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Estar vivos... antes de estar definitivamente muertos

De la película "Caballos Salvajes" destaca el monólogo de José (Héctor Alterio). Texto: "Se puede vivir una larga vida sin aprender nada, se puede durar sobre la tierra sin agregar ni cambiar una pincelada de paisaje; se puede simplemente no estar muerto sin estar tampoco vivo. Basta con no amar, nunca, a nada, a nadie. Es la única receta infalible para no sufrir. Yo aposté mi vida a todo lo contrario. Y hacía muchos años que definitivamente había dejado de importarme si lo perdido era más que lo ganado. Creía que ya estábamos a mano, el mundo y yo, ahora que ninguno de los dos respetaba mucho al otro. Pero un día descubrí que todavía podía hacer algo para estar completamente vivo, antes de estar definitivamente muerto. Entonces me puse en movimiento"…

Cuentan de un blogger que un día no supo qué postear...

  • Cuentan de un niño que un día no supo qué soñar, y creció.
  • Cuentan de un joven que un día no supo qué amar, y envejeció.
  • Cuentan de un viejo que un día no supo qué aprender, y entristeció.
  • Cuentan de un poeta que un día no supo qué cantar, y enmudeció.
  • Cuentan de un político que un día no supo qué prometer, y dimitió.
  • Cuentan de un explorador que un día no supo qué investigar, y se perdió.
  • Cuentan de un profesor que un día no supo qué enseñar, y aprendió.
  • Cuentan de un blogger que un día no supo qué postear, y esto escribió.
  • Cuentan que así era yo que un día no supo qué compartir, y lo redescubrió.
Música: Aline de Christophe

Educación fractal, capaz de regenerarse

Escribiendo sobre "Política lírica" que desborde a la épica bélica, recuperé el binomio "educación fractal" del que escribí hace tiempo, pero que no había recogido en este blog. Siempre he creído en una Educación que transmita valores éticos, comunes y compartidos. Porque toda actuación humana se fundamenta en el código de valores de quien la ejecuta. En la esencia moral de toda persona se gestan su comportamiento, su felicidad, su destino. Si se acepta la proposición anterior, ¿cómo podría nadie propugnar su exclusión de entre las materias obligatorias de la educación? En definitiva, educar es entusiasmar con valores indelebles.
Fractal , concepto tomado de las matemáticas, es un espacio de dimensión fraccionaria, que lleva en su interior el germen de su propia construcción o identidad. Por ello, una educación ética aspira a instalar en lo más íntimo del discente un código “genético” de valores (en todas sus “células”), y no sólo a dotarle de recursos cognitivos, afectivos y actitudinales, para poder asegurar que su autonomía será plena. Sin ese esencial código de claves éticas, todo lo demás sería insuficiente y baldío.
Esta propuesta educativa abre un camino a la esperanza, no ausente de nuestro entorno. A nuestro alrededor siguen muy presentes la bondad, la belleza, la bonhomía, la generosidad, el compromiso, la lealtad, la renuncia, la ternura, la amabilidad, la honradez, la inteligencia, la humanidad,...
El vitalismo – siempre ardorosamente optimista – nos indica el mejor de los caminos para guiar la elección de valores por la juventud: ¡Basta con que pruebe los valores genuinos! Si alguien ha paladeado un amor incondicional (como el que los buenos progenitores brindan a sus descendientes, o el amor auténtico de una pareja), si alguien ha saboreado la realización de un trabajo bien hecho (que queda como un legado), si alguien ha disfrutado realmente un patrimonio cultural,... nunca seguirá otras tortuosas veredas de los placeres más efímeros, que implican el daño ajeno o la falta de solidaridad.
¡Demos la oportunidad de elegir, con libre albedrío, entre amar u odiar! ¿Quién, en su sano juicio, puede preferir la maldad a la bondad? ¿Quién elegiría destruir y no construir?, ¿Quién mataría, si pudiese -por el contrario- engendrar vida, o mejorar la de aquellos que son sus semejantes? Padres, madres, educadoras y educadores: No permitamos que nadie eclipse los valores auténticos. Ejemplifiquémoslos con nuestra vida y cuando logremos la verdadera felicidad, otros no dudarán en seguirnos. Ambiquity ~~~Draft! Please Comment from Michel Gingras on Vimeo.

Amar, u odiar, a todo y a todos

La vida es más sencilla de lo que algunos pretenden hacernos creer.

