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¿Qué deseas hacer con tu vida?

Resulta gratificante analizar las aspiraciones de otros para reordenar nuestras propias metas.

Una website en Internet, http://www.43things.com/, recoge y sugiere posibles objetivos vitales para los seres humanos. Permite crear con facilidad un registro personal, que recogerá nuestras aspiraciones, quedando expuestas para poder ser compartidas por otros lectores. Resulta vivificante el ejercicio de tratar de disponer con franqueza y rapidez nuestros afanes individuales… Cuando la imaginación se nos agote, porque hasta para soñar mostramos poca ambición, podremos recurrir a copiar los anhelos de otros, que muchas veces han sido más clarividentes que nosotros.

Desde 1.085 ciudades de todo el mundo, 14.460 personas han sugerido ya 52.187 propósitos. Los deseos de tanta gente se agrupan en categorías por frecuencia, según la recopilación de este sitio web, cuya traducción es “Quiero hacer 43 cosas”. Es significativo de nuestro tiempo, y de la tipología de internautas que transcriben sus metas, que los principales temas sean disfrutar de viajes pendientes, conseguir canciones o cualidades musicales, cambiar estilos de vida, practicar más ejercicio o deporte para mejorar la salud, avanzar en programación o conocimiento del ordenador, escribir más libros, diarios personales o weblogs, continuar la formación anteriormente recibida, mejorar en actitudes personales, estudiar arte y humanidades, estrechar los lazos familiares, ganar más dinero, renovar o avanzar en el trabajo, desarrollarse como personas y ganar en amor.

Algunas de las bellas intenciones que abiertamente se expresan, para deleite de todos, son viajar por el mundo, aprender a tocar un instrumento musical, vivir apasionadamente, tener hijos, perder peso, aprender a navegar mejor por Internet, escribir diariamente, perfeccionar un idioma, ir de nuevo a la universidad, superar la pereza, gastar menos tiempo ante la televisión, pasear más, hacer más y mejores fotografías, dejar de fumar, ahorrar más, hallar una profesión más interesante, meditar un rato cada día, comer alimentos más naturales, llamar más a los familiares, no preocuparse por lo que piensen los demás, leer más periódicos y libros, ir a más conciertos, mantener un contacto más cercano y regular con las amistades, o enamorarse más cada día… Y tú, ¿qué quieres hacer?

Escribiendo en Internet

En 1962 Bob Dylan presagió el fenómeno de Internet con su Blowin’ in the wind (La respuesta, colega, la susurra el viento).

La música de Bob Dylan representó, para quienes éramos jóvenes en la década de los ’70, el símbolo de trasgresión desafiante de quien desprecia el (des)orden establecido y se enfrenta a los más poderosos del país todopoderoso. Su balada pacifista fue una metáfora contra la guerra del Vietnam y sigue siendo el mejor alegato contra toda forma de violencia: “¿Cuántas veces deben volar las balas antes de que sean proscritas para siempre? ¿Cuántas muertes más tendrá que haber para que sepamos que ha muerto ya demasiada gente? ¿Cuántos años debemos sobrevivir antes de que se nos permita ser libres? ¿Cuántas veces giraremos la cabeza fingiendo no haber visto? La respuesta, amigo mío, se la lleva el viento”.

Treinta años después, no sólo la música permite difundir mensajes a los grupos y seres humanos menos favorecidos en el control de los grandes medios de comunicación en formato escrito o audiovisual. Internet, las webs y los blogs han popularizado una información planetaria, accesible a gran parte de la población mundial, sin más fronteras que una conexión telemática y el idioma de redacción.

Escribir en Internet ofrece, además de la publicación instantánea y múltiple, un retorno de los lectores, quienes pueden responder con igual rapidez y difusión a los artículos iniciales. Analicemos ambas propiedades, multiplicidad y debate, porque condicionan decisivamente el modo de diálogo, muy diferente al de una “Carta al Director” en un periódico de papel.

multiplicidad. Escribir sin pensar en un solo medio, ofrece una libertad sin igual. Anteriormente a Internet, un artículo de opinión o carta se dirigía a un diario concreto, y había de adaptarse a su formato breve de la prensa escrita, a su temática preferentemente política, e incluso al modo de pensar mayoritario que los lectores de cada publicación quieren releer para ratificarse en sus creencias.

Hoy día, personas tan desconocidas como quien suscribe, remiten un mismo artículo a toda la gama de periódicos de varios subcontinentes. Ello provoca la paradoja de que quienes leen un único periódico, donde ocasionalmente han aceptado algún escrito tuyo, creerán a pies juntillas que “eres de los suyos”, porque jamás te leerán en los “otros” medios. Me sucede a mí mismo con gente que sólo lee Gara o La Razón (por citar sólo dos extremos del espectro político), sin remitirse jamás a mi blog o web personal donde figuran cientos de artículos publicados, simultáneamente en ocasiones, en decenas de medios en papel y electrónicos.

Esa variedad y pluralidad de medios destinatarios permite a los autores desplegar toda la dimensión polifacética propia de los seres humanos, sin especializarse en monotemas, ni rehuyendo la complejidad de los enfoques posibles. Al mismo tiempo exige un máximo rigor argumental para defender una exposición no presentada sólo ante simpatizantes, porque tu voz será recogida por sensibilidades muy diferentes en medios convencionales o de contra-información, dirigidos a la juventud o a la tercera edad, de lectores con perspectivas ideológicas, políticas, sociales, geográficas o religiosas muy dispersas. Todo ello promueve el buen consejo de “perder el falso pudor”, y presentarte como lo haría un ingenuo niño o un anciano sabio que simplemente dicen lo que piensan sin absurdas restricciones de lo “social o políticamente correcto”.

debate. Los foros y los blogs estimulan las respuestas y la controversia sobre los artículos seleccionados. El precedente histórico más próximo serían las tertulias de café, sólo que aquí caben espectadores que intervienen sin más restricción que la acción del moderador, en caso de existir. La sinceridad preconizada precedentemente ante cuestiones muy diversas suele provocar que lectores demasiado unidimensionales no acepten que si alguien ha defendido una determinada posición política no coincidente con la suya, a partir de entonces repudien todo el resto de opiniones en cualquier otro terreno como la autoayuda, el amor, la familia, la educación, la adolescencia,… Esta estrechez de miras es frecuente y lamentable, por devaluar la discusión fructífera y por los efectos negativos sobre quienes la practican.

