM, que se queda sin representación europea.

Escala autonómica: La lectura de las urnas europeas debe interpretarse con claves de Estado e incluso de autonomía. Tras valorar los resultados de esta convocatoria europea, en la Comunidad Autónoma Vasca entramos directamente en la precampaña de 10 meses para las decisivas Elecciones Autonómicas, lo que implica sutiles deducciones de estos datos europeos. Pero esto merece un análisis detenido y diferenciado, que se presentará próximamente, por territorios y con diferentes hipótesis de traslación para el Parlamento Vasco en función de los acontecimientos que puedan ocurrir hasta los primeros meses de 2005.

En síntesis: El proceso de construcción de la UE, que se viene desarrollando progresivamente desde mediado el siglo pasado, ha sido exitoso… en muchos aspectos de pacificación, macro-económicos y administrativos, constituyendo una experiencia única de integración en la diversidad socio-lingüístico-cultural de casi todo un continente, el más belicoso del planeta. Pero la Europa de los 25 Estados, o pronto 27 con Bulgaria y Rumania, se enfrenta a serios desafíos, relativos al reparto de poder que debiera pasar de los Estados a instituciones realmente comunitarias, donde las regiones y las ciudadanías se vean debidamente representadas, y no sólo en capítulos como ayudas y subsidios, sino bajo una nueva identidad europea común de futuro compartido. Es una metamorfosis que requiere su tiempo,… y mucho mayor acierto de los dirigentes europeos para evitar esta “fatiga electoral” propia de quienes todavía no nos sentimos partícipes en las instituciones que deben representarnos, velar por nuestros intereses y asegurarnos un futuro más justo y solidario.

¡Eureka, Europa!

Convocatoria electoral europea,… esa gran desconocida.

Las elecciones europeas han llegado… y nadie sabe cómo ha sido. Entre el 10 y el 13 de junio se celebrarán las elecciones en 25 Estados europeos, llamando a las urnas a un contingente sin precedentes: 350 millones de votantes potenciales que habrán de decidir la composición del Parlamento Europeo con 732 miembros. Provendrán del Estado español 54, 10 escaños menos que en 1999 por el Tratado de Niza, y que se reducirán en 2009 hasta 50 parlamentarios en Estrasburgo.

En sus 25 años de existencia, estos comicios a la Eurocámara nunca han logrado elevar el perfil del debate en todo el continente, en torno a ideas y programas europeos. En la actualidad, cuando el desacuerdo ha impedido cerrar una Constitución europea, el panorama de desinterés es palmario y manifiesto. El espíritu europeísta debe consolidarse; mientras tanto el electorado actúa con la inteligencia de interesarse más por los ámbitos próximos de decisión política.
Quizá la esencia fundamental del modelo europeo sea la subsidiariedad del poder, el principio que ha permitido aglutinar a una ciudadanía de historia y origen tan diverso. En ese sentido, la visión más avanzada y futurista del valor de Europa se mide por el interés elevado pero decreciente de la ciudadanía entre las elecciones “autonómicas”, centrales y europeas, obvio en las Comunidades Históricas (Euskadi, Catalunya,…), pero que no se percibe en regiones donde España es la referencia casi única.

Analicemos cómo se motiva al electorado de nuestro entorno para su movilización ante el Parlamento Europeo. En primer lugar, no ha habido precampaña alguna, e incluso en las dos semanas de campaña oficial la presencia en medios de comunicación y en publicidad es mínima. Los programas electorales son pobrísimos, apenas unas hojas deslavazadas frente a mamotretos de volúmenes en pasadas elecciones. Por ejemplo, el Partido Popular presentaba un programa electoral de 426 páginas en las generales, frente al programa de 31 en las europeas; el PSOE rebaja 209 a 26 sus páginas. Con esta desidia electoral, dudosamente se implican en el proyecto europeísta.

Los candidatos presentados para Europa por PP y PSOE, Mayor Oreja y Borrell, son incuestionablemente pretendientes reciclados, perdedores de procesos anteriores, a los que conviene alejar de las centrales de poder. Mayor Oreja ha fracasado en todas y cada una de las numerosas elecciones de todo orden a las que se ha presentado, desde alcalde de Donostia en adelante. Le faltaba acumular su último descalabro electoral y se apresta al naufragio final. Borrell, y sobre todo Rosa Díez, son parecidamente espectros amortizados, a quienes sus ejecutivas prefieren ver en la lejanía. El debate televisivo de dos dinosaurios políticos, esgrimiendo los restos de las argumentaciones del 14-M, despierta sólo el interés de los arqueólogos de la política.

