Mostrando las entradas para la consulta ojos ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta ojos ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

Homenaje a Alexandr Solzhenitsin

Hoy ha fallecido este Premio Nobel de Literatura de 1970. Desde que leí su obra "El primer círculo", su biografía representa para mí la denuncia de una monstruosidad como es cualquier forma de dictadura. Dos citas suyas, como recuerdo de urgencia:
- Si no tienes la espalda rota, si tus pies pueden caminar, si puedes doblar los dos brazos, si puedes ver con ambos ojos y oír por ambos oídos, ¿a quién deberías envidiar?
- Nuestra envidia de los otros es lo que más nos devora. Frótate los ojos y purifícate el corazón y valora, por encima de cualquier otra cosa en este mundo, a aquellos que aman y te quieren bien.

El mejor homenaje al personal sanitario sería la mascarilla obligatoria

El mejor homenaje al personal sanitario sería la mascarilla obligatoria 
Desde hoy, que sería el 53º día, ya no grabaremos los Aplausos Sanitarios porque se repiten las imágenes, con la única variación del nivel de luz solar a las 20 horas. Tampoco hemos publicado los aplausos desde Getxo, que se pueden ver en estos enlaces: Día 51 (después de un chaparrón)  y día 52 (más soleado). En ellos comentamos que se ven pocas personas con mascarillas desde nuestra terraza,... 
El mejor homenaje al personal sanitario sería la mascarilla obligatoria sería la obligatoriedad de usar mascarilla todos nada más salir de nuestros hogares. A nuestro modesto parecer parece un despropósito comenzar el desconfinamiento y abarrotar los lugares de paseo y deporte de personas sin mascarilla.
Se insiste en mantener los dos metros de distancia, incluso CINCO metros con deportistas que hacen ejercicio intenso,... y la mascarilla -y sólo desde anteayer- únicamente es obligatoria en los transportes públicos,... o privados. Algo no cuadra cuando se vigila que personas que conviven lleven mascarillas en su propio vehículo, pero luego te cruzas constantemente con runners o ciclistas exhalando por cualquier lugar que circules. 
Tipos de Mascarillas
También es evidente que, a día de hoy, por fuentes comentadas desde distintas localidades de Bizkaia, las personas de más de 65 años en un 50% aproximadamente sí usan mascarilla en la calle, pero ese porcentaje se reduce al 10% en personas de edad inferior a los 65. La mascarilla, especialmente las higiénicas o quirúrgicas que son las que se ven mayoritariamente, sirve -sobre todo- para NO CONTAGIAR a los demás. Paradójico que los más solidarios sean las personas de más edad, cuando justamente han sido las más afectadas -incluso con la muerte- por este COVID-19.
Recomendamos USAR MASCARILLAS Y GAFAS, los ojos son otra vía de infección, mejor de clase FFP2 sin válvula de exhalación (para cuidar a los demás). La mascarilla debe estar bien ajustada, no usarla demasiadas horas, desinfectarla con exposición al sol durante más de una hora, e incluso una visera puede ayudar a cualquier tipo de gafas a proteger nuestros ojos del virus.
Exhortamos a las autoridades pertinentes a que, de modo inmediato, nadie entre en una residencia de mayores o en un centro sanitario sin mascarilla. Quizá podamos aceptar la sangría de vidas de residentes mayores y de personal sanitario... en el pasado. Lo que sucede desde mayo es previsible y deberemos exigir responsabilidades a quienes no actúen con toda la diligencia debida para SALVAR VIDAS HUMANAS. No buscamos culpables, pero sí soluciones y ya nadie puede excusarse en el desconocimiento. 

Mascarillas para todos,... Primero en residencias de mayores y centros sanitarios. Enseguida, en todo el exterior hasta que remita la pandemiaHashtags:   #Mask4All   #MascarillasParaTodos 
Segundo día de desconfinamiento por tramos
En este enlace su van acumulando las grabaciones de horas de aplausosÁlbum con centenares de fotografías de estos más de 50 días aplaudiendo,... 

Cuatro siglos ante los ojos del nieto

Con mi nieto Julen
Todo niño debe conocer cómo fueron sus tatarabuelos,... para que pueda imaginar cómo serán sus tataranietos... 

Nuestro nieto Julen ha cumplido 3 meses, pesa 6 Kg y mide 61 cm. Quien esto suscribe, su abuelo materno, es 3 veces mayor en estatura, 16 veces más pesado y ha vivido 170 veces más,... Desde los primeros días de su vida le relatamos cuentos, algunos clásicos, otros inventados para cada uno de nuestros hijos y, los mejores, creados sólo para él. Julen nos mira fijamente con sus ojos de recién nacido, con pocas semanas de vida, cada día con más atención. Cuando gorjea, nos callamos, le escuchamos y le animamos a que balbucee nuevamente y se oiga a sí mismo. 

Desde el primer día hemos sentido la necesidad de hablarle de sus antepasados, de Ezequiel y Leona, nuestros únicos abuelos que conocimos en vida y de quienes aprendimos mucho. Más aún, debíamos empezar por el principio, por nuestros bisabuelos Pedro Aldasoro e Isabel Larrea, quienes nacieron hacia 1865 y de quienes guardamos un recuerdo indeleble. Aún les vemos sentados, exactamente como en la foto superior con Julen, con esas mismas vestimentas en el fuego bajo en Ubidea con los adornos en la chimenea, el calendario y el fuelle, sólo que había una mesa de madera con mantel de hule y asientos corridos, una cocina económica y un fregadero con agua de manantial. 

