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Cielos rojos... de esta misma mañana....

Con fotos como éstas, mejores o peores, participad en el Concurso de la Semana de la Ciencia 2008 - Zientzia Aste y ganad alguno de los 40 ultraportátiles ACER Aspire One o algún Apple iPod Touch.Desde Getxo (abajo) pasando por Erandio (arriba)...Lástima no haber parado... por las prisas. Cinco fotos.
Explicación del cielo rojo: Las fotos están tomadas poco después del amanecer. Al estar el Sol cerca del horizonte, la luz debe atravesar una porción de atmósfera mayor para llegar hasta el punto de observación (recuérdese que la capa atmosférica es muy delgada comparada con el radio terrestre). El color del Sol cambia a anaranjado y rojo, porque las longitudes de onda más cortas y energéticas (azul, verde) se van dispersando más y más al chocar con las moléculas gaseosas del aire y del polvo en suspensión hasta quedar sólo las frecuencias correspondientes al color rojo. Etiquetado en Technorati: .

Crónica de Politika 2.0


En primer lugar, fue una gran iniciativa de una parte de Aprendices (de Ricardo Ibarra o Erikenea y Nati de la Puerta o Jaio, inicialmente) y una inicial oportunidad de encuentro (de bloggers, muchos, y políticos, pocos) que supimos aprovechar. El valor proviene de la aproximación de dos mundos próximos, con intersecciones, pero con modos de funcionamiento muy diferentes. Y, también, fue una reunión de muchos amigos y amigas que blogueamos. El éxito de la convocatoria fue notable (la red funciona), porque en apenas dos semanas y en un desapacible sábado lluvioso nos reunimos medio centenar de personas, la inmensa mayoría bloggers (algunos, afortunadamente, con la doble dimensión de políticos también).

Lo mejor: Casi todo. Se habló de política actual y futura, pero sin partidismos fuera de lugar. La atención del Parlamento fue perfecta, con su Presidenta Izaskun Bilbao a la cabeza y acompañándonos toda la jornada. La logística, impecable desde atención técnica, lunch, sin prisas por acabar,... La moderación, o fue conducción, de Jorge... fue educada y... efectiva.

Lo peor: Cierta sensación, quizá muy personal, de que existe una brecha entre ambas culturas, la política y la bloguera, aunque también algunas afinidades (por predicar, como ejemplo). No se emitió por la web del Parlamento (¿Por qué? Quizá porque al ser muchos hubimos de estar en una sala no preparada para ello...)

La realidad: La excelente microponencia de Alfonso Gil sobre activismo democrático, nos recordó la política real de este país en pleno siglo XXI, cuando un concejal como él (PSE en el Ayuntamiento de Bilbao) nos contaba las limitaciones que tiene a la hora de utilizar las herramientas sociales de Internet (geoposicionamiento,...) por la grave situación de amenaza mortal que sufren tantas y tantas personas sólo por su legítima opción política. Algo que denunciamos como Politika 0.1 en nuestra propia presentación.

Otras crónicas de asistentes como Erikenea (y otro sobre lírica), Administraciones en Red (y II), José A. Donaire, Makgregory, Botxotik (2ª sobre proxemia bloguera), RobertoC, Thooby (otra sobre épica-lírica), Josi, Uriarte, Urbinaga, Jorge, Ugutz Txopitea,... y de quienes lo han seguido desde fuera como Kaleidoskopia, Oikoumene, Netoratón, J.R. Mora, Julen, Igone,...Web oficial. Wiki oficial. Fotos en Flickr (ya 218). Vídeos: EITB (I y II). Seguimiento en microblogging: Twemes, SearchTwitter,... Foto superior de Roberto Cacho. Otras fotos panorámicas nuestras. Grabación en podcasting de todo el evento, por Euskadi Digital (pronto). Tags Technorati: | | | .

Tareas pendientes...

La ajetreada vida real, esa que acontece fuera de Internet, nos ha impedido cumplir algunos compromisos prometidos y que esperamos entregar apurando plazos... Iñaki Murua, y HeziBerri contarán con nuestras reflexiones que hemos ido acumulando (más en la cabeza que en otros soportes... más fiables y perdurables). Y un artículo sobre "política lírica" está en el tintero,... pero hay que escribirlo (¡qué pereza como en aquellos remotos tiempos de exámenes y de oposiciones que te lo sabías todo, pero había que escribirlo para probarlo!)Tarea cumplida!]. Así mismo, por Twitter y Plurk (ver hilo) me comprometí a redactar un post largo bajo el epígrafe siguiente: "Peter Pan se toma un respiro...". También llevamos muy adelantada la lectura de "Cuentos para gente impaciente" de Javier de Ríos Briz, que nos contactó por Twitter (¿o fué Plurk?), pero hemos ido degustando relato a relato sus narraciones con deleite y sin prisasTarea cumplida!]. La vida real y un entorno como el de la foto no dejan mucho tiempo para la lectura, ni para la escritura... Lo cierto es que llegan las 24:00 y ningún post escrito. Pero queda la madrugada y retrasar el reloj de Blogger para improvisar algo como esto: las deudas blogosféricas sin pagar. Los paseos, las amistades, las lecturas y las tertulias se concentran en verano. Ya llegará el otoño,...

