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Animaris, las criaturas eólicas de Theo Jansen


Lo cuenta así Theo Jansen: "Cada primavera voy a la playa con una nueva bestia. Durante el verano hago todo tipo de experimentos con el viento, la arena y el agua. En otoño me vuelvo un poco más sabio sobre cómo estas bestias pueden sobrevivir a las circunstancias de la playa. En ese momento las declaro extinguidas y van al cementerio de huesos".

Theo Jansen (Scheveningen, 1948) es un artista y escultor cinético que vive y trabaja en los Países Bajos. Hizo estudios de física en la Universidad de Delft a partir de 1968, los cuales dejó en 1975 y se convierte en pintor. En 1981 desarrolló una máquina de pintar en Delft. En 1990 desarrolló los Animaris (animales de playa), dedicándose a diseñar una «nueva naturaleza». 

Construye grandes figuras imitando esqueletos de animales que son capaces de caminar usando la fuerza del viento de las playas neerlandesas. Sus trabajos son una fusión de arte e ingeniería. En un anuncio de BMW, Jansen dijo: «Las barreras entre el arte y la ingeniería existen sólo en nuestra mente». 

Theo Jansen se dedica a crear vida artificial mediante el uso de algoritmos genéticos. Estos programas poseen evolución dentro de su código. Los algoritmos genéticos se pueden modificar para solucionar variedad de problemas incluyendo diseños de circuitos, y en el caso de las creaciones de Theo Jansen, sistemas muy complejos.

William James Sidis según James Thurber en The New Yorker

¿Dónde están ahora? ¡Día de los inocentes! por James Thurber. The New Yorker, sábado 14 de agosto de 1937, 22-26.

Una tarde nevada de enero de 1910, alrededor de cien profesores y estudiantes avanzados de matemáticas de la Universidad de Harvard se reunieron en una sala de conferencias en Cambridge, Massachusetts, para escuchar a un orador llamado William James Sidis. Nunca antes se había dirigido a una audiencia y al principio se sintió avergonzado y un poco incómodo. Sus oyentes tenían que prestarle mucha atención, porque hablaba con una vocecita que no se escuchaba bien y puntuaba su charla con risas nerviosas y estridentes. Un mechón de cabello rubio le caía sobre la frente y unos penetrantes ojos azules se asomaban desde lo que uno de los presentes describió más tarde como un rostro "parecido a un duendecillo". El orador vestía medias de terciopelo negro. Tenía once años.

A medida que el niño se familiarizó con el tema, su timidez se derritió y llegaron a los oídos de sus oyentes las palabras más notables que jamás habían escuchado de labios de un niño. William James Sidis había elegido como tema de su conferencia "Cuerpos de cuatro dimensiones". Incluso en este selecto grupo de caballeros eruditos, hubo quienes fueron incapaces de seguir todos los procesos del pensamiento del niño. Para los legos que estaban presentes, la cuarta dimensión, como se demostró esa noche, debía de haber encajado perfectamente en su definición coloquial: "un reino especulativo de relaciones incomprensiblemente involucradas". Cuando todo terminó, el distinguido profesor Daniel F. Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts se sintió impulsado a predecir a los periodistas, que habían escuchado con profundo desconcierto, que el joven Sidis crecería hasta convertirse en un gran matemático, un líder famoso en el mundo. de Ciencia.

William James Sidis, que a la edad de once años apareció en las portadas de los periódicos de todo el país, era un estudiante de Harvard en ese momento. Para explicar cómo llegó allí, debemos mirar a su padre, el fallecido Boris Sidis. Nacido en Kiev en 1868, el padre Sidis llegó a este país, aprendió inglés y fue a Harvard, donde se graduó en 1894. Su especialidad era la rama de la psicoterapia que se ocupa de aliviar las enfermedades nerviosas y los desajustes mediante sugestión mental. Escribió un libro titulado "La psicología de la sugestión" y estaba muy interesado en los experimentos para transmitir la sugestión mediante el estado hipnótico. Creía que en los primeros años el cerebro es mucho más susceptible a las impresiones que en la vejez. Cuando nació su hijo en 1898, nació, por así decirlo, en un laboratorio. Boris Sidis dirigía entonces un instituto psicoterapéutico en Brookline, Massachusetts. Era un admirador y amigo del fallecido William James, y le puso a su hijo el nombre de ese gran psicólogo.

Boris Sidis comenzó sus experimentos con su hijo cuando el pequeño William tenía dos años. Parece que indujo una especie de estado hipnoidal mediante el uso de bloques alfabéticos. Los rápidos resultados que obtuvo deleitaron su mente científica. El niño aprendió a deletrear y leer en unos meses. Al cabo de un año podía escribir tanto en inglés como en francés en la máquina de escribir. A los cinco años había compuesto un tratado de anatomía y había ideado un método para calcular la fecha en que había caído cualquier día de la semana durante los últimos diez mil años. Boris Sidis publicó varios artículos en revistas científicas describiendo los logros de su bebé. A los seis años, el niño fue enviado a una escuela pública de Brookline, donde sorprendió a sus maestros y alarmó a los demás niños al superar siete años de escolarización en seis meses. Cuando tenía ocho años, William propuso una nueva tabla de logaritmos, empleando 12 en lugar del habitual 10 como base. Boris Sidis publicó un libro sobre su increíble hijo, llamado "Filisteo y genio", y entró en Quién es quién en Estados Unidos .

El niño maravilloso tenía nueve años cuando su padre intentó matricularlo en Harvard. Podría haber aprobado los exámenes de ingreso con facilidad, pero las autoridades universitarias, sorprendidas y avergonzadas, no le permitieron realizarlos. Continuó realizando sus maravillas en casa y comenzó a estudiar latín y griego. No le interesaban los juguetes ni ninguno de los placeres normales de los niños pequeños. Los perros le aterrorizaban. "Si veo un perro", le dijo William a alguien en ese momento, "debo huir. Debo esconderme. Me gusta el gato. No puedo jugar, porque mi madre tendría que estar allí todo el tiempo, porque de la posibilidad de que pueda ver un perro." Su principal recreación parece haber sido viajar en tranvía con sus padres. El mayor Sidis le explicó los traslados y le interesó por los nombres de calles y lugares. Incluso antes de cumplir cinco años, William había aprendido a recitar todas las horas y estaciones de un complejo horario ferroviario. De vez en cuando recitaba horarios para los invitados mientras otros niños recitaban rimas de Mamá Ganso o cantaban pequeñas canciones. Quienes lo recuerdan en aquellos años dicen que tenía algo de la intensidad de un adulto neurótico.

En 1908, a la edad de diez años, a William James Sidis se le permitió matricularse en Tufts College, en Medford. Viajaba diariamente desde Brookline con su madre, quien estaba tan interesada en su fenomenal desarrollo mental como su padre. Siempre iban y venían de la universidad en tranvía. El joven asistió a Tufts durante un año y finalmente, en 1909, cuando tenía once años, Harvard le permitió matricularse allí como estudiante especial. Se matriculó como estudiante de primer año al año siguiente, y así se convirtió en miembro de la promoción de 1914. Cotton Mather, en 1674, se había convertido en estudiante de primer año de Harvard a la edad de doce años, y probablemente debido a este distinguido precedente, William Sidis se le permitió matricularse a esa misma edad. Era una fuente de asombro para sus compañeros de estudios y para el profesorado; algunos de los periódicos asignaron periodistas para cubrir "el caso Sidis".

Se pierde en el registro cómo se convenció a William para hablar ante los eruditos eruditos en enero de su primer año en Harvard, pero se sabe que mostró un gran interés en escuchar las conferencias de otros y se unió fácilmente a las discusiones grupales sobre metafísica. En su tiempo libre empezó a componer dos gramáticas, una latina y otra griega. Sin embargo, la presión de sus estudios y su repentina fama comenzaron a hacerle efecto, y no pasó mucho tiempo después de su notable discurso cuando sufrió un colapso general. 