Pedro e Isabel nacieron a mediados del siglo XIX, las siguientes tres generaciones en el siglo XX, Julen pertenece al siglo XXI y, quizá, llegue a ver el siglo XXII,... tal vez desde la Luna. Los siglos se acortan ante un bebé que aprende y explicándole cuán maravillosa es la vida, como abuelos se revive todo por tercera vez tras la propia infancia y la paternidad. Así se descubre el devenir de la historia, a través de la propia familia, y quizá hasta se vislumbra un futuro de esperanza, que siempre renace con cada niño que viene al mundo.
Con mi nieto Julen
Con los nietos siempre se piensa en generaciones (varios posts).

Un lento despertar

Cuento de verano, breve y con una moraleja que habrás de descubrir.

Quizá fue aquel rayo de luz, propio de un sol de mediodía, a finales del mes de junio. Desde aquella pupila que apenas veía el mundo exterior, llegó al fondo del tuétano y le despertó. Fue un lento proceso que duró tres días, pero una transformación vertiginosa para aquel ser humano al muchos médicos daban por muerto en el mundo consciente.

Primero fueron las sensaciones, como la luz cegadora que le obligó a cerrar los ojos. Luego el ruido del entorno y el olor a tierra mojada. Más tarde, la visión de quienes le rodeaban, todos vestidos de blanco, los viejos y los jóvenes. Durante años había padecido frío, poco o mucho frío, pero siempre frío. Aunque ahora la brisa era templada y tranquilizante. Tampoco le dolía nada, no sentía ninguna de aquellas magulladuras que durante tanto tiempo le habían acompañado.

Más tarde, quizá al día siguiente, llegaron las palabras. No eran las que escuchaba provenientes del exterior, aunque aquel galimatías -del que hacía tiempo se había desentendido- empezaba a serle inteligible. Fueron las voces interiores, las que le susurraron nuevas emociones. Musitó “padre”, y los ojos se le humedecieron con alguna olvidada remembranza. Luego, surgió “madre”, y las lágrimas le anegaron el rostro. No entendía muy bien el porqué de la fuerza de aquellos mensajes vocalizados. También susurró “sol”, “luna”, “aire”, “agua”, “pan”,… y llegó a mascullar otras que le dolieron por dentro cuando se las repetía, una y otra vez, “ido”, “idiota”, “loco”,…

Por último, aparecieron los recuerdos. Eran memoria de tiempos muy lejanos, de su desvanecida infancia. Jugando en alguna playa, saltando sobre las olas, merendando con sus padres,… Poco a poco, desde la neblina del olvido, fue asomándose otra figura querida. Alguien a quien amó, desde que ambos eran niños. Alguien a quien perdió, cuando ella se hizo mujer, cuando ella le rechazó y lo abandonó. Entonces llegó a comprender lo que le había llevado hasta aquel hospital mental. Ya no le dolía tanto,… Seguramente tantos años de demencia habían borrado, en parte, la herida.

También adivinó que no sólo había sido aquel rayo de sol lo que le había devuelto la cordura. Había sido la música que se escuchaba en el jardín del sanatorio, puesta por alguna desconocida mano caritativa. Alguien, con sabia intención, le había cuchicheado al oído: “La buena música borra los malos recuerdos”. Hasta se dijo a sí mismo, en pleno proceso de recuperación: “Una bella teoría, tan útil como incierta”.

Se propuso comunicar a los demás su mejoría. Debía superar la prueba del tribunal médico y salir a buscar a aquella amada que apartó sus vidas. Tenía que decirle “algo”, si llegaba a encontrarla… Cuando se convirtió en un hombre con un plan, un brillo en su mirada delató su recobrada inteligencia… y su decidida resolución. Sin él advertirlo, una leve sonrisa apareció en su cara. La primera expresión de felicidad en más de una década… (Quizá continúe.)

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/despertar.DOC

El intrépido soñador

Dos vidas tenemos, la despierta y la onírica, que sabiendo conjugarlas pueden enriquecerse mutuamente y mejorar nuestra existencia.

Era una persona normal, como tú o como yo. Cada día caminaba, entonando su canción. Así se levantaba, y forjaba su labor. Anónima y sencilla, pero siempre con tesón. Pero su trabajo cotidiano, no era única afición. Cuando se acostaba y se dormía, despertaba… su inmensa imaginación.

Al cerrar los ojos escogía… un caballo de ocasión. Rocinante o Platero, pero en manos de Strogoff. Acostado cabalgaba, el osado soñador. A gestas de héroe sobrevivía, en su nocturno guión. Aventuras incansables, con todo su gran fragor. A sí mismo veíase, cual quijote salvador. Cristóbal capaz de emular… al mismísimo Colón. El demostrado heroísmo que desplegaba, alentaba su ilusión. Tras soñar lo imposible, despertaba de un tirón. De la cada gesta recordada, renacía su vigor.

De día parecía un cordero; de noche,… era un león. Cada jornada necesitaba su ensueño, como la luna… al sol. Visto por la calle aparentaba… ser sólo un pobre peón. Sólo la humilde presencia, ocultaba su valor. Eso pretendía, como hace el mejor actor. Sólo observando de cerca… se advertía su fervor. Sus ojos descubrían… un insólito fulgor. No mantenía una sola vida, tenía encendidas dos. El secreto de su energía… era simplemente amor.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/sonador.DOC

Johnny Cash "I Walk the Line"


Primero, nos recordaron a Johnny Cash en la excelente web de "Letras Traducidas". Luego emitieron "En la cuerda floja",...
Letra original:

I keep a close watch on this heart of mine / I keep my eyes wide open all the time / I keep the ends out for the tie that binds / Because you’re mine, I walk the line.

I find it very, very easy to be true / I find myself alone when each day is through / Yes, I’ll admit that I’m a fool for you / Because you’re mine, I walk the line

As sure as night is dark and day is light / I keep you on my mind both day and night / And happiness I’ve known proves that it’s right / Because you’re mine, I walk the line.

You’ve got a way to keep me on your side / You give me cause for love that I can’t hide / For you I know I’d even try to turn the tide / Because you’re mine, I walk the line.

