Una nueva década, la tercera de este siglo, comienza ahora 00:01 de hoy, 1-1-21. Quizá se repita algo parecido al siglo pasado, con los Felices Años Veinte tras la Primera Guerra Mundial que acabó a finales de 1919 y antes de la Gran Depresión de los años '30.
Por discreción algunos planes figuran con nombres internos y provisionales, dado que aún no han sido aprobados (en algunos casos, ni conocidos) por los equipos y órganos ejecutivos correspondientes.
Objetivos jubilares del año 2021:
Expansión interna y externa de Nagusiak Bizkaia en personas y organizaciones.
Mejora en la comunicación y transformación digitalización de EuskoFederpen.
Innovación en envejecimiento activo intergeneracional con BBK Sasoiko.
Puesta en marcha de un Piloto del Proyecto Roseto-Getxo ON.
Concreción y redacción de la iniciativa PiONeros.
Objetivos personales de la década de los felices ´20:
Sobrevivir y que lleguemos hasta 2031 Carmen y quien suscribe, con 75 y 77 años. Esto no depende solamente de nosotros, pero podemos y debemos intentarlo.
Hoy, 31-12-20, finaliza un año singular, maldito, instructivo, perfecto para revalorizar lo cotidiano. Muchas han sido las experiencias y aprendizajes vividos. Iremos completando algunas, pero ya señalamos las que ahora nos parecen más relevantes, desde lo personal y familiar hasta lo general y universal.
La reciente jubilación de Carmen, aún en el año COVID, nos ofrece otra panorámica vital.
Nuestros nietos crecen, el primero nació a primeros de 2010 (ya casi 11 años), y nos enseñan a vivir.
La pandemia ha sido punto de inflexión digital, de explosión de ciber-reuniones y videoconferencias, de nuevos modos de encontrarnos y colaborar. Curiosamente, hemos recuperado, con 305 posts en este vuestro blog, una cadencia de publicación superior a la habitual desde 2014.
Siempre nos queda expresar gratitud, por haber sobrevivido, nosotros y la mayoría de los nuestros. Pero queda la inmensa pena y el grato recuerdo de familiares y amistades que no han superado este año.
Hoy, también, concluye la segunda década de este siglo XXI. Se hace más difícil este análisis, sin una perspectiva mayor, pero apuntamos algunos vectores de lo acontecido desde nuestra humilde observatorio:
Nuestra doble jubilación, en 2018 y 2020, nos sitúa en una nueva etapa vital. Con obligaciones hacia nuestros descendientes y algunos ascendientes, pero con capacidad de abordar colaboraciones de gran interés.
En innovación mundial ha sido la década de Elon Musk con, entre otros, los inconmensurables avances de Tesla en transporte sostenible y SpaceXen viajes interplanetarios. Junto con otros avances en ciencia, tecnología y medicina nos prometen años venideros que merecerán vivirse.
Para concluir, un inmerecido pero agradecido Premio Aixe Getxo! de hace unos días, nos vuelve a comprometer en proyectos de ciudadanía con nuestros convecinos, con nuestros mayores y con toda la humanidad.
Los niños y niñas de ‘Masaka Kids Africana’ lo han vuelto a hacer: han conmovido al mundo con uno de sus bailes.
En esta ocasión, al ritmo de un famoso villancico para felicitar la Navidad, tal y como se aprecia en el vídeo inicial. Su interpretación más conocida es Jerusalema, nuestra propuesta para despedir este año 2020 (segundo vídeo).
‘Masaka Kids Africana’ es un refugio para huérfanos de Uganda en el que utilizan el baile como terapia.
La fundación ‘Masaka Kids’ es la que lo gestiona y trabaja con los niños, en su mayoría huérfanos, a los que les ofrecen un hogar, comida, ropa, educación y atención médica. Uganda es uno de los 15 países más pobres del mundo. Los ingresos medios anuales de sus ciudadanos son de 711 dólares.
Su más reconocida canción es la extendida por todas las redes sociales y, concretamente, la comunidad de Tik Tok, el Jerusalema Dance Challenge, un desafío de baile originario de Angola, que se ha convertido en una de las grandes revelaciones durante la pandemia.
La rítmica danza consiste en una serie de movimientos típicos de las bodas africanas, que siguen al son de la exitosa canción Jerusalema de la cantante Nomcebo Zikode y el DJ y productor musical sudafricano Master KG, ambos de Sudáfrica. Se ha convertido en un himno de esperanza ante esta pandemia que atraviesa el mundo.
Esta pegadiza canción espiritual que ha unido 5 continentes está escrita en venda o luvenda, un idioma de las 19 lenguas reconocidas que se hablan en Suráfrica. La letra cuenta que Jerusalén es una ciudad celestial en la que se puede estar en comunión con Dios y evoca a mantener la fe y la esperanza. Pero no fue sino hasta el mes de febrero de 2020 cuando se hizo popular, ya que en varios hospitales del mundo las médicas y enfermeros la comenzaron a bailar como símbolo de esperanza para vencer el COVID-19.