Su padre dirigía un sanatorio en Portsmouth, New Hampshire, en ese momento, y William fue trasladado allí de urgencia. Cuando finalmente regresó a Harvard, estaba retraído y tímido; no se le pudo persuadir para que volviera a dar una conferencia; Comenzó a mostrar una marcada desconfianza hacia la gente, miedo a la responsabilidad y una inadaptación general a su vida anormal. No se relacionaba mucho con los estudiantes y huía de los periodistas, pero estos lo arrinconaron, por supuesto, el día de su graduación como Licenciado en Artes en 1914. Tenía dieciséis años. Entonces vestía pantalones largos y se enfrentaba a los periodistas que bajaban al Yard con menos sensación de vergüenza que cuando era un niño con bragas. Pero en él se habían desarrollado claras fobias. "Quiero vivir la vida perfecta", dijo William a los periodistas. "La única manera de vivir la vida perfecta es vivirla en reclusión. Siempre he odiado las multitudes". Por "multitudes" no fue difícil leer "gente". Entre los que se graduaron con William James Sidis ese día se encontraban Julius Spencer Morgan; Gilbert Seldes; y Vinton Freedley y Laurence Schwab, los productores de la comedia musical. Los periodistas no les prestaron atención.

A los dieciséis años, William James Sidis era un chico grande y, cuando ingresó en la Facultad de Derecho de Harvard, ya no era la figura incongruente que había sido. Los periódicos tenían poco interés en sus idas y venidas. Asistió discretamente a la facultad de derecho durante tres años y aparentemente fue un estudiante brillante, pero su principal interés eran las matemáticas, y en 1918 aceptó un puesto de profesor en una universidad de Texas. Su fama le precedió, pero incluso si no lo hubiera sido, la extrema juventud de este profesor de matemáticas habría sido suficiente para convertirlo en una curiosidad. Se encontró en el centro de un interés que le molestaba y le consternaba. De repente renunció a su puesto y regresó amarga y silenciosamente a Boston, donde vivió en la oscuridad durante algunos meses.

Fue el 1 de mayo de 1919 cuando el nombre del joven Sidis volvió a ocupar las primeras planas de los periódicos. Con una veintena de jóvenes más, participó en una manifestación comunista en Roxbury y fue llevado ante el tribunal municipal como uno de los cabecillas del grupo y, de hecho, el mismo individuo que había portado la horrible bandera roja en su desfile. En el estrado de los testigos, Sidis demostró ser más franco y sincero que discreto. Anunció ante un tribunal estupefacto que para él no había más dios que la evolución; Cuando se le preguntó si creía en lo que representa la bandera estadounidense, dijo que sólo hasta cierto punto. En un momento dado, para instrucciones del magistrado, se lanzó a explicar la forma de gobierno soviética. Su inclinación marxista se había desarrollado durante un período de varios años. Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se declaró objetor de conciencia y en varias ocasiones expresó la opinión de que los problemas del mundo eran causados ​​por el capitalismo. Un policía que había ayudado a disolver el desfile de los radicales identificó a Sidis como el hombre que llevaba la bandera roja. El oficial dijo que le había preguntado a Sidis por qué no llevaba la bandera estadounidense, y que Sidis respondió: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!". Al regresar al estrado, el famoso prodigio negó vehementemente haber hablado alguna vez con el testigo y haber dicho alguna vez a nadie: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!" Repitió que se oponía a la guerra y que creía en una forma de gobierno socializada. Después de una pausa, anunció que, en realidad, había llevado una bandera estadounidense, tras lo cual, ante el asombro de la sala del tribunal, sacó una bandera estadounidense en miniatura de su bolsillo. Fue condenado a dieciocho meses de cárcel por incitación a disturbios y agresión. Apeló y, mientras estaba en libertad bajo fianza de 5.000 dólares, desapareció del estado en el que había sorprendido a profesores eruditos y a policías patrióticos. Marcó el comienzo de un nuevo y curioso modo de vida para el joven.

Durante los cinco años siguientes, William James Sidis parece haber logrado la "vida perfecta" de la que había hablado el día de su graduación: la vida de reclusión. Aparentemente vagaba de ciudad en ciudad, trabajando como empleado, o en alguna otra función menor, por un salario que sólo le permitía subsistir. En 1924 volvió a aparecer en las noticias cuando un periodista lo encontró trabajando en una oficina en Wall Street, por veintitrés dólares a la semana. Estaba consternado al ser descubierto. Dijo que todo lo que quería era ganar lo suficiente para vivir y trabajar en algo que requiriera un mínimo de esfuerzo mental. Los últimos periodistas que bajaron a su oficina para entrevistarlo no lograron verlo. Había dejado su trabajo y había vuelto a desaparecer.

Dos años más tarde, en 1926, Dorrance & Company, una editorial de Filadelfia que imprime libros "vanidosos", es decir, libros publicados a expensas de los autores, publicó un volumen llamado " Notas sobre la colección de transferencias". Fue escrito por un tal Frank Folupa. Frank Folupa, según descubrió un periodista despiadadamente ingenioso, no era otro que William James Sidis. Nuevamente lo atropellaron y lo entrevistaron. Anunció que durante mucho tiempo había sido un "peridromófilo", es decir, un coleccionista de transferencias de tranvía. Él mismo había acuñado la palabra. Su libro (ahora agotado) tenía trescientas páginas y era un tratado erudito y laborioso sobre el origen, la naturaleza y la clasificación de nada más y nada menos que los trozos de papel que los conductores de tranvía entregan a los pasajeros cuando solicitan transbordos. Muchos psicólogos y analistas deben haber estado interesados ​​al leer en los artículos que el genio del niño precoz que había asombrado al mundo académico dieciséis años antes había florecido de esta manera extraña. El libro es digno de examen. Sidis escribió un prefacio al volumen, que comenzaba así: "Este libro es una descripción de lo que es, hasta donde sabe el autor, un nuevo tipo de pasatiempo, pero que a primera vista parece tan razonable como , tan interesante y tan instructivo como cualquier otro tipo de colección de moda. Esta es la colección de transferencias de tranvías y formas afines. El propio autor ya ha recopilado más de 1600 formas de este tipo." El prefacio revela, en otro lugar, que el autor no carecía de cierto humor. "Podemos mencionar", decía, "el interés geográfico y topográfico, tanto en la exploración como en el análisis de las transferencias mismas. También están las interesantes luces que una colección de este tipo arroja sobre la política en la que necesariamente están involucradas las empresas de tránsito". ; aunque difícilmente recomendamos que este interés político se lleve lo suficientemente lejos como para inducir al coleccionista a tomar partido en tales disputas. Y nuevamente: "Uno puede encontrar mucha diversión con las transferencias: se dice que un estudiante de la Universidad de Harvard se encontró en una calle coche y, deseando un viaje extra, le pidió al revisor un transbordo. Cuando se le preguntó "¿A dónde?" "En cualquier lugar", dijo. El conductor le guiñó un ojo y dijo: "Está bien". Te transferiré a Waverly. Posteriormente se rieron del estudiante cuando contó la historia y se le informó que el asilo para débiles mentales estaba ubicado en Waverly ". Sidis también incluyó en su prefacio algunos versos que había escrito cuando tenía catorce años. Comienzan:

Desde los trenes subterráneos en Central, se toma un transbordo y se va a Allston o Brighton o a Somerville, ya sabes; En los automóviles desde Brighton, haga transbordo al metro de Cambridge este y tome un tren hasta Park Street o Kendall Square, al menos.

"Conocemos", concluye el autor, "a alguien a quien realmente le ayudó a tomar el camino correcto al recordar un fragmento de uno de estos versos". El libro analiza todo tipo de transferencias: tipos estándar, tipo Ham, tipo Pope, tipo Smith, tipo Moran, transferencias Franklin Rapid, transferencias Stedman. De este último (para darle una idea), el Sr. Sidis escribió: "Transferencias Stedman: esta clasificación se refiere a un tipo peculiar elaborado por cierta imprenta de transferencias en Rochester, Nueva York. Las peculiaridades de la transferencia Stedman típica son el límite de tiempo tabular. ocupando todo el extremo derecho de la transferencia (ver Diagrama en la Sección 47) y la combinación de fila y columna de ruta de recepción (u otras condiciones de recepción) con el medio día que ya hemos discutido en detalle".