Lo cierto es que en las contestaciones a los escritos, la fidelidad ofensora de los detractores recalcitrantes es infinitamente superior a la adhesión de los tibios simpatizantes. Éstos últimos, lógicamente, no siempre mantienen un criterio concurrente y son justificadamente críticos con algunas opiniones emitidas, discrepando en señaladas ocasiones al tiempo que aceptan algunas concomitancias de pensamiento común. Los primeros, los fustigadores acerbos, no dejan nunca de leerse un escrito para repudiarlo con tenaz reiteración e insistir en que jamás volverán a leer nada más de su odiado autor… hasta que vuelva a aparecer el siguiente un día más tarde. Así que todo blogista, por muy amateur que se considere, quizá debiera procurar no defraudar jamás a sus más perseverantes censuradores maldicientes… antes que intentar la difícil tarea de agradar repetidamente a sus inconstantes fieles.

Pero es preciso escuchar con sutileza toda crítica, destructiva o constructiva. Los contumeliosos te acotan la senda de tu mejor camino, y los positivos refuerzan la voluntad de proseguir tanteando un posible avance, admitiendo sus sugerencias cuando surgen las discrepancias puntuales. En todo caso, es muy de agradecer a unos y otros sus aportaciones, su seguimiento y perseguimiento, sus lealtades en el ataque y en la defensa, generalmente más públicas y anónimas las primeras en el foro general y las segundas más entrañables por correo electrónico privado con plena identificación del interlocutor.

Como conclusión general, cabe señalar el nuevo espacio de diálogo y libertad que produce la denominada blogosfera. Aunque algunos rémoras históricas sigan actuando, como la abundancia de plataformas políticas en contraposición a las escasas de opinión humanista y cotidiana más intimista. Además, la hipertrofia política se sobreentiende casi exclusivamente como confrontación, como contraposición de perspectivas, nunca como un intento de aproximación de posiciones,… Endémicamente se busca la polémica por la polémica, la contestación airada, la descalificación injustificada e injustificable; raramente cabe compartir sensaciones, recordar juntos aquel olor a barquillos que nos retrotrae a la infancia,… ¡Lástima por todos nosotros!

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/internet.htm

Ocasión para la opinión

El sentir ciudadano se ha extendido y democratizado con la incorporación de webs y blogs al espacio reducido de la prensa escrita convencional.

Internet ha permitido a millones de seres humanos compartir sus voces y reflexiones, buscando completar las opiniones que se expresaban exclusivamente por medios de comunicación más elitistas, a los que sólo tiene acceso una minoría cercana a los diversos poderes fácticos de las diferentes comunidades de intereses económicos, políticos, sociales y culturales.

La eclosión y popularización de los sitios web, junto con el fenómeno más inmediato de las aplicaciones según el modelo de las bitácoras (blogs y feds), ha contribuido decididamente a una inimaginable facilidad de escritura-transmisión-almacenamiento abierta a un significativo porcentaje de la población, al menos en las sociedades más avanzadas.

La reciente irrupción de la denominada “Blogosfera”, archipiélago plurilingüístico e intercultural de los lugares weblogs, ha alterado las fórmulas y los procedimientos de interrelación humana. En la prensa escrita, los artículos de opinión podían ser o no compartidos, y sólo quedaba la ocasión de aplaudir o criticar mediante el resquicio de escribir una “carta al director”. Los foros de internautas han permitido generalizar y globalizar mucho más el debate, con respuestas y contrarréplicas. Quizás convenga diferenciar ambos formatos, blogs y webs, en función de si se desea generar o no polémica ulterior, donde se ofrece la oportunidad añadida para quien lo desee de proseguir la defensa de su posición inicial en este efecto inducido por su publicación.

Hoy día es perfectamente factible remitir un escrito diario a decenas de boletines (la inmensa mayoría sólo digitales), mediante el simple envío a una lista de correo electrónico. Quienes seguimos este procedimiento, lamentablemente no podemos entrar -sino muy ocasionalmente- en las cuestiones colaterales suscitadas, independientemente de su carácter favorable o desfavorable.

Ayer, alguien que firma como “ciudadano global”, apuntaba en uno de estos foros (concretamente en IblNews). “Estimado Mikel A. A.: Permíteme que te indique que siento curiosidad por saber cómo es posible que tengas tantos fans que salen en tu defensa, porque al parecer tú no lo ves necesario. Si ésa es tu filosofía, que sería de respetar, convendría que indiques a tus fans que no deseas que te defiendan. De lo contrario, y muy a mi pesar, voy a tener que pensar que estás detrás de esas defensas, lo que ya no me parecería tan positivo… Cordiales saludos y mi enhorabuena por todos tus escritos”. Le respondo con esta nota: “Estimado Ciudadano Global: Me alegra que se debata sobre mis posiciones, siempre que sea constructivamente, con respeto e inteligencia. Me congratula saber tengo algunos fans a favor… y muchos en contra, y que discutan entre sí. Ruego excusen que no intervenga en el seguimiento de mis artículos por falta de tiempo, aunque siempre respondo a los e-mails identificados que recibo. Esperando su comprensión, se despide atentamente…”.

Lo más sorprendente no es que alguien no llegue a entender que un autor rehuya participar en el reguero de controversias, a menudo con pocos argumentos, que pueden generar sus artículos. Lo más increíble es que se llegue a sospechar que quien por economía de tiempo no puede rebatir o matizar las opiniones agregadas, se entretenga disfrazándose bajo el tosco subterfugio de un anónimo fan suyo. En la libertad de escribir mediante apodo o nominalmente, cada interlocutor elige su método de participar, siendo improbable un cambio de modalidad.

