En Cuba, el régimen de gobierno de Castro, mantenido ininterrumpidamente desde 1959, no es democrático, ni respeta la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La represión de los disidentes políticos, el modelo de partido único y la ausencia de pluralismo político son inadmisibles. Otro indeseable efecto ha sido la reciente reactivación de las ejecuciones, con tres fusilados el pasado 14 de abril, tras un juicio sumario. En Cuba actualmente hay, al menos, otros 50 condenados a muerte. Por último, siempre debemos diferenciar a la ciudadanía respecto a la actuación de su gobierno, y más aún si éste no ha sido democráticamente elegido. El Pueblo Cubano, como todos los Pueblos, merece nuestra solidaridad plena y todo nuestro apoyo por las difíciles circunstancias que han vivido durante décadas de ausencia democrática y de embargo norteamericano.
Simultáneamente en la misma isla, y con la misma antigüedad, se perpetúa el anacronismo colonial de la base militar de Guantánamo, convertido en un infernal “campo de concentración” y un “limbo jurídico”, donde se acumulan centenares de presos de Afganistán e Irak, incluidos algunos menores de 16 años. Según la Corte de Apelaciones de Washington, de acuerdo con el Departamento de Justicia de la administración de Bush, estos prisioneros no tienen derechos bajo el sistema legal de Estados Unidos, ni pueden denunciar las condiciones de su detención.
La inhumana pena capital de la que se tuvo noticia, se concentra en el 81% en China, Estados Unidos e Irán, según datos de AI en 2002. Ese año, EE.UU. ejecutó a 71 personas, incluidos tres delincuentes juveniles (hace unos días otro menor ha sido ajusticiado en EE.UU., país de mayor número de ejecuciones juveniles, 13 desde 1990). El 1 de enero del 2003, había más de 3.700 presos norteamericanos condenados a muerte.
Todos pedimos el respeto de todos los Derechos Humanos, pero algunos sólo los exigen para determinada gente y en determinados países. Amnistía Internacional ha denunciado reiteradamente la irrelevancia dada por el gobierno español de Aznar a la situación de los Derechos Humanos en sus relaciones con países como la Federación Rusa o China (menos aún en EE.UU.), con la única excepción de la insistente denuncia a la dictadura castrista en Cuba (sin mención alguna a Guantánamo).
Dar consejo es virtud de segundo orden (¿seguro?)
"Nada hay tan difícil como el arte de hacer agradable un buen consejo". |
Joseph Addison, 1672-1719, político y escritor inglés |
Deportes favoritos
Conservo dos deportes favoritos, y únicos, muy diferentes entre sí. El primero, que muchos no lo consideran siquiera deporte, es minoritario, intelectual, individual y puede practicarse diariamente por Internet: el ajedrez. Mis ajedrecistas predilectos son varios: Morphy, Andersen, Lasker, Capablanca, Alekhine, Fisher, Kasparov, Ivanchuk, Kramnik,… Proceden de países, épocas y culturas muy diferentes, pero su juego es de reconocimiento universal, por encima de lenguas y fronteras.
Mi segundo deporte es de masas. Casi todo el mundo entiende de él, o dice entender. En cualquier sobremesa se opina, se toma partido, se critica, se defiende, parece que todos sabemos cómo arreglar el mundo con nuestro particular criterio. Todos queremos ser entrenadores para quitar o poner jugadores, o para aplicar determinadas tácticas. Yo me lo tomo muy en serio, y sé bien que es un tema de profesionales, y que los aficionados deberíamos estudiar más, escuchar a los expertos, asistir a más encuentros, aprender de los mejores instructores y de los deportistas más ilustres,… importar ideas, adaptarlas, mejorarlas,… pero siempre con nuestros equipos locales. Éste es un deporte de grupo, y las individualidades ayudan y mejoran el rendimiento colectivo, pero sólo si saben integrarse en la filosofía del conjunto, que debe ser representativa de una sociedad.
Siendo de Bilbao, es fácil imaginar cuál es mi equipo favorito. No soy muy original, pero he intentado racionalizar mi elección y lo soy por nacimiento, eso está claro, pero también por vocación. Por “amor propio” dicen ahora, aunque creo que hay otras razones y argumentos. En primer lugar, porque vives más de cerca los partidos que te influyen y te implican más, comprendes mejor las alternativas, puedes comprobar mejor los progresos (y los errores), resulta más fácil ayudar a su ascenso, puedes llegar a ver frecuentemente e, incluso, a conocer personalmente a algunos de sus craks, y además es lo más natural: defender lo tuyo, respetando a todos los demás forofos de los otros clubes. Debe quedar bien claro que no habría juego sin la participación de equipos diferentes, y que los defensores de este deporte debemos, ante todo, ser solidarios entre nosotros, sustentando cada uno a nuestros colores dentro de la máxima cortesía.
