¿A quien ama el profesorado? El profesorado de Infantil ama a su alumnado; el de Primara ama a su clase; el de Secundaria ama a su asignatura y el de la Universidad se ama a sí mismo.
Matizando, el profesorado de Infantil quiere a cada uno de "sus niños", como a un hijo o nieto, sin importarle su diversidad. El de Primaria observa qué tal grupo le corresponde este año o ciclo,... a veces incluso se diría que ama hasta "su aula", que personaliza con cariño. El profesorado de Secundaria (incluida la FP) deambula por clases y se preocupa de "su materia", en tanto el de Universidad llega a pensar cuán molesto es el alumnado que le distrae de "su carrera" de investigación.
De los de Bachillerato no se supone nada, pero están entre los de las etapas contiguas. Realmente, es preciso todos esos modos de aprecio y cariño: a cada persona con quien aprendemos, al grupo que formamos, a la temática que nos apasiona e incluso una aceptación de quién somos.
Quizá por esta verdad a medias, convendría comenzar a ser docente universitario e ir ascendiendo de grado descendiendo en la edad de nuestro alumnado, hasta estar preparado para la máxima categoría: Ser Profesorado de Infantil. Justamente un sentido de carrera docente muy inhabitual, pero que sería acorde en máxima calidad docente en las edades tempranas donde más decisiva.
Este viejo chiste fue recordado por
Alberto Arriazu, Director del
IES Navarro Villoslada (de Iruña) y Presidente de
FEDADI, en una memorable cena preparatoria de la
XI Jornada FADESIB en el
Restaurante Los Rafaeles de Mallorca junto con
Manel Perelló (perfecto anfitrión),
Josep Menéndez Cabrera,
Josep M. Esteve Gibert,
Alberto del Pozo y
Mireia, Carmen de la Sen,,...
Con este post iniciamos una serie bajo la etiqueta de
Disparates, o
#TEDisparatadas (Tesis Educativas Disparatadas. Se admiten sugerencias de ideas... aparentemente desquiciadas, pero que contengan alguna propuesta digna de ser considerada.