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Toda la información en la web oficial: getxoeuropa.wordpress.com

Conferencia de César Bona en Bilbao

 
Diez minutos, los que César Bona nos permitió de su conferencia. CesarBona 
César Bona estará hoy, lunes 28 de septiembre de 2015, a las 20:00, en el Salón El Carmen, Plaza de Indautxu, Bilbao. Vía Facebook a través de buenas amistades. Su ponencia: "Los retos y desafíos de un profesor de hoy", según LA NUEVA EDUCACIÓN POR UNO DE LOS MEJORES MAESTROS DEL MUNDO. 

Sigue una actualización con crónica (pronto) e imágenes tras acudir a este motivadora charla, informal pero que llegó al tuétano de la abarrotada audiencia de progenitores, profesorado,... que -como indicó alguien de 71 años- nos llenó de nostalgia de volver a la infancia para disfrutar de maestros como César Bona

Lo obvio durante la exposición de César Bona fue que es un ejemplar de docente innato, que mantiene vivo al niño creativo, curioso que convierte su labor de guía en un reto de aprendizaje al que juega con todas sus capacidades, que son ingentes, movilizando y contagiando su entusiasmo a su alumnado. 

Creemos que, aunque algunas personas le plantearon cuestiones teóricas, su ejemplo de maestría es todo aquello que expuso de RESPETO y SERVICIO a sus escolares, su increíble competencia de conexión con familias, su adaptación a entornos cambiantes,... porque seguir aprendiendo es su pasión. Y César Bona sí ha descubierto que en los Centros de Aprendizaje que son las Escuelas quienes más saben, imaginan y crean son los alumnos y alumnas.
Conferencia de César Bona en Bilbao 
Álbum de 43 imágenes como la que está sobre estas líneas.

Hemos editado 10' de su conferencia para incluir arriba esa grabación. Mientras os invitamos el vídeo que sigue, con motivos para su nominación al GLOBAL TEACHER PRIZE.
 
Agradecemos a César Bona su autorización para publicar.

Camino hacia el Mediterráneo

 
Weekend Challenge: 20 Steps from Studio Ochentayocho on Vimeo.

Unos días de descanso, incluso en las redes digitales, sin wifi doméstico,... Confiemos, y tenemos pruebas de períodos anteriores, que la frase del cómico Evan Esar es sólo humor... con una pizca de verdad: "Las vacaciones son como el amor: las anticipamos con placer, las experimentamos con incomodidad y las recordamos con nostalgia".

Vídeo de unas buenas amigas, del Studio Ochentayocho (así escriben el numeral).

Reviviendo un Sinclair ZX81 en 2012

Anuncios del Sinclair ZX81 en todo el mundo. 
 
Se conseguía hasta que emitiese sonido,... 
Abajo algunas "maravillas de la época" programadas en código máquina,...
Había programas que se fueron sofisticando, dentro de las limitaciones del hardware, hasta lograr primitivos simuladores de vuelo, y hasta han logrado conectarlo a redes. También dispuso de una impresora propia que vaporizaba un papel de aluminio, con un olor muy especial. 
Todavía se encuentran Sinclair ZX81, se reparan y se venden en eBay,... Pero, para quienes mantengan la nostalgia, lo más operativo es rememorarlos con emuladores perfectos, como este de www.chuntey.com.  O acudir a este Museo del ZX-81. Mañana grabaremos una resurrección de un Sinclair ZX81. Hoy, lo hemos conseguido a medias (ver vídeo).
Sinclair ZX-81 (ZX81)
Nuestras entradas anteriores sobre el Sinclair ZX-81, y nuestras fotos sobre este equipo.

GetxoPhoto 2012, elogio a la infancia


GETXOPHOTO 2012 umeei gorazarre / elogio de la infancia / in praise of childhood from getxophoto on Vimeo. Vídeo de Fermin Aio y Andere Etxegara.

El Festival Internacional de Fotografía de Getxo exhibe más de 20 muestras de artistas como O Zhang, Jill Greenberg, Robin Schwartz, Ilona Szwarc, Teresa Vlockova,... Imágenes de aquellos veranos eternos o las inolvidables fiestas de cumpleaños que despiertan la imaginación de los más jóvenes y la nostalgia de los mayores. "El objetivo es mostrar esta etapa difícil e idealizada desde el punto de vista de los adultos", explicaron en su presentación inicial Jokin Aspuru, director de la festival, junto a Frank Kalero, comisario de la exposición.

Las muestras permanecerán colocadas hasta finales de septiembre de 2012 y proceden de autores llegados de todo el mundo. Los espectadores podrán contemplar así una variada interpretación de la infancia. La artista O Zhang, retrata a niñas que fueron adoptadas en China por familias estadounidenses. Jill Greenberg ofrece otro punto de vista completamente distinto a través de su controvertida obra hiperrealista. El canadiense exhibe una serie de primeros planos de niños llorando desconsoladamente tras haberles arrebatado un caramelo que les había ofrecido previamente. Robin Schwartz, por su parte, presenta una serie de imágenes de su hija con animales.

