No todas las parejas que se casan, del mismo o diferente sexo, son auténticos matrimonios.
Con toda la polémica que ha surgido sobre si merece llamarse “matrimonio” a toda “unión de hecho”, mi esposa Carmen y yo quisiéramos aportar nuestra modesta opinión como ciudadanos, católicos y que llevamos casados 28 años.
Consideramos que sólo puede hablarse de “matrimonio verdadero” cuando la pareja cumple dos requisitos indispensables: Que entre ambos cónyuges reine el Amor y la Tolerancia.
Siempre ha habido muchos tipos de familias, pero las genuinas son las que se quieren a ojos vista y son comprensivas con las demás familias. "La familia sí importa", por supuesto, pero aún representa más el Cariño y la Solidaridad para con todos nuestros iguales, sin que la fraternidad humana distinga por la preferencia sexual de cada ser humano.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/matrimonio.htm
Proyecto Amor
El revolucionario “Proyecto Amor” consiste en que cada uno se diga: Yo “proyecto amor”.
PROYECTO: ¿Por qué en una tan corta vida gestamos tantos proyectos? Por la noche y al amanecer, creamos proyectos; luego, a lo largo de la jornada, no realizamos sino rutina y tontería. Los proyectos que necesitan de mucho tiempo o muchos recursos para ser ejecutados no tienen éxito casi nunca. La vida en sí debe ser un proyecto factible, lo que ocurre es que no somos sus únicos arquitectos,... pero sí sus principales artífices.
Los perezosos, especialmente, solemos ser grandes proyectistas. Algunos vamos camino de la jubilación y, todavía, forjamos grandes proyectos. Nos decimos: “Voy a hacer esto, lo otro y lo de más allá. Y, en efecto, muy pronto iremos a parar al ‘Más allá’”. Pero antes de que eso ocurra, aún estamos a tiempo de programarnos un proyecto alcanzable, grandioso y gratificante.
AMOR: ¿Qué cuarto, qué casa, qué barrio, qué pueblo preferimos entre los millones que existen? ¿Por qué apreciamos a nuestras amistades por encima de todas las demás? ¿Por qué incluso llegamos a amar tanto esos pequeños objetos que atesoramos? ¿Qué tiene de especial esa concha marina que conservamos desde la niñez?
Nos sucede a todos. Extrañamente preferimos unos viejos zapatos, una prenda desgastada, nuestro humilde bonsái o el habitual paseo cotidiano frente a cualquier otra alternativa. A mí que no me quiten mi quebrantado sillón que tantas horas y veladas me ha soportado por otro más moderno. Sé que algún día me lo sustituirá mi esposa Carmen, pero será en mi ausencia y sin mi aquiescencia.
En cada persona, e incluso en cada objeto, amamos, en suma, lo que nosotros ponemos en él. Admiramos casi siempre por razones fundadas, pero generalmente amamos sin motivos inteligibles. Cuando amamos, el corazón es el que juzga principalmente. Sólo amamos de verdad, cuando aceptamos por lo que es a quien o a lo que amamos. Así se puede adorar una desvaída fotografía de nuestra madre, más que cualquier cuadro famoso y costoso.
PROYECTO AMOR: La polisemia de “proyecto”, nos ofrece una solución vital asequible y valiosa. Sumémonos al proyecto de decir “proyecto amor”. León Tolstoi dijo que “El único refugio contra la desesperación es proyectar el propio yo dentro del mundo”. Quizá así emulamos la descripción bíblica de que la Divinidad proyectó a la Humanidad como un remoto reflejo de su esencia.
Sólo odiamos, lo mismo que sólo amamos, lo que en algo, de algún modo, se nos parece; lo absolutamente contrario no nos merece ni amor ni odio, sólo indiferencia. El mundo se proyecta en nuestro yo, pero aún más el yo se proyecta hacia el mundo. La vida se vuelve gris sin amor. Jacques Brel cantaba que “Hay palabras negras y palabras blancas, y otras que vivimos cuando amamos o cuando sufrimos y que se vuelven de colores”.
