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Test de Personalidad de Jung según Myers-Briggs, para orientación laboral

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¿Quieres saber si eres una persona de uno de estos 16 tipos? En cinco minutos puedes saberlo y orientar, quizá, mejor tu profesión, metas, ámbito laboral,...
  • “ABOGADO” INFJ.    Callados y místicos, que sin embargo son inspiradores e idealistas incansables, como GoetheMartin Luther King, Gandhi,...
  • “MEDIADOR” INFP. Personas poéticas, amables y altruistas, siempre en busca de ayudar a una buena causa, como Shakespeare, Homero, Virgilio, Jesús de Nazareth, Longfellow,.
  • “PROTAGONISTA” ENFJ.  Líderes carismáticos e inspiradores, capaces de cautivar a quienes los escuchan, como Abraham Lincoln, Abraham Maslow, Mikhael Gorbachev,... ¡Es lo que me ha definido y lo ha clavado, con sus luces y sus sombras!
  • “ACTIVISTA” ENFP. Espíritus libres entusiastas, creativos y sociales, que siempre pueden encontrar una razón para sonreír, como Franz Joseph Haydn, Mark Twain, Robin Williams,... 
  • "CENTINELA" ISTJ.  Individuos prácticos y enfocados en los hechos, de cuya fiabilidad no puede dudarse, George Bush, Isabel II de Inglaterra,...
  • “DEFENSOR” ISFJ.  Protectores muy dedicados y cálidos, siempre listos para defender a sus seres queridos, como Louisa May Alcott, Tennyson, Charles Dickens, Madre Teresa de Calcuta,... 
  • “EJECUTIVO” ESTJ.  Administradores excelentes, inigualables al administrar cosas o personas, como Napoleón, Margaret Thatcher, Bill Gates, Bernard Shaw, Carl Sagan,...
  • “CÓNSUL” ESFJ. Personas extraordinariamente consideradas, sociables y populares, siempre en busca de ayudar, como Helena de Troya, María Magdalena, o en ficción: el personaje Nora de “Casa de Muñecas” de Ibsen, Scarlett O´Hara en “Lo que el viento se llevó”,... 
  • "EXPLORADOR" ISTP. Experimentadores audaces y prácticos, maestros en el uso de todo tipo de herramientas, Woody Allen, Frank Zappa, Clint Eastwood, MacGuiver (ficción),.... 
  • “AVENTURERO” ISFP. Artistas flexibles y encantadores, siempre listos para explorar y experimentar algo nuevo, como Mozart, Spielberg, Michael Jackson, Paul McCartney,...
  • “EMPRENDEDOR” ESTP. Personas inteligentes, enérgicas y muy perceptivas, que realmente disfrutan vivir al límite, como Ernest Hemingway, Winston Churchill, Madonna. 
  • “ANIMADOR” ESFP. Animadores espontáneos, enérgicos y entusiastas. La vida nunca es aburrida a su alrededor, Elvis Presley, Pablo Picasso, Bill Clinton,...
Carl Gustav Jung determinó en su obra "Tipos Psicológicos" que existen ocho tipos de personalidad que se forman a partir de la combinación de dos actitudes -extraversión e introversión-, y cuatro funciones –pensar, sentir, intuir y percibir. La teoría de Jung, aunque es un referente en el mundo de la psicología, ha sido acusada de difusa y poco comprensible. Por eso, el Indicador Myers-Briggs pretende transportar la idea del psicólogo suizo a un ámbito más divulgativo para que cualquiera pueda reconocer sus propios rasgos personales.

Existen pruebas de personalidad gratuitas que permiten obtener un código de cuatro-letras según estos cuatro dicotomíasExtroversión / Introversión, Sensorial / iNtuitivo, T - pensamiento (Thinking) / F - emocional (Feeling) y J - calificador (Judging) / Perceptivo. Las 16 combinaciones describen los prototipos definidos al inicio,... 

La primera dicotomía está en la actitud: si se es más propenso a lo externo a uno mismo (personas, cosas, acciones) se escogería la Extraversión (E), mientras si se prefiere centrarse en las ideas y reflexiones personales se es Introvertido (I). Una vez hecha la elección entre las dos actitudes, se debe analizar las funciones psicológicas de cada uno. El segundo parámetro hace referencia a cómo se prefiere analizar la información; si únicamente se hace caso a lo que se puede conocer con los cinco sentidos sería un rasgo Sensorial (S), mientras que si se deja llevar por los “pálpitos”, sería iNtuitivo (N). El tercer indicador, hace referencia a cómo se toman las decisiones. Pensador (T, de thinking) si se da prioridad a la lógica en una elección o Emocional (F, de feeling) si se prefiere responder según las personas y las circunstancias. La última categoría se basa en cómo se actúa con el mundo exterior, si uno está abierto al mundo exterior –Perceptivo (P) -o por el contrario se prefiere tener las cosas resueltas- Calificador (J de judging).

El cuadro superior, al inicio del post, sugiere profesiones donde estas diversas personalidades pueden desarrollarse mejor,... Para concluir, algunas citas (en inglés) que resumen el estilo de vida de cada una de estas formas de decidir, actuar,... ¿Te identificas con alguna? Es otro modo de hacer el test de Myers-Briggs.
Test de Personalidad de Jung según Myers-Briggs, para orientación laboral
Referencias: Odisea Jung,...

