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Escenario político vasco en verano de 2008

La próxima reunión de políticos y bloggers vascos en el Parlamento, bajo la iniciativa plural de Política 2.0, nos anima a realizar una análisis político del momento para calentar el debate blogero, el mismo día en el que entramos en verano del 2008.
-La actual situación de los partidos es compleja, pero se podría sintetizar de la siguiente forma: PNV, recuperando la unidad tras las diferentes "movidas" internas y externas; PSOE, crecido por los resultados de las elecciones generales del 9 de marzo pasado; PP, entrando en una imprevisible crisis cuyo epicentro es Euskadi; EHAK, al albur de la reanudación de la violencia; EA, decreciente y dividida entre la radicalidad de captar el voto perdido y la fusión con el PNV; EB, superando su propia fragmentación interna; y Aralar perviviendo en el olvido,...
- Las incertidumbres son numerosas, comenzando por la situación económica global que amenaza con una ya apreciable "desaceleración" que nos alcanzará en mayor o menor medida, pasando factura a quienes estén en el poder (en todos los ámbitos de gobierno, más en el Estado que en Euskadi), y terminando con la cerrilidad autista de ETA, de la que sólo puede esperarse lo peor, hasta que algún día (y ojalá fuese hoy) desaparezca de una u otra forma.
- El calendario inmediato no puede ser más movido. El próximo viernes 27 de junio se celebrará en el Parlamento Vasco la sesión plenaria monográfica sobre el proyecto de ley de consulta con las dos famosas preguntas. El resultado de la votación, fijadas las posiciones de los partidos, depende exclusivamente de los votos de EHAK. Y su decisión será conocida por ellos mismos, minutos antes del pleno cuando reciban la oportuna llamada desde "el exterior" [actualización a 21-6-08: esperando la llamada]. Un pronóstico probable (a una semana del momento) es que apoyen la propuesta en alguna medida, situando al tripartito en una posición incómoda de contar con este apoyo "envenenado", especialmente si ello se combina con alguna acción terrorista horrenda más o menos simultánea, algo que nadie cabal y ético desea. Más previsible que la votación del 27 de junio resulta predecir que la consulta no se celebrará el cercano 25 de octubre, porque aún de aprobarse en Vitoria-Gasteiz sería inmediatamente recurrida por el Ejecutivo de Madrid, y el proceso legal (incluso antes de dilucidarse, en contra seguramente) agotaría los plazos hasta el máximo retardo de las autonómicas. Así pues, el valor de lo que suceda el próximo viernes es sólo para posicionar mejor o peor a los diferentes partidos ante las elecciones autonómicas a celebrar, a lo sumo, en mayo de 2009. No resulta grata la posición del tripartito que puede cosechar una derrota parlamentaria (si no se cuenta con "esos" votos), o una victoria pírrica que sólo valdría para disponer de un victimismo de inciertos réditos electorales. A menos que ETA se disuelva en un golpe de efecto que hoy parece imposible, pero muy deseable y que algún feliz día sucederá (tan sorpresivamente como cayó el muro de Berlín, cuando una situación ficticia e insostenible mantenida artificialmente sólo por las armas se derrumbó inopinadamente).
- Las constantes de la política vasca derivan, en muchos casos, de lo insólito de sus circunstancias. Un electorado relativamente estable pero inusualmente fragmentado (7 partidos en una comunidad de menos de dos millones de votantes), y a pesar de (o por) ello con un liderazgo único mantenido durante tres décadas, algo desconocido en Europa. También resulta excepcional el voto recogido por una opción que no repudia la acción violenta, del último grupo terrorista en Europa que ya malvive (40 años) más que la dictadura franquista, y todo ello en medio de un alto nivel de bienestar socio-económico que debe dedicar muchos recursos a la defensa de las personas amenazadas, o de los proyectos de progreso que son aplaudidos y requeridos por toda la ciudadanía europea (TAV,...). Igualmente son contemplados con extrañeza por observadores externos otros datos políticos, como el trato preferente y persistente que da el partido grande (PNV) a su escisión (EA) en tareas de gobierno, primando en representación política a quienes desertaron. O el perfil más nacionalista que el del Presidente de su propio partido (PNV) sea el del Lehendakari (que debe representar a toda la ciudadanía) respaldado por un gobierno tripartito mixto, que incluye un partido no nacionalista (EB). Más aún, cuando en el partido en el poder está asentada una deseable y sana bicefalia, la cual debía salvaguardar los roles diferenciados del Presidente del EBB (máxima autoridad política) y del Lehendakari (representante del partido, a veces con el apoyo de otros, dedicado en la gestión gubernamental).
- Los diferentes partidos se están moviendo para fidelizar sus electorados y gestionar un impreciso calendario electoral, que sólo puede acortar el Lehendakari Ibarretxe. Lo que acontezca en las próximas semanas será decisivo para que los partidos ajusten sus explicaciones, sus programas e, incluso, sus carteleras ante las próximas autonómicas. Así como algunos cabezas de cartel están fuera de duda (Patxi López se ha tirado a la piscina demasiado pronto, y Madrazo ya está confirmado), puede persistir alguna duda en las ejecutivas sobre su mejor candidatura a Lehendakari. El mismo Ibarretxe se ha vinculado en exceso a la consulta, y está insistiendo mucho en asociar su porvenir político con el devenir de aquella. La búsqueda de la centralidad, que siempre ha sabido ganarse el PNV pero a la que el PSE aspira, puede aconsejar un cambio de líder tras un ciclo de diez años de Ibarretxe, en un proceso tenue pero perceptible de convergencia nacionalista, algo que tarde o temprano ocurrirá y sobre todo si la violencia desaparece, normalizándose y simplificándose el espectro político vasco. EA está en una encrucijada entre los jóvenes (que no estuvieron en el PNV) y que sueñan con encabezar el voto radical, y los mayores que han comprendido que el recorrido fuera del PNV está desaparecido en la Comunidad Autónoma, salvo en Gipuzkoa donde la confluencia se vería bien. EB y Aralar no mantienen expectativas favorables, a lo sumo de mantenimiento, ni en el supuesto de no concurrencia de siglas que recojan el voto de Batasuna. Esta previsible coyuntura, establecida por el PSOE según su criterio (último), dará lugar a un ensanchamiento en la representación si se repartiesen los nueve escaños de EHAK. Ello comportará un mayor bloqueo, por lo que es preciso aprovecha al máximo el "efecto D'Hont" para preparar la futura mayoría... (Continuará con "Cómo crear una candidatura ganadora en Euskadi".) Tags Technorati: | | .

Think Euskadi 2020 Gaur (crónica final)

El cuestionario final que propone la organización del Think Gaur Euskadi 2020, y que tras rellenarlo produce un error (que no puedo enmendar porque señala que ya he participado en la encuesta), plantea una serie de preguntas oportunas, que sirven de base a esta reflexión final de cierre.
¿Lo más interesante del acto en el BEC? 1. Una mayor participación ACTIVA de la afiliación (con preguntas e inquietudes compartidas) y no sólo de los líderes, quienes también fueron varios (alcaldes, diputados, coordinadores,...), y no únicamente uno o dos (Presidente del EBB y Lehendakari). 2. Se ofreció un espectáculo moderno, ameno, artístico, y donde también se habló de macro y micropolítica. 3. Todo con una organización perfecta y una respuesta masiva (como casi siempre, pero que no deja de sorprender).
¿Qué se podía haber evitado o cambiado?
1. Quizá la extensión del acto, casi tres horas y más para los muchos que llegaron antes de las 18:00. Quizá pudo ser excesiva, especialmente para las personas de más edad. 2. Algún problema de acústica (imagino que difícil con un aforo de 14.000 personas) que impidió escuchar bien algunas palabras del evento. 3. Una mejor ubicación de los Alderdi Blogalariak, que hubiésemos preferido más cercanía y mejor perspectiva (nuestras fotos y vídeos presentan, al fondo de la tribuna, los únicos y pocos asientos libres que hubo.
¿Cuáles son la propuesta presentadas más importantes para el desarrollo futuro de Euskadi?
En mi modesta opinión, el primer reto es la PAZ. Su solución, al menos en lo ético y en lo político, es inaplazable. Después vienen todos los problemas del día a día. Por ejemplo, todas las dificultades económicas para muchas familias vascas, pero con visión a medio y largo plazo. Un caso paradigmático de trascendencia inmensa y que parece pasar desapercibido, la caída de la natalidad y sus causas,... Y un camino, el mejor y el único, es el de la educación, en valores y en excelencia. La educación, un área que nuestro partido no ha liderado en veinte de los treinta años de autogobierno.
¿Y cuáles los temas más urgentes a abordar en los próximos 4 años?
1. PAZ. 2. Democracia participativa. 3. Educación. 4. Innovación (de todo tipo, social, económica,...)
¿En qué consideras que está cambiando la sociedad vasca?
Sería demasiado extensa cualquier respuesta. Con un minúscula análisis DAFO: Debilidades: Se está desvinculando de la política (la juventud...). Amenazas: Parece que hemos renunciado a la paz... Fortalezas: Siempre hemos sabido superar las dificultades con el acuerdo de todos. Oportunidades: Tenemos capacidades y recursos, pero hace falta abordar con unidad y consenso los retos. Creo que la vía del enfrentamiento frontal con temas que no generen mejores y mayores acuerdos nos desvían de la senda de la centralidad. Por ejemplo, la consulta. No por lo impecable de su formulación jurídica, sino porque el contexto socio-político no lo permite y porque no será fácil gestionar su impredecible resultado (ante violencia recalcitrante, aparente abandono de otros temas más cercanos a la ciudadanía,...).
¿A tu juicio a qué retos de la sociedad vasca debe hacer frente EAJ-PNV durante los próximos años? Considero que para proseguir gobernando Euskadi otros treinta años, hay que "escuchar" bien lo que preocupa, necesita y anhela el conjunto del Pueblo Vasco. Y para ello hay que oír a través de la afiliación, de los votantes,... y de toda la ciudadanía.
¿Crees que en el acto del BEC del 14 de junio se plantearon los principales retos
de futuro de la sociedad vasca? Sí, excepto en la trascendencia de la educación. Un olvido y una laguna histórica a corregir. Technorati tag: |

Preguntas… y más preguntas

Sólo comprendemos aquellas preguntas que podemos contestar con firmeza.

