Solamente doce hombres norteamericanos han hollado la Luna (dos de cada tripulación de tres desde el Apolo 11 al Apolo 17, con la excepción del Apolo 13). Ninguna mujer ha estado en la Luna, ni nadie de otra nacionalidad. La ilustración fue realizada en 1973 por Pierre Mion para la revista National Geographic como representación de la llegada a la Luna.
Astronautas hacia la Luna
Solamente doce hombres norteamericanos han hollado la Luna (dos de cada tripulación de tres desde el Apolo 11 al Apolo 17, con la excepción del Apolo 13). Ninguna mujer ha estado en la Luna, ni nadie de otra nacionalidad. La ilustración fue realizada en 1973 por Pierre Mion para la revista National Geographic como representación de la llegada a la Luna.
Aquella vieja luna de Bilbao, documental de RTVE para 1 de mayo
Autor de un obra amplia que se inicia con la publicación del largo poema Adanen poema amaigabea (1975), continúa con análisis de diferentes aspectos de la vida cotidiana publicados en euskara, hasta que pasa a publicar en inglés libros tan reconocidos como Terror and Taboo: The Follies, Fables, and Faces of Terrorism (1996), en colaboración con el antropólogo William A. Douglass. En 2006 fue finalista del Premio Euskadi de Ensayo en Euskara por su obra ETAren hautsa (La cenizas de ETA). Recibió el Premio Euskadi, ya en el apartado de Ensayo en Castellano, el año 2015 por esta Vieja luna de Bilbao (Crónicas de mi generación), editada el años anterior.
El propio autor ha resumido su libro con las siguientes palabras: “Basándose en “La Canción de Bilbao” que en 1929 Bertolt Brecht dedicó e inmortalizó a Bilbao, el texto rememora los cambios de Bilbao durante los últimos treinta años. Evoca en particular al poeta Gabriel Aresti y su crepuscular oskorria como contrapunto a la imagen poética de la luna brechtiana y de su reencarnación en el cetáceo de Gehry en Abandoibarra.
En su razonamiento del Jurado del Premio consideró que “En Vieja luna de Bilbao, Joseba Zulaika emprende una revisión de la modernidad vasca a través del pasado reciente de Bilbao, combinando la perspectiva biográfica con la aproximación histórica para construir un texto de gran eficacia literaria.”
La misma Luna
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/mismaluna.DOC
Homenaje a Neil Armstrong
Para quienes en la infancia vivimos con imágenes borrosas en televisores en blanco y negro la "carrera espacial", con la conquista de la Luna como hito central, aquel verano del '69 nos marcó y dehó un recuerdo imborrable,... y glorisoso. La Ciencia y la Tecnología, descontados los orgullos nacionales de ver quién era más fuerte (más capaz de destruir), se elevaron como metas de toda la humanidad con un fin no bélico (aunque fuese su origen la investigación militar, desde los cohetes V2 de la Alemania nazi).
Ojalá los medios de comunicación, tradicionales y los Social Media, revivieran lo mejor de aquella época con toda la investigación que hoy se realiza en todo el mundo. Hitos y referencias continuas como el bosón de Higgs o el Curiosity debieran seguir estimulando el interés general por la Ciencia y la Tecnología y despertar más vocaciones científicas como lo hizo aquella mítica "carrera espacial".
Reportaje de Discovery en cinco vídeos (tras el anexado, 2º, 3º, 4º con el alunizaje y 5º).
Imagen tomada de su referencia en Wikipedia.
Otros obituarios en esta bitácora.
Última superluna de 2023 denominada de la Cosecha
Un "anochecer" de la luna en Byron Bay
El hogar de los hermanos Watkins en 𝗘𝗮𝘀𝘁 𝗼𝗳 𝗘𝘃𝗲𝗿𝘆𝘁𝗵𝗶𝗻𝗴, se llama Broken Bay y está inspirado en el municipio costero de Nueva Gales del Sur llamado realmente Byron Bay.@AcorntvLATAM
— MBocciaRP (@MBocciaRP) November 15, 2020
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Nuestra infancia fue inspiradora, con el Everest, la fosa de las Marianas y la Luna
Hoy, 11 de diciembre de 2021, se han cumplido exactamente 49 años del último alunizaje y no hay fecha prevista para el siguiente. https://t.co/fF7UKlDKTH pic.twitter.com/UyKEiC3scQ
— Mikel Agirregabiria (@agirregabiria) December 11, 2021
La India conquista la cara sur de la Luna
Let’s recap the India moon landing..