Se huelen, se sienten, pero todavía faltan unos días para que nos alcancen las esperadas vacaciones. Al llegar a estas fechas de julio, ya pedimos vacaciones. La rutina agota. Y más esta usanza del conflicto incesante que repiten machaconamente los medios de comunicación convencionales. La crisis, pues sí, la hay; pero además no dejan de recordárnosla. La confrontación política, que sí, existe; pero no insistan aún más. Las buenas noticias del mundo real se evaporan en medio del cenagal de la animadversión que parece vende los malos periódicos. Alguna noticia feliz, asoma tímidamente, y de inmediato suscita el odio de los buitres contertulios, que le ponen pegas (¿la liberación de Ingrid Betancourt fue pagada?).

La política sólo despierta el interés general cuando se lanzan descalificaciones, cuando la ofensa (o la envidia) se vierten inmisericordes. El regreso de Josu Jon Imaz, que -discreta y desafortunadamente- se aparta de la política activa (esperemos que sólo por un tiempo), se convierte en más noticia aireando el rencor de su caduco y trasnochado predecesor, quien flaco favor hace a su propio partido. Los codazos y las reyertas intestinas de los partidos, de izquierda y derecha, son celebrados y sus víctimas exhibidas con el descaro y desgarro de las guerras fraticidas. El viaje al centro del PP, que podría ser celebrado por todos –sobre todo si se materializa en algún grado-, es mostrado como desorientación y debilidad. Las graves contradicciones, éticas, políticas e incluso aritméticas, de formaciones descarriadas como EHAK son esgrimidas como argumentos lógicos, por unos y por otros, en lugar de traspasarlas al archivo de las enfermedades psicosociales para su prevención y erradicación con la mejor vacuna: una buena educación.

Justamente esta receta, una profunda y cuidada educación para todos, es la gran ausente del panorama público. Su carencia es palpable en los personajes de relumbrón. Los grandes políticos, los buenos estudiantes, los mejores profesores, las personas más inteligentes, las mujeres y hombres cabales, parecen enmudecer en este corral del desorden y del resentimiento. No son buenos tiempos para el amor, la poesía, el consenso, el acuerdo, el encuentro,… Brillan espadas refulgentes de odio, y nos ciegan con sus salpicaduras de rencor. La enemistad se extiende y se diversifica. Tras detestar a personas (por su origen, por su color, por todo aquello que no han podido elegir), se está empezando a aborrecer los idiomas, las banderas, los colores de unas camisetas deportivas,…

Sólo se odia lo que se desconoce. Más aún, sólo detestan los analfabetos emocionales, los confundidos sin autoestima, los incultos maleducados, los minusválidos del corazón. ¿Cómo no apreciar a quienes son nuestros semejantes, hechos de la misma carne y la misma sangre que nosotros, sin importar sus circunstancias? ¿Cómo no amar las lenguas que aún perviven aunque nos sean extrañas? ¿Cómo no respetar y reconocer los símbolos que otras personas aprecian? ¿Cómo no vibrar con las hazañas deportivas de superación de los seres humanos (aunque sea la monserga del omnipresente y cacareado fútbol)?

Quien odia algo, por nimio que sea su aborrecimiento, demuestra que no ama nada; su comportamiento denota que odia todo y a todos, incluido a sí mismo. El rencor es una prueba infalible de insatisfacción personal. Quien es capaz de amar, de verdad, a una sola persona, es incompetente para odiar a nadie. Quien goza realmente con una o varias lenguas, admira las que aún desconoce. Quien se reconoce en una o varias enseñas, reverencia las de los demás. Quien ha aprendido a amar, nunca querría, sabría, ni podría odiar. Sólo hay dos opciones a escoger: Amar (a todo y a todos) u odiar (a todos y a todo). Con un poco de sabiduría y sentido común, no resulta difícil la elección.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2008/amar.DOC

La habitación de Marvin

Una conmovedora conversación entre las dos hermanas (Bessie interpretada por Diane Keaton y Lee, representada por Meryl Streep) ofrece la mejor dimensión del amor, que siempre es correspondido, al menos, por su misma vivencia:
Bessie: He tenido tanta suerte de tener (que cuidar) a papá (Marvin) y a Ruth. He tenido tanto amor en mi vida...
Lee: Ellos te quieren mucho...
Bessie: No. No quiero decir eso, no... Me refiero al amor que yo he tenido por ellos, he tenido tanta suerte de haber podido amar a alguien...