En "El País" no saben matemáticas...

Esta luctuosa noticia venía acompañada de un error imperdonable: Confundir 1,35 horas con una hora y 35 minutos. Dado que una hora tiene 60 minutos (no cien minutos), 1,35 horas son una hora y 21 minutos. Con lo que el titular quita 14 (35-21) minutos a la espera de la ambulancia. Será por las prisas... que mejor si se hubiesen aplicado en la asistencia médica. Enviamos una rectificación en sus comentarios (a la espera de su reacción, si se publica o no). Minutos después, a las 16:34, sin publicar el comentario (que debía haber sido el 4º), ni agradecer privadamente vía e-mail la corrección, enmiendan el titular (véase abajo). Son unos desagradecidos, y eso que la nota era cortés y meramente explicativa. Por todo ello, se merecen este post.

Laika: La primera astronauta en el Sputnik 2

Se está cumpliendo medio siglo de la carrera espacial. Ya celebramos el pasado 4 de octubre el lanzamiento del Sputnik 1, y hoy recordamos a su sucesor que llevaba vida al espacio exterior. El 3 de noviembre de 1957 Laika fue el primer ser vivo en orbitar la Tierra. Su aventura duró sólo unas horas, porque la cápsula no disponía de un control de temperatura fiable debido a las prisas por conmemorar el cuadragésimo aniversario de la Revolución de Octubre. Vídeos: Una animación y según Mecano. Abajo: Jonathan Coulton - Space Doggity.

¡Cuidado con los falsos euros!

Vistos con detalle, como en estas fotos, se descubren muchas diferencias. Pero entre las prisas de la vida cotidiana, circulan con una sorprendente profusión. Me colaron esta moneda de 2 € ayer, y ya contaré si es reconocida por las máquinas de refrescos, aunque es un poco más ligera de peso. Se trata de una moneda tailandesa de 10 Thai Baht, anterior al lanzamiento del euro. Las suelen colar en las tiendas de “todo a cien” y en bares, tras transportarlas en bidones declarados como chatarra en la Aduana. Se ha de desconfiar si nos devuelven muchas monedas al cambio de un billete grande, alegando que no disponen de billetes pequeños.

Sensaciones laborales

Dejemos las prisas a los esclavos”, dijeron. “Ahora lo entiendo”, susurró uno de aquellos.

El trabajo, al igual que el ocio, ofrece diversidad de emociones. Frecuentemente, evocamos una imagen que representa nuestra tarea a la perfección: La del mago de los platillos rotatorios. Es un espectáculo que siempre nos fascinó a algunos, de pequeños y de mayores. El artista comienza pausadamente poniendo un primer plato sobre la varilla, y le imprime un giro que lo mantiene en el aire. Sigue añadiendo platos, con pausas para rotar a aquéllos que –al frenarse- parece que van a caer. Y continúa, con veinte o treinta discos en equilibrio precario, hasta que superado por la situación se le cae alguno. Entonces, confiando en que la primera rotura marque su récord, va recogiendo los restantes con la esperanza de minimizar los fallos y optimizar la función.

Habitualmente así empieza una jornada laboral. Al inicio, parece que será tranquila. Uno, dos o cinco temas (o platillos) bien vigilados y bajo control. Entonces, comienzan las llamadas, las urgencias y las sorpresas sobrevenidas. Manteniendo todo en vilo, evitamos las caídas estrepitosas. Casi siempre se consigue. A veces, no. Claro que las sensaciones extremas, cuando se prolongan, acaban por no sentirse. Ésa es nuestra esperanza. Al final, casi se le coge gusto a la celeridad, a la aceleración. Así aprendemos a diferenciar el vicio de la prisa respecto de la virtud de la actividad.
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/sensaciones.htm

¿Por qué es mejor el verano?

Aunque podrían ser muchas más, enunciamos quince razones por las que preferimos veranear a trabajar,…

Tras la súbita transición entre la pausa veraniega y la rutina laboral conviene elaborar una lista de motivos concretos por los que somos dichosos en vacaciones, incluso más que un fin de semana de descanso en período no estival.