I keep a close watch on this heart of mine /I keep my eyes wide open all the time / I keep the ends out for the tie that binds / Because you’re mine, I walk the line.

Traducción:

Le echo un breve vistazo a mi corazón / Mantengo los ojos bien abiertos todo el rato / Sujeto con fuerza el extremo de esa cuerda que aprieta / Porque eres mía, camino por la línea.

Lo veo muy fácil para que sea cierto / Me encuentro sólo cada día que pasa
Sí, admito que estoy loco por ti / Porque eres mía, camino por la línea.

Tan seguro de que la noche es oscura y el día claro / Te guardo en mi memoria cada día y cada noche / Y la felicidad que he conocido prueba que es cierto / Porque eres mía, camino por la línea.

Tienes la llave para mantenerme a tu lado / Me das motivos para el amor que no puedo esconder / Por ti incluso he intentado luchar contra la marea / Porque eres mía, camino por la línea.

Le echo un breve vistazo a mi corazón / Mantengo los ojos bien abiertos todo el rato / Sujeto con fuerza el extremo de esa cuerda que aprieta / Porque eres mía, camino por la línea.

Ventana externa Fuente de audio original

Homenaje a Cormac McCarthy

Cormac McCarthy nació en 1933 en Rhode Island, aunque pasó la mayor parte de su niñez cerca de Knoxville, Tennessee, donde se desarrollan sus primeras cuatro novelas. En 1965 llamó la atención de la crítica internacional con su trabajo El guardián del vergel, que ganó el premio Faulkner a la primera novela. Más tarde aparecerían La oscuridad exterior, Hijo de Dios y Suttree, ambientadas en un Sur gótico y violento, y que han sido comparadas con la obra de William Faulkner y Flannery O'Connor. En 1981, Cormac McCarthy recibió el premio MacArthur Fellowship, el reputado Genius Grant, y escribió Meridiano de sangre

En 1992 publicó Todos los hermosos caballos, el primer volumen de su trilogía, que cosechó el aplauso de la crítica y un gran número de lectores. Finalmente, el libro fue galardonado con el premio literario más importante de Estados Unidos, el National Book Award. Completan la trilogía En la frontera y Ciudades de la llanura. En 2006 apareció No es país para viejos

Con La carretera ganó el premio Pulitzer en 2007. Cormac McCarthy es también autor de la obra de teatro El Sunset Limited y del guión El consejero. El pasajero / Stella Maris (2022) es su última novela. Falleció en su casa de Santa Fe, Nuevo México, el 13 de junio de 2023.

Se le compara frecuentemente a Cormac McCarthy con William Faulkner y ocasionalmente con Herman Melville, aunque por la importancia del viaje y del río en su obra también se le podría emparentar con Mark Twain, y por la causticidad y precisión de su prosa con Jim Thompson

Algunas citas de Cormac McCarthy:
  • Nunca sabes de qué suerte peor te ha salvado tu mala suerte
  • Si no cumples una promesa pequeña tampoco cumplirás una grande. 
  • Olvidas lo que quieres recordar y recuerdas lo que quieres olvidar
  • El dinero temeroso no puede ganar y un hombre preocupado no puede amar
  • En mi experiencia, las dificultades de la vida no hacen más caritativas a las personas.
  • Siempre se paga demasiado. Sobre todo por las promesas. No existe promesa que sea una ganga
  • Gobernar a los buenos cuesta muy poco. Poquísimo. Y a los malos no hay modo de gobernarlos. Al menos que yo sepa.
  • Él le cogió la mano y cruzaron la calle hasta el hotel. Intentó leerle el corazón en el apretón de su mano, pero no adivinó nada.
  • Me preguntaba de qué soy profesor. Bien, yo profeso la oscuridad. Esa noche disfrazada de día. Y ahora, le deseo lo mejor pero debo irme.
  • No estoy interesado en escribir historias cortas. Cualquier cosa que no gaste años de tu vida y te conduzca hacia el suicidio, difícilmente merecerá ser hecha.
  • Todo va a ir bien, ¿verdad, papá? Sí. Todo irá bien. Y no nos va a pasar nada malo. Desde luego que no. Porque nosotros llevamos el fuego. Así es. Porque llevamos el fuego.
  • Cuando sueñes con un mundo que nunca existió o con un mundo que no existirá y estés contento otra vez, entonces te habrás rendido. ¿Lo entiendes? Y no puedes rendirte. Yo no lo permitiré.
  • ¿Has pensado alguna vez en la muerte? Sí. A veces. ¿Y tú? Sí. A veces. ¿Crees que existe un cielo? Sí. ¿Tú no? No lo sé. Quizá sí. ¿Crees que puedes creer en el cielo si no crees en el infierno? Creo que puedes creer lo que quieras.
  • Cuando ella se volvió y le miró, él comprendió que le había visto desde la ventanilla del vagón. Mientras caminaba hacia él, su belleza se le antojó algo totalmente improbable. Una presencia inimaginable en este lugar o en cualquier otro. Se le acercó sonriendo tristemente, le rozó con los dedos la cicatriz de la mejilla, se estiró y la besó y él le dio un beso y le cogió la maleta. Estás tan delgado, dijo ella. Él miró aquellos ojos azules como un hombre que busca la visión del futuro aún no creado del universo. Apenas tenía aliento para hablar y le dijo que era muy hermosa y ella sonrió y en sus ojos había la tristeza que él vio por primera vez la noche que fue a su habitación y supo que, aunque estaba contenido en aquella tristeza, no constituía su totalidad.
No es la primera vez que citamos a Cormac MacCarthy.