Más impactantes son las imágenes de Ilona Szwarc, con una serie de retratos de niñas con sus Americanas Girl Dolls, unas muñecas que se pueden personalizar hasta ser una réplica exacta de sus dueñas. Teresa Vlockova, por su parte, sugiere una reflexión sobre el yo y cómo nos percibimos a través de instantáneas de niñas gemelas. Fotógrafos más cercanos como el guipuzcoano Jon Uriarte o Javier Tles nos muestran sus creaciones. Jon Uriarte ha diseñado un álbum familiar de fotos sin cabezas, mientras que el zaragozano Javier Tles expone acrobacias de niños y niñas gimnastas.
Jan Von Holleben from getxophoto on Vimeo.
Web: www.getxophoto.com. Facebook de GetxoPhoto.
Pronto aportaremos nuestra galería de fotos y vídeos.

Los cuatro descubrimientos

La vida es una caja de sorpresas y de aprendizajes. Todas las personas que viven lo suficiente y aprovechan su tiempo descubren, en algún momento, cuatro revelaciones que son las claves de la felicidad. Son cuatro desagradables (re)conocimientos que, sin embargo, dan las alas para vivir mejor y descubrir el tesoro de la felicidad. Los dos primeros secretos se pueden descubrir en cualquier orden. El tercero viene más tarde y el cuatro es el definitivo, porque nos abre las puertas del paraíso... en la tierra. Conviene reconocer y advertir estas cuatro lecciones lo antes posible, porque constituyen los cuatro pasos hacia la sabiduría:
1º.- El descubrimiento de que uno es feo,... o menos bello de lo que se desea. Llega tarde o temprano, y enseña que hay que adornarse con otras virtudes que son más decisivas, como la bondad, la amistad, la fidelidad, la voluntad, la tenacidad, la sonrisa, la alegría, la generosidad,...
2º.- El descubrimiento de que uno es tonto,... o menos inteligente de lo que se cree. Ello sugiere cultivarse con el estudio constante, con la educación continua, con la perpetua sed de aprender, con el trabajo denodado, con la vocación mantenida,...
3º. - El descubrimiento de que uno es viejo,... o ya no tan joven como se percibe. Así se comprender que hay que aprovechar al máximo toda la salud y la capacidad que se disfruta, todo el potencial físico y mental que se posee, entrenando el cuerpo y el espíritu.
4º.- El descubrimiento de que cada día que pasa uno es más feo, más tonto y... más viejo. Esta revelación exige aprovechar el tiempo, cada día, cada hora, cada minuto,... El supremo consejo de "Carpe diem", de darle la vuelta a la nostalgia y decirse "hoy estamos mejor que nunca (que el nunca que nos queda por vivir)".
La vida es un viaje, cuyo final ya se conoce; una batalla contra la muerte... que siempre se pierde. La cuestión clave consiste en reconocer que la victoria no reside en la llegada (fatal inevitablemente), sino en la forma de hacer el camino, en el estilo de recorrer la vida, con entusiasmo para dejar un legado, con sabia valentía y con el optimismo creativo de saber que "hoy va a ser algo especial, un gran día,... el mejor del resto de tu vida".
Foto con el estado perfecto del ser humano: bello, vivo (listo) y bebé.

Casas de verano esperando a sus propietarios

Una GRAN familia debe estar añorando este hogar veraniego...
Ha sido un día duro. Permitan esta nostalgia... de futuro.
Mientras tanto, un vídeo reciente del lluvioso norte (abajo).

Música de hace 40 años...

¿Así de sosos éramos por entonces, en los guateques de la época? No, sólo es una pésima realización televisiva... Canta con nosotros de Voces amigas. Más nostalgia en nuestro videoblog...

Nos volvemos a casa... nostalgia del terruño...

Echamos de menos el verde de Euskadi, los baserris (caseríos),... No añoramos tanto volver al trabajo, pero nuestro asesor de la BBK nos aconseja volver si queremos seguir con la mala costumbre de comer todos los días... [Foto maravillosa de Álex In The World]

Jardín sin fin

También la bienaventuranza requiere límites para apreciarla.

Dicen que hay una especie de melancolía que acompaña siempre al entusiasmo. Si reservamos el frenesí de la energía a los días laborables, nos queda el cultivo de la languidez, quizá para un solo día. El domingo de trascendente apatía, tras un sábado comodín de baladí alegría.

No sé para ti, pero a mí me hace tilín pasar del adoquín ruin al festín de un jardín de verdín, violín y jazmín. Del trajín cantarín a un confín de Hamelín, sin flautín ni figurín. Fin del maletín de postín y del peluquín de arlequín malandrín y parlanchín. Fin de desgastar calcetín y mocasín. Toda la semana de andarín bailarín, de alevín danzarín en zeppelín, en bergantín o en patín, como el tontín de Tintín.

¿Motín o botín? Mejor un botiquín, un trampolín a un difícil jardín. Por el amor de una rosa, todo jardinero es servidor de espinas mil. Imagínate en un jardín de Lenôtre, como el de Verlaine, a un tiempo correcto, ridículo y encantador (correct, ridicule et charmant). Percibe, como Antonio Machado, “… algo que es barro en nuestra carne siente / la humedad del jardín como un halago”.

Entonces, lo entendemos. La muerte sólo es una puerta herrumbrosa colocada al final de una ajada tapia, para dar paso al cielo, que debe ser el jardín del Edén. Ya Shakespeare señaló que “no hay nobleza más antigua que la del jardinero y la del sepulturero; son ellos quienes mantienen viva la profesión de Adán”.

