Espías humanitarios

Lamentamos, condenamos y repudiamos estas últimas siete muertes, como las anteriores cuya suma ya alcanza cifras espeluznantes: 10 españoles, 400 norteamericanos, 55.000 iraquíes, de ellos 45.000 militares y 10.000 civiles. Cada víctima, sin importar la nacionalidad, era un ser humano que seguiría vivo sin esta contienda declarada unilateralmente por Bush, Blair y Aznar contra la mayoría del Consejo General de la ONU.

Cada nueva matanza nos replantea múltiples preguntas: ¿Qué pinta el servicio secreto español en Mesopotamia? ¿Quién explicará a sus familias y a la ciudadanía el tipo de “misión humanitaria” que cumple el Ejército y el Centro Nacional de Inteligencia en Diwaniya? ¿Qué era tan necesario espiar en Babilonia para que mueran siete oficiales? ¿Cómo se está ayudando a los iraquíes para que celebren la muerte de los extranjeros bailando sobre sus cadáveres, mientras gritan vivas a Sadam? ¿Por qué se enviaron tropas y no ONGs si realmente se trataba de un servicio caritativo? ¿Para qué, de verdad, hay que seguir pagando un precio de sangre, muerte y culpabilidad manteniendo soldados y espías en Irak, cuando no lo hacen ni Francia, ni Alemania,…? ¿Qué intereses reales se está defendiendo? ¿No es todo esto un desatino insensato de Aznar para figurar en Las Azores, a cambio de perder crédito internacional ante el mundo árabe y europeo, ante la ONU, y sólo para ganar no se sabe qué y seguramente a título personal ante la reaccionaria administración de Bush?

¡Basta de mentiras! El culpable de las muertes españolas tiene nombre: Aznar, por la forma en la que, sin declaración de guerra ni paso por el Congreso, se sumó a una Coalición militar que desató toda esta catástrofe genocida. Rajoy parece deseoso de asumir la misma responsabilidad en este gravísimo error histórico con sus apresuradas declaraciones de que “España no se replanteará su papel”, lo que debe entenderse que continuará como potencia ocupante de una invasión sin el aval de la ONU. La gravedad de la tragedia exige más que el cese del inepto ministrillo de turno: El presidente Aznar debe rectificar inmediatamente o dimitir.

Finalmente que no aduzcan el subterfugio chantajista de que la oposición se alegra de las muertes. ¡No, nunca! ¡De ninguna muerte! Para que no haya duda, ojalá todos dijésemos lo mismo y actuásemos en consecuencia: Lamentando, condenando y repudiando por igual todas las muertes, tanto de españoles, italianos, norteamericanos, o iraquíes, y muy especialmente de los civiles iraquíes: ancianos y ancianas, hombres y mujeres, niños y niñas completamente inocentes. Quede toda nuestra solidaridad con las víctimas y sus familias, de aquí y de allí. Seguimos queriendo la paz.

Delitos inventados

Portada de “EL PAÍS”, primera noticia a cuatro columnas: “El Consejo de Ministros crea dos nuevos delitos contra el plan del ‘lehendakari’”. Me froto los ojos, suspiro y releo la noticia. ¡No puede ser!

¿El Código Penal puede reformarse en un fin de semana para inventar, o crear un nuevo delito, contra un plan o contra una persona? Ya puestos, ¿por qué no prohíben apellidarse Ibarretxe, ser Lehendakari, pensar como nacionalista o, directa y llanamente, ser vasco?

Y todavía hay gente que no entiende porqué en Euskadi queremos un Consejo Judicial Vasco… Muy sencillo, para poder opinar y decidir libre y democráticamente sin que se improvisen delitos de opinión, simplemente para llenar los periódicos con la populachera cruzada antivasca y seguir confundiendo a la porción más torpe del electorado… español, porque la ciudadanía vasca, y otras como la catalana, lo vemos todo cada día más claro.

¿Por qué DÍA - RÍA - MENTE?

CyberEuskadi superó el aluvión de e-mails autorizando esta Sección: ¿Buena excusa?

La afición de un escritor amateur que diariamente garabatea un artículo en sus insomnios de madrugada, conduce inexorablemente a que algunos de esos escritos se publiquen en la prensa impresa y casi todos en la pléyade de medios digitales que ofrece Internet. Recientemente, una prestigiosa web especializada, CyberEuskadi.com, decidió superar el agobio de recibir estos abundantes e-mails autorizando a quien suscribe a distraer a sus lectores con estas improvisaciones cotidianas. El autor propuso como nombre de la sección el titular de esta nota, porque los temas comentados eran variados pero insistentemente recurrentes, centrándose en aspectos sociales y políticos de actualidad, escritos desde Getxo-Euskadi, con incursiones frecuentes en áreas de educación, familia y desarrollo personal. Excepcionalmente y como una licencia más, la crónica de hoy, pergeñada con la premura habitual, trazará tres pinceladas sobre la tríada de ámbitos desde la actualidad (día) vasca (ría) repensada (mente).