Un año después de la publicación de su libro (al parecer sólo se vendió a unos pocos peridromófilos más), Sidis regresó a la ciudad de Nueva York y volvió a conseguir un trabajo como empleado en una empresa comercial. A su habilidad y experiencia en el trabajo de oficina en general, el genio matemático había añadido ahora, irónicamente, la capacidad de operar una máquina sumadora con gran velocidad y precisión, y le gustaba alardear de este logro. Vivía en 112 West 119th Street, donde se hizo amigo de Harry Freedman, el propietario, y su hermana, la señora Schlectien. Sidis ya no está con ellos y no te dirán adónde ha ido, pero te reenviarán cualquier correo que llegue por él. Aprecian al joven y aprecian su deseo de evitar la publicidad. "Tenía una especie de amargura crónica, como mucha gente que ves viviendo en habitaciones amuebladas", dijo recientemente Freedman a un investigador de la curiosa historia de William James Sidis. Sidis solía sentarse en un viejo sofá en la sala de estar de Freedman y hablar con él y su hermana. Sidis les dijo que odiaba Harvard y que cualquiera que enviara a su hijo a la universidad es un tonto: un niño puede aprender más en una biblioteca pública. Con frecuencia hablaba de su pasión por coleccionar transfers. "Él puede decirle cómo llegar a cualquier calle de cualquier ciudad de los Estados Unidos con un solo billete de tranvía", dijo el Sr. Freedman con asombro y admiración. Parece que Sidis mantiene correspondencia con peridromófilos en varias otras ciudades y de esta manera se mantiene al día con la situación del tranvía y los transbordos. Una vez, el joven bajó de su habitación un manuscrito en el que estaba trabajando y le pidió a la señora Schlectien si podía leerle "algunos capítulos". Dijo que resultó ser un libro del tipo "Buck Rogers", sobre aventuras en un mundo futuro de maravillosos inventos. Ella dijo que estaba genial.

William James Sidis vive hoy, a la edad de treinta y nueve años, en un dormitorio del destartalado extremo sur de Boston. Por una fotografía de él y de sus actividades, este disco está en deuda con una joven que recientemente logró entrevistarlo allí. Lo encontró en una pequeña habitación empapelada con el diseño de enormes flores rosadas, considerablemente descoloridas. Había una cama grande y desordenada y un enorme baúl medio abierto. En una pared colgaba un mapa de Estados Unidos. Sobre una mesa junto a la puerta había un paquete de transferencias de tranvía cuidadosamente unidas con un elástico. Sobre una cómoda había dos fotografías, una (sorprendentemente) de Sidis como el niño genio, la otra una chica de rostro dulce con gafas con montura de concha y un elaborado saludo de Marcel. También había un escritorio con una pequeña y antigua máquina de escribir, un Almanaque Mundial , un diccionario, algunos libros de referencia y un libro de la biblioteca que el visitante del joven recogió en un momento dado. "Oh, vaya", dijo Sidis, "esa es sólo una de esas historias de delincuentes". Dirigió su atención hacia la pequeña máquina de escribir. "Puedes cogerlo con un dedo", dijo, y así lo hizo.

William Sidis, de treinta y nueve años, es un hombre corpulento y corpulento, con una mandíbula prominente, un cuello grueso y un bigote rojizo. Su cabello claro cae sobre su frente como lo hizo la noche que dio una conferencia a los profesores en Cambridge. Sus ojos tienen una expresión que varía desde la ingeniosa hasta la cautelosa. Cuando es cauteloso, tiene una especie de dignidad incongruente que de repente se rompe en el alegre abandono de un niño de vacaciones. Parece tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas para expresarse, pero cuando lo hace, habla rápidamente, asiente bruscamente con la cabeza para enfatizar sus puntos, hace gestos con la mano izquierda y, de vez en cuando, emite una risa curiosa y jadeante. Parece disfrutar mucho e irónicamente de llevar una vida de irresponsabilidad errante después de una infancia de escrupulosa reglamentación. Su visitante encontró en él cierto encanto infantil.

Sidis trabaja ahora, como de costumbre, como empleado en una casa comercial. Dijo que nunca permanece mucho tiempo en una oficina porque sus empleadores y compañeros de trabajo pronto descubren que él es el famoso niño prodigio y que no puede tolerar un puesto después de eso. "La sola visión de una fórmula matemática me enferma físicamente", dijo. "Todo lo que quiero hacer es ejecutar una máquina sumadora, pero no me dejan en paz". Resultó que una vez le ofrecieron un trabajo en la Eastern Massachusetts Street Railway Company. Parece que los funcionarios creían con cariño que el joven mago de alguna manera sería capaz de resolver todos sus problemas técnicos. Cuando se presentó a trabajar, le presentaron un montón de planos, gráficos y documentos llenos de estadísticas. Uno de los funcionarios lo encontró una hora después llorando en medio de todo. Sidis le dijo al hombre que no podía soportar responsabilidades, ni pensamientos complejos, ni cálculos, excepto en una máquina de sumar. Tomó su sombrero y se fue.

Sidis tiene un nuevo interés que le absorbe actualmente más que los traslados en tranvía. Se trata del estudio de ciertos aspectos de la historia de los indios americanos. Da clases a media docena de estudiantes interesados ​​una vez cada dos semanas. Se reúnen en su dormitorio y se acomodan en la cama y en el suelo para escuchar el intenso pero vacilante discurso del otrora prodigio. A Sidis le preocupa principalmente la tribu Okamakammessett, a la que describe como una especie de federación proletaria. Ha escrito algunos folletos sobre la tradición y la historia de Okamakammessett y, si se le solicita adecuadamente, recitará poesía de Okamakammessett e incluso cantará canciones de Okamakammessett. Admitió que su estudio de los Okamakammessetts fue una consecuencia de su interés por el socialismo. Cuando la joven mencionó la manifestación del Primero de Mayo de 1919, miró el retrato de la niña en su cómoda y dijo: "Ella estaba en ella. Era una de las fuerzas rebeldes". Él asintió vigorosamente con la cabeza, como complacido con esa frase: "Yo era el abanderado", prosiguió. "¿Y sabes qué era la bandera? Sólo un trozo de seda roja". Él soltó su risa curiosa. "Seda roja", repitió. No hizo ninguna referencia a la imagen que tenía de sí mismo en los días de su gran fama, pero su entrevistador supo más tarde que en una ocasión, cuando un alumno suyo le preguntó a quemarropa sobre su precocidad infantil e insistió en una demostración de sus habilidades matemáticas. Sidis logró con dificultad expulsarlo de la habitación.

Sidis reveló a su entrevistador que tiene otro trabajo en marcha: un tratado sobre las inundaciones. Le mostró la primera frase: "California ha adquirido considerable fama gracias a su supuesto clima". Parece que estuvo en California hace unos diez años durante sus andanzas. Su visitante se animó, por fin, a mencionar la predicción, hecha por el profesor Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts allá por 1910, de que el niño que ese año daba una conferencia sobre la cuarta dimensión a una reunión de eruditos crecería hasta Sé un gran matemático, un líder famoso en el mundo de la ciencia. "Es extraño", dijo William James Sidis, con una sonrisa, "pero, ya sabes, nací el Día de los Inocentes".

―Jared L. Manley (James Thurber) 1

1 En Los años con Ross Thurber escribió: "Era uno de los '¿Dónde están ahora?' serie, para la cual hice la reescritura (Grossett & Dunlap, 1957, p. 210)". Pero Jared Manley era el seudónimo de Thurber. "Bernstein escribe: 'A principios de 1936, Thurber comenzó a escribir (en realidad a reescribir, ya que algunos de los mejores reporteros de The New Yorker, como Eugene Kinkead, estaban haciendo la investigación) una serie de perfiles breves y retrospectivos. Bernstein también revela que Jared L. Manley fue un nombre que Thurber improvisó cuando escribió su primer artículo sobre un viejo boxeador basado en las iniciales del boxeador John L. Sullivan y Manley basado en "el arte varonil de la autodefensa".'" — Privacidad, Información y Tecnología.

