Inolvidable memoria

"El recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados".
Cree un humilde servidor...
Mikel Agirregabiria Agirre

La anomalía socialista vasca

©Mikel AgirregabiriaExtrañamente, el socialismo vasco de antigua presencia social es casi el único que no cogobierna en el Estado español.

El PSOE mantiene en Euskadi una larga historia de organización, que incluye relevantes etapas de colaboración en la gobernación, en tiempos más o menos lejanos. Sin embargo, ahora que vuelva al poder en el Gobierno central, en Catalunya, seguramente en Galiza, además de en sus tradicionales feudos (Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha,…), sigue ofreciendo una deprimente imagen de oposición recalcitrante en el Parlamento Vasco, con una reiterada política de bloqueo a todo avance legislativo.

¿Por qué ese talante tan diferenciado en Euskadi del que ZP hace gala? La lamentable persistencia de ETA podría ser una razón de peso, pero lo niega la progresiva desactivación terrorista y la aceptación desde Ferraz de la presencia parlamentaria de Batasuna bajo la capa de EHAK. ¿Por qué el PSE acompaña al PP boicoteando una mesa con Batasuna, cuando hasta el PP se sienta en los debates políticos con EHAK, que no es sino la marca secundaria de Batasuna?

El PSOE en Euskadi no acaba de desvincularse del abrazo del oso con un ultramontano PP. Ello constituye una incongruencia política con efectos como el extravagante apoyo de María San Gil a un Patxi López que no quiere los votos populares, pero que hace el doble ridículo de presentarse sin más respaldo que el de quien le persigue por todo el Estado, con movilizaciones callejeras semanales. Con tal incongruencia no es de extrañar la sobreabundancia de personajes socialistas vascos que parecen más del PP que del PSE.

En la Comunidad Autónoma Vasca, la pareja PP-PSOE difícilmente superará el 39% del electorado. Ni acudiendo fusionados, en un PPSOE para ayudarse de la ley d’Hont, alcanzarían mayoría parlamentaria alguna. El aislamiento del PP no le permite salirse de su guión marginal, pero ¿no debería revisar y reconsiderar el PSE vasco su obsoleta política de alianzas en los contados ayuntamientos que gestiona y en la Diputación de Álava?

No es de recibo que el PSOE de Madrid con Zapatero parezca y sea menos centralista que el PSE de López (por no mencionar aquél de Redondo). Las próximas elecciones municipales y forales, incluso en Navarra, podrían ser una buena oportunidad de cambio de la política de seguidismo con el PP que los socialistas han venido practicando en los últimos años en Euskal Herria.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/anomalia.htm

Las asignaturas de Amaia

©Mikel AgirregabiriaAmaia es mi primera sobrina, casi una ahijada, algo menor en edad a mis hijos,… Cursa, y repite, 4º de la ESO.

Amaia y sus condiscípulos han rebautizado respectivamente a las disciplinas de letras y ciencias, como las asignaturas “que no hay que estudiar” y las “que no hay que entender”. Asumido este criterio, resulta obvio que ni “entienden” demasiado, ni “estudian” lo suficiente. Así pues, al concluir la escolarización obligatoria tratan de aprender sin conveniente base las matemáticas, lenguas y ciencias, y de memoria las humanidades.

Amaia probablemente no deba aprobar por lo que sabe, quizá tampoco por lo que se haya esforzado, pero vistos los apuntes con los que se enfrenta a la convocatoria extraordinaria apenas una semana después de los suspensos y vista su inocente angustia al enfrentarse a semejantes “gigantes o molinos” que determinarán su futuro, considero que Amaia debe aprobar. Resulta obvio que el “fracaso escolar” no es sólo responsabilidad de Amaia.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/amaia.htm

Mentecatos empecinados

"Un necio es quien no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema".
Winston Churchill.
Mikel Agirregabiria Agirre

Listas coloristas

©Mikel AgirregabiriaHagamos desaparecer de nuestras vidas todas las formas de “listas negras”, a cambio de “inventarios de gratitud”.

Abundan en demasía los “cuadernos de agravios”, las “listas de indeseables”, las “relaciones de insolventes”,… Hasta coloquialmente decimos con frecuencia aquello de “te pongo en mi lista negra”.

Parece que ponemos más esfuerzo en recordar los odios que los afectos. Mantenemos por largo tiempo, a veces toda la vida, la memoria de las ofensas. Por el contrario, olvidamos en minutos el agradecimiento que debemos a tantas personas que nos han ayudado; incluso, de aquellos a quienes deberíamos rendir gratitud vitalicia. Peor aún, una sola falta aislada de algún compañero o vecino puede dar al traste con una larga amistad.

Si hacemos algún bien, la gratitud suele ser ligera como una pluma; por el contrario, nuestros yerros, si algunos cometemos, dan origen a enfados pesados como el plomo. Pero también si nos encontramos a alguien que nos debe agradecimiento, enseguida lo recordamos. ¡Cuántas veces nos hallamos con alguien al que debemos gratitud y no pensamos en ello! Por ello, al hacer un favor, es preciso rematar la buena acción, perdonando la previsible ingratitud.

Dicen que vale más prometer que dar, porque la esperanza obliga más que la gratitud. En política se usa mucho el “prometed, prometed todo lo que podáis; porque la esperanza es más viva que la gratitud”. La ingratitud, amnesia del corazón, es hija de la soberbia. La ingratitud más odiosa, pero también la más común y antigua, es la de los hijos hacia sus padres.

Respetemos y rindamos gratitud a quienes debemos reconocimiento, empezando por nuestros mayores. Seamos olvidadizos respecto a las ofensas, pero cálidos y prontos en el agradecimiento. La gratitud es una virtud más propia de los desventurados que de los afortunados. Un proverbio alemán señala que “El trigo y la gratitud sólo crecen en una buena tierra”. Por eso decimos: Es de bien nacidos, ser agradecidos. Incluso una plegaria dice: “Señor que tanto nos das, sé misericordioso y concédenos algo más: un corazón agradecido”.

Rompamos la “lista tonta de rencores” y escribamos una extendida “lista colorista y lista”, con los nombres de aquéllos a quienes más debemos. Y acerquémonos hasta ellos, o llamémosles, para trasmitirles nuestro afecto. La gratitud se expresa con una palabra-talismán, de sorprendente efecto, que hemos de usar muchas veces al día y que es la primera que debemos aprender en todos los idiomas hablados y gestuales. Simplemente consiste en decir, con una amplia sonrisa,… ¡Gracias!

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/listas.htm