1. Texto propuesto por el Gobierno Vasco (enunciados con 81 palabras):

P1 - ¿Está usted de acuerdo en apoyar un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA manifiesta de forma inequívoca su voluntad de poner fin a la misma de una vez y para siempre?
P2 - ¿Está usted de acuerdo en que los partidos vascos sin exclusiones inicien un proceso de negociación para alcanzar un acuerdo democrático sobre el ejercicio del derecho a decidir del pueblo vasco y que dicho acuerdo sea sometido a referéndum antes de que finalice el año 2010?

2. Cómo reducir el texto, diciendo lo mismo (con 47 palabras):

P1 - ¿Apoya un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA demuestra que finaliza la misma de una vez y para siempre?
P2 - ¿Desea que todos los partidos vascos negocien un acuerdo sobre el derecho a decidir del pueblo vasco para someterlo a referéndum antes del 2011?

3. Cómo condensar el texto, buscando un mayor consenso (con 30 palabras):

P1 - ¿Apoya un proceso de final de la violencia, al margen de lo que hagan los violentos?
P2 - ¿Desea que los partidos democráticos negocien sobre el derecho a decidir del pueblo vasco?

4. Cómo llegar a la unanimidad (con sólo 10 palabras):

Pregunta única - ¿Apoya que los partidos acuerden pacificar para construirnos un futuro?

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2008/maspreguntas.DOC
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Signos del nuevo siglo

Se atisban cambios profundos en nuestra sociedad, y no sólo políticos. La entrada de un siglo no siempre acontece en el primer año.
La entrada de las centurias la marca el calendario, pero los cambios sociales paradigmáticos surgen con algún retardo. Y en la era moderna cada vez más nítidamente, el cambio en la arquitectura de la información antecede y provoca el cambio en la estructura del poder. La tecnología de las comunicaciones ha sido decisiva desde mediados del siglo XIX, como anticipa la obra de David de Ugarte, “El poder de las redes”. También lo fue en la antigüedad, donde la navegación o la imprenta requirieron períodos de tiempo mucho más dilatados para demostrar su potencialidad.
Pero el futuro es hoy y la evolución se acelera. El telégrafo entre Inglaterra y Francia en 1981 o el primer cable trasatlántico con Estados Unidos en 1958, “el Internet victoriano” y las “agencias de prensa” (Associated Press y Reuters) crearon un “orden mundial” construido sobre unos medios de comunicación y un reparto geopolítico que llegaron, perdiendo peso, hasta finales del segundo milenio. Las redes de influencia seguían siendo centralizadas o descentralizadas, pero el concepto de “red distribuida” ya había nacido como topología informática que daría lugar al nacimiento de Internet. Su origen fue militar como una red de comunicaciones capaz de sobrevivir a un ataque nuclear.
Hoy día, la revolución de las comunicaciones de bits y de átomos (incluidas las personas) está alumbrando un mundo nuevo, desconocido, donde cambian las reglas de los comportamientos personales y colectivos. Las leyes que rigen los fenómenos sociales se han transmutado, y ello ha sorprendido no sólo a la ciudadanía de a pie, sino también a altos gestores económicos y dirigentes políticos. El mismo concepto de liderazgo ha mudado y los poderes fácticos se encuentran incómodos por la pérdida de control que comporta, y que suponían establecida y perdurable.
Las señales de la mutación son puntuales, pero significativas, concurrentes y por doquier. El siglo XXI entra de golpe en la historia un 11-S con un acto salvaje y sorpresivo sobre las desaparecidas torres gemelas de Nueva York. La dimensión del estupor proviene no sólo de la aberración ética de miles de muertes de inocentes, sino también por poner en entredicho y sin discusión todo el sistema de poder planetario que se suponía en manos de la potencia máxima y única. Los atisbos más claros de cómo se redistribuye el poder, provienen –lamentablemente- de sucesos sangrientos protagonizados por contrapoderes que se valen de la nuevas realidades. Con casos tan obvios como la guerra “ganada pero inconclusa” de Irak o con la tragedia del 11-M en Madrid, donde sólo la disfunción de la red ferroviaria, que con sus retrasos evitó la concurrencia de los trenes atacados en la Estación Atocha en una hecatombe aún mayor.
En un ámbito más local y cotidiano se advierten miríadas de evidencias que prueban el fin del sistema “vigesimónico” (del siglo XX visto desde el XXI, como “decimonónico” desde el siglo XX). El ámbito político, junto al económico, está plagado de indicios. El PP pierde el poder el 14-M por las multitudes frente a sus sedes convocadas vía SMS en 2004, y ahora mismo la pugna por el liderazgo Rajoy-San Gil se libra con estas flash-mob (movilizaciones instantáneas).
Los prodigios que descolocan a los políticos y desorientan a tertulianos y lectores son omnipresentes. La eclosión de las ciudades, y de sus alcaldías, en el foro público trasciende su alcance local. En Bilbao o en Madrid, o desde la Diputación Foral de Bizkaia, sus gestores descubren su revalorizada función y se cruzan criterios con(tra) las planas mayores de los partidos o con(tra) los máximos representantes de comunidades o naciones. Es la punta del iceberg que anuncia el advenimiento de los glocalismos como parada intermedia en tránsito hacia redes de ciudadanías.
Las trazas de la mudanza se insinúan en todo aquello que resulta imprevisto. Hechos menores, pero no irrelevantes, demuestran el nuevo tiempo. Un rector que se presenta a revalidar un nuevo período, como candidato único y con todo el apoyo mediático convencional, es rechazado aparentemente por el influjo de trece mumis (con un Manifiesto por el 'no'), tan pocos como otros tantos catedráticos entre un océano de cuatro mil profesores, mil quinientos trabajadores de administración y servicios y 45.000 estudiantes.
Los partidos se aprestan para nuevas elecciones e incluyen, modesta y desconfiadamente, grupos de bloggers pensando en los nuevos tiempos. Se organizan diversos Think tank, muy prospectivos como Think Gaur Euskadi 2020, pero el mismo formato grandioso en macro-recintos para miles de asistentes denotan la anacrónica conformación de multitudes escuchando unidireccionalmente a líderes consabidos, nada más alejado del propio espíritu del Siglo XXI. Los comités regentes siguen respondiendo al esquema de cuadrillas con listas cerradas, inadecuado para una ciudadanía que va reconociendo matices de una netocracia y sobre las que esgrimen marchitos propuestas de viejos Estados (como antes de la Gran Guerra, que luego se numeraría como Primera Guerra mundial). El electorado actual posee una identidad poliédrica y multicultural, que acepta de solapamientos diversos y plurales. Las masas de consumidores se van transfigurando en una legión de prosumidores (consumidor, intermediario y productor), que se saben votantes, dueños de sí mismos e influyentes sobre los demás.
La sociedad comunicada globalmente no reconoce mensajes crípticos de líderes en decadencia si sólo cuentan con el apoyo de un partido político, a menos que sus tesis se validen por otros agentes sociales de prestigio más cercano y creíble. La red social va perdiendo receptividad a planteamientos simplistas y maniqueos, basados en esquemas monocromáticos de una obsoleta partitocracia. Las personas son, cada vez más, poseedoras de varias culturas y lenguas, en un contexto relacional de una creciente permeabilidad en un mundo globalizado, googlelizado e intercomunicado.
Corren tiempos de cambio. Se han abierto ventanas por donde corren vientos de renovación. La televisión va perdiendo peso; el mensaje monocorde, también. Ahora más que nunca se han de movilizar a las personas líderes en campos emergentes, de dinamismo social. El plano político está muy enrarecido; es preciso apoyarse en genuinos paladines con credibilidad, que guíen el nuevo tiempo. Estos adalides procederán de áreas con reputación intachable y de futuro: investigadores preclaros, humanistas reconocidos, empresarios solidarios, cabecillas que han acreditado saber guiar a sus equipos y gentes.
El líder “del pueblo”, ya no existe, no podría existir. El liderato social se ha de apoyar en una matriz de nudos formada por agentes reconocidos. Sólo contando con estos enjambres de sabios realistas, nodos de una sociedad de ciudadanía cada día más inteligente y reticulada, será posible alumbrar el nuevo siglo con un mínimo dolor de parto. El camino será de consenso representativo, alejado de rancios prejuicios esquemáticos y de postulados doctrinales extremistas. Vienen tiempos de eclecticismo sutil, de políticas fecundadas con la innovadora sabiduría social, con mayor implicación de todos nosotros en la cosa pública.
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Pronósticos arriesgados... del 50 al 90%

... y respuestas sin preguntas. Dado que se opina demasiado, se "reflexiona" en períodos inmensos,... y se hace poco (el esperpento de Arrasate-Mondragón son el pésimo ejemplo de cómo votar sin criterio, cada vez de una manera, sólo mirando al adversario y no a los problemas), valgan algunas profecías... sobre la política (si así puede llamarse) vasca. Como todas ellas, algunas se cumplirán, pero quizá sean las menos. Allá van, con un porcentaje de estimación subjetiva, en orden cronológico:
- No se llevará a cabo, la famosa "consulta" (70 %).
- Se adelantarán las elecciones autonómicas (60 %).
- El PNV no irá en coalición con EA (80%).
- Ibarretxe no repetirá como candidato (50 %).
- El PNV será el partido más votado (90%).
¿Y ustedes,... qué opinan? ¿O pasan? ¿Están hartos? Esperemos que no todo el mundo esté hastiado de todo lo relacionado con la cosa pública, aunque razones no falten. ¿Cómo podríamos animar la participación electoral, poner las pilas a la clase política, buscar grandes acuerdos y resolver los problemas reales de la ciudadanía? [Es un mensaje, o un meme, que traspaso a la audiencia, para que aporten sus porcentajes de previsión, opiniones, comentarios,... o VOTEN.]

