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¿Caminamos hacia un nuevo Pacto Escolar?

En la Comunidad Autónoma de Euskadi urge, tras 29 años de autogobierno y de plenas competencias en educación, una Ley de Educacion Vasca que supere el único marco obtenido hasta la fecha que es la Ley de la Escuela Pública Vasca, que apenas engloba la mitad del sistema educativo preuniversitario. La LEPV fue publicada en 1993 tras un Pacto Escolar que inicialmente sólo suscribieron PNV y PSE, y cuya gestación llevó varios años. Aquel Pacto fue un gran avance que hoy día todos citan como referente. Sería preciso iniciar un proceso que dote de estabilidad y prospectiva a la educación, asegurando a la pluralidad de opciones la debida financiación y la legítima dialéctica de competencia y colaboración.

A la red concertada, que agrupa a opciones de titularidad religiosa (Kristau Eskola, Diocesanas,...), de Ikastolas (Partaide,...) y otras fórmulas de cooperativas de progenitores, profesorado,... requiere garantías que aseguren estas opciones en condiciones de gratuidad en las etapas obligatorias con el compromiso de colaborar en todas las dimensiones de la tarea escolar y para converger en las condiciones laborales de su profesorado y personal en niveles similares a los de la educación pública.

La red pública requiere una mayor transformación para comenzar a actuar como una eficaz visión de conjunto, con la posibilidades de una "red" de gestión única y global, algo que extrañamente acomenten mucho más eficientemente otras subredes de titularidad privada. La red pública, que atiende en términos generales, al alumnado más desfavorecido o con necesidades especiales más graves, y sin poder ejercer la dirección autónoma de sus muchos centros que, además, son más pequeños y dispersos. Años de análisis y evaluaciones, así como la propia trayectoria educativa del País Vasco, acreditan que sólo una fórmula de organismo autónomo (similar a la Osakidetza que gestiona la sanidad pública vasca) permitiría una real actuación reticular que supere la tradicional dependencia, rígida y lejana, de la misma administración educativa única... que debe velar por el conjunto de la educación. Somos muchos quienes propugnamos la creación de una "hezikidetza" bajo una gerencia única que organice y represente a la red pública vasca ante la administración. Sólo así se dispondría de verdaderos representantes de la primera y mayor red escolar, que a día de hoy apenas cuenta con elementos aislados como asociaciones de direcciones, confederaciones de madres-padres de familia,... que carecen de capacidad para reordenar y optimizar los importantes recursos humanos y materiales que dedica la sociedad a su red pública de enseñanza.

Izaskun Bilbao en 119" de Politika 2.0

La actual Presidenta del Parlamento Vasco, Izaskun Bilbao Barandika (le gusta que el apellido materno figure en igualdad), ha respondido a las variadas preguntas de la blogosfera en la iniciativa 119 segundos que organiza el grupo Politika 2.0 en el HikaAteneo. La sesión ha sido twitteada (con la palabra clave 119pnv) y se han recibido preguntas e interacciones durante el encuentro.

Con gran sencillez y simpatía se ha demostrado como una mujer política del siglo XXI. El formato ha permitido descubrir una representante política cualificada, con una trayectoria personal y profesional relevante, que ha sabido mantener la perspectiva de la ciudadanía y que apreciar escuchar a las personas normales, entre las que se ubica con una sincera naturalidad. Desde la presentación, ver el vídeo superior, ha sabido demostrar que no hay pose en su acercamiento.

En la ronda de preguntas, algunas improvisadas en los últimos minutos vía Twitter, ha acreditado que cuenta con una dialogante y centrada visión general de las grandes temáticas, con el mismo espíritu optimista, de mirar adelante, de avanzar juntos. En varios momentos nos ha demostrado su sensibilidad con los más desfavorecidos, así como proximidad cono quienes han sufrido y siguen sufriendo el azote de la violencia. Su comprensión vital, pluralismo conceptual, pragmatismo experimentado y tolerancia veraz acercan a la cabeza de lista de EAJ-PNV por Bizkaia al modelo de "polírica" que muchos anhelamos en la política vasca, reforzando la imagen y el discurso reciente en el Museo Guggenheim. Algunas fotos (30) y vídeos de la presentación inicial (8'50"), vídeo segundo (30'18"), tercero (24'36") y cuarto (11'37" respondiendo a twitters). [Un corte hablando de educación].
Algunas de las citas: "Me siento más de izquierdas que de derechas; me considero humanista"; "se ha de extender el wifi a todos los centros públicos lo antes posible"; "Batasuna (el propio Arnaldo Otegi) sumó sus votos a PSE y PP para que el Parlamento Vasco no recurriera la ley de partidos, algo que es verificable en la web del Parlamento"; "si al patrón le va bien, al marinero le va bien", dicho marinero en el sentido de equipo formado por por lo que debe ser la correcta correlación entre empresarios y trabajadores. También algunas autocríticas: "Hemos perdido la cercanía tradicional con sectores con los que siempre hemos estado muy unidos", "hemos de mejorar la comunicación porque nos dedicamos mucho a hacer y poco a contar",... Blogs citados: elequipodeibarretxe.com,...
Miembros de
Politika 2.0 presentes: Roberto Cacho y Juan Zubillaga como presentadores, Ricardo Ibarra, Jon Gómez Goikolea, Mikel Agirregabiria, Josu Garro, Jorge de la Herrán, M@k o Goyo del Sol, Marta Sauca, Iker San Vicente, Juan Beitia (de Hikaateneo), Svet,..., y al final han llegado otros bloggers como Aitor Uriarte y Jorge Escoin. Otras crónicas: Fotografías de Svet con todas las candidaturas presentadas anteriormente (Mikel Arana, Rafa Larreina e Idoia Mendia),...

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Mesa redonda sobre la Educación Vasca


Hoy, organizado dentro de las anuales Topaketak 2009 de Partaide, a las 16.00 horas ha tenido lugar una mesa redonda en la Universidad de Deusto moderada por Xabier Oleaga y con todos los grupos representados en el Parlamento Vasco: Arantza Aurrekoetxea, de EAJ-PNV; Vicente Reyes, del PSE-EE-PSOE; Juan Carlos Castaño, del PP; Onintza Lasa, de EA; Gonzalo Larruzea, de EB-Berdeak; y Felipe Urkidi, de Aralar. El tema, pacto escolar para llegar a una ley de educación vasca, era muy interesante. Pero se disponía de muy poco tiempo, demasiados partidos repartidos en intervenciones parcialmente repetidas. Muy pocos representantes estaban a gusto con el tema, aparte de repetir los tópicos de turno y alargar sus intervenciones quejándose de falta de tiempo para concretar sus ideas y rellenar los minutos con algunos consabidos lemas. Por ejemplo, se reiteraron en que sí al consenso (que luego nunca llega, ni se intenta con un mínimo de seriedad), hace falta más calidad (sin decir cómo creen lograrla junto a la equidad), acordar los diagnósticos (en lugar de saber que el diagnóstico es claro y compartido mientras que lo que hay que pactar son las posibles soluciones),....
Lo mejor: El manifiesto final en pro de la necesidad de un nuevo Pacto Escolar que muchísimos suscribiríamos desde la primera letra a la final (incluido abajo). Primeras diez fotos, incluidas dos de la recién inaugurada Biblioteca de la Universidad de Deusto. Más detalles y vídeos,... muy pronto. PartaideTopaketak2009

Modelos lingüísticos en la educación vasca

Una reflexión ante el compromiso asumido por el Parlamento vasco para que el Gobierno estudie, junto con todos los agentes de la comunidad escolar, una reforma de los modelos lingüísticos en la enseñanza antes de febrero de 2007. Este debate debiera basarse en criterios socioeducativos más que en prejuicios ideológicos o políticos.

Situación actual.

- La "Ley Básica de Normalización del Uso del Euskara" del 24-11-1982 establecía en su artículo 17 que “El Gobierno adoptará aquellas medidas encaminadas a garantizar al alumnado la posibilidad real, en igualdad de condiciones, de poseer un conocimiento práctico suficiente de ambas lenguas oficiales al finalizar los estudios de enseñanza obligatoria,…”. Todo ello con independencia del modelo A, B ó D elegido libremente por las familias. Este mandato institucional se mantiene incumplido 23 años después, si bien es de reconocer que ha sido la Educación, la comunidad escolar, las familias, el profesorado y el alumnado quienes más se han esforzado por su consecución,… aún no alcanzada plenamente.

LOE: La Olvidada Educación

Un eclipsado debate tras 8 Leyes Orgánicas educativas aprobadas en 25 años. Demasiadas reformas para seguir distanciados de la Europa más avanzada.

La educación es una tarea generacional, prolongada a lo largo de la vida, que afecta intensivamente a los más jóvenes, en un inigualable esfuerzo colectivo donde participan familias, profesorado, alumnado y el conjunto de la sociedad. Todo ello requiere un marco político y administrativo consensuado, con vocación de larga permanencia en el tiempo para garantizar el máximo aprovechamiento de tan ingentes recursos humanos y materiales.