En segundo lugar he elegido mi club, porque ha destacado siempre por su fair play, lo que siendo decano por su centenaria antigüedad, es muy meritorio y de reconocimiento absoluto por todos sus adversarios… o al menos por los que juegan limpio. Nos enorgullecemos de una historia legendaria con triunfos y con fracasos, de permanente esfuerzo por mejorar, por alcanzar una titularidad europea desde la modestia de nuestra pequeñez, sin recurrir a fichajes externos, con tesón, con esfuerzo, con perseverancia, con formación y educación de nuestra “cantera”.
Yo vivo intensamente esas trascendentes jornadas de domingo. Desafortunadamente nunca he podido verlas desde ningún palco de honor, ni siquiera desde una módica tribuna, porque habitualmente sobrellevo labores secundarias de recuentos que me entretienen, y cuando llego finalmente a casa para ver los resultados por la televisión, cambiando constantemente de canal, ya me he perdido todo el directo de los partidos y sólo me resta leer la clasificación final, válida hasta la siguiente confrontación. Esto es lo que más me fastidia de este deporte: que siendo uno de los aficionados que más disfruta en estos señalados días, se me prive de este inocente goce por encomendarme el equipo de mis amores engorrosas tareas que siempre recaen en los mismos voluntarios. Estoy dispuesto a trabajar todos estos domingos por el club, pero pido terminar a tiempo para ver en ETB, y contrastar en las demás cadenas, los resultados según se van produciendo. Tendré que hablar con algún encargado para que me releve de la última hora de estos quehaceres.
Me considero muy leal con mi equipo, “manque pierda”, y con mi presidente y con mi entrenador de turno. Tenemos ahora un galáctico entrenador que creo que nos llevará muy lejos, seguramente al nivel internacional. Debería ser más crítico, quizá, pero me sucede que sinceramente estimo que el entrenador actual es el mejor de todos los tiempos. ¡Ojalá sigamos acertando así!, aunque las casualidades no existen y es mérito indudable del presidente y de su equipo, elegido por todos nosotros. También sigo, como buen aficionado, la trayectoria de nuestros jugadores, su inicio, su devenir, su retiro,… Algunos son excelentes. Uno, el más famoso de mi pueblo, Iñaki, es muy efectivo, disciplinado y con una visión de juego fabulosa. Levanta pasiones, a favor y en contra.
En mi opinión, los medios de comunicación, excepto unos pocos, nos tienen ojeriza: parece que para ellos todo lo hacemos mal, reprenden al presidente y al entrenador, a los jugadores,... e incluso a la afición. Olvidan que por mucho que se nos critique, lo que importan es que nuestra afición llena el estadio y que los partidos se juegan en el campo, donde jugando ética y deportivamente se obtienen los resultados. No calentando a las hinchadas con encendidas declaraciones para que se produzcan incidentes fuera del terreno de juego. El relevo es una constante en este deporte, y nosotros pronto tendremos elecciones y cambiaremos la presidencia. Pero el equipo seguirá hacia delante, con la nueva directiva. Algunos gacetilleros sacan de contexto las declaraciones de nuestro polémico “presi”, y le hacen parecer tan belicoso como realmente lo son otros presidentes. Los aficionados queremos tranquilidad, espectáculo ordenado, buen juego, atinados “planes” (como el del entrenador), y partidos gloriosos, ganados en justa lid. Necesitamos también periodistas imparciales y ponderados que nos cuenten la competición tal como es, y no como les gustaría que fuese.
La forma moderna de este deporte proviene de las Islas Británicas, como ya habrán podido adivinar. Dicen que allí nació, aunque hay precedentes anteriores, y algunos apuntan que los vascos ya lo practicaron desde la prehistoria en su versión más democrática. Los vascos actuales, en general, todavía somos muy hinchas de este deporte, apoyando a los distintos equipos, algunos quizá demasiado fanáticamente. El próximo encuentro será el 25 de mayo. Me encanta este juego: sólo lamento que por culpa del fútbol, no haya más tiempo en televisión y más periodistas especializados en este deporte-rey: la política.
Mi segundo deporte es de masas. Casi todo el mundo entiende de él, o dice entender. En cualquier sobremesa se opina, se toma partido, se critica, se defiende, parece que todos sabemos cómo arreglar el mundo con nuestro particular criterio. Todos queremos ser entrenadores para quitar o poner jugadores, o para aplicar determinadas tácticas. Yo me lo tomo muy en serio, y sé bien que es un tema de profesionales, y que los aficionados deberíamos estudiar más, escuchar a los expertos, asistir a más encuentros, aprender de los mejores instructores y de los deportistas más ilustres,… importar ideas, adaptarlas, mejorarlas,… pero siempre con nuestros equipos locales. Éste es un deporte de grupo, y las individualidades ayudan y mejoran el rendimiento colectivo, pero sólo si saben integrarse en la filosofía del conjunto, que debe ser representativa de una sociedad.
