El pasado 8 de octubre comenzó el curso académico con un total de 288.330 escolares en la Comunidad Autónoma Vasca. Aquel día el alumnado de origen alóctono alcanzaba la cifra de 14.999 escolarizados. Una semana después se habían incorporado más de dos centenares de escolares recién llegados, que fueron ubicados por las comisiones de escolarización territoriales atendiendo, en la medida de lo posibles, sus preferencias de modelo lingüístico, titularidad de centro y ubicación.
Los progenitores de este alumnado recién incorporado optaron por el modelo A en un 48%, mientras que el 27% eligió el modelo B y el 25% el modelo D. Todo ello en un panorama general de la educación vasca donde la presencia de los modelos bilingües, D y B, está presente de forma mucho más mayoritaria que la elección de estas familias de origen externo.
Es comprensible que, al venir con hijos e hijas de edades variadas y -a menudo- con algún déficit de escolarización previa, algunos padres y madres decidan optar por la preferencia hacia el castellano, más aún si prevén posibles reubicaciones en otras comunidades castellano parlantes.
Sin embargo, asombra que sean las familias latinoamericanas (que suponen el 63% del total, según datos de 2005), quienes demuestran –en promedio- menor interés por el dominio de las dos lenguas oficiales, a pesar de la gran ventaja que supone conocer y hablar en su entorno familiar una de ellas. Sorprende que quienes poseen otras lenguas de origen, portugués-brasileño (13%), árabe y berebere (12%), rumano (7%), chino (5%), o minoritarias lenguas centroeuropeas… afronten con mayor interés el reto de un nuevo bilingüismo en pro de una mejor integración en la sociedad vasca.
Dos conclusiones se derivan de esta realidad:
1º Es preciso trasladar de modo más convincente a la mentalidad de todas estas esforzadas familias una idea básica para la educación contemporánea: Vivimos en sociedades plurilingües e interculturales, donde la peor lacra sería egresar de las etapas obligatorias educativas siendo monolingües (por poderoso que sea el idioma hablado, inglés, español,…).
2º Urge remodelar el sistema de modelos lingüísticos, que ha cubierto eficazmente una larga etapa de 24 años, pero que -tras los avances conseguidos en la euskaldunización del sistema educativo- provoca ahora graves e indeseados efectos de fracaso escolar agudizado por el “dique de marginación discente” que supone en muchos casos el modelo A.
Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/monolinguismo.htm