La educación es responsabilidad de la familia, que delega en la enseñanza parte de sus funciones. La formación se estratifica en etapas, desde la educación infantil hasta la formación profesional o la universidad, y en planos de actuación abarcando desde el autoaprendizaje, el aula, el centro, la red o el sistema global. En el Estado español, con las competencias educativas transferidas a las Comunidades Autónomas, una nueva Ley Orgánica de Educación (LOE) ha despertado un doble debate, interno entre docentes y público donde se enfrentan algunas visiones opuestas (asignatura de religión, concertación de centros privados,…).

El proyecto de LOE presentado por el Ministerio de Educación y Ciencia para su tramitación en el Congreso ha sido calificado de muchas formas, según la perspectiva de los analistas. Puede definirse como un texto reducido, no excesivamente pormenorizado ni intervencionista, que busca soslayar los mayores escollos con los sectores más influyentes sin negar su inspiración “socialista”. Quizá la LOE sea una concreción del “talante Zapatero”, que -con paradojas y contradicciones- busca la máxima mayoría parlamentaria.

Repasemos algunas inconsistencias. En la exposición de motivos, declara que las evaluaciones internacionales recientes, como PISA (trianual) y TIMMS (cuatrianual), ponen de manifiesto que es posible combinar calidad educativa con equidad en su acceso, pero la LOE ni propone mecanismos urgentes de mejora (que obligarían a una mayor inversión), ni menciona las “devastadoras conclusiones del Informe Pisa” que denuncia el Consejo de Estado de Educación, máximo órgano consultivo que en su preceptivo dictamen proclama: “Parece como si el anteproyecto tratara sólo de modernizar el sistema educativo y no de corregir tendencias a la baja calidad que son de dominio público y preocupan a la sociedad…”.

Entre las incoherencias, sobresalen algunas. Propone el carácter “complementario” de las redes escolares pública y concertada, porque reconocer la “subsidiariedad” sería impresentable en nuestra realidad educativa continental, aunque luego en el articulado separe tajantemente entre centros públicos y centros sostenidos con “fondos públicos” (que incluiría a los privados concertados). Igualmente se pregona la autonomía de los centros docentes, pero no se facilitan instrumentos para ello en la escuela pública. Presume como gran novedad un área de “educación para la ciudadanía”, sin que se sepa quién impartirá tan difuso y discutible contenido.

En su última redacción ha incorporado el “esfuerzo individual de los alumnos”, como uno de los principios de la educación y como uno de sus fines “el mérito y el esfuerzo personal”. Este eslogan de la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Educación) era uno de los aspectos más rescatables de la ley del PP, y aunque el PSOE se negaba a destacar su presencia, al final la obviedad se ha impuesto. Afortunadamente en la disposición final primera se pregona que el primer deber básico de los alumnos es… estudiar (lo que lamentablemente parece pertinente por un inexplicable olvido muy extendido).

El porcentaje de contenidos básicos de las enseñanzas básicas, 55% en las Comunidades Autónomas con lengua cooficial y 65% para las restantes, ha sido otro punto de polémica política artificial en prensa. Los educadores sabemos que la realidad escolar del siglo XXI exige un núcleo planetario absolutamente común (no en el Estado, ni en Europa siquiera), que es lo que se mide en las evaluaciones internacionales (matemáticas, ciencias, primera lengua,…). Igualmente sólo alguien ajeno a la práctica docente puede negar la indispensable adecuación curricular que desde la escala no sólo autonómica, sino de centro, de profesorado, de aula y de cada miembro del alumnado ha de programarse.

Otra espinosa controversia se centra en la enseñanza de la religión. La disposición adicional segunda comienza desacertadamente: “La enseñanza de la religión se ajustará a lo establecido en el Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales suscrito entre el Estado español y la Santa Sede,…”. Pareciera que la enseñanza religiosa no fuese una frecuente demanda familiar, de un alto porcentaje de madres y padres que la consideran esencial. Su deseo legítimo, al igual que el de quienes prefieren que sus hijos e hijas no reciban enseñanza confesional alguna, debe ser garantizado, al igual que los derechos de los docentes de estas materias. La opción más aceptable sería una materia de oferta obligatoria en todos los centros en sus versiones confesional (de todas las iglesias con representación significativa) y no confesional, para la aceptación voluntaria por parte de las familias. Debiera ser evaluada didácticamente para su notificación familiar, aunque no computable a ningún efecto académico (becas, promoción,…). El apartado 3º, que otorga a la entidad religiosa la condición de empleador y establece el pago delegado, no parece satisfacer ni al profesorado implicado, ni a las jerarquías eclesiásticas, por lo que parece inviable semejante variación unilateral de empleador cuando ni el receptor ni los trasferidos lo asumen. También sería de justicia la equiparación académica y salarial de este colectivo que reúne a más de 17.000 docentes en el Estado.

Entre sus cualidades, la LOE se destaca porque simplifica la proliferación de leyes educativas y de sus correspondientes reglamentos emitidos desde 1990, derogando -además de otras leyes menores- la LOGSE (Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo de 1990), la LOPEG (Ley Orgánica de Participación, Evaluación y Gobierno de los Centros Docentes de 1995), y la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Educación de 2002). La litigada LODE (Ley Orgánica del Derecho a la Educación de 1985), corrigiendo algunos de sus excesos, queda drásticamente reducida a una cincuentena de artículos (de sus 63 artículos iniciales), e incluso también son abolidos o reformulados muchos apartados de los artículos vigentes por la disposición final primera del anteproyecto. Desafortunadamente, el anteproyecto delira cuando, en su apartado 5º de la citada disposición, introduce un disparatado y encubierto derecho a la huelga del alumnado menor de edad, que ni respeta las responsabilidades, derechos y deberes de los padres, ni mejora la participación discente en la organización escolar. Debería suprimirse este enunciado, sin perjuicio de recoger adecuadamente el derecho de reunión en el centro escolar, respetando los horarios de actividad y los derechos de cuantos constituyen la comunidad educativa, previa comunicación a la dirección o de acuerdo con ella.

Las preconizadas “evaluaciones de diagnóstico”, al finalizar el segundo ciclo de Primaria (10 años) y al concluir el segundo curso de la Secundaria obligatoria (14 años), pueden ser reconocidas como puntos positivos por su carácter formativo y orientador, sin la estricta connotación de reválida (que la LOCE promulgaba) y que al medir currículos (y no competencias) podría condicionar y uniformar excesivamente la necesaria autonomía docente para atender a la diversidad discente. De este modo, queda una medición objetiva de la Primaria, antes de su tercer ciclo, y otra graduación en la crítica edad intermedia de la ESO, cuando en 3º parece que muchos de nuestros estudiantes encuentran súbitamente todos los obstáculos en lo que parecía un generalizado progreso modélico. Más dudosa es la supresión de la PGB (Prueba General de Bachillerato), prevista en la LOCE y común en toda la Unión Europea (salvo en Grecia y Portugal).

El retardo de los itinerarios hasta 4º de la ESO es oportuno y paneuropeo, cuando aparecen tres materias de modalidad y algunas optativas, retrasando el prematuro adelanto de la LOCE. Igualmente resulta conveniente la suavización en el número de asignaturas no superadas para promocionar de curso, porque nuestro retardo medio no mejora ni la calidad ni la equidad, y porque son más efectivas las medidas de refuerzo dirigidas hacia la superación final. El clamor contra la “promoción automática” ni es exacta, ni se corresponde con la reglamentación de los países de referencia educativa.

El reagrupamiento en tres bachilleratos de Ciencias y Tecnología, Humanidades y Ciencias Sociales, y Artes es acertado. La fusión en el primero de ellos de los antiguos Bachilleratos de Ciencias de la Naturaleza y de la Salud junto al de Tecnología era necesaria, y debería servir para incrementar el flujo hacia esta modalidad. Únicamente entre las materias comunes del Bachillerato, previstas en el artículo 34, debería incorporarse el metalenguaje omnipresente de una “Matemática Aplicada”.

Las insuficiencias de la LOE son variadas. El avance que supone la declaración de carácter educativo de los dos ciclos de Educación Infantil (superando el anacrónico nombre de Preescolar que reitera el PP), queda desdibujado por no abordar este período en tres ciclos bianuales (como todo el resto de la educación hasta el diseñado en el Espacio Europeo de Educación Superior). La espuria razón para este lastre es la inercia anterior y la insuficiente financiación dedicada a esta etapa, que da lugar a discrepancias totales entre Administraciones Educativas donde se retarda Andalucía (única con tasas de escolarización menor del 90% de la población de 3 años), mientras el País Vasco supera el 90% incluso de la infancia de 2 años. La gratuidad promulgada por la LOE del segundo ciclo de Infantil (3-6 años) es una mejora sólo para las Comunidades más retrasadas, mientras que las demandas sociales en edades más precoces ya se desbordan en las Comunidades mejor financiadas. En esta etapa, la subsidiariedad de la concertada se manifiesta en el artículo 15, en donde se garantizan una oferta suficiente en los centros públicos (además sólo con un incremento progresivo desde la situación actual), mientras que apenas se esboza que “podrán establecerse conciertos con centros privados”.