— 𝗙𝗿𝗲𝗱 𝗗𝗶𝗕𝗶𝗮𝘀𝗲 ① (@FredDiBiase247) August 24, 2023
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Anochecer en Alicante
Ilusiones horizontales
La "Ilusión de la Luna" o técnicamente la "Hipótesis de Distancia Aparente" se manifiesta cuando se ve una Luna "inflada" al observarla sobre el horizonte. También es aplicable al Sol, grandioso en su albor o en su ocaso. Podría pensarse que es un efecto óptico producto de la difracción producida por la más densa capa atmosférica superficial, pero se trata de un efecto psicológico de percepción. Nuestro procesador de visión tiende a "asociar" la distancia hasta los objetos observados con algunos patrones reconocibles. Este mecanismo mental nos ayuda a percibir en perspectiva, pero produce secuelas ficticias. El cerebro usa “claves de profundidad” conocidas, como la copa de los árboles, la cima de los cerros,… para "completar" información sobre el alejamiento de cada elemento en el plano de visión. Mientras más de estas "ayudas" aparezcan, se perciben crecidamente "magnificados" los objetos que están detrás de estas "referencias". Una prueba irrefutable para corroborar esta tesis consiste en mirar la Luna sobre el horizonte cubriendo todas las concomitancias terrestres, lo que se logra a través de un elemental "catalejo" construido con un periódico enrollado. Entonces se percibirá que el satélite mágicamente se "achica", en comparación con su imagen al natural. En política, esto sucede con el terrorismo: Esta luna, representación lorquiana y vasca (hil-argia) de la muerte, al estar allende de los más elementales derechos humanos se hipertrofia en nuestro enfoque, engañándonos sobre su dimensión y cubriendo de desolada desesperación todo el cuadro.
El “Efecto horizonte” se definió en Cibernética como la limitación de los análisis de fuerza bruta de los ordenadores dedicados al ajedrez, que calculaban todas las posiciones hasta un límite, sin poder ver más allá, lo que les llevaba a cometer graves errores. Por ejemplo, desestimaban una jugada aparentemente perdedora porque no computaban que tras un movimiento adicional ganaban con jaque mate. Los programas más modernos, como Deep Junior que ha empatado con Kasparov, han superado este síndrome de la inteligencia artificial y son capaces de optar por variantes arriesgadas, aunque no puedan previsualizar la posición final ganadora. La política sufre en grandes dosis el “efecto horizonte”. Se actúa con una perspectiva máxima de la próxima convocatoria electoral: Pocos políticos piensan en un futuro a medio o largo plazo. ¿Quiénes nos proyectan su visión hasta el 2010 o el 2025? Debemos distinguir a los partidos proactivos y prospectivos, que presentan planes, de los partidos que actúan por reflejos, por reacciones, por electoralismo cortoplacista. La profundidad y el rigor de los análisis determinan el índice de acierto de las actuaciones adoptadas cotidianamente.
La política debe prescindir de las orejeras de los burros, que sólo conducen a parcos destinos partidistas, y comenzar a utilizar optimistas telescopios de clarividente perspicacia, prismáticos entusiastas de realidad ciudadana y gafas fraternas de solidaria humanidad. Nos conviene una Política con menos ilusionismo de corto horizonte, y con más altura de miras, más proyección, más planificación y más hondura pacifista y ética.
Lunáticos y fanáticos
Me recomendaron un experto pintor, con gran experiencia, para barnizar las ventanas de nuestra casa costera. Llegamos a un rápido acuerdo sobre plazos y precios antes de que iniciara su tarea con profesionalidad. Charlamos sobre temas anodinos, hasta que él me contó su gran descubrimiento científico. Todo comenzó cuando le sugerí que el fuerte sol directo y la salina brisa marina eran los causantes del deterioro en la madera. Él lo rebatió y me confió su secreto, susurrando en voz baja: “El peor enemigo [de la pintura] es la luz de la luna”.