Es fácil comprobar que todo funciona bien en la vida cuando realmente nos amamos, es decir, cuando nos aprobamos exactamente tal como somos. Aceptémonos a nosotros mismos y a los demás, tal como somos, lo que incluye una insaciable voluntad de mejora perpetua. Sólo vivimos en este mundo cuando lo amamos, aún en sus detalles más minúsculos. Únicamente es eternidad el tiempo en que perfeccionamos y amamos a quienes y a lo que tenemos cerca.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/amor.htm
PROYECTO: ¿Por qué en una tan corta vida gestamos tantos proyectos? Por la noche y al amanecer, creamos proyectos; luego, a lo largo de la jornada, no realizamos sino rutina y tontería. Los proyectos que necesitan de mucho tiempo o muchos recursos para ser ejecutados no tienen éxito casi nunca. La vida en sí debe ser un proyecto factible, lo que ocurre es que no somos sus únicos arquitectos,... pero sí sus principales artífices.
Los perezosos, especialmente, solemos ser grandes proyectistas. Algunos vamos camino de la jubilación y, todavía, forjamos grandes proyectos. Nos decimos: “Voy a hacer esto, lo otro y lo de más allá. Y, en efecto, muy pronto iremos a parar al ‘Más allá’”. Pero antes de que eso ocurra, aún estamos a tiempo de programarnos un proyecto alcanzable, grandioso y gratificante.
AMOR: ¿Qué cuarto, qué casa, qué barrio, qué pueblo preferimos entre los millones que existen? ¿Por qué apreciamos a nuestras amistades por encima de todas las demás? ¿Por qué incluso llegamos a amar tanto esos pequeños objetos que atesoramos? ¿Qué tiene de especial esa concha marina que conservamos desde la niñez?
Nos sucede a todos. Extrañamente preferimos unos viejos zapatos, una prenda desgastada, nuestro humilde bonsái o el habitual paseo cotidiano frente a cualquier otra alternativa. A mí que no me quiten mi quebrantado sillón que tantas horas y veladas me ha soportado por otro más moderno. Sé que algún día me lo sustituirá mi esposa Carmen, pero será en mi ausencia y sin mi aquiescencia.
En cada persona, e incluso en cada objeto, amamos, en suma, lo que nosotros ponemos en él. Admiramos casi siempre por razones fundadas, pero generalmente amamos sin motivos inteligibles. Cuando amamos, el corazón es el que juzga principalmente. Sólo amamos de verdad, cuando aceptamos por lo que es a quien o a lo que amamos. Así se puede adorar una desvaída fotografía de nuestra madre, más que cualquier cuadro famoso y costoso.
PROYECTO AMOR: La polisemia de “proyecto”, nos ofrece una solución vital asequible y valiosa. Sumémonos al proyecto de decir “proyecto amor”. León Tolstoi dijo que “El único refugio contra la desesperación es proyectar el propio yo dentro del mundo”. Quizá así emulamos la descripción bíblica de que la Divinidad proyectó a la Humanidad como un remoto reflejo de su esencia.
Sólo odiamos, lo mismo que sólo amamos, lo que en algo, de algún modo, se nos parece; lo absolutamente contrario no nos merece ni amor ni odio, sólo indiferencia. El mundo se proyecta en nuestro yo, pero aún más el yo se proyecta hacia el mundo. La vida se vuelve gris sin amor. Jacques Brel cantaba que “Hay palabras negras y palabras blancas, y otras que vivimos cuando amamos o cuando sufrimos y que se vuelven de colores”.
Es fácil comprobar que todo funciona bien en la vida cuando realmente nos amamos, es decir, cuando nos aprobamos exactamente tal como somos. Aceptémonos a nosotros mismos y a los demás, tal como somos, lo que incluye una insaciable voluntad de mejora perpetua. Sólo vivimos en este mundo cuando lo amamos, aún en sus detalles más minúsculos. Únicamente es eternidad el tiempo en que perfeccionamos y amamos a quienes y a lo que tenemos cerca.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/amor.htm
Atención estimulada
"La capacidad de atención del hombre es limitada y debe ser constantemente espoleada por la provocación".