Hoy calma, introspección, quizá una pausa. Mañana lunes, de nuevo la dicha de educar, de construir, de crecer y de vivir. La tristeza es un muro entre dos jardines de palabras. Valga un paréntesis de nostalgia y añoranza, entre las alegrías del ayer y los gozos del mañana.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/sinfin.DOC

Mecánica Popular, y otras publicaciones para el recuerdo

Nuestro padre siempre coleccionó dos revistas mensuales: Mecánica Popular y Selecciones del Reader's Digest (aún viva). Guardo un agradable recuerdo de ambas, y sólo lamento que en un cambio de casas las perdiésemos para siempre. Desde hace unos años las sigo buscando y comprando en librerías de viejo (o en e-Bay), por pura nostalgia.

En Internet, y en inglés, encuentro un completo blog.modernmechanix.com, que me refresca datos de la primera publicación y de otras parecidas.

Canciones para viajar... hacia la nostalgia

Durante el viaje, una gran oportunidad para hablar con los hijos, hemos recordado las viejas cantinelas de nuestra infancia durante los viajes escolares.

1º Al ir: "¡Qué buenos son, los Padres Escolapios, qué buenos son, que nos llevan de excursión".

2º Al llegar: "Que no somos de aquí, que somos de Bilbao, por eso llevamos, txapela a medio la(d)o, txapela a medio la(d)o, txapela a medio la(d)o, que no somos de aquí, que somos de Bilbao". (Creo que era de Los Chimberos)

3º Al regresar: "¡Qué malos son, los Padres Escolapios, qué malos son, que nos traen de la excursión".

La palabra más bella (II/III)

Segunda entrega donde se defienden algunas voces candidatas a un espléndido concurso sobre la palabra más sublime del castellano.

1. Hijos e Hijas (Sobreponiéndose a Historia e Humanidad)

Ella y ellos son lo mejor que nos puede pasar y el gran motivo de la existencia de cada padre o madre, además de la base para la supervivencia de la humanidad. No existe palabra más emotiva, porque sugiere amor, familia, hogar, maternidad, paternidad, parentesco,…

2. Ilusión (Ideal Identidad de la Infancia Ingenua e Inmarcesible)

Es una palabra que, en su acepción de esperanza o anhelo que no de ficción, mueve el mundo y es capaz de perfeccionar el verbo sobrevivir en vivir. Basta para arrancar una sonrisa a cualquiera. Es suficiente para hacernos creer en la magia y necesaria para mostrarnos la belleza de las cosas más sencillas. La ilusión es lo último que debe perderse, porque con ella se vive feliz y se puede llegar hasta el fin del universo. No importa su adjetivo: mínima, loca, última, antigua, perdida, patética, fundada u óptica; sólo que sea ilusión, el principio de la felicidad. Hasta su fonética, con vocales infrecuentes, es musical, sonora y potente.

3. Jardín (Jacarandoso como Juventud, Juego y Justicia)

Aunque tiene retintín, evoca una reproducción a pequeña escala del paraíso perdido, lleno de vida y colorido, donde se puede contemplar y admirar la belleza con sosiego. También combina muy bien con libros…

4. Lluvia (Llanto que Llama)

Suena a palabra fresca, frágil (por sus vocales débiles), limpia, suave, llena de nostalgia y, al tiempo, de tenaz personalidad. Fluye entre los labios con la naturalidad del agua de un manantial que orada la piedra. Quizá quiera esconder su verdadero propósito, como el llanto de la naturaleza que desahoga y purifica el alma. La belleza de su voz sugerente, que huele a tierra mojada que trae recuerdos, se asemeja a la melodía que produce cuando cae a nuestro alrededor.

5. Libertad (Librada por las Letras, la Lírica, la Lengua, la Lectura y el Libro)

Es una palabra demasiado grande y libre para quedar encerrada en un diccionario. Denota un derecho y una obligación, siendo la condición más preciada del ser humano y la utopía de máxima expresión del respeto hacia cada persona. Ha inspirado a muchos que la han defendido y han muerto por ello, y ha conducido el progreso de la humanidad como promesa que aún deseamos alcanzar en su plenitud. Su sonido, con todas las vocales abiertas del alfabeto, es un grito que estremece de esperanza, compromiso, desahogo y felicidad. Encierra la primera aspiración de la humanidad desde tiempo inmemorial. Evoca el camino solidario que cada uno debe buscar para desarrollarse como persona única y singular que elige su camino y su destino.

6. Madre (Miscelánea Mágica de Mar, Maravilla, Milagro, Mirada, Mariposa, Muchacha, Musa, Murmullo, Música y Materia)

La primera voz que se aprende de quien nos trae al mundo es la expresión sublime, cálida, dulce y hermosa, porque denota amor infinito, cariño incondicional, comprensión total, paciencia ilimitada, entrega máxima, educación esencial y protección perpetua. Nos identifica con el milagro de la vida, nos conmueve y nos pertenece porque todos tuvimos una, que nos acompaña durante toda la existencia. Mamá mía es todo, llamada inicial y final: La primera que pronunciamos a viva voz y, en silencio, la última.