El turco, un autómata que jugaba al ajedrez

El Turco fue una famosa estructura que se cree que era un autómata que jugaba al ajedrez (según Wikipedia). Fue construido y revelado por Wolfgang von Kempelen (1734-1803) en 1769. Tenía la forma de una cabina de madera de 1.20 cm × 60 cm × 90 cm, con un maniquí vestido con túnica y turbante sentado sobre él. 
La cabina tenía puertas que una vez abiertas mostraban un mecanismo de relojería y cuando se hallaba activado era capaz de jugar una partida de ajedrez contra un jugador humano a un alto nivel. También podía realizar el problema del caballo con facilidad. Sin embargo, se cree que la cabina era una ilusión óptica bien planteada que permitía a un maestro del ajedrez de baja estatura esconderse en su interior y operar el maniquí, el Turco era capaz de hacer esto gracias a que los ojos del maniquí enviaban al maestro del ajedrez las posiciones de las piezas del tablero por medio de espejos. 
En teoría cualquiera de los dos maestros de ajedrez podría ganar, pero el maestro escondido debajo del Turco contaba con una pequeña ventaja al poder asustar a su oponente haciéndole creer que el Turco en realidad era autómata, lo cual ponía nervioso al retador, impidiéndole desempeñar sus conocimientos sobre el juego con totalidad. Por lo que El Turco ganaba la mayoría de las partidas. Este planteamiento es una suposición ya que nunca fue revelada su verdadera naturaleza, además el espacio físico de la cabina era demasiado pequeño como para una persona de tamaño normal.
Kempelen exhibió por primera vez a El Turco en la corte de la emperatriz de Austria María Teresa en 1770, realizando posteriormente una gira por Europa durante varios años de la década de 1780. Durante esta época, el Turco fue exhibido en París, donde jugó una partida contra Benjamin Franklin, que este perdió. También jugó una partida contra Napoleón Bonaparte, quien en un momento hizo un movimiento ilegal, ante lo cual el Turco respondió tirando las piezas del ajedrez. Wolfgang von Kempelen decidió que el autómata estaba ocupando buena parte de su tiempo y lo relegó a un rincón del palacio de Austria, centrándose en otros autómatas.
En 1789, Freiherr Joseph Friedrich zu Racknitz construyó un duplicado de El Turco y escribió un libro ―publicado en Dresde― donde especulaba sobre su funcionamiento. A pesar de que su explicación era correcta en algunos puntos, dicha explicación resultaba en un maniquí que solo podía ser operado por un enano o un niño, y las medidas del autómata de Racknitz no eran las mismas que las de Kempelen.
Posteriormente hubo intentos de reproducir a El Turco mediante autómatas, como «El Ajedrecista». Aunque no tuvieron los mismo resultados.

Las redes nos hacen humanos, grandiosos y diferentes de otras especies

 
Otra de las conferencias TED, en este caso del historiador Yuval Noah Harari, que nos ilustra sobre el poder de las redes, cibercomunidades,... Los seres humanos somos capaces de cooperar de modo muy flexible e incluso en gigantescas comunidades (de miles de millones de individuos, que podemos desayunar con productos traídos de cualquier continente). 

Individualmente somos comparables a un chimpancé (cuyo lugar hoy se ha reducido a zoos o laboratorios), que nos superaría para sobrevivir en una isla desierta. Pero, como humanidad, hemos pasado de ser una especie insignificante a regir el planeta. Este inmenso poder comunitario nos ha permitido llegar a la luna, pero también produjo la esclavitud,... 

Una exposición con rigor y con humor: los insectos colaboran entre sí en gran número pero son rígidos en "su sistema social" y no pueden "ejecutar a una abeja reina e instaurar una república de abejas" (o con el paraíso de las bananas o los poderosos magos... que son los abogados). Otros mamíferos cooperan más flexiblemente, pero a pequeña escala porque deben conocerse para confiar.

Otra característica única de las personas es la imaginación, pudiendo compartir mediante el lenguaje ideas que (aún quizá) no son realidades. Las creencias compartidas, la religión o los derechos humanos, nos han hecho ser lo que somos. Ficciones sin más soporte que las convicciones compartidas son los Estados, las corporaciones o... el dinero (la única creencia universalmente aceptada).

No os perdáis la pregunta y aterradora respuesta del final, sobre un futuro donde pueda haber seres humanos útiles (y ricos, cuasidioses) y una nueva clase humana con escaso o nulo valor de aportación. 

Esta idea del poder de la organización, incluso entre culturas humanas, ya la había expresado Napoleón con los mamelucos (ver posts previos). En el vídeo, se pueden activar los subtítulos (en inglés,...).

De la piedra de la Rosetta a la Misión Rosetta

Dos hitos de la historia con protagonismo europeo: De la Piedra de la Rosetta a la Misión Rosetta. Rosetta (Egipto) es el nombre que le dieron los franceses, durante la campaña de Napoleón en Egipto, a la ciudad de Rashid, un enclave portuario egipcio en el mar Mediterráneo.

La Piedra de la Rosetta es  fragmento de una antigua estela egipcia de granodiorita inscrita con un decreto publicado en Menfis en el año 196 a. C. en nombre del faraón Ptolomeo V. Debido a que fue el primer texto plurilingüe antiguo descubierto en tiempos modernos, la Piedra de la Rosetta  permitió en 1822 a Jean-François Champollion descifrar la hasta entonces ininteligible escritura jeroglífica egipcia.

La Misión Rosetta es una sonda espacial de la Agencia Espacial Europea (ESA) que fue lanzada el 2 de marzo de 2004 y, tras orbitar alrededor del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, hoy ha enviando un módulo de aterrizaje, la sonda Philae, a posarse ("acometizar", dado que no es ni aterrizar, ni alunizar) sobre la superficie del cometa. El acometizaje no ha sido perfecto, pero el instrumental funciona y este día será un hito de la astronomía .


El robot Philae toma su nombre de una isla egipcia, Filé en castellano, donde se encuentran los últimos vestigios de la antigua escritura egipcia. La última inscripción jeroglífica de la que tenemos evidencias fue grabada en los muros de la puerta llamada de Adriano, situada en el recinto del Templo del Isis; se grabó el día 24 de agosto de 394, y consistía en una invocación al dios kushita Mandulis. También el último texto escrito en egipcio demótico se fechó el día 11 de diciembre del año 452, en una frase pintada en los muros del mismo Templo del Isis.
La imagen superior es el Doodle de Google dedicado hoy, 13-11-14, a la Misión Rosetta.
Álbum de fotos de la Philae en Flickr.

Nada es imposible...

Impossible is Nothing

IMPOSIBLE

Nada es imposible. Ezer ez da ezinezkoa.
Rien n'est impossible. Impossible is nothing.

Traducción: Imposible sólo es una palabra que usan los débiles para vivir fácilmente en el mundo que se les dio, sin atreverse a explorar el poder que tienen para cambiarlo. Imposible no es un hecho, es una opinión. Imposible no es una declaración, es un reto. Lo imposible es un potencial. Lo imposible sólo es temporal.