Son meramente declarativas y sin previsiones las apuestas por la mejora de los idiomas (foráneos y oficiales), que la LOE sigue sin apoyar más decididamente, o el aprovechamiento de las tecnologías de la información y la comunicación, donde nuestro retraso pedagógico comparado es deprimente. Igualmente las bibliotecas escolares quedan simplemente citadas y no incentivadas.

La participación de las familias podría acrecentarse asegurando, en función de la edad del alumnado, porcentajes no inferiores a un tercio de padres adicionalmente a un sexto de alumnos, en el artículo 126 sobre la composición del Consejo Escolar, para mostrar quiénes son los destinatarios que justifican todo el servicio educativo.

Respecto a la equidad escolar, el creciente alumnado (propio y extranjero) con necesidad específica de apoyo educativo por origen o minusvalía (sensorial, síquica o motora), e incluso el de altas capacidades intelectuales, sigue en la ambigüedad o en la inseguridad al asegurarse que las dotaciones para centros públicos y concertados serán las mismas (artículo 72), mientras que simultánea y posteriormente en el artículo 112, de medios materiales y humanos, se distinga sutilmente entre sus apartados primero y siguientes. Inicialmente se menciona expresamente a los “centros públicos” como aquéllos que deben ser dotados por las Administraciones Educativas, mientras en los restantes párrafos sean los “centros” genéricos los que atiendan a alumnado de educación especial,… Este artículo debiera incorporar el detalle de referirse en todo momento a los “centros sostenidos con fondos públicos”.

Preocupante resulta el matiz establecido en el artículo 84, relativo a la admisión de alumnos, donde se cita que “las Administraciones educativas realizarán una programación adecuada de los puestos escolares gratuitos que garantice el derecho a la educación”, pero sin mencionar la libertad de elección que corresponde a las familias. En ese mismo artículo, falta la inclusión de un criterio que facilite la continuidad pedagógica en un mismo centro, tanto en el caso de titularidad pública como no pública. En el artículo 88, sobre garantías de gratuidad, sigue sin aparecer el coste de los servicios complementarios de transporte y comedor, que debieran recibir un tratamiento similar en todos los centros sostenidos con fondos públicos.

Tampoco se acomete en esta oportunidad un refuerzo de la formación inicial del profesorado de enseñanza infantil, primaria y secundaria. La convergencia de las condiciones laborales, profesionales y económicas del profesorado y del personal no docente, tanto de centros públicos como concertados, queda en el limbo de los deseos, con una confusa cita en el apartado 117.4 donde turbiamente se sugiere “posibilitar la equiparación gradual de la remuneración (del profesorado concertado) con la del profesorado estatal (sic)”. Como si no existiesen diferencias salariales, incluso entre funcionarios docentes (respecto al “profesorado estatal”, sólo el redactor sabrá a qué se refiere en niveles no universitarios). Por último, en el capítulo del profesorado, la disposición transitoria segunda podría extenderse más allá del 4-10-2010 el régimen de jubilación voluntaria de los mayores de 60 años, a fin de rejuvenecer las plantillas docentes.

Lo peor es el mantenimiento de un sistema educativo basado en la oferta, y no en la demanda familiar (artículo 109. 2). La misma consideración de la educación como “servicio público”, quedaría mejor expresada como “servicio esencial” o de “interés general”, con independencia de la titularidad pública o concertada del centro elegido por los progenitores (situación a la que más se acerca en el Estado la Comunidad Autónoma Vasca, por tradición y financiación). El progreso hacia un sistema cooperativo, prestado por centros públicos y otros de iniciativa social, se entorpece cuando se desiguala por titularidad, como en el artículo 122.3 donde se concede que sólo los centros públicos podrán obtener recursos complementarios. Esto es apropiado y novedoso, pero debiera abrirse en las mismas condiciones a todos los centros “sostenidos con fondos públicos”.

Resulta aberrante el apartado 3 del artículo 109: “En la programación de la oferta de plazas, las Administraciones educativas armonizarán (sic) las exigencias derivadas de la consideración de la educación como servicio público, con los derechos individuales de alumnos, padres y tutores. Asimismo, conciliarán (sic) la libertad de elección de centro con el principio de equidad, atendiendo a las limitaciones materiales derivadas de la capacidad de los centros y de las consignaciones presupuestarias existentes y al principio de economía y eficiencia en el uso de los recursos públicos (sic)”. Discrepamos profundamente de que la economía impida derechos fundamentales, o que éstos queden restringidos por inciertas razones de supuesta eficiencia. Nefastamente, en la redacción actual el Estado parece erigirse como único titular originario del derecho a la educación, quedando las familias y los centros educativos reducidos a concesionarios de tal derecho. A todos nos conviene que los padres defendamos nuestro derecho a escoger el tipo de educación que preferimos, incluida la formación moral y religiosa que responda a nuestras convicciones.

Nadie discute la necesidad de una reforma educativa, cuando los datos negativos se acumulan en informes internacionales o en comparativas de fracaso escolar. El optimismo para que podamos competir con los mejores debe partir del máximo realismo sobre nuestra posición de partida, así como de un amplio y comprometido enfoque comunitario. Una Pedagogía del Éxito entraña que las familias y los educadores mantengan expectativas positivas sobre las capacidades de sus hijos y alumnos, para afrontan motivada y conjuntamente tan decisiva tarea, solventando los problemas crónicos con ilusión y apoyo social.

Concluyendo: Conviven en el Estado sistemas educativos muy diferenciados que la LOE debiera impulsar y desarrollar mirando hacia lo mejor de Europa, nunca uniformar por abajo. En general, nuestras posiciones educativas son mediocres o insuficientes respecto a la Unión Europea, y entre los países de la OCDE. No es algo de extrañar, dado que socio-culturalmente, económicamente y en esfuerzo educativo (interés familiar y porcentaje del PIB) no destacamos especialmente hasta la fecha.

Sólo cuando la ciudadanía presiona electoralmente, los poderes públicos y los dirigentes políticos otorgan la merecida atención, prioridad y recursos a la educación, a la universidad y a la investigación. Es el tiempo de los hechos. Rige un lema magistral: 'Si alguien cree que la educación es cara, que pruebe con la ignorancia'. Nuestro futuro individual y colectivo, a corto, medio y largo plazo, depende básicamente de nuestra apuesta educativa. Ojalá el debate sobre la LOE nos permitiese advertir la trascendencia de lo que está en juego.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/loe.htm

Política vasca: Otoño de 2004

Se avecinan tiempos mejores en el panorama político de Euskadi, sin violencia y con elecciones.

La situación política en Euskadi evoluciona lenta, pero imparablemente. Analicemos algunos de sus puntos de inflexión sociopolítica, entendiendo que una visión cercana, aunque inevitablemente subjetiva, puede resultar valiosa para contribuir a un debate general que promueva la pacificación y el entendimiento colectivo en una sociedad plural.

El calendario previsto es de alta intensidad política. En menos de 8 meses se producirán 2 consultas electorales: el 20 de febrero el referéndum sobre la Constitución Europea y, antes del final de mayo de 2005, las elecciones autonómicas en la Comunidad Autónoma Vasca. Sería sumamente improbable, y nada deseable, que el Lehendakari Ibarretxe uniese, como es su potestad, la convocatoria autonómica con el referéndum europeo en una sola fecha electoral. Las únicas ventajas de tal opción serían reducir el coste económico y el cansancio de la ciudadanía a la que se convocará dos veces en un trimestre. Los inconvenientes serían innumerables: la confusión de dos campañas electorales y mediáticas con temáticas y agentes muy diferenciados, la duplicidad de gestión de ambas urnas o el solapamiento de una convocatoria de previsible bajo interés popular (Constitución Europea) con la principal cita electoral vasca (Autonómicas en la CAPV).

Anteriormente a estas convocatorias electorales, se votará en el Parlamento Vasco el Proyecto de Nuevo Estatuto Político para Euskadi, o “Plan Ibarretxe”, antes de concluir el presente año 2004. En el último Debate de Política General del pasado 24 de septiembre quedaron fijadas las posiciones de todos los grupos políticos: PP (incluyendo la segregada UA) y PSOE votarán en contra junto a Sozialista Abertzaleak (Batasuna), mientras que los partidos del Gobierno Vasco (EAJ-PNV, EA y IU) votarán a favor. Si se consuma el voto de Batasuna, como desafió su portavoz Otegi, en contra del Nuevo Estatuto y, por tanto, en defensa del Estatuto de Gernika, incumplido tras 25 años, la propuesta parlamentaria será rechazada en esta Legislatura.
El Lehendakari Ibarretxe ha asegurado que, en cualquier caso, la sociedad vasca, después de 25 años, será consultada sobre su propio futuro, lo que, según sus palabras, "es la esencia de la democracia. En su opinión "se abre una oportunidad histórica y en los próximos tiempos, la Cámara Vasca debatirá y votará acerca de la Propuesta del ‘Nuevo Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi’. Celebraremos las elecciones al Parlamento Vasco y realizaremos una consulta democrática en la que todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas vascas, sin exclusiones y en un escenario sin violencia, decidiremos acerca de nuestro modelo de convivencia entre vascos y de nuestro modelo de relación política entre Euskadi y España".