2 Norbert Weiner, que estaba en la reunión del club de matemáticas, escribió: "El joven Sidis, que entonces tenía once años, era obviamente un niño brillante e interesante. Su interés estaba principalmente en las matemáticas. Recuerdo bien el día en el Club de Matemáticas de Harvard en el que GC Evans, ahora jefe retirado del departamento de matemáticas de la Universidad de California y amigo de toda la vida de Sidis, patrocinó al niño en una charla sobre las figuras regulares de cuatro dimensiones. La charla habría dado crédito a un alumno de primera o segunda dimensión. estudiante de posgrado de cualquier edad, aunque todo el material que contenía era conocido en otros lugares y estaba disponible en la literatura. El tema me lo había hecho familiar EQ Adams, un compañero de mis días en Tufts. Estoy convencido de que Sidis no tenía acceso según las fuentes existentes, y que la charla representó el triunfo de los esfuerzos sin ayuda de un niño muy brillante ( Ex-Prodigy , Simon & Schuster, p. 131 - 132)".


4 Cfr. Siete mitos del fracaso por Dan Mahony: "Las investigaciones muestran que la mayoría de los niños prodigio llevan vidas productivas. Al igual que Sidis".

PDF  Mecanografiando por Bill Paton.

Polémica sobre los e-fuels: Los fuels sintéticos son un engañabobos para no acudir a coches eléctricos puros

Polémica sobre los e-fuels. El Correo 17-4-23
«Los fuels sintéticos son un engañabobos para no acudir a coches eléctricos puros», apunta Mikel Agirregabiria, Presidente de AUVE, la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos. El representante de una organización con 6.000 socios admite ser un convencido de la tecnología salvo por «tener que refutar tanto cuñadismo».

Link al periódico El Correo de 17-04-23, donde puede comprobarse por los comentarios que existe un rechazo hacia los vehículos eléctricos puros, o a esta forma de contarlo, en estas fechas de abril de 2023Me pillaron un día de la semana pasada bastante cabreado con los “bingos-cuñado”,…. No cumplí lo que recomiendo de ser empáticos y benevolentes, como ayer en Iznájar (ver vídeo y presentación en el post anterior). En todo caso, reitero mi petición (a mí mismo el primero) de controlar el tono de las comunicaciones, porque "no me gusta el olor a napalm por la mañana".

SERGIO LLAMAS. Bilbao. Mikel Agirregabiria es un convencido del vehículo eléctrico. En 2019 se hizo con uno de los primeros Tesla Model 3 que desembarcaron en España y desde mediados del año pasado preside la Asociación de Usuarios deVehículos Eléctricos (AUVE), con cerca de 6.000 miembros en toda España. Este vizcaíno de Getxo, de 70 años, físico teórico que también fue precursor del movimiento bloguero en internet, se reconoce convencido de que el futuro de la automoción será eléctrico. «No echo de menos ir a la gasolinera», reivindica. 

– 2035 estaba llamado a ser el año clave para el coche eléctrico. ¿Los pasos dados en Alemania podrían frenarlo? 
– No, que va. Es todo una cortina de humo para usuarios despistados. Personalmente creo que los fuels de origen sintético, sin huella de carbono, son un engañabobos para evitar que los consumidores vayan a vehículos eléctricos puros. Al final siempre hay un cierto rechazo a lo nuevo, y se producen bulos como lo de asegurar que no hay suficientes puntos de recarga o que el litio se acaba, mientras te defienden que con un vehículo tradicional puedes tener mil kilómetros de autonomía. Es imposible que recorras esas distancias sin hacer un descanso. Hasta para transportar ganado hay que hacer paradas cada cierto tiempo. Esta próxima semana nosotros participamos en una comparecencia en el Ministerio para la Transición Ecológica con información de lo que opinan los consumidores reales de vehículos eléctricos, y seguro que va a levantar ampollas. 

– ¿Debían haber llegado antes las medidas contra los combustibles tradicionales? 
– De lo que estamos seguros es de que es conveniente y agradecemos que el Parlamento Europeo pusiera una fecha para no fabricar nuevos vehículos con emisiones directas de CO2. Que en 2050 dejen de circular vehículos de combustión interna a nosotros nos parece hasta tardío, pero los usuarios al final somos los grandes peones de este tablero. 

– ¿Falta fe en el coche eléctrico? 
– Creo que son las ganas de no cambiar y el rechazo a la innovación. Ha habido muchas falacias, como decir que era para ricos. Creo que los vehículos eléctricos van a hacer que muchos mantenimientos y reparaciones sean historia. Entendemos que haya una transición controlada, pero es necesario mirar hacia delante y se están dejando pasar los plazos. Ahora tendría que haber más puntos de recarga y se están incumpliendo los plazos, igual que con las 149 ciudades de más de 50.000 habitantes que deben contar con Zonas de Bajas Emisiones. Pueden parecer hasta pocas, pero en ellas vive el 53% de la población. Aún así, se está siendo muy laxo con el tema de las etiquetas ambientales. 

– ¿Es difícil encontrar dónde cargar el vehículo eléctrico
– Hay puntos de sobra y se añaden unos mil al mes –el año pasado los públicos superaban los 13.000, de los que cerca de un centenar eran puntos de carga rápida– frente a 11.800 gasolineras que tienen una media de ocho boquereles. Además, con el vehículo eléctrico uno sale de casa con el depósito lleno y actualmente ya existen zonas donde la carga para los coches nuevos puede hacerse en 15 minutos. Es que no te da tiempo ni a tomarte un café. Además los precios de la electricidad en ciertos horarios son casi simbólicos. El problema es que están poco usados. De hecho, no es cierto que haya colas. Lo único malo del vehículo eléctrico es tener que evangelizar de forma constante y refutar tanto cuñadismo. 

Mejoras en las baterías 

– Actualmente se repiten las quejas sobre la vida de las baterías. 
– Es verdad que los primeros vehículos las tenían mal refrigeradas y mal acondicionadas, por lo que había problemas, pero las actuales se acomodan al clima y se preparan antes de cargar. También dicen que dan problemas con el frío o con el calor. Pues los noruegos no se han debido de enterar porque no hacen más que vender vehículos eléctricos. Y lo mismo pasa en California o en los Emiratos Árabes. Y sí, las baterías tienen unas garantías de seis u ocho años, pero eso no significa que las tengas que tirar cuando se acaban, o que dejen de funcionar. 

– Esta semana se hablaba de que el fabricante chino BYD explora abrir la quinta planta de baterías en España. ¿Qué efecto tiene en la economía de aquí? 
– A menos que nos quedemos atrás, vamos a necesitar más plantas, igual que una mayor cantidad de ingenieros. Los motores de los coches eléctricos tienen más durabilidad porque son más compactos y en lugar de tener 2.000 piezas moviéndose y funcionando como los de combustión, tienen apenas una veintena que no rozan unas con otras. Son casi nulos en mantenimiento, pero en cambio tienen más capas de software que se actualizan semanalmente, para lo que son necesarios muchos ingenieros. Mi coche ahora es mejor que cuando lo compré hace cuatro años. No hay argumentos en contra del vehículo eléctrico, ni el puramente economicista. 

– Pero en la planta que Ford tiene en Almusafes (Valencia) están en proceso de despidos. 
– No nos gusta entrar en el tema concreto de cada empresa, pero desde la perspectiva de los usuarios solo podemos verlo con la lógica de que en España todavía no se consumen suficientes vehículos eléctricos.

«Mucha gente opina en las redes sin haberlo probado nunca»
Aunque Mikel Agirregabiria no estuvo en los orígenes de AUVE, en 2015, su convicción le viene de tiempo atrás. 