Siendo de Bilbao, es fácil imaginar cuál es mi equipo favorito. No soy muy original, pero he intentado racionalizar mi elección y lo soy por nacimiento, eso está claro, pero también por vocación. Por “amor propio” dicen ahora, aunque creo que hay otras razones y argumentos. En primer lugar, porque vives más de cerca los partidos que te influyen y te implican más, comprendes mejor las alternativas, puedes comprobar mejor los progresos (y los errores), resulta más fácil ayudar a su ascenso, puedes llegar a ver frecuentemente e, incluso, a conocer personalmente a algunos de sus craks, y además es lo más natural: defender lo tuyo, respetando a todos los demás forofos de los otros clubes. Debe quedar bien claro que no habría juego sin la participación de equipos diferentes, y que los defensores de este deporte debemos, ante todo, ser solidarios entre nosotros, sustentando cada uno a nuestros colores dentro de la máxima cortesía.
En segundo lugar he elegido mi club, porque ha destacado siempre por su fair play, lo que siendo decano por su centenaria antigüedad, es muy meritorio y de reconocimiento absoluto por todos sus adversarios… o al menos por los que juegan limpio. Nos enorgullecemos de una historia legendaria con triunfos y con fracasos, de permanente esfuerzo por mejorar, por alcanzar una titularidad europea desde la modestia de nuestra pequeñez, sin recurrir a fichajes externos, con tesón, con esfuerzo, con perseverancia, con formación y educación de nuestra “cantera”.
Yo vivo intensamente esas trascendentes jornadas de domingo. Desafortunadamente nunca he podido verlas desde ningún palco de honor, ni siquiera desde una módica tribuna, porque habitualmente sobrellevo labores secundarias de recuentos que me entretienen, y cuando llego finalmente a casa para ver los resultados por la televisión, cambiando constantemente de canal, ya me he perdido todo el directo de los partidos y sólo me resta leer la clasificación final, válida hasta la siguiente confrontación. Esto es lo que más me fastidia de este deporte: que siendo uno de los aficionados que más disfruta en estos señalados días, se me prive de este inocente goce por encomendarme el equipo de mis amores engorrosas tareas que siempre recaen en los mismos voluntarios. Estoy dispuesto a trabajar todos estos domingos por el club, pero pido terminar a tiempo para ver en ETB, y contrastar en las demás cadenas, los resultados según se van produciendo. Tendré que hablar con algún encargado para que me releve de la última hora de estos quehaceres.
Me considero muy leal con mi equipo, “manque pierda”, y con mi presidente y con mi entrenador de turno. Tenemos ahora un galáctico entrenador que creo que nos llevará muy lejos, seguramente al nivel internacional. Debería ser más crítico, quizá, pero me sucede que sinceramente estimo que el entrenador actual es el mejor de todos los tiempos. ¡Ojalá sigamos acertando así!, aunque las casualidades no existen y es mérito indudable del presidente y de su equipo, elegido por todos nosotros. También sigo, como buen aficionado, la trayectoria de nuestros jugadores, su inicio, su devenir, su retiro,… Algunos son excelentes. Uno, el más famoso de mi pueblo, Iñaki, es muy efectivo, disciplinado y con una visión de juego fabulosa. Levanta pasiones, a favor y en contra.
En mi opinión, los medios de comunicación, excepto unos pocos, nos tienen ojeriza: parece que para ellos todo lo hacemos mal, reprenden al presidente y al entrenador, a los jugadores,... e incluso a la afición. Olvidan que por mucho que se nos critique, lo que importan es que nuestra afición llena el estadio y que los partidos se juegan en el campo, donde jugando ética y deportivamente se obtienen los resultados. No calentando a las hinchadas con encendidas declaraciones para que se produzcan incidentes fuera del terreno de juego. El relevo es una constante en este deporte, y nosotros pronto tendremos elecciones y cambiaremos la presidencia. Pero el equipo seguirá hacia delante, con la nueva directiva. Algunos gacetilleros sacan de contexto las declaraciones de nuestro polémico “presi”, y le hacen parecer tan belicoso como realmente lo son otros presidentes. Los aficionados queremos tranquilidad, espectáculo ordenado, buen juego, atinados “planes” (como el del entrenador), y partidos gloriosos, ganados en justa lid. Necesitamos también periodistas imparciales y ponderados que nos cuenten la competición tal como es, y no como les gustaría que fuese.
La forma moderna de este deporte proviene de las Islas Británicas, como ya habrán podido adivinar. Dicen que allí nació, aunque hay precedentes anteriores, y algunos apuntan que los vascos ya lo practicaron desde la prehistoria en su versión más democrática. Los vascos actuales, en general, todavía somos muy hinchas de este deporte, apoyando a los distintos equipos, algunos quizá demasiado fanáticamente. El próximo encuentro será el 25 de mayo. Me encanta este juego: sólo lamento que por culpa del fútbol, no haya más tiempo en televisión y más periodistas especializados en este deporte-rey: la política.
Lóbrega predicción
Dejà vu o leído en Internet: ¿A que antes del próximo 25 de mayo ETA perpetra algún abominable atentado para salvar al PP de las fauces de las urnas? ¿A quiénes sirven algunos y de quiénes se sirven otros? ¿Quiénes coinciden casual o causalmente?
¡Ojalá se equivoque, y que hayan terminado para siempre las muertes terroristas y esa recóndita concomitancia de facto!
¡Ojalá se equivoque, y que hayan terminado para siempre las muertes terroristas y esa recóndita concomitancia de facto!
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