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Política: De la ‘Polépica’ a la 'Polírica'

’Polírica’ y ‘Polépica’ son neologismos que proponemos, derivados respectivamente del concepto binomial de "política lírica” y "política épica".

La historia de la humanidad ha recorrido un largo camino donde la política, incluso la pacífica y democrática, se ha basado en el esquema de derrotar al adversario. La fórmula del voto universal y los partidos políticos ha demostrado ser mejorable, como señaló Churchill, “la democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el género humano,... con excepción de todos los demás”. El anhelo de superación y las nuevas posibilidades de participación ciudadana permiten sospechar en mejoras sustanciales para la gestión compartida de la convivencia.

La ‘polépica’ habla de entelequias abstractas (como identidades excluyentes), cree que sólo hay un partido correcto, produce afiliados clónicos de pensamiento uniforme (llega a crear fanáticos), se atrinchera, divide, levanta barreras, busca la conquista como dominio con una visión maniquea de la realidad política con fracciones separadas entre "nosotros y los otros". Por el contrario, la ‘polírica’ descubre a las personas solidarias (que quieren ser en función del hacer junto a los demás), busca encuentros constructivos desde posiciones diversas, levanta puentes, suma e integra, entiende la conquista como seducción y busca una “relación amable” entre un único todos nosotros.

Existen numerosos y significativos detalles no sólo del agotamiento del modelo de enfrentamiento gobierno-oposición, sino incluso de soluciones inéditas que empiezan a proliferar y divulgarse en los medios de comunicación. De las sospechas de agotamiento del esquema “épico” da cuenta la desafección creciente hacia la política de bloques, el cansancio del electorado por campañas ruines basadas en el descrédito del oponente y la ineficacia de gobiernos débiles, monocolores, sin mayorías solventes.

Más esperanzadores son datos puntuales, pero innovadores en toda la escala de políticas autonómicas, estatales o mundiales. Como la búsqueda de transversalidad en la política vasca, el apoyo a los presupuestos ajenos en época de crisis (con renuncia a la acción destructiva de la habitual oposición mal entendida), o la petición de respeto hacia el adversario directo del mismísimo candidato del partido republicano en plena y disputada campaña electoral.

Ha surgido una era en la que el electorado se nutre de fuentes muy diversas, participando más activa y bidireccionalmente (gracias a Internet) en el debate social, escuchando y hablando tanto con quienes simpatizan o discrepan en ideas políticas. Ese encuentro produce una fertilización de frutos aún poco visibles, pero con promesas ciertas de realización a corto, medio y largo plazo. Algunos ejemplos de buen hacer, en este sentido, son Think Gaur o las Plataformas Ciudadanas.

Uno de los primeros productos de esa aproximación ha sido el atenuar la distancia entre la clase política y el resto de la ciudadanía. Se están acercando y colaborando más y más quienes se dedican a la política y aquellas personas a quienes representan. Y esa escucha se produce de forma continua, no sólo en período electoral. Más aún, se están auscultando también electores y simpatizantes de distintas tendencias, comprobando que junto a las legítimas e inevitables diferencias de opinión, existen grandes áreas de coincidencia y acuerdo.
Así, de un modo imperceptible pero continuo, está surgiendo un movimiento de “polírica”, donde lo compartido se destaca en la acción política, frente a la “polémica polépica” de que ganen los mejores y los demás esperen tiempo mejores sin participar en la cosa pública. A modo de exploración de una determinada opción partidista, señalemos algunos signos indicativos de una promisoria práctica de “polírica”, producida cuando…

1. Escucha al conjunto de la ciudadanía, además de a su propia afiliación, facilitando en todo momento la máxima participación en la toma de decisiones y ofreciendo posiciones nítidas y sin artificio. Así se supera la situación actual en muchos partidos, cuyas propuestas son cerradas, limitadas a la militancia e incluso sólo al “aparato interno”, para generar, en la práctica, proyectos, prioridades y candidaturas con listas cerradas.
2. Transmite mensajes claros basados en sus propuestas, citando promesas y dificultades, sin demagogia y sin ocultar la propia trayectoria, presentando con sinceridad aciertos y sin hurtar los errores cometidos que serán presentados como camino de mejora.
3. Construye identidad política atesorando centralidad, a fin de extender sus potenciales alianzas por las múltiples conexiones y coincidencias con otras opciones. Basta la trillada radicalidad por la vía de acumular retahílas de viejos conflictos frente a otras disyuntivas. Ha de renunciarse a desacreditar otras candidaturas, definiéndose por sí mismo y abandonando la dialéctica de oposición con antítesis a otras propuestas.
4. Interpreta el resultado de las urnas, aceptando el apoyo recibido por cada partido, sin medias verdades para negar ni atenuar la voz de la ciudadanía que se pronuncia con sus votos y con su participación previa, simultánea y ulterior a los comicios a través de fórmulas de participación.
5. Resalta los puntos de acuerdo con otras opciones políticas, que siempre respetará en sus matices porque cuentan con cierto respaldo social. Encuentra y favorece lo mejor de la sociedad, destacando los puntos fuertes y compartidos del arco político, sin desacreditar a quienes piensen de modo discrepante.
6. Comprende las perspectivas divergentes a la suya que coexisten en su entorno, entendiéndolas como un elemento de riqueza, pluralidad y de búsqueda conjunta de los objetivos comunes. Del análisis de tales disensiones, habrá de hallar sendas de superación progresiva o de avance convergente sobre los raíles basados en elementos de consenso.
7. Busca acuerdos estables, diferenciando entre pensamiento y acción política que requiere capacidad de gobernar desde mayorías lo más amplias posibles, pero respetando a las minorías de oposición. Para ello, suma voluntades de todo el espectro parlamentario en pro de objetivos comunes, que beneficien al conjunto de la sociedad.
8. La clase dirigente entiende su labor como servicio público, como una etapa personal delimitada en el tiempo, precedida y seguida de otras labores profesionales. En su responsabilidad social se aprecia la misión de representar a la comunidad, con una dedicación volcada en buscar el bien común, nunca el beneficio (ni siquiera el protagonismo) personal o grupal.
La nueva sociedad en red sugiere avances en los canales de e-democracia posible. El sistema político ha de acomodarse a las nuevas realidades de la comunicación contemporánea. Franklin D. Roosevelt, John F. Kennedy y, probablemente, Barak Obama supieron recoger las ventajas de enlazar mejor con su electorado a través de la radio, la televisión e Internet.
El mundo actual está intercomunicado y distribuido en red nodal y multicéntrica. Los partidos políticos han de superar sus estructuras centralizadas, piramidales y rígidas. Si no lo hacen, perderán gradualmente posiciones frente a alternativas más abiertas y participativas. La grandeza y visión de futuro de cada opción partidista se refleja con nitidez en su cultura organizativa interna. Necesitamos candidaturas tejidas y partidos en red, una nueva dimensión política adicional al previo Estado-Nación.
A ser demócrata se aprende en la escuela, en la familia, mucho antes de votar para un parlamento. Es una actitud suprema ante la vida, de respeto, de aprecio, de colaboración, y la clase política debiera ser el mejor referente de esa superioridad social y ética. Cuando esta forma de hacer una positiva Política 2.0 se extienda, el electorado sólo atenderá a quienes hayan demostrado que también son capaces de escuchar. Tags Technorati: | | | | .