La educación sentimental

En nuestros días se desconoce casi todo de esta materia, ni siquiera la insigne obra de Flaubert es reconocida.

Es indudable la mejoría de la formación de nuestra juventud, tanto en lo referente al desarrollo de la inteligencia cognitiva, como –también, aunque en menor grado- de la inteligencia emocional. Pero la “educación en valores”, y particularmente la “educación sentimental” son un déficit para el pleno desarrollo personal y colectivo de la generaciones futuras.

Con ánimo educativo y sin pretensiones de categorizar, se relacionan algunos consejos que se han demostrado útiles para orientar a jóvenes con incertidumbres y pesares en tan sensible problemática, que a veces conduce a la infelicidad de una vida solitaria o mal acompañada. El método nemotécnico podríamos denominarlo “CEDA”, por las iniciales de los verbos implicados.

Comprometerse. La búsqueda de una pareja exige decisión y empeño. Lo primero es determinar si se busca “un ligue” o un compromiso mayor. Es exigible que las dos partes tengan el mismo propósito. Este esquema se orienta más hacia quienes desean y pretenden un compromiso estable y duradero. Esta etapa es esencial, pero a menudo se olvida y luego es fuente de desengaño.

Elegir. Es preciso comprender que escoger una potencial pareja no es lo mismo que tomar parte en un jurado de “Miss o de Mister”. No se trata de buscar la candidatura óptima… para no se sabe quién. Escoger bien es hallar alguien que te convenga,… y que tú le convengas a esa persona. Porque alguien que te “conviene a ti” debe ser alguien a quien “tú también convengas”. Repetimos: Si tú no le convienes a esa persona, esa persona no te conviene a ti. Puede parecer muy prosaico, pero éste es el quid de una buena selección. El objetivo es encontrar una pareja que se hagan y se sientan bien mutuamente.

Declinar. Todo lo anterior resultaría insuficiente si no aseguramos nuestra capacidad de rechazar opciones que no cumplan con generosidad y rigor lo planteado anteriormente. Hay que aprender a romper lo que no ha empezado bien, o lo que empeora. La gente cambia, es cierto, pero una relación con dificultades de entendimiento o compromiso desequilibrado con el tiempo suele ir… a peor. Sólo desde un análisis frío, incorporando opiniones de quienes nos quieren incondicionalmente (como la familia), y desde la libertad de poder romper… se puede dar el último paso…

Aceptar. Que es mucho más que decir “SÍ” en un momento; es aceptarse y disfrutarse de cómo sois ambos, y aceptar que podéis amaros aún más. No sólo hay que aceptar las diferencias que puedan existir, también hay que adorarlas desde ambos lados. Significa apostar por la pareja, por encima de uno mismo. Hacer que la primera dicha buscada no sea la tuya, sino la de tu cónyuge. Aceptar significa pensar en el medio y largo plazo, no en lo inmediato. Aceptar es amar, profundamente y para siempre. Aceptar el amor es… asumir la vida y descubrir la felicidad.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2007/edusentimental.DOC

Poesía en un blog: Dime por qué no.

Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo,
enfermedad que crece si es curada.

Éste es el niño Amor, éste es tu abismo:
mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo.


Definición del amor de Francisco de Quevedo.

Xabiertxo: Cartilla escolar en euskera

Entre otros varios, aprecio mucho esta Enciclopedia para enseñar a los niños a leer en euskara (Umiei euskaraz irakurtzen erakusteko idaztia).

Publicada en 1967. Autor: LOPEZ - MENDIZABAL' dar IXAKA'k.

Detalle y traducción de la primera lección:

Dios (Jaungoikoa) es el autor de todas las cosas. Él hizo la Tierra, el Sol, la Luna y todas las estrellas...
... Debemos amar de todo corazón a Dios.