Todas las cosas son imposibles mientras lo parecen. Como no sabían que era imposible, lo hicieron. Ama a quienes sueñan imposibles. El deseo de lo imposible es el estímulo de la inteligencia. Quien quiere lograr lo imposible es más fuerte que el destino. En la vida pasa de todo,... y sobre todo lo imposible. Es intentando lo imposible como se realiza lo supremo. Haríamos muchas más cosas si creyéramos menor el número de las imposibles. La niñez es una edad confiada, que todavía no conoce dónde está lo imposible. Lo difícil lo haremos inmediatamente; lo imposible llevará un poco más tiempo. La juventud busca lo imposible, y lo consigue generación tras generación. Quienes creen en lo imposible son los más felices. Muchas cosas se reputan imposibles antes de haberse realizado. Nada es imposible para la actividad. No digas “es imposible”, sino “no lo he hecho todavía”. Casi todo es o muy sencillo... o imposible. Quien dice "es imposible" será sorprendido por alguien que lo haga. Imposible es el adjetivo de los imbéciles (Napoleón). Seamos realistas, pidamos lo imposible (Mayo Francés del 68).

La imagen en Flickr procede de "The impossible Project". La imagen central es de una campaña de Adidas, con vídeos como el que sigue a estas líneas.

La organización es la mejor ventaja


Engels en el "Anti Dühring" explica la transformación de cantidad en calidad con la alegoría de la fuerza relativa de los soldados mamelucos y franceses. Una ley que Napoleón conocía antes de la victoria en la "Batalla de las Pirámides", cuando animó a sus tropas con la más célebre arenga: "¡Soldados! Desde lo alto de esas pirámides, cuarenta siglos de historia os contemplan". 

Bonaparte sabía de la debilidad de sus jinetes, pero de la fortaleza de su caballería francesa: "Dos mamelucos eran, sin discusión, superiores a tres franceses; 100 mamelucos equivalían a 100 franceses; 300 franceses eran en general superiores a 300 mamelucos, y 1.000 franceses aplastarían siempre a 1.500 mamelucos". Este episodio histórico sigue recordándonos cómo el éxito de los equipos, en una empresa o en un centro escolar, se asegura reclutando mamelucos y organizándose como franceses.

La frágil perfección

Mejor dadnos una sólida mediocridad que aspira a perfeccionarse antes que una quebradiza excelencia percibida.

Si ya la vida resulta de una inexplicable inestabilidad, quien aspire a una existencia perfecta está condenado a vivir sólo breves episodios de placidez. Por eso, a quienes peinamos canas la felicidad nos asusta un poco, por lo que puede significar de preludio de sombras. La perfección es algo, a un tiempo, deseado y temido.

El gran pensador que fue Napoleón, manifestó que “si la perfección no fuese quimérica, no tendría tanto éxito”. La perfección total no es de este mundo. La perfección no existe; comprenderlo constituye un triunfo de la inteligencia humana; ambicionar su posesión representa la más peligrosa de las locuras. La perfección subsiste, en todo caso, sólo en la mente humana. El afán de perfección hace a algunas personas totalmente insoportables. “La perfección llevada al exceso muere de plétora”, sentenció Shakespeare.

La búsqueda de la perfección absoluta detendría el progreso. El único tipo de perfección asequible y duradera consiste en eliminar todo lo superfluo. Quienes con perspicacia reconocen la limitación de sus facultades, están muy cerca de llegar a la auténtica y genuina perfección. La perfección es una continuada, pulida y recordada colección de… errores. Más aún, muchos creen como señaló Witold Gombrowicz, que “la belleza es la (leve) imperfección”. Ojalá que nuestro innato anhelo de perfección sea motivo de sonrisa, y que la búsqueda con buen humor se vuelva el motivo perfecto.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/perfecto.DOC

Belicistas derrotados

Hay militares que aniquilarían el universo para ganar una estrella. Pero somos muchos más quienes queremos y merecemos la paz.

Ahora que Donald Rumsfeld ha presentado su dimisión, ahora que Bush está "abierto a cualquier sugerencia" sobre Irak, ahora que Blair está en su recta final y ahora que Aznar es historia,… es tiempo de acordarse de la cumbre de Las Azores. Allí se inició, con falsas justificaciones, con falsos argumentos y con falsas expectativas, la última de las grandes guerras a beneficio de unos pocos desalmados y en perjuicio de muchos millones de seres humanos.

Ahora es tiempo de recordar a todos los dirigentes que hacer la guerra NO es una forma de hacer política, y que ninguna guerra (como ningún cataclismo) puede ‘ganarse’. Que en la vieja Europa, escenario de tantas contiendas a lo largo de la Historia, ya nadie se plantea sojuzgar al vecino para imponer un régimen ajeno. Basta de guerras hechas para conseguir la paz, y de las paces hechas para preparar la siguiente guerra.

Más aún, desde Sun Tzu pasando por Julio César, Maquiavelo, Napoleón o Clausewitz, sólo hay una realidad, una verdad histórica tan evidente como ocultada por la “inteligencia militar”: “Quien ataca, pierde; quien se defiende, acaba venciendo”. El agresor pierde si no gana; el defensor, gana si no pierde.

No importa que retorciendo las palabras a una agresión se le llame “ataque preventivo” dirigido por un Departamento de “Defensa”. No importa lo grande que sea uno y lo pequeño que sea el otro: Quien defiende su última casa, vence a cualquier invasor remoto. La guerra nunca a ningún enemigo convenció, ni siquiera lo venció. La guerra es, además de inhumana, inútil.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/derrotados.doc

Un día perdido

Veloz el tiempo corre y queda sólo el pesar de haberlo mal perdido.

Un día perdido es un día irrecuperable. De todo lo que hemos perdido, lo que más añoramos es el tiempo perdido. Napoleón creía que “Podemos recuperar el terreno perdido. El tiempo perdido, no”. Otros matizan más: Dinero perdido, nada perdido; tiempo perdido, algo perdido; corazón perdido, todo perdido.

Un día perdido es un día sin pasear, sin jugar, sin pintar, sin estudiar, sin aprender, sin leer, sin escribir,… pero sobre todo es un día sin amar. El día más irremediablemente perdido es aquel en que no nos hemos reído, o ni siquiera sonreído. Peor aún es el día que no hemos logrado que otros sonrían, o rían, o lean, o aprendan,… con nosotros.

Esos son los días más perdidos. Aquéllos en que no hemos amado o ayudado a nadie. Cayo Suetonio atribuyó al Emperador Tito la siguiente frase: “¡Amigos, he aquí un día perdido para mí!”. Palabras pronunciadas cierta noche, cuando advirtió que no había realizado ninguna buena obra. Lo no hecho cada día, es lo irremisiblemente perdido. También lo diferido, es medio perdido.