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Euskadi: Un país poliédrico, con mil caras...

A la mañana, tradicionales cánticos vascos en Foronda (Araba). A la tarde, pasodobles en Portugalete (Bizkaia). Lo más identitario del País Vasco es su pluralidad, la suma de culturas, el multilingüismo, la integración de gentes,... Quien no lo entienda, desconoce la esencia del pasado y la senda del futuro. Dos vídeos, arriba y abajo, que describen dos vertientes de una misma y única realidad vasca. ¡Qué fácil es entenderlo con el Puente Colgante, que une Getxo (Las Arenas) y Portugalete! Dos bases, un travesaño, el enlace perfecto, salvando distancias, uniendo personas, respetando idiosincrasias, aprendiendo juntos. [Actualización, noviembre 2008: ¿Esta es la "Euskadi Gris" que propugna Erikenea?].

Música dominical en Portugalete (Bizkaia) from Mikel Agirregabiria on Vimeo.
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De la política épica a la política lírica

Artículo a debatir en Politika 2.0, encuentro de políticos y bloggers en el Parlamento Vasco el sábado 13-9-2008.

La democracia, al igual que la literatura, proviene de la Grecia clásica, al menos en la cultura occidental. Y allí, el primer género retórico, transmitido por vía oral, fue la épica. Estaba destinada a cantar las hazañas de un héroe, para entusiasmar con un líder carismático al que seguir y obedecer ciegamente. Homero, en el siglo VIII a.C., escribe la Ilíada y la Odisea. Este tipo de narrativa, descriptiva de un liderazgo legendario y mitificado, pervive en el "inconsciente colectivo" del electorado en la política contemporánea.

Superando este primitivo background de la memoria colectiva, se han alzado algunas perspectivas de poetas visionarios que desconfían de los héroes titánicos. Bertolt Brecht señaló preclaramente: “¡Desgraciado el pueblo que necesita héroes!”. Paul Brulat destaca que “Basta un instante para forjar un héroe, pero es preciso toda una vida para hacer un hombre de bien”. Por último, el conspicuo Herbert Spencer denuncia que “El culto a los héroes es más fuerte allí donde es menor el respeto por la libertad humana”.

Algún día, toda la ciudadanía será blogger, en alguna medida. Expertos como David de Ugarte consideran que “la lírica es la característica del discurso ciberactivista típico”. Y el propósito común e implícito de todo blogger es: “Hacer un hermoso blog, como parte de una bella vida”. Lírica, entendida como el modo de proyectar opciones de futuro desde lo que se vive, se siente, se disfruta y se hace en el presente. Una manera de vivir que se plantea como alternativa entre otras, que no busca anular a otras, ni negarlas. Lírica que invita a sumarse sin diluirse, que persigue el debate, no la adhesión. Una opción profundamente ética y respetuosa frente a la dimensión excluyente y de confrontación que irremediablemente plantea la épica.

La épica va indisolublemente ligada al amor a la humanidad como algo abstracto. Por ello, la fórmula que impone el héroe es necesariamente totalizadora, como solución única para resolverlo todo. Eso es lo que promovieron en política el Che, o cualquier otro líder mesiánico, exigiendo el sacrificio último, el deseo de morir por otros,… la destrucción como camino para la construcción. La épica política es definitiva y esencialmente monoteísta: Sólo hay un partido válido; el resto son paganos, idólatras, disidentes, cismáticos, impíos,… La política épica sólo busca convertir infieles… o aniquilarlos.

La lírica parte de la humildad del uno entre muchos, de la persona (que no del individuo), asumiéndose y proyectándose hacia todos desde el reconocimiento de la diferencia propia y la de cada uno de los demás. La lírica abre una conversación, un debate constructivo, donde caben tanto la inclusión o, a lo sumo, un irónico distanciamiento, pero jamás la excomunión.

La épica, en cambio, sólo admite el fanatismo del credo o la expulsión al averno, pues arenga el héroe, hijo de un logos que no reconoce otra verdad que la suya propia. Frente a la épica del conquistador, del combatiente, que prefigura una sociedad de sacrificio y conquista, de individuos sufrientes en pos de un plus ultra, de una victoria final que dé sentido a la pasión sufrida, la lírica de la innovación social se parece más bien al apasionado relato del naturalista que vive un descubrimiento permanente y progresivo de una reinvención continua, como resurrección gozosa.

La política épica apenas es una mínima evolución inversa a lo definido por Carl von Clausewitz. La política (épica) sólo es la continuación de la guerra por otros medios. El poder épico emerge como resultado de la batalla. Tres siglos después de la Ilíada, la Orestíada. La lírica es un género más avanzado que, expresando sentimientos más acotados y personales, se propone suscitar en el interlocutor emociones análogas para sumar voluntades desde la empatía.

La épica ve lo colectivo como organización, como molde uniformador, como ejército de peones, siguiendo un plan superior o una voluntad trágica. La épica se adapta mal a las redes, porque es cosa de individuos desterrados, de soledades desabridas. Prometeo cumple, apartado y encadenado, su castigo. La épica simplifica y homogeneiza. Mas la lírica nos revela que nuestra identidad no reside en lo que somos, sino en lo que podemos alcanzar junto con los demás. Nos invita a definirnos, a llevar cada cual su bandera, marchando por su propio curso, sin aceptar un único destino y, menos aún, un exclusivo cauce.

La política lírica erige puentes, cruza sobre los problemas, transita entre perspectivas en busca de lo convergente. Mientras, la política épica se atrinchera, se aísla, levanta barreras, distingue entre “nosotros” y “los otros”,… Por todo ello, la política real despierta desconfianza en las almas más perspicaces y sensibles. Se pierden demasiados talentos (que “se están quitando de la política”) y nunca se estableció como hábito la participación generalizada, para asumir responsabilidades políticas individualmente, como parte medular del ejercicio de una moderna, flamante e integral ciudadanía.

La política épica es adusta, reactiva, polemista, maniquea, divisora,… La política lírica aspira a sumar diversidad, a “conquistar” (en el sentido de seducir, no en el de vencer), a establecer una “relación amable” con las otras partes del mismo “nosotros”. La política lírica despunta en la historia en hitos singulares, como el derecho a la búsqueda de la propia felicidad, que ofrece tan subversivo y bucólico contrapunto al orden moderno de la Constitución estadounidense… de 1776.

Personajes como John F. Kennedy, Tony Blair, posiblemente Nicolas Sarkozy, y quizá Barack Obama,… han sabido estar en algún instante muy por encima de sus partidos,... y por delante de su tiempo. No dejaron de ser épicos en su trayectoria histórica, pero supieron apuntar algunas maneras –posiblemente sólo trazas- de políticos líricos. Menos populares, y más olvidados de la prensa internacional, están otros modelos socialmente más líricos, como el caso suizo (véase “Visión política de un vasco ingenuo”).