Homenaje a Neil Postman (1931-2003)

Algunas de sus citas:
"Hemos olvidado que al lado de la oscura visión de Orwell (1984), hubo otra –un poco más antigua, un poco menos conocida pero igualmente estremecedora– : El Mundo Feliz de Aldous Huxley. Al contrario de lo que se cree, incluso entre gente ilustrada, Huxley y Orwell no profetizaron la misma cosa. Orwell advierte que sobrevendrá sobre nosotros una opresión impuesta externamente. Mientras que en la visión de Huxley, ningún Gran Hermano será necesario para privar a la gente de su historia, madurez y autonomía. Tal y como él lo vio, la gente llegará a amar su opresión, a adorar las tecnologías que deshacen sus capacidades para pensar" (en su obra 'Divertirse hasta morir').
"La inclusión de la televisión en los espacios de la vida privada alterará nuestra compresión de la esfera política, modificará nuestro entendimiento de las relaciones sociales e incluso inducirá un cambio en la manera en la que percibimos la realidad."
"Estados Unidos y el Occidente se han convertido en una “tecnópolis”: un estado donde la cultura busca su fundamento en la tecnología, halla la satisfacción en la tecnología y acepta órdenes de la tecnología
".

Pensar, amar y hacer

"Queremos educar a nuestro alumnado para sean personas que sepan utilizar la cabeza, el corazón y las manos".
Escuchado a un educador...
Mikel Agirregabiria

Aprendiendo lo principal

Cada mañana, justo al despertar, repaso estas verdades, que me enseñan a vivir y me dicen cómo amar.

Hoy proseguiré mi tarea de aprender a existir, porque cada día siento que estoy aprendiendo. Estoy aprendiendo que no puedo obligar a nadie a que me ame, pero puedo convertirme en alguien a quien se puede amar. Estoy aprendiendo que puedo llegar mucho más lejos de lo que creí posible. Estoy aprendiendo que, aunque mis antecedentes y circunstancias me han condicionado, ahora sólo yo soy el responsable de lo que llegaré a ser,… Estoy aprendiendo que cuando soy honesto conmigo mismo, llego más lejos en la vida...

Estoy aprendiendo que es más satisfactorio reflexionar que apresurarse, aunque sea mucho más fácil reaccionar que pensar. Estoy aprendiendo que soy el único responsable de mis actos, cualquiera que sea el sentimiento que me embargue cuando los ejecute. Estoy aprendiendo que si no controlo mis emociones, ellas me dominarán. Estoy aprendiendo a ser más fuerte que mi dolor, y que el mundo no se detiene por mi duelo. Estoy aprendiendo que hay momentos en los que tengo el derecho de estar enojado, mas el derecho de hacer daño jamás.

Estoy aprendiendo que lo que verdaderamente cuenta en la vida no son las cosas que poseo, sino las personas que encuentro a mi alrededor. Estoy aprendiendo a ser generoso, porque hay cosas que puedo hacer en un instante y que pueden ocasionar dolor toda una vida, a mí y a los demás,... Estoy aprendiendo que se requieren años para construir la confianza y que bastan segundos para perderla.

Estoy aprendiendo que el dinero es un pésimo indicador del valor de algo o de alguien. Estoy aprendiendo que el verdadero amor y la verdadera mistad, continúan creciendo a pesar del tiempo y de la distancia. Estoy aprendiendo que dos personas pueden mirar la misma cosa y ver algo totalmente diferente. Estoy aprendiendo que tanto el escribir como el hablar, alivia las penas compartidas. Estoy aprendiendo que aunque la palabra amor pueda tener diferentes significados, pierde su valor cuando se utiliza con ligereza,...

Estoy aprendiendo que no he de compararme con lo mejor que hacen los demás, sino con lo máximo que puedo hacer yo. Estoy aprendiendo que lo más importante no es lo que me acontece, sino cómo respondo a lo que me sucede. Estoy aprendiendo que los héroes son quienes hacen aquello de lo que están convencidos. Estoy aprendiendo que es importante practicar para convertirme en la persona que quiero ser. Estoy aprendiendo que, sin duda alguna, necesitaré seguir aprendiendo...

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/aprendiendo.DOC

Única opción de lógica contradicción

Vivimos sin vivir, muriendo por no morir, un tragicómico claroscuro de amor-odio, donde todo es lo contrario de sí mismo.

La realidad virtual de este mundo inmundo, oculta un agudo sarcasmo bajo un aparente absurdo. Es algo nuevo y redundante, descrito por clásicos modernos con santos malditos, filósofos ignorantes, honorables villanos, cobardes matadores, reclusos en libertad, mártires crueles, leales traidores y rendidos victoriosos.