Brevemente repasaremos para concluir la posición partidista de cada formación política vasca, en orden de menor a mayor según su actual presencia en Eusko LegeBiltzarra (Parlamento Vasco), incluyendo un avance sobre su previsible evolución en escaños.

IU, Esker Batua-Berdeak (EB-B), dispone actualmente de 3 parlamentarios y su dirigente Javier Madrazo forma parte del Gobierno Vasco como Consejero de Vivienda y Asuntos Sociales. Recientemente ha sido reelegido como coordinador general, con el 63% de los votos de los nuevos miembros de su Consejo Político. Madrazo, al frente de la formación de izquierdas desde 1995, hubo de luchar contra los críticos articulados en torno al Partido Comunista y con una lista alternativa de jóvenes que se abstuvieron con el 16% de representación. IU-EB, con una dirección respaldada, presta un fiel apoyo al ‘Plan Ibarretxe’ con el matiz del federalismo de libre adhesión. Su polémico paso por la gestión gubernamental parece reportarle buenos presagios como se ha demostrado en convocatorias municipales, forales o generales. Cabe esperar que en 2005 disponga de número de escaños en Gasteiz entre 3-4, con indudable mejora de su presencia social.

Sozialista Abertzaleak (SA, Batasuna) se enfrentará a su desaparición del último foro político si la Ley de Partidos Políticos no es revocada o no se pliegan a las condiciones impuestas, posibilidades ambas posibles pero improbables… aparentemente. El hartazgo del Pueblo Vasco, al que dicen representar y defender, respecto de la violencia política ejercida por ETA, es aún más desbordante si cabe tras la tragedia del 11-M. ETA era un cadáver como agente sociopolítico desde hace lustros, pero ahora esta realidad ha calado incluso entre la opinión de los últimos votantes de SA. La misma estrategia política de los perpetuos portavoces de SA resuena cada día más contradictoria, negando los avances democráticos del nacionalismo vasco pacifista y debiendo usar sus últimos escaños en apoyo del “unionismo del PP” (en su jerga al uso). Sus 7 parlamentarios podrían desaparecer e, incluso, caso de presentarse finalmente o contar los “votos nulos” su desplome electoral es cantado. Sólo una tregua definitiva de ETA y una readaptación urgente podrían salvarles del cataclismo electoral. Tras haber perdido 7 parlamentarios el 13-M de 2001, en 2005 podrían desaparecer los restantes 7 entre cantos eufóricos de continuar de éxito en éxito con su eterno maximalismo.

Eusko Alkartasuna, que se presentó en coalición con EAJ-PNV, dispone de 7 escaños. Su pérdida electoral desde los 9 parlamentarios de la VI Legislatura se fraguó con su negociación bipartita en 2001, cuando desde su desconfianza electoral prefirieron puestos más altos en las candidaturas conjuntas, antes que ganar con el éxito de la coalición. En los últimos meses, tras comprobar fehacientemente su descendiente electorado por separado en las europeas y generales, la realidad electoral ha obligado a la recalcitrante dirección actual a olvidar las desafortunadas tesis de presentarse en solitario. Su representación futura en el Parlamento dependerá de cómo se negocie el ineluctable acuerdo de coalición, que EAJ-PNV siempre ha defendido aún a costa de escaños cedidos a su “hermano menor”, cuyo futuro fuera de una coalición estable y permanente con EAJ-PNV se adivina menguante, tras un recorrido histórico siempre decreciente. Ello a pesar de la generosa representación institucional que su socio siempre le ha otorgado. Con los recientes datos de las Elecciones Generales de porcentajes parejos de IU y EA, no se explica la gestión de 3 Departamentos de Eusko Jaurlaritza, incluido el paradigmático de Educación, Universidades e Investigación donde se requiere un protagonismo social y un peso político que (una facción crítica de) EA no puede brindar.

El PSE-PSOE dispone actualmente de 13 escaños en el Parlamento Vasco. En un reincidido error histórico, como con Jauregi, Patxi López se ha lanzado prematuramente a la piscina de una larga precampaña electoral sin papeles y con un electorado que fluctúa en Euskadi entre el PP y el PSOE. La crisis de la Naval de Sestao, feudo socialista por antonomasia y el indeleble recuerdo en Bizkaia del cierre de Euskalduna en 1984 con Solchaga, patentiza lo inverosímil de un mensaje que no se lo cree ni su propia militancia. El PSOE vasco debe recorrer una larga travesía para despegarse de su dependencia del PP en Euskadi, donde uno sin el otro (y en el Parlamento sin Batasuna) no lograrían gestionar nada, ni siquiera las últimas plazas municipales que les restan en las zonas industriales históricas (margen izquierda del Nerbioi,…). El recurso a la foto en Madrid con el ministro de turno para traer ayudas resulta patético cuando los presupuestos generales del Estado siguen condenando al olvido a toda la Comunidad Autónoma Vasca. La falta de credibilidad del PSE sigue amarrada por su absoluta dependencia de Madrid, y acrecentada por el desprecio hacia el Parlamento Vasco, donde el PSE no quiere debatir su propuesta o cuando Rodríguez Zapatero resuelve que sólo las modificaciones decididas en Cataluña o Andalucía serán aceptadas. Sin embargo, el vaivén de vasos comunicantes del PP-PSOE producirá que la infalible baja del PP elevará la representación de PSOE, hasta un total entre 15 y 18 escaños (si Batasuna no se presenta).

El PP vasco está en horas bajas, especialmente en Euskadi. Prefirió, hasta ellos lo vieron oportuno, retirar a sus dos “cabezas” Mayor Oreja e Iturgaiz al ostracismo de la lejana política europea, de donde no se escuchan sus conjeturas políticas. Su paso por el Parlamento Vasco fue deplorable, con sonoras ausencias del dir(l)igente Oreja o del músico Iturgaiz que tocaba con el codo (según él) el botón de Oreja. Sus únicas victorias pírricas de bloqueo se producen cuando los escaños ilegalizados de Batasuna se suman a los ilegalizadores del PP-PSOE. Su novata candidata María San Gil, desconocida fuera de Donosti, se ha presentado antes de tiempo, sólo para conjurar las luchas intestinas que se adivinan cuando vienen épocas flacas. Si cuentan con el “apoyo” de Aznar y Fraga en la campaña futura, como antaño, conocerán un sonoro fiasco que se presagia en cualquier caso, descendiendo desde los 19 escaños (incluido el prestado por Unidad Alavesa) hasta un abanico de 15-17, y eso contando –como en el caso de los demás- con la presumible representación perdida de Batasuna y el efecto “españolista” del reparto del Parlamento Vasco de 25-25-25, con iguales escaños en Araba que en Gipuzkoa o Bizkaia, lo que auxilia extraordinariamente al PP y al PSOE.

Finalmente, EAJ-PNV sigue siendo el partido referencial en la CAPV, actualmente con 26 parlamentarios. Con una dirección política renovada en enero de 2005, con el EBB presidido por Josu Jon Imaz, y la bicefalia habitual con Juan José Ibarretxe, aborda un período de grandes oportunidades . Su línea política siempre centrada e inspirada en los cauces de la buena gestión de lo propio (como demuestra la revalidación continua por el electorado en la inmensa mayoría de municipios vascos, en dos de las Diputaciones Forales con mayorías absolutas y en el Gobierno Vasco) sigue aprovechando las posibilidades reales de avance hacia del autogobierno, con fórmulas consensuadas por el conjunto de la ciudadanía. El pasado Alberdi Eguna (Día del Partido, EAJ-PNV) del 26 de septiembre denotó, junto al habitual fenómeno único de concentrar anualmente en una campa lejana a 100.000 personas en un espectáculo que resulta inexplicable fuera de Euskadi, un nuevo equilibrio en el tándem de los JJI (Josu Jon Imaz & Juan José Ibarretxe). El discurso del Lehendakari se abrevió, moduló y armonizó para dar paso al cuidado mensaje de Imaz, con un expreso reconocimiento a Arzalluz y un análisis político bien definido y catalizador del impulso requerido para la etapa histórica que corresponde liderar.