La política épica favorece y se nutre de “políticos profesionalizados” (noticia reciente, “10.000 concejales no tienen ocupación conocida”), de “aparatos y cúpulas de partidos” y de “listas cerradas”. La política lírica busca abrirse y regenerarse, se apoya en colaboradores, flexibiliza roles renovados de militancia 2.0 y de electorado 2.0, y huye de la perpetuación de la política como oficio.

La política épica lanza soflamas simplonas y contundentes, radicaliza el mensaje, y simplifica la interpretación de una realidad poliédrica. Los líricos creen en la cita de José Martí: "La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla". Eso declara la blogosfera: Escuchar, enlazar, compartir, influir,… No es tan difícil en el plano institucional: Basta que el “buen rollito” de los políticos en la cafetería, que existe, no se oculte en público cuando cinco minutos después presentan sus conclusiones ante los medios de comunicación convencionales, aún demasiado épicos… para nuestra desgracia.

La Web 2.0 puede facilitar la colaboración y participación de la ciudadanía en iniciativas colectivas y constituye una potente herramienta que permitirá avanzar en la democracia electrónica. Para facilitarlo, una política lírica crearía unas instituciones abiertas, que aprovechen el conocimiento y la experiencia existentes en la sociedad para integrarlos en los procesos públicos de toma de decisiones.

La política vasca ha sido, y es, referente en la épica mal entendida, o de la peor tragedia dramática, porque todavía una minoría no repudia la aberrante utilización de la violencia con fines políticos. Pero, al tiempo, nos ofrece una exuberante representación de lírica pacífica, representada por tantas grandísimas personas, quizás las más calladas por sutiles y sensibles, que han sabido superar su destino de víctimas.

También existen otras pruebas de genuino lirismo político. Porque mantener una representación, en este Parlamento Vasco que hoy atentamente nos acoge, según la cual una familia vizcaína grande (de 3,8 adultos votantes) equivale en voto a un solo ciudadano alavés es un caso único y mundial de “lírica política” purísima (véase “Quiero ser alavés”).

La política lírica cree en la alternancia en el poder. Porque hemos de ser personas antes que votantes, y ser demócratas antes que partidistas, y ser –en el caso de quienes deben dar ejemplo- militantes antes que cargos. Hemos de entender que la alternancia es positiva para todos, porque todos formamos parte de una misma sociedad. Como si fuera una empresa, en la que trabajando en producción o en marketing… a nadie interesa que gane siempre “su” percepción. La alternancia es efectiva… y si permiten un guiño: ¿Por qué no una educación gestionada por jeltzales,… tras 22 años de ausencia?

Porque urge una educación fractal en valores éticos compartidos que traspase la troglodita épica del combate. En el relato lírico el poder emerge del consenso, de la capacidad para generar nuevos acuerdos. Desde la ética ubuntu ("una persona se hace humana a través de las demás personas"), es fácil pasar de subordinar a otros a empoderarles, y de la épica del caudillo a la lírica del mumi. Esta utopía está materializándose en una época en la que se tornan confusas las fronteras entre sujetos y objetos, entre productores y consumidores. El pasado de los sectarios colonizadores da paso a un porvenir de sabios cartógrafos de lo borroso, de lo movedizo y de lo complejo.

Proyecto de Ley de la Consulta

De la intervención del Lehendakari Ibarretxe (texto completo) extracto literalmente algunas frases (y no otras): "... No es de extrañar que la sociedad vasca esté hastiada de la violencia de ETA y también cansada del bloqueo político y de los políticos por no aportar soluciones. Pero por suerte la sociedad vasca es sensata y vital y ha tomado conciencia de que tiene la llave en su mano y desea que le demos una oportunidad para exigir a ETA que abandone definitivamente la violencia y también para emplazar a los partidos políticos a que se sienten, dialoguen sin exclusiones y alcancen un Acuerdo para la normalización política"... / ... "queremos la Paz. Porque queremos “poner a ETA en su sitio”, exigiéndole que abandone la violencia de una vez y para siempre y diciéndole que la política corresponde solamente a los políticos, que somos los legítimos representantes del Pueblo. Porque queremos que la sociedad vasca ratifique un compromiso ético en contra de la violencia en términos similares a los que se plantearon en el Acuerdo de Ajuria-Enea y en el Congreso de los Diputados, en mayo de 2005"... / ... "La sociedad vasca ha tomado conciencia de que está en su mano exigir a ETA el fin de la violencia"... Una primera valoración: Lamentablemente, considero que la consulta divide a la sociedad vasca. Y lo creo porque aunque muchos (algo más de la mitad) opinasen que no debiera dividirla, otros muchos (casi la mitad) sí parecen opinar que la divide. Por lo tanto, y como mínimo, hay división de opiniones. Y, aunque todos los votos son "legales", no todos los votos son igualmente legítimos. Y en este resultado 34 frente a 33, división total, hay un voto -justamente el que deshace el empate, pero agudiza la confrontación- que, a casi todos y como mínimo, nos incomoda. Y nos desagrada porque, aunque representa a una pequeña parte del electorado de la CAV (16%), no repudia la violencia de ETA en plena Unión Europea del siglo XXI. Tags Technorati: | |

Gaztelugatxe: Un esperado referente político

Gaztelugatxe es un emblemático paraje de la costa vizcaína, entre Bakio y Bermeo, de visita turística obligada (ver mapa abajo). Con ese nombre, Gaztelugatxe, ha aparecido un blog político cuya carta de presentación es prometedora. Sintoniza con un sentir muy extendido en la sociedad vasca, que cree en la política como servicio y solución de los problemas de la ciudadanía. Su apuesta busca la moderación, el acuerdo, el respeto y la empatía con quienes opinan diferente, sabiendo que todos tenemos razones y creencias respetables e integrables. Gaztelugatxe reaviva la esperanza de muchas personas, de todas aquellas que ante todo se reconocen como seres humanos, como demócratas, como pacifistas y como respetuosos con los derechos de todos los demás, antes que votantes de una u otra opción partidista. Gaztelugatxe busca responder a las demandas reales de la comunidad vasca, de toda la ciudadanía que vive y trabaja en Euskadi. 
Algunos que creemos en "esta patria", nos sentimos a gusto en Gaztelugatxe donde se aspira a interpretar el sentir mayoritario de la sociedad vasca, que aprecia el autogobierno en la legalidad y que adora la tolerancia, la paz, la solidaridad, el entendimiento, que disfruta viviendo las inmensas oportunidades que nos brinda esta maravillosa esquina del mundo, con nuestras lenguas propias y participando desde nuestra cultura euskaldun con poderosas civilizaciones (como la española, la francesa y la anglosajona), en medio de la vieja Europa de la que siempre hemos formamos parte. Gaztelugatxe recupera la vocación abierta, amable, acogedora y viajera que siempre ha sido característica definitoria del pueblo vasco en toda su historia. En Gaztelugatxe encontramos un faro guía quienes anhelamos la desaparición de la violencia, del enfrentamiento, de la política de bloques, y de quienes buscamos una senda de convergencia, de transversalidad en la centralidad política, de nitidez partidista y de normalización social. 