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Albert Camus. |
Tocaba. 59 años desde la muerte de Camus, un tipo que escribía esta carta a su maestro de escuela, tras recibir el Nobel de Literatura. pic.twitter.com/Vq7pYPtIKT— Miguel A. Rodríguez (@Marodriguez1971) 4 de enero de 2019
Matemática política
Aplicando la Lógica Matemática a la Política para ofrecer una mejorada descripción de nuestra sociedad.
Antecedentes: Habitualmente, en política se hacen muchas “cuentas de la vieja”, y lo que es aún peor, demasiadas “cuentas de la lechera”. Los partidos se ven a sí mismos, y a sus propios electorados, más como “rebaños” que como “fuerzas”. Y claro, los rebaños sólo pueden “contarse” aritméticamente, mientras que las fuerzas pueden “componerse” geométricamente.
La Ciencia inventó los vectores y los tensores, cuando los números no fueron suficientes para interpretar los fenómenos naturales. Los números sólo expresan cantidades escalares, mientras que los vectores incluyen cuantía (módulo), dirección y sentido. Los tensores o matrices son vectores multidimensionales, de mayor complejidad, de necesidad obligada en Física, Economía,… o Política. Como ejemplo de metáfora del progreso de la Historia con validez en la política pragmática, señalemos que los vectores explican cómo un montañero corona una montaña por pendientes accesibles o cómo un velero puede avanzar en zigzag contra el viento.
La política sigue en la prehistoria matemática, cuando se contaba con los dedos o se creía en la numerología. Exceptuando la Estadística, manejada por asesores externos para la azarosa predicción de resultados electorales, y una Tabla de Cálculo para la Ley d’Hont, sólo se utiliza la Aritmética más simple en la política. Ya en el siglo VI A.C., el filósofo griego Pitágoras sugirió que "la naturaleza geometriza", por lo que convendría en política manejar, al menos, vectores y no sólo números.
Si en países bipartidistas, o cuasibipartidistas, la mera aritmética numérica es insuficiente en el análisis político, aún lo es aún más en casos como la política vasca, donde los partidos significativos son más de siete. Así se producen en el Parlamento Vasco los frecuentes bloqueos numéricos de “empate infinito” o el “repita usted 33”,... mientras se cuentan y descuentan los escaños. Simple “teoría de conjuntos” y subconjuntos disjuntos. Aquello de si tengo 29 pero me quitan 7, más 3 y 1 que negocio, 7 que me suman temporalmente, menos 19 y 14 regalados, con 9 que no juegan a nada, me dan… ¡CERO PATATERO!
Porque a base de manejar sólo números, los políticos han llegado a poder ser clasificados como los tipos de números. Existen números y políticos naturales, nulos, negativos, enteros, racionales, irracionales, reales, imaginarios, trascendentes, complejos,… Incluso abundan hasta el infinito los números y los políticos primos, abundantes, amigos, defectivos o deficientes, perfectos, sociables, pares e impares, infinitos o transfinitos, superreales, hiperreales, subrreales,…
Mantenemos la vaga esperanza de que esta infrecuente asociación entre Matemáticas y Política nos sugieran a todos algunas reflexiones sobre las posibles combinatorias de los partidos políticos. Queremos que la “clase política” con sus quebraderos y quebrados “solucionen nuestros problemas” con nuevas fórmulas de adicionar, componer o reunir alianzas. De ahí que convenga observar bien con quién se complementa cada cual y, sobre todo, con quién se multiplica.
Conclusión: Se recomiendan clases adicionales de Matemáticas de la ESO para los políticos, a fin de que progresen desde las “sumas numéricas” hasta las “composiciones vectoriales” (véase la imagen adjuntada). Q.E.D., el viejo epílogo matemático ‘como se quería demostrar’ (Quad Est Demonstrandum).