Estados Unidos de Europa

Del Estado único a la doble Nación que muchos preferimos.

En Estados Unidos de América, la Nación norteamericana se erige por encima de sus 50 Estados. Justo lo contrario de lo que sucede en Europa, donde un Estado puede contener más de una Nación, al menos según la opinión política de una parte de la ciudadanía europea que apuesta por Estados plurinacionales. Quizá lo más deseable para el futuro fuese emular y enriquecer el modelo estadounidense.

Ojalá se extendiese un modelo de identidad común que evolucionase con la Historia, y que superase la única compartimentación en Estados. Así todos perteneceríamos a una nación (como la nación vasca o andaluza), en uno u otro Estado (español o francés), pero siempre dentro de una gran Nación (Europa). Todo ello sin olvidar la pertenencia a una única raza: La especie humana, que no siempre se merece el nombre de Humanidad.

La política debe irse proyectando en cinco marcos crecientes, mediante las ya existentes convocatorias electorales: municipales (para el ayuntamiento de Getxo), forales (para la Diputación Foral de Bizkaia), autonómicas (para el Parlamento vasco), generales (para el Congreso y el Senado), europeas (para el Parlamento europeo).

Quizá con todo ello podríamos proclamar aquel lema de 1986, cuando ingresamos en la, entonces, Comunidad Económica Europea: “Mi país, Europa”. Con el esquema político propuesto, de cuatro o cinco escalas desde la local a la continental, se superarían viejos conflictos que han llevado a guerras mundiales y a otras formas de violencia que aún nos atemorizan en la vieja Europa.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/eue.DOC

Talón de Aquiles del PSOE

Ahora que el “problema vasco” ya no interesa en el Estado, sólo queda un grave déficit en la gestión del gobierno de Rodríguez Zapatero.

La pacificación y normalización de Euskadi ha pasado a ser un tema de segundo nivel en el panorama político general. La reactivación de la “ka(le borro)ka” es una cuestión de interés casi limitada a los periódicos vascos de gratuita difusión en sus portadas, o a columnas aisladas de páginas interiores de diarios de pago. La cronificación de la política vasca apenas resucita con noticias de tercer orden como la opción, la que sea, de EA o las enésimas manifestaciones de Batasuna con o sin aprobación de jueces-estrella con brillo declinante. Cuando se apaga un informativo árbol de navidad, muchos adornos se recogen y vuelven a la caja del anonimato.

Hoy día sólo hay un peligro incontrolado para el PSOE, y bien lo saben sus dirigentes. No se trata de la pujanza de un PP perdido y petrificado, que sigue con el inmundo rollo de amarillismo sobre qué pasó el 11-M, de si la mochila era de “Potxolo”,... Siguen sin enterarse que fue una tragedia propiciada por errores propios, que su sobreactuación en mentir les perdió y que nunca vieron (y por tanto no protegieron) su talón de Aquiles: El poder omnímodo de Aznar que miró por sus intereses pro-Bush antes que seguir una política más europea y neutral, en tantos y tantos ejes.

Cuando el principal adversario no inquieta, el peligro sólo puede provenir de uno mismo. No es la cuestión catalana, casi amortizada a pesar de la incertidumbre de las inmediatas elecciones. Su incierto resultado no será decisivo en el panorama de las elecciones generales de 2008. El resto de las reformas estatutarias camina sin mayores contratiempos, e incluso con un sospechoso-sorprendente entendimiento con el PP a nivel de las diferentes comunidades, especialmente en las no históricas.

Los asuntos claves son aquéllos que siguen un curso lento y largo, pero que siempre desembocan en una convocatoria electoral. Los incendios en Galicia, por ejemplo, pueden “calentar” un verano, pero sus rescoldos difícilmente subsisten tras los subsiguientes otoño e invierno. El proceso de paz es largísimo y lentísimo, tanto que su desenlace tampoco mantiene el interés en primer(a) plano(a).

Un motivo electoral determinante debe proyectarse en dimensiones múltiples y en planos sociales diversos, de modo que alcance muy directamente a grandes colectivos y sensibilidades del universo votante. El electorado se mueve por sensaciones, y por reflexiones, de suerte que su opción puede adoptarse en el último momento, pero siempre por el hartazgo de una cuestión irresuelta durante largos períodos previos.

El gran leitmotiv político del futuro a corto plazo es la avalancha irreprimible de la inmigración. Su gestión, evolución y fórmulas de solución son argumentos cruciales para el desempate del binomio PSOE-PP. Actuando a la contra, especialidad del PP contemporáneo, su estrategia de desgaste puede procurarle réditos en muchas capas del electorado español, en las cuales están brotando preocupantes señas de xenofobia. Más difícil es la posición del PSOE, que le ha visto las orejas al lobo, y que tras su fallido intento de neutralizar la amenaza mediante un acuerdo con el PP, haría bien en buscar una envolvente con los demás grupos políticos (nacionalistas, IU,…) a fin de volver a situar al PP en su marginalidad, hasta que abandone posiciones numantinas de aislamiento.

Una justa, eficaz y vigente política de inmigración habría de construirse sobre las bases de un gran acuerdo estatal (dejando al PP visiblemente fuera) y europeo, fijando posiciones comunes y abordando globalmente un problema de semejante envergadura. El rumbo errático demostrado ante tal desafío en la última década, por parte de gobiernos del PP y del PSOE, merece ser enmendado. Se requieren acuerdos internacionales, al menos desde la Unión Europea, con los principales países de origen, ubicados en África y Sudamérica. Sobran medidas reactivas en base a improvisación, con paliativos remedios parciales. Se requiere perspectiva histórica, inusual solidaridad, inversiones considerables, ingentes recursos educativos en origen y en destino y una actitud proactiva sobre las causas más que sobre los efectos. Sólo así dará comienzo un principio de resolución al mayor problema de desequilibrio mundial de este siglo XXI. Se trata de un conflicto planetario, pero con uno de sus principales síntomas instalado en los territorios insulares y peninsulares del Estado español.
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/aquiles.htm

El suicidio de EA

El panorama político vasco no permite tantos partidos: Ha llegado la época de coaliciones o desapariciones.

En la Comunidad Autónoma Vasca ha habido demasiado partidos en la última década con peso parlamentario EAJ-PNV, PSOE, PP, Batasuna (o los escaños de EHAK), EA, EB, Aralar, y la ya desaparecida UA (Unidad Alavesa, surgida del hecho de contar Araba con los mismos parlamentarios autonómicos que Bizkaia).

Ezker Batua-Berdeak y Aralar han anunciado que tras una "fase exploratoria" ya recorrida, avanzan hacia una coalición electoral que mejore sus posibilidades ante la convocatoria municipal y foral del próximo año 2007, cuando se produzca la previsible irrupción de una Batasuna legalizada.

En el inmediato escenario se destacan cuatro grandes partidos, según una reciente encuesta con un respectivo porcentaje asegurado de voto del 21% para EAJ-PNV, 14% PSOE, 8% PP y 8% Batasuna. EA contaría con un 5%, EB un 4% y Aralar un 3%. Sobre la base del acuerdo EB-Berdeak-Aralar, EA quedaría con el sexto y último partido con un hipotético 5% de los votos, después de ocho años de ir en coalición y habiendo obtenido una sobre-representación de cargos institucionales (más notable por la ausencia de Batasuna en algunas convocatorias).

Todo apuntaba que, tras las sempiternas reticencias de EA hasta el último minuto, finalmente aceptaría a regañadientes acudir en coalición con EAJ-PNV. Sin embargo, el pasado miércoles 30 de agosto su ejecutiva nacional decidió “en principio” (sic) acudir en solitario a las elecciones municipales y forales, por un escaso margen de 10 votos contra 9 y tras una profunda controversia entre sus máximos dirigentes,… Este ajustado acuerdo de la ejecutiva no necesita ser sancionado por la asamblea nacional al no ser favorable a la reedición del pacto electoral.