Ongi etorri, Gaztelugatxe!  Tags Technorati: |

Escenario político vasco en verano de 2008

La próxima reunión de políticos y bloggers vascos en el Parlamento, bajo la iniciativa plural de Política 2.0, nos anima a realizar una análisis político del momento para calentar el debate blogero, el mismo día en el que entramos en verano del 2008.
-La actual situación de los partidos es compleja, pero se podría sintetizar de la siguiente forma: PNV, recuperando la unidad tras las diferentes "movidas" internas y externas; PSOE, crecido por los resultados de las elecciones generales del 9 de marzo pasado; PP, entrando en una imprevisible crisis cuyo epicentro es Euskadi; EHAK, al albur de la reanudación de la violencia; EA, decreciente y dividida entre la radicalidad de captar el voto perdido y la fusión con el PNV; EB, superando su propia fragmentación interna; y Aralar perviviendo en el olvido,...
- Las incertidumbres son numerosas, comenzando por la situación económica global que amenaza con una ya apreciable "desaceleración" que nos alcanzará en mayor o menor medida, pasando factura a quienes estén en el poder (en todos los ámbitos de gobierno, más en el Estado que en Euskadi), y terminando con la cerrilidad autista de ETA, de la que sólo puede esperarse lo peor, hasta que algún día (y ojalá fuese hoy) desaparezca de una u otra forma.
- El calendario inmediato no puede ser más movido. El próximo viernes 27 de junio se celebrará en el Parlamento Vasco la sesión plenaria monográfica sobre el proyecto de ley de consulta con las dos famosas preguntas. El resultado de la votación, fijadas las posiciones de los partidos, depende exclusivamente de los votos de EHAK. Y su decisión será conocida por ellos mismos, minutos antes del pleno cuando reciban la oportuna llamada desde "el exterior" [actualización a 21-6-08: esperando la llamada]. Un pronóstico probable (a una semana del momento) es que apoyen la propuesta en alguna medida, situando al tripartito en una posición incómoda de contar con este apoyo "envenenado", especialmente si ello se combina con alguna acción terrorista horrenda más o menos simultánea, algo que nadie cabal y ético desea. Más previsible que la votación del 27 de junio resulta predecir que la consulta no se celebrará el cercano 25 de octubre, porque aún de aprobarse en Vitoria-Gasteiz sería inmediatamente recurrida por el Ejecutivo de Madrid, y el proceso legal (incluso antes de dilucidarse, en contra seguramente) agotaría los plazos hasta el máximo retardo de las autonómicas. Así pues, el valor de lo que suceda el próximo viernes es sólo para posicionar mejor o peor a los diferentes partidos ante las elecciones autonómicas a celebrar, a lo sumo, en mayo de 2009. No resulta grata la posición del tripartito que puede cosechar una derrota parlamentaria (si no se cuenta con "esos" votos), o una victoria pírrica que sólo valdría para disponer de un victimismo de inciertos réditos electorales. A menos que ETA se disuelva en un golpe de efecto que hoy parece imposible, pero muy deseable y que algún feliz día sucederá (tan sorpresivamente como cayó el muro de Berlín, cuando una situación ficticia e insostenible mantenida artificialmente sólo por las armas se derrumbó inopinadamente).
- Las constantes de la política vasca derivan, en muchos casos, de lo insólito de sus circunstancias. Un electorado relativamente estable pero inusualmente fragmentado (7 partidos en una comunidad de menos de dos millones de votantes), y a pesar de (o por) ello con un liderazgo único mantenido durante tres décadas, algo desconocido en Europa. También resulta excepcional el voto recogido por una opción que no repudia la acción violenta, del último grupo terrorista en Europa que ya malvive (40 años) más que la dictadura franquista, y todo ello en medio de un alto nivel de bienestar socio-económico que debe dedicar muchos recursos a la defensa de las personas amenazadas, o de los proyectos de progreso que son aplaudidos y requeridos por toda la ciudadanía europea (TAV,...). Igualmente son contemplados con extrañeza por observadores externos otros datos políticos, como el trato preferente y persistente que da el partido grande (PNV) a su escisión (EA) en tareas de gobierno, primando en representación política a quienes desertaron. O el perfil más nacionalista que el del Presidente de su propio partido (PNV) sea el del Lehendakari (que debe representar a toda la ciudadanía) respaldado por un gobierno tripartito mixto, que incluye un partido no nacionalista (EB). Más aún, cuando en el partido en el poder está asentada una deseable y sana bicefalia, la cual debía salvaguardar los roles diferenciados del Presidente del EBB (máxima autoridad política) y del Lehendakari (representante del partido, a veces con el apoyo de otros, dedicado en la gestión gubernamental).
- Los diferentes partidos se están moviendo para fidelizar sus electorados y gestionar un impreciso calendario electoral, que sólo puede acortar el Lehendakari Ibarretxe. Lo que acontezca en las próximas semanas será decisivo para que los partidos ajusten sus explicaciones, sus programas e, incluso, sus carteleras ante las próximas autonómicas. Así como algunos cabezas de cartel están fuera de duda (Patxi López se ha tirado a la piscina demasiado pronto, y Madrazo ya está confirmado), puede persistir alguna duda en las ejecutivas sobre su mejor candidatura a Lehendakari. El mismo Ibarretxe se ha vinculado en exceso a la consulta, y está insistiendo mucho en asociar su porvenir político con el devenir de aquella. La búsqueda de la centralidad, que siempre ha sabido ganarse el PNV pero a la que el PSE aspira, puede aconsejar un cambio de líder tras un ciclo de diez años de Ibarretxe, en un proceso tenue pero perceptible de convergencia nacionalista, algo que tarde o temprano ocurrirá y sobre todo si la violencia desaparece, normalizándose y simplificándose el espectro político vasco. EA está en una encrucijada entre los jóvenes (que no estuvieron en el PNV) y que sueñan con encabezar el voto radical, y los mayores que han comprendido que el recorrido fuera del PNV está desaparecido en la Comunidad Autónoma, salvo en Gipuzkoa donde la confluencia se vería bien. EB y Aralar no mantienen expectativas favorables, a lo sumo de mantenimiento, ni en el supuesto de no concurrencia de siglas que recojan el voto de Batasuna. Esta previsible coyuntura, establecida por el PSOE según su criterio (último), dará lugar a un ensanchamiento en la representación si se repartiesen los nueve escaños de EHAK. Ello comportará un mayor bloqueo, por lo que es preciso aprovecha al máximo el "efecto D'Hont" para preparar la futura mayoría... (Continuará con "Cómo crear una candidatura ganadora en Euskadi".) Tags Technorati: | | .