7. Nosotros y nosotras (De la Noble y Nítida Naturaleza a la Nostálgica Novedad)

Un fabuloso pronombre (en primera personal pero del plural) que hace referencia a la unión, al amor, a la amistad, al compartir y relacionarse con todo y con todos. Implica la existencia de otros a quienes nos sumamos en una colectiva aspiración común. Enlaza, establece lazos y nexos para la buena convivencia. Sólo pierde belleza y se pervierte cuando es seguida por “los... (altos, blancos, europeos,…)” ; entonces se torna clasista y excluyente al establecer un “nosotros” frente a un “vosotros o ellos”.

8. Oasis (Ojalá Oigamos los Olvidados Ojos del Ocaso)

Entraña sosiego en la aventura, descanso en agobio, agua, naturaleza, refugio, encuentro, convivencia, armonía, paz,... Inspira un nirvana idealizado, un espacio abierto, nuevo y despejado, donde recuperar fuerzas para seguir el día a día. Supone un lugar de esperanza, donde cobijarnos en cada noche oscura, calmar la sed y reemprender el camino, sabiendo que el objetivo es el viaje y no el destino.
Versión .DOC para imprimir

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/palabra2.htm

Urgente: gente inocente

Aprendamos a descubrir y a reconocer a esas personas tiernas, intensas y emotivas, gigantes en inocencia, una cualidad en retroceso y en peligro de extinción.

La inocencia es algo más que sencillez, bastante más que ingenuidad y mucho más que puerilidad. La inocencia jamás es afectación, tampoco sensiblería, nunca debilidad. La inocencia no exige inteligencia, no requiere formación, no precisa recursos, no se expresa con palabras, no necesita explicaciones, porque nace de lo profundo de cada alma, donde anida desde que nacemos. La inocencia es más que una virtud, más que una condición, más que una vocación, más que una ilusión.

La inocencia es una trayectoria, un destino, una deontología, una potencialidad, una pasión, una ideología, una convicción, una conducta, una bendición. La inocencia es candor, naturalidad, espontaneidad y pureza, el primigenio estado óptimo del ser humano. La inocencia subyace innata en el fondo del corazón, y sobrevive si no se pervierte al velarse con la amarga realidad.

La inocencia es el juego de la existencia y un sinónimo de la gran libertad. La inocencia es la materia original de la que fuimos hechos. La inocencia es consubstancial a la más hermosa y suprema dignidad. La inocencia es la vida, es la verdad; la inocencia es la “verdad de la vida”. La inocencia es inherente a la naturaleza humana. La inocencia es el sustrato del que estamos hechos, nuestra original y primera piel. La inocencia es la superioridad del más débil. La inocencia es la primera forma de amor. La inocencia es belleza. La inocencia es, ante todo, felicidad.

La inocencia no es inconsciencia, ni ignorancia, sino ver, saber y comprender mucho mejor la vida. La inocencia es la huella más pura del conocimiento. La inocencia es la visión limpia y auténtica del mundo y de sus habitantes. La inocencia es amar a quienes tenemos cerca porque son necesarios, únicos y sagrados. La inocencia es un estado del alma limpia de culpa. A la inocencia la dicen locura, quienes perdieron su cordura, porque la inocencia es madre de la curiosidad, de la creatividad, de la solidaridad, de la alegría.

Es común la nostalgia de la inocencia, pero es mejor saber que la inocencia es recuperable. La infancia es la época de la inocencia, pero quieren acortarnos la niñez, y con ello la inocencia. La inocencia es la marca de los grandes, el atributo de los niños y de esas antorchas humanas que algunos toscamente designan como “Síndrome de Down”. Ellos fueron bautizados, mucho antes, por alguien muy superior, como los más nobles, perfectos e insuperables inocentes. Sólo ellos conocen las claves. Si comprendiéramos sus códigos de inocencia, hallaríamos el camino de vuelta al paraíso de la inocencia, del juego y del recreo.

La inocencia es un territorio a ocupar, a invadir de modo permanente. La inocencia es la utopía acurrucada entre nuestros brazos. La inocencia es un ideal factible, que podemos creer, crear y propagar. La inocencia es instinto transformador, poderoso, necesario, aplicable, oportuno. La inocencia ilumina, actúa sin calcular, sin esperar, sin desesperar, sin dejar de perdonar. La inocencia es empezar de nuevo. La inocencia es una irrenunciable actitud de esperanza, de reafirmación ante el mundo, de rebeldía ante la injusticia. Ojalá que en el futuro a nadie, jamás, le sea usurpada nuestra primera naturaleza: la inocencia.

La inocencia es un tesoro a preservar, porque se agotan sus reservas mundiales. La historia ha degollado a demasiados inocentes. Hay que hacer algo: Comprendamos que todos somos presuntos inocentes. Ha llegado la hora de declararnos culpables de inocencia. Recordemos que la fuerza más poderosa de todas es un corazón inocente. Ya nadie sufrirá el trágico fin de la inocencia, que es eludible. Sólo los dotados de un corazón inocente merecen habitar la tierra. Para la supervivencia es necesario que el universo se cubra, por fin, de inocentes.

Técnicas para amargarse

Llegar a ser un perfecto depresivo exige toda una vida de dedicación (Oír en entrevista radiofónica)

Quizá seas tú de esas personas vocacionales que decidieron amargarse la vida. Seguramente habrás logrado ya una buena dosis de aflicción, culpa y remordimiento, pero todo puede empeorarse con modernas técnicas que aporta la psicología. Se reseñan algunas recetas infalibles que aseguran el pleno fracaso vital a quienes las sigan sistemáticamente.