La letra de “Jerusalema” trasciende la religión. La canción habla de un sentido de pertenencia, búsqueda de bienestar, y de eventualmente encontrar el camino a casa. Por lo tanto, ya sea entre los creyentes religiosos, o como un tema alegre y bailable, la canción fundamentalmente captura la esencia de la humanidad: encontrar felicidad en las cosas que nos unen en lugar de dividirnos.
La máquina, en el módulo de mando y en el módulo lunar, era un prodigio de la época en 1969 con un procesador que se movía a 1 MHz y pesaba 32 Kg; hoy su reloj es de gramos, y funciona a varios GHz (5.000 veces más rápido un Intel Core i9), aparte de contar con varios núcleos, mucho mayor densidad por el ínfimo tamaño de sus transistores,...
Fue el ordenador de todas las misiones Apolo, uno de los primeros con circuitos integrados y estaba diseñado por el MIT de Massachusetts. Afortunadamente, habían previstodar prioridad a los procesos necesarios para llevar a cabo el alunizaje, cuando se sobrecargó por encender Aldrin simultáneamente ambos radares.
En este juego MOONdeberemos emular esas inteligentes rutinas binarias de software para ayudar a los astronautas a alunizar de forma segura.
Interesante este vídeo de mayor duración, con el creador del juego, Pablo Garaizar "Txipi", porque explica los modos multijugador, así como las infernales variantes de 5 y 6 bits (jugar en este enlace de Scratch), que endurecen mucho las condiciones para lograr el éxito.
Pablo Garaizares profesor en el departamento de Telecomunicaciones de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto y miembro del Deusto Learning Lab, Uno de los proyectos que alberga el Deusto Learning Lab es Compus, grupo creado para diseñar, producir y distribuir juegos de mesa con licencia Copyleft relacionados con actividades que promuevan el aprendizaje del pensamiento computacional. MOON, la primera creación del profesor Garaizar ha sido todo un éxito en Kickstarter, logrando en menos de 12 horas la cantidad necesaria para su creación.
Cuando recogimos nuestro ejemplar de MOONde manos de su creador Pablo Garaizar, en la Universidad de Deusto poco antes del inicio de la pandemia.
Jugando a este juego MOONaprenderás a contar en binario, realizar operaciones lógicas y matemáticas y reparar fallos técnicos que ocurrirán durante la misión.
Lo hemos probado durante unas horas, entrenando en la versión solitario (hay otros dos modos, cooperativo y competitivo). Resulta muy fácil de aprender y en la versión de 4 bits pronto se logra "cumplir la misión". Es recomendable iniciarse en el nivel más simple, donde contamos con más "energía", lo que permite más "operaciones" para lograr los sucesivos objetivos.
Este post se completará tras las partidas de esta tarde-noche.
Algunos aprendizajes del Taller, contando con Pablo Garaizar, el autor altruista del juego:
Existe en la Universidad de Deusto un registro por usuario de Google con los resultados de lo jugado, aunque sea en distintos dispositivos (por cierto, echamos de menos una versión en iOS). El tiempo de cada jugada, por cierto, no se contabiliza.
Sabiendo lo anterior, que la duración de cada una de las posiciones de 4 bits no es crítica, con la energía remanente antes de la resolución de cada caso, conviene que los registros B, C y D sean variados, para facilitar siguientes resoluciones.
Más entradas sobre nuestro padre Juan, que los primeros y últimos años de su vida solamente se expresada en bizkaiera, el dialecto del euskera de Bizkaia.
Porque habla de una nieta y de cómo su abuelo le inspira confianza con su tatarabuela. Porque relata los miedos infantiles y el modo de superarlos. Porque cuenta del 2020, un año que nunca se nos olvidará.
Las historias del año COVID_19, sin ninguna duda, viajarán a través de distintas generaciones. Ambientado en el año 2115, este cuento de animación comienza en un crucero espacial. Allí, un abuelo comparte con su nieta un recuerdo del año 2020 que será muy importante para ella.
"Es un cuento que nace de todo lo aprendido en este año tan complicado. Necesitaba escribir un cuento sobre esas ganancias que hay dentro de las pérdidas, y a través de los ojos de los niños y de las personas sabias que llevan años dentro de este mundo, encontrar la fuerza y la ilusión. Ojalá sea un cuento de esos que curan el alma y devuelven la sonrisa” destaca Albert Espinosa i Puig.
Para Rafael Álvarez ‘El Brujo’, es un cuento para niños que tiene una gran enseñanza también para los mayores: “Cuando uno dice ´todo saldrá bien´ hay un acto de afirmación tan poderoso de la voluntad y de la mente humana frente a la adversidad que nos devuelve al contacto con nuestro ser interior”.