DÍA: Ayer se habló de educación en el Parlamento Vasco. Qué interesante y absorbente, aunque se cierna sobre ese foro un acoso mediático-político del PP que amenaza con convertirlo en el “Callamiento Vasco”, impidiéndose el mismo debate que es la base del parlamentarismo, que etimológicamente viene de hablar. Esta inquisitorial política de cerco a la democracia y de explotación populista del tema vasco (y catalán) como granero de votos desinformados en la meseta, pasará a la historia negra de la derecha española,… y como no se cuiden también al pasivo del titubeante socialismo del PSOE, que no de la verdadera izquierda actualmente ya sólo representada por IU y otras siglas.

RÍA: En Euskadi estamos viviendo desde hace meses, dos procesos de renovación de los dos partidos referentes del nacionalismo vasco democrático. El pasado fin de semana hemos asistido a un desenlace rápido en EA, Eusko Alkartasuna, donde la ponencia política ha sido mayoritariamente respaldada, con una apuesta por la colaboración con el PNV u otros partidos, pero con una crisis subterránea de familias. Tres candidaturas presentadas, finalmente dos y victoria por un 60-40% para la opción oficial de Begoña Errazti, es una herida que EA deberá restañar para proseguir con una breve historia de 17 años muy frágiles. En EAJ-PNV el proceso es mucho más dilatado y complejo, con un intenso debate doméstico sobre tres ponencias de calado: la política, la de estatutos y la educativa, aparte de la renovación del EBB y de su presidencia, con el histórico relevo de Xabier Arzalluz. Todavía no es el momento de valoraciones, excepto de una: La gratitud por vivir en una sociedad donde los líderes no designan a sus delfines, mientras las cohortes gritan “Ave, César”. Aquí, la democracia interna de los partidos vascos es real, y si alguien no se lo cree que revise los requisitos que la Comisión de Garantías y Control del PNV debe aplicar, con una votación final simultánea en todos los batzoki el próximo 18 de diciembre, para evitar influencias o maniobras externas.

MENTE: Una confesión final. La afición de compartir interactivamente pensamientos y emociones desde este rincón del mundo con lectores próximos o lejanos, geográfica o ideológicamente, que contestan y replican es muy gratificante para quien se reconoce como un simple y locuaz educador frustrado en muchas de sus singladuras, pero impenitente y vocacional. Ya lo dijo Don Quijote: “Podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el ánimo les será imposible”

Eres lo que lees

Circula por Internet un e-mail que ofrece una visión irónica de los lectores de prensa estadounidenses, en función del periódico que leen cotidianamente. Dice así: The Wall Street Journal es leído por la gente que dirige el país; The New York Times por la gente que piensa que dirige el país; The Washington Post, por la gente que piensa que ellos deberían dirigir el país; USA Today, por quienes piensan que ellos deberían dirigir el país, pero no entienden el Washington Post; Los Angeles Times es leído por la gente que no tendría problemas en dirigir el país, si tuviesen tiempo; Boston Globe, por aquellos cuyos padres acostumbraban dirigir el país; New York Daily News es leído por la gente que no está muy segura de quién está dirigiendo el país; New York Post, por la gente a la que no le importa quiénes están dirigiendo el país, en tanto hagan algo escandaloso; San Francisco Chronicle, es leído por la gente que no está segura de que haya un país o de que alguien esté dirigiéndolo; y Miami Herald, es leído por la gente que está dirigiendo otro país.