Más aún, las normas de etiqueta y cortesía debieran excluir que, a quien escribe identificadamente, se le pueda replicar desde el anonimato más absoluto, pero en pro de la participación todo se tolera. Lo que es ya rizar el rizo es que alguien agazapado bajo el anonimato acuse a quien se retrata… de estar detrás de sus fans. Ridículo, y sólo solucionable exigiendo la identidad registrada de todos los contertulios. La desafortunada mezcolanza de respuestas en algunos foros con insuficiente moderación ha favorecido la preeminencia del sistema de los blogs donde la moderación corre exclusivamente a cargo de su creador.

En todo caso, como consejo general se recomienda iniciarse en el arte de la escritura solamente tras haber dedicado muchos años al análisis de prensa impresa y electrónica, además de haber navegado por todo tipo de literatura. Si dicen que estamos dotados con dos oídos y una sola lengua para escuchar el doble de lo que hablamos, entre la lectura y la escritura la desproporción es aún mucho más acusada. Por ello, un objetivo deseable para todos nosotros es la lectura cotidiana de múltiples y variadas fuentes de información y conocimiento,… como los blogs y webs.

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/weblogs.htm

William James Sidis según James Thurber en The New Yorker

¿Dónde están ahora? ¡Día de los inocentes! por James Thurber. The New Yorker, sábado 14 de agosto de 1937, 22-26.

Una tarde nevada de enero de 1910, alrededor de cien profesores y estudiantes avanzados de matemáticas de la Universidad de Harvard se reunieron en una sala de conferencias en Cambridge, Massachusetts, para escuchar a un orador llamado William James Sidis. Nunca antes se había dirigido a una audiencia y al principio se sintió avergonzado y un poco incómodo. Sus oyentes tenían que prestarle mucha atención, porque hablaba con una vocecita que no se escuchaba bien y puntuaba su charla con risas nerviosas y estridentes. Un mechón de cabello rubio le caía sobre la frente y unos penetrantes ojos azules se asomaban desde lo que uno de los presentes describió más tarde como un rostro "parecido a un duendecillo". El orador vestía medias de terciopelo negro. Tenía once años.

A medida que el niño se familiarizó con el tema, su timidez se derritió y llegaron a los oídos de sus oyentes las palabras más notables que jamás habían escuchado de labios de un niño. William James Sidis había elegido como tema de su conferencia "Cuerpos de cuatro dimensiones". Incluso en este selecto grupo de caballeros eruditos, hubo quienes fueron incapaces de seguir todos los procesos del pensamiento del niño. Para los legos que estaban presentes, la cuarta dimensión, como se demostró esa noche, debía de haber encajado perfectamente en su definición coloquial: "un reino especulativo de relaciones incomprensiblemente involucradas". Cuando todo terminó, el distinguido profesor Daniel F. Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts se sintió impulsado a predecir a los periodistas, que habían escuchado con profundo desconcierto, que el joven Sidis crecería hasta convertirse en un gran matemático, un líder famoso en el mundo. de Ciencia.

William James Sidis, que a la edad de once años apareció en las portadas de los periódicos de todo el país, era un estudiante de Harvard en ese momento. Para explicar cómo llegó allí, debemos mirar a su padre, el fallecido Boris Sidis. Nacido en Kiev en 1868, el padre Sidis llegó a este país, aprendió inglés y fue a Harvard, donde se graduó en 1894. Su especialidad era la rama de la psicoterapia que se ocupa de aliviar las enfermedades nerviosas y los desajustes mediante sugestión mental. Escribió un libro titulado "La psicología de la sugestión" y estaba muy interesado en los experimentos para transmitir la sugestión mediante el estado hipnótico. Creía que en los primeros años el cerebro es mucho más susceptible a las impresiones que en la vejez. Cuando nació su hijo en 1898, nació, por así decirlo, en un laboratorio. Boris Sidis dirigía entonces un instituto psicoterapéutico en Brookline, Massachusetts. Era un admirador y amigo del fallecido William James, y le puso a su hijo el nombre de ese gran psicólogo.

Boris Sidis comenzó sus experimentos con su hijo cuando el pequeño William tenía dos años. Parece que indujo una especie de estado hipnoidal mediante el uso de bloques alfabéticos. Los rápidos resultados que obtuvo deleitaron su mente científica. El niño aprendió a deletrear y leer en unos meses. Al cabo de un año podía escribir tanto en inglés como en francés en la máquina de escribir. A los cinco años había compuesto un tratado de anatomía y había ideado un método para calcular la fecha en que había caído cualquier día de la semana durante los últimos diez mil años. Boris Sidis publicó varios artículos en revistas científicas describiendo los logros de su bebé. A los seis años, el niño fue enviado a una escuela pública de Brookline, donde sorprendió a sus maestros y alarmó a los demás niños al superar siete años de escolarización en seis meses. Cuando tenía ocho años, William propuso una nueva tabla de logaritmos, empleando 12 en lugar del habitual 10 como base. Boris Sidis publicó un libro sobre su increíble hijo, llamado "Filisteo y genio", y entró en Quién es quién en Estados Unidos .

El niño maravilloso tenía nueve años cuando su padre intentó matricularlo en Harvard. Podría haber aprobado los exámenes de ingreso con facilidad, pero las autoridades universitarias, sorprendidas y avergonzadas, no le permitieron realizarlos. Continuó realizando sus maravillas en casa y comenzó a estudiar latín y griego. No le interesaban los juguetes ni ninguno de los placeres normales de los niños pequeños. Los perros le aterrorizaban. "Si veo un perro", le dijo William a alguien en ese momento, "debo huir. Debo esconderme. Me gusta el gato. No puedo jugar, porque mi madre tendría que estar allí todo el tiempo, porque de la posibilidad de que pueda ver un perro." Su principal recreación parece haber sido viajar en tranvía con sus padres. El mayor Sidis le explicó los traslados y le interesó por los nombres de calles y lugares. Incluso antes de cumplir cinco años, William había aprendido a recitar todas las horas y estaciones de un complejo horario ferroviario. De vez en cuando recitaba horarios para los invitados mientras otros niños recitaban rimas de Mamá Ganso o cantaban pequeñas canciones. Quienes lo recuerdan en aquellos años dicen que tenía algo de la intensidad de un adulto neurótico.