Think Euskadi 2020 Gaur (crónica final)

El cuestionario final que propone la organización del Think Gaur Euskadi 2020, y que tras rellenarlo produce un error (que no puedo enmendar porque señala que ya he participado en la encuesta), plantea una serie de preguntas oportunas, que sirven de base a esta reflexión final de cierre.
¿Lo más interesante del acto en el BEC? 1. Una mayor participación ACTIVA de la afiliación (con preguntas e inquietudes compartidas) y no sólo de los líderes, quienes también fueron varios (alcaldes, diputados, coordinadores,...), y no únicamente uno o dos (Presidente del EBB y Lehendakari). 2. Se ofreció un espectáculo moderno, ameno, artístico, y donde también se habló de macro y micropolítica. 3. Todo con una organización perfecta y una respuesta masiva (como casi siempre, pero que no deja de sorprender).
¿Qué se podía haber evitado o cambiado?
1. Quizá la extensión del acto, casi tres horas y más para los muchos que llegaron antes de las 18:00. Quizá pudo ser excesiva, especialmente para las personas de más edad. 2. Algún problema de acústica (imagino que difícil con un aforo de 14.000 personas) que impidió escuchar bien algunas palabras del evento. 3. Una mejor ubicación de los Alderdi Blogalariak, que hubiésemos preferido más cercanía y mejor perspectiva (nuestras fotos y vídeos presentan, al fondo de la tribuna, los únicos y pocos asientos libres que hubo.
¿Cuáles son la propuesta presentadas más importantes para el desarrollo futuro de Euskadi?
En mi modesta opinión, el primer reto es la PAZ. Su solución, al menos en lo ético y en lo político, es inaplazable. Después vienen todos los problemas del día a día. Por ejemplo, todas las dificultades económicas para muchas familias vascas, pero con visión a medio y largo plazo. Un caso paradigmático de trascendencia inmensa y que parece pasar desapercibido, la caída de la natalidad y sus causas,... Y un camino, el mejor y el único, es el de la educación, en valores y en excelencia. La educación, un área que nuestro partido no ha liderado en veinte de los treinta años de autogobierno.
¿Y cuáles los temas más urgentes a abordar en los próximos 4 años?
1. PAZ. 2. Democracia participativa. 3. Educación. 4. Innovación (de todo tipo, social, económica,...)
¿En qué consideras que está cambiando la sociedad vasca?
Sería demasiado extensa cualquier respuesta. Con un minúscula análisis DAFO: Debilidades: Se está desvinculando de la política (la juventud...). Amenazas: Parece que hemos renunciado a la paz... Fortalezas: Siempre hemos sabido superar las dificultades con el acuerdo de todos. Oportunidades: Tenemos capacidades y recursos, pero hace falta abordar con unidad y consenso los retos. Creo que la vía del enfrentamiento frontal con temas que no generen mejores y mayores acuerdos nos desvían de la senda de la centralidad. Por ejemplo, la consulta. No por lo impecable de su formulación jurídica, sino porque el contexto socio-político no lo permite y porque no será fácil gestionar su impredecible resultado (ante violencia recalcitrante, aparente abandono de otros temas más cercanos a la ciudadanía,...).
¿A tu juicio a qué retos de la sociedad vasca debe hacer frente EAJ-PNV durante los próximos años? Considero que para proseguir gobernando Euskadi otros treinta años, hay que "escuchar" bien lo que preocupa, necesita y anhela el conjunto del Pueblo Vasco. Y para ello hay que oír a través de la afiliación, de los votantes,... y de toda la ciudadanía.
¿Crees que en el acto del BEC del 14 de junio se plantearon los principales retos
de futuro de la sociedad vasca? Sí, excepto en la trascendencia de la educación. Un olvido y una laguna histórica a corregir. Technorati tag: |

Preguntas… y más preguntas

Sólo comprendemos aquellas preguntas que podemos contestar con firmeza.

1. Texto propuesto por el Gobierno Vasco (enunciados con 81 palabras):

P1 - ¿Está usted de acuerdo en apoyar un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA manifiesta de forma inequívoca su voluntad de poner fin a la misma de una vez y para siempre?
P2 - ¿Está usted de acuerdo en que los partidos vascos sin exclusiones inicien un proceso de negociación para alcanzar un acuerdo democrático sobre el ejercicio del derecho a decidir del pueblo vasco y que dicho acuerdo sea sometido a referéndum antes de que finalice el año 2010?

2. Cómo reducir el texto, diciendo lo mismo (con 47 palabras):

P1 - ¿Apoya un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA demuestra que finaliza la misma de una vez y para siempre?
P2 - ¿Desea que todos los partidos vascos negocien un acuerdo sobre el derecho a decidir del pueblo vasco para someterlo a referéndum antes del 2011?

3. Cómo condensar el texto, buscando un mayor consenso (con 30 palabras):

P1 - ¿Apoya un proceso de final de la violencia, al margen de lo que hagan los violentos?
P2 - ¿Desea que los partidos democráticos negocien sobre el derecho a decidir del pueblo vasco?

4. Cómo llegar a la unanimidad (con sólo 10 palabras):

Pregunta única - ¿Apoya que los partidos acuerden pacificar para construirnos un futuro?

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2008/maspreguntas.DOC
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Signos del nuevo siglo