El acento plebiscitario de las Elecciones de 2005, máxime si no se aprueba el Nuevo Estatuto en esta oportunidad, rentaría buenos dividendos electorales a EAJ-PNV, y más exactamente a su predecible coalición con EA. El cómputo global podría subir desde los 33 actuales (26+7), hasta los 34 ó 37, al borde la mayoría absoluta. En cualquier caso, EAJ-PNV apuesta por mantener tras la elecciones autonómicas un Gobierno Vasco multipartito, inclusive con el concurso de Aralar que podría disponer de 1 ó 2 escaños tras aparecer por primera vez en el Parlamento Vasco.

Para finalizar, todo indica que la tensión provocada por el terrorismo de ETA puede aliviarse, tanto por las detenciones últimas como por plausibles medidas que podrían adoptarse en los meses inmediatos. Sería una estrategia positiva el acercamiento de presos manteniendo la dispersión (en ocasiones el alejamiento supuso concentración), como propuso el Parlamento Vasco. Hace más de 10 años, el 31 de agosto de 1994, el IRA, anunció un “cese completo de las actividades militares”. ETA, ¿a qué espera para desaparecer como organización militar? El ocaso de ETA se vislumbra próximo. Cuando se produzca, dejaremos de sufrir, especialmente las numerosas víctimas de todos los lados, y se normalizará nuestra situación política, con múltiples efectos benéficos. Entonces, la política vasca será un “deporte minoritario” sólo para especialistas en la administración o en la prensa. Ojalá pronto lo veamos y lo vivamos.

Educación para la Paz

· Una Educación en Valores Éticos.

Las continuas reformas escolares que han supuesto significativas mejoras, también han originado inesperados efectos indeseables. El prolongado análisis de los modelos sugeridos por los agentes educativos y las variaciones curriculares, metodológicas y organizativas, han eclipsado un debate previo sobre qué valores éticos y humanísticos ha de transmitir un moderno sistema educativo formal. En este punto no resulta ocioso reseñar que, aun­que sea obvio, los valores y principios son de elección y aceptación personal. Por tanto, se trata de un tema eminentemente subjetivo, aunque entendemos que no por ello resulta vana la reflexión en común para la adopción de una ética de mínimos que se aprenda y enseñe también en el ámbito de la comunidad educativa.

Ningún educador proclamaría jamás que el alumnado debe redescubrir las bases de la matemática o de la ciencia para no condicionar su propia visión o limitar su creatividad, sino que sólo un sólido conocimiento del saber histórico sobre la materia permite crecer. Si esto es tan palmario, ¿por qué esa corriente de no cultivar los aspectos éticos de la personalidad huma­na, y dejar su desarrollo a la simple y supuesta “espontaneidad”, que no existe en una realidad de influencias sociales? Bajo la supuesta “libertad de elección de valores”, que sólo se enmascara la renuncia de algunos a la formación ética, la ausencia de formación ética conduciría, en la mayoría de los casos, a la adopción de los valores más generalizados, los de la frivolidad del consumismo presente en los poderosos medios de comunicación, que los exponen como la única motivación consistente de la felicidad universal.

Reconoceremos a la Alfabetización Ética a través del sistema educativo como uno de sus primeros fines, para la integración de los alumnos en el sistema sociocultural al que per­tenecen y que está regido por unos códigos morales preexistentes. Para ello es fundamento básico la transmisión de los principios éticos imperantes, para que en un proceso de construcción autónoma de valores, sean libremente asumidos por los escolares, a fin de asegurar su subsiguiente continuidad y/o transfor­mación dentro de la responsabilidad inalienable que les incumbe como generación futura. Subrayemos que el quehacer más importante de la edu­cación es descubrir la adecuada rela­ción que cada siguiente generación establecerá entre la libertad de elección personal y los valores socialmente consensuados por sus antecesores, en un proceso histórico continuo de perpetuación y renovación.

Entendamos que los principios éticos deben figurar en los proyectos educativos y ser enseñados en las programaciones, siguiendo una activa metodología calidoscópica de continuas iniciativas para la transmisión y construcción de valores que constituye el intitulado “currículum oculto”, para su adquisición y apropiación por el alumnado, a través de la reflexión y maduración propia mediante una serie de hábitos y actuaciones de despliegue solidario con su entorno más próximo. Los modelos derivados de las figuras de alumnado- tutor, de voluntariado, y de un maximizado protagonismo en la participación escolar pueden servir de cauce para este proceso.

Toda actuación humana se fundamenta en el código de valores de quien la ejecuta. En la esencia moral de toda persona se gestan su comportamiento, su felicidad y su destino. Si se acepta la proposición anterior, ¿cómo podría nadie propugnar su exclusión de entre las materias obligatorias de la educación? Educar, en definitiva, es entusiasmar con valores. Entendemos como una educación de calidad ética es aquella que aspira a instalar en lo más íntimo del discente un código de valores “inherente a su persona”, y no sólo a dotarle de recursos cognitivos, afectivos y actitudinales, para poder asegurar que su autonomía vital y profesional será plena. Sin ese código de claves éticas, todo lo demás sería insuficiente y accesorio. Quizá sea más efectivo en educación disentir de la ingenuidad de Rousseau (“Los hombres nacen necesariamente buenos”) y seguir a Locke y Hobbes: “Nacemos como un potencial enemigo para con el prójimo”. Sólo la socialización y la educación, nos elevan al paraíso de la convivencia. Nunca renunciaremos a educar en valores.

· Una Educación vasca para la Paz y para la Convivencia.

La educación vasca debe promover a ultranza la tolerancia y respeto mutuo, reconociendo la significación de la declaración universal de los derechos humanos y de las liberta­des fundamentales individuales y colectivas, para fa­vorecer la convivencia plural en democracia. Urge la aceptación del pluralismo ideológico de todos los integrantes de la comunidad educativa, dentro de un clima escolar de respeto que no suponga ni discriminación ni proselitismo. Se otorga especial importancia a la Educación para la Paz y al valor del diálogo como vía de entendimiento y consecución de un clima de tolerancia y respeto, aprendiendo a defender las opiniones propias y a respetar las opiniones ajenas, comprometiéndose a la dialéctica de mayoría-minoría en la consecución de acuerdos. La emergencia de contravalores ideológicos como la violencia, nos obliga a rescatar formulaciones en negativo, que suponíamos periclitadas, como las propuestas de no-violencia. Educar en la paz y en el respeto a la diferencia y a la vida exige el impulso de todas las instituciones, y singularmente de las instancias educativas. Un impulso que, debe estar acompañado de actitudes hondamente democráticas, comprometidas y pedagógicas con tolerancia y diálogo, evitando la permanente crispación, el desencuentro y la descalificación.

La educación para la Paz alcanza un valor máximo en el caso de Euskadi por el esfuerzo colectivo realizado en las últimas décadas en la prosecución de la conciliación, y de la normalización política. La sociedad y la escuela vasca están especialmente sensibilizadas y han consumado un interminable proceso de búsqueda de negociación para poner fin a las manifestaciones de violencia. El reconocimiento a las víctimas por todas las formas de terrorismo, desgraciadamente aún no extinguidas, y el respeto a todos los derechos humanos deben ser las bases de construcción de un sistema educativo que instale en todo el estudiantado un rechazo cabal y somático a cualquier recurso violento, apelando siempre a los caminos éticos de participación social y política que la civilización contemporánea nos proporciona. El repudio a las actitudes militaristas o totalitarias, de imposición de la voluntad será una constante educativa, asentada sobre la práctica cotidiana en el escenario escolar con vías de diálogo y de resolución por sistemas democráticos.

El aprendizaje educativo de los Derechos Humanos, como muestra del nivel alcanzado por la Humanidad en su desarrollo personal y colectivo, será un elemento curricular presente en la Enseñanza Primaria y Secundaria Obligatoria. En los contenidos y desarrollos curriculares, adscritos a los valores o a materias como la Filosofía y las Ciencias Sociales, se señalarán los valores humanísticos y los diferentes planos de la lógica democrática, la social, la moral y la política. Ya la Ley de la Escuela Pública Vasca incluían entre los fines del Sistema Educativo Vasco: “Impulsar el desarrollo en libertad de la personalidad y la formación integral de los alumnos, asentados en los valores que hacen posible la convivencia democrática, fomentando, entre otros, la capacidad crítica, la igualdad, la justicia, la participación, el respeto, el pluralismo y la libertad de conciencia, la solidaridad, la inquietud social, la tolerancia y el respeto mutuo, así como la defensa de los derechos humanos”.

· Una Educación que erradique y repudie cualquier forma de violencia escolar.

El escenario escolar, junto al entorno familiar y de barrio, son los primeros espacios testigos e inductores de conductas intemperantes u ofensivas, que deben ser corregidas y repudiadas con prontitud y ejemplaridad. La tolerancia con la diversidad y con la libertad de las opciones personales sólo tiene un límite intraspasable: el mismo derecho para los demás. La libertad de expresión, debe ser modulada y corregida en su caso, por criterios de respeto a los derechos humanos de toda la comunidad educativa. Toda forma de agresividad o coacción, de modo verbal, físico o psicológico, debe quedar desterrada desde sus primeras manifestaciones, inculcando un exquisito trato entre los componentes de todos los estamentos escolares.

