El "Azor" y las Azores

El dictador Franco se recluía en el yate “Azor” para apartarse de su aislamiento. Hoy tres presidentes democráticos transformados en aves de rapiña, arrinconados por la humanidad pacifista, se confinan en las Azores codiciando el pillaje del final de la historia.

Sin azorarse, este trío calavera que no ha podido comprar ni chantajear los votos de países sensatos (Chapeau! a la diplomacia europeísta pacificadora), está buscando excusas para una guerra mundial, en la que, con una estimación optimista del Pentágono, sólo morirán 5.000 niños y varios millares de civiles. Pocos –según ellos- a cambio de las reservas petrolíferas del botín.

Si se atreven a prender la mecha de la guerra del choque de civilizaciones sin el amparo del derecho internacional ni de la ONU, hagamos que les cueste el puesto ante las urnas, y -si es posible- la cárcel ante los tribunales internacionales.

Voto, pancarta, prensa

En democracia los papeles de la ciudadanía se resumen en tres: voto, pancarta y prensa. En este país, los menos jóvenes conocimos una dilatada época en la que no pudimos votar, ni manifestarnos, ni disfrutar de medios de comunicación libres. Hoy hemos de ganar otra paz: la de Irak. La papeleta de voto quedó cautiva hasta la próxima consulta electoral. Nos queda el cartelón en las movilizaciones masivas, y nuestra presencia pacifista en las radios, las televisiones y los periódicos no sumisos, donde debe resonar nuestra exigencia de paz.

Frustraremos esta guerra sin derecho, macro-terrorismo puro a escala mundial de los dirigentes vendidos al odio y al interés. Gritemos que no queremos una guerra breve, sino una larga paz, porque jamás hubo guerra buena o mala paz. El único medio de vencer en una guerra es evitarla. Reclamemos nuestro botín de paz: la vida de tantos inocentes iraquíes. "Nuestras vidas empiezan a terminar el día que nos callemos antes las cosas que importan", dijo Luther King y McLuhan señaló que “La televisión rompió el confort del cuarto de estar con la brutalidad de la guerra. El fin de la guerra de Vietnam se decidió en los cuartos de estar, no en los campos de batalla”.

¡Activismo de pancarta y selección de prensa pacifista ahora,… e inteligencia de voto el 25 de mayo!

Paloma encarcelada

Fue todo muy fugaz. La papelería estaba casi vacía. Mientras los pocos madrugadores comprábamos la prensa, entró volando una blanca paloma. Quizá prefirió la caldeada atmósfera del recinto ante el frío matutino de Getxo. Aleteando sin cesar, su habitual arrullo se transformó en un angustioso bramido, mientras sobrevolaba y chocaba repetidamente contra el cristal del escaparate, tratando de huir de aquella transparente jaula irrompible. Tras un estruendoso golpe final, cayó tendida, muy cerca de la puerta. Contemplamos el cuerpo de la zurita, extrañamente pesado, que sólo la muerte podía abatir.

Aquella mensajera era un símbolo de la paz, ¿o de la libertad?, que buscaba un nido de corazones. Pareció resonar la poesía de Alberti:

‘‘Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.

Creyó que el mar era el cielo;
que la noche, la mañana.
Se equivocaba’’.

Todos sentimos el dolor de la paloma, su agonía,… Nuestro sentimiento hermanado invocaba a aquel torcaz Lázaro: ‘‘¡Levántate y vuela!’’. Necesitábamos recuperar esa nívea tórtola que rompe fronteras de odio, y ese revoloteo de calma que cubre el alma, para que en cada despertar a todos nos nazca el alba. Ante la solemne quietud silenciosa, sorpresivamente la pichona, dulce y adolescente, nacida en primavera, se alzó y surcó el cielo, como la carta de amor que un día echamos a volar.

Su persistente búsqueda de libertad, y nuestro constante rastreo de paz, darán con la salida. ¡Vuela paloma de la paz!

Al otro lado de la cámara

¿Para qué sirven los blogs?

"Al fin y al cabo, si para algo sirve un blog es para discutir acaloradamente sobre temas banales".
Entrando al trapo

Patafísica

Alfred Jarry, precursor del Dadaísmo, del Surrealismo y del Absurdo, recién llegado a París desde Laval, la ciudad que lo viera nacer el 8 de septiembre 1873, se convirtió en un habitué de los cenáculos frecuentados por los poetas simbolistas. Este alumno de Henri Bergson en la Sorbona, el aún incipiente dramaturgo era ya un hombre extremadamente cultivado, cuando inventó la Patafísica, la “ciencia de las soluciones imaginarias que otorga simbólicamente a las delineaciones de los cuerpos las propiedades de los objetos descritas por su virtualidad”, en su obra Gestos y opiniones del Dr. Faustroll, patafísico.

El término, PataFísica, es una contracción de π τ μετ τ φυσικά («epí ta metá ta physiká»), que se refiere a 'aquello que se encuentra «alrededor» de lo que está «después» de la Física'.