RELATO CERO Fascinante mirada. Aportación de J.M.A.A.(MePEFu)

Sí, Carlton. Top Bodas 2012
Siempre he creído, desde que leí la poética expresión de mirada cautivadora, que cuando dos miradas se cruzan, directamente a los ojos, en ese momento almas y vidas se intercambian en un proceso mágico. La memoria también se permuta, y olvidando quiénes eran hasta entonces, cada uno adopta la identidad del otro, canjeando vidas, pasados y futuros. 

Cuando era un niño, ello me llevó a mirar de reojo, porque pensaba que perdería mi identidad. Pero comprendí que merecía la pena mirar de frente, reflejarse en el espejo de las pupilas de los demás. Ahora busco el encuentro de miradas, continuamente, para superar la empatía por el cambalache de biografías.

Después, cuando las miradas se apartan, te recoges conmovido y en tu estrenada identidad haces balance de lo que ahora tienes y de lo que te falta, analizas dónde y cómo estás, reconoces quiénes te quieren y a quiénes amas. Viendo al otro, que eras tú segundos antes, y que ahora se aleja con la historia que le has dejado, comprendes que no sólo es tu hermano, sino que quizá pronto, de nuevo, tú serás él.

Esta original técnica, que he enseñado a algunos maestros, puede ser válida para que todos mejoremos nuestra convivencia. Lector, mira a tu alrededor, a la cara, a los ojos de tus familiares, amigos y vecinos, del mendigo, del anciano, del inmigrante, de quien crees que es tu adversario. Sólo así, intercambiando existencias, la vida recobra su pleno sentido.

Crónica de la VIII Business Global Conference BGC 2009

Arriba vídeo integral de la conferencia inaugural de Tom Kelley, referente mundial en innovación. Autor de The Ten Faces of Innovation, es director general de Ideo, organización a la cabeza en los principales rankings de innovación como: Business Week, Fast Company,.. Lo mejor, en mi opinión, ha sido su mensaje de que lo nuevo sólo se descubre con ojos nuevos, cambiando desde el interior del observador - antropólogo. Una de sus diapositivas proyectadas nos recobraba la cita de Marcel Proust: "El verdadero acto de descubrimiento no es encontrar nuevos territorios, sino verlos con nuevos ojos". Su "vu jàdé", la vuelta de "déjà vu", con el ejemplo del aeropuerto Charles de Gaulle,...
Algunas fotos propias.

Abajo: Vídeo completo de la intervención de la encantadora Inma Shara, una joven líder de la nueva generación de directores de orquesta y una vasca de sus más innovadoras representantes a escala mundial. Inmaculada Lucía Saratxaga, ése es su nombre real, nacida en Amurrio (Álava) en 1972 está galardonada con el Premio a la Excelencia Europea. Entre muchas referencias, citó que estilos de dirección como la tiránica ira de Toscanini ya no rigen ni en las orquestas sinfónicas. Inma Shara en Descarga directa (59:53 min / 10 MB).

Hemos coincidido en el BGC con muchos innovadores y educadores, como Gorka Palazio, quien ha aprovechado la ocasión para grabar conmigo una "micro-pastilla" para su indispensable www.eduvlog.org. Crónica en elaboración que se ampliará en las próximas horas.
Hashtag: #ibgc09. Web oficial: www.ibgconference.com. Prensa: "Con china sólo se puede competir con algo novedoso" (El País, 12-11-09), PDF. Nunca hay que malgastar una crisis" (El Correo, 12-11-09), PDF. "Los expertos señalan en Bilbao el peso de la innovación en red" (Expansión, 11-11-09), PDF. Otras crónicas: Kike Alonso, Julen Iturbe,...

Actualización: Vía euskadigital.net se puede escuchar la traducción de la conferencia inaugural de la octava edición del Business Global Conference (BGC), a cargo de Tom Kelley, referente mundial en innovación y autor del libro “Las cuatro caras de la innovación”. Descarga directa (58:26 min / 10 MB). Fuente de audio original (euskadigital-2009-12-07-30012.mp3).

Triple personalidad

Todos nacemos príncipes y princesas”
Eric Berne (1910-1970) fue un psiquiatra de reconocido prestigio que desarrolló una teoría de la personalidad, conocida mundialmente como Análisis Transaccional (A.T.), basada en los Estados del Yo, las transacciones humanas, los juegos psicológicos y los guiones vitales. De amplia aplicación ulterior, sus técnicas resultan muy valiosas para el crecimiento y la mejora personal y grupal. Presentaremos un compendio de sus fundamentos, que podrán sernos provechosos para comprender mejor la naturaleza de las relaciones humanas. La filosofía subyacente en el A.T. parte de la premisa de que “todos nacemos bien”, como sugiere el subtítulo que Berne acostumbraba a repetir. Todos disponemos de un incalculable potencial humano que podemos desarrollar, y cada uno es principal responsable de su propia vida, decidiendo, para bien o para mal, lo que hace con ella. Podemos progresar si empleamos debidamente los recursos personales y colectivos que están a nuestro alcance.

Para el desarrollo de habilidades sociales en la comunicación, el A.T. sugiere una estructura de personalidad P.A.N (Padre-Adulto-Niño), en tres instancias o triple Estado del Yo: el Padre, el Adulto y el Niño. Son patrones diferenciados de sentimientos, pensamientos y comportamientos de diverso origen biológico e histórico y de distinta vivencia interior. Este esquema es la base de toda la doctrina de la personalidad inacabada y en proceso de desarrollo, que mostrará los modelos de comunicación y el tipo de transacciones entre estos tres personajes internos que todos llevamos dentro.