Creemos que la juventud vasca, justamente por la historia reciente y remota de Euskadi, es un referente social de implicación y participación en procesos de búsqueda de la paz. Sin embargo, según el informe CINDES sobre la violencia juvenil en la Comunidad Autónoma del País Vasco, elaborado a instancias del Parlamento Vasco, todavía resta un 8,1% de la juventud vasca que puede ser considerado violento, de los que un 2% (18.000 jóvenes) defienden estas actitudes por “razones” políticas. La educación quizá ha primado el estímulo de la crítica, no siempre constructiva, y pueden advertirse carencias de valores compensatorios, basados en la tolerancia. La comprensión de los demás y la necesaria fraternidad entre las personas, son valores esenciales que el sistema educativo debe implantar en la personalidad ética de los educandos.

Así pues, queda mucha tarea educativa por realizar a fin de asegurar definitivamente una formación ética para la PAZ de la totalidad del alumnado, antes de concluir la etapa obligatoria. Recordemos las palabras de Gandhi, “Si queremos enseñar la verdadera paz en este mundo, y si queremos librar una verdadera guerra contra la guerra, tendremos que empezar por los niños” y la cita del Gilles Lipovetsky: “El Siglo XXI será ético, o no será”. Eduquemos para la PAZ en la tolerancia y en la solidaridad.

Educación o extinción

Una sociedad o invierte suficientemente en educación o camina hacia su decadencia. Aznar pretende situar a España como potencia mundial, pero escoge el camino erróneo: más armas y menos profesores. Se embarca en una guerra colonial remota, con gastos militares y “donaciones de reconstrucción de lo destruido” que no se permiten ni Alemania, mientras sigue a la cola de Europa en educación. ¿Alguien cree que un país asegura su futuro porque su presidente se fume un puro con los pies sobre la mesa en Cap David o se “crezca” en Las Azores? La España triunfal del PP repatría cadáveres de una “guerra humanitaria”, mientras sigue marcando cotas de ineficacia laboral y formativa. Señalemos solamente tres datos significativos:

1º España sigue siendo el país de la Unión Europea con la tasa de paro más elevada, 11,2%, cuando en la media de los Quince de la UE es del 8,0% y ningún otro país supera el 10%, con cifras de 3,9% Luxemburgo, 4% Holanda, 4,5% Austria ó 4,6 % Irlanda.

2º El recientes fracaso acallado del ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), ganado por Francia debido a su vitalidad científica muy superior a la española. Fueron patéticos los esfuerzos económicos de última hora, doblando la inversión de 450 a 900 millones de euros para una aventura tecnológica de 10.000 millones de euros y que creará miles de empleos permanentes de alta cualificación pata toda una generación de científicos. La capacidad investigadora y la potencialidad industrial no se improvisan con apresuradas maniobras diplomáticas de última hora, ni se alivian con premios de consolación como la Copa del América.

3º El porcentaje del 4,9% del PIB español destinado a educación es notoriamente insuficiente y decreciente. Más aún si se consideran los desequilibrios por autonomías. Sin desglosar por regiones debido a la ausencia de detalles que el Ministerio de Educación (MECD) no se atreve a publicar, el Estado no sólo dedica muy poco, a pesar de partir del gravísimo déficit educativo crónico, sino que además gasta menos desde que gobierna el PP: En 1995 era del 5.6% (4,6% público y 1% familiar) pasando en 2000 a 4,9% (4,3% público y 0,6% familiar). Insuficiente y completamente exiguo para las regiones más pobres, con peores infraestructuras escolares. Frente a esta raquítica inversión educativa, Corea del Sur dedica el 7,1% (4,3% y 2,8% familiar), y los países referenciales cifras como EE.UU. 7% (4,8% y 2,2%), Dinamarca 6,7% (6,4% público y 0,3%),… Incluso países en desarrollo como México, o de la nueva Europa como Polonia, Hungría,… superan la media española. En síntesis: la administración Aznar ha dedicado un esfuerzo educativo irrisorio y menguante, con un misérrimo capítulo de financiación pública.

El resultado obvio es el primer puesto… por la cola con Portugal e incluso el tercero peor si se incluyen los países candidatos a ingresar en la UE. El fracaso escolar de la Enseñanza Secundaria Obligatoria arroja cifras escandalosas: promedio del Estado español 28,6 %, OCDE 21%, UE 19,4%, países nórdicos con valores entre 9% y 5% en Finlandia, Dinamarca, Noruega,… Un análisis comparado denota el dramático “fracaso español“: abandono precoz de los estudios entre los jóvenes de 18 a 24 años, bajo nivel de la población adulta española con educación secundaria o superior (peor puesto con Portugal con un 42,4%, muy por debajo de la media europea del 65,7%) o educación permanente (sólo el 4,9% de los adultos españoles (25-64 años) frente a una media comunitaria de 8,4%). Justamente las únicas autonomías con valores educativos superiores a la media europea son la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral Navarra, en todos los parámetros educativos cualitativos y cuantitativos. Sólo un dato, la población graduada en COU-Bachillerato LOGSE es del 46,2% en la media española, pero oscilando entre el 65% en la CAV y el 35% en Canarias.

Los medios de comunicación debieran centrarse más en los temas educativos, por su trascendencia decisiva y por el interés profundo que despierta en la sociedad, en la ciudadanía y en las familias. No nos distraigan con éxitos ficticios de guerras lejanas, ni con estériles enfrentamientos con autonomías como Euskadi que apostaron por la calidad educativa como la mejor profecía de futuro. Basta de leyes limitadoras de las competencias educativas y sin partidas económicas, cuyo pésimo ejemplo es la Ley Orgánica de Calidad Educativa que uniformiza por abajo (como las minúsculas pensiones). Menos triunfalismo y más esfuerzo inversor en recursos humanos y materiales para la educación, las universidades y la investigación.

Plan, sí; plantes, no

El Lehendakari Ibarretxe presentó en el debate sobre política general de Euskadi, el viernes 27 de septiembre de 2002, su “Nuevo Pacto Político para la Convivencia”, conocido popularmente como el “Plan Ibarretxe”. Fue un discurso de 44 páginas, que tardó dos horas y 10 minutos en exponer, y al que pudimos asistir en directo a través de ETB. Su contenido fue una sorpresa, que algunos vivimos emocionadamente como la anhelada reacción del líder elegido por la sociedad vasca ante el impasse de una Euskadi trabada por la violencia y por la extrema confrontación política. Se recuperaba la iniciativa política ante el anonadamiento impotente que se respiraba en la sempiterna espiral del cruento mantenimiento de la sinrazón de ETA y de la política de “enfrentamiento sin cuartel” desde Madrid, con la Ley de Partidos y la suspensión judicial de Batasuna, e incluso con la demonización del nacionalismo gobernante, y que continúa con los graves ataques a la lengua y cultura vascas, como el cierre de “Euskaldunon Egunkaria”.

La centralidad del planteamiento del Lehendakari en el espectro de partidos quedó verificada por el doble plante que recibió desde los dos extremos políticos: la censura desdeñosa e injustificada del PP y de sectores del PSOE, calificándolo de “proyecto soberanista” o “plan trampa” (Oreja dixit), sólo fue comparable con la rotundidad absoluta de Batasuna, que lo denominó “plan regionalista”. Así mismo, el frontal rechazo de ETA el 5 de diciembre pasado, declarando que “ese fraude autonomista trae la guerra" y "la sumisión a España", llevó nuevamente al Lehendakari a convocar una manifestación bajo el lema 'ETA kanpora!' que, el 22 de diciembre, reunía a más de 200.000 personas en Bilbao. La contundencia del mensaje y la pactada ausencia de referencias al diálogo consiguieron el masivo apoyo de todas las formaciones políticas del arco parlamentario vasco, excepto nuevamente Batasuna y el PP.

Cabe reseñar el impecable recorrido de Juan José Ibarretxe por la vereda de la paz, que es tan indiscutible como los hitos que lo jalonan. Los más recientes son “Un camino para la Paz” (conferencia del 1-6-2000), “Una Iniciativa para la Paz y la Convivencia” (comparecencia ante el plenario parlamentario del 19-10-2000), “Un compromiso ético en defensa del derecho a la vida y de las libertades de todas las personas” (Gernika, el 20-12-2000), “Por un Compromiso Social en favor de la No-violencia y el Diálogo. Un camino de solución” (8-2-2001), “Pacificación, Normalización política y diálogo” (tras la conmoción del 11-S de New York, el 28-11-2001), “Manifiesto Institucional en defensa del derecho a la vida, la libertad y la seguridad de todas las personas” (19-10-2001),… Su obsesiva apuesta por el “diálogo hasta el amanecer” resulta entrañable, y merecedora de mejores resultados, pero ya se sabe que para pactar hacen falta, como mínimo, dos voluntades.