Cada diario, en cualquier parte del mundo, mantiene obviamente cruciales intereses comerciales y una ideología latente con palpitantes criterios políticos (sobre todo cuando sus editores lo niegan), todo ello adobado con un estilo comunicativo propio, fuertemente condicionado por su capacidad humana y tecnológica que deriva directamente de su tirada, de su respaldo financiero y de su conexión con el poder económico-político. El periódico es un espejo, donde la prensa transmite lo que cree que sus lectores quieren leer y los ciudadanos compran el periódico donde ven mejor reflejadas sus opiniones, de modo que lectores y medios se realimentan y fidelizan mutuamente. Aunque esto tiene sus excepciones, y Euskadi es un ejemplo. Concretamente en el grupo Vocento, (antes el Grupo Correo-ABC, no hace mucho el Correo Español), mantiene una extraña presencia prolongada ante una ciudadanía vasca con la que discrepa inflexiblemente en sus opciones sociológicas y políticas mayoritarias. Un caso único merecedor de un análisis que rebasa las posibilidades de este escrito, que sorprende con insólitas contradicciones mediáticas como destacar los fracasos que afectan a su sociedad lectora, al tiempo que relegar o minimizar sus éxitos: justamente lo opuesto a la habitual práctica periodística, donde normalmente los diarios exaltan y se enorgullecen de los triunfos colectivos y se solidarizan con las desgracias, procurando propagar optimismo y confianza entre sus lectores.

Podemos remedar el mensaje inicial con una traslación a nuestra sociedad donde ha abundado el modelo prototípico de comprador de periódico que se pasea con él debajo del brazo, con la cabecera al aire pregonando su ideología (EL PAÍS, se llevó la palma en su mejor época “progre”). En todo caso, y en tono humorístico-costumbrista, podrían definirse con una subjetiva valoración el “(e)lectorado” de los principales periódicos ordenados según su difusión objetiva: EL PAÍS, leído por gente que piensa que ellos deberían dirigir el país, que ya lo dirigieron y que ven que no lo dirigirán en mucho tiempo; MARCA, el periódico de los que nunca dirigirán ningún país, pero quizá sí algún equipo deportivo; EL MUNDO, leído por gente que les gustaba creer que siempre lograban cambiar a los que dirigían el país, hasta que ha decidido Pedro J. que con los de ahora le va muy bien; ABC, para nostálgicos cuyos antepasados se acostumbraron a dirigir el país; LA RAZÓN, deletreado por quienes piensan que el país estuvo bien dirigido durante cuarenta años y que no entienden EL MUNDO; EXPANSIÓN, leído por la gente que seguramente dirige el país; DEIA y AVUI leídos por la gente que está dirigiendo otro país; GARA, para quienes quisieran poder votar para cogobernar algo; BERRIA, leído por los euskaldunes porque no disponen de más opciones; y terminado en una inmensa mayoría que no lee nada que no sea deportivo, rosa (PRONTO, HOLA,..) o inyectado por los medios de comunicación audiovisuales, potencialmente más manipuladores y que apelan emocionalmente a los radioyentes y telespectadores sometiéndolos con una dieta forzosa de pocos argumentos y mucha bazofia.

Concluyendo: la lectura de libros y prensa es muy sana, preferentemente si se lee de todo, con equilibrio y reflexionado para obtener conclusiones propias ante la variedad de criterios y pluralidad de posiciones. El futuro apunta inexorablemente hacia un formato digital de comunicación (con modelos propios como ESTRELLA DIGITAL,… o duales de prensa impresa y electrónica). Estos soportes interactivos permiten no sólo leer, sino comentar y colaborar a la ciudadanía del siglo XXI, que quiere participar directa y decisivamente en los asuntos públicos. Muy pronto se resolverá la paradoja de Zenón, y veremos a los lectores sobrepasando como Ulises a la tortuga de la prensa.

Ibarra: ¿Amarra o desbarra?

Según Rodríguez Ibarra "es un problema que ETA se autodisuelva, sin ser vencida (sic)".

Que Juan Carlos Rodríguez Ibarra era un personaje histriónico con deseos de portada permanente lo sabíamos; que era un “tonto útil para el PP” y un lastre para el PSOE fuera de Extremadura, lo sospechábamos; pero no imaginábamos que su nigromancia política le llevaría a desear insensatamente la permanencia de ETA hasta una lejana derrota en toda regla.

Byron decía que “el odio es, con mucho, el mayor de los placeres, porque amamos deprisa, pero aborrecemos despacio”. El presidente extremeño, supuestamente por alguna aversión que lo anima, ha rebasado el umbral de lo tolerable ética y democráticamente con sus últimas declaraciones en Mérida ante Europa Press: “El PSOE habría ‘mirado para otro lado’ si el PP hubiera hecho guerra sucia a ETA”. Primero vaticina que ETA decidirá un alto el fuego definitivo, lamentándolo porque ello potenciaría “Plan Ibarretxe y el triunfo del PNV” (sic). Para que no haya duda del despropósito político y moral (por no decir mental), remarca que “el PP tenía la responsabilidad histórica de haber terminado con ETA. Nosotros no, porque cuando quisimos (sic) nos metieron en la cárcel. Pero el PP hubiera podido terminar porque nosotros no hubiéramos metido en la cárcel a nadie. Incluso hubiéramos mirado para otro lado (sic)". Y concluye: "ETA va a terminar sola, no va a ser vencida, va a terminar sola y si termina sola tenemos un futuro complicado (sic)".