En 1908, a la edad de diez años, a William James Sidis se le permitió matricularse en Tufts College, en Medford. Viajaba diariamente desde Brookline con su madre, quien estaba tan interesada en su fenomenal desarrollo mental como su padre. Siempre iban y venían de la universidad en tranvía. El joven asistió a Tufts durante un año y finalmente, en 1909, cuando tenía once años, Harvard le permitió matricularse allí como estudiante especial. Se matriculó como estudiante de primer año al año siguiente, y así se convirtió en miembro de la promoción de 1914. Cotton Mather, en 1674, se había convertido en estudiante de primer año de Harvard a la edad de doce años, y probablemente debido a este distinguido precedente, William Sidis se le permitió matricularse a esa misma edad. Era una fuente de asombro para sus compañeros de estudios y para el profesorado; algunos de los periódicos asignaron periodistas para cubrir "el caso Sidis".

Se pierde en el registro cómo se convenció a William para hablar ante los eruditos eruditos en enero de su primer año en Harvard, pero se sabe que mostró un gran interés en escuchar las conferencias de otros y se unió fácilmente a las discusiones grupales sobre metafísica. En su tiempo libre empezó a componer dos gramáticas, una latina y otra griega. Sin embargo, la presión de sus estudios y su repentina fama comenzaron a hacerle efecto, y no pasó mucho tiempo después de su notable discurso cuando sufrió un colapso general. 

Su padre dirigía un sanatorio en Portsmouth, New Hampshire, en ese momento, y William fue trasladado allí de urgencia. Cuando finalmente regresó a Harvard, estaba retraído y tímido; no se le pudo persuadir para que volviera a dar una conferencia; Comenzó a mostrar una marcada desconfianza hacia la gente, miedo a la responsabilidad y una inadaptación general a su vida anormal. No se relacionaba mucho con los estudiantes y huía de los periodistas, pero estos lo arrinconaron, por supuesto, el día de su graduación como Licenciado en Artes en 1914. Tenía dieciséis años. Entonces vestía pantalones largos y se enfrentaba a los periodistas que bajaban al Yard con menos sensación de vergüenza que cuando era un niño con bragas. Pero en él se habían desarrollado claras fobias. "Quiero vivir la vida perfecta", dijo William a los periodistas. "La única manera de vivir la vida perfecta es vivirla en reclusión. Siempre he odiado las multitudes". Por "multitudes" no fue difícil leer "gente". Entre los que se graduaron con William James Sidis ese día se encontraban Julius Spencer Morgan; Gilbert Seldes; y Vinton Freedley y Laurence Schwab, los productores de la comedia musical. Los periodistas no les prestaron atención.

A los dieciséis años, William James Sidis era un chico grande y, cuando ingresó en la Facultad de Derecho de Harvard, ya no era la figura incongruente que había sido. Los periódicos tenían poco interés en sus idas y venidas. Asistió discretamente a la facultad de derecho durante tres años y aparentemente fue un estudiante brillante, pero su principal interés eran las matemáticas, y en 1918 aceptó un puesto de profesor en una universidad de Texas. Su fama le precedió, pero incluso si no lo hubiera sido, la extrema juventud de este profesor de matemáticas habría sido suficiente para convertirlo en una curiosidad. Se encontró en el centro de un interés que le molestaba y le consternaba. De repente renunció a su puesto y regresó amarga y silenciosamente a Boston, donde vivió en la oscuridad durante algunos meses.

Fue el 1 de mayo de 1919 cuando el nombre del joven Sidis volvió a ocupar las primeras planas de los periódicos. Con una veintena de jóvenes más, participó en una manifestación comunista en Roxbury y fue llevado ante el tribunal municipal como uno de los cabecillas del grupo y, de hecho, el mismo individuo que había portado la horrible bandera roja en su desfile. En el estrado de los testigos, Sidis demostró ser más franco y sincero que discreto. Anunció ante un tribunal estupefacto que para él no había más dios que la evolución; Cuando se le preguntó si creía en lo que representa la bandera estadounidense, dijo que sólo hasta cierto punto. En un momento dado, para instrucciones del magistrado, se lanzó a explicar la forma de gobierno soviética. Su inclinación marxista se había desarrollado durante un período de varios años. Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se declaró objetor de conciencia y en varias ocasiones expresó la opinión de que los problemas del mundo eran causados ​​por el capitalismo. Un policía que había ayudado a disolver el desfile de los radicales identificó a Sidis como el hombre que llevaba la bandera roja. El oficial dijo que le había preguntado a Sidis por qué no llevaba la bandera estadounidense, y que Sidis respondió: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!". Al regresar al estrado, el famoso prodigio negó vehementemente haber hablado alguna vez con el testigo y haber dicho alguna vez a nadie: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!" Repitió que se oponía a la guerra y que creía en una forma de gobierno socializada. Después de una pausa, anunció que, en realidad, había llevado una bandera estadounidense, tras lo cual, ante el asombro de la sala del tribunal, sacó una bandera estadounidense en miniatura de su bolsillo. Fue condenado a dieciocho meses de cárcel por incitación a disturbios y agresión. Apeló y, mientras estaba en libertad bajo fianza de 5.000 dólares, desapareció del estado en el que había sorprendido a profesores eruditos y a policías patrióticos. Marcó el comienzo de un nuevo y curioso modo de vida para el joven.

Durante los cinco años siguientes, William James Sidis parece haber logrado la "vida perfecta" de la que había hablado el día de su graduación: la vida de reclusión. Aparentemente vagaba de ciudad en ciudad, trabajando como empleado, o en alguna otra función menor, por un salario que sólo le permitía subsistir. En 1924 volvió a aparecer en las noticias cuando un periodista lo encontró trabajando en una oficina en Wall Street, por veintitrés dólares a la semana. Estaba consternado al ser descubierto. Dijo que todo lo que quería era ganar lo suficiente para vivir y trabajar en algo que requiriera un mínimo de esfuerzo mental. Los últimos periodistas que bajaron a su oficina para entrevistarlo no lograron verlo. Había dejado su trabajo y había vuelto a desaparecer.