1. SIEMPRE TIENES RAZÓN. Amargarse la vida a propósito es un arte que se aprende: no se nace atormentado, se hace. Para ello piensa que todo es blanco o negro, y que sólo existe una verdad absoluta: la tuya. Rechaza por norma lo que te digan los demás, sobre todo cuando puedan aportarte algo positivo. Pide que los demás cubran el mundo de alfombras, porque tú no piensas ponerte zapatos.
2. MÉTETE EN PROBLEMAS. Un verdadero resentido no se excusa diciendo que sufre problemas: los tiene realmente. Gradualmente vete complicándote la vida hasta poder decir, "me veo envuelto en una situación desastrosa". Si no tienes bastantes contrariedades, absorbe las de los demás. Llena tu vida con complicaciones graves y magnifica las menores, procurando otorgar gran trascendencia a cualquier suceso negativo.
3. VIVE TU OBSESIÓN. Elige algo trivial que te haya dolido, subráyalo permanentemente y no lo apartes de tu pensamiento, hasta que sólo vivas para mantener esa monomanía perturbadora. Además así incrementarás tu inutilidad para resolver las dificultades diarias y tus problemas ciertos crecerán contigo. Cuando tengas un disgusto, no te distancies, haz que perdure. Y si la situación cambia, muévete de tal forma que el problema continué con la misma o superior intensidad.
4. NUNCA TE PERDONES. Si perdonar a los demás es difícil, perdonarse a uno mismo lo es más, así que no te esfuerces. Llegarás pronto a la autocompasión. Puedes echar la culpa a los demás, o incluso peor: carga con toda la responsabilidad tú mismo, porque puedes imaginar que todo lo que acontece depende de ti, sin aceptar que hay situaciones que escapan a tu control.
5. RODÉATE DE QUEJUMBROSOS. Evita a esos inconscientes que -con voluntad y valentía- han superado sus desgracias, sobre todo si pretenden cambiar tu destino de mártir. Reconocerás que la vida sólo es un valle de lágrimas, donde los supuestos alegres son simples estúpidos inconscientes. Frecuenta deprimidos como tú, que comparten que “el mundo va de mal en peor”, para desmotivarte a fondo.
6. AFÉRRATE AL PASADO. Si quieres ser un desdichado evita que el tiempo sane las heridas con tres métodos. A) Sublima el pasado, pensando que fue la época bella y perdida que ya no regresará, recordando especialmente las relaciones felices cuando ya no tengan arreglo, si bien pueden aportar mucha pesadumbre, esperando por ejemplo esa llamada que sabes que jamás se producirá. B) Haz como la mujer de Lot y conviértete en auténtica estatua de sal, rememorando lo pretérito con nostalgia para impedir que el presente te traiga novedades o felicidad. C) Arrepiéntete de cualquier mínimo error que creas haber cometido, sobre todo si no fue tu culpa, para deprimirte aún más al saber que ya no puedes reparar la actual desdicha.
7. FRÚSTATE CON EL FUTURO. Aplaza los placeres y las alegrías cotidianas pensando que sólo en el lejano futuro las cosas mejorarán. Por supuesto, hasta entonces no debes disfrutar en absoluto. Confórmate con lo malo conocido y no pruebes lo bueno por conocer. Incluso puedes torturarte pensando en todo lo malo que probablemente te ocurrirá y que frustrará el incierto porvenir en el que pusiste tus vanas esperanzas.
8. EVITA EL ÉXITO. Así como los pequeños logros conduce a triunfos crecientes, sólo si tu camino está plagado de continuos tropiezos y desventuras llegarás a la desdicha total. Plantéate utopías imposibles de forma que tu autoestima no encuentre salida, a fin de que todo apunte a un rosario de fiascos encadenados. Nunca disfrutes con nada, sino que debes buscar infatigablemente qué te falta todavía y por qué sigues siendo un fracasado.
9. BUSCA LA DESGRACIA AUTOCUMPLIDA. Predice el peor de los temores posibles y convéncete de que los hados te conducirán inexorablemente a su encuentro. Piensa que nadie te aprecia y verás cómo lo consigues. La sola sospecha no debes verla como contingencia posible, sino como un probado hecho inminente. Una buena maldición si te la crees, la crearás y de este modo lograrás un destino fatídico.
10. NO CAMBIES NADA. Un verdadero amargado es fiel a su condena. Mantén intacto tu resentimiento generalizado, sin permitir que se disipe por consejo de amistades o vecinos, movidos seguramente por malas intenciones. Obcécate con las repetidas y comprobadas estrategias inútiles e ineficaces, evitando adaptarte o evolucionar. Supón que sólo existe “tu” fórmula de solución, y aplícala en más cantidad para cosechar con profusión la misma miseria.

Hay muchas más recomendaciones: Cultiva tus defectos; nunca preguntes a nadie cómo se encuentra, porque podría pedirte algo; no concedas favores, así evitas llevar la cuenta de lo que te deben; busca culpables y no soluciones; si discrepas de alguien, mejor retírale la palabra para evitar discusiones; di “no” a todo; llévate todos los pro­blemas domésticos al trabajo y viceversa; frunce el ceño para que sepan que desconfías de todos; no seas altruista porque nadie ha hecho nada por ti; las críticas que recibes son porque te odian; en tus relaciones que prime el ojo por ojo y el diente por diente; y si algo parece que va bien, desconfía, porque lo que sube baja, o porque tú serás la excepción de las buenas noticias.