Lo primero es por todo aquello de lo que nos desprendemos. Despojarnos y quedarnos SIN:

1. Reloj, despertador, horario, agenda,...
2. Teléfono, ni llamadas o e-mails de trabajo.
3. Zapatos (descalzos o en chanclas se vive mejor).
4. Necesidad de coche, atascos, metro, transportes públicos,…
5. Prisas, urgencias, asuntos pendientes, problemas irresolubles,…

Y sobre todo, lo esencial que cambia nuestro entorno y percepción,… es vivir CON:

1. Luz, más horas de sol y más claridad durante todo el día.
2. Una meteorología favorable, de agradable temperatura diurna y nocturna.
3. La siesta, y un mayor número de horas (semi)dormidas, en tumbona a poder ser.
4. La piscina, el mar, el contacto con el agua, la arena, el césped,...
5. Sentirnos al aire libre, en el porche, el jardín, el campo, la naturaleza,...
6. El mero espectáculo de la gente despreocupada, sonriente y feliz.
7. Los viajes y las comidas y las sobremesas con los familiares y las amistades.
8. Momentos para reflexionar, sosegarnos, serenarnos, analizar con mayor perspectiva,…
9. Ocasiones de cuidar y agasajar a los seres queridos que no podemos ver todos los días.
10. Más tiempo compartido y disfrutado con las personas más amadas.
Versión .DOC para imprimir

Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/verano2.htm

Menos es más

¡Alto! ¿Adónde vamos con tanta precipitación?

Antecedido por profusas apelaciones de las diferentes religiones al ascetismo y a la sobriedad, fue el poeta Robert Browning quien acuñó la frase: "Less is more” (menos es más). Recientemente desde el vanguardista universo cultural californiano, la revista “Coevolution” de híbrida influencia budista-hippie mantuvo que la gran sabiduría era coexistir con simplicidad voluntaria y austeridad franciscana. El redescubrimiento postmoderno de los bíblicos lirios del campo y las aves del cielo. Así nació el neologismo “downshifting” (­que podría traducirse por cambiar a menos o desacelerar), con la fuerza de que sólo un término anglosajón sabe condensar y propagar.

Fue un movimiento de reacción contra la cultura yuppie de los “workcoholics”, adictos al trabajo. La resurgida pintada del mayo del ‘68: “No consumáis, no trabajéis”, como respuesta a la estresada vida del trabajador contemporáneo, regida por lo que Max Weber definió como el espíritu protestante generador del capitalismo, según el cual para que Dios nos quiera y acepte en el cielo previamente hemos de demostrar el triunfo en la tierra. Dos autores, Vicki Robin y Joe Domínguez, aportaron su grano de arena en la lucha contra el consumismo con un libro-guía de título sugerente, “La bolsa o la vida”, best-seller durante años. Se convirtieron en portavoces de una forma de vida más sencilla, en busca de la frugalidad, renunciando a caprichos y, en su caso, proponiéndose literalmente vivir de las rentas. Con esta fórmula detectaron de cuánto se puede prescindir, en sueldo y horas de trabajo. Buscaron un equilibrio vital más satisfactorio, si bien la fórmula americana no es trasplantable a la mentalidad europea, donde lo laboral cumple funciones de autoafirmación y de contribución al desarrollo social.

Desde el empacho de la abundancia inventamos el “lujo” de prescindir, de vivir con modestia para pensar con grandeza. Renunciando a competitivos puestos de inacabable jornada laboral, para descubrir recónditas vocaciones idílicas de bajo rendimiento económico, pero alta gratificación personal. Incluso los hábitos más simples de alimentación cambian drásticamente, para ganancia de salud y tiempo. El giro nutricio pasa del rojo al verde, del sangrante filete de búfalo al verdor de la huerta ecológica, renunciando a la pesada dieta chamuscada de cancerígena barbacoa, rebozada en colesterol y endulzada con azúcares industriales. O la parquedad del hogar con espacios vacíos frente a la opulencia sobrecargada de cachivaches tan suntuosos como inútiles. La existencia relajante requiere silencios en estancias desiertas, como la arquitectura minimalista de Mies van der Rohe, para dar cabida a la vida humana.

El dinero no da la felicidad, decimos los pobres… y es verdad. Sólo tenemos una vida, que está sazonada de pequeñas alegrías. Nuestra existencia merece algo más que diez horas de trabajo, dos de atasco, una de engullir, otra para arreglarse (eso quienes tengan arreglo) y, con suerte, ocho de sueño, que suman veintidós horas diarias. Apenas restan 120 minutos de “vida” por jornada. El mandato se decanta hacia “vivir más con menos dinero”, cambiar nivel de vida por calidad de vida. En definitiva, la versión modernista del hombre feliz que no tenía camisa o de las comunidades fundadas sobre la pobreza.