Hemos perdido demasiado tiempo, pero no sabemos cuál exactamente. La sabiduría considera que no es tiempo perdido el dedicado al trabajo, aunque éste parezca modesto e intrascendente. Tampoco es tiempo perdido el empleado en escuchar con humildad. Menos perdido aún es el día en el que hayamos fallado; al contrario, es enriquecedor pues el fracaso siempre acaece preñado de enseñanza.

Los verdaderos paraísos son los que hemos perdido, y esos paraísos perdidos sólo están en nosotros mismos. Luego están a nuestro alcance los paraísos genuinos. Recuperemos el tiempo perdido. Que no sea hoy un día perdido. Todavía estamos a tiempo de sonreír y de lograr que otros sonrían.
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/perdido.htm

Con-vencedores y con-vencidos

Algunos prefieren ser vencedores con - vencidos. Muchos preferimos que todos pasemos de vencidos en la violencia a convencidos en la paz.

Es eterno el tema de vencedores y vencidos. La ley del universo y de la historia es contundente: ¡Ay de los vencidos! Pero los vencedores más célebres parece que se sorprendieron de lo significa vencer sin convencer. Napoleón señaló: “Lo que más me extraña de este mundo es la impotencia de la fuerza. De los dos poderes, fuerza e inteligencia, a la larga el sable siempre es vencido por el espíritu” o “Un gobierno que sólo se sostiene en las bayonetas es un gobierno vencido”. Su gran adversario, el Duque de Wellington, también opinaba que “Únicamente una batalla perdida puede ser más triste que una batalla vencida”.

Más recientemente otros han hablado de vencedores y vencidos. Pinochet se delató cuando declaró: “Aquí no hay ni vencedores ni vencidos, pero sepan estos últimos”... Más cercanamente, Fraga Iribarne declaró: “La victoria en la guerra sólo se consigue cuando se hace ganar también a los vencidos”,… en la etapa de la transición. El mismo Juan Carlos I recordaba que “No quería, a ningún precio, que los vencedores de la guerra civil fueran los vencidos de la democracia”. Pero la mejor cita es la de un clásico (Lucano): “¡Tan miserable es salir vencedor en una guerra civil!”.

La humanidad no ha conocido hasta la fecha sino una historia de odio, donde no cabían más que dos héroes: Hamlet, el impotente, y Macbeth, el vencedor. Y ambos son atormentados por espectros. Con ese maniqueo esquema bipolar, de buenos y malos, de vencedores y vencidos,… hemos crecido. Los filósofos lo mitigaron, pero no lo superaron. Nietzsche sugirió “También los vencedores son vencidos por la victoria”, o Maquiavelo creyó “Los pueblos sométense voluntariamente al imperio de quien trata a los vencidos, no como enemigos, sino como hermanos”.

Son insuficientes consejos como éstos, porque suponen que debe haber vencidos: “Con la misma mano con que vence, protege a los vencidos. El vencedor siempre honra al que ha vencido. Es perdonar al vencido, el triunfo de la victoria. La mayor satisfacción del vencedor consiste en perdonar al vencido. La paz es conveniente al vencedor y necesaria al vencido”. Ya no queremos victorias, ni victorias ni victoriosos que impliquen vencidos. La concordia crea invencibles, invencibles convencidos y sin vencidos. Quien domina por la fuerza no ha vencido a su enemigo. Preferimos el amor, en cuyas contiendas es indiferente vencer o ser vencido, porque siempre se gana.

Quizá, en ocasiones, la vida nos vence, y el sentimiento de vencidos se mantiene. Pero no es vencido sino quien creer serlo. Ya no aspiramos a ser vencedores de otros, sino de nosotros mismos como Buda predica: “vencedor es quien se vence a sí mismo”. Sin necesidad de que nos enfrentemos los unos con los otros, la vida nos somete a una escuela de adversidad, frente a la desigualdad, frente a la enfermedad, frente a la muerte. La naturaleza humana nos orienta hacia la solidaridad con las víctimas, con quienes generosamente no buscan revancha sino el fin del infortunio para todos.

El concepto vencer es propio del caduco lenguaje militar: en una civilización madura el gran verbo es convencer. En la guerra, sea quien sea el que se pueda llamar vencedor, no hay ganador, sólo perdedores, sólo hay vencidos; en la paz, todos somos ganadores y vencedores de nosotros mismos. Una sana democracia no acoge vencedores y vencidos, sino que sólo caben convencedores y convencidos. Pidamos a nuestros dirigentes que se transmuten, yVersión .DOC para imprimir convirtámonos cada uno de nosotors, en vendedores de paz ante nuestros convecinos.

Imprimir con: mikel.agirregabiria.net/2006/convencidos.htm

Cambiar de aires

©Mikel AgirregabiriaLa vida es una mixtura de aire, donaire, desaire y socaire. Vive a tu aire, al menos el verano, época de libertad, el aire del alma.

Un proverbio medieval aseguraba que “el aire de la ciudad hace a los hombres libres”, por aquello del fuero que allí regía. Otro antiguo proverbio médico señalaba que “el aire natal es una medicina universal”. Pero en los veranos actuales cambiamos de aires y es cuando mejor sentimos la existencia y el significado de vivir libres al aire libre.

El aire es ese fluido transparente que forma la atmósfera de la Tierra, una mezcla gaseosa sin olor ni sabor que llena todo el espacio terrestre considerado como vacío. Inhalamos unos 14.000 litros de aire por día, y su pureza determina nuestra salud y, en definitiva, la duración y calidad de nuestra vida. Se dice que los cinco mejores médicos son los doctores Sol, Agua, Aire, Ejercicio y Dieta. Napoleón decía que las principales medicinas de su farmacopea eran Aire puro, Agua clara y Limpieza. Hasta los médicos recomiendan que cambiemos de aires cuando no saben qué hacer con nosotros.

En verano parece que, al mudar de aires, podamos vivir del aire, alimentamos del aire, aunque la cuenta bancaria luego nos demuestra que damos aire al dinero y que no nos sustentamos del aire, ni en Buenos Aires, ni en el Zaire. Allá donde descansemos, olvidamos los aires de grandeza, incluso los aires de suficiencia, lo que es más fácil cuando vivimos con la tripa al aire que con aire acondicionado.

