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Hoy inicio un nuevo camino. No sé hacia dónde, pero si conmino a mis alumnos a que elijan su destino, yo también debo ser riguroso con mi vocación. Destino, grave palabra, significa meta, camino, andadura,...
Este diario de navegante recogerá mis primeros pasos. La pregunta es ¿hacia dónde?
Tengo la profunda intuición de que mis sentidos perciben una atracción ineludible. Sólo sé, con plena seguridad, que no me dejaré mover, ni arrinconar con miedos. Mi destino debe estar marcado por la seducción de mis objetivos, nunca por los temores de lo no deseado. Creo firmemente que el arrastre de un gran destino, impele mucho más eficazmente que los empujones de las múltiples huidas.
Cada día, en una página, recogeré el fruto reunido. Cada día, una reflexión, y cada día un propósito. Hoy será el día de Bilbao, recorrerá Bilbao, mi Bilbao de siempre, para escoger una zona. La zona en la que fijaré una sede de mi PROYECTO,...
Los sentidos siempre despiertos, la mente focalizada, la voluntad firme, el espíritu dispuesto, el esfuerzo presente y el futuro... despejado. ¡Qué sensación más vivificante! Escribir me dota de alas, seguiría escribiendo, pero... la vida me llama. Me lanzo a la vorágine de la acción, el movimiento es mi definición... Viernes, 19 de diciembre de 1997.