Las candidaturas más esperanzadoras son las supuestamente menores, en un Estado donde algunos pretenden imponer un imposible bipartidismo. Representan la visión social alternativa de IU, o la pluralidad socio-lingüística de los pueblos del Estado, agrupados para trasladar una visión plurinacional desde distintas nacionalidades, pero en tres carteles: GALEUSCA, con CiU, PNV, BNG, BNV; EUROPA DE LOS PUEBLOS, con ERC, EA, CHA, PSA,..; y COALICIÓN EUROPEA con Coalición Canaria, Unió Mallorquina, PAR, UV, CDN,… Resulta novedosa y potente, la concreción en GALEUSCA de los firmantes de la Declaración de Barcelona, que congrega frente a la bipolarización del bloque PP-PSOE a los partidos más representativos de las tres naciones históricas: CiU en Catalunya, EAJ-PNV en Euskadi y BNG en Galiza.

La predicción de resultados, a escala de Estado, resulta particularmente predecible. La victoria del PSOE es segura, por arrastre del 14-M y el “tirón” negativo de Mayor Oreja. Sólo la intervención de José María Aznar, con alguna declaración o visita privada, podría empeorar la situación del PP. La tercera candidatura debe ser GALEUSCA, encabezada por Ignasi Guardans (CiU) y Josu Ortuondo (PNV), que aboga por la participación de los pueblos y regiones "en la escena europea e internacional", así como por la representación de las "naciones sin Estado" en el Consejo de Ministros de la UE y en las instituciones europeas. La cuarta candidatura sería para IU, seguida a cierta distancia por EUROPA DE LOS PUEBLOS y COALICIÓN EUROPEA.

La baja participación de la ciudadanía es segura, pero si la abstención rebasa el 45% del electorado se encenderán las luces rojas en la correspondiente circunscripción. En tal caso, la responsabilidad mayor incumbirá a los “partidos grandes”, que parece que prefieren adormecer este tipo de convocatoria, mientras que los “partidos menores” sí parecen asumir un mayor grado de responsabilidad política y social.

Resulta muy recomendable que el próximo domingo 13 de junio manifestemos nuestro compromiso con una Europa democrática, social, solidaria, respetuosa de su pluralidad nacional y cultural y promotora de un mundo más pacífico, justo y solidario. Elijamos cuidadosamente a quienes deben guiar la ampliación europea y la aprobación de un nuevo Tratado Constitucional, a fin de que apuesten por una nueva cultura política de respeto a la pluralidad cultural y lingüística de todas las naciones que integran el continente, trascendiendo el empacho administrativo de la simple unión económica y monetaria para garantizar el bienestar, el empleo, la protección social y el desarrollo sostenible de los Pueblos de Europa.

La UE es un éxito de colaboración política y social jamás alcanzado antes en ningún rincón del planeta, la mejor referencia de cómo en el siglo XXI se puede organizar todo un continente, el más complejo y belicoso de la Historia de la Humanidad, bajo el principio de unidad en la diversidad. Para valorar la trascendencia de estas elecciones, basta considerar la orientación de la futura Constitución Europea, que debería reconocer lenguas como el catalán, el gallego o el euskera, y permitir la reforma electoral estableciendo diferentes circunscripciones electorales en función de la organización administrativa, la estructura geográfica o la tradición histórica de las regiones que configuran Europa.

Hemos de acudir a votar el 13-J si defendemos una Europa humanista, próxima a la ciudadanía, transparente, responsable y respetuosa con todas las minorías. La profundización democrática y de consolidación de las estructuras institucionales de la Unión Europea debe partir de la necesidad de reconocimiento expreso de la existencia y de los derechos políticos de todos los ciudadanos y ciudadanas, así como de los derechos colectivos de todas las regiones europeas, muchas con competencia legislativa como Catalunya, Galiza o Euskadi, lo que debe convertirlas en auténticas naciones en el seno de una Europa Unida. Confiemos en nosotros mismos: Europa es nuestro futuro común.

El río vasco

Una imagen topológica de la realidad política vasca

El laberinto del panorama vasco, fundamentalmente debido a la pluralidad de partidos, suele aducirse como excusa para renunciar al esfuerzo didáctico de pedagogía política, incluso de visualización de lo complejo, que merece la ciudadanía sin perderse en sopas de siglas y porcentajes.

Como una aportación modesta se presenta una metáfora visual del panorama partidista en Euskadi, que quizá facilite tanto un conocimiento más preciso de la realidad sociopolítica como de las opciones viables de maniobrabilidad y acuerdos, disponibles para los distintos partidos políticos.