Pero queda la sospecha de que no sea definitiva esta decisión “aparente” de la ejecutiva de EA. Algunos miembros de la dirección de Eusko Alkartasuna estudian la posibilidad de que finalmente sea la asamblea nacional de su partido la que reconsidere, e invierta, en las próximas semanas la resolución adoptada. Esto no parece muy factible al requerirse una mayoría de dos tercios de representantes para el cambio de postura. Más aún cuando existe el rumor generalizado de una grave disociación de criterio entre las bases (más partidarias de acudir en solitario) y los cargos (que prefieren la seguridad de prorrogar la alianza con EAJ-PNV).

EA se enfrenta a varios dilemas simultáneos para no desvanecerse. Debe optar entre converger o diferenciar su oferta política respecto de la del partido del que se desgajó. Para la primera opción, la estrategia de acudir en solitario sería más coherente y casi obligada ahora (en las autonómicas sería una auto-inmolación). En caso contrario, habría de avanzar hacia una coalición tipo CiU, lo que le proporcionaría perdurabilidad a cambio de continuar reduciendo su peso social.

Quizá EA debiera resolver todas estas disyuntivas escuchando no sólo a su militancia, sino también a sus votantes, quienes pueden verse tentados por otras alternativas ante el riesgo de desperdiciar su papeleta. El electorado vasco, muy estable desde la transición, necesita opciones nítidas y partidos fuertes, con alta representación que puedan caminar hacia la pacificación y la normalización sin descuidar una buena gestión de los recursos públicos desde las instituciones.
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/ea.htm

Políticos en la mesa

Están de moda las mesas políticas, y quiénes han de sentarse. Recuerdan un problema clásico de computación propuesto por Edsger Dijkstra

La pacificación en Euskadi ha abierto un debate sobre la conveniencia de una o dos mesas de negociación, entre quiénes y con qué objetivo. A quienes estudiamos informática nos ha rememorado, tanto por su enunciado como por su posible solución (aplicable en política) a un tema básico que se relata con una alegoría: filósofos cenando espaguetis.

La metáfora se formuló para representar el conflicto de la sincronización de procesos en un sistema operativo. Describe a varios filósofos sentados a una mesa redonda para cenar. Cada filósofo tiene su plato de espaguetis y un tenedor. Pero para comer los espaguetis son necesarios dos tenedores. Sólo puede comer un filósofo si toma su tenedor (a la izquierda) y el de la derecha de su colega, pero dejando a éste en ayunas.

Lo peor que puede suceder es que cada uno alcance únicamente “su” tenedor, y que todos se queden esperando que alguien libere el tenedor que les falta. En informática este bloqueo mutuo se denomina traba mortal (deadlock), y puede colapsar un microprocesador si no se previene.

Las soluciones técnicas son múltiples. Comer por turno cíclico, o en varios turnos,… pero lo mejor es un portero de comedor. Se trata de un modesto sirviente que indica a los filósofos que abandonen la mesa cuando no tengan hambre y que no regresen hasta que vuelvan a sentirla. Su misión es simple: limitar los comensales a menos que los tenedores, para que coman por rondas sin esperar al último,… y quedarse todos sin cenar.

La normalización vasca es una tarea compleja, más que comer espaguetis. Los agentes políticos necesitan mano izquierda, además de la mano diestra, para manejarla. Esperar que el último partido quiera colaborar quizá sea perder una oportunidad histórica. Mejor que los más dispuestos vayan rumiando el conflicto poco a poco, que al final ya nos aprovechará a todos.
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/mesa.htm

Amorebieta, capital vasca

¿Conviene retomar la cuestión de la capitalidad administrativa vasca?

Han pasado más de 25 años desde que se decidió situar en Vitoria-Gasteiz la capital de la Comunidad Autónoma Vasca. Fue una opción propia del momento, basada en razones estratégicas y coyunturales de naturaleza política, que serían complejas de exponer. Así se acordó el 20 de mayo de 1980 por medio de la Ley de Sedes, la primera de todas las aprobadas por el Parlamento Vasco. Ello determinó la ubicación de los distintos principales órganos institucionales de la C.A.V.: Presidencia del Gobierno (Ajuria-Enea), Gobierno Vasco (Lakua) y el propio Parlamento (Eusko Legebiltzarra).

Sin negar validez y oportunidad a aquel acuerdo, que no ha sido objeto central de polémica partidista, es preciso reconocer que no fueron criterios demográficos, ni geográficos, ni de comunicaciones, ni económicos los que avalaron aquella determinación. Pero el tiempo ha pasado, y los debates sociopolíticos han de buscar eficacia y eficiencia que entonces, en otras circunstancias, fueron apartadas.

Con el ánimo de aportar una reflexión de partida, se expone un simple análisis demográfico y geográfico. Considerando el marco de la C.A.V., según el último censo de 2005, los 2.124.846 habitantes de la Comunidad Autónoma del País Vasco se distribuyen con los siguientes porcentajes: 14,12% de alaveses, 32,41% de guipuzcoanos y 53,47% de vizcaínos. El reparto demográfico es muy peculiar, concentrándose el 42,5% del total de vascos de la C.A.V. en el Gran Bilbao, más distribuidos los guipuzcoanos por todo su territorio y centralizados el 75,5% de los alaveses en su capital.

Calculado el centro de gravedad demográfico de la C.A.V., mediante la correspondiente fórmula, queda determinada que la posición idónea de la capital vasca, con criterios geométrico-estadísticos, estaría en las proximidades de Amorebieta-Etxano (o Zornotza). Esta posición ofrecería innegables ventajas comunicativas y económicas a todo tipo de efectos y con gran trascendencia en ahorro de tiempo y dinero.

Por citar sólo algunos datos: Si reunir en Amorebieta a un número cualquiera de representantes proporcionales de toda la C.A.V. cuesta 100, llevarlos a Vitoria cuesta 173, acudir a Bilbao serían 109 y a Donostia 179. Dicho de otro modo, todos y cada uno de los innumerables y diarios envíos o reuniones de todo tipo (con representantes políticos, sociales, administrativos, económicos,..) supone un sobrecoste del 73% por mantener la capital en Vitoria (respecto a Amorebieta), que se rebajaría a un reducido 9% de trasladarla a Bilbao y que se aumentaría hasta el 79% de mudarla a Donostia.

¿A alguien se le ocurriría, por poner una comparación, que si España fuese únicamente Madrid, Valencia y Murcia poner la capital en la parte menos poblada y más esquinada como sería Murcia? Pues exactamente eso sucede en la C.A.V. por razones históricas,… que merecerían ser revisadas.
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Representatividad y responsabilidad en política

Los partidos suelen contener dos o más “almas” políticas; las personas sólo hemos de mantener un alma, que ojalá sea totalmente libre y responsable.

La realidad política vasca (u otras) merece ser analizada desde dos criterios básicos, de representatividad social y de responsabilidad histórica. Más aún en esta coyuntura histórica en la que la violencia puede desaparecer de un escenario distorsionado por su crónica influencia.

La representatividad política debe derivarse, exclusiva e inequívocamente, de la única fuente de legitimidad democrática: las urnas. Sólo los votos contados escrupulosa y puntualmente otorgan representación, sin más consideraciones que las del respeto a la igualdad de oportunidades en las convocatorias electorales. Quizá el panorama vasco se ha visto afectado por la aberración de la violencia, en múltiples sentidos que convendría superar lo más urgentemente posible. Por supuesto, sólo los votos válidos y positivos confieren representación, porque los votos blancos, nulos o la abstención expresan opciones legítimas,… pero no computables en la imagen global de delegación política.

La representación efectiva de las distintas formaciones políticas vascas se ha deformado por factores que merecen ser enumerados, y cuya cuantificación sería de cálculo polémico. Por un lado, están algunos agentes habituales en cualquier sociedad contemporánea, como son los medios de comunicación que prestan especial atención a determinados partidos en función de sus intereses corporativos (eufemísticamente coincidencia ideológica) o de la capacidad de los partidos para “generar noticias” (generalmente por su facultad de convocatoria de sucesos inusuales). Por otro lado, el poder provee siempre más tribunas: poderes públicos (incluido el judicial que también conforma proselitismo), poderes mediáticos (ya citados y multiplicadores) y los poderes económicos (subyacentes dado que son origen y destino de la influencia política).

Lo cierto es que aunque un partido (como el PSOE o el PP) hable desde las macrocorporaciones de prensa, desde la (ex)presidencia de gobierno, desde la judicatura, desde la patronal empresarial o desde el defensor del pueblo, sus votos son sus votos en cada marco administrativo. Análogamente, que la autodenominada izquierda abertzale hable desde Batasuna y desde EHAK incluso mientras ETA aprende a balbucear sin disparar, no triplica sus votos, por más que semana tras semana sus simpatizantes desfilen en las distintas capitales vascas con un empeño digno de la mejor causa.

Los ciudadanos sólo ejercemos nuestra decisión política una vez, al votar, sin que podamos añadir peso al voto individual por más que pertenezcamos a un sindicato, a una iglesia, a dos asociaciones profesionales, a tres sociedades deportivas o a siete plataformas sociales. Por salir a la calle con una pancarta cada fin de semana no aumenta nuestro valor político, aunque sí la pretendida visibilidad social.

La responsabilidad política deriva, a escala individual o colectiva, de la libertad. Somos responsables, en tanto que somos libres. Esto vale para las personas, a título individual, para los partidos políticos o para el conjunto de la sociedad. Y la responsabilidad es acumulativa, no desaparece cuando cambia una legislatura, ni siquiera cuando cesa la violencia política.