Cuando el problema mundial es evitar que saltemos por los aires, muy en serio pero con un aire de fiesta digamos: ¡Aire a las preocupaciones y a las noticias! ¡Aire a quienes disparan, aunque sea al aire y a los ejércitos incluidos los del aire! Demasiado azotamos el aire durante el resto del año, para estar de mal aire en agosto. Vamos a tomar el aire por la playa. Olvidemos, por su tufillo machista, la idea de echar una canita al aire y los affaires. Es tiempo de beber los aires por la pareja, por tu partenaire, por los seres queridos, por quienes tienen un aire de parecido, ese aire de familia.

De aire no se vive, y quizá sólo los mendigos viven a su aire. Pero en vacaciones somos vagabundos enamorados que, como Bécquer, sabemos que los suspiros son aire y van al aire. Esta noche no importa que al estirarnos más de lo que da de sí la sábana, queden los pies al aire. Creamos, como Montesquieu, que para prosperar en este mundo lo mejor es tener un aire de tonto… sin serlo.

Si no nos da un aire, en cuanto amanezca inflemos con aire las bicicletas, y vayamos con las colchonetas de aire a la playa. No construiremos castillos de arena, y sí castillos en el aire. El aire, como el océano, todavía es patrimonio común de la Humanidad. Sintamos esa querida hermandad de todos los seres humanos que compartimos la trinidad de la Tierra, el Mar y el Aire.

Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
http://mikel.agirregabiria.net

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/aires.htm

Anticuada actualidad

©Mikel AgirregabiriaLa actualidad, distribuida mediante innovadores soportes de difusión, sólo cuenta viejas historias con nuevos protagonistas, sin más cambio que la cíclica permanencia.

A quienes tratamos de garabatear diariamente en algún blog, ocasionalmente nos escriben algunos lectores recriminándonos cuando nos apartamos de la “actualidad” para tratar temas intemporales o transversales. A ellos van dirigidas estas líneas, como justificación, excusa o lo que quiera que sea para mantener esas excursiones temáticas ajenas a la “tediosa actualidad”.

Porque la “actualidad” es sumamente aburrida o, al menos, la supuesta actualidad profusamente publicada. Y lo cierto es que a todos nos gusta la novedad, lo inédito, lo flamante, lo reciente, lo estrenado. Recuerdo que alguien me decía que la mejor marca es “nuevo”, cuando prefería cualquier producto (como una casa o un coche) recién hecho a otros de mayor calidad, pero usados. Pero entre la información no hay casi nada “nuevo”, ni “desconocido”.

Guerra: A escala planetaria o regional, persisten lamentablemente las palabras vacías y los estériles deseos de paz, mientras todos, desde Bush hasta ETA, se aprestan con sus acciones para el eterno combate sin final. Ello demuestra que todavía se creen aquello de “si quieres la paz, prepara la guerra”, el decadente lema romano (‘Si vis pacem, para bellum’). La industria bélica sigue moviendo la ciencia y el mundo. Nadie ha entendido a Pío Baroja cuando afirmaba que “En las guerras fracasan el que pierde y el que gana. Es un juego malo para los dos. Se consume demasiada riqueza y demasiados hombres, y el resultado es el mismo: miseria para todos”.

Política: Los dirigentes son los mismos, o sus herederos. El hijo de un Presidente norteamericano es reelegido, mientras su hermano se prepara para heredar la más poderosa república del planeta sin historia monárquica. En Europa, el rechazo a políticos que acumulan 40 y 50 años en el poder, incluido un ministro de Franco que se postula como presidente autonómico, han provocado una disociación entre el electorado y la clase política. Así no es de extrañar el divorcio entre el compadreo del politiqueo y la voluntad popular, que se manifiesta en toda oportunidad de referéndum, cuando la sociedad civil doblemente se revela y se rebela. Tampoco sorprende la pervivencia extendida de manifestaciones de toda clase, por la ineptitud política de canalizar las necesidades ciudadanas por vías parlamentarias.

Economía, educación, cultura, sanidad,… y tantos otros temas de máxima trascendencia social quedan pospuestos o marginados en círculos especializados de la información. Los grandes grupos de prensa prefieren no insistir en temas como la pobreza planetaria, si pueden glorificar la seguridad mundial aportada por la guerra de Irak. Así, casi nos olvidamos lo que hace décadas denunció Alvin Toffler, y que sigue plenamente vigente: “El 70% de todos los seres humanos actuales son la gente del pasado, viven, en muchos aspectos, como sus antepasados de hace siglos. Otro 25% forma parte de las sociedades industrializadas. El restante 5% forma la nación internacional del futuro”.

Deporte: Para que no se advierta en demasía la ausencia de genuina información, el deporte sigue rellenando las páginas y los telediarios (la antigualla del Panem et Circenses romano). Como el deporte desprestigia la portada de todos los días, entre las “innovaciones” aparecidas en los medios de comunicación se destaca quién fue “garganta profunda” en el caso Watergate y cómo se confirma que Napoleón murió asesinado en su exilio de Santa Elena. Dos novedades de hechos acaecidos respectivamente en 1970 y 1821, pura actualidad que se dice. Quizá sólo nos quede esperar algunas décadas más para saber quién mató al presidente Kennedy (1963), o barruntar cómo se produjo el accidente de Lady Di (1997), otros dos temas de “permanente y candente actualidad” en la única viva y creciente “prensa de corazón”.

Con esta mezcolanza embrollada de des-información trasnochada, entreverada con masiva publicidad comercial, no sorprende la enorme discrepancia paradójica entre las listas publicadas de los “principales problemas” de un país y los de su ciudadanía. Así parece que la formación, el paro, la vivienda o el empleo de calidad nos preocupan a todos nosotros, pero no a nuestros dirigentes ni a los comunicadores, más enfrascados en el movimiento de intereses y poltronas en ministerios y redacciones.

José Martí dijo una gran verdad: “Todo está dicho ya; pero las cosas, cada vez que son sinceras, son nuevas”. Quizá la notable falta de novedad en la información sea un significativo síntoma adicional de la deplorable ausencia de sinceridad.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/actualidad.htm

Enero, me temo

El enero verbenero que venero tiene un poco de lunes, algo de relevo y mucho veneno de los almaceneros.