El “Yo Padre” es ese personaje que aparece cuando hablamos como creemos que lo harían nuestros padres. Es la pauta que nos asemeja a la figura parental, que grabamos de pasada experiencia familiar. Adopta dos instancias, la del Padre Influyente o Normativo que dirige y es firme en sus preceptos, o la del Padre Generoso, que ayuda, aconseja y tranquiliza, incluso en exceso con paternalismo. Las manifestaciones del Padre son frases estereotipadas, refranes, órdenes, adjetivos calificativos, juicios de valor,... como "Eso no se hace", "Porque lo digo yo", "Eso es ridículo", "No haces nunca nada bien", "Hazlo así",… con tonos de voz fuertes, como puntualizando (o bien envolvente en el Padre Acogedor). Los gestos son apuntar con el índice, desaprobar negando con la cabeza o aprobar asintiendo con la cabeza, dar una palmada en la espalda,... Las actitudes corporales son de manos sobre las caderas, mirar de arriba a bajo, cruzar los brazos sobre el pecho, meter la barbilla entre la mano, o extender los brazos para abrazar,... con expresiones faciales de fruncir las cejas, expresión de altivez o simpatía, apretar los labios, elevar las cejas, elevar los brazos al cielo... y miradas intensas, dan miedo o envuelven, culpabilizan o apoyan.

El “Yo Adulto” es el modo autónomo y pertinente de comportarse ante la realidad de cada momento. Sus manifestaciones están regidas por los estímulos y relaciones de la situación presente, con frases que expresan hechos o preguntas y respuestas con intención directa y clara: ¿Quién, qué, dónde, cuándo, cómo, por qué, para qué?", "¿Has tomado una decisión?", "¿Qué esperas de mí?", "No estoy de acuerdo", "Ésta es mi opinión, pero no es más que mi opinión", "Éstas son las ventajas y los inconvenientes", "Me siento triste cuando dices eso"... Las actitudes corporales son relajadas pero atentas, cabeza derecha, mirada discreta, voz calmada,...

El “Yo Niño” es la reliquia arcaica de nuestra propia infancia: aquel niño que fuimos. La edad típica de nuestro Niño depende de nuestra historia personal y es diferente aún entre hermanos que comparten el “Yo Padre”. Existen tres subniveles: el Niño Adaptado, que rehuye las dificultades y busca la aprobación; el “Pequeño Profesor”, creativo e intuitivo que presiente las situaciones, aunque puede equivocarse; y el “Niño Libre” que representa la creatividad y la naturalidad, que puede ser egocéntrico. Expresiones características del Estado Niño son “¿Vale...?”, “¡Qué rollo...!”, “¡Qué bien!”, “La he fastidiado”, “No sé qué más decir”,… Los tonos de voz son oscilantes, retraídos y débiles o brillantes y excitados, con gestos como bufar, hacer burla, gesticular, retorcerse las manos, rascarse, mover la punta del pie, repiquetear en la mesa, manosear un lápiz, dibujar durante una reunión,... Las sensaciones son de nerviosismo o bienestar, risas, sonrojo o palidez repentina,... con actitudes corporales como las piernas recogidas bajo la silla, los pies en la mesa, desplomado, agitado, gracioso, deprimido,... con miradas cómplices, suplicantes o sonrientes, moviendo los ojos a derecha o a izquierda, o avergonzado con los ojos bajados,...

¿Hemos reconocido a nuestros tres Yos? ¿Cuál predomina? ¡Que no falte ninguno! Lástima no poder seguir, contando qué pasa cuando nuestro Niño habla con el Padre/Adulto/Niño de nuestra Pareja (- Lo siento pero me parece que otra vez he perdido las llaves. – Siempre eres un descuidado/ ¿Has mirado en la entrada?/ Pues te fastidias), o cuando a una pregunta del Adulto de nuestro interlocutor le responde nuestro Padre/Adulto o Niño (-¿Dónde está el periódico? – Nunca sabes dónde dejas las cosas/ Creo que en la sala/ Yo no lo he perdido). Quizá continuemos otro día, pero las posibilidades de interpretación de la comunicación que ofrece el A.T. esperemos que hayan quedado expuestas.

Lágrimas en el Metro

En el aséptico y modernista Metro de Bilbao he visto lágrimas en los ojos de algunas viajeras. A veces, sólo brillantes ojos lacrimosos mirando al vacío; otras, llanto silencioso que se derrama incontenible por las mejillas; ayer, una anciana que lloraba sin consuelo. Cada lágrima es un poema de ternura infinita. Y se te hace un nudo en la garganta. Y miras hipnotizado, con disimulo por el gentío, pero sin apartar la mirada de reojo, fingiendo… como los demás. Sabes bien que las lágrimas sólo se secan mezclándolas, y desearías acompañar su pena con tu llanto, porque dos personas que derraman lágrimas sobre una misma desventura ya nunca serán extrañas. ¡Ojalá que nunca se sequen nuestras lágrimas, porque se secarían los ríos del alma!

Dubitativo, decides llorar por dentro, porque no hay mayor causa de desconsuelo que el no poder condolerse. Y te bajas vacilante dos paradas más allá de tu estación, pensando cabizbajo. Hoy no me sacudáis demasiado: Estoy lleno de lágrimas.

Dicen, y con razón, que las lágrimas de una mujer hablan en silencio, y que el derecho de los pobres no es más que su llanto. Los dolores intensos son mudos; se expresan con lágrimas, que son sangre del alma. Mujer, con tu debilidad eres capaz de avasallarlo todo. Mujer, tú rodeas el corazón del mundo, como el mar a la tierra, con el abismo de tus lágrimas. Mujer, recuerda a Tagore: “Si lloras porque se ha puesto el sol, tus lágrimas te impedirán ver las estrellas”. ¡Ah, cómo se aflojaría el hilo de la vida si no estuviera mojado con tantas lágrimas!