Dos años más tarde, en 1926, Dorrance & Company, una editorial de Filadelfia que imprime libros "vanidosos", es decir, libros publicados a expensas de los autores, publicó un volumen llamado " Notas sobre la colección de transferencias". Fue escrito por un tal Frank Folupa. Frank Folupa, según descubrió un periodista despiadadamente ingenioso, no era otro que William James Sidis. Nuevamente lo atropellaron y lo entrevistaron. Anunció que durante mucho tiempo había sido un "peridromófilo", es decir, un coleccionista de transferencias de tranvía. Él mismo había acuñado la palabra. Su libro (ahora agotado) tenía trescientas páginas y era un tratado erudito y laborioso sobre el origen, la naturaleza y la clasificación de nada más y nada menos que los trozos de papel que los conductores de tranvía entregan a los pasajeros cuando solicitan transbordos. Muchos psicólogos y analistas deben haber estado interesados ​​al leer en los artículos que el genio del niño precoz que había asombrado al mundo académico dieciséis años antes había florecido de esta manera extraña. El libro es digno de examen. Sidis escribió un prefacio al volumen, que comenzaba así: "Este libro es una descripción de lo que es, hasta donde sabe el autor, un nuevo tipo de pasatiempo, pero que a primera vista parece tan razonable como , tan interesante y tan instructivo como cualquier otro tipo de colección de moda. Esta es la colección de transferencias de tranvías y formas afines. El propio autor ya ha recopilado más de 1600 formas de este tipo." El prefacio revela, en otro lugar, que el autor no carecía de cierto humor. "Podemos mencionar", decía, "el interés geográfico y topográfico, tanto en la exploración como en el análisis de las transferencias mismas. También están las interesantes luces que una colección de este tipo arroja sobre la política en la que necesariamente están involucradas las empresas de tránsito". ; aunque difícilmente recomendamos que este interés político se lleve lo suficientemente lejos como para inducir al coleccionista a tomar partido en tales disputas. Y nuevamente: "Uno puede encontrar mucha diversión con las transferencias: se dice que un estudiante de la Universidad de Harvard se encontró en una calle coche y, deseando un viaje extra, le pidió al revisor un transbordo. Cuando se le preguntó "¿A dónde?" "En cualquier lugar", dijo. El conductor le guiñó un ojo y dijo: "Está bien". Te transferiré a Waverly. Posteriormente se rieron del estudiante cuando contó la historia y se le informó que el asilo para débiles mentales estaba ubicado en Waverly ". Sidis también incluyó en su prefacio algunos versos que había escrito cuando tenía catorce años. Comienzan:

Desde los trenes subterráneos en Central, se toma un transbordo y se va a Allston o Brighton o a Somerville, ya sabes; En los automóviles desde Brighton, haga transbordo al metro de Cambridge este y tome un tren hasta Park Street o Kendall Square, al menos.

"Conocemos", concluye el autor, "a alguien a quien realmente le ayudó a tomar el camino correcto al recordar un fragmento de uno de estos versos". El libro analiza todo tipo de transferencias: tipos estándar, tipo Ham, tipo Pope, tipo Smith, tipo Moran, transferencias Franklin Rapid, transferencias Stedman. De este último (para darle una idea), el Sr. Sidis escribió: "Transferencias Stedman: esta clasificación se refiere a un tipo peculiar elaborado por cierta imprenta de transferencias en Rochester, Nueva York. Las peculiaridades de la transferencia Stedman típica son el límite de tiempo tabular. ocupando todo el extremo derecho de la transferencia (ver Diagrama en la Sección 47) y la combinación de fila y columna de ruta de recepción (u otras condiciones de recepción) con el medio día que ya hemos discutido en detalle".

Un año después de la publicación de su libro (al parecer sólo se vendió a unos pocos peridromófilos más), Sidis regresó a la ciudad de Nueva York y volvió a conseguir un trabajo como empleado en una empresa comercial. A su habilidad y experiencia en el trabajo de oficina en general, el genio matemático había añadido ahora, irónicamente, la capacidad de operar una máquina sumadora con gran velocidad y precisión, y le gustaba alardear de este logro. Vivía en 112 West 119th Street, donde se hizo amigo de Harry Freedman, el propietario, y su hermana, la señora Schlectien. Sidis ya no está con ellos y no te dirán adónde ha ido, pero te reenviarán cualquier correo que llegue por él. Aprecian al joven y aprecian su deseo de evitar la publicidad. "Tenía una especie de amargura crónica, como mucha gente que ves viviendo en habitaciones amuebladas", dijo recientemente Freedman a un investigador de la curiosa historia de William James Sidis. Sidis solía sentarse en un viejo sofá en la sala de estar de Freedman y hablar con él y su hermana. Sidis les dijo que odiaba Harvard y que cualquiera que enviara a su hijo a la universidad es un tonto: un niño puede aprender más en una biblioteca pública. Con frecuencia hablaba de su pasión por coleccionar transfers. "Él puede decirle cómo llegar a cualquier calle de cualquier ciudad de los Estados Unidos con un solo billete de tranvía", dijo el Sr. Freedman con asombro y admiración. Parece que Sidis mantiene correspondencia con peridromófilos en varias otras ciudades y de esta manera se mantiene al día con la situación del tranvía y los transbordos. Una vez, el joven bajó de su habitación un manuscrito en el que estaba trabajando y le pidió a la señora Schlectien si podía leerle "algunos capítulos". Dijo que resultó ser un libro del tipo "Buck Rogers", sobre aventuras en un mundo futuro de maravillosos inventos. Ella dijo que estaba genial.