Nada dije en aquel momento, ni después. Me sorprendió que perviviesen entre gentes del gremio creencias que son tamaños disparates. De inmediato comprendí que los desatinos abundan aún más en las mentes de muchos políticos, de alto o bajo postín. ¿Acaso en pleno siglo XXI no quedan todavía personas que creen que la paz se alcanza poniendo o lanzando bombas de pequeño o gran tamaño?
La blanca luna sólo gobierna las mareas y no es culpable de los males que le atribuyen algunos lunáticos. Con todo, aún es más inocente la población de Londres o de Bagdad. A todos los fanáticos de los explosivos, y a quienes les excusan o votan, les recordaría aquel verso de García Lorca que previene de la desmesura y de la ambición: “El que quiere arañar la luna, se arañará el corazón”.
Los lunáticos eran quienes se volvían locos en determinadas fases de la luna, como creyeron advertir los romanos antes de Julio César, cuando regía un estricto calendario lunar. Posiblemente la locura de la violencia sea transitoria y pronto veamos amanecer una nueva era para la Humanidad donde el fanatismo y la guerra sean meras antiguallas anacrónicas.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/lunaticos.htm
La Luna desde las tumbonas...
Hemos descubierto que el iPad es para la mesa del porche, y el iPod touch para la tumbona. Y para concluir un acertijo fácil: ¿Qué libro lee Carmen? Basta ampliar la imagen con un clic, y buscar...
Toda la verdad sobre la colonización de Marte y de la Luna
"Para llevar el hombre a la Luna, en las misiones Apolo, trabajaron 400.000 profesionales. Eso es maravilloso". La científica y astronauta en la reserva Sara García Alonso explica qué significa ser astronauta. En @AprenderJuntos_. pic.twitter.com/QTLcNf3JzK
— EL PAÍS (@el_pais) April 23, 2024
#Gente #NovaMás Así es Sara García Alonso, la primera mujer astronauta española de la Agencia Espacial Europea https://t.co/PhQ3r2wSkz pic.twitter.com/oxwyqg8RuX
— Juan Antonio Tirado (@jatirado_oc) June 20, 2024
Taller de observación del cielo... en Pilar de la Horadada
· Lugar: Mil Palmeras (Urb. Ríomar, playa del Río junto a nuevo parking)
· Hora: 22:30 h.
· Organiza: Concejalía de Festejos
· Ponente. José Ginés Madrid Henarejos (Pepito Madrid)
· Teléfono: 652314381
40 Aniversario de la llegada a la Luna
Imágenes del Eclipse Lunar de 2018
Snoopy casi se va con el Apolo 10
Post que estuvo en borrador desde el 19-4-2009.
Falso pavo y pavo real
El Washington Post informó que era de plástico el magnífico pavo mostrado por un campechano Bush, ataviado una chamarra guerrera, mientras los 600 militares y los 4 líderes iraquíes con los que reunió comían simple “rancho” de cantina. La parafernalia de la visita, organizada con el máximo secreto, revela la verdadera situación iraquí, que obligó a camuflar el avión presidencial cargado de periodistas para despegar y aterrizar en el más absoluto anonimato. La prosperidad que evoca la bandeja con el pavo asado es tan “fiel” como la mejora de la calidad de vida en Irak. Puro decorado de teatro, que sólo algunos periodistas avezados desvelan. La credibilidad de la Casa Blanca empieza a ponerse en entredicho no sólo por sus “misiones de paz”, sino incluso por la chapucería en la producción de espectáculos para dar algún lucimiento a Bush, cuyas cualidades de estadista parecen también ser de goma. Puestos a utilizar el atrezzo ficticio, igualmente podían haber sido de inofensivo cartón-piedra las bombas arrojadas sobre algún plató de Hollywood y no sobre Irak, para que ahora 55.000 iraquíes, y otro millar de occidentales, siguiesen con vida.