Está anunciada la presentación, en el plazo de un año, de un texto articulado del Plan que se tratará de negociar con el Estado y que, con o sin acuerdo, será sometido a referéndum, aunque éste sólo se llevará a cabo "en ausencia de violencia". Desde entonces el emplazamiento a partidos, sindicatos, asociaciones,… ha producido decenas de encuentros bilaterales o multilaterales para presentar, perfeccionar y, en su caso, alcanzar este "nuevo pacto político".
Quienes nos dedicamos a la educación, enseñamos que los problemas deben ser abordados con serenidad, con rigor, con amplitud de miras, con creatividad, con inteligencia y con resolución. Creemos en la palabra, en las ideas plurales, en el intercambio de opiniones sin vetos, en la negociación democrática, en un diálogo multipartito sin exclusiones que fructifique en planes convenidos y acordados. Basta de plantones y de posiciones cerradas que esquivan el entendimiento y la reconciliación. El “conflicto vasco”, como algunos lo bautizaron, tiene solución. Nos aplicaremos, entre todos, a encontrar un camino y, después, lo seguiremos. Y si ese sendero no existe, lo abriremos, pero es seguro que nuestro destino hallará su curso. Si sabemos adónde vamos, es seguro que alguna travesía nos llevará. Además, y como dice el proverbio: “En los largos caminos, se conocen los amigos”.

El espíritu de Euskadi no puede vagar por los rumbos trillados que trazan el terror y la represión. Entre varias rutas, la vía más segura es la del medio, la de la paz, la de la libertad, la de la lealtad para con nosotros mismos. ¿El Plan Ibarretxe puede ser el camino? Todos debemos analizar en detalle qué propone este Nuevo Pacto para la Convivencia, para modificarlo y mejorarlo, si es posible, con nuestras modestas aportaciones, individual o colectivamente. Por ello, la Asociación de Profesorado Vasco, “IRAKASTEN ELKARTEA”, ha cursado una invitación formal al Lehendakari, que ha accedido amablemente, para que nos presente su “Nueva Propuesta Política para la Convivencia”, en un acto público, que se celebrará en el Salón de Actos del Instituto Central de Bilbao, IES Miguel de Unamuno, el próximo 19 de marzo, a las 18:30. Este coloquio estará destinado específicamente a los docentes de todos los niveles de enseñanza, desde Educación Infantil hasta la Universidad. Posteriormente, nuestra website http://www.irakasten.org/ recogerá el desarrollo de la conferencia en un documento gráfico y documental, con todas las aportaciones, preguntas y respuestas.

Nos interesa a los educadores la inclusión explícita del Punto Sexto, en el contenido de la Propuesta, reivindicando una competencia exclusiva en el ámbito de la cultura, la lengua y la educación, en toda la dimensión de representación con voz propia en Europa y en el mundo, aspecto también señalado en el Punto Décimo. Así mismo, son preocupaciones de IRAKASTEN la actuación conjunta de todo el profesorado vasco, desde Iparralde hasta la CAPV pasando por Nafarroa, en un Espacio Educativo Europeo que reconozca la singularidad de nuestro sistema educativo propio, surgido y constructor de la identidad vasca común. Deseamos conocer el criterio del Lehendakari Ibarretxe sobre estas y otras cuestiones educativas, por lo que el acto estará organizado de modo que tras su exposición inicial, se reservará un tiempo de coloquio e interpelaciones. Trataremos de estudiar la Propuesta, observando sus puntos fuertes y sus debilidades, sin prejuicios y contrastando libremente las perspectivas de un colectivo tan extenso y pluralista como el profesorado.

Todo ello, por el bien de nuestra educación, creyendo en la educación como la óptima “solución vasca”, reflexionando y debatiendo, eso sí, siempre educadamente.

La enseñanza que el Estado nunca debió ceder

Escribe F. Rodríguez Adrados en “El País” del 2002-11-1 sobre “Odio”, comenzando con los sentimientos despertados por el ecuánime y científico documental de Tele-5 sobre la cara oculta de Euskadi. Este miembro de la Real Academia de la Lengua (¡Española, por supuesto!) resalta lo terrible que era ver el odio, no explica bien si en la “kale bArroka”, en las “herriko tabernas” o en toda “EuZkadi” (sic).

Continúa negando ningún conflicto lingüístico, dado que el “vasco es una lengua rural y muy minoritaria, cuyas primeras frases aparecen en las cartas de Zumarraga, (sic)… Y pensar que hasta ahora, cualquier escolar creía que quinientos años antes en San Millán de la Cogolla aparecen ya en el siglo X, junto a los primeros textos en castellano. Todo ello denota un gran conocimiento del euskera, y más aún cuando este experto encuentra siete palabras que son préstamos del castellano al euskera. Y eso que se declara una autoridad en “vasco” sobre la que por lo visto ya escribió algo.

Pregona su diagnóstico como lingüista que por “presiones realmente intolerables que lo impulsan” (la decisión de las familias debe serlo)… “los niños aprenden un poco de vasco, qué remedio” (sic); y que “el vasco es un pretexto”... porque “los enfrentamientos necesitan de pretextos” (sic). Y nosotros que no sabíamos que la lengua vasca nació, por lo visto, para ser una excusa de odio… Ya pasando a la política vocea que “Hoy los nuevos nacionalismos son crisoles de odio” (sic), los de ayer por lo visto no lo eran, o los “viejos” nacionalismos no lo son ya (él mismo es un ejemplo,...). En su enjundia de rigor apunta a “¿Qué le hemos hecho?... A Arzalluz”, yo me preguntaría más bien qué le han hecho a este insigne prócer.

Continúa y esto debe enmarcarse que “No se conoce ni un solo rasgo cultural importante que los haga distintos [a los vascos]” (sic), (¿se dedica a la lingüística?). Y termina con que [los vascos] “han sido (y son) la región más próspera de España, favorecida por mil privilegios económicos”. Se ve que este economista conoce igual de bien el Concierto Económico, y por ello tampoco se ha enterado que los vascos (incluidos los navarros) vivimos de nuestros solos y propios impuestos, con los que además pagamos un Cupo al Estado por servicios, muchos de ellos no prestados (para empezar todos los no transferidos,…) o innecesarios (Defensa,…).

Prosigue con que “'Vasco' y 'español' no han sido nunca una antinomia” (sic), lo que demuestra que este humanista está versado en geografía básica y no conoce a nadie que, a su entender, sea “vasco francés”. Este politólogo, porque parece que sabe de todo, considera un error que “El Gobierno de España quiso amansarlos [a los vascos] dándoles estatutos: el de la República, el de la renovada Monarquía. Inútil: usan el estatuto para disfrutarlo y destrozarlo” (sic). Luego mezcla a Otegi con Ibarretxe, a las propuestas anticonstitucionales con el terrorismo, y deduce el amoroso perito en todo que “La técnica del apaciguamiento nunca ha sido buena” (sic).

Desvaríos (¿o provocaciones?) como éstos leemos todos los días, y por la libertad de prensa, que otros nos escatiman, debemos soportarlas en letras de molde de los principales diarios, que jamás publicarán las réplicas. En mi caso, cuando he llegado al último párrafo, que ahora transcribo, he creído que había que rebatir semejantes dislates. Dice el susodicho: “… ese odio que han difundido es ya incontrolable. Un odio gratuito, espeso, apoyado en mitos y mentiras, en una enseñanza que el Estado nunca habría debido ceder,…”

Concluye, este demócrata que no mitifica la constitución que “Deslegitimizar a organismos que acuerdan o proponen ‘cosas’ anticonstitucionales… sería pura democracia” (sic). ¿Confunde una Ley parlamentaria con las incuestionables y añoradas Leyes Fundamentales del Movimiento?
Puede que haya vascos que odien, lo siento por ellos y espero que comprendan que el rencor no conduce a la verdad ni a la felicidad, pero no conozco a ninguno a quien le presten tribunas como la que le han cedido a este prohombre, que también padece un profundo absceso de odio, para difundir sus siempre tristes y miserables desamores.

Como educador no voy a defender a la enseñanza vasca, que ya se ampara en sus propios resultados, de estos desatinos cuando se prodigan por quienes desconocen profunda y deliberadamente los esfuerzos de tantos educadores y de tantas familias, que reconocen y valoran a la educación vasca por encima de todas las demás instituciones, prensa,…

Nuestra ciudadanía es lo más genuino del “Made in Euskadi”, es decir, del lema industrial que se convierte en “Educados en Euskadi”. Lo más paradigmático y definitorio de un ser humano y de una sociedad, su primera historia, se escribe –en gran medida- en los círculos escolares. Nuestros hijos e hijas, que nos relevarán, recogerán el patrimonio lingüístico, cultural, social que les leguemos y, a través de sus descendientes, perpetuarán nuestra historia y construirán ese futuro mejor, más solidario, más intercultural, más pacífico, más integrado y feliz al que tienen pleno derecho, en el seno de una sociedad progresista, competitiva y solidaria.