Ha llegado enero con toda su corte de subidas generalizadas de los servicios públicos y privados. Todo sube, menos nuestros salarios que se siguen negociando y cuya subida, aunque sea retroactiva, se producirá de golpe con un nuevo efecto de “ilusión monetaria” que incitará al despilfarro. Los grandes almacenes están de acuerdo con el zar Nicolás I, cuando tras la derrota de Napoleón señaló que “Rusia tiene dos generales en los que puede confiar: Enero y Febrero”. Todos sabemos que la única poesía mágica en nuestras vidas la pone “El Corte Inglés”, que –además de felicitarnos indefectiblemente en los aniversarios- nos ofrece rebajas y abundantes “semanas fantásticas” a lo largo del año.

La “cuesta de enero” se produce por dos motivos concurrentes: 1º Las fuerzas que promueven el consumismo desbocado son mucho más poderosas que los esfuerzos por educar en el consumerismo. Nos adelantan la paga extra con el mensaje tácito de que se puede dilapidar, bajo el aluvión de anuncios para toda la familia. 2º Porque somos débiles seres sociales, demasiado influenciables por nuestros convecinos y, al alimón, caemos gozosos en el dispendio de los excesos navideños. Si no cometemos algún exceso, ¿qué tendríamos para presumir al final de las vacaciones?

Para nuestro consuelo, o desdicha, se nos ofrecen las rebajas de enero, teóricamente justificadas en la necesidad de dar salida a los artículos de fuera de temporada. Pero frecuentemente caeremos en otra trampa de consumo descontrolado, porque nos han habituado a gastar compulsivamente como fuente de placer, especialmente cuando nos fallan los verdaderos mecanismos de la felicidad, como amar y ser amados, como ayudar y ser ayudados, o compartir lo propio.

Por todo ello, el sentido de la “cuesta de enero” no es sólo de naturaleza económica, sino esencialmente de carácter psicológico. Tras la mala conciencia por el injustificado dispendio en gasto y en comilonas, lo que nos espera a la vuelta de enero es la rutina del trabajo cotidiano, sin esperanzas de vacaciones hasta la Semana Santa. Surge el síndrome post-navideño, esa depresión pesimista de la tarde del domingo amplificada quince veces. A la tercera semana de enero, cuando ya nos hemos reprogramado, el viento invernal ha arrumbado los utópicos objetivos que nos planteamos cuando tomábamos las uvas del 31 de diciembre, con el habitual propósito de ''año nuevo, vida nueva''.

¿Soluciones para escalar la cuesta de enero? Racionalizar todo el presupuestario personal y familiar, reservando una partida para el ahorro, Adicionalmente siempre cabe la anulación de gastos innecesarios, como el tabaco, el alcohol, el transporte privado o la automedicación, que además de insanos son sumamente caros en dinero, tiempo y vida. Con ello mejoraremos simultáneamente nuestra cartera y nuestra calidad de vida. También es sumamente importante preservar a los más pequeños de la casa para evitar su contagio de nuestra fiebre consumista.

Recordemos que John Kenneth Galbraith, el famoso economista, decía que "antiguamente, lo que distinguía al rico del pobre era cuánto dinero tenían en el bolsillo; mientras que ahora los distinguen las ideas que tienen en la cabeza". Quizá con su sabio consejo podamos ser un poco menos pobres, superar la cuesta de enero y esperar la primavera…

Activista derechista


Como Napoleón, la China y dos tercios del mundo, siempre he sido partidista y proselitista de guiarnos por la derecha.

La lista derechista es mayoritaria en el mundo actual. Según datos oficiales 3.824.562.670 de personas se conducen por la derecha (el 66,35%) y 1.939.854.524 prefieren la izquierda (el 33,65%). De los diez países más poblados del planeta, 5 son derechistas y 5 izquierdistas, si bien disponen de mayor censo los primeros: China, 1.210.004.956; Estados Unidos, 265.562.845; Brasil 162.661.214; Rusia, 148.178.487 y Nigeria 103.912.489; frente a los izquierdistas India 952.107.694; Indonesia, 206.611.600; Pakistán, 129.275.660; Japón 125.449.703 y Bangla Desh, 123.062.800.

Sólo al principio de los tiempos hubo centrismo en la conducción. La ancestral burocracia china reguló hacia el año 1100 AC el lado del camino para circular, fijando que los hombres debían marchar por la derecha, las mujeres por la izquierda y los carruajes por el centro. Desde el Imperio Romano, con una red de calzadas de más de 150.000 Km. y durante toda la Edad Media se circuló por la izquierda, probablemente para poder defenderse con la espada en la mano derecha y repeler a posibles asaltantes que se cruzasen en el camino.

La primera norma de “tráfico” la dictó en el Papa Bonifacio VIII en el año 1.300 con motivo de una multitudinaria peregrinación a Roma, reglamentando que los carros circularan por su izquierda. Cinco siglos después, la Revolución Francesa obligó a la aristocracia (que viajaba veloz por la izquierda mientras los campesinos debían caminar por la derecha), a juntarse con el pueblo llano y conducir por la derecha. Así pues, fue un ejercicio de democratización y fin de privilegios, la unificación mediante la regla universal de “guardar la derecha” que se introdujo en París en 1794.

Napoleón la aplicó en todos los países europeos ocupados por sus ejércitos, y la costumbre resistió tras el fin de sus conquistas. Los Estados que resistieron a Napoleón mantuvieron la conducción por la izquierda: Reino Unido, Portugal, Imperio Austro-Húngaro y Rusia. Al final del zarismo, Rusia cambió; Portugal en 1928 y Gibraltar en 1929. Tras la I Guerra Mundial, toda Europa continental unificó la circulación por la derecha, excepto Suecia, Austria, Checoslovaquia y Hungría. Fue Hitler, con su anexión de Austria en 1938 y de Checoslovaquia en 1939 y la invasión de Hungría en 1941, quien acabó con los ‘izquierdistas’ centroeuropeos. Suecia, en 1967, e Islandia en 1968, dejaron a Reino Unido e Irlanda como únicos países que “conducen bien”, dado que ellos dicen que los demás vamos por el lado incorrecto (“by the wrong way”).

