El Alcalde de Erandio nos invita a visitar todo el núcleo urbano de su municipio con el procedimiento más innovador: un semáforo.
Si se viene en coche de Las Arenas hacia Bilbao por la carretera de la ría, al llegar a Erandio se nos ofrecen dos alternativas: Recorrer 600 metros directos por la misma carretera o circular por la calle Tartanga, zonas industriales y residenciales, centro vecinal, estación de metro, calles menores y finalmente retornar a la carretera, tras varios kilómetros plagados de pasos de cebra, autobuses escolares, cedas el paso y otros obstáculos propios de toda urbe y para los que se inventaron las circunvalaciones.
Nadie en su sano juicio se metería en semejante embrollo circulatorio,… hasta que intervino algún concejal de circulación en el semáforo que puede aspirar al título de ser el peor regulado del mundo. Sin complejo alguno, considerando que el Tercer Mundo no usa semáforos y que el resto del planeta emplea alguna inteligencia en su ordenación.
Este bendito semáforo, digno de un amplio reportaje televisivo, detiene la circulación de la carretera principal de paso, para permitir salir a los pocos coches que proceden propiamente del municipio y para los muchos vehículos, pequeños, medianos y pesado, que también emergen tras haberse incorporado con sana intención de no permanecer parados 15 ó 20 minutos para recorrer unos escasos metros por la que debería ser principal carretera de paso.
Sr. Alcalde: Ya hemos visitado su ciudad, que por cierto se ha renovado mucho y mejorado ostensiblemente. Quizá haya llegado el momento de seguir otros procedimientos para invitarnos a deambular por la siempre querida Anteiglesia de Erandio, donde algunos trabajamos varios años.
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/erandio.DOC
Si se viene en coche de Las Arenas hacia Bilbao por la carretera de la ría, al llegar a Erandio se nos ofrecen dos alternativas: Recorrer 600 metros directos por la misma carretera o circular por la calle Tartanga, zonas industriales y residenciales, centro vecinal, estación de metro, calles menores y finalmente retornar a la carretera, tras varios kilómetros plagados de pasos de cebra, autobuses escolares, cedas el paso y otros obstáculos propios de toda urbe y para los que se inventaron las circunvalaciones.
Nadie en su sano juicio se metería en semejante embrollo circulatorio,… hasta que intervino algún concejal de circulación en el semáforo que puede aspirar al título de ser el peor regulado del mundo. Sin complejo alguno, considerando que el Tercer Mundo no usa semáforos y que el resto del planeta emplea alguna inteligencia en su ordenación.
Este bendito semáforo, digno de un amplio reportaje televisivo, detiene la circulación de la carretera principal de paso, para permitir salir a los pocos coches que proceden propiamente del municipio y para los muchos vehículos, pequeños, medianos y pesado, que también emergen tras haberse incorporado con sana intención de no permanecer parados 15 ó 20 minutos para recorrer unos escasos metros por la que debería ser principal carretera de paso.
Sr. Alcalde: Ya hemos visitado su ciudad, que por cierto se ha renovado mucho y mejorado ostensiblemente. Quizá haya llegado el momento de seguir otros procedimientos para invitarnos a deambular por la siempre querida Anteiglesia de Erandio, donde algunos trabajamos varios años.
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/erandio.DOC
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Publicado en DEIA, el 5 de junio de 2007.
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