Se atisban cambios profundos en nuestra sociedad, y no sólo políticos. La entrada de un siglo no siempre acontece en el primer año.
La entrada de las centurias la marca el calendario, pero los cambios sociales paradigmáticos surgen con algún retardo. Y en la era moderna cada vez más nítidamente, el cambio en la arquitectura de la información antecede y provoca el cambio en la estructura del poder. La tecnología de las comunicaciones ha sido decisiva desde mediados del siglo XIX, como anticipa la obra de David de Ugarte, “El poder de las redes”. También lo fue en la antigüedad, donde la navegación o la imprenta requirieron períodos de tiempo mucho más dilatados para demostrar su potencialidad.
Pero el futuro es hoy y la evolución se acelera. El telégrafo entre Inglaterra y Francia en 1981 o el primer cable trasatlántico con Estados Unidos en 1958, “el Internet victoriano” y las “agencias de prensa” (Associated Press y Reuters) crearon un “orden mundial” construido sobre unos medios de comunicación y un reparto geopolítico que llegaron, perdiendo peso, hasta finales del segundo milenio. Las redes de influencia seguían siendo centralizadas o descentralizadas, pero el concepto de “red distribuida” ya había nacido como topología informática que daría lugar al nacimiento de Internet. Su origen fue militar como una red de comunicaciones capaz de sobrevivir a un ataque nuclear.
Hoy día, la revolución de las comunicaciones de bits y de átomos (incluidas las personas) está alumbrando un mundo nuevo, desconocido, donde cambian las reglas de los comportamientos personales y colectivos. Las leyes que rigen los fenómenos sociales se han transmutado, y ello ha sorprendido no sólo a la ciudadanía de a pie, sino también a altos gestores económicos y dirigentes políticos. El mismo concepto de liderazgo ha mudado y los poderes fácticos se encuentran incómodos por la pérdida de control que comporta, y que suponían establecida y perdurable.
Las señales de la mutación son puntuales, pero significativas, concurrentes y por doquier. El siglo XXI entra de golpe en la historia un 11-S con un acto salvaje y sorpresivo sobre las desaparecidas torres gemelas de Nueva York. La dimensión del estupor proviene no sólo de la aberración ética de miles de muertes de inocentes, sino también por poner en entredicho y sin discusión todo el sistema de poder planetario que se suponía en manos de la potencia máxima y única. Los atisbos más claros de cómo se redistribuye el poder, provienen –lamentablemente- de sucesos sangrientos protagonizados por contrapoderes que se valen de la nuevas realidades. Con casos tan obvios como la guerra “ganada pero inconclusa” de Irak o con la tragedia del 11-M en Madrid, donde sólo la disfunción de la red ferroviaria, que con sus retrasos evitó la concurrencia de los trenes atacados en la Estación Atocha en una hecatombe aún mayor.
En un ámbito más local y cotidiano se advierten miríadas de evidencias que prueban el fin del sistema “vigesimónico” (del siglo XX visto desde el XXI, como “decimonónico” desde el siglo XX). El ámbito político, junto al económico, está plagado de indicios. El PP pierde el poder el 14-M por las multitudes frente a sus sedes convocadas vía SMS en 2004, y ahora mismo la pugna por el liderazgo Rajoy-San Gil se libra con estas flash-mob (movilizaciones instantáneas).
Los prodigios que descolocan a los políticos y desorientan a tertulianos y lectores son omnipresentes. La eclosión de las ciudades, y de sus alcaldías, en el foro público trasciende su alcance local. En Bilbao o en Madrid, o desde la Diputación Foral de Bizkaia, sus gestores descubren su revalorizada función y se cruzan criterios con(tra) las planas mayores de los partidos o con(tra) los máximos representantes de comunidades o naciones. Es la punta del iceberg que anuncia el advenimiento de los glocalismos como parada intermedia en tránsito hacia redes de ciudadanías.
Las trazas de la mudanza se insinúan en todo aquello que resulta imprevisto. Hechos menores, pero no irrelevantes, demuestran el nuevo tiempo. Un rector que se presenta a revalidar un nuevo período, como candidato único y con todo el apoyo mediático convencional, es rechazado aparentemente por el influjo de trece mumis (con un Manifiesto por el 'no'), tan pocos como otros tantos catedráticos entre un océano de cuatro mil profesores, mil quinientos trabajadores de administración y servicios y 45.000 estudiantes.
Los partidos se aprestan para nuevas elecciones e incluyen, modesta y desconfiadamente, grupos de bloggers pensando en los nuevos tiempos. Se organizan diversos Think tank, muy prospectivos como Think Gaur Euskadi 2020, pero el mismo formato grandioso en macro-recintos para miles de asistentes denotan la anacrónica conformación de multitudes escuchando unidireccionalmente a líderes consabidos, nada más alejado del propio espíritu del Siglo XXI. Los comités regentes siguen respondiendo al esquema de cuadrillas con listas cerradas, inadecuado para una ciudadanía que va reconociendo matices de una netocracia y sobre las que esgrimen marchitos propuestas de viejos Estados (como antes de la Gran Guerra, que luego se numeraría como Primera Guerra mundial). El electorado actual posee una identidad poliédrica y multicultural, que acepta de solapamientos diversos y plurales. Las masas de consumidores se van transfigurando en una legión de prosumidores (consumidor, intermediario y productor), que se saben votantes, dueños de sí mismos e influyentes sobre los demás.
La sociedad comunicada globalmente no reconoce mensajes crípticos de líderes en decadencia si sólo cuentan con el apoyo de un partido político, a menos que sus tesis se validen por otros agentes sociales de prestigio más cercano y creíble. La red social va perdiendo receptividad a planteamientos simplistas y maniqueos, basados en esquemas monocromáticos de una obsoleta partitocracia. Las personas son, cada vez más, poseedoras de varias culturas y lenguas, en un contexto relacional de una creciente permeabilidad en un mundo globalizado, googlelizado e intercomunicado.
Corren tiempos de cambio. Se han abierto ventanas por donde corren vientos de renovación. La televisión va perdiendo peso; el mensaje monocorde, también. Ahora más que nunca se han de movilizar a las personas líderes en campos emergentes, de dinamismo social. El plano político está muy enrarecido; es preciso apoyarse en genuinos paladines con credibilidad, que guíen el nuevo tiempo. Estos adalides procederán de áreas con reputación intachable y de futuro: investigadores preclaros, humanistas reconocidos, empresarios solidarios, cabecillas que han acreditado saber guiar a sus equipos y gentes.
El líder “del pueblo”, ya no existe, no podría existir. El liderato social se ha de apoyar en una matriz de nudos formada por agentes reconocidos. Sólo contando con estos enjambres de sabios realistas, nodos de una sociedad de ciudadanía cada día más inteligente y reticulada, será posible alumbrar el nuevo siglo con un mínimo dolor de parto. El camino será de consenso representativo, alejado de rancios prejuicios esquemáticos y de postulados doctrinales extremistas. Vienen tiempos de eclecticismo sutil, de políticas fecundadas con la innovadora sabiduría social, con mayor implicación de todos nosotros en la cosa pública.
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Pronósticos arriesgados... del 50 al 90%

... y respuestas sin preguntas. Dado que se opina demasiado, se "reflexiona" en períodos inmensos,... y se hace poco (el esperpento de Arrasate-Mondragón son el pésimo ejemplo de cómo votar sin criterio, cada vez de una manera, sólo mirando al adversario y no a los problemas), valgan algunas profecías... sobre la política (si así puede llamarse) vasca. Como todas ellas, algunas se cumplirán, pero quizá sean las menos. Allá van, con un porcentaje de estimación subjetiva, en orden cronológico:
- No se llevará a cabo, la famosa "consulta" (70 %).
- Se adelantarán las elecciones autonómicas (60 %).
- El PNV no irá en coalición con EA (80%).
- Ibarretxe no repetirá como candidato (50 %).
- El PNV será el partido más votado (90%).
¿Y ustedes,... qué opinan? ¿O pasan? ¿Están hartos? Esperemos que no todo el mundo esté hastiado de todo lo relacionado con la cosa pública, aunque razones no falten. ¿Cómo podríamos animar la participación electoral, poner las pilas a la clase política, buscar grandes acuerdos y resolver los problemas reales de la ciudadanía? [Es un mensaje, o un meme, que traspaso a la audiencia, para que aporten sus porcentajes de previsión, opiniones, comentarios,... o VOTEN.]

Estados Unidos de Europa

Del Estado único a la doble Nación que muchos preferimos.

En Estados Unidos de América, la Nación norteamericana se erige por encima de sus 50 Estados. Justo lo contrario de lo que sucede en Europa, donde un Estado puede contener más de una Nación, al menos según la opinión política de una parte de la ciudadanía europea que apuesta por Estados plurinacionales. Quizá lo más deseable para el futuro fuese emular y enriquecer el modelo estadounidense.

Ojalá se extendiese un modelo de identidad común que evolucionase con la Historia, y que superase la única compartimentación en Estados. Así todos perteneceríamos a una nación (como la nación vasca o andaluza), en uno u otro Estado (español o francés), pero siempre dentro de una gran Nación (Europa). Todo ello sin olvidar la pertenencia a una única raza: La especie humana, que no siempre se merece el nombre de Humanidad.