En el continente americano sólo las antiguas Guayanas Británica y Holandesa (Guyana y Surinam), junto con algunas pequeñas islas del Caribe (Bermudas,…) prefieren viajar por la izquierda. Varias extensas regiones canadienses cambiaron entre la I y II Guerra Mundial, al igual que Panamá en 1943, mientras que Argentina y Uruguay normalizaron su tráfico en 1945.

En Asia, en 1946 China y las dos Coreas se pasaron a la conducción contraria a la japonesa, y en 1970 Birmania también se sumó al sistema derechista, al igual que siempre habían mantenido los países árabes y las ex–colonias francesas de Vietnam y Camboya. El resto del sudeste asiático, junto a Japón, Pakistán, India y Bangladesh, así como la mayoría de Oceanía (Australia, Nueva Zelanda,…) transitan por la izquierda. Hacia 1960 Pakistán desestimó el cambio por la dificultad de enseñar a los viejos… camellos, que de noche circulan en caravanas mientras sus conductores dormitan.

En África sólo resta con la conducción a la izquierda el Sudeste, desde Kenia hasta Sudáfrica, tras numerosos procesos de normalización que afectaron entre los años 60 y 70, a los países del centro como Nigeria, Ghana, Sudán, Etiopía, Somalia, Angola,…por el aumento del turismo y del comercio globales.

En las últimas décadas parecen haberse paralizado los costosos cambios en el sentido de conducción. Siempre fueron para pasarse a la conducción más extendida, por la derecha, excepto en la isla de Okinawa en 1978, para adecuarla al resto de Japón y borrar el recuerdo de 27 años de ocupación estadounidense, con un coste de más de 200 millones de euros. En 1982, los argentinos impusieron en las islas Malvinas la conducción por la derecha, hasta que los británicos volvieron a dirigir el tráfico. Como última reliquia del Imperio Británico queda Hong Kong, devuelto a China en julio de 1997 y donde se circula por la izquierda.

Sería aconsejable por razones de seguridad y estandarización que como automovilistas, motoristas o transportistas,… todos fuésemos siempre derechistas en las autopistas. A propósito, ello también significa circular por el carril más a la derecha que esté libre, dejando los restantes para quienes circulan más rápidos. Recuerden la norma: “Por la izquierda, sólo para adelantar”.

Acierto cierto


¿Cómo actuar acertadamente entre la precipitación y la indecisión?

En la vida moderna se valora especialmente la cualidad de ser resolutivo, de tomar decisiones atinadas en el plazo improrrogable del que se disponga. Incluso el salario está en función de la calidad y cantidad de determinaciones que hayan de adoptarse en el puesto de trabajo.

No vale acertar fuera de tiempo, ni equivocarse en plazo. La clase de vida que nos aguarda está en función directa de nuestras elecciones: ¿Qué clase de amigos preferimos?; ¿Estudiamos mucho o no?; ¿Qué tipo de carrera?; ¿En qué sector o empresa trabajaremos?,... Ortega decía que “Vivir es constantemente decidir lo que vamos a ser”. Pero generalmente las elecciones no son claras, entre un número determinado de opciones donde son bien conocidos sus inconvenientes y sus ventajas.

Se trata de un dilema clásico, aplicable a todos los interrogantes anteriores en lo que a técnica de decisión se refiere, desde la elección de la pareja o del piso, salvada la lógica diferencia de trascendencia entre un cónyuge y un inmueble. No hay que precipitarse, porque el resultado es muy importante, pero tampoco se puede dilatar la preferencia hasta que sea demasiado tarde. Es la sempiterna historia de la princesa que buscando la mejor flor del bosque nunca se decidió… hasta que salió de la arboleda. O la anécdota de Kant, con acreditada fama de meditabundo. Para casarse también se lo pensó largamente, y cuando concluyó que su primera y única novia era la idónea, acudió a su ciudad para comunicárselo llevándose un inmenso desengaño al enterarse que su amada se había mudado… hacía 20 años.

La teoría de juegos, especialidad matemática muy compleja, propone un modelo que simplificamos para su mejor comprensión: El caso del detective y el bandido alto. A las puertas de un garito donde se reúne una banda, espera un investigador con la misión de seguir al jefe. Sólo sabe que es el más alto del grupo de malhechores, pero ignora si todos ellos son rateros o púgiles, por lo que el cabecilla puede medir sólo un metro o más de dos. Además, para evitar ser seguidos los delincuentes salen de uno en uno, y al azar. El agente ve aparecer el primero y debe resolver seguirle o perderle. Conoce aproximadamente el número de bandidos, imaginemos que 100, y debe acertar en su única elección. ¿Parece imposible acertar? ¿Sólo un 1% de éxito? La estadística establece que con un método adecuado se puede acertar casi el 40%, aún en tan adversas circunstancias. El mejor sistema, sin enrevesadas demostraciones, consiste en dejar pasar a un tercio de los bandidos, a 33 en este caso, midiendo aproximadamente la altura del más alto que haya desaparecido. Luego se elige como posible jefe al siguiente que muestre una altura mayor. Así se optimizan las probabilidades.

En resumen, para cualquier decisión existe una fórmula que minimiza el error. El procedimiento descrito sugiere que también en situaciones análogas de la vida real, menos ideal que un problema matemático, como la compra de un piso, es conveniente evaluar un período aún perdiendo algunas oportunidades para fijar un valor de referencia. Y luego optar por la siguiente ocasión en la que se supere ese nivel. Si uno está dispuesto a ver 50 posibles viviendas, valoremos en 15 de ellas el precio/calidad de la mejor,… y sigamos visitando casas hasta que una supere a la mejor de las anteriores, sin perpetuar la búsqueda hasta el infinito. Observar, medir, comparar… y luego decidir con la confianza de haber acertado. Napoleón ya lo sentenció: “Nada más difícil, pero nada más precioso, que el decidirse”.

Actualización: Otro post que corrobora y matiza lo expuesto lo hemos publicado como "Las matemáticas del amor", en febrero de 2015.

Últimas palabras famosas

CLIC para leer más...- Pardonnez-moi, monsieur. (Discúlpeme, señor) María Antonieta Cuando se aproximaba a la guillotina, condenada a ser decapitada por traición, tropezó accidentalmente con el pie del verdugo.

- Condenada a ser decapitada por presunto adulterio y alta traición, Ana Bolena fue llevada al cadalso, donde le dijo a su verdugo: “No le dará ningún trabajo: tengo el cuello muy fino".