William James Sidis vive hoy, a la edad de treinta y nueve años, en un dormitorio del destartalado extremo sur de Boston. Por una fotografía de él y de sus actividades, este disco está en deuda con una joven que recientemente logró entrevistarlo allí. Lo encontró en una pequeña habitación empapelada con el diseño de enormes flores rosadas, considerablemente descoloridas. Había una cama grande y desordenada y un enorme baúl medio abierto. En una pared colgaba un mapa de Estados Unidos. Sobre una mesa junto a la puerta había un paquete de transferencias de tranvía cuidadosamente unidas con un elástico. Sobre una cómoda había dos fotografías, una (sorprendentemente) de Sidis como el niño genio, la otra una chica de rostro dulce con gafas con montura de concha y un elaborado saludo de Marcel. También había un escritorio con una pequeña y antigua máquina de escribir, un Almanaque Mundial , un diccionario, algunos libros de referencia y un libro de la biblioteca que el visitante del joven recogió en un momento dado. "Oh, vaya", dijo Sidis, "esa es sólo una de esas historias de delincuentes". Dirigió su atención hacia la pequeña máquina de escribir. "Puedes cogerlo con un dedo", dijo, y así lo hizo.

William Sidis, de treinta y nueve años, es un hombre corpulento y corpulento, con una mandíbula prominente, un cuello grueso y un bigote rojizo. Su cabello claro cae sobre su frente como lo hizo la noche que dio una conferencia a los profesores en Cambridge. Sus ojos tienen una expresión que varía desde la ingeniosa hasta la cautelosa. Cuando es cauteloso, tiene una especie de dignidad incongruente que de repente se rompe en el alegre abandono de un niño de vacaciones. Parece tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas para expresarse, pero cuando lo hace, habla rápidamente, asiente bruscamente con la cabeza para enfatizar sus puntos, hace gestos con la mano izquierda y, de vez en cuando, emite una risa curiosa y jadeante. Parece disfrutar mucho e irónicamente de llevar una vida de irresponsabilidad errante después de una infancia de escrupulosa reglamentación. Su visitante encontró en él cierto encanto infantil.

Sidis trabaja ahora, como de costumbre, como empleado en una casa comercial. Dijo que nunca permanece mucho tiempo en una oficina porque sus empleadores y compañeros de trabajo pronto descubren que él es el famoso niño prodigio y que no puede tolerar un puesto después de eso. "La sola visión de una fórmula matemática me enferma físicamente", dijo. "Todo lo que quiero hacer es ejecutar una máquina sumadora, pero no me dejan en paz". Resultó que una vez le ofrecieron un trabajo en la Eastern Massachusetts Street Railway Company. Parece que los funcionarios creían con cariño que el joven mago de alguna manera sería capaz de resolver todos sus problemas técnicos. Cuando se presentó a trabajar, le presentaron un montón de planos, gráficos y documentos llenos de estadísticas. Uno de los funcionarios lo encontró una hora después llorando en medio de todo. Sidis le dijo al hombre que no podía soportar responsabilidades, ni pensamientos complejos, ni cálculos, excepto en una máquina de sumar. Tomó su sombrero y se fue.

Sidis tiene un nuevo interés que le absorbe actualmente más que los traslados en tranvía. Se trata del estudio de ciertos aspectos de la historia de los indios americanos. Da clases a media docena de estudiantes interesados ​​una vez cada dos semanas. Se reúnen en su dormitorio y se acomodan en la cama y en el suelo para escuchar el intenso pero vacilante discurso del otrora prodigio. A Sidis le preocupa principalmente la tribu Okamakammessett, a la que describe como una especie de federación proletaria. Ha escrito algunos folletos sobre la tradición y la historia de Okamakammessett y, si se le solicita adecuadamente, recitará poesía de Okamakammessett e incluso cantará canciones de Okamakammessett. Admitió que su estudio de los Okamakammessetts fue una consecuencia de su interés por el socialismo. Cuando la joven mencionó la manifestación del Primero de Mayo de 1919, miró el retrato de la niña en su cómoda y dijo: "Ella estaba en ella. Era una de las fuerzas rebeldes". Él asintió vigorosamente con la cabeza, como complacido con esa frase: "Yo era el abanderado", prosiguió. "¿Y sabes qué era la bandera? Sólo un trozo de seda roja". Él soltó su risa curiosa. "Seda roja", repitió. No hizo ninguna referencia a la imagen que tenía de sí mismo en los días de su gran fama, pero su entrevistador supo más tarde que en una ocasión, cuando un alumno suyo le preguntó a quemarropa sobre su precocidad infantil e insistió en una demostración de sus habilidades matemáticas. Sidis logró con dificultad expulsarlo de la habitación.

Sidis reveló a su entrevistador que tiene otro trabajo en marcha: un tratado sobre las inundaciones. Le mostró la primera frase: "California ha adquirido considerable fama gracias a su supuesto clima". Parece que estuvo en California hace unos diez años durante sus andanzas. Su visitante se animó, por fin, a mencionar la predicción, hecha por el profesor Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts allá por 1910, de que el niño que ese año daba una conferencia sobre la cuarta dimensión a una reunión de eruditos crecería hasta Sé un gran matemático, un líder famoso en el mundo de la ciencia. "Es extraño", dijo William James Sidis, con una sonrisa, "pero, ya sabes, nací el Día de los Inocentes".

―Jared L. Manley (James Thurber) 1

1 En Los años con Ross Thurber escribió: "Era uno de los '¿Dónde están ahora?' serie, para la cual hice la reescritura (Grossett & Dunlap, 1957, p. 210)". Pero Jared Manley era el seudónimo de Thurber. "Bernstein escribe: 'A principios de 1936, Thurber comenzó a escribir (en realidad a reescribir, ya que algunos de los mejores reporteros de The New Yorker, como Eugene Kinkead, estaban haciendo la investigación) una serie de perfiles breves y retrospectivos. Bernstein también revela que Jared L. Manley fue un nombre que Thurber improvisó cuando escribió su primer artículo sobre un viejo boxeador basado en las iniciales del boxeador John L. Sullivan y Manley basado en "el arte varonil de la autodefensa".'" — Privacidad, Información y Tecnología.

