Hábitos Atómicos, o cómo crear sistemas para alcanzar metas

Lo propio de los inicios de cada nuevo año: ¿Sientes que tu vida puede mejorar, pero no sabes por dónde empezar? James Clear en  su obra “Hábitos Atómicos: Cambios pequeños, resultados extraordinarios” nos enseña la importancia que tienen las pequeñas mejoras en tu día. Ya que al repetir una acción, sin importar lo pequeña que sea, todos los días puede crear una acumulación que tenga un gran efecto. Atomic Habits se centra en la importancia de los hábitos en nuestra vida. Puede condensarse un resumen de los puntos clave
  • Los beneficios de los hábitos atómicos: Clear argumenta que los pequeños cambios, conocidos como hábitos atómicos (pequeños pero poderosos), logran un impacto acumulativo poderoso en nuestras vidas. 
  • Cómo los hábitos funcionan: Explica el bucle de retroalimentación de un hábito: señal, rutina y recompensa.
  • La regla de los 2 minutos: Introduce esta regla esencial para vencer la procrastinación y superar la resistencia inicial a la acción (vídeo). 
  • Cómo cambiar tu identidad con pequeños hábitos. 
  • La acumulación del éxito. 
  • Por qué los hábitos importan más de lo que piensas. 
  • La ley de la acumulación del éxito inverso. 
  • El momento de la señal. 
  • Cómo descubrir y arreglar los problemas fundamentales. 
  • El valor de los pequeños cambios
  • El mejor momento para iniciar un nuevo hábito. 
  • Cómo crear una buena rutina. 
  • La regla de los dos días
  • Cómo romper un mal hábito. 
  • Los 4 pasos de la formación de un hábito: 1ª ley: hacerlo obvio (SEÑAL). 2ª ley: hacerlo atractivo (ANHELO). 3ª ley: hacerlo sencillo (RESPUESTA). 4ª ley: hacerlo satisfactorio (RECOMPENSA).
  • Cómo utilizar la tentación a tu favor. 
  • Cómo romper malos hábitos con la ley de la inversión. 
  • Las tres leyes de los hábitos (y cómo usarlas a tu favor). 
  • Cómo hacer que los buenos hábitos sean irrompibles.
Piensa en este escenario: Si puedes mejorar 1% cada día durante un año, terminarás siendo 37 = 1,01^365 veces mejor de lo que eras cuando empezaste. De igual forma si deterioras tu conducta un 1% cada día al final del año estarías llegando 0,03 = 0,99^365. De esta forma lo que comienza como una pequeña ganancia o pérdida con el paso de los meses y años se volverá en algo enorme. 

Muy ilustrativo es el caso de Dave Brailsford. Cuando en el año 2003 tomó el papel como el nuevo director del equipo británico de ciclismo, ya llevaban sufriendo casi 100 años de mediocridad: Ningún ciclista británico había ganado el Tour de France, en por lo menos 110 años. Desde 1908 sólo habían conseguido una medalla de oro en los juegos olímpicos. Su situación estaba tan mal que uno de los fabricantes más importantes de Europa se había rehusado a venderles sus bicicletas por miedo a que su mal desempeño afecte a la marca. Pero Brailsford no era como los otros entrenadores: Él se movía conforme a estrategias y basaba sus acciones en una creencia: “Si se separa cada uno de los aspectos del ciclismo y se mejora solo un 1% en cada uno de ellos, se logran grandes resultados".

Así lo hicieron: Rediseñaron el asiento de la bicicleta para que fueran más cómodas. Utilizaron alcohol en las ruedas para darles mejor tracción. Los ciclistas empezaron a usar short con sistema eléctrico. Comenzaron a trabajar con sensores para medir la respuesta de los entrenamientos. Eligieron las almohadas y los colchones para que los atletas tuvieran un mejor descanso. Pintaron de blanco el interior del camión donde transportaban las bicicletas para detectar partículas de polvo, ya que afectaba al desempeño de las bicicletas en la pista. Conforme estas pequeñas mejoras se acumulaban también lo hicieron los resultados y después de tan sólo 5 años el equipo británico pudo obtener 60% de las medallas (disponibles para esta actividad) en los juegos olímpicos de Pekín. Cuatro años después, Bradley Wiggins se convirtió en el primer Británico en ganar el Tour de France. Durante un periodo de 10 años los ciclistas británicos ganaron 178 campeonatos mundiales, 66 medallas de oro olímpicas y obtuvieron 5 victorias en el Tour de France. 

Tus hábitos actúan de forma acumulativa a tu favor o en tu contra”, asegura James Clear. Todos los grandes logros comienzan por pequeñas decisiones que tomas en tu día, a medida que se repiten se convierten en un nuevo hábito y terminan definiendo a la persona que eres. 