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2005/mate.htm
Antecedentes: Habitualmente, en política se hacen muchas “cuentas de la vieja”, y lo que es aún peor, demasiadas “cuentas de la lechera”. Los partidos se ven a sí mismos, y a sus propios electorados, más como “rebaños” que como “fuerzas”. Y claro, los rebaños sólo pueden “contarse” aritméticamente, mientras que las fuerzas pueden “componerse” geométricamente.
La Ciencia inventó los vectores y los tensores, cuando los números no fueron suficientes para interpretar los fenómenos naturales. Los números sólo expresan cantidades escalares, mientras que los vectores incluyen cuantía (módulo), dirección y sentido. Los tensores o matrices son vectores multidimensionales, de mayor complejidad, de necesidad obligada en Física, Economía,… o Política. Como ejemplo de metáfora del progreso de la Historia con validez en la política pragmática, señalemos que los vectores explican cómo un montañero corona una montaña por pendientes accesibles o cómo un velero puede avanzar en zigzag contra el viento.
La política sigue en la prehistoria matemática, cuando se contaba con los dedos o se creía en la numerología. Exceptuando la Estadística, manejada por asesores externos para la azarosa predicción de resultados electorales, y una Tabla de Cálculo para la Ley d’Hont, sólo se utiliza la Aritmética más simple en la política. Ya en el siglo VI A.C., el filósofo griego Pitágoras sugirió que "la naturaleza geometriza", por lo que convendría en política manejar, al menos, vectores y no sólo números.
Si en países bipartidistas, o cuasibipartidistas, la mera aritmética numérica es insuficiente en el análisis político, aún lo es aún más en casos como la política vasca, donde los partidos significativos son más de siete. Así se producen en el Parlamento Vasco los frecuentes bloqueos numéricos de “empate infinito” o el “repita usted 33”,... mientras se cuentan y descuentan los escaños. Simple “teoría de conjuntos” y subconjuntos disjuntos. Aquello de si tengo 29 pero me quitan 7, más 3 y 1 que negocio, 7 que me suman temporalmente, menos 19 y 14 regalados, con 9 que no juegan a nada, me dan… ¡CERO PATATERO!
Porque a base de manejar sólo números, los políticos han llegado a poder ser clasificados como los tipos de números. Existen números y políticos naturales, nulos, negativos, enteros, racionales, irracionales, reales, imaginarios, trascendentes, complejos,… Incluso abundan hasta el infinito los números y los políticos primos, abundantes, amigos, defectivos o deficientes, perfectos, sociables, pares e impares, infinitos o transfinitos, superreales, hiperreales, subrreales,…
Mantenemos la vaga esperanza de que esta infrecuente asociación entre Matemáticas y Política nos sugieran a todos algunas reflexiones sobre las posibles combinatorias de los partidos políticos. Queremos que la “clase política” con sus quebraderos y quebrados “solucionen nuestros problemas” con nuevas fórmulas de adicionar, componer o reunir alianzas. De ahí que convenga observar bien con quién se complementa cada cual y, sobre todo, con quién se multiplica.
Conclusión: Se recomiendan clases adicionales de Matemáticas de la ESO para los políticos, a fin de que progresen desde las “sumas numéricas” hasta las “composiciones vectoriales” (véase la imagen adjuntada). Q.E.D., el viejo epílogo matemático ‘como se quería demostrar’ (Quad Est Demonstrandum).
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2005/mate.htm
Sonido familiar
Una historia que les sonará familiar, acerca de un medio donde el sonido se propaga lastimosamente lento.
Hace muchos siglos los pensadores intuyeron que el sonido se propaga en el aire como las ondas en el agua. Los primeros fueron el filósofo griego Crisipo (año 240 a. C.) y el arquitecto romano Vitruvio (siglo I a. C.). Hubo de esperarse hasta el siglo XVII, para conocer con mayor detalle la transmisión del sonido tras establecer Galileo la base del “método científico”.
Fue el propio Galileo (1564-1642) quien calculó por primera vez la velocidad del sonido, de una forma sencilla. Con la colaboración de un artillero, una medianoche dispararon una salva (sólo con pólvora), mientras observaban desde un monte próximo, a unos 3.500 metros del cañón. Con ayuda de un primitivo reloj inventado por Galileo, el "pulsilogium", contaron el tiempo transcurrido desde que se vio el fogonazo hasta que se oyó el estruendo. Fueron aproximadamente 10 segundos, por lo que Galileo exclamó en voz alta: ¡350 metros por segundo!