¿Haces todo lo necesario para ser un perfecto desgraciado? Amárgate la vida, y así lograrás amargársela a quienes te rodean.

Escribir es…

Descubramos el significado de la escritura

Escribir es mostrar la huella digital del alma, desnudarse y nadar, volar y sentirse libre: una sensación gratificante del espíritu, que conlleva expresar lo que presentimos, gozoso o amargo, cotidiano o trascendente, para compartir un mensaje con nuestros semejantes. Escribir es una vocación, a veces tardía, que se descubre cuando el trastero de la memoria está repleto, y antes de la llegada de la “parca” se quiere mostrar la colección de recuerdos y visiones para reciclarlos y convertirlos en algo parecido al arte. Escritor es quien que necesita escribir, no alguien que sepa escribir. Escribir es una incurable comezón que se apodera de quien ha vivido o leído demasiado, y que un día intenta escribir. Cada texto será un sentido fracaso, pero al tiempo estímulo la siguiente redacción.

Escribir es un acto de amor, preparado desde la intimidad de la introspección y la soledad, quizá desde el exhibicionismo, pero destinado a los demás, a quienes sentimos cerca y a todavía quienes no conocemos. Escribir es hablar con quienes no podemos conversar de otra forma, es darse un baño de humanidad con sus miserias y esplendores. Escribir es un drenaje terapéutico que otorga voz a nuestra mudez, una catarsis que limpia nuestras penas mediante la comunicación. Escribir es espiar en nosotros mismos, a veces sin querer admitir los misterios que descubrimos dentro. Pretendemos escribir nuestra mentira, pero transcribimos nuestra verdad. Escribir es abrir el grifo del corazón y verter el exiguo botín de nuestra vida, una pobre historia de amores y odios, pero con grandes personajes a nuestro alrededor.

Escribir es recordar, con memoria anticipada fruto de un malestar entreverado de nostalgia, pero no sólo añoranza del pasado o del tiempo huido que quisimos haber admirado, sino también del futuro, de esos mañanas que presentimos y en los que quisiéramos estar. Escribir es ser conservador de las reminiscencias y, al tiempo, contestatario de la realidad sobrevivida, sirviendo las palabras de armas para denunciar las desdichas y los caprichos de una sociedad siempre imperfecta. Escribir es condenarse, como adelantó Richelieu: “Dadme seis líneas manuscritas por el hombre más honrado, y hallaré en ellas motivos para hacerle ahorcar”. Escribir es consumirse vivo para que de las cenizas surja la purificación y renovación del espíritu que construye utópicas entelequias. Escribir es dar testimonio de un tiempo determinado, de una sociedad concreta, y todo ello desde el sub-, el in- y el consciente de un simple ser humano que actúa de mensajero para exteriorizar los secretos de una época.

Escribir es una adicción, que cuando se adquiere impele a investigar dentro de nosotros, para desvelar nuestra más profunda identidad. Escribir es navegar ligero, planear al son del viento, abrazar el tiempo, detenerlo en la eternidad de unas tenues páginas. Escribir es ralentizar el tiempo, como viajar según apuntó Graham Greene. Pero, escribir también es un hueso duro de roer, una lucha agónica para analizarnos y discutir con nosotros mismos, para sorprendernos con los espectros aparecidos de nuestra mente, para asombrarnos de nuestra propia creación surgida al declararnos a ignotos lectores. Goethe sentenció ¡Escribir es un ocio muy trabajoso! y Rilke aconsejó, “Si crees que eres capaz de vivir sin escribir, no escribas”.

Escribir es una evasión mental, una escapatoria intelectual, que nos libera de la cárcel de la existencia y nos conduce al nirvana de las musas. Escribir es abrir una ventana al aire de un nuevo y extraño día, incluso cuando no sabes qué contar o qué explicar… porque ves la vida un poco vacía, como una historia garabateada por un demente, sin un final claro. Escribir es alcanzar esa clave de fuga que nos conduce a un territorio desconocido… en el interior de nosotros mismos. Escribir es trasladarnos al paraíso de las ideas, y atraparlas con la red cazamariposas de la tinta. El teclado es el piano donde susurramos sin ser interrumpidos; la pluma de escribir es la cruz donde nos entregamos.

Escribir nos hace más humanos. Escribir es respirar y vivir. Escribir es pintar sentimientos como mejor modo de felicidad. Escribir es pedir ayuda a las palabras, que orbitan a nuestro alrededor y juntos comenzar a crear algo. Cuando sucede que la inspiración se suma, sentimos que el trabajo es bello y somos felices. Escribir es fecundar el mundo y dejar preñada nuestra muerte.