Un consejo: Limpiemos nuestra vida de lo superfluo. Un método simple es la mudanza ficticia. Imaginamos que cambiamos de vivienda, y empaquetamos las pertenencias de un cuarto, dejando el aposento "lleno de aire, como vino al mundo". Entonces recuperamos sólo lo indispensable, desembarazándonos de lo sobrante. Es muy recomendable esta limpieza cada año. Librémonos de viejos papeles y trastos, que están obstruyendo nuestro ambiente.

Felices los que tienen tiempo para sonreír, o para ir a casa y jugar con sus hijos creciendo. Menos horas de trabajo significan más tiempo con la familia. Seamos como niños sorprendidos que se detienen para observar algo nuevo en cada paseo, sin prisas. Levantemos ligeramente el pie del acelerador de nuestra vida para oír música, leer por placer, meditar un poco, escuchar y acompañar a los demás. Vivir es un arte donde al final descubrimos un axioma: “Sufro lo que negué y lo que guardé, perdí. Tuve lo que gasté, pero siempre tendré lo que di”.

Odias y amas

El desarrollo de la inteligencia emocional era una de las áreas básicas de aquel innovador proyecto educativo que significó el Centro KIDEAK. Una prometedora metodología para su aprendizaje fue la redacción por parte del alumnado de sus preferencias y animadversiones, a fin de conocerse mejor a sí mismos y a sus compañeros. Se les pedía una rápida introspección escrita en apenas cinco minutos, sin pensárselo demasiado, de aquello que más odiaban, más les displacía, más les gustaba, más amaban y más les encantaba. En ese orden, desde el odio al amor. He aquí, tres resúmenes verídicos de tres alumnas.

Soy Y. (14 años). ODIO PROFUNDAMENTE... que el profesor de euskera nos mire a las tres que estamos en la esquina como si quisiera que le diéramos el visto bueno a lo que ha dicho; las comparaciones entre las personas; las mentiras; que la gente sea impaciente; hacer daño; la deslealtad; la política; la espera; las discusiones por tonterías; las injusticias; la alergia; que la gente crea que no es capaz de hacer algo; el ir andando con alguien que lleva el paraguas en el brazo que te va dando en la pierna; las generalizaciones. Odiaría ser minero; la humedad; renunciar a algo antes de intentarlo; los contestadores; el sonido del teléfono.

AMO APASIONADAMENTE... que la gente escuche y sea leal; conseguir los objetivos; las cristaleras; la luz; los colores; comparar los jardines; viajar; aprender; los niños; la naturaleza; el silencio; las fresas; el atardecer; el olor a mar; los olores agradables, como el del pan; levantarme por la mañana con el canto de los pájaros; oír ruidos; asomarme por el balcón; la noche; la luz de la luna; mirar el cielo oscuro en las noches calurosas de verano; advertir las formas de las nubes blancas con el azul celeste de fondo; recordar momentos agradables; imaginar; el ambiente por las mañanas primaverales; el silencio del autobús de la mañana cuando todos van dormidos; observar a un niño mientras duerme; mirar por la ventanilla de un avión; que todo salga como se había esperado; la sonrisa; la amabilidad; el compañerismo; la alegría; el no sentirte solo; sacar fotos; recordar viajes o lugares visitados mediante las fotos; escuchar música significativa; ver a la gente contenta; ver a extranjeros o gente de otros sitios visitando el lugar donde vives; la curiosidad; las buenas sorpresas; comprar regalos,…

Soy I. (16 años). LO QUE MÁS ODIO: Odio profundamente sentirme impotente; que los profesores de este año exijan muy por encima de lo que explican; que la gente pida a otros lo que no está dispuesta a cumplir; madrugar; el no poder confiar en alguien; la hipocresía; la sobrevaloración de las matemáticas; a las señoras que van de cuatro en cuatro por la acera y jamás se apartan para que; los actores/actrices y cantantes que basan toda su fama y fortuna en su físico. No me gustaría ser forense, enterrador, empleado de funeraria, carnicero, pescador, juez... No me gusta hablar por teléfono.