Poco después, el monje y matemático francés Marin Mersenne (1588-1648) realizó medidas precisas del retorno de un eco y calculó un valor más exacto de la velocidad del sonido. Por ello, Mersenne es considerado el padre de la Acústica, si bien es mucho más conocido en el mundo matemático por sus famosos (números) primos. En 1660, el científico inglés Robert Boyle (1627-1691) demostró que el sonido necesitaba un medio gaseoso, líquido o sólido para su transmisión, comprobando que una campana era inaudible en el vacío. El gran físico británico Isaac Newton (1643-1727) demostró que la propagación del sonido a través de cualquier fluido depende de sus propiedades, como la elasticidad o la densidad.
El siglo XVIII permitió el desarrollo del cálculo, con contribuciones de científicos suizos como Johann Bernoulli (1667-1748) y Leonhard Euler (1707-1783), y franceses, como Jean le Rond d'Alembert (1717-1783) y Joseph Louis Lagrange (1736 - 1813). Finalmente, en el siglo XIX se alcanzó una descripción completa del sonido mediante el análisis armónico, desarrollado en 1822 por el matemático francés Joseph Fourier (1768-1830) y aplicado al sonido por el físico alemán Georg Simon Ohm (1789-1854).
El sonido es una vibración que recorre un material haciendo que sus moléculas se contraigan o expandan. Por ello, el sonido no viaja en el vacío, a diferencia de las ondas electromagnéticas (como la luz) que no necesitan ningún éter de soporte. La velocidad del sonido varía según el medio y la temperatura: En aire a 20ºC viaja a 343 m/s, en aire a 100ºC a 390 m/s; en agua a 20ºC llega a 1.483 m/s y en acero alcanza los 5.060 m/s.
Sorprendentemente existe un medio, el entorno familiar, donde el sonido se oye casi instantáneamente… pero se escucha al cabo de una generación. Los padres damos múltiples consejos a nuestros hijos durante sus etapas infantil y juvenil: Estudia, aprende, lee, organízate, escucha a tus mayores, elige buenas amistades,… Los niños parece que atienden, pero no lo aplican. Los jóvenes lo rechazan directamente. Pero hay que insistir… El sonido les va llegando… muy vagamente. Los progenitores no debemos desesperar… Continuemos día tras día con buenos consejos y con mejores ejemplos.
Aparentemente pasan los años infructuosamente… Hasta que un día, tu hijo o tu hija te sorprenden. Me está pasando recientemente, de forma reiterada. Por ejemplo, uno de mis hijos me cuenta: “Anoche, tras revisar lo que puede del temario, me fui a dormir pronto para estar despejado por la mañana. Creo que fue una buena decisión, porque he rendido más en el examen”. Le contesto: “Has hecho muy bien, en lugar de estar toda la noche repasando y llegar dormido a la prueba. ¿Quién te lo ha aconsejado?”. Respuesta de nota: “¡Aita (papá en lengua vasca)!, ¿te has olvidado que tú siempre nos lo dices?”.
La humanidad ha conseguido construir artefactos, como el avión supersónico X-43 de la NASA que vuela a 11.265 km/h y supera en más de 10 veces la barrera del sonido (Mach 10). Pero hemos de mejorar mucho la educación para que en la comunicación familiar, la velocidad de propagación de la sabiduría de los abuelos no requiera toda una generación para ser traspasada a los padres, y otra generación para alcanzar a los nietos.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/sonido.htm
Hace muchos siglos los pensadores intuyeron que el sonido se propaga en el aire como las ondas en el agua. Los primeros fueron el filósofo griego Crisipo (año 240 a. C.) y el arquitecto romano Vitruvio (siglo I a. C.). Hubo de esperarse hasta el siglo XVII, para conocer con mayor detalle la transmisión del sonido tras establecer Galileo la base del “método científico”.