Tomemos como base únicamente a la Comunidad Autónoma del País Vasco, aunque la validez de la foto y de las conclusiones en su conjunto puede ser valiosa con matizaciones también para la Comunidad Foral Navarra e incluso para Iparralde. El reparto de votos por candidaturas, variables en función de la convocatoria electoral, se ha interpolado entre las recientes elecciones generales de 2004 y los resultados de las autonómicas de 2001, última oportunidad en la que se presentó Batasuna (como Euskal Herritarrok). Como síntesis el panorama actual muestra un electorado relativamente estable en las grandes opciones, si bien con la fluctuación entre PP y PSOE, así como la aparición de Aralar e ilegalización de Batasuna. Las siglas, porcentajes de voto en 2004 y parlamentarios actuales en Vitoria-Gasteiz desde 2001, se representan en la siguiente tabla.

La ordenación en orden decreciente desde la derecha centralista hasta el independentismo radical, muestra un arco iris de siete partidos políticos vascos (UA, UPN, Nafarroa Bai, o los partidos de Iparralde, no dejan de estar incluidos implícitamente en el esquema). El tripartito actual (PNV-EA-IU), que sustenta el “Plan Ibarretxe”, muestra en el gráfico su composición “natural” en un abanico donde EA concurrió conjuntamente con EAJ-PNV e IU pudo pactar para cooperar, no sólo en el gobierno sino en otros niveles de la administración pública vasca.

El bloqueo parlamentario con estruendo mediático que aconsejaron al Lehendakari Ibarretxe a adelantar las elecciones autonómicas de 2001 dieron esta imagen en escaños, con la peculiaridad de que al corresponder los mismos 25 representantes a cada territorio autonómico, se prima a Araba frente a Bizkaia y Gipuzkoa y se sobredimensiona a los partidos centralistas en escaños respecto a sus votos. La legislatura que culminará en pocos meses su recorrido dará paso a un nuevo Parlamento Vasco.

La “metáfora del río” consiste en imaginar que el partido EAJ-PNV por peso sociológico e histórico, así la centralidad política, está en condiciones inmejorables de representar a la mayoría social de Euskadi, como un río que navega entre dos orillas. Su hegemónica representación de casi la tercera parte de todo el electorado, importantísima en tan diversificada sociedad, requiere sin embargo la búsqueda de socios para estabilizar gobierno, diputaciones y ayuntamientos. La alianza con EA resulta obvia, si no fuese por el temor del partido menor a la absorción, y en la última etapa se ha completado la gobernabilidad con IU, la Esker Batua de Javier Madrazo.

El Partido Nacionalista Vasco se encuentra cómodo en ese núcleo central de la sociedad vasca, pero no encuentra facilidades para alcanzar consensos estables más allá del tripartito actual. Toda la estructura política vasca se ha desequilibrado cuando, en busca de la paz, EAJ-PNV se ha escorado hacia el PSOE-PP (Pacto de Ajuriaenea) o hacia Batasuna (Acuerdo de Lizarra-Estella). El cauce natural sólo podría ampliarse en 2005, aparte de EA e IU, con una Aralar con peso y organización más significativos y/o un PSOE menos vinculado al PP, como lo ha estado y sigue estándolo en la Comunidad Autónoma Vasca. Esta segunda opción parece improbable por el rol que el incipiente gobierno central sigue atribuyendo a la “cuestión vasca”. Por último, otro factor de esperanza sería la desaparición de ETA –cada día más cercana, porque algún día se producirá-, que permitiría una reconducción del protagonismo político que gestiona Batasuna.

El gráfico resulta ilustrativo incluso para aclarar el propio debate interno que se produjo entre las bases del partido hegemónico en Euskadi, EAJ-PNV, con ocasión del relevo en el EBB de Xabier Arzalluz por Josu Jon Imaz, y que aún subsiste en la fase final de selección para representantes a la Asamblea Nacional y a las ejecutivas territoriales (Bizkai Buru Batzar, GBB,…). La opción de Zarraoa-Egibar apuesta por acuerdos preferentes con “la casa nacionalista para que ETA acabe con su acción de violencia”, mientras que la candidatura Urkullu-Juaristi –más en la línea oficial de Imaz en su discurso de toma de posesión en el Euskalduna- prefiere la ampliación del canal del tripartito, buscando acuerdos de convivencia con ambas riberas, pero sin perder la centralidad sociopolítica vasca que siempre ha sido tradición en el partido desde 1895.
Tras el 8 de mayo, cuando finalice todo el proceso de renovación, el partido jeltzale seguirá fuertemente unido porque se comparten los postulados y la figura de Ibarretxe, así como el liderazgo de Imaz al frente de un EBB completado y representativo. El pragmatismo y el acierto se impondrán en un país de traineras, en el que todos sabemos que los ríos se mueven siempre más rápido por el medio del cauce que rozando por las aristas.