LO QUE MÁS ME GUSTA: El olor del mar; pasear por la orilla del mar; ver un puesto de frutas; los amigos; la coherencia; la seguridad en una misma; el ser consecuente con las ideas; los crepes de mantequilla y azúcar; ver muchos chupa-chups juntos; la niebla que se levanta entre las montañas; las casas con mucha luz; vivir en un ático; la diversidad de personas en el metro; preguntarme qué hacen y de dónde vienen las personas con las que me cruzo; ver reír a un bebé; el David de Miguel Ángel; las mujeres embarazadas; los padres con niños en la bici; los libros antiguos; la pasta italiana. Me gustaría conducir sin rumbo, recorrer Europa en coche con amigos. Me gusta leer; oler algo y recordar un lugar en el que has estado. Recibir cartas. La lluvia. El sol. El anochecer. El silencio. Tumbarme en la hierba. Los ríos. La luna. El cielo. La filosofía. Sorprenderme. El cine. Groucho Marx. Ver que todo encaja, que todo tiene sentido. Mirar por las ventanas. Volar. Llegar a otro país. Imaginar. Encontrarme con alguien que hacía mucho que no veía. Discutir ideas. Poder ayudar a alguien.

Soy L. (16 años). ODIO ponerme roja; las mentiras y los incumplimientos; las prisas; el insomnio; la soberbia y la hipocresía; las generalizaciones. Odiaría ser cobrador de autopista, veterinario, enterrador o marinero. Odio que me chillen al oído; los prejuicios y la incoherencia; dejar mensajes en el contestador; los espacios pequeños; el alboroto; estar quieta.

ADORO la lealtad, el dulce, el amanecer y el crepúsculo, el mar, la luna, el sol, las olas, el cielo; viajar, las ventanas grandes. Me gustaría vivir frente al mar y poder tener las cortinas descorridas. Me gusta observar a la gente, hablar, mirar a los ojos de un bebé, ver a los niños sentados en los carros de la compra. Quiero conducir ya. Me gusta relajarme y pensar. Reconocer olores. Recibir cartas. Me gusta la niebla, acompasarme a la respiración de quien está dormido; andar; el agua. Adoro las estrellas. Me gusta aprender cosas útiles y ayudar a los demás. Me gusta mirar por la ventana del coche y ver las hileras de los huertos (encaja, no encaja...). Me gusta soñar despierta. Me encanta hablar en otros idiomas y conocer gente distinta; encontrar la relación entre los fenómenos, las personas, las cosas,…

¿Por qué no escribimos también nosotros estas sensaciones? Empecemos por aquellas cosas que nos desagradan, para ir dando paso a todo aquello que nos hace felices. Después podremos tirar a la basura los odios, y dedicarnos toda la vida a aquellas tareas que nos placen y que, seguramente, son también las que hacen dichosos a quienes conviven con nosotros.

Materia con tendencia a morirse

Recientes sucesos nos han evidenciado, una vez más, que sólo somos sujetos hechos de substancias con una inexorable inclinación a perecer… Ustedes, estimados lectores y yo mismo, el señor Ibarretxe y el señor Aznar, hasta el mandamás Bush e incluso el arrogante Charlton Heston, el Ben-Hur olímpico, el Moisés que separó mares, el Cid Campeador, el Simio del planeta, el defensor de Pekín durante 55 días, con su todopoderoso rifle… se nos muere, y aparece vencido por el mal de Alzheimer.

Los más diversos acontecimientos, ya sean felices o luctuosos, demuestran una decidida predilección a la baja de todos los sistemas y tejidos mortales, una ineluctable propensión de la carne humana a descomponerse más o menos vertiginosamente, con una irrefrenable predisposición y querencia de expiración que resulta harto preocupante. La vida no es sino un complejo cúmulo de fenómenos que se oponen a la muerte... sublimemente. Basta una única excepción de un solo eslabón aislado en tan prolija y milagrosa cadena, para determinar el final... de otro infinitesimal... ser vivo... que creyó... que vivía.

Ante tan infalibles leyes de la prosaica coexistencia en un espacio vacío fruto de un “big bang”, afanosamente nos debatimos en sociedad de socorro mutuo para abordar la quimera de la supervivencia antes de la axiomática extinción individual y colectiva. Sólo con la máxima clarividencia superaremos los avatares del odio siempre innecesario que amarga la injusta, infausta y trágica (¿pre?)existencia terrenal, durante un lapso temporal siempre demasiado efímero. Por tan fastidiosas razones resonando bajo los sones del postrero juicio final, acepten el consejo de este quejumbroso bufón: ¡Tómense unas dulces vacaciones y a la vuelta hablaremos de la política y otras menudencias! ¡Ah, cuídense de no precipitar la gran transición propia o ajena por las prisas de conducir impulsivamente para tratar de huir de la misma realidad que les espera allí donde vayan! Y, por favor, ¡no pierdan nunca esa lánguida costumbre de… vivir!