– ¿Cuál fue su entrada al vehículo eléctrico? 
– Probé los primeros modelos, que daté en mi blog (blog.agirregabiria.net), como el Nissan Leaf, el Renault Zoe, el cuadriciclo Renault Twizy,… Desde hace cuatro años tengo un Tesla del modelo económico. 

– ¿Se plantea volver en algún momento al de combustión? 
– Jamás. Hay gente que empezó con un segundo vehículo eléctrico para las Zonas de Bajas Emisiones y en seguida se quitó el otro coche. Nadie quiere usarlo luego. 

– ¿Es complicado convencer a nuevos usuarios? 
– Cuando se acercan y lo consultan, cuando lo tocan y se meten dentro es muy fácil la conversión. El problema es que hay mucha gente opinando en las redes sin haberlo probado nunca. Recuerdo que hace unos 25 años salí en un programa de televisión y debajo de mi nombre pusieron ‘Usuario de Internet’, lo que ahora sería ridículo. Actualmente todavía somos esa novedad, pero cuando el vehículo más vendido en Europa sea eléctrico, también será lo normal. 

– ¿Todos en la asociación están igual de convencidos? 
– Sí y somos una de las organizaciones de este tipo con más afiliación. Quizás sea porque hay que convencer a mucha gente, mientras que en otros países está más normalizado y no hay que debatir permanentemente.

Texto completo en PDF.
Algunos tuits posteriores donde destacados CEOs corroboran nuestra posición.

Entrevista al Presidente de AUVE en ElDiario.es

Es un gran error comprar en este momento un coche de motor de combustión, incluso un híbrido”, asegura Mikel Agirregabiria, Presidente de la 
Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE).

Reconoce que “el precio es uno de los obstáculos "para que se extienda el uso del vehículo eléctrico, pero recuerda que “el mantenimiento es casi nulo” y cada vez tienen más autonomía. “Ya no hay que planificar los viajes en función de la recarga”, asegura

La transición hacia el vehículo eléctrico es ya una realidad imparable, aunque todavía está por ver la velocidad que tendrá ese cambio en nuestra forma de movilidad. La decisión del Parlamento Europeo de prohibir la venta de coches nuevos de gasolina y diésel a partir de 2035 no ha gustado por igual a todo el mundo, ya que desde algunos sectores se considera una fórmula de transición apresurada. El propio Gobierno vasco se ha manifestado en esta misma dirección. 

“El coche eléctrico tiene grandes defensores, pero muchísimos detractores”, asegura Mikel Agirregabiria, Presidente de la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (AUVE), que cree que hay “muchos bulos” entorno a la electrificación que hay que desmontar, porque se trata de un proceso que ya no tiene vuelta atrás. AUVE celebra entre los días 24 y 27 de marzo, entre Bilbao y Vitoria, el primer congreso nacional de usuarios de estos vehículos en el que intentarán despejar, “desde la base de la ciencia y la ingeniería”, las dudas sobre la movilidad eléctrica.
 
 ¿Hay muchos mitos sobre el coche eléctrico?

Hay que desmentir muchos bulos, porque es un tema que está de actualidad pero con un debate muy polarizado. Hay grandes defensores, pero muchísimos detractores. Queremos que sea la ingeniería, la inteligencia artificial o la ecología las que hablen de esta realidad. De ahí el congreso de usuarios que vamos a celebrar. La realidad es que se trata de una transformación que es inevitable y que se va a producir muy pronto. El ritmo es la única incógnita que puede haber.

Voy a hacer un poco de 'abogado del diablo'. ¿Un eléctrico no es demasiado caro para estar al alcance de cualquier ciudadano medio?

Es verdad que todavía en el vehículo eléctrico, comparado con su espejo convencional, como es el de gasolina o el diésel, aún en las gamas más económicas, hay un sobrecoste de adquisición al que no todas las familias, por desgracia, a día de hoy pueden optar. Es lo que estamos pidiendo desde AUVE, que para conseguir que la primera opción de compra sea un eléctrico, se utilicen fórmulas de subvención, que en vez de ser iguales para quien compra un coche de 30.000 euros que para el que lo compra de 60.000, sean fiscalmente más profresivas, de forma que haya una grandísima ayuda en los coches muy económicos, y que incluso el IVA pudiese ser súper reducido o nulo, como se ha hecho en países centroeuropeos y ha funcionado.

Pero hoy en día no se fabrican muchos eléctricos económicos.

Así es. Pedimos por eso a los fabricantes que hagan vehículos más económicos, con marcas más económicas, como está sucediendo con algunos con origen de fabricación en China. Y por eso pedimos a la industria española y a la industria europea que actúen, porque si no, se va a perder un mercado que es importante en estas gamas. El precio es uno de los obstáculos que queremos que nos ayuden a solventar. Pero luego también hay que tener claro que los costes de operación y el mantenimiento de un vehículo eléctrico es casi nulo, y el coste de la energía es mucho más barato que en sus equivalentes de combustión.

¿Quiere decir que es una inversión que se amortiza rápidamente?

Así es. Un vehículo eléctrico no tiene revisión, no hay nada, no hay fluidos, no hay aceites. Un motor de combustión tiene del orden de 2.000 piezas que se mueven cuando está funcionando. Un motor eléctrico tiene apenas 15 o 20 piezas que no rozan unas con otras. Son motores mucho más compactos, de durabilidad grande y donde no caben reparaciones, en todo caso, sustituciones.

Ahora todos los eléctricos tienen autonomía suficiente, no hay que planificar el viaje en función de la recarga
Mikel Agirregabiria, Presidente de AUVE
Pero, hoy por hoy todavía no tienen suficiente autonomía como para ser rentables ¿no?

También se ha exagerado esto. Es verdad que los más bataratos tienen que ahorrar en capacidad de batería, pero casi todos los vehículos eléctricos de cualquier gama actual, que con las ayudas que pueden ser de hasta 7.000 euros pueden suponer un coste de 22.000 euros después de cobrar la ayuda, tienen autonomías suficientes. Otra cosa son los que se vendían diez años u ocho años. Pero ahora son coches que tienen en carretera unos 350, 400 kilómetros de autonomía y en ciudad más. Porque un vehículo eléctrico consume solamente por resistencia al aire, cuando va a alta velocidad. Es también un concepto diferente a los de los coches de combustión. La autonomía puede ser algo menor que con la combustión, pero desde siempre está recomendado parar cada cierto tiempo cuando se conduce. Y nuestros usuarios, casi 6.000 usuarios, nos dicen que ya no hay que planificar como antes los viajes en función de la recarga. Antes había algo que se llamaba el 'síndrome de la avioneta', que cuando despega, tiene que saber a dónde va. Ahora ya no hace falta. Hay puntos de recarga y se puede cargar a gran velocidad, en sólo 15 minutos. Aunque lo normal es que un vehículo eléctrico esté recargando varias horas en el domicilio donde se vive, en el parking propio o alquilado, o bien en los puntos de trabajo y recargar a lo largo de la noche. No hay que cambiar la potencia contratada del hogar, no hay que modificar los contratos de la compañía. Y sales de casa con el coche cargado.

Pero hay una queja generalizada de que no hay suficientes puntos de carga como para que haya un despliegue.

Se ha exacerbado este problema. Lo cierto es que España es el tercer país europeo por número de puntos de recarga respecto a la flota de vehículos eléctricos, porque, lamentablemente, hay pocos coches. De manera que esto que se dice de que hay colas en las electrolineras o en los puntos de recarga, no es cierto. El despliegue de puntos de recarga es vertiginoso, se está instalando puntos rápidos de una forma muy rápida. Y además, hay una serie de normativas y un real Decreto, que dicho sea de paso, no se está sancionando su incumplimiento, que obliga a todos los aparcamientos no residenciales, de centros comerciales, de colegios, de restaurantes, de todo lo que no sea viviendas, a tener puntos de carga, lo que van a generar un despliegue que debiera estar siendo cumplido desde el 1 de enero de este año. Y por ello, va a ver muchas soluciones de recarga lenta, en dónde vive la ciudadanía y también a lo largo de la itinerancia, cuando se viaja en todas las vías principales. Incluso en la España más despoblada .Hay multitud de infraestructuras específicamente destinadas a este negocio porque, aunque de momento aún no tiene suficiente volumen porque no hay muchos coches, es una apuesta de inversión muy importante.

