Test de inteligencia
El test se basa en la lógica, pero está a la vez diseñado para evaluar aprendizaje, memoria, reflexión innovadora, además de la capacidad de combinar varios planteamientos simultáneamente.
Personajes imaginarios: El "tío Pepe"
Hace veinte años, cuando nuestros hijos eran pequeños, en nuestra casa alquilada de Mil Palmeras habitaba un duende amistoso que nos preservaba de miedos y de robos. Nuestros vecinos nos oían frases como éstas: “Este año también hemos traído al tío Pepe”, “subid a jugar o a aprender con el tío Pepe”, “dejamos en casa al tío Pepe”,…
Sólo nuestros amigos conocían y habían visto y tratado con “nuestro tío Pepe”, que dormía en la habitación principal y que cada año era diferente, aunque muy parecido. Poco a poco, el “tío Pepe” se hizo más pequeño, y desde hace algunos veranos traemos no uno, sino varios “tíos Pepe”. Sigue siendo nuestra jerga habitual, aunque cada vez menos necesaria porque en muchas de las casas colindantes también habitan otros “tíos Pepe”.
El “tío Pepe” desde hace nueve años no sería nada si no se conectase a Internet, porque el “tío Pepe” es un ordenador, más y más portátil, en nuestra particular denominación familiar.
Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2007/tiopepe.DOC
La relatividad del caracol
Al cabo de tres meses, vuelven a llamar. Sale el dueño y se encuentra al mismo caracol, que le pregunta:
- "Oye, tú, la patada de antes,... ¿a qué ha venido?".
Viaje a la guerra: Conocer nuestro mundo en nuestro tiempo
Los dos paraísos: Un cuento que habla de amistad
Hay veces que lleva un tiempo para que los muertos se den cuenta de su nueva condición. La caminata era muy larga, cuesta arriba. El sol era fuerte y los tres estaban empapados en sudor y con mucha sed. Precisaban desesperadamente agua. En una curva del camino, avistaron un portón magnífico, todo de mármol, que conducía a una plaza calzada con bloques de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde brotaba agua cristalina. El caminante se dirigió al hombre que desde una garita cuidaba de la entrada, bajo el rótulo de "PARAÍSO".
-Buen día -dijo el caminante.
-Buen día -respondió el hombre.
-¿Qué lugar es este, tan lindo? -preguntó el caminante.
-Esto es el cielo -fue la respuesta.
-Qué bueno que llegamos al cielo, estamos con mucha sed -dijo el caminante.
-Usted puede entrar a beber agua a voluntad -dijo el guardián, indicándole la fuente.
-Mi caballo y mi perro también están con sed.
-Lo lamento mucho -le dijo el guarda-. Aquí no se permite la entrada de animales.
El hombre se sintió muy decepcionado porque su sed era grande. Mas él no bebería, dejando a sus amigos con sed. De esta manera, prosiguió su camino. Después de mucho caminar cuesta arriba, con la sed y el cansancio multiplicados, llegaron a un sitio cuya entrada estaba marcada por un portón viejo semiabierto. El portón daba a un camino de tierra, con árboles de ambos lados que le hacían sombra. A la sombra de uno de los árboles, un hombre estaba recostado, con la cabeza cubierta por un sombrero; parecía que dormía...
-Buen día -dijo el caminante.
-Buen día -respondió el hombre.
-Estamos con mucha sed, yo, mi caballo y mi perro.
-Hay una fuente en aquellas piedras -dijo el hombre indicando el lugar-. Pueden beber a voluntad.
El hombre, el caballo y el perro fueron hasta la fuente y saciaron su sed.
-Muchas gracias -dijo el caminante al salir.
-Vuelvan cuando quieran -respondió el hombre.
-A propósito -dijo el caminante- ¿cuál es el nombre de este lugar?
-Cielo -respondió el hombre.
-¿Cielo? ¡Mas si el hombre en la guardia de al lado del portón de mármol me dijo que allí era el cielo!
-Aquello no es el cielo, aquello es el infierno.
El caminante quedó perplejo. Dijo:
-Esa información falsa debe causar grandes confusiones.
-De ninguna manera -respondió el hombre-. En verdad ellos nos hacen un gran favor. Porque allí quedan aquellos que son capaces de abandonar a sus mejores amigos. [Autor anónimo. Fuente.]