Cinco retos educativos para Euskadi

Proponemos cinco retos para la educación vasca en la iniciada legislatura, señalándose posteriormente (en un post que pronto publicaremos) cinco condiciones imprescindibles que parecen necesarias para la consecución de los objetivos enunciados, resaltando un elemento que ha faltado en toda la historia del autogobierno de las últimas década, el Liderazgo Educativo

Las metas encadenadas que debería anunciarse desde Lehendakaritza en los  próximos días podrían ser, sugerimos, las siguientes:
  1. Disponer de una primera Ley de Educación Vasca alcanzada con un amplio acuerdo en el parlamento vasco. Esto, con seguridad, requeriría previamente el siguiente empeño.
  2. Lograr un nuevo Acuerdo Escolar, heredero del Pacto Escolar de 1992 que fructificó en la Ley de Escuela Pública Vasca y la Ley de Cuerpos Docentes, y que ha sido muy positivamente valorada por toda la comunidad educativa. A su vez, y para equilibrar las redes escolares, convendría anterior o simultáneamente la próxima meta.
  3. Establecer una nueva organización de la Red Pública de Escuela Vasca, agrupada bajo un organismo público que bien podría denominarse Hezikidetza.
  4. Todos los avances debieran socializarse bajo una amplia campaña de difusión que transmitiese y posicionase a la ciudadanía vasca en pro de la prioridad de la educación, en todos sus ámbitos y edades, con solución universal. Sólo movilizando a familias y sociedad por por la interculturalidad, el plurilingüismo, la formación y la cultura se instala un país en los niveles de felicidad y convivencia a los que hemos de aspirar.
  5. Apostar por el éxito escolar universal, (en las enseñanzas básicas y obligatorias) de todas las alumnas y alumnos. Ya no basta que una sociedad ofrezca un pupitre a cada escolar, sino que ha de asegurar que - a lo largo de su trayectoria de escolarización- cada miembro del alumnado descubrirá su talento personal y elegirá su opción vital para convertirse en una persona integralmente formada (y ello también significa, con un destino profesional factible). 
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1 comentarios:

Enrique Sánchez dijo...

En cuanto al éxito escolar universal, cabe decir que el fracaso solo se concibe cuando se compara con algo que se considera como éxito. Lo que en esta sociedad es un fracaso en otra podría no serlo, incluso podría ser un triunfo. Más que de fracaso, debería hablarse de inadaptación, de no ajustarse a la pauta y a la norma. Lo que habitualmente se entiende por fracaso escolar consiste en no lograr el título académico mínimo, aquel que certifica que se ha superado la enseñanza obligatoria, de un determinado sistema educativo. Cuando esto sucede, cuando alguien no consigue el papel que lo avala, se considera que ha fracasado, que no ha cumplido con aquello que el sistema esperaba de él. Y no solo eso, sino que, además, se le hace responsable de ello. Y lo es; pero no el único: como poco, también son responsables los profesores, la escuela en su conjunto, las autoridades y las políticas educativas, los gobiernos que las implantan y las familias. Es responsable el sistema y somos responsables todos, por establecer una titulación mínima, un rasero, olvidando que no hay dos personas iguales y pretendiendo que lo sean.
http://www.otraspoliticas.com/educacion/fracaso-escolar

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