¿De cuántos eléctricos hablamos en España y en Euskadi?

Aproximadamente hay 230.000 vehículos eléctricos bien familiares o bien de reparto de última milla. No hablamos de autobuses ni de transporte pesado. El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico prevé que para el año 2030 haya cinco millones de vehículos eléctricos en España, y tres de ellos en manos de usuarios particulares. Es algo que va a crecer. Y en Euskadi aproximadamente puede haber un 6% o un 5% de este total de vehículos, unos 10.000.

Las zonas de bajas emisiones (ZBE) en las ciudades darán un impulso al eléctrico, porque no te podrás mover por la ciudad con otro vehículo

Mikel Agirregabiria, Presidente de AUVE
¿Cuánta es la vida útil de un coche eléctrico?

Un coche eléctrico tiene una capacidad de duración mayor que un coche convencional. Su motorización es sumamente simple, no necesita mantenimiento, es algo muy robusto. Es cierto que las baterías hace una década todavía no estaban debidamente climatizadas, no era tan eficiente y se producía una cierta degradación. Pero hoy en días las baterías suelen tener unas garantías denal menos ocho años, y cuando acaba la garantía, no quiere decir que el coche no siga siendo válido. Casi nadie se desprende de un vehículo eléctrico, a menos que necesite otro más potente y con más autonomía, o más moderno o de más capacidad. Y esos coches que se dejan prácticamente no se han reciclado ninguno, porque todos tienen segundos o terceros usos. Que esa es una idea que hay que trasladar, la reutilización. 

Hoy en día es un error comprar un motor de combustión, incluso un híbrido, porque no va a tener ningún valor de reventa. Y otra cosa, desde el 1 de enero de este año también se deberían poner en marcha en 149 municipios de España de más de 50.000 habitantes, es decir en Getxo, en Irún, en Barakaldo, en las capitales vascas y en muchos puntos de España, las zonas de bajas emisiones, que restringen la capacidad de circular o de aparcar prácticamente para tres de cada cuatro coches actuales, porque no tienen la etiqueta medioambiental de la Dirección General de Tráfico. Como estas zonas de bajas emisiones quedan bajo regulación municipal y han coincidido unas elecciones municipales en este año, nadie se ha dado mucha prisa. Pero hemos visto que el impacto que han tenido en los pocos municipios en torno a Barcelona o a Madrid, ha hecho que el motor eléctrico hayan tenido un impulso increíble. 

Hay que tener en cuenta que estos 149 municipios pueden parecer pocos en la inmensidad de España, pero es donde reside el 53% de la población española. Esto hace que, además de los que fuimos pioneros por razones ecológicas y por razones tecnológicas también, se sumen ahora al eléctrico muchas personas por pura economía y por pura reflexión pragmática, de que es necesario porque si no no te podrás mover por la ciudad con otro motor. Nosotros no insistimos en estas medidas coercitivas, pero la Organización Mundial de la Salud dice que el 90% de la humanidad estamos respirando mal.

Ya se está probando que en zonas de California, donde la electrificación ha ido muy rápida, han disminuido los casos de asma en toda la población

Entonces entiendo que está de acuerdo con con la decisión del Parlamento Europeo de prohibir que se vendan vehículos de combustión en 2035.

Por supuesto. Demuestra estar bien informado, más allá de colores políticos. La emergencia climática requiere medidas que unas van dirigidas a reducir el CO2, que es lo que produce el efecto invernadero, y otras van dirigidas a salvaguardar la salud de quienes vivimos en las zonas urbanas. Ya se está probando que en zonas, por ejemplo de California, donde la electrificación ha ido muy rápida, los porcentajes de incidencia de ataques de asma en toda la población, no sólo infantil, sino de toda la población, han decrecido. Esto no va de que afecte al planeta o a las generaciones venideras, que también. Afecta en primer lugar a quien adquiere ese coche y a sus propios hijos, sus nietos. Hay que despertar a la ciudadanía para decir esto no puede ser así.

Pues aquí en Euskadi ni la consejera Tapia ni el lehendakari Urkullu están de acuerdo con esa prohibición.

Bueno, nosotros somos neutrales, con marcas y también con opiniones políticas. Somos conscientes también de que hay que preservar la industria y el empleo, y hay que saber la estructura de cada comunidad autónoma. Que se pida una transición ordenada, pues bien, pero esto es algo que es inevitable y hay que vivirlo como una oportunidad. Seguir hablando de la combustión es un error e incluso de los híbridos. Solo cabe el eléctrico. Nosotros recomendamos no comprar ahora ningún vehículo que tenga combustión. Entiendo que es un difícil equilibrio salvar la situación actual, los talleres de reparación, la industria... pero no se puede correr el riesgo de perder el tren del futuro.

Anagnórisis y peripeteia, desde Ulises a Luke Skywalker


La anagnórisis (del griego antiguo ἀναγνώρισις, «reconocimiento») o agnición es un recurso narrativo que consiste en el descubrimiento por parte de un personaje de datos esenciales sobre su identidad, sus seres queridos o su entorno, ocultos para él hasta ese momento. La revelación altera la conducta del personaje y lo obliga a hacerse una idea más exacta de sí mismo y de lo que le rodea. 

También se produce anagnórisis cuando un personaje principal revela su identidad hasta entonces oculta o velada a otros personajes secundarios cambiando así la relación, normalmente de un nexo débil o inexistente (un mendigo o simple huésped) hacia un nexo fuerte (el hijo de un enemigo que clama venganza, el retorno de un rey por largo tiempo ausente,...), produciendo un punto de giro en la historia que la hace avanzar hacia su desenlace.

Al regresar a Ítaca Ulises se presenta o revela hasta en diez ocasiones su identidad a sus seres queridos, puesto que sus rasgos físicos han sido cambiados por los dioses y el tiempo y no siempre le reconocen. El término fue utilizado por primera vez por Aristóteles en su Poética. Aunque la anagnórisis es un recurso frecuente en muchos géneros, Aristóteles la describió en relación con la tragedia clásica griega, con la que está asociada de modo especial.

De acuerdo con Aristóteles, el momento ideal para la anagnórisis trágica es la peripecia (giro de la fortuna): en un momento crucial, todo se le revela y hace claro al protagonista, con efectos casi siempre demoledores. Por ejemplo, el descubrimiento por parte del héroe trágico de alguna verdad sobre sí mismo, otras personas, o de algunas acciones que significan que, ahora que las sabe, toda la trama cambia de dirección como resultado de su reacción a las noticias. La revelación de esta verdad (que ya era un hecho, pero el protagonista ignoraba) cambia la perspectiva y la reacción del héroe, que se adapta y se acomoda aceptando su destino y en consecuencia ayudando a que este ocurra.
Ejemplos: Edipo, rey de Tebas descubre que el verdadero origen de las plagas que asuelan su polis son causadas por él mismo al cumplir sin saberlo con el oráculo de Delfos: "Matarás a tu padre y te casarás con tu madre", con quien ha tenido cuatro hijos. Un ejemplo clásico de anagnórisis en la tragedia griega se halla en el «Edipo Rey» de Sófocles, cuando Edipo se entera de que la persona que había matado era su padre y que su esposa es su madre. Otro caso especialmente emotivo es el de Ágave al final de «Las bacantes» de Eurípides, que llega a Tebas con lo que cree la cabeza de una fiera en su mano. A medida que el dios Dioniso se va retirando de su ser, comprende que se trata de su propio hijo, Penteo, al que ella y las demás bacantes han despedazado en una orgía de sangre.