Este hielo abrasador, fuego helado que duele y no se siente, breve descanso muy cansado, es soñado bien y mal presente. Es un descuido de cuidado, un andar solitario entre la gente, libertad encarcelada, enfermedad que crece si es curada, un amar solamente ser amado. Un agridulce mundo así, de vista ciega y gentil descortesía tiernamente hiere la luz oscura, la música callada, la gloria triste, la vida muerta donde lo fugitivo perdura.

Nos inculcaron arquetipos híbridos como amor libre, discriminación positiva, lógica borrosa, cuadratura del círculo, estabilidad dinámica, apuesta segura, actuar con naturalidad, ambigüedad explícita, crecimiento negativo, caos controlado, club de solitarios, creencias científicas, cambio constante, aldea global, agricultura ecológica, comida basura,…

Primero fue la publicidad fiable, el espejismo real del pequeño milagro: Lujo imprescindible, nuevo y mejorado, estimación precisa, préstamo sin interés, ahorrar comprando, déficit cero, inversión segura, riesgo calculado y accidente premeditado, lavado en seco, café descafeinado, alarma muda, conservantes naturales, copia original, chocolate blanco de peso ligero, y para inyección letal estéril aguja.

Luego, el modelo plagiado de cultura de masas, espectacularmente aburrida, de intimidad compartida, espontaneidad calculada, improvisación pautada para perfectos idiotas, que en orden aleatorio siguen la línea discontinua de una organización caótica. El menos es más, la opulenta miseria de millonario arruinado, el éxito parcial del eterno presente, la emergencia rutinaria, el fanatismo cultural, la fantasía real, el realismo mágico de resultados iniciales, resumen detallado, porción completa de una realidad mística en silencio cacofónico de banalidad profunda.

Siguió la política privada, el rumor fidedigno, tregua permanente, calma tensa, suspensión indefinida, casi segura, principio del fin, paranoia justificada, pacto sin compromiso, paradas continuas, simples complicación de solución aproximada, el desacuerdo unánime, golpe institucional, derecha siniestra en una monarquía moderna de soberanía limitada.

Después, las medias verdades: Fuerza de paz, invasión humanitaria, guerra santa, ataque defensivo, ofensiva preventiva, armas inteligentes, destrucción creativa, ejército pacificador, fuego amigo, dulces derrotas, juegos de guerra, peligros controlados, desastres menores, y el yugo liberador de una paz armada.

Finalmente, la verdad relativa, la violación consentida de una moral flexible con opción obligatoria, plan espontáneo de opinión objetiva, la vida extinta en la historia del futuro, del hoy es el mañana para encontrarnos perdidos… en un secreto compartido de esperar lo imprevisto, de la versión definitiva de mudanza constante, semiprecioso zig-zag de simplicidad kafkiana vagamente consciente del nunca generalices.

Solos entre la multitud, soñamos despiertos las noches blancas de los recuerdos olvidados, medio muertos y medio enterrados. Para romper con cuidado esta atronadora mudez seamos pacientes ansiosos, pacíficos furiosos, tímidos arrogantes de graciosa torpeza, llena de vacíos repletos de tolerancia cero. Apresúrate despacio, calla y responde: ¿Prohibido prohibir la utopía viable?

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La tercera facultad humana

¿Por qué nos sugieren que hay tres misiones que cumplir en la vida, escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo?

Los seres humanos somos complejos y ambiciosos. Ansiamos mucho de una corta vida. Quizá, porque sabemos que estamos dotados de varios y poderosos talentos. El primero es la capacidad de pensar, potencia de la estamos especialmente orgullosos. Somos animales “racionales”, porque estamos dotados de inteligencia. Es algo único en la naturaleza y ha permitido a la especie humana un desarrollo sin parangón.

La segunda aptitud es igualmente exclusiva: la fuerza de amar. El afecto, la amistad, la ternura, la pasión nos convierte en gigantes espirituales, en seres que desean amar y ser amados, un exclusivo don místico que nos proyecta por encima de lo físico y de lo material, que recrea nuestras vidas y nos alza hacia el cielo.

El corto y reciente tramo feliz de la Historia de la Humanidad arranca cuando la Razón comienza a imperar en la ciencia, en la filosofía y en la política. Incluso, siendo optimistas, podríamos llegar a creer que vislumbramos una nueva etapa histórica de fraternidad, de solidaridad y de justicia si el Amor estuviese presente en todos nuestros objetivos y actos.