Los partidos, ya estén en el gobierno o en la oposición, son responsables de sus anteriores actuaciones parlamentarias, sociales y, en su caso, gubernamentales a escala municipal, territorial o nacional. Igualmente, las personas que han ejercido su libertad de actuación, deben responsabilizarse de sus actos. Incluso la sociedad como conjunto debe ser coherente y asumir su responsabilidad histórica, especialmente ante quienes fueron víctimas de lo que colectivamente no se quiso, supo o pudo impedir. Todos, sociedad, partidos y personas, hemos de responder de nuestras obras, de nuestras palabras,… y de nuestras silencios.

Como en cualquier país del mundo, en la sociedad vasca coexisten partidos políticos con muy variable grado entre el prosaico pragmatismo y la entelequia sublime. Y, al igual que sucede por doquier, el grado de realismo se adquiere desde las posiciones de gobierno ejercido, mientras que la oposición pertinaz suele derivar hacia la quimera. Sólo así entendería un ajeno a la política vasca que una entidad como Batasuna reitere hasta la saciedad su petición de un marco de referencia (el conjunto de Euskal Herria) donde sus posiciones políticas (independentismo albanés) y sociales (confuso marxismo) se hacen aún más minoritarias que en la Comunidad Autónoma Vasca.

Muchos vascos deseamos superar un pasado político desfigurado por demasiada violencia, y donde las voces (cuando no gritos) no se distribuyen en función de los votos. Ansiamos y merecemos una paz serena que nos permita mostrar una panorámica despejada de la representación política del pueblo vasco, en la Comunidad Autónoma, en la Comunidad Foral y en Iparralde. Quizá reduciendo la dispersión de voto entre tan numerosas opciones partidistas, donde los micropartidos habrán de fusionarse o desaparecer, para sobrepasar un porvenir de algarabía con diez o doce partidos (PNV, PSOE, Batasuna –con sus innumerables denominaciones-, PP, UPN, CDN, EB, IU, EA, Aralar, y los vascofranceses), con el resultado de gobiernos multipartitos de gestión inconexa en minoría parlamentaria. Entonces habrá que asumir, sin lastres, sin vetos, sin tutelas, sin miedos, toda nuestra responsabilidad a la hora de votar y todo el valor de la representación política que resulte. Con naturalidad y madurez Versión .DOC para imprimirejerceremos una democracia que nos permita ser más responsables, más tolerantes, más solidarios y, seguramente, más felices.

Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/rere.htm

Re-solución vasca

Al final todos hemos entendido que primero es la paz y después la política. Sólo falta que también deduzcamos que el interés partidista viene detrás de la convivencia democrática en una sociedad plural.

Batasuna se enorgullece de que cuando ellos lo entendieron (el 14 de noviembre de 2004 en Anoeta y proclamaron su compromiso de usar vías "exclusivamente políticas y democráticas"), lo entendieron todos. Aunque no es mérito alguno ser el último de la clase (política) en comprender el problema, sí es motivo de satisfacción para todos y un hito histórico que, al final, la esencia de la cuestión sea indiscutible.

ETA sobraba y estorbaba, como decíamos casi todos antes y ahora absolutamente todos. ETA desperdició, una vez más, la penúltima tregua que ofreció en septiembre de 1998, poco después de aquel viernes santo (10-4-98), fecha en la que pudo sincronizar con el IRA el cese definitivo de la violencia política en Europa.

11 +11 =22. Después vendrían los trágicos 11-S de 2001 y el 11-M de 2004, que resaltaban hasta el infinito la aberración ética y política de la violencia, incluso ante las conciencias más aletargadas o ideologizadas. Aquello, de impacto en el panorama internacional, provocó este feliz 22-M de 2006, cuando se comunicó el alto el fuego permanente.

El fin del latrocinio. Se ponía final a un insufrible robo de vidas humanas, de familias rotas, de personas mutiladas, y de daños personales irreparables. Pero el rapto había sido inconmensurable en otros aspectos también decisivos: la violencia nos había hurtado una inmensidad de recursos humanos y materiales, de tiempo de reflexión, de espacios de debate, de incalculables frutos de una convivencia abierta y dialogante que no disfrutamos.

De la regresión hacia el progreso. Ahora se abre una etapa acelerada de reconversión de enfrentamientos en sinergias, y de escoltas en educadores. Confiamos que nuestros hijos puedan olvidar y que todos vivamos una fase de relanzamiento de una sociedad puntera que cierra una profunda herida, y que pone a la política en su lugar propio, pero no en el centro de toda nuestra existencia como ciudadanos.

De la alta política a la gestión política. Queremos que se traten y resuelvan, con políticas sectoriales, nuestros problemas cercanos y que nos afectan a todos (educación, sanidad, pensiones, vivienda, economía,…), y de ahí se derivará la necesidad de revisar periódicamente los marcos políticos o administrativos.

Participación política por las urnas. Estamos hartos de tanta manifestación histórica… cada semana. Las manifestaciones que queden para las grandes ocasiones. Nos sobran muchos de esos compulsivos convocadores de desfiles callejeros cada sábado. Nos reservamos el voto, que es lo que cuenta, para el intenso calendario electoral que se avecina en 2007-2008-2009, y para alguna consulta popular final bien pergeñada.

Panorama partidista simplificado. El cóctel político vasco se va remansando, y se encaminan mejor aquellas formaciones que buscan el voto sereno, en las convocatorias electorales previstas o en una consulta popular final prevista para un nuevo Estatuto o Estatus político. Probablemente se reordenará el escenario de partidos, desapareciendo rarezas coyunturales (como EHAK) y la desproporcionada representación de algunos partidos testimoniales (como EA, EB o Aralar).

La definitiva solución del problema vasco está cada día más cerca… porque es firme, unánime e imparable nuestra resolución de buscarla, acordarla y construirla sobre cimientos de paz.
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La primavera vasca

En euskera se dice “Bazen garaia!”, que significa “¡Ya era hora!”.

Ha habido otras famosas primaveras, como las históricas Primavera de Praga y Primavera de Pekín, o la escolar Primavera de Europa, una plataforma pedagógica que facilita al alumnado y al profesorado una visión conjunta de la Unión Europea. Finalmente, parece que también a Euskal Herria, Euskadi o Vasconia le ha llegado su anhelada primavera de renacimiento, después de largas décadas de tragedia, sufrimiento y pesimismo.

Al igual que la primavera meteorológica, que se explica por complejos y multifactoriales conceptos científicos entre los que se incluye la inercia que prorroga el invierno durante tres meses tras el día más corto del año, la primavera sociopolítica estaba anunciada… aunque se ha hecho esperar. Las razones para su venida podrían explicarse en clave poética con aquel verso de Pablo Neruda: "Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”.

Aunque Antonio Machado glosó que "la primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido", la primavera política vasca era un pronóstico esperado y esperanzador, aportado por el hartazgo de una ciudadanía sacrificada que se ha movilizado en un contexto planetario donde nuestra situación límite era una excepción en la Europa del siglo XXI, tras el 11-S, el 11-M, el cese del IRA,…

Ahora corresponde a la clase política acreditar una altura de miras semejante al valor que ha atestiguado la sociedad. El electorado seguirá atentamente a los partidos políticos, e incluso dentro de ellos, a aquellos dirigentes que faciliten y propicien una solución de reconciliación y de paz duradera. Por el contrario, quienes interfieran, obstaculicen o busquen réditos electorales a corto plazo ralentizando este proceso irreversible de normalización serán despreciados. Ello incluye a medios de comunicación, agentes sociales, o cualquier instancia pública que no sintonice con el deseo y la esperanza del pueblo.

Ahora que se ha abierto una primavera de enorme expectativa de convivencia, hemos de dedicar todo nuestro recuerdo, respeto y reconocimiento a todas las numerosas víctimas de la violencia de este conflicto, para mirar hacia adelante buscando un futuro prometedor donde ya no quepa el odio. Pasa a segundo plano el reparto del panorama política: Si conseguimos la paz, cualquier redistribución partidista proporcionará más o menos gobernabilidad, pero será infinitamente mejor que la aberración ética y política de la violencia anterior.

Que no se precipiten los políticos, y menos para obtener ventaja en sus intereses partidistas. Hará falta un tiempo de esperanza para que actúe como lenitivo entre la ciudadanía después de tanta desolación. Un tiempo donde todos habremos de desarmar el lenguaje, dejando que afloren nuestras aspiraciones humanas más naturales de aproximación, diálogo, tolerancia y perdón. ¡Ha llegado la primavera vasca para construir una convivencia desde la pluralidad, democrática y pacíficamente!

Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
http://www.getxoweb.com/mikel

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LOE: La Olvidada Educación

Un eclipsado debate tras 8 Leyes Orgánicas educativas aprobadas en 25 años. Demasiadas reformas para seguir distanciados de la Europa más avanzada.

La educación es una tarea generacional, prolongada a lo largo de la vida, que afecta intensivamente a los más jóvenes, en un inigualable esfuerzo colectivo donde participan familias, profesorado, alumnado y el conjunto de la sociedad. Todo ello requiere un marco político y administrativo consensuado, con vocación de larga permanencia en el tiempo para garantizar el máximo aprovechamiento de tan ingentes recursos humanos y materiales.