En Euskadi educamos con máxima participación de toda la sociedad vasca en los valores éticos y democráticos, en una realidad vivida de plurilingüismo e interculturalidad, en una Europa unida y un mundo contemporáneo intercomunicado globalmente, con un exquisito respeto a todos los derechos humanos. Somos una sociedad que renace de sus recursos humanos y cuya riqueza sólo puede emerger de una educación propia y vanguardista, nuestra auténtica “Ave Fénix”.

Calidad Educativa Vasca

El pasado 26 de julio el Gobierno central aprobó el Proyecto de Ley Orgánica de Calidad de la Educación, para su remisión al Congreso. Su polémica elaboración puede ser calificada, como mínimo, de surrealista y no cabe esperar demasiadas mejoras en su tramitación parlamentaria dada la actual correlación de diputados. Junto con la Ley Orgánica de Universidades y la Ley de la Formación Profesional y de las Cualificaciones, completa la trilogía de iniciativas legislativas educativas emprendidas por Aznar. Este artículo pretende exponer el previsible efecto sobre la educación vasca de esta Ley, cuya génesis se ha demorado más por la complejidad de la materia a abordar, que por el rigor en su proceso de consenso dentro de la comunidad escolar.

La Ley apela a un bello, y reiterado, concepto de calidad y a una “cultura del esfuerzo”, ideas generales con las que todos podemos estar de acuerdo. Lo cierto es que sus promotores poca ejemplificación de “esfuerzo” han demostrado en democratizar su gestación. Se ha aprobado el Proyecto en plenas vacaciones escolares, y fuera del periodo de presidencia europea, lo que proclama el poco entusiasmo que provoca, la contestación social que espera y su difícil “venta” ante la opinión pública. Entre las numerosas protestas, en Euskadi cabe recordar la multitudinaria manifestación del 4 de mayo a favor de un Sistema Educativo Propio, bajo el doble lema de “STOP a la Ley de Calidad del PP” y “Por una Educación Nuestra y Solidaria”.

Con un espíritu de evaluación constructiva, que los educadores debemos cultivar ahora más que la crítica pura que estimulamos hace dos o tres décadas por demandas del momento, expondremos los aspectos válidos, y otros no tanto, que hay como en cualquier propuesta. Como cuando se juzga el comportamiento del alumnado, conviene reseñar primero los aspectos negativos (conductas a corregir) y, luego destacar los elementos más positivos (salvando a las personas).

Las objeciones son, a nuestro entender, múltiples. La primera y sustancial para la realidad educativa vasca es que se trata de una Ley uniformadora, que además de invadir competencias asumidas (ya se ha anunciado la interposición de recursos de inconstitucionalidad) y de ignorar incluso la realidad bilingüe de casi la mitad del alumnado español, se dirige principalmente a corregir situaciones educativas superadas en Euskadi, como se describe a continuación.

La educación vasca, por los factores básicos como financiación, equilibrio de redes, grado de concertación o ratio profesorado/alumnado, se puede equiparar con los sistemas europeos más avanzados, que poco tienen que ver con los de algunas autonomías del Estado, con trasferencias tardías, y cuyos indicadores históricos de calidad están desgraciadamente postergados. La justificación misma de la Ley partió del “fracaso escolar”, aunque en la redacción final se ha obviado el término, que se cifra en más de un 25 % en el promedio del Estado Español, y que es muy inferior en Euskal Herria: Un 19 % en la CAPV (con un sistema plenamente bilingüe) y menos aún en Navarra.

Asimismo la Ley propone, como una de sus medidas más relevantes, que la gratuidad de la nueva etapa de Educación Infantil, ahora sólo en el tramo 3-6 años. Esta meritoria iniciativa puede mejorar la baja escolarización española, pero nada dice en Euskadi donde la escolarización es universal no sólo en esta etapa, sino incluso desde los 2 años. Algo similar sucedió con la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) al escolarizar hasta los 16 años: esto ya había acontecido hacía años en Euskadi.

Debe saber la ciudadanía vasca, que la extensión de la escolarización en Euskadi en ambos extremos de edad discente, en 0-2 años y en porcentaje de universitarios es comparable y favorablemente con las sociedades europeas y norteamericanas más avanzadas, encabezando todas las series del Estado. Nuestro debate no es la concertación del 3-6 años, ni el 2-6 siquiera, sino cómo asegurar las plazas de 0-2 años para aquellas familias que lo desean y que optan por ello más que en ninguna otra sociedad del mundo.

Así mismo, en los aspectos curriculares las indicaciones de la Ley para adelantar el estudio de una lengua extranjera y de las nuevas tecnologías en Educación Infantil, o la potenciación en Primaria de las áreas instrumentales (Lengua y Matemáticas), las Lenguas Extranjeras son ya realidades en Euskal Herria. En este sentido, la consideración de asignatura troncal de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) es otra ocasión frustrada, que sí ha otorgado Blair en el Reino Unido. Esta administración ha declarado a la enseñanza como 'el desafío fundamental' de los próximos diez años, y destinado hasta el 5,6% del PIB (superando a la media europea), con un incremento del 50% de la inversión por alumno en ocho años. Cuando en la actualidad sólo el 4,4% del PIB se dedica a la educación en el promedio español, se haría realidad el binomio de “reforma y dinero”, evitando el mismo error que cometió la LOGSE en 1990.

En Euskadi, la financiación educativa global, comparable a la media europea, no es lo más perentorio, aunque sí su reordenamiento presupuestario junto a innovaciones organizativas y un nuevo “acuerdo educativo”, previsto en el Programa de Gobierno de Ibarretxe, tras el “pacto escolar” suscrito en 1992.

La visión centralista que inspira toda la Ley, provoca su pésima hechura. Trata de homogeneizar a un modelo único unos sistemas escolares tan heterogéneos en las distintas comunidades autónomas que justamente comete el error que pretende combatir: aplicar una política de igualación a la baja. Como sucedió con la Ley de FP, evoca el mito del posadero Procusto, que ajustaba el huésped a la cama con el expeditivo procedimiento de estirarle o cortarle miembros y cabeza.

La limitación que impone un artículo de divulgación no exime de enunciar otros errores organizativos: la supresión de la promoción automática en ESO, de forma que se repetirá el curso con más de dos asignaturas suspensas, no compensada con criterios para el profesorado a fin de comprender la gravedad y el coste familiar y social que significa cada repetición, de escasa eficacia en muchos casos; la imposibilidad de aceleración que permita aventajar al grupo de coetáneos; los posibles efectos de discriminación, clasificación y segregación social del alumnado; la especialización de algunos centros públicos en los itinerarios menos prestigiosos que podría provocar su segmentación, lo que se agudizaría si se yugulase la financiación pública; la división del profesorado por no favorecer la carrera docente y por “resucitar” el cuerpo de catedráticos; el freno a la participación de las familias; la devaluación adicional de la Formación profesional, a la que retrotrae a tiempos pasados;…

Finalmente la lista de “oportunidades perdidas”, puede constituir, por sí misma, la mayor objeción a la Ley: El nulo avance hacia un verdadero Espacio Europeo de la Educación; la falta de un moderno tratamiento para una “educación en valores”; el “cierre en falso” entre la asignatura de religión y su alternativa; la no provisión adicional de recursos para la enseñanza de idiomas y de las TIC; el escaso avance en el tratamiento de las necesidades educativas especiales; la conculcación de los derechos lingüísticos del alumnado extranjero en las comunidades bilingües con programas de aprendizaje sólo de la lengua española; …

Y después de toda esta lluvia de reprobaciones, ¿cuáles son los aspectos favorables que se prometían? Abreviadamente y sin exponer todos los matices que merecería cada caso: La Prueba General de Bachillerato o reválida, con una 'parte oral' de la lengua extranjera, mejorando una Selectividad con tribunales mixtos (Profesorado Público de Secundaria-Universidad), que ni aseguraba la coordinación entre la universidad y la secundaria, ni constituía una evaluación propia del sistema preuniversitario para homologar conocimientos y contrarrestar tendencias indeseadas en las calificaciones; los itinerarios formativos que regularicen el abanico de fórmulas de refuerzo -que de hecho ya se han desplegado en Euskadi- para la atención a la diversidad de la ESO; la reducción a tres modalidades en los dos cursos de Bachillerato; el fomento de la lectura;…

Otras posibilidades podrían vislumbrarse con una aplicación inteligente de la Ley. Como se señala en su preámbulo, “las reformas educativas han dejado de ser acontecimientos excepcionales, y se han convertido en procesos relativamente continuados de revisión, ajuste y mejora”. En este sentido, confiamos que la crisis, entendida como oportunidad, servirá para perfeccionar el Sistema Educativo Vasco, no tanto por las virtualidades de la Ley como por nuestro esfuerzo propio.

Valoración final. Como el ingeniero del chiste, que ni veía la botella medio llena como el optimista, ni medio vacía como el pesimista. Simplemente creía que estaba mal diseñada (a doble tamaño del necesario).
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