En la comedia griega, la anagnórisis es también un recurso frecuente: en las obras de Menandro y sus imitadores latinos, abundan los personajes que han sido abandonados de pequeños y criados como miembros de una clase social inferior. Al entablar una relación con un personaje noble, su extracción humilde supone un estorbo; al final de la obra, se descubre por algún indicio (una marca de nacimiento, un objeto personal que la madre dejó junto al bebé) su verdadera identidad, y la pareja puede unirse felizmente en matrimonio.

En la épica griega tenemos un buen ejemplo de anagnórisis en los últimos cantos de la «Odisea», cuando Ulises vuelve a Ítaca, su patria, y varios personajes lo van reconociendo (su viejo perro Argos, su nodriza Euriclea, su hijo Telémaco, su padre Laertes,...), en una gradación que termina cuando su esposa Penélope, la más reacia a aceptar la revelación, lo somete a una última prueba para confirmar su identidad.

En la literatura española, la anagnórisis es moneda corriente en las novelas de caballerías, el teatro barroco (p. ej. «La dama duende», de Pedro Calderón de la Barca) y el drama romántico. Y también está presente en La gitanilla y en varias de las novelas ejemplares de Miguel de Cervantes. En la literatura inglesa renacentista, William Shakespeare también utiliza las características asociadas a este término en sus obras dramáticas, específicamente en sus tragedias. A pesar del momento de anagnórisis, de reconocimiento, todo acaba mal por el hecho de la inclusión del fatalismo, propio de las obras trágicas.

En la literatura prehispánica, específicamente en el drama Ollantay encontramos una hermosa anagnórisis cuando el inca Túpac Yupanqui encuentra a Cusi Coyllur, prisionera, y reconoce que ella es su hermana.

El ejemplo más moderno sería en el episodio V de la Saga cinematográfica de Star Wars: Cuando Darth Vader revela a Luke Skywalker que él es su padre, la trama pasa de ser una batalla entre el bien contra el mal a ser un conflicto existencial del protagonista entre su deber de luchar contra el mal o redimir a su padre caído.
La peripeteia (en griego antiguo, περιπέτεια) o peripecia es el acontecimiento de una trama que supone un punto de inflexión, un giro en la suerte de los personajes. Este término especialmente se aplica a las obras dramáticas. Dicha historia se presenta como una adversa y repentina que sucede accidentalmente y sin previo aviso, lo cual provoca un cambio en la situación actual que se vive en lo relatado.

En las tragedias supone el punto en el que la trama toma el cariz propiamente trágico, es decir, el punto de inflexión en el que la suerte del héroe protagonista se trunca y comienzan las desgracias que le llevarán inevitablemente a un final desdichado.

Aristóteles define la Peripeteia como «un cambio por el cual la acción gira hacia su opuesto, sujeto siempre a nuestra regla de probabilidad o necesidad». Según Aristóteles, la peripecia, junto con el descubrimiento, es la más efectiva cuando se trata de drama, particularmente tragedia: «la mejor forma de Descubrimiento es aquella que asiste a Peripeteia, como la que conduce al Descubrimiento a Edipo».

La peripeteia incluye cambios en el personaje, además de cambios externos. Por ejemplo, si un personaje pobre y oscuro se ha vuelto rico y famoso, ha sufrido una peripeteia, incluso si su personaje sigue siendo el mismo. La peripeteia o peripecia se distingue de la anagnorisis o agnición, cuando un personaje descubre una información que previamente ignoraba. Esta distinción proviene de la Poética, que consideró que la anagnórisis, que lleva a la peripeteia, un aspecto superior de la tragedia. 

Dos de estas obras son Edipo Rey, donde la información proporcionada por el oráculo de Delfos (que Edipo mató a su padre y se casó con su madre) provocó la muerte de su madre, Yocasta y su propia ceguera y exilio, e Ifigenia entre los tauros, donde Ifigenia se da cuenta de que los extraños que ella debe sacrificar son su hermano y su amigo, lo que resultó en que los tres escaparan de Tauris. Consideró estas tramas complejas y superiores a las simples sin anagnórisis ni peripeteia, como cuando Medea decide matar a sus hijos sabiendo que lo son y aun así lo hace. Aristóteles identificó a Edipo Rey como la principal obra para ejemplificar la peripecia.
Otro recurso literario citado en este vídeo es el Arma de Chéjov: "Elimina todo lo que no tenga relevancia en la historia. Si dijiste en el primer capítulo que había un rifle colgado en la pared, en el segundo o tercero este debe ser descolgado inevitablemente. Si no va a ser disparado, no debería haber sido puesto ahí", indicó Antón Chéjov.

Síndrome FOMO, Fear Of Missing Out, y otros miedos

Transtormo FOMO o nomofobia
El Síndrome FOMO (Fear of missing out) es una patología psicológica descrita como «una aprensión generalizada de que otros podrían estar teniendo experiencias gratificantes de las cuales uno está ausente». Este tipo de ansiedad social​ se caracteriza por «un deseo de estar continuamente conectado con lo que otros están haciendo».  

Queremos vivir intensamente y sublimamos lo que hacen los otros o lo que creemos que hacen. El peligro de esta idealización, de ese miedo a perdernos algo, es vivir eternamente insatisfechos y alejarnos más de la felicidad.
JOMO versus FOMO
Para enfrentarse a ese Síndrome FOMO de enfocarse únicamente en el momento actual y en lo que verdaderamente importa, surge un nuevo concepto llamado JOMO, Joy Of Missing Out, el placer de perderse las cosas, en español, y que invita a vivir distintas experiencias sin pensar en la cantidad de likes que tendrá o siquiera en compartir algo relacionado al tema.

Una de las primeras personas en acuñar este término fue la escritora y oradora Christina Crook. En el año 2014 publicó su libro The Joy of Missing Out: Finding Balance in a Wired World (La alegría de perderse: encontrar el equilibrio en un mundo conectado). En su escrito, la autora plantea que estar siempre conectado puede traer efectos negativos y que en cambio, vivir con opciones alternativas puede traer recompensas y actitudes positivas en nuestro día a día.

Sobre JOMO indica: “Siempre les digo a las personas que deben superar esto de sentir que su vida es aburrida por una publicación de una persona. Hay que ir a un lugar porque realmente quiero ir, no porque está de moda en redes sociales, quiero comprar algo porque me encanta no porque lo usan todas en su Instagram. Lo importante es no verse envueltos en un mundo de mentira”.
FUD, Miedo al caos para engañarnos
Otra estrategia de manipulación relacionada es FUD: 'Fear, Uncertainty and Doubt'. La táctica F.U.D. (es decir “miedo, incertidumbre y duda”) es una estrategia comercial consistente en “diseminar información negativa, vaga o sesgada con el objeto de perjudicar a un competidor.” Es decir, desinformar y atemorizar de forma planificada y calculada. 

 Por extensión, la táctica FUD es utilizada por quien quiere presentar su opinión, sus planes y su punto de vista como los únicos sensatos y viables, frente a otras propuestas, a las que se califica de “excéntricas, irreales e insensatas”. La táctica F.U.D. aprovecha uno de los sesgos cognitivos más frecuentes: La inclinación a la negatividad, un mecanismo curioso a la vez mental y social, por el cual es muy común que el aspecto negativo de las cosas sea más atractivo que lo positivo. Basta sembrar dudas que parezcan razonables sobre las alternativas para atraer a la gente temerosa y desinformada al terreno del manipulador interesado (que abunda por doquier).

Cuando Gene Amdahi abandonó IBM en 1970 para montar Amdahl Corp y hacerles la competencia, los vendedores de IBM se dedicaron a infundir miedo, incertidumbre y duda (FUD) sobre los clientes que podían tener en mente consumir productos de Amdahi Corp. Se dice que esta es la primera vez que se define el término FUD, Fear, Uncertainty and Doubt.