Escaños infantiles

EN MI PUEBLO DE VACACIONES INFANTILES, UBIDE (ANTES UBIDEA), DE DONDE PROCEDÍA MI ABUELA PATERNA.Esta propuesta surge de una antigua idea adaptada a los tiempos modernos desde la perspectiva de un educador. La anécdota original fue de Theodore Hoover, primer decano de la Escuela de Ingeniería de Stanford y hermano del Presidente norteamericano Herbert Hoover. En cierta ocasión dibujó de memoria un plano de la herrería de su padre en Iowa y puso un círculo pequeño cerca de la fragua. Al preguntársele qué significaba indicó: "Un asiento para niño", donde podía sentarse un muchacho a observar el trabajo del herrero, escuchar la conversación de los mayores y soñar mientras centelleaba la forja ante sus ojos.

Muchos recordamos ese asiento que ocupamos de niños, y que bien pudo ser un saco en la trastienda del almacén único del pueblo, como la tienda de "Margari" llena de provisiones y con cajones de cereales diversos en mi inolvidable Ubidea. Desde ese ángulo situado en los confines del mundo todopoderoso de los mayores, los niños atendíamos, escuchábamos y aprendíamos. De vez en cuando nos encomendaban algún recado. "Muchacho, trae esa caja", ordenaba alguien, y nuestras manitas torpes y frágiles se tornaban cuidadosas y firmes para no derramar el contenido. Desde aquel asiento los niños espiábamos los chismorreos del pueblo y decidíamos cuáles creer y cuáles desechar. A veces habladurías y temas que no eran adecuados para nuestros oídos, pero todo era parte del emocionante proceso de aprendizaje y de criterio entre lo bueno y lo malo. Lo cierto es que el número de asientos para niños ha desaparecido de forma alarmante a través de los años. Fueron sustituidos por la imperfecta televisión, aparte del dilatado tiempo escolar. Algunos añoramos aquel "escaño infantil", como inmejorable observatorio donde se captaban los infinitos matices del humano razonamiento y del humano sentir, y cuyas enseñanzas nunca olvidaremos. El proverbio dice "Allá va el niño, donde le tratan con cariño". Y desde aquel asiento vivimos una serie de "desilusiones felices" que acabaron con nuestra infancia.

Solicitamos recuperar esos escaños infantiles en todos los foros públicos actuales, y que dupliquemos su efecto mágico entre niños y adultos: Que la infancia recupere sus butacas en las barreras de la experiencia, y que la presencia de los niños regule la conducta de los adultos en los escenarios más decisivos. Que se oiga una advertencia que parece olvidada: ¡Que hay niños delante! De este modo, la función de regulación puede ser recíproca. Imaginemos que en los Parlamentos y en los Ayuntamientos se disponga una Fila Cero en las sesiones plenarias, con veinte o treinta niños observando atentamente qué hacen sus mayores. Seguro que desaparecerían muchos espectáculos improcedentes de nuestros prebostes, enfrentándose e insultándose con nunca lo harían los chiquillos. Víctor Hugo dijo que "Cuando un niño nos mira, se siente que Dios nos sondea". Sólo un docente puede comprender lo que es "saltar a la pista" de un(a) (j)aula, ante varias decenas de pares de ojos que todo lo escrutan. Seguro que con más escaños infantiles, los niños aprenden a comprender a los adultos, y que ante la presencia de los niños los adultos aprenden a no comportarse como. adultos, porque los niños adivinan qué personas les aman (don natural que con el tiempo se pierde), y aprecian no lo que somos, sino lo que queremos ser (de ahí su reputación como fisonomistas intuitivos).

Esta sugerencia va muy en serio, como todo lo relacionado con los niños de quienes hemos de reaprender. casi todo lo que olvidamos al inflarnos con la edad. Abramos las escuelas para que el fermento de los niños se desborde por toda la sociedad. Así seremos más concientes en todas nuestras actuaciones de que existen niños, acreedores del máximo respeto y que enlazan el pasado con el futuro. La ancestral sabiduría china proclama: "De niños todos hermanos, de mayores todos enemigos". Seamos niños. Las grandes personas son aquéllas que no pierden ni su corazón inocente, ni su poder de crecer, ni su insurrección genuina por la que dicen: lo "único que quiero es todo". El niño es el padre del hombre, porque siempre habrá un niño en el hombre verdadero.

Dúo de búho y fútbol

Similitudes entre sagaces lechuzas y futboleros lechuzos.

Los búhos son aves crepusculares o nocturnas, dotadas en su descomunal cabeza giratoria con grandes ojos de visión binocular y retina adaptada a la oscuridad, además de un oído muy desarrollado con escucha direccional. Estas rapaces carnívoras vuelan sigilosamente y devoran enteramente a sus presas, engullendo en una sola noche más que su propio peso y regurgitando posteriormente los huesos que no pueden digerir. Los búhos y las lechuzas habitan en todos los continentes, si bien sus colores se adaptan al entorno.

Los futboleros son seres estáticos de mirada fija que pueden ser avistados al atardecer o anochecer, descubriéndose por los gritos trémulos y silbidos lastimeros que ululan cuando su equipo va perdiendo. Con su excepcional sentido del oído, capaz de repetir lo que oyen por la radio, con crueles zarpazos y certeros picotazos son capaces de zamparse su pieza favorita: los entrenadores. Instalan sus nidos en extraños lugares desde donde puedan observar con tranquilidad su espectáculo preferido.

Los mochuelos plumíferos de brillantes y resplandecientes ojos intrigaron durante siglos a los seres humanos. Las mitologías griega y romana asociaron a los búhos con la diosa Atenea o Minerva, patrona del intelecto. Ya en milenarias monedas de Atenas del 2.500 AC, la lechuza aparece como emblema de victoria, suerte y sabiduría. Filósofos como el gran Aristóteles, el idealista Hegel u Ortega y Gasset convirtieron al búho en el símbolo del pensamiento.