La educación es responsabilidad de la familia, que delega en la enseñanza parte de sus funciones. La formación se estratifica en etapas, desde la educación infantil hasta la formación profesional o la universidad, y en planos de actuación abarcando desde el autoaprendizaje, el aula, el centro, la red o el sistema global. En el Estado español, con las competencias educativas transferidas a las Comunidades Autónomas, una nueva Ley Orgánica de Educación (LOE) ha despertado un doble debate, interno entre docentes y público donde se enfrentan algunas visiones opuestas (asignatura de religión, concertación de centros privados,…).

El proyecto de LOE presentado por el Ministerio de Educación y Ciencia para su tramitación en el Congreso ha sido calificado de muchas formas, según la perspectiva de los analistas. Puede definirse como un texto reducido, no excesivamente pormenorizado ni intervencionista, que busca soslayar los mayores escollos con los sectores más influyentes sin negar su inspiración “socialista”. Quizá la LOE sea una concreción del “talante Zapatero”, que -con paradojas y contradicciones- busca la máxima mayoría parlamentaria.

Repasemos algunas inconsistencias. En la exposición de motivos, declara que las evaluaciones internacionales recientes, como PISA (trianual) y TIMMS (cuatrianual), ponen de manifiesto que es posible combinar calidad educativa con equidad en su acceso, pero la LOE ni propone mecanismos urgentes de mejora (que obligarían a una mayor inversión), ni menciona las “devastadoras conclusiones del Informe Pisa” que denuncia el Consejo de Estado de Educación, máximo órgano consultivo que en su preceptivo dictamen proclama: “Parece como si el anteproyecto tratara sólo de modernizar el sistema educativo y no de corregir tendencias a la baja calidad que son de dominio público y preocupan a la sociedad…”.

Entre las incoherencias, sobresalen algunas. Propone el carácter “complementario” de las redes escolares pública y concertada, porque reconocer la “subsidiariedad” sería impresentable en nuestra realidad educativa continental, aunque luego en el articulado separe tajantemente entre centros públicos y centros sostenidos con “fondos públicos” (que incluiría a los privados concertados). Igualmente se pregona la autonomía de los centros docentes, pero no se facilitan instrumentos para ello en la escuela pública. Presume como gran novedad un área de “educación para la ciudadanía”, sin que se sepa quién impartirá tan difuso y discutible contenido.

En su última redacción ha incorporado el “esfuerzo individual de los alumnos”, como uno de los principios de la educación y como uno de sus fines “el mérito y el esfuerzo personal”. Este eslogan de la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Educación) era uno de los aspectos más rescatables de la ley del PP, y aunque el PSOE se negaba a destacar su presencia, al final la obviedad se ha impuesto. Afortunadamente en la disposición final primera se pregona que el primer deber básico de los alumnos es… estudiar (lo que lamentablemente parece pertinente por un inexplicable olvido muy extendido).

El porcentaje de contenidos básicos de las enseñanzas básicas, 55% en las Comunidades Autónomas con lengua cooficial y 65% para las restantes, ha sido otro punto de polémica política artificial en prensa. Los educadores sabemos que la realidad escolar del siglo XXI exige un núcleo planetario absolutamente común (no en el Estado, ni en Europa siquiera), que es lo que se mide en las evaluaciones internacionales (matemáticas, ciencias, primera lengua,…). Igualmente sólo alguien ajeno a la práctica docente puede negar la indispensable adecuación curricular que desde la escala no sólo autonómica, sino de centro, de profesorado, de aula y de cada miembro del alumnado ha de programarse.

Otra espinosa controversia se centra en la enseñanza de la religión. La disposición adicional segunda comienza desacertadamente: “La enseñanza de la religión se ajustará a lo establecido en el Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales suscrito entre el Estado español y la Santa Sede,…”. Pareciera que la enseñanza religiosa no fuese una frecuente demanda familiar, de un alto porcentaje de madres y padres que la consideran esencial. Su deseo legítimo, al igual que el de quienes prefieren que sus hijos e hijas no reciban enseñanza confesional alguna, debe ser garantizado, al igual que los derechos de los docentes de estas materias. La opción más aceptable sería una materia de oferta obligatoria en todos los centros en sus versiones confesional (de todas las iglesias con representación significativa) y no confesional, para la aceptación voluntaria por parte de las familias. Debiera ser evaluada didácticamente para su notificación familiar, aunque no computable a ningún efecto académico (becas, promoción,…). El apartado 3º, que otorga a la entidad religiosa la condición de empleador y establece el pago delegado, no parece satisfacer ni al profesorado implicado, ni a las jerarquías eclesiásticas, por lo que parece inviable semejante variación unilateral de empleador cuando ni el receptor ni los trasferidos lo asumen. También sería de justicia la equiparación académica y salarial de este colectivo que reúne a más de 17.000 docentes en el Estado.

Entre sus cualidades, la LOE se destaca porque simplifica la proliferación de leyes educativas y de sus correspondientes reglamentos emitidos desde 1990, derogando -además de otras leyes menores- la LOGSE (Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo de 1990), la LOPEG (Ley Orgánica de Participación, Evaluación y Gobierno de los Centros Docentes de 1995), y la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Educación de 2002). La litigada LODE (Ley Orgánica del Derecho a la Educación de 1985), corrigiendo algunos de sus excesos, queda drásticamente reducida a una cincuentena de artículos (de sus 63 artículos iniciales), e incluso también son abolidos o reformulados muchos apartados de los artículos vigentes por la disposición final primera del anteproyecto. Desafortunadamente, el anteproyecto delira cuando, en su apartado 5º de la citada disposición, introduce un disparatado y encubierto derecho a la huelga del alumnado menor de edad, que ni respeta las responsabilidades, derechos y deberes de los padres, ni mejora la participación discente en la organización escolar. Debería suprimirse este enunciado, sin perjuicio de recoger adecuadamente el derecho de reunión en el centro escolar, respetando los horarios de actividad y los derechos de cuantos constituyen la comunidad educativa, previa comunicación a la dirección o de acuerdo con ella.

Las preconizadas “evaluaciones de diagnóstico”, al finalizar el segundo ciclo de Primaria (10 años) y al concluir el segundo curso de la Secundaria obligatoria (14 años), pueden ser reconocidas como puntos positivos por su carácter formativo y orientador, sin la estricta connotación de reválida (que la LOCE promulgaba) y que al medir currículos (y no competencias) podría condicionar y uniformar excesivamente la necesaria autonomía docente para atender a la diversidad discente. De este modo, queda una medición objetiva de la Primaria, antes de su tercer ciclo, y otra graduación en la crítica edad intermedia de la ESO, cuando en 3º parece que muchos de nuestros estudiantes encuentran súbitamente todos los obstáculos en lo que parecía un generalizado progreso modélico. Más dudosa es la supresión de la PGB (Prueba General de Bachillerato), prevista en la LOCE y común en toda la Unión Europea (salvo en Grecia y Portugal).

El retardo de los itinerarios hasta 4º de la ESO es oportuno y paneuropeo, cuando aparecen tres materias de modalidad y algunas optativas, retrasando el prematuro adelanto de la LOCE. Igualmente resulta conveniente la suavización en el número de asignaturas no superadas para promocionar de curso, porque nuestro retardo medio no mejora ni la calidad ni la equidad, y porque son más efectivas las medidas de refuerzo dirigidas hacia la superación final. El clamor contra la “promoción automática” ni es exacta, ni se corresponde con la reglamentación de los países de referencia educativa.

El reagrupamiento en tres bachilleratos de Ciencias y Tecnología, Humanidades y Ciencias Sociales, y Artes es acertado. La fusión en el primero de ellos de los antiguos Bachilleratos de Ciencias de la Naturaleza y de la Salud junto al de Tecnología era necesaria, y debería servir para incrementar el flujo hacia esta modalidad. Únicamente entre las materias comunes del Bachillerato, previstas en el artículo 34, debería incorporarse el metalenguaje omnipresente de una “Matemática Aplicada”.

Las insuficiencias de la LOE son variadas. El avance que supone la declaración de carácter educativo de los dos ciclos de Educación Infantil (superando el anacrónico nombre de Preescolar que reitera el PP), queda desdibujado por no abordar este período en tres ciclos bianuales (como todo el resto de la educación hasta el diseñado en el Espacio Europeo de Educación Superior). La espuria razón para este lastre es la inercia anterior y la insuficiente financiación dedicada a esta etapa, que da lugar a discrepancias totales entre Administraciones Educativas donde se retarda Andalucía (única con tasas de escolarización menor del 90% de la población de 3 años), mientras el País Vasco supera el 90% incluso de la infancia de 2 años. La gratuidad promulgada por la LOE del segundo ciclo de Infantil (3-6 años) es una mejora sólo para las Comunidades más retrasadas, mientras que las demandas sociales en edades más precoces ya se desbordan en las Comunidades mejor financiadas. En esta etapa, la subsidiariedad de la concertada se manifiesta en el artículo 15, en donde se garantizan una oferta suficiente en los centros públicos (además sólo con un incremento progresivo desde la situación actual), mientras que apenas se esboza que “podrán establecerse conciertos con centros privados”.

Son meramente declarativas y sin previsiones las apuestas por la mejora de los idiomas (foráneos y oficiales), que la LOE sigue sin apoyar más decididamente, o el aprovechamiento de las tecnologías de la información y la comunicación, donde nuestro retraso pedagógico comparado es deprimente. Igualmente las bibliotecas escolares quedan simplemente citadas y no incentivadas.