Existe una tercera potestad inigualable. Quizá crecientemente olvidada en nuestra vanidosa civilización, especialmente en las clases sociales más frívolas, seguramente por quiénes son sus mejores intérpretes. Esta potencia humana nos dota de una dimensión inigualable, proyectando nuestra existencia más allá del tiempo y del espacio. Este máximo poder que nos asegura la continuidad, la ubicuidad y la eternidad es… la maternidad o la paternidad, en todas sus formas, incluida la docencia, que crean y transmiten a nuestros descendientes todo nuestro legado genético, educativo y cultural para su perpetuación y perfección.

Según Víctor Hugo, cada uno de nosotros posee en sí tres centros para cumplir su función terrenal: el cerebro, el corazón y el vientre. Cada uno de estos centros es augusto para una gran función: pensamiento, amor y concepción. Son tres poderes con muchas semejantes: son dolorosos inicialmente, cuesta aprender, amar y procrear; infinitamente gozosos cuando se descubre la alegría que encierran; y son irreversibles porque marcan nuestro destino definitivo. Sólo con el desarrollo de estas tres posibilidades, al máximo posible, humanizaremos nuestra realidad y nuestro futuro.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/3poder.DOC
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El secreto de la felicidad: Tómate tu tiempo

El desdichado dedica su tiempo a pensar si se es o no feliz. Para evitarlo, tómate tu tiempo en…

Reír… Es la música del alma.
Leer… Es la fuente del saber.
Pensar… Es la llave del éxito.
Soñar… Es el aliento de la felicidad.
Jugar… Es la inocencia de la infancia.
Llorar… Es el signo de un gran corazón.
Escuchar… Es la fuerza de la inteligencia.
Amar… Es el secreto de la eterna juventud.
Tómate tu tiempo en vivir… pues el tiempo pasa rápido… y no vuelve jamás.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2006/tutiempo.doc

El rapto recíproco

¿Seguimos enamorados o lo dejamos? Mucho se ha escrito de las separaciones matrimoniales, pero la ruptura de un noviazgo largo también suele resultar muy dura.

Las personas maduras e inteligentes, mujeres y hombres enamorados, saben que el noviazgo es una etapa destinada a conocer lo que es vivir con (y en) pareja. Es una etapa de prueba que concluye con un compromiso mayor o con la separación de los dos implicados en el proceso. Durante esta fase ambos aprenden a mutuamente conocerse mejor. Para ello, cada uno debe observar cómo responde ante un reto que exige superar el individualismo y que requiere entrega para ceder ante la otra persona en todo aquello, y será mucho, sobre lo que no opinen exactamente igual. En un amor verdadero nunca hay una persona que manda y otra que acata; son dos seres humanos que obedecen y siguen las mismas pautas que dicta una única pasión.

Hay algunas razones de peso para disolver una relación de noviazgo, si parece que no va bien. Si alguien no se separa de la persona equivocada, nunca tendrá la oportunidad de conocer a quien sí le podrá hacer feliz. Aparte de los motivos obvios (signos por ínfimos que sean de violencia, tendencia a la infidelidad,…), dos son los casos de alejamiento inmediato: Una insalvable diferencia de visión sobre el futuro a compartir; o la inmadurez de quien no sabe “lo que quiere”, porque nunca merecerá lo que tenga. Cuando no hay sintonía, la peor solución es confiar en que la otra persona cambiará: Primero, porque es más probable que le toque la lotería; segundo, porque si cambia, lo más previsible es que sea ella quien cambie de pareja; y tercero, porque cuando hay cambios del noviazgo al matrimonio, predominan los cambios… a peor.

En definitiva, si una relación no hace crecer a ambos, si no les hace mucho más dichosos, si no les hace superarse, mejorarse y quererse cada día más,… es absurdo aferrarse al dolor de un error de consecuencias crecientes. Por último, dejarlo no indica que ninguna de las personas sean inadecuadas para la vida en pareja; solamente lo son con ese partenaire. Sólo cuando una persona escoge reiteradamente parejas desacertadas, debe plantearse qué y cómo busca para dar de continuo con quienes resultan inapropiados.

También son muchas e importantes las razones para luchar por una relación, pero sólo si existe un amor mutuo capaz de superar cualquier otra dificultad desde el respeto para el encaje y la complementación. Las ventajas de amar son infinitas y nos descubren qué amor es verdadero: Sólo aquél que simplifica, alegra y estimula la vida, deshaciendo problemas y generando oportunidades. Son falsos amores los destructivos. Un genuino cariño crea, ilusiona y facilita su impagable desarrollo.