Olvídate de las metas y crea sistemas. Lo primero que escuchas cuando quieres mejorar tu vida es que tienes que crear metas y trabajar para conseguirlos. Pero esta afirmación esta a medias ya que, aunque los metas suelen mostrarte lo que deseas conseguir, no suele determinar si lo consigues o no. Scott Adams definió en su libro “Cómo fracasar en casi todo y aun así triunfar” la diferencia entre crear metas o sistemas para lograr lo que deseas en tu vida. Según Adams las metas son solo lo resultados que quieres obtener, mientras que los sistemas son los procesos que sigues para llegar a estos resultados. Piensa que todo el mundo tiene metas en su vida, para algunos puede ser bajar de peso, entrar a la universidad, mejorar en el trabajo o conseguir libertad financiera. Pero todas estas cosas son el destino, pero no la forma de hacerlo. En cambio los sistemas te entregan los pasos que debes de seguir para llegar a tu meta. 

Las metas son los resultados que quieres alcanzar. Los sistemas se enfocan en el proceso para llegar a esos resultados. Piensa que las metas no te asegura el éxito, ya que los ganadores y perdedores tienen las mismas metas. Las metas son buenas para darte una dirección, pero los sistemas te dan un progreso el cual seguir. Lograr una meta solo depende de un cambio momentáneo. Las metas limitan tu felicidad (Si lo logras eres feliz y si no significa que fallaste). El propósito de crear metas es ganar el juego, mientras el propósito de crear sistemas es seguir jugando el juego. No te elevas al nivel de tus metas, caes al nivel de tus sistemas.

Cada cambio de conducta tiene 3 leyes, capas o niveles: 
  1. La primera capa trata de cambiar los resultados. En este nivel se ve todos los cambios que quieres tener en tu vida, desde bajar de peso, mejorar en la escuela, ser más ordenado o incluir el hábito de la lectura. La mayoría de tus metas están asociadas a este nivel de cambio. 
  2. En la segunda capa se trata de cambiar el proceso. En este nivel está enfocado en cambiar tus hábitos y los sistemas que manejas en todos los días. Aquí se puede encontrar trabajar con una nueva rutina en el gimnasio, usar un sistema de manejo de tiempo o intentar una práctica de meditación. Considera que la mayoría de los hábitos que te creas están relacionados a este nivel. 
  3. El tercer y el nivel más profundo es cambiar tu identidad. En este se encuentra el cambio de creencias, ideas y juicios sobre ti o los demás. Por ejemplo cuando sientes que no eres bueno haciendo dinero o creando un negocio porque toda tu familia ha fracasado este tipo de pensamientos están asociados a este nivel. 
La mayoría de las personas cuando empiezan a cambiar sus hábitos se enfocan en todas las metas que quieren conseguir. Pero se deberían enfocar en construir hábitos basados en la identidad. James Clear explica el porqué con un ejemplo en su libro hábitos atómicos: Piensa en dos personas que están intentando dejar el alcohol, cuando le ofrecen alcohol a la primera está contesta: “No, estoy intentando dejar de beber”. Esta persona todavía se cree que es un bebedor que esta tratando ser alguien distinto. Espera que su conducta cambie mientras sigue con sus mismas creencias. La otra persona contesta de una forma distinta “No gracias, no soy un bebedor” aunque no hay tanta diferencia, muestra que el cambio no solo viene de sus acciones sino de su identidad. Esta persona ya no se ve como alguien que bebe. Los cambios no son duraderos cuando tu comportamiento y tu yo no son compatibles. 

Piensa que todas las mejoras en tu vida son momentáneas hasta que las vuelves parte de lo que eres: Tu meta no es leer un libro, sino es volverte en un lector. Como en una historia de una persona que bajó 25 kilos solo haciéndose una pregunta “¿Qué es lo que haría una persona sana?”. Cada vez que se topaba con alguna situación utilizaba esta pregunta como una guía para tus acciones ¿Una persona sana pediría una ensalada o una hamburguesa?,...

James Clear divide en 4 simples pasos el cambio de un hábito: 
  1. Señal (cue). Si ves la primera señal que le dice a tu cerebro que es momento de iniciar con la acción. Esta señal es un pequeño pedazo que anticipa la recompensa y le muestra a tu cerebro que existe una recompensa cercana le produce un anhelo por alcanzarla. Esto lleva al segundo punto,...
  2. Anhelo (craving). Se refiere a todas las fuerzas motivacionales que puedes encontrar detrás de un hábito. Los pensamientos, sentimientos y las emociones que la persona que observa es lo que transforman estas señales en anhelos.
  3. Respuesta (response). Que se puede presentar en la forma de un pensamiento o acción. Lo que determina si la respuesta ocurre es lo motivado que te encuentres y de cuánta resistencia tenga esta acción. 
  4. Recompensa (reward).  Que tiene dos propósitos, el primero es satisfacer aunque sea por un momento el anhelo y el segundo es enseñarle al cerebro las acciones que valen la pena recordar en el futuro. 
En resumen estos pasos están entrelazados y necesitan el uno del otro para que un hábito se pueda crear: la señal provoca un anhelo, este anhelo provoca una acción y esta acción una recompensa. Estos cuatro pasos juntos forman un circuito de retroalimentación neurológica (la repetición de estos pasos) que te permite crear hábitos automáticos, este ciclo es conocido como ciclo de los hábitos. Hay mucho más contenido en este libro, que recomendamos leer. Algunos temas también abordados, como el "Efecto Diderot" será objeto del próximo post. 

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