2 Norbert Weiner, que estaba en la reunión del club de matemáticas, escribió: "El joven Sidis, que entonces tenía once años, era obviamente un niño brillante e interesante. Su interés estaba principalmente en las matemáticas. Recuerdo bien el día en el Club de Matemáticas de Harvard en el que GC Evans, ahora jefe retirado del departamento de matemáticas de la Universidad de California y amigo de toda la vida de Sidis, patrocinó al niño en una charla sobre las figuras regulares de cuatro dimensiones. La charla habría dado crédito a un alumno de primera o segunda dimensión. estudiante de posgrado de cualquier edad, aunque todo el material que contenía era conocido en otros lugares y estaba disponible en la literatura. El tema me lo había hecho familiar EQ Adams, un compañero de mis días en Tufts. Estoy convencido de que Sidis no tenía acceso según las fuentes existentes, y que la charla representó el triunfo de los esfuerzos sin ayuda de un niño muy brillante ( Ex-Prodigy , Simon & Schuster, p. 131 - 132)".


4 Cfr. Siete mitos del fracaso por Dan Mahony: "Las investigaciones muestran que la mayoría de los niños prodigio llevan vidas productivas. Al igual que Sidis".

PDF  Mecanografiando por Bill Paton.

Periodismo: Un oficio de fracasados

El nuevo, inteligente y divertido libro de Rodolfo Serrano arranca con una cita de Mark Twain: "Habiendo fracasado en todos los oficios, decidí hacerme periodista". A ésta le sigue un prólogo de Juan Luis Cebrián que comenta algunas citas que se recogen en el volumen Un oficio de fracasados , del citado periodista, como la atribuida a Pauwells, que "señala que la nuestra es la única profesión que te permite escribir sin necesidad de leer".

El autor declaró ayer que el periodismo "es un oficio muy bonito, apasionante". Dijo que "yo he tratado de demostrar que los periodistas si somos honestos somos unos fracasados porque no lo conseguimos del todo. Queríamos cambiar el mundo y no lo conseguimos". El director general del área de Alcaldía del Ayuntamiento de Córdoba, Rodolfo Serrano, manifestó que su libro surgió a raíz de un artículo que publicó hace unos años bajo el título de No digáis a mi madre que soy periodista. Explicó que desde ese día, a raíz de la polémica suscitada, comenzó a recopilar datos sobre temas periodísticos.

3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa

Con motivo del Día Internacional de la Libertad de Prensa que celebramos hoy, desde Kazetariak.eus, la Asociación Vasca de periodistas - Colegio Vasco de periodistas, han recopilado lo que es para compañeros y compañeras la Libertad de Prensa. Su Decana y Presidenta, Amaia Goikoetxea Marquès, nos pidió una o dos frases que amablemente han publicado para representar a bloggers o comunicadores del "periodismo ciudadano".

Nuestro modesto texto, inmerecidamente entre grandes periodistas, reza así: 

«Una ciudadanía plena y democrática necesita una prensa libre y culta, un periodismo plural que pueda expresar lo que no quieren oír ni los poderosos, ni los propietarios de los medios, ni la gente incluso. 

El periodismo necesario para construir un futuro mejor podrá ser profesional (prensa) o ciudadano (blogs), pero siendo sus premisas la independencia, la solidaridad, la dignidad, la inteligencia y la innovación para apuntar y alentar un viaje colectivo hacia un destino común.» 

 Mikel Agirregabiria, presidente de GetxoBlog y promotor de BlogEu, "Bloggers de Euskadi".
3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa
Recogemos algunas aportaciones que nos han conmovido:
  • «Viva la Libertad de Expresión, sobre todo la de los pobres.» Bernardo Atxaga, escritor.
  • «Libertad de prensa es escribir sin temor a los poderes establecidos. « Pedro Ponce, periodista.
  • «Libertad de Prensa “para vivir con verdad”» Carmen Torres Ripa, periodista y escritora.

Reunión organizativa del I Encuentro de Bloggers de Getxo

El I Encuentro de Bloggers de Getxo... y alrededores se celebrará el sábado 31 de octubre, a las 12 del mediodía, en el Aula de Cultura de Villamonte, cercana a la estación Algorta del metro, ver en la c/ Villamonte, A-8, mapa.
Con una semana de antelación, este próximo sábado 24, en el mismo lugar pero de 11:00 a 13:00, celebraremos una reunión preparatoria para ultimar los detalles del evento. El objetivo del encuentro preliminar es distribuir las tareas entre quienes puedan comprometerse como comité organizador.
Este sábado fijaremos el lugar de la comida para quienes deseen proseguir el encuentro tras los intensivos 90' del apretado programa que cerraremos definitivamente. Por el momento el programa provisional se va perfilando, y el último borrador se adjunta abajo.

Programa provisional del I Encuentro de Bloggers de Getxo
Sábado 31 de octubre de 2009 de 12:00 a 13:30.
Aula de Cultura de Villamonte,
Metro Algorta, en c/ Villamonte, A-8, mapa


12:00 Bienvenida del Alcalde blogger Imanol Landa y FOTO de BLOGGERs de GETXO.
12:05 Mapa mental con el objetivo de la reunión a cargo de Eleder Aurtenetxe.
12:10 Ronda de Bloggers con presentación fugaz de los blogs y microblogs (twitter, plurk,...) con el objetivo de desvirtualizar con una reunión presencial a los bloggers de Getxo para facilitar su cooperación y amistad.
12:40 Acordar una etiqueta común como Getxoblog, BloGetxo,...
12:50 Compromiso de escribir sobre Getxo para dar visibilidad a nuestro municipio y sus barrios en el ciberespacio, la blogosfera,...
13:00 Presentar un "planeta" de blogs de Getxo e invitación a unirse al Grupo de Facebook, al wiki getxoblog.wikispaces.com, al blog getxoblog.org,...
13:10 Incorporar a Getxo en un Wikiproyecto como municipio destacado de Wikipedia.
13:15 Reivindicaciones sobre Getxo (por ejemplo, que Internet reconozca este municipio como tal y no como Algorta, Las Arenas, Andramari, Neguri, Romo,...) y propuestas para mantener diferenciada la identidad tan arraigada de los barrios.
13:20 Proyectos posibles (Getxo, ¿primer municipio FON?; Colabora Getxo, preparación de la llegada de Google Street View al municipio e iniciativas a considerar con el precedente de www.getxoweb.com,...).
13:30 Ruegos y preguntas, despedida, reparto de algún recuerdo y próxima cita.
Organizaremos una comida popular por la zona (pronto daremos más detalles) para quienes quieran seguir charlando... Toda la sesión será grabada por www.nickdutnik.com, que también realizará diversas entrevistas previas y posteriores a la reunión.