Los lechuzos futboleros no parecen encarnar demasiado bien el paradigma de la inteligencia. Buena prueba de ello se encuentra en las cabeceras de los periódicos de hoy, tras el esperable fracaso de la selección española en la Eurocopa. El intelecto futbolero predominante sólo sirve para atribuir culpabilidades, no para hallar soluciones. El inacabable rosario de excusas no explica la ancestral historia negra de un desastre continuo: el gol de Cardeñosa que no fue (Argentina 78), el ridículo del Mundial 82, el cante de Arconada en la Euro 84, el penalti fallado por Eloy en el 86, la barrera de Michel en el 90, el fallo de Salinas en el 94, la caída de Zubizarreta contra Nigeria en el 98, el balón a las nubes de Raúl en la Euro 2000 o el arbitraje egipcio en el Mundial de Corea. En la Eurocopa 2004, la cabeza de turco será el entrenador Iñaki Sáez.

Y todavía dicen por ahí que si Euskadi o Catalunya mantuviesen selecciones oficiales se debilitaría la “escuadra española”. Menos mal que algunos nos consolamos con el modelo de cantera propia, con jugadores exclusivamente autóctonos, como el sistema que sigue en exclusiva mundial el Athletic de Bilbao. Propongo que, junto a las creativas camisetas para la UEFA de Darío Urzay que acabarán gustando a todos como el Guggenheim Bilbao, nuestro club vasco mantenga su política patrimonial de formar jugadores desde las etapas escolares, sin acogerse jamás a la contratación de futbolistas externos.

Technorati tags: |

Mirada cautiva

… Me dijiste un secreto, en una larga mirada, larga, larga... (Gerardo Diego)

Quizá no sea recomendable esta lectura, si es usted impresionable. Es una historia verídica e inquietante, que acrecienta peligrosamente nuestra sensación de confinamiento en esta sociedad que nos ha correspondido protagonizar. Está a tiempo de desdeñar este escrito, y evitar así el “síndrome de la mirada presa”.

En una reunión multicultural, una delegación de aborígenes de las tribus amazónicas se alojó en un hotel brasileño. Los ancianos ocuparon sus habitaciones, pero se negaron a que los jóvenes accediesen al interior, quedándose a la intemperie en un jardín anexo durante los días del evento. Al preguntar asombrados por el aparente maltrato de los jíbaros hacia sus hijos, supimos que la medida adoptada era protectora, porque al acceder a un recinto cerrado la mirada se encierra entre sus paredes y se pierde la visión lejana, tan necesaria para sobrevivir en la selva.

Los indios tribales sabían por antiguas leyendas de sus antepasados lo que la óptica moderna explica. El cristalino humano es capaz de enfocar objetos muy cercanos o alejados, pero su capacidad de acomodación disminuye y defectos como la miopía o la “vista cansada” aparecen antes en aquellos que pasan mucho tiempo con la “mirada enrejada” por espacios reducidos. De ahí la conveniente recomendación médica de elevar la vista hacia la lejanía para aliviar la tensión del enfoque prolongado ante un libro o una pantalla de ordenador.

Esa ansia de “libertad de perspectiva” puede causar una leve claustrofobia, que -en mi caso- reconozco cuando viajo con la visión atrapada en un vagón del Metro, esperando salir de las entrañas de la Tierra y llegar al trazado al aire libre de las afueras de Bilbao para contemplar el anhelado horizonte y el azaroso cielo atmosférico.

Sólo he descubierto dos embarazosos antídotos para la “mirada cautiva”, quizá con nula base física: cerrar los ojos, o admirar otros ojos igualmente prisioneros y sentir en sus pupilas la profundidad infinita y singular de cada ser humano.

Cocodrilos viendo la TV

Las almas, como velas, alumbran consumiéndose y derramando lágrimas.

Somos capaces de ver diariamente las noticias en televisión sin los ojos encharcados por las lágrimas ante la injusticia que reina por el mundo. Aceptamos sin sonrojo que haber nacido en un continente austral como África o Sudamérica implica para la inmensa mayoría de sus habitantes vivir en la precariedad más absoluta. Nuestra piel de televidentes se ha endurecido como la de los reptiles, y sólo lloramos con lágrimas de cocodrilo por el final sentimental de alguna película. Incluso olvidamos que la recia piel de cocodrilo, creyéndose inmune a cualquier ataque, acaba vendiéndose en forma de zapatos o billeteros de lujo.

Las imágenes del jueves sangriento de Madrid nos conmovieron profundamente. Los vagones reventados y las víctimas por doquier estremecieron nuestras almas dormidas. Aquel día, y todavía al mes siguiente, las palabras lloran y las lágrimas hablan. Dicen que los ojos solamente ven bien a través de las lágrimas. Cada lágrima nos enseña a los mortales una verdad. Aprendamos de los trágicos sucesos, de aquel dolor sincero de quienes lloramos en secreto. Somos como recién nacidos: sólo si lloramos sabremos que vivimos.

El 11-M revive los versos de Rubén Darío: "Cuando quiero llorar, no lloro... Y a veces lloro sin querer". Aprendamos a llorar, sí; pero a llorar de pie, continuando tenazmente con nuestro trabajo por la tolerancia, por la paz y por la solidaridad. La existencia humana se reafirma con dos cualidades inmortales: la voluntad y la ternura. Son cualidades propias de todas las personas: la fortaleza y el amor, que nos enseñan a hombres y mujeres que se puede vencer a la brutalidad y a la indolencia que tanto abundan. Todos somos culpables de hacer verter lágrimas o no haberlas enjugado, pero si educamos a nuestros hijos para la constancia y el afecto, en casa y en la escuela, llegará un día en que la humanidad será feliz con el esfuerzo de todas las generaciones que sean necesarias.