- Napoleón: "France, armée (ejército), Joséphine", o, según la versión de las memorias de Santa Helena "...tête...armée...Mon Dieu !". Tenía entonces 52 años.

Historia y futuro de Euskadi

Reaparecen en prensa nuevas variantes de la arcaica diatriba sobre la legitimidad histórica de una nación vasca. Se insiste en la refutación de base histórica del Plan Ibarretxe e, incluso, en la negación del concepto de ‘‘comunidades históricas’’ recogida por la Constitución… por el mismísimo Presidente del Tribunal Constitucional. Se reitera en que solamente son mistificaciones nacionalistas, como si la historiografía mítica fuese patrimonio exclusivo de los vascos. En definitiva, los más conspicuos falsificadores históricos nos trasladan la conjetura de que Euskadi no puede ser una nación por razones… de pasado.

Yo toco el futuro: Me dedico a enseñar. En general, se habla demasiado a los más jóvenes del pasado y no lo suficiente del porvenir, es decir, demasiado de los otros y no lo necesario de ellos mismos.

Dejando en manos de los historiadores y colegas de Irakasten.org la defensa del pasado propio de Euskadi, únicamente indicaría aquí lo que cualquier escolar sabe. Los vascos conservamos desde hace 20.000 años una de las lenguas más antiguas de Europa, desde el paleolítico hasta la actualidad. Sólo por este dato nuestro pasado sería relevante históricamente, pero en otros apartados también es singular, y ello sin detenernos en las batallas, ganadas o perdidas, que también forman parte del patrimonio histórico y cultural de la humanidad desde Roncesvalles (con "La chanson de Roland") hasta Gernika (gracias a Picasso). En el proceso de civilización, los vascos hemos sido pioneros en circunnavegar el mundo (hacia el Oeste con Elcano y hacia el Este con Urdaneta), escrito el Código Marítimo más antiguo del mundo, protagonizado la primera huelga documentada de los artesanos vascos en la construcción del Monasterio del Escorial, y constituido como la primera democracia de Occidente con el Fuero de Bizkaia, que garantizaba las protección de los derechos individuales desde el siglo XVI, y de la que da fe el Escudo de Bizkaia en el Capitolio de Washington como ‘‘La más antigua, la más admirable y ejemplar de las Instituciones Democráticas que se han conocido en el Mundo’’.

La Historia se ha reescrito múltiples veces, es la Penélope sombría que pasa las noches destejiendo la tela que antes urdieron sus manos. Napoleón observó que se trata de una fábula que todos hemos aceptado, y otros prohombres señalaron que es la suma de todos los crímenes de la humanidad, o una especialidad de la literatura de ficción o, escuetamente, la mentira encuadernada. Destacan cuatro citas: ‘‘La historia de la humanidad es un movimiento constante desde el reino de la necesidad hacia el reino de la libertad’’, Mao-Tse-Tung; ‘‘La historia no es mecánica, porque los hombres son libres para transformarla’’, Jefferson; ‘‘La historia es, más o menos, una simpleza. Queremos vivir en el presente y la única historia que tiene algún valor es la que nosotros hacemos hoy’’, Henry Ford; y la de H. G. Wells, ‘‘La historia humana es cada vez más una carrera entre la educación y la catástrofe’’.

Los educadores enseñamos que el futuro tiene muchos adjetivos: Para algunos, es lo desconocido o lo inalcanzable, pero para los más animosos es la oportunidad. Les explicamos a los alumnos que el tiempo está de su parte, que se interesen por el futuro, porque ahí es donde pasarán el resto de su vida, y que la existencia siempre es anticipación y porvenir. Somos proyectos. El ser humano es, sobre todo, futuro. Todos preferimos los sueños del futuro, más que la historia del pasado. El pasado es simplemente el material con que fabricamos el futuro. El futuro es prepararnos para lo que no ha sido nunca. El futuro no pertenece a nadie, porque nos pertenece a todos. No hay precursores del futuro; sólo existen retardatarios. Nosotros, y nuestros hijos, somos el futuro. El futuro es ahora.

La patria de un hombre son sus ilusiones. Un hombre sin un sueño y un plan, es un hombre sin futuro. Nuestra vida es un constante toparse con el futuro. Solamente aquel que construye el futuro, tiene derecho a juzgar el pasado. Las naciones no son sino el resultado de un sueño colectivo… Las grandes naciones así nacieron.

Euskadi será lo que nosotros soñemos. Un pueblo no es sino un sugestivo proyecto de acción en común. Vivimos en una sociedad pluralista, plurilingüe e intercultural. Los orígenes diversos del pasado podrían separarnos, pero nos agrupa la identidad futura de ciudadanía vasca en una Europa unida. Por estas razones de futuro, Euskadi ya ha nacido y crece día a día. Lo mejor del futuro es que viene en porciones diarias. Para el presente día recomiendo dos poesías. La primera de Martin Luther King, el famoso ‘‘Hoy tengo un Sueño’’ durante la Marcha a Washington: "Yo tuve un sueño de unidad, donde caminaríamos codo con codo, pero hoy veo que sólo soy yo, sencillamente intentando arreglármelas".

La segunda de nuestro bardo "Lauaxeta": "Gorrotoz barik, noan maitetasun-bidez" (Camine yo sin odio, por los caminos de la paz).

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Piensa en grande

"Si piensas que estás vencido, lo estás;
si piensas que no te atreverás, no lo harás;
si piensas que te gustaría ganar, pero no puedes,
es casi seguro... que no lo lograrás.

Si piensas que vas a perder, ya has perdido;
porque en el mundo encontrarás
que el éxito comienza con la voluntad;
todo está... en el estado mental.

Muchas carreras se han perdido
antes de haberse corrido,
y muchos cobardes han fracasado
antes de haber su trabajo empezado.

Piensa en grande y tus hechos crecerán,
piensa en pequeño y quedarás atrás,
piensa que puedes y podrás;
todo está... en el estado mental.

Si piensas que estás aventajado, lo estás;
tienes que pensar bien para elevarte,
tienes que estar seguro de ti mismo,
antes de ganar un premio.

La batalla de la vida no siempre la gana
el hombre más fuerte o el más ligero,
porque tarde o temprano, el hombre que gana,
es aquel que cree poder hacerlo.
"
Napoleón Hill
Mikel Agirregabiria