La participación de las familias podría acrecentarse asegurando, en función de la edad del alumnado, porcentajes no inferiores a un tercio de padres adicionalmente a un sexto de alumnos, en el artículo 126 sobre la composición del Consejo Escolar, para mostrar quiénes son los destinatarios que justifican todo el servicio educativo.

Respecto a la equidad escolar, el creciente alumnado (propio y extranjero) con necesidad específica de apoyo educativo por origen o minusvalía (sensorial, síquica o motora), e incluso el de altas capacidades intelectuales, sigue en la ambigüedad o en la inseguridad al asegurarse que las dotaciones para centros públicos y concertados serán las mismas (artículo 72), mientras que simultánea y posteriormente en el artículo 112, de medios materiales y humanos, se distinga sutilmente entre sus apartados primero y siguientes. Inicialmente se menciona expresamente a los “centros públicos” como aquéllos que deben ser dotados por las Administraciones Educativas, mientras en los restantes párrafos sean los “centros” genéricos los que atiendan a alumnado de educación especial,… Este artículo debiera incorporar el detalle de referirse en todo momento a los “centros sostenidos con fondos públicos”.

Preocupante resulta el matiz establecido en el artículo 84, relativo a la admisión de alumnos, donde se cita que “las Administraciones educativas realizarán una programación adecuada de los puestos escolares gratuitos que garantice el derecho a la educación”, pero sin mencionar la libertad de elección que corresponde a las familias. En ese mismo artículo, falta la inclusión de un criterio que facilite la continuidad pedagógica en un mismo centro, tanto en el caso de titularidad pública como no pública. En el artículo 88, sobre garantías de gratuidad, sigue sin aparecer el coste de los servicios complementarios de transporte y comedor, que debieran recibir un tratamiento similar en todos los centros sostenidos con fondos públicos.

Tampoco se acomete en esta oportunidad un refuerzo de la formación inicial del profesorado de enseñanza infantil, primaria y secundaria. La convergencia de las condiciones laborales, profesionales y económicas del profesorado y del personal no docente, tanto de centros públicos como concertados, queda en el limbo de los deseos, con una confusa cita en el apartado 117.4 donde turbiamente se sugiere “posibilitar la equiparación gradual de la remuneración (del profesorado concertado) con la del profesorado estatal (sic)”. Como si no existiesen diferencias salariales, incluso entre funcionarios docentes (respecto al “profesorado estatal”, sólo el redactor sabrá a qué se refiere en niveles no universitarios). Por último, en el capítulo del profesorado, la disposición transitoria segunda podría extenderse más allá del 4-10-2010 el régimen de jubilación voluntaria de los mayores de 60 años, a fin de rejuvenecer las plantillas docentes.

Lo peor es el mantenimiento de un sistema educativo basado en la oferta, y no en la demanda familiar (artículo 109. 2). La misma consideración de la educación como “servicio público”, quedaría mejor expresada como “servicio esencial” o de “interés general”, con independencia de la titularidad pública o concertada del centro elegido por los progenitores (situación a la que más se acerca en el Estado la Comunidad Autónoma Vasca, por tradición y financiación). El progreso hacia un sistema cooperativo, prestado por centros públicos y otros de iniciativa social, se entorpece cuando se desiguala por titularidad, como en el artículo 122.3 donde se concede que sólo los centros públicos podrán obtener recursos complementarios. Esto es apropiado y novedoso, pero debiera abrirse en las mismas condiciones a todos los centros “sostenidos con fondos públicos”.

Resulta aberrante el apartado 3 del artículo 109: “En la programación de la oferta de plazas, las Administraciones educativas armonizarán (sic) las exigencias derivadas de la consideración de la educación como servicio público, con los derechos individuales de alumnos, padres y tutores. Asimismo, conciliarán (sic) la libertad de elección de centro con el principio de equidad, atendiendo a las limitaciones materiales derivadas de la capacidad de los centros y de las consignaciones presupuestarias existentes y al principio de economía y eficiencia en el uso de los recursos públicos (sic)”. Discrepamos profundamente de que la economía impida derechos fundamentales, o que éstos queden restringidos por inciertas razones de supuesta eficiencia. Nefastamente, en la redacción actual el Estado parece erigirse como único titular originario del derecho a la educación, quedando las familias y los centros educativos reducidos a concesionarios de tal derecho. A todos nos conviene que los padres defendamos nuestro derecho a escoger el tipo de educación que preferimos, incluida la formación moral y religiosa que responda a nuestras convicciones.

Nadie discute la necesidad de una reforma educativa, cuando los datos negativos se acumulan en informes internacionales o en comparativas de fracaso escolar. El optimismo para que podamos competir con los mejores debe partir del máximo realismo sobre nuestra posición de partida, así como de un amplio y comprometido enfoque comunitario. Una Pedagogía del Éxito entraña que las familias y los educadores mantengan expectativas positivas sobre las capacidades de sus hijos y alumnos, para afrontan motivada y conjuntamente tan decisiva tarea, solventando los problemas crónicos con ilusión y apoyo social.

Concluyendo: Conviven en el Estado sistemas educativos muy diferenciados que la LOE debiera impulsar y desarrollar mirando hacia lo mejor de Europa, nunca uniformar por abajo. En general, nuestras posiciones educativas son mediocres o insuficientes respecto a la Unión Europea, y entre los países de la OCDE. No es algo de extrañar, dado que socio-culturalmente, económicamente y en esfuerzo educativo (interés familiar y porcentaje del PIB) no destacamos especialmente hasta la fecha.

Sólo cuando la ciudadanía presiona electoralmente, los poderes públicos y los dirigentes políticos otorgan la merecida atención, prioridad y recursos a la educación, a la universidad y a la investigación. Es el tiempo de los hechos. Rige un lema magistral: 'Si alguien cree que la educación es cara, que pruebe con la ignorancia'. Nuestro futuro individual y colectivo, a corto, medio y largo plazo, depende básicamente de nuestra apuesta educativa. Ojalá el debate sobre la LOE nos permitiese advertir la trascendencia de lo que está en juego.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/loe.htm

El hijo del acordeonista

©Mikel AgirregabiriaUna lectura recomendada para el verano, junto a un breve análisis personal del libro y de la crítica suscitada.

Bernardo Atxaga es uno de mis autores contemporáneos habituales, y mi elección nada tiene que ver con la opción política que Joseba Irazu libre y legítimamente mantenga, aunque reconozco que me disgusta que este partido (Ezker Batua-Berdeak, Izquierda Unida) haya exhibido la imagen del escritor como uno de sus iconos en la última campaña electoral vasca.

Suelo reservar ciertas obras para su lectura estival, y este libro quedó adquirido desde septiembre pasado por un doble motivo: La calidad literaria reconocida de su autor, a mi juicio, y una excéntrica crítica de Ignacio Echevarría que hizo mucho ruido por aquellas fechas. La leí en Babelia el 4-9-2004 y, sin haber hojeado aún la novela, me sorprendió la descalificación total que suponía del escritor vasco, desde un paupérrimo análisis de sesgo politiquero con nula perspicacia bibliográfica. Pospuse a este verano el despejar mis dudas, tras escudriñar el contenido del texto.

No pretendo añadir una valoración adicional a los argumentados dictámenes literarios que generó su publicación hace algunos meses, y que oscilan en toda la escala desde algunos pocos desfavorables a otros más entusiastas. A mí esta lectura me ha absorbido (la he leído de un tirón en dos tardes), me ha emocionado, y he rememorado muchas vivencias de mi infancia y juventud. No sé si porque también soy vasco, porque amo las varias lenguas (5 ó 6) que maneja el relato, porque sólo un poco más joven que Atxaga o porque comparto su disgusto por la saturación política que impregna a muchos medios de comunicación.

“El hijo del acordeonista” no es un tratado de política, ni lo pretende; es un retrato de ficción de personajes que desatan ecos propios de cualquier ser humano en toda época o lugar. Recomiendo fervientemente esta última entrega de Atxaga y he adquirido varios ejemplares adicionales, en euskera y castellano, para regalarlos a personas muy cercanas en quienes creo que despertará el mismo aprecio que he sentido con su lectura.

Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2005/hijo.htm

Normalidad vasca

©Mikel AgirregabiriaEl pragmatismo político suele ser la mejor fórmula para establecer institucionalmente lo que la ciudadanía reclama.

Euskadi camina hacia la normalidad política, opinen lo que opinen reiteradamente los “analistas” oficiales de los periódicos, a sueldo fijo de sus respectivos intereses (económicos, principalmente). Porque el paisaje (y el paisanaje) político vasco ha estado grave y largamente alterado durante más de 25 años de inacabada “transición desde la dictadura”. En primer lugar, por la persistencia de ETA; seguidamente, por Batasuna con su inconfundible modo de hacer (o no hacer) política; y en último término, por la obtusa respuesta que el PP de Aznar dio al “conflicto vasco”, negando incluso la existencia de semejante panorama.

Quizá la suma de tanto absurdo dislate, y el hartazgo de la sociedad vasca (y española), permiten vislumbrar una salida cada vez más perceptible para la ciudadanía de a pie, que no para el perdido olfato de nuestra mareada clase política o de nuestra beligerante “opinión publicada” (que no pública). No se requiere ninguna “información privilegiada”, de la que tanto presumen algunos, para apreciar los “hechos” más significativos de lo que está sucediendo. La tenaz realidad se impone a los diagnósticos adulterados basados en confidencias o indicios, tan etéreos como desacertados.