Continúa la caza del pavo, o del votante iluso, con una campaña para las elecciones de 2004 en la que Bush prometerá nuevos viajes a la Luna. Desgraciadamente el único lustre de este presidente se ha forjado en el trágico 11S (11 de septiembre de 2001) y sólo confía en abrillantarlo con una inacabable guerra en Irak. Para desorientar a la ciudadanía únicamente le queda que se despiste mirando a la Luna, donde estuvieron por última vez en 1972. Muchos científicos lo consideran un despilfarro y un objetivo tecnológico no prioritario: "Ya hemos estado allí, ya hemos hecho lo que teníamos que hacer", ha declarado Robert Park, de la Sociedad de Física de EE. UU., al diario USA Today.
No serán, por desgracia, los argumentos de la Ciencia los que marquen el rumbo presidencial, sino los “publicistas fontaneros” de la administración Bush. Si Bin Laden o de Sadam Husein siguen sin aparecer, y si el misterio del 11S persiste sin resolverse, entonces la megalomanía de este presidente sólo puede orientarse lunáticamente. Todo ello cuando ha recortado la sanidad y la asistencia social, cuando proyecta reformar a la baja el sistema de pensiones, y mientras reduce los impuestos. Economistas críticos como Paul Krugman, lo explican gráficamente en artículos como el titulado "Saquear el futuro", señalando que Bush "gasta como si el mañana no existiera", tras liquidar el superávit que heredó de Clinton y programando un fuerte déficit presupuestario para la próxima década. Para George W. Bush sólo existe el 2 de noviembre de 2004, el día de las elecciones. Antes debe recaudar más de 200 millones de dólares para financiar su campaña presidencial, a fin de remontar unas previsiones decrecientes que hoy día sólo le conceden el 48% de los votos, frente al 47% de cualquiera de los posibles adversarios demócratas.
James Freeman Clarke sentenció: “Un político piensa en las próximas elecciones; un estadista, en la próxima generación”. Por supuesto que siempre será menos mortífera la conquista de la Luna que la nefasta cruzada en el avispero iraquí, pero la primera potencia mundial y el planeta bien merecerían otro presidente menos peliculero y más estadista, que desmilitarice el pensamiento político dominante.
Pobreza entre riqueza
El astronauta Neil Armstrong al pisar la Luna en 1969 dijo: “Un paso pequeño para el hombre, un salto gigantesco para la Humanidad”. La carrera espacial fue una gesta de ciencia y de paz, y sus frutos tecnológicos han beneficiado y contribuido al desarrollo humano. Aquel esfuerzo heroico aplaudido por encima de fronteras y banderas, aunque motivaciones bélicas y de prestigio también fueron determinantes. Ahora que celebramos un aniversario tan vívido para quienes asistimos conscientes a su consecución, otros interrogantes infantiles nos siguen martilleando la conciencia, como cuando preguntábamos: Papá, ¿por qué todavía hay gente que se muere… de hambre?
Resulta doloroso asistir impasibles a la injusticia e insolidaridad mundiales. La pobreza y la desigualdad no es ninguna ley inexorable de la Naturaleza. Parece que el continente de nacimiento sea determinante en la calidad de vida que debe esperar cada ser humano que nace. En Europa y Australia nos encastillamos en una "sociedad del bienestar", aún cuando la pobreza asome por los suburbios de cualquiera de nuestras ciudades, mientras aceptamos que Norteamérica sea el líder militar, tecnológico y financiero, Asia se convierta en la poblada fábrica del mundo con el 60% de la población planetaria, el resto del continente americano al sur del río Grande perviva con graves incertidumbres y África apenas sobreviva con una esperanza de vida menor de 40 años.
Los datos escandalosos se multiplican: Cada vaca europea recibe una subvención diaria de 4 €, mientras la mitad de la población mundial ha de subsistir con menos de un euro al día. Tamaña injusticia debería congelarnos el corazón. Ya no sólo se trata de que los despilfarros militares reinvertidos en educación, sanidad y alimentos podrían solucionar en meses todos los problemas de la Humanidad, sino incluso de aberraciones tales como que los gastos de las sociedades ricas en comida para mascotas o en dietas de adelgazamiento podrían evitar la muerte anual por hambre de más de 6 millones de niños menores de cinco años y cancelar la monstruosa cifra de 840 millones de personas desnutridas que viven entre nosotros.