Sigue abierta la inscripción voluntaria en el apartado ASISTENTES del wiki oficial, getxoblog.wikispaces.com, o en el registro de getxoblog.org, o con un simple comentario abajo. También se puede usar Facebook, donde hay un grupo y un evento o usando el hashtag de Twitter #getxoblog. Ya están inscritas más de 30 personas, además de los 65 de Facebook. Véase el Listado de Asistentes por orden de inscripción.

La isla del tesoro

 
Los niños necesitan historias y relatos para ir completando su imaginario personal. A los abuelos nos gusta la literatura clásica y obras como "La isla del tesoro" de Robert Louis Stevenson. Contiene personajes y parajes muy ricos en matices, como el "malo pero no tanto" John Silver el Largo o la escena del barril de manzanas (minuto 10' 20" de la grabación inicial, 43' del vídeo inferior, o capítulo 11 del libro en red). 

"La isla del tesoro" es una novela de aventuras escrita por el escocés Robert Louis Stevenson, que comenzó a escribir con sólo 17 años y fue su primer éxito como novelista. A nuestro nieto le gustan estas dos versiones. La primera es un abreviado cortometraje de dibujos animados, más cuidado para una visión infantil, realizado por el murciano José María Candel en 2005. La segunda versión de 1990 protagoniza por Charlton Heston.
 
Fue publicada en libro en Londres en 1883 (publicada originalmente por entregas en la revista infantil Young Folks, entre 1881 y 1882 con el título de The Sea Cook, or Treasure Island). Esta obra ha sido fuente de inspiración en el cine, en la televisión, en la literatura, en cómics e incluso en videojuegos. La novela adopta un tono crítico y una reflexión moral del protagonista hacia el dinero y la ambición,... [fuente Wikipedia].

Lo mejor: Leer "La isla del tesoro, en PDF".

Glosario de la longevidad

El círculo virtuoso de la felicidad, que da salud, que otorga longevidad, que produce generosidad,...

La felicidad, la salud, la longevidad y la generosidad crean una espiral ascendente en continua mejora hacia una vida más abundante. Tenemos un enfoque muy conciso en la información que ofrecemos.

 Sólo lo mejor

Sólo lo mejor: salud y felicidad para toda la vida

: Al igual que recolectar pepitas de oro, nuestra información e investigación condensa los mejores enfoques científicamente probados para mejorar nuestras vidas por parte de las principales autoridades. 

Llamado a la acción: salud y felicidad para toda la vida

 Acción: Felicidad, Salud y Longevidad están altamente interrelacionadas. Todo lo que compartimos incluye algo que todos podemos HACER y que está demostrado que logra resultados. 

Resultados: salud y felicidad para toda la vida

 Resultados: Cada uno de nosotros es verdaderamente único. No existe una “talla única” en la vida. Descubramos a aprender y explorar lo que funciona para cada uno de nosotros.

Sigue un listado alfabético de conceptos básicos de longevidad, que irá creciendo entre otras palabras bellas e inspiradoras:

  1. A: Amar, alimentación, abrazar, agua (jarra), amistad, aprendizaje, actitud, amabilidad, altruismo, acción, alegría, abundancia, autocuidado, ajedrez, acai,...
  2. B: Bosque, B12, blog, biorritmos, biomarcadores, butirato, bailar, belleza, bridge, backgammon,...
  3. C: Contribuir, conexión, cuidado, círculos, compromiso, control, caminar, cerebro, creatividad, crucíferos,...
  4. D: Deconstruir, dormir, dieta, destino, dominó,...
  5. E: Ejercicio, ergotioneína, escribir, estudiar, epigenoma, estatina, estilo (de vida), esperanza,...
  6. F: Familia, felicidad, fruta, frutos secos, fe, fitness, flavonoides,...
  7. G: Gratitud, generosidad, generatividad, gracias,...
  8. H: Hara Hachi Bu, hijos,  hormesis,...
  9. I: Ikigai, interdependencias, intergeneracional, intercultural, interacción, inteligencia, ilusión,...
  10. J: Jugar, jardín, judo,...
  11. K: Kombucha, kale, kimchi,...
  12. L: Legado, leer, luz, libertad, lactucina,...
  13. M: Metas, movilidad, metformina, mitocondrias, mindfulness, mentalidad, memoria, motivación, música, misión, moai, meditar, metilación, matcha, misomoonshot,...
  14. N: Naturaleza, nietos, nosotros, natación, NO-Cosas,...
  15. Ñ: Ñoño (abuelo cariñoso),…
  16. O: Optimismo, objetivos, Omega-3, oxígeno,...
  17. P: Propósito, pasión, pareja, pasear, prevención, positividad, pranayama,...
  18. Q: Queretaro,...
  19. R: Relax, respirar, resistencia, resiliencia, retos, rutina,...
  20. S: Soñar, sonrisa, solidaridad, serenidad, sol, sobremesa, siesta, sentadillas, sarcopenia, sirtuina,...
  21. T: Trascendencia, tribu, telómeros, taichi, tecnología (AgeTech), tranquilidad,...
  22. U: Unwind (desconectar mejor que relax), ubuntu,...
  23. V: Vivir, viajar, voluntariado, veganismo, vitalidad, vegetales, verbo,...
  24. W: Wolframio,...
  25. X: Xanadú,…
  26. Y: Yuimaro, yoga,...
  27. Z: Zen, zonas-azules, zambullirse,...