El FUD institucional en los últimos años hacia Bitcoin y el mercado de las criptomonedas es un gran ejemplo: blanqueo de capitales, narcotraficantes, estafas, terroristas, tulipanes… poco menos que ‘el dinero de Lucifer’. No es de extrañar, pues muchas empresas se han visto amenazadas con la llegada de un sistema alternativo que les reta desde la descentralización, algo que no pueden controlar. Bancos, proveedores de pagos, gobiernos… son muchos los que han lanzado mensajes interesados en desprestigiar a una industria con la que, pese a todo, no han logrado acabar. Algunos de ellos han acabado incluso subiéndose posteriormente al carro que habían pisoteado. Ya se sabe, si no puedes con tu enemigo…

Así son los mercados: mientras con una mano se siembra incertidumbre y miedo, con la otra se compra y se acumula el activo que se difama para luego, una vez que se ha conseguido lo que se quiere, volver a hablar bien de él con la intención de que el precio suba. Así, mientras desde JP Morgan tachaban a Bitcoin de “fraude” y prohibían a sus trabajadores comerciar con él bajo amenaza de ser despedidos, ahora ofrecen a sus clientes productos basados en aquello que llamaron “fraude”. ¿Simplemente cambiaron de opinión o compraban mientras lo difamaban? Cualquier opción es posible.
FOMO, Fear of missing out, miedo de quedarse fuera
La industria de las criptomonedas vive casi de forma permanente entre el FOMO y el FUD. Aunque una pueda parecer positiva y la otra negativa, ambas logran desencadenar efectos devastadores. Y las dos, a su vez, pueden resultar incluso positivas si saben identificarse a tiempo.

Lo cierto es que es algo que se repite en cada ciclo, entre las fases de euforia y depresión: antes de llegar a los casi 20.000 dólares en 2017 la gente intentaba entrar al mercado a toda costa (FOMO). Pero una vez concluye la tendencia y el precio corrige fuerte el mensaje que cobra fuerza es que Bitcoin y el resto de las criptomonedas se van a ir a cero, que van a desaparecer y que solo las usan los delincuentes (FUD). Durante ese tiempo el precio llega a su punto más bajo y poco a poco vuelve a remontar. Nadie se fía aún, podría tratarse solo de un rebote, uno más, para seguir a la baja hasta su desaparición. Pero el precio comienza a subir y a dar signos de fortaleza. Desde los 3.000 dólares acaba volviendo a los 20.000, luego a los 40.000 y el precio toca los 60.000. Aparecen cifras que predicen precios desorbitados en distintas publicaciones, en canales de YouTube o en cuentas de Twitter mientras las noticias positivas rodean de nuevo al mercado. El FOMO, una vez más, ha vuelto a escena.
Un anuncio que activa el Síndrome FOMO, invitando a jugar la lotería.

Activa tu comunidad vecinal en Getxo, proyecto inspirado en "La escalera"

Vídeo promocional en el que la escritora Karmele Jaio lanza una invitación a adoptar el espíritu de 'La escalera'.

Nuestra gran amiga y convecina Naomi Hasson, responsable del proyecto Getxo Zurekin, ha lanzado la iniciativa "Activa tu comunidad". Es una propuesta inspirada en 'La escalera' para fomentar la unión vecinal de los residentes de un mismo portal o urbanización. Entrar al portal y encontrarse con un vecino (a veces, si no es muy evidente, esperar para que vaya subiendo). Un saludo educado. Ir juntos en el ascensor. "¿A qué piso vas?". "Al quinto". "Yo me bajo en el cuarto". Las miradas se cruzan en dos ocasiones: al comienzo y al final. En medio, quizás alguna conversación sobre el tiempo.

Es una escena que se repite en muchos bloques de viviendas. La relación con el que vive tan cerca apenas va a más, y aunque el confinamiento domiciliario sirvió para estrechar un poco más los lazos entre vecinos, los vínculos siguen siendo bastante fríos. Para que todo esto cambie, nació el proyecto La escalera en Madrid, una iniciativa que desde esta semana, empezará a subir peldaños en Getxo de una manera pionera en Euskadi.

Recoger paquetes cuando el del tercero no esté en casa; cuidar un rato a los niños de la del primero, que está sola y tiene que salir urgentemente; hacer un recado al del segundo; bajar la basura a la entrañable señora del cuarto. Esas son las escenas que persigue desarrollar La escalera, que este lunes y mañana se dará a conocer con el buzoneo de toda la información en 30.000 viviendas de la localidad getxotarra. 

La iniciativa, impulsada en Euskadi por la Fundación Doble Sonrisa (FDS), recala en el municipio vizcaíno en el marco del proyecto Getxo Zurekin, centrado en la difusión de la importancia del cuidado y la atención de aquellas personas que se encuentran en procesos de enfermedad avanzada. 
Despedida Balconil: Día 50º y final del Aplauso Sanitario TOP2020
Imagen de la comunidad balconil que creamos en plena pandemia en Getxo

Naomi Hasson es la responsable de este programa. "Nosotros llevamos tres años con un proyecto de investigación, con Getxo como laboratorio social, escuchando las vivencias de las personas en torno al final de la vida, duelo, muerte, dependencia, cuidados paliativos, la soledad no deseada. Una mujer decía que no sentía que pudiera tocar el timbre de ningún vecino a las cuatro de la mañana por una emergencia. Y yo pensé: ¿Cómo puede ser eso? Estás en un bloque de pisos y te sientes tan sola. Yo le dije que seguramente sí hubiera vecinos que estarían dispuestos a ayudar. Entonces, pensamos que en esta cultura que vivimos, que estamos tan cerca puerta con puerta, había que hacer algo para cambiar ese pensamiento. Haciendo un rastreo, me encontré con este proyecto, que impulsó Rosa Giménez y que es una maravilla", explica Hasson.

Por eso, en esta red vecinal, estar cerca de quienes más lo necesitan es un pilar fundamental; además, como puntualiza la responsable de Getxo Zurekin, no son solo las personas mayores quienes pueden verse en una situación de dependencia. "La enfermedad avanzada afecta a jóvenes también, y por ejemplo, una mujer puede haber perdido a su marido en un accidente y sentirse mal... Y hay mucha soledad no deseada en personas jóvenes", aclara esta enfermera de cuidados paliativos. Pero las ventanas de esta escalera están abiertas a todas las personas y comunidades de Getxo que deseen apuntarse. "La iniciativa busca, sobre todo, la reciprocidad y ver cómo nos beneficiamos mutuamente: si yo bajo la basura a la mujer del quinto, ella puede recoger los paquetes a la jovencita del primero. Todos somos útiles y todos nos cuidamos mutuamente", destaca Hasson. "Simplemente, muchas veces es tocar el timbre cuando llegas de trabar: Oye, Mari, ¿estás bien? ¿Necesitas algo? Y, seguramente, Mari diga que no. Pero ella ya siente que alguien está preocupada por ella y está más segura", describe la responsable de Getxo Zurekin.
Escalera, inclinada, de la casa de la calle de la Cruz, 6, de Bilbao
La escalera de la casa de nuestros abuelos paternos, calle de la Cruz, 6  imborrable en nuestra memoria.

El proyecto inicial, "La escalera nació de la simple y pura necesidad de imaginar otra idea de comunidad", reconoce su creadora, Rosa Jiménez Pereda. Por eso, esta acción plantea preguntas como ¿Qué harías por tus vecinos? ¿Has pensado que en algún momento de tu vida podrías estar en una situación de dependencia o necesitar cuidados? ¿Crees que en tu escalera te apoyarían? ¿Tu escalera está preparada para poner en marcha una cadena de cariño y de acompañamiento para las personas que lo puedan necesitar?

Para apuntarse: Las personas interesadas en poner en marcha esta iniciativa en su comunidad pueden hacerlo enviando un correo electrónico a hola@doblesonrisa.com o llamando al teléfono 679 019 838. Se les ofrecerá una primera reunión para resolver dudas y ayudarles a empezar; y luego cada comunidad adaptará el proyecto a su entorno.  
Twitter: @_laescalera