¿Qué pretende Ibarra con esto? Él supone que amarrar sus votos en Extremadura, pero patéticos y errados argumentos serían, prueba de que no puede presentar otros. Lo único que logra verdaderamente es desbarrar, demostrando manifiestamente que no repudia el inadmisible modo terrorista de ETA, sino los objetivos políticos del nacionalismo vasco democrático y pacífico.

Sr. Rodríguez Ibarra: si ETA desaparece ello será una gran alegría para toda la ciudadanía, vasca, extremeña o española, que podrán decidir libremente su futuro, sin coacciones violentas, ni explotación politiquera de la muerte y de la desolación. Bienvenida sea la “Propuesta de nuevo Estatuto Político para Euskadi” del Lehendakari Ibarretxe, o cualquier otra fórmula política, si consigue la terminación de ETA, porque después y con medios pacíficos no existirán problemas políticos irresolubles. Ojalá acierte usted, por una vez al menos, en su predicción de que ETA ofrecerá una tregua definitiva. Muchos siempre preferiremos una rápida autodisolución, aunque a otros les convenga una enconada guerra terrorista y antiterrorista por inconfesables intereses partidistas.

Undécimo mandamiento

A principios de los años ‘60, los Padres Escolapios nos llevaron de excursión a todos los del “cole”. No fue un viaje largo, sino un traslado a pie hasta el cine Ayala en mi barrio bilbaíno de Indautxu. Durante toda una mañana, con sus charlas y descansos incluidos, varias clases vivimos aquel día “Los diez mandamientos”. Fue una experiencia mágica, cóctel del misticismo épico que el Colegio Calasancio sabía inculcar y de la espectacularidad del remake que en 1956 realizó Cecil B. DeMille, tras una primera versión suya de 1923. La película rodada en el monte Sinaí, con uno de los decorados más colosales jamás construidos para el séptimo arte, narra la historia bíblica de un angelical Moisés, enfrentado a su hermano adoptivo y diabólico faraón, que decide renunciar a su vida de privilegios para conducir a su pequeño pueblo elegido por Dios, Israel, hacia la libertad (esto no era todavía anticonstitucional en aquellos tiempos, 1960 de la película, y alrededor de los años 1280-1240 a. C. del Éxodo).

El actual inconsciente colectivo, según Jung los patrones-tipos de conducta y representación comunes a todos los seres humanos, está formado por un mosaico de teselas, muchas de las cuales son de origen cinematográfico. Una pieza del puzzle siempre será para nuestra generación aquellos “Diez mandamientos”. Así que muchos creemos apreciar a un Ibarretxe-Moisés separando las aguas para abrirse paso en el Mar Rojo, otros creen avistar a un Aznar-Moisés con las tablas inmutables de la Constitución, mientras ante Rovira-Moisés la zarza ardiente del Estatut no se apaga ni con los 20.000 extras o comentaristas que intervienen en el filme de la realidad.

En nuestra era audiovisual y telemática, sólo se le podía ocurrir a TVE, la cortesana de turno, ahora del aznarismo, lanzar un último ataque antediluviano con la lectura por capítulos mediante un busto parlante de la Ce. O. Ene. Ese. Te. I. Te. U. Ce. I. O. Ene. en los telediarios de mediodía y noche. La embestida no es contra el Pe. I. sino contra el buen gusto, el lenguaje audiovisual y, en definitiva, los sufridos teleespectadores, cuyos últimos reductos contaminados por la tóxica telebasura podrán comprender el sentido anticipatorio de esta agresión, que amenaza proseguir con la lectura completa de “El Quijote” si los vientos plurinacionales o plurilingüísticos del noreste arrecian.

Hoy en día, que casi nadie sabría enunciar correctamente los diez mandamientos, a algunos se nos quedaron tan grabados que durante décadas nos hemos dedicado a coleccionar propuestas de un hipotético “undécimo mandamiento”. Según un proverbio inglés es “Que no te interesen los asuntos ajenos”; según un ecologista, "Heredarás tu santa tierra como su fiel sirviente, conservando de generación en generación sus recursos”; y otra es “No Matarás Tus Sueños”. Me quedo con la del neurofisiólogo John Lilly, “No aburrirás a Dios, o destruirá vuestro Universo”. ¡Ojalá aprendamos a no aburrir demasiado a Dios, ni a aburrirnos entre nosotros!