Trabajando en la administración, son frecuentes las reclamaciones, pero en contadas ocasiones también se reciben misivas de gratitud.
En medio de una vorágine de fin de curso y de preparación de uno nuevo, hemos recibido una agradable sorpresa doble: Dos cartas de reconocimiento por parte de dos directores de centros públicos. Lo habitual suelo ser que nos apelen, casi siempre con entera cortesía y siguiendo el procedimiento establecido, sobre los recursos humanos o materiales que hemos podido distribuir. Normalmente nos exponen sus necesidades, les explicamos los criterios de atribución y la dificultad de ampliar las dotaciones. En ocasiones excepcionales, revisamos nuestras decisiones y reconocemos la validez de sus quejas, atendiéndolas en segunda vuelta.
Ambas cartas –que no son una amplia muestra, pero sí el 100% de los casos, concurren algunas circunstancias comunes. Son breves, escritas en euskera, enviadas por correo postal, de dos directores varones y desde centros de ámbito alejado de la capital: Una desde Durango y otra desde Aulesti. Son dos centros de tamaño diferente, uno amplio de Enseñanza Secundaria y otro pequeño, una Escuela Unitaria (Eskola Txikia).
Dicen que el agradecimiento es la memoria del corazón. Además, indica humildad, dado que los orgullosos rara vez son agradecidos, porque todo lo que reciben creen que es merecido. Por último, también demuestra que lo concedido fue justo, porque quien recibe lo que no merece, pocas veces lo agradece.
Dado que se escriben pocas misivas de este tipo, sirva la presente como carta de agradecimiento… a quienes las escribieron en primer lugar.
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/agradecimiento.DOC
En medio de una vorágine de fin de curso y de preparación de uno nuevo, hemos recibido una agradable sorpresa doble: Dos cartas de reconocimiento por parte de dos directores de centros públicos. Lo habitual suelo ser que nos apelen, casi siempre con entera cortesía y siguiendo el procedimiento establecido, sobre los recursos humanos o materiales que hemos podido distribuir. Normalmente nos exponen sus necesidades, les explicamos los criterios de atribución y la dificultad de ampliar las dotaciones. En ocasiones excepcionales, revisamos nuestras decisiones y reconocemos la validez de sus quejas, atendiéndolas en segunda vuelta.
Ambas cartas –que no son una amplia muestra, pero sí el 100% de los casos, concurren algunas circunstancias comunes. Son breves, escritas en euskera, enviadas por correo postal, de dos directores varones y desde centros de ámbito alejado de la capital: Una desde Durango y otra desde Aulesti. Son dos centros de tamaño diferente, uno amplio de Enseñanza Secundaria y otro pequeño, una Escuela Unitaria (Eskola Txikia).
Dicen que el agradecimiento es la memoria del corazón. Además, indica humildad, dado que los orgullosos rara vez son agradecidos, porque todo lo que reciben creen que es merecido. Por último, también demuestra que lo concedido fue justo, porque quien recibe lo que no merece, pocas veces lo agradece.
Dado que se escriben pocas misivas de este tipo, sirva la presente como carta de agradecimiento… a quienes las escribieron en primer lugar.
Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/agradecimiento.DOC