Vocaciones perdidas

¿Qué fue de las vocaciones perdidas? Ésa era la pregunta que insistentemente se planteaba nuestro personaje cuando alcanzó esa edad en la cual se aprecian las etapas de la vida anterior no como los preliminares de un lanzamiento hacia la Luna, sino como las camisas que las serpientes abandonan por cambios estacionales propios de la cronología de la supervivencia. Algunos no están a disgusto con su profesión, pero solamente unos pocos son afortunados que trabajan en lo que más les gusta. El sujeto pensaba que trabajar era algo más que ganarse la vida, por la simple razón de que hasta la fecha había podido "ganarse la vida" y había paladeado eso que llaman "realización". “Quizá sea temerario y futurista pedir realización para todos cuando ni siquiera hay trabajo para muchos”, se decía, pero el incauto proponía esa aspiración a sus alumnos y les inducía a elegir su destino.

Porque él no mantenía opciones imaginarias tomadas de ensoñaciones derivadas de una quiniela, hipótesis por demás absurda en su caso ya que, además de la teoría de las probabilidades, nunca jugaba al azar. Dos eran sus vocaciones predilectas, ambas amadas, aunadas, aliadas y andadas:

- Ser niño. Que siempre creyó era lo más genial, y que deberíamos continuar siéndolo para no reprimir nuestras capacidades de asombro y de aprendizaje; y
- Ser profesor. Que consideraba el máximo honor que la sociedad deposita en los más cabales custodios del mayor tesoro: la infancia que asegura el futuro.

Pero le surgían la nostalgia y la duda. Cada vez más frecuentemente. ¿Estamos acertando con la educación que desplegamos las familias y la escuela? Y recordaba tiempos pasados de eclosión educativa con creciente cariño que le dolía en su interior. Quizá había perdido aquella inocencia de la juventud, que tuvo por orgullo conservar y con la que, en alguna ocasión, hasta creyó que moriría. “Les sucede a todos”, pensó.

Nostalgia de Pulitzer

Joseph Pulitzer nació en Hungría en 1847, donde recibió una selecta educación. Abandonó su hogar tratando de alistarse en el ejército austriaco, en la legión extranjera de Francia y en la armada inglesa, siendo rechazado por la “debilidad ocular” y por el asma que padecía desde su infancia. Supo que en EE.UU el Ejército de la Unión solicitaba voluntarios para la Guerra de Secesión, por lo que emigró y logró enrolarse en la caballería de Cork, adquiriendo la ciudadanía estadounidense. Fascinado por el periodismo, comenzó a trabajar en un periódico alemán, el Westliche Post, de San Luis (Missouri), llegando a director. Tras licenciarse en Derecho y trabajar como corresponsal del New York Sun, compró el Evening Post y el St. Louis Evening Dispatch, que fusionó para fundar el Post-Dispatch. En 1887 adquirió el New York World, que bajo su dirección se convirtió en un periódico distinguido, célebre por sus revelaciones, sus cruzadas anticorrupción, sus extensos y detallados reportajes, y por su opinión editorial. Continuó comprando diarios locales hasta crear una cadena editorial. El poder mediático de Pulitzer, en rivalidad con el imperio de William Randolph Hearts, fue paradigmático de una época en la que sensacionalismo llegó incluso a inventar noticias.

En 1902 Pulitzer propuso fundar la Escuela de Periodismo en la Universidad de Columbia (Nueva York), con el fin de contribuir a elevar la calidad informativa estableciendo un código deontológico orientado a dignificar la profesión periodística. Esta institución creó los prestigiosos premios Pulitzer, tras su muerte y donación de un millón de dólares.

Pulitzer proponía a sus redactores un consejo cuádruplo: “Un artículo debe ser breve para ser leído, sencillo para ser entendido, original para ser recordado y sincero para ser creído”. Pero también declaraba que un periodista nunca debe darse por satisfecho sólo con dar noticias, porque contar lo que pasa es sólo el comienzo y lo más elemental en periodismo. Una noticia que se comunica reducida a su mínima expresión, sólo a la luz de los sentidos, es una versión incompleta, empobrecida y sospechosamente semejante a un chisme, cuando debería llegar al lector enriquecida con la inteligencia de una mirada múltiple y amplia de análisis, ofreciendo una comprensión perspicaz y panorámica de los antecedentes y consecuentes del hecho relatado. Pulitzer: ¡Cuánto te añoramos en este siglo XXI, donde a veces parece que sólo la trivialidad compite con la manipulación!

¡Adiós, profe!

Acabó el curso, y ellos, los alumnos y las alumnas, se despiden con un alegre “¡Adiós, profe!”. Y los educadores nos vamos también de vacaciones, a descansar,… y a echarles de menos. Sobre todo, cuando les has visto crecer, madurar (hasta un cierto hervor no definitivo) y luego, romper amarras, y seguir el curso de cada una de sus vidas, tan frescas, tan centelleantes, tan por escribirse. Pasan los años, y te reencuentras con ellos, tan mayorcitos, tan formales, tan respetuosos… que añoras aquella insolencia fervorosa y obstinada que surgía, quiero pensarlo, de cuánto te apreciaban ocultamente y de cómo habían de negarte ante los demás por tu ascendencia sobre su vida, todavía antes necesitada de referencias.

Los profesores debemos invertir tiempo, mucho tiempo, hablando con los niños y con los jóvenes, con la excusa de nuestra asignatura o en las tutorías, animándoles a hablar de sus intereses y preocupaciones ante los demás y ante ese adulto representativo que significa cualquier profesor que ame la docencia.