Buen indicador de estabilidad y acierto suele ser el dinamismo de un proceso de secuestro bilateral, nunca inmediato ni instantáneo, que no deja resquicios a la duda sobre el acierto. Las palabras “Te quiero” surgen con certidumbre de los labios de una pareja con la que comprometerse de por vida. Al principio con timidez; luego cada día, cada encuentro, cada mañana, cada tarde, cada noche,…
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/seguimos.htm

Belleza a la que amar

No comprendo cómo se puede pasar junto a un árbol y no ser feliz de verlo; hablar con una persona y no ser feliz de amarla. Y cuántas cosas hermosas hay a cada paso: mirad la infancia, mirad la aurora de Dios, mirad los ojos que os miran y os aman.

Fiódor Dostoyevski

Nacidos humanos

Cada recién nacido nos recuerda lo más esencial: para qué nacimos y que pronto o tarde moriremos.

No nacimos para explotarnos los unos a los otros, ni para odiarnos, ni para dominar o ser sometidos. Tampoco nacimos para triunfar, si ello supone la derrota de otros. No nacimos para perder, ni para sufrir, ni para ser esclavos de una forma u otra. Nacimos para ser libres, para ser justos, para ser solidarios, para ser felices.

Nosotros, todos, de un color u otro, de un continente u otro, somos personas, seres nacidos para compartir, para crear, para creer, para crecer, para aprender, para leer y para escribir, para trabajar, para sentir, para cantar, para bailar, para salvarnos, juntos, unidos,…

Nacimos necesitados de cuidados y destinados a cuidar. Nacimos indefensos, de una madre y de un padre, con el instinto de cuidar a los más pequeños, a los más débiles, para considerarnos como hermanos. Nacimos como seres sociales, para convivir mancomunados, para apoyarnos los unos en los otros, para compartir alegrías y para sobrellevar penas, para solucionar mejor nuestros problemas.

Nacimos para la alegría, para la gloria, para ser amigos, para enamorarnos, para perpetuarnos,… Somos seres nacidos con mente para pensar, con manos para contribuir, con corazón para amar, con cuerpo para gozar y con espíritu para que, cuando llegue la hora final, podamos decir: he vivido y mi vida ha tenido sentido.
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/nacidos.htm

Un día perdido

Veloz el tiempo corre y queda sólo el pesar de haberlo mal perdido.

Un día perdido es un día irrecuperable. De todo lo que hemos perdido, lo que más añoramos es el tiempo perdido. Napoleón creía que “Podemos recuperar el terreno perdido. El tiempo perdido, no”. Otros matizan más: Dinero perdido, nada perdido; tiempo perdido, algo perdido; corazón perdido, todo perdido.

Un día perdido es un día sin pasear, sin jugar, sin pintar, sin estudiar, sin aprender, sin leer, sin escribir,… pero sobre todo es un día sin amar. El día más irremediablemente perdido es aquel en que no nos hemos reído, o ni siquiera sonreído. Peor aún es el día que no hemos logrado que otros sonrían, o rían, o lean, o aprendan,… con nosotros.

Esos son los días más perdidos. Aquéllos en que no hemos amado o ayudado a nadie. Cayo Suetonio atribuyó al Emperador Tito la siguiente frase: “¡Amigos, he aquí un día perdido para mí!”. Palabras pronunciadas cierta noche, cuando advirtió que no había realizado ninguna buena obra. Lo no hecho cada día, es lo irremisiblemente perdido. También lo diferido, es medio perdido.

Hemos perdido demasiado tiempo, pero no sabemos cuál exactamente. La sabiduría considera que no es tiempo perdido el dedicado al trabajo, aunque éste parezca modesto e intrascendente. Tampoco es tiempo perdido el empleado en escuchar con humildad. Menos perdido aún es el día en el que hayamos fallado; al contrario, es enriquecedor pues el fracaso siempre acaece preñado de enseñanza.

Los verdaderos paraísos son los que hemos perdido, y esos paraísos perdidos sólo están en nosotros mismos. Luego están a nuestro alcance los paraísos genuinos. Recuperemos el tiempo perdido. Que no sea hoy un día perdido. Todavía estamos a tiempo de sonreír y de lograr que otros sonrían.
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/perdido.htm