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Antes del Sinclair ZX-81, el primero de mis ordenadores del año 1982, había comprado hacia 1978 una máquina de escribir eléctrica Silver Reed. Cuando el editor Logo y la impresora del Commodore 64 la sustituyeron con ventaja, se la pasé a mi suegro.
La foto reciente acredita que treinta años después sigue en perfecto estado de funcionamiento. Se puede decir que esta máquina de escribir ha sobrevivido a, más o menos, veinte ordenadores más modernos que quedaron obsoletos.
1 comentarios:
Aúpa, Mikel !
a seguir su ejemplo...
Sólo engrasar los ejes de la carreta y mecerse en brazos de la Paz.
Fuerte abrazo riojano.
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