Los estudiantes pueden llegar a descubrirse, a comentarte sus inseguridades. Se preguntan y les aterra ¿qué hacer con su vida? Lo viven con un problema insoluble, para el que no se sienten preparados. Y te escriben un e-mail, ya terminado el curso, con pocas frases pero mucha angustia. Y debes contestarles en unos minutos, porque ellos son los verdaderos “minute-(wo)men” surgidos del Messenger…

¡Ah, mi entrañable A. (nombre de pila), CoCo (su pseudónimo por ella elegido)!

Estaba a punto de cerrar el ordenador, y por pura rutina lanzo el Outlook. Et voilà! Un mensaje del más allá, nada rutinario, con una pregunta final como un piano. ¡Ah, c'est la vie! Faltan años para que sepáis cuánto recuerdo el foro que representaba tu grupo, pero tu vivificante cuestión es un bálsamo para mi nostalgia.

A. del alma, con tus “casi” dieciséis años preguntas nada menos que por la “inseguridad”. Si hubiese que elegir la gran pregunta en tu etapa vital, la atormentada adolescencia, ésa sería la incógnita clave. Debo meditar (diría que incluso rumiar una respuesta de la altura de tu pregunta), y que alcance todo el calado que encierra. Pero también debo contestarte con premura una primera aproximación. Y quiero señalarte, A. (prefiero tu nombre verdadero), que lo que quizás vivas como un problema (la inseguridad, en ti, en los demás, en lo que te rodea, en los apoyos que crees tener o no,...), todo eso, creo que es UNA GRAN VENTAJA, UNA GRAN OPORTUNIDAD, y te hablo desde la experiencia que dan los años, que no la sabiduría (que de ésa tú posees mucho más). Y te trataré de explicar por qué. La seguridad, que sí es completamente necesaria para una niña, porque debe sentirse arropada, incondicionalmente querida por ‘todo el mundo’, y que sólo en un contexto de cariño puede desplegarse plenamente, luego PUEDE SER UN LASTRE.

A. vas a cumplir 16 años la próxima semana. Tú estás comenzando a sentir, seguramente más precozmente que otros condiscípulos y amigos, que te estás enfrentado con otro concepto de peso, LA LIBERTAD. Estás sintiendo, interna y tal vez dolorosamente, que la emancipación puede asustar inicialmente. La libertad de quien es consciente, no es algo trivial, es algo desconcertante, que asusta o, al menos, despierta recelo. Tú lo estás percibiendo, y eso me demuestra que estás en el mejor camino, el de la madurez personal que no todos ni todas recorren con valentía.

Yo tengo la completa certeza de que tú, apreciada A., sabrás superar esta transición. Sólo te pido algo que quizá te resulte paradójico ahora: “NO PIERDAS NUNCA UNA DOSIS DE INSEGURIDAD”, o dicho sin tantas negaciones, “GUARDA SIEMPRE EN TU ALMA UNA PORCIÓN DE INCERTIDUMBRE”.

Para mañana igual se me ocurre algo más. Ahora sólo queda decirte desde la perspectiva de mi edad, parecida a la de tus padres, cómo se puede llegar a envidiar aquello (la inseguridad de la adolescencia) que se vivió con desasosiego en su momento.

(Y a la mañana siguiente, otro mensaje casi consecutivo, tras su segundo e-mail)

Mi inefable CoCo – A.:

Te debía una contestación al último emilio y ahora con tu segundo envío paso a dar cumplida respuesta a ambos, como se merece tu disciplinada pertinencia. Y debo aplicar un tono profesoral en la respuesta, aún a riesgo de requerir con ello que debas aplicarte a acudir al diccionario para mejor consulta de sus siempre rigurosas clarificaciones.

¡Ah! La hondura de sus acertadas interpelaciones, perennemente enmascaradas en formulaciones ilusoriamente simples por su palmaria apariencia, me supera y debo repensar con extrema circunspección la respuesta. Por otro lado, el mismo epígrafe de encabezamiento Mikel vs. Aristóteles sólo puede aturdirme ante la sola posibilidad de que tú, incluso como chanza, puedas enfrentarme a tamaño cíclope de la filosofía.

Pero... ¡acepto el envite! Y SÍ, tú tienes razón, si TÚ estás conmigo, ambos nos enfrentaremos al molino aristotélico para combatir contra tan insuperable adversario. Las disquisiciones metafísicas no son blancas o negras. La fijación de una meta puede conducir a la infelicidad, que no es sino la medida de la distancia entre lo anhelado y lo conquistado, pero los SERES HUMANOS, quienes como tú aspiran a VIVIR, no pueden triunfar en tal hazaña sin METAS, que son el alma, las entrañas de la vida. Sin objetivos, no se vive, se muere meramente.

Pero la fortaleza no reside en imponerse metas, sino en el firme propósito de superar los desmayos, los inevitables errores, las continuas caídas, los avatares de la vida. ¡Imponte metas, CoCo-A.! Puede que otros sean más infelices con ello, por no alcanzarlas plena y puntualmente. Pero tú estás llamada a proponértelas, seguro que a intentarlas porfiadamente y a conseguirlas. En ello consiste el reto y la consecución gradual que es la verdadera vida.

Tu profe, Mikel

Nota final: Si has llegado a leer hasta aquí sin dormirte, es que ya colmas todas mis esperanzas en ti depositadas, que no pueden ser mayores.