Dato 1º: ETA, ha dejado de matar desde hace más de dos años (último asesinato el 30-5-2003). Las razones serán variadas, como su debilidad provocada por el rechazo ético y social casi absoluto, la infiltración que debe sufrir, el acoso policial, la saciedad de su mismo entorno de presos y familiares, y hasta porque el 11-S de 2001 y el 11-M de 2004 han revalorizado la náusea que produce la repugnante violencia, inaceptable para cualquier finalidad.

Dato 2º: Batasuna se ha dado cuenta de que los cuentos maximalistas no valen. Incluso su pertinaz electorado (12% en la CAV), ha empezado a exigir que actúen congruentemente como lo que dicen ser, un partido democrático abertzale. El 30-12-2004, los 3 parlamentarios más significativos de Sozialista Abertzaleak (Batasuna), Arnaldo Otegi, Joseba Permach y Jon Salaberria, votaron a favor del “Nuevo Estatuto de Euskadi”, interesadamente designado como “Plan Ibarretxe”, alcanzándose uno más de los necesarios para la mayoría absoluta en el Parlamento Vasco. Y el 23 de junio, EHAK (Batasuna) vuelve a la realpolitik apoyando a Ibarretxe con 2 votos, como es lógico en una situación “normalizada”, sin dar la menor cancha a un PSOE vasco que sigue buscando exclusivamente los votos del PP,… ¿De nuevo esperaban el PP y el PSOE que Batasuna (EHAK) siguiera con ellos sumándose al bloqueo del nacionalismo moderado, aunque lo hiciese todavía en el veto contra Atutxa?

Dato 3º: Desde Madrid ya no gobierna Aznar, ni sus herederos que exacerbaron la peor “vena patriótica”. A Rodríguez Zapatero no le interesa enconar el “problema vasco” para demostrar una supuesta firmeza que le reporte votos en España. Zapatero sabe que las claves (llaves) de la “solución vasca” residen en Euskadi, y su revalidación en las Elecciones Generales de 2008 requiere seguir gobernando en Catalunya, Galiza y… que en Euskadi asome una vía hacia la paz. Zapatero “parece” reconocer la realidad y seguramente no caerá en su mayor error potencial: Judicializar la política, solicitando al fiscal Conde-Pumpido que ilegalice a EHAK, como le piden algunos… de los suyos. El PSE, más centralista que el PSOE, también debe aceptar que, mientras continúe la ilegalización de Batasuna, serán precisas las mesas extraparlamentarias para dialogar entre todos. ¿O sobre qué diálogo elucubraba Patxi López en la investidura?

¡Basta de ilusiones, exigencias, atajos, vetos y utopías! ¡Que los políticos realmente hagan su trabajo! Con realismo, con coherencia, con rigor. Que gobiernen, o dejen gobernar. Que busquen la paz, o dejen buscarla a otros. Que normalicen la vida política y social, o que dejen hacerlo a los demás.

La normalización exige que ETA cese de hacer daño (además del ridículo más pasmoso en el siglo XXI); que no reabra la kale borroka, otro signo de debilidad (y de estupidez); que Batasuna actúe racionalmente con su supuesta ideología; que el PSOE recicle a parte de sus políticos y, en caso contrario, les pida su paso al extremista PP; que el PP, tras la caída de Fraga, se “centre” (urgente); y que el Lehendakari del PNV sepa liderar este proceso con reconocimiento democrático a la pluralidad vasca exigiendo el respeto a todos los derechos humanos, y muy especialmente con el debido reconocimiento a todas las muchas víctimas de tan fratricida conflicto.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/normalidad.htm

La anomalía socialista vasca

©Mikel AgirregabiriaExtrañamente, el socialismo vasco de antigua presencia social es casi el único que no cogobierna en el Estado español.

El PSOE mantiene en Euskadi una larga historia de organización, que incluye relevantes etapas de colaboración en la gobernación, en tiempos más o menos lejanos. Sin embargo, ahora que vuelva al poder en el Gobierno central, en Catalunya, seguramente en Galiza, además de en sus tradicionales feudos (Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha,…), sigue ofreciendo una deprimente imagen de oposición recalcitrante en el Parlamento Vasco, con una reiterada política de bloqueo a todo avance legislativo.

¿Por qué ese talante tan diferenciado en Euskadi del que ZP hace gala? La lamentable persistencia de ETA podría ser una razón de peso, pero lo niega la progresiva desactivación terrorista y la aceptación desde Ferraz de la presencia parlamentaria de Batasuna bajo la capa de EHAK. ¿Por qué el PSE acompaña al PP boicoteando una mesa con Batasuna, cuando hasta el PP se sienta en los debates políticos con EHAK, que no es sino la marca secundaria de Batasuna?

El PSOE en Euskadi no acaba de desvincularse del abrazo del oso con un ultramontano PP. Ello constituye una incongruencia política con efectos como el extravagante apoyo de María San Gil a un Patxi López que no quiere los votos populares, pero que hace el doble ridículo de presentarse sin más respaldo que el de quien le persigue por todo el Estado, con movilizaciones callejeras semanales. Con tal incongruencia no es de extrañar la sobreabundancia de personajes socialistas vascos que parecen más del PP que del PSE.

En la Comunidad Autónoma Vasca, la pareja PP-PSOE difícilmente superará el 39% del electorado. Ni acudiendo fusionados, en un PPSOE para ayudarse de la ley d’Hont, alcanzarían mayoría parlamentaria alguna. El aislamiento del PP no le permite salirse de su guión marginal, pero ¿no debería revisar y reconsiderar el PSE vasco su obsoleta política de alianzas en los contados ayuntamientos que gestiona y en la Diputación de Álava?

No es de recibo que el PSOE de Madrid con Zapatero parezca y sea menos centralista que el PSE de López (por no mencionar aquél de Redondo). Las próximas elecciones municipales y forales, incluso en Navarra, podrían ser una buena oportunidad de cambio de la política de seguidismo con el PP que los socialistas han venido practicando en los últimos años en Euskal Herria.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/anomalia.htm

Matemática política


Aplicando la Lógica Matemática a la Política para ofrecer una mejorada descripción de nuestra sociedad.

Antecedentes: Habitualmente, en política se hacen muchas “cuentas de la vieja”, y lo que es aún peor, demasiadas “cuentas de la lechera”. Los partidos se ven a sí mismos, y a sus propios electorados, más como “rebaños” que como “fuerzas”. Y claro, los rebaños sólo pueden “contarse” aritméticamente, mientras que las fuerzas pueden “componerse” geométricamente.

La Ciencia inventó los vectores y los tensores, cuando los números no fueron suficientes para interpretar los fenómenos naturales. Los números sólo expresan cantidades escalares, mientras que los vectores incluyen cuantía (módulo), dirección y sentido. Los tensores o matrices son vectores multidimensionales, de mayor complejidad, de necesidad obligada en Física, Economía,… o Política. Como ejemplo de metáfora del progreso de la Historia con validez en la política pragmática, señalemos que los vectores explican cómo un montañero corona una montaña por pendientes accesibles o cómo un velero puede avanzar en zigzag contra el viento.

La política sigue en la prehistoria matemática, cuando se contaba con los dedos o se creía en la numerología. Exceptuando la Estadística, manejada por asesores externos para la azarosa predicción de resultados electorales, y una Tabla de Cálculo para la Ley d’Hont, sólo se utiliza la Aritmética más simple en la política. Ya en el siglo VI A.C., el filósofo griego Pitágoras sugirió que "la naturaleza geometriza", por lo que convendría en política manejar, al menos, vectores y no sólo números.

Si en países bipartidistas, o cuasibipartidistas, la mera aritmética numérica es insuficiente en el análisis político, aún lo es aún más en casos como la política vasca, donde los partidos significativos son más de siete. Así se producen en el Parlamento Vasco los frecuentes bloqueos numéricos de “empate infinito” o el “repita usted 33”,... mientras se cuentan y descuentan los escaños. Simple “teoría de conjuntos” y subconjuntos disjuntos. Aquello de si tengo 29 pero me quitan 7, más 3 y 1 que negocio, 7 que me suman temporalmente, menos 19 y 14 regalados, con 9 que no juegan a nada, me dan… ¡CERO PATATERO!

Porque a base de manejar sólo números, los políticos han llegado a poder ser clasificados como los tipos de números. Existen números y políticos naturales, nulos, negativos, enteros, racionales, irracionales, reales, imaginarios, trascendentes, complejos,… Incluso abundan hasta el infinito los números y los políticos primos, abundantes, amigos, defectivos o deficientes, perfectos, sociables, pares e impares, infinitos o transfinitos, superreales, hiperreales, subrreales,…

Mantenemos la vaga esperanza de que esta infrecuente asociación entre Matemáticas y Política nos sugieran a todos algunas reflexiones sobre las posibles combinatorias de los partidos políticos. Queremos que la “clase política” con sus quebraderos y quebrados “solucionen nuestros problemas” con nuevas fórmulas de adicionar, componer o reunir alianzas. De ahí que convenga observar bien con quién se complementa cada cual y, sobre todo, con quién se multiplica.

Conclusión: Se recomiendan clases adicionales de Matemáticas de la ESO para los políticos, a fin de que progresen desde las “sumas numéricas” hasta las “composiciones vectoriales” (véase la imagen adjuntada). Q.E.D., el viejo epílogo matemático ‘como se quería demostrar’ (Quad Est Demonstrandum).

Versión final: mikel.agirregabiria.net/2005/mate.htm