Fue el propio Galileo (1564-1642) quien calculó por primera vez la velocidad del sonido, de una forma sencilla. Con la colaboración de un artillero, una medianoche dispararon una salva (sólo con pólvora), mientras observaban desde un monte próximo, a unos 3.500 metros del cañón. Con ayuda de un primitivo reloj inventado por Galileo, el "pulsilogium", contaron el tiempo transcurrido desde que se vio el fogonazo hasta que se oyó el estruendo. Fueron aproximadamente 10 segundos, por lo que Galileo exclamó en voz alta: ¡350 metros por segundo!
Poco después, el monje y matemático francés Marin Mersenne (1588-1648) realizó medidas precisas del retorno de un eco y calculó un valor más exacto de la velocidad del sonido. Por ello, Mersenne es considerado el padre de la Acústica, si bien es mucho más conocido en el mundo matemático por sus famosos (números) primos. En 1660, el científico inglés Robert Boyle (1627-1691) demostró que el sonido necesitaba un medio gaseoso, líquido o sólido para su transmisión, comprobando que una campana era inaudible en el vacío. El gran físico británico Isaac Newton (1643-1727) demostró que la propagación del sonido a través de cualquier fluido depende de sus propiedades, como la elasticidad o la densidad.
El siglo XVIII permitió el desarrollo del cálculo, con contribuciones de científicos suizos como Johann Bernoulli (1667-1748) y Leonhard Euler (1707-1783), y franceses, como Jean le Rond d'Alembert (1717-1783) y Joseph Louis Lagrange (1736 - 1813). Finalmente, en el siglo XIX se alcanzó una descripción completa del sonido mediante el análisis armónico, desarrollado en 1822 por el matemático francés Joseph Fourier (1768-1830) y aplicado al sonido por el físico alemán Georg Simon Ohm (1789-1854).
El sonido es una vibración que recorre un material haciendo que sus moléculas se contraigan o expandan. Por ello, el sonido no viaja en el vacío, a diferencia de las ondas electromagnéticas (como la luz) que no necesitan ningún éter de soporte. La velocidad del sonido varía según el medio y la temperatura: En aire a 20ºC viaja a 343 m/s, en aire a 100ºC a 390 m/s; en agua a 20ºC llega a 1.483 m/s y en acero alcanza los 5.060 m/s.
Sorprendentemente existe un medio, el entorno familiar, donde el sonido se oye casi instantáneamente… pero se escucha al cabo de una generación. Los padres damos múltiples consejos a nuestros hijos durante sus etapas infantil y juvenil: Estudia, aprende, lee, organízate, escucha a tus mayores, elige buenas amistades,… Los niños parece que atienden, pero no lo aplican. Los jóvenes lo rechazan directamente. Pero hay que insistir… El sonido les va llegando… muy vagamente. Los progenitores no debemos desesperar… Continuemos día tras día con buenos consejos y con mejores ejemplos.
Aparentemente pasan los años infructuosamente… Hasta que un día, tu hijo o tu hija te sorprenden. Me está pasando recientemente, de forma reiterada. Por ejemplo, uno de mis hijos me cuenta: “Anoche, tras revisar lo que puede del temario, me fui a dormir pronto para estar despejado por la mañana. Creo que fue una buena decisión, porque he rendido más en el examen”. Le contesto: “Has hecho muy bien, en lugar de estar toda la noche repasando y llegar dormido a la prueba. ¿Quién te lo ha aconsejado?”. Respuesta de nota: “¡Aita (papá en lengua vasca)!, ¿te has olvidado que tú siempre nos lo dices?”.
La humanidad ha conseguido construir artefactos, como el avión supersónico X-43 de la NASA que vuela a 11.265 km/h y supera en más de 10 veces la barrera del sonido (Mach 10). Pero hemos de mejorar mucho la educación para que en la comunicación familiar, la velocidad de propagación de la sabiduría de los abuelos no requiera toda una generación para ser traspasada a los padres, y otra generación para alcanzar a los nietos.
Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/sonido.htm
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