El 14 de noviembre de 1960, Ruby Bridges se dirigió a la escuela William Franz en Nueva Orleans. Tomó coraje, entró a las dependencias del colegio y se encontró con la institución vacía.
El cuerpo docente se había negado a enseñar a la niña negra y los padres del resto del alumnado no los llevaron más a esa clase. Sólo una maestra, Barbara Henry, se ofreció a enseñarle y lo hizo todo ese año, como si tuviera la presencia de más estudiantes en la sala.
Al final del primer día de clase, tres alguaciles federales, armados, esperaban a la gran Ruby Bridges para escoltarla a casa, frente a una multitud de casi mil personas que la agredían verbalmente, la escupían y la amenazaban de muerte. El Delegado federal Charles Burks, recordó más tarde: "Ella mostró mucha valentía, nunca lloró. Ella no lloró. Sólo marchaba como un pequeño soldado, y todos estamos muy orgullosos de ella".
0 comments:
Publicar un comentario