La política debe irse proyectando en cinco marcos crecientes, mediante las ya existentes convocatorias electorales: municipales (para el ayuntamiento de Getxo), forales (para la Diputación Foral de Bizkaia), autonómicas (para el Parlamento vasco), generales (para el Congreso y el Senado), europeas (para el Parlamento europeo).

Quizá con todo ello podríamos proclamar aquel lema de 1986, cuando ingresamos en la, entonces, Comunidad Económica Europea: “Mi país, Europa”. Con el esquema político propuesto, de cuatro o cinco escalas desde la local a la continental, se superarían viejos conflictos que han llevado a guerras mundiales y a otras formas de violencia que aún nos atemorizan en la vieja Europa.

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Talón de Aquiles del PSOE

Ahora que el “problema vasco” ya no interesa en el Estado, sólo queda un grave déficit en la gestión del gobierno de Rodríguez Zapatero.

La pacificación y normalización de Euskadi ha pasado a ser un tema de segundo nivel en el panorama político general. La reactivación de la “ka(le borro)ka” es una cuestión de interés casi limitada a los periódicos vascos de gratuita difusión en sus portadas, o a columnas aisladas de páginas interiores de diarios de pago. La cronificación de la política vasca apenas resucita con noticias de tercer orden como la opción, la que sea, de EA o las enésimas manifestaciones de Batasuna con o sin aprobación de jueces-estrella con brillo declinante. Cuando se apaga un informativo árbol de navidad, muchos adornos se recogen y vuelven a la caja del anonimato.

Hoy día sólo hay un peligro incontrolado para el PSOE, y bien lo saben sus dirigentes. No se trata de la pujanza de un PP perdido y petrificado, que sigue con el inmundo rollo de amarillismo sobre qué pasó el 11-M, de si la mochila era de “Potxolo”,... Siguen sin enterarse que fue una tragedia propiciada por errores propios, que su sobreactuación en mentir les perdió y que nunca vieron (y por tanto no protegieron) su talón de Aquiles: El poder omnímodo de Aznar que miró por sus intereses pro-Bush antes que seguir una política más europea y neutral, en tantos y tantos ejes.

Cuando el principal adversario no inquieta, el peligro sólo puede provenir de uno mismo. No es la cuestión catalana, casi amortizada a pesar de la incertidumbre de las inmediatas elecciones. Su incierto resultado no será decisivo en el panorama de las elecciones generales de 2008. El resto de las reformas estatutarias camina sin mayores contratiempos, e incluso con un sospechoso-sorprendente entendimiento con el PP a nivel de las diferentes comunidades, especialmente en las no históricas.

Los asuntos claves son aquéllos que siguen un curso lento y largo, pero que siempre desembocan en una convocatoria electoral. Los incendios en Galicia, por ejemplo, pueden “calentar” un verano, pero sus rescoldos difícilmente subsisten tras los subsiguientes otoño e invierno. El proceso de paz es largísimo y lentísimo, tanto que su desenlace tampoco mantiene el interés en primer(a) plano(a).

Un motivo electoral determinante debe proyectarse en dimensiones múltiples y en planos sociales diversos, de modo que alcance muy directamente a grandes colectivos y sensibilidades del universo votante. El electorado se mueve por sensaciones, y por reflexiones, de suerte que su opción puede adoptarse en el último momento, pero siempre por el hartazgo de una cuestión irresuelta durante largos períodos previos.

El gran leitmotiv político del futuro a corto plazo es la avalancha irreprimible de la inmigración. Su gestión, evolución y fórmulas de solución son argumentos cruciales para el desempate del binomio PSOE-PP. Actuando a la contra, especialidad del PP contemporáneo, su estrategia de desgaste puede procurarle réditos en muchas capas del electorado español, en las cuales están brotando preocupantes señas de xenofobia. Más difícil es la posición del PSOE, que le ha visto las orejas al lobo, y que tras su fallido intento de neutralizar la amenaza mediante un acuerdo con el PP, haría bien en buscar una envolvente con los demás grupos políticos (nacionalistas, IU,…) a fin de volver a situar al PP en su marginalidad, hasta que abandone posiciones numantinas de aislamiento.

Una justa, eficaz y vigente política de inmigración habría de construirse sobre las bases de un gran acuerdo estatal (dejando al PP visiblemente fuera) y europeo, fijando posiciones comunes y abordando globalmente un problema de semejante envergadura. El rumbo errático demostrado ante tal desafío en la última década, por parte de gobiernos del PP y del PSOE, merece ser enmendado. Se requieren acuerdos internacionales, al menos desde la Unión Europea, con los principales países de origen, ubicados en África y Sudamérica. Sobran medidas reactivas en base a improvisación, con paliativos remedios parciales. Se requiere perspectiva histórica, inusual solidaridad, inversiones considerables, ingentes recursos educativos en origen y en destino y una actitud proactiva sobre las causas más que sobre los efectos. Sólo así dará comienzo un principio de resolución al mayor problema de desequilibrio mundial de este siglo XXI. Se trata de un conflicto planetario, pero con uno de sus principales síntomas instalado en los territorios insulares y peninsulares del Estado español.
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El suicidio de EA

El panorama político vasco no permite tantos partidos: Ha llegado la época de coaliciones o desapariciones.

En la Comunidad Autónoma Vasca ha habido demasiado partidos en la última década con peso parlamentario EAJ-PNV, PSOE, PP, Batasuna (o los escaños de EHAK), EA, EB, Aralar, y la ya desaparecida UA (Unidad Alavesa, surgida del hecho de contar Araba con los mismos parlamentarios autonómicos que Bizkaia).

Ezker Batua-Berdeak y Aralar han anunciado que tras una "fase exploratoria" ya recorrida, avanzan hacia una coalición electoral que mejore sus posibilidades ante la convocatoria municipal y foral del próximo año 2007, cuando se produzca la previsible irrupción de una Batasuna legalizada.

En el inmediato escenario se destacan cuatro grandes partidos, según una reciente encuesta con un respectivo porcentaje asegurado de voto del 21% para EAJ-PNV, 14% PSOE, 8% PP y 8% Batasuna. EA contaría con un 5%, EB un 4% y Aralar un 3%. Sobre la base del acuerdo EB-Berdeak-Aralar, EA quedaría con el sexto y último partido con un hipotético 5% de los votos, después de ocho años de ir en coalición y habiendo obtenido una sobre-representación de cargos institucionales (más notable por la ausencia de Batasuna en algunas convocatorias).

Todo apuntaba que, tras las sempiternas reticencias de EA hasta el último minuto, finalmente aceptaría a regañadientes acudir en coalición con EAJ-PNV. Sin embargo, el pasado miércoles 30 de agosto su ejecutiva nacional decidió “en principio” (sic) acudir en solitario a las elecciones municipales y forales, por un escaso margen de 10 votos contra 9 y tras una profunda controversia entre sus máximos dirigentes,… Este ajustado acuerdo de la ejecutiva no necesita ser sancionado por la asamblea nacional al no ser favorable a la reedición del pacto electoral.