Hace 35 años supimos llegar y pasearnos por la Luna, pero aún no hemos sido capaces de exigirnos a nosotros mismos y a nuestros gobernantes la fraternal proeza de acabar con la pobreza. Mientras haya una sola persona muerta de hambre, ninguno mereceremos llamarnos seres humanos, ni suponer que estamos dotados de una sola gota de inteligencia ni de bondad.
La fecha de la Pascua
Cada año nos preguntamos cuánto se adelantará o retrasará la Semana Santa. La razón de su ubicación en el calendario se justifica por motivos históricos, religiosos,… y astronómicos. Lo único seguro, en cualquier año, es que entrada la primavera (21 de marzo), la Pascua será el primer domingo tras la luna llena.
En el mundo occidental, el calendario vigente se basa en la liturgia cristiana, que celebra la Pascua, en memoria de la resurrección de Jesucristo. La última cena, el jueves santo según los cuatro evangelios, los apóstoles celebraron con su Maestro la “Pascua Judía”, conmemorando el éxodo de los israelitas de Egipto, conducidos por Moisés a través del mar Rojo. Según el judaísmo, los hebreos deben renovar cada año esta celebración el día 15 del mes de Nisan, que empieza con la primera luna nueva de primavera: es decir, el primer plenilunio de primavera, con independencia del día de la semana.
El cristianismo, a través de los siglos fue unificando la fecha de su Pascua, no sin diferencias internas entre sus iglesias, porque en Asia Menor hasta el siglo V los cuartodecimanos mantuvieron la coincidencia exacta de fecha con los judíos. Roma paulatinamente impuso que la Pascua fuese en domingo, y además el progreso en astronomía detectó el movimiento de precesión, con el consiguiente retraso de 50 segundos por año en la entrada de los equinoccios. El cómputo judío se guiaba por la constelación de Aries, adelantándose la fecha sin esperar a la observación del equinoccio (misma duración del día y de la noche). Así pues, al inicio del siglo IV había protopasquistas, que prescindían del equinoccio y seguían el cálculo judío, y equinoccialistas; pero incluso dentro de éstos, los romanos tomaban como referencia del equinoccio el 18 de marzo y los alejandrinos el 21. El concilio de Arlés del año 314 ordenó su primer canon que la Pascua se celebrase en todas partes el mismo día, pero hubo de esperarse hasta el Concilio de Nicea en 325 para solventar la cuestión.
Convocado por el emperador Constantino, que todavía no era cristiano, se destinó a combatir la herejía arriana, pero también fijó la fecha de la Pascua. Instituyó que sería en domingo, tras el equinoccio real (olvidándose de la entrada en Aries), y que jamás coincidiría con la pascua judía, por lo que si caía en plenilunio se retrasaría al domingo siguiente. Quedó fijada la superioridad en Astronomía de Alejandría, y se decretó que su iglesia comunicase a Roma el día de la Pascua, para ser transmitida toda la cristiandad. Todavía perdurarían las discrepancias astronómicas, hasta que en 525 el respetado cronologista Dionisio el Exiguo convenció a los romanos de las ventajas del cómputo alejandrino.
Así pues el Domingo de Pascua acontece en un paréntesis de 35 días, entre el 22 de marzo y el 25 de abril, ambos inclusive. El cálculo de la Pascua por fórmulas no es demasiado difícil, mediante el algoritmo de Butcher o con el ideado por el insigne matemático Karl F. Gauss (1777-1855), pero su descripción sería aburrida. Las fechas de Pascua se repiten en idéntica sucesión en un periodo de 5.700.000 años y en ese intervalo de tiempo la fecha más frecuente es el 19 de Abril, si bien la mayoría de las veces, la Semana Santa cae durante la primera o segunda semana de Abril. Este año, 2005, nos viene bastante adelantada, lo que quizá sea un inconveniente para los planes de vacaciones, pero resulta sumamente agradable comprobar que todavía el calendario no se rige por criterios comerciales, sino por el movimiento del Sol y la Luna. Sólo el Cielo ordena el tiempo y las estaciones…