Fascinante mirada

Siempre he creído, desde que leí la poética expresión de mirada cautivadora , que cuando dos miradas se cruzan, directamente a los ojos, en ese momento almas y vidas se intercambian en un proceso mágico. La memoria también se permuta, y olvidando quiénes eran hasta entonces, cada uno adopta la identidad del otro, canjeando vidas, pasados y futuros. Cuando era un niño, ello me llevó a mirar de reojo, porque pensaba que perdería mi identidad. Pero comprendí que merecía la pena mirar de frente, reflejarse en el espejo de las pupilas de los demás. Ahora busco el encuentro de miradas, continuamente, para superar la empatía por el cambalache de biografías.

Después, cuando las miradas se apartan, te recoges conmovido y en tu estrenada identidad haces balance de lo que ahora tienes y de lo que te falta, analizas dónde y cómo estás, reconoces quiénes te quieren y a quiénes amas. Viendo al otro, que eras tú segundos antes, y que ahora se aleja con la historia que le has dejado, comprendes que no sólo es tu hermano, sino que quizá pronto, de nuevo, tú serás él.

Esta original técnica, que he enseñado a algunos maestros, puede ser válida para que todos mejoremos nuestra convivencia. Lector, mira a tu alrededor, a la cara, a los ojos de tus familiares, amigos y vecinos, del mendigo, del anciano, del inmigrante, de quien crees que es tu adversario. Sólo así, intercambiando existencias, la vida recobra su pleno sentido.

(Aparecido también en El País, Estrella Digital, Noticias de Navarra (14-9-02),...). Vídeo: Matt Monro - Alguien Cantó (Hay algo en tu mirar que nunca ví)....

Fascinante mirada

Sí, Carlton. Top Bodas 2012
Siempre he creído, desde que leí la poética expresión de mirada cautivadora, que cuando dos miradas se cruzan, directamente a los ojos, en ese momento almas y vidas se intercambian en un proceso mágico. La memoria también se permuta, y olvidando quiénes eran hasta entonces, cada uno adopta la identidad del otro, canjeando vidas, pasados y futuros. 

Cuando era un niño, ello me llevó a mirar de reojo, porque pensaba que perdería mi identidad. Pero comprendí que merecía la pena mirar de frente, reflejarse en el espejo de las pupilas de los demás. Ahora busco el encuentro de miradas, continuamente, para superar la empatía por el cambalache de biografías.

Después, cuando las miradas se apartan, te recoges conmovido y en tu estrenada identidad haces balance de lo que ahora tienes y de lo que te falta, analizas dónde y cómo estás, reconoces quiénes te quieren y a quiénes amas. Viendo al otro, que eras tú segundos antes, y que ahora se aleja con la historia que le has dejado, comprendes que no sólo es tu hermano, sino que quizá pronto, de nuevo, tú serás él.

Esta original técnica, que he enseñado a algunos maestros, puede ser válida para que todos mejoremos nuestra convivencia. Lector, mira a tu alrededor, a la cara, a los ojos de tus familiares, amigos y vecinos, del mendigo, del anciano, del inmigrante, de quien crees que es tu adversario. Sólo así, intercambiando existencias, la vida recobra su pleno sentido.

Beso reimpreso

Más besos...
El beso es una forma romántica de diálogo, que se firma con los labios.

En 1950, Francoise Bornet y Jacques Carteaud se besaron ante el fotógrafo Robert Doisneau que se apostaba en la terraza de un 'bistrot' parisino. La imagen de un muchacho de pelo alborotado besando apasionadamente a una estilizada chica se convirtió en un símbolo internacional del amor cuando se difundieron millares de copias en forma de póster en la década de los años ochenta, siendo récord de ventas en 1992.

Le Baiser se consideró una estampa tomada espontáneamente hasta que otra pareja, formada por Jean y Dense Lavergne, aseguró al periódico L’Express que eran ellos los actores involuntarios, exigiendo una compensación. Doisneau fue obligado a revelar que la fotografía era un posado: había visto a una joven pareja besarse vehementemente, y éstos aceptaron repetir la escena ante la cámara. Tanto la señora Bornet como la señora Lavergne demandaron a Doisneau, asegurando ambas ser la mujer retratada y exigiendo recibir un porcentaje de las ganancias obtenidas con la instantánea en todo el mundo. Un tribunal francés desestimó ambos casos en 1993, alegando prosaicamente que “un beso no es más que un beso”, y que 40 años más tarde la foto “no ofrecía prueba alguna de identificación”. Esta semana un coleccionista suizo que prefiere el anonimato ha adquirido por 155.000 euros el original que poseía la modelo genuina, Francoise, que hoy es una bella mujer de 75 años.

Una vez más, una imagen vale por mil palabras. Nos refresca toda la poesía escrita sobre besos. Todo aquello de que no olvidemos que el primer beso no se da con la boca, sino con los ojos. Pero también que nunca besemos con los ojos abiertos, porque es la forma más ciega de besar. Lo cierto es que se recuerdan los besos prometidos y se olvidan los besos recibidos. No en vano los besos son como las cerezas: uno lleva a otro. Aunque Dino Segre, Pitigrilli ya reconocía que la secuencia suele ser: “Un beso, dos besos, tres besos, cuatro besos, cinco besos, cuatro besos, tres besos, dos besos, un beso”.

El suceso confeso del beso impreso, ya sea travieso o ex profeso, es un exceso que no deja ileso, sino preso. Es un proceso de regreso y retroceso al fuego del acceso expreso del reingreso en el beso, que Alfred de Musset definió como “el contacto de dos epidermis y la fusión de dos fantasías”. El mismo temblor celestial que Gustavo Adolfo Bécquer declarara, “por una mirada, un mundo;/ por una sonrisa, un cielo;/ por un beso..., ¡yo no sé/ qué no diera por un beso!”, lo había predicho el gran Víctor Hugo cuando supuso que “es imposible que por encima de un beso inefable no haya un estremecimiento en el inmenso misterio de las estrellas”. Esa misma vibración la hemos sentido observando la sublime galería de besos con la que nos obsequió Robert Doisneau.

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/besos.htm