Pero queda la sospecha de que no sea definitiva esta decisión “aparente” de la ejecutiva de EA. Algunos miembros de la dirección de Eusko Alkartasuna estudian la posibilidad de que finalmente sea la asamblea nacional de su partido la que reconsidere, e invierta, en las próximas semanas la resolución adoptada. Esto no parece muy factible al requerirse una mayoría de dos tercios de representantes para el cambio de postura. Más aún cuando existe el rumor generalizado de una grave disociación de criterio entre las bases (más partidarias de acudir en solitario) y los cargos (que prefieren la seguridad de prorrogar la alianza con EAJ-PNV).

EA se enfrenta a varios dilemas simultáneos para no desvanecerse. Debe optar entre converger o diferenciar su oferta política respecto de la del partido del que se desgajó. Para la primera opción, la estrategia de acudir en solitario sería más coherente y casi obligada ahora (en las autonómicas sería una auto-inmolación). En caso contrario, habría de avanzar hacia una coalición tipo CiU, lo que le proporcionaría perdurabilidad a cambio de continuar reduciendo su peso social.

Quizá EA debiera resolver todas estas disyuntivas escuchando no sólo a su militancia, sino también a sus votantes, quienes pueden verse tentados por otras alternativas ante el riesgo de desperdiciar su papeleta. El electorado vasco, muy estable desde la transición, necesita opciones nítidas y partidos fuertes, con alta representación que puedan caminar hacia la pacificación y la normalización sin descuidar una buena gestión de los recursos públicos desde las instituciones.
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Políticos en la mesa

Están de moda las mesas políticas, y quiénes han de sentarse. Recuerdan un problema clásico de computación propuesto por Edsger Dijkstra

La pacificación en Euskadi ha abierto un debate sobre la conveniencia de una o dos mesas de negociación, entre quiénes y con qué objetivo. A quienes estudiamos informática nos ha rememorado, tanto por su enunciado como por su posible solución (aplicable en política) a un tema básico que se relata con una alegoría: filósofos cenando espaguetis.

La metáfora se formuló para representar el conflicto de la sincronización de procesos en un sistema operativo. Describe a varios filósofos sentados a una mesa redonda para cenar. Cada filósofo tiene su plato de espaguetis y un tenedor. Pero para comer los espaguetis son necesarios dos tenedores. Sólo puede comer un filósofo si toma su tenedor (a la izquierda) y el de la derecha de su colega, pero dejando a éste en ayunas.

Lo peor que puede suceder es que cada uno alcance únicamente “su” tenedor, y que todos se queden esperando que alguien libere el tenedor que les falta. En informática este bloqueo mutuo se denomina traba mortal (deadlock), y puede colapsar un microprocesador si no se previene.

Las soluciones técnicas son múltiples. Comer por turno cíclico, o en varios turnos,… pero lo mejor es un portero de comedor. Se trata de un modesto sirviente que indica a los filósofos que abandonen la mesa cuando no tengan hambre y que no regresen hasta que vuelvan a sentirla. Su misión es simple: limitar los comensales a menos que los tenedores, para que coman por rondas sin esperar al último,… y quedarse todos sin cenar.

La normalización vasca es una tarea compleja, más que comer espaguetis. Los agentes políticos necesitan mano izquierda, además de la mano diestra, para manejarla. Esperar que el último partido quiera colaborar quizá sea perder una oportunidad histórica. Mejor que los más dispuestos vayan rumiando el conflicto poco a poco, que al final ya nos aprovechará a todos.
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Amorebieta, capital vasca

¿Conviene retomar la cuestión de la capitalidad administrativa vasca?

Han pasado más de 25 años desde que se decidió situar en Vitoria-Gasteiz la capital de la Comunidad Autónoma Vasca. Fue una opción propia del momento, basada en razones estratégicas y coyunturales de naturaleza política, que serían complejas de exponer. Así se acordó el 20 de mayo de 1980 por medio de la Ley de Sedes, la primera de todas las aprobadas por el Parlamento Vasco. Ello determinó la ubicación de los distintos principales órganos institucionales de la C.A.V.: Presidencia del Gobierno (Ajuria-Enea), Gobierno Vasco (Lakua) y el propio Parlamento (Eusko Legebiltzarra).

Sin negar validez y oportunidad a aquel acuerdo, que no ha sido objeto central de polémica partidista, es preciso reconocer que no fueron criterios demográficos, ni geográficos, ni de comunicaciones, ni económicos los que avalaron aquella determinación. Pero el tiempo ha pasado, y los debates sociopolíticos han de buscar eficacia y eficiencia que entonces, en otras circunstancias, fueron apartadas.

Con el ánimo de aportar una reflexión de partida, se expone un simple análisis demográfico y geográfico. Considerando el marco de la C.A.V., según el último censo de 2005, los 2.124.846 habitantes de la Comunidad Autónoma del País Vasco se distribuyen con los siguientes porcentajes: 14,12% de alaveses, 32,41% de guipuzcoanos y 53,47% de vizcaínos. El reparto demográfico es muy peculiar, concentrándose el 42,5% del total de vascos de la C.A.V. en el Gran Bilbao, más distribuidos los guipuzcoanos por todo su territorio y centralizados el 75,5% de los alaveses en su capital.

Calculado el centro de gravedad demográfico de la C.A.V., mediante la correspondiente fórmula, queda determinada que la posición idónea de la capital vasca, con criterios geométrico-estadísticos, estaría en las proximidades de Amorebieta-Etxano (o Zornotza). Esta posición ofrecería innegables ventajas comunicativas y económicas a todo tipo de efectos y con gran trascendencia en ahorro de tiempo y dinero.

Por citar sólo algunos datos: Si reunir en Amorebieta a un número cualquiera de representantes proporcionales de toda la C.A.V. cuesta 100, llevarlos a Vitoria cuesta 173, acudir a Bilbao serían 109 y a Donostia 179. Dicho de otro modo, todos y cada uno de los innumerables y diarios envíos o reuniones de todo tipo (con representantes políticos, sociales, administrativos, económicos,..) supone un sobrecoste del 73% por mantener la capital en Vitoria (respecto a Amorebieta), que se rebajaría a un reducido 9% de trasladarla a Bilbao y que se aumentaría hasta el 79% de mudarla a Donostia.

¿A alguien se le ocurriría, por poner una comparación, que si España fuese únicamente Madrid, Valencia y Murcia poner la capital en la parte menos poblada y más esquinada como sería Murcia? Pues exactamente eso sucede en la C.A.V. por razones históricas,… que merecerían ser revisadas.
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Representatividad y responsabilidad en política

Los partidos suelen contener dos o más “almas” políticas; las personas sólo hemos de mantener un alma, que ojalá sea totalmente libre y responsable.

La realidad política vasca (u otras) merece ser analizada desde dos criterios básicos, de representatividad social y de responsabilidad histórica. Más aún en esta coyuntura histórica en la que la violencia puede desaparecer de un escenario distorsionado por su crónica influencia.

La representatividad política debe derivarse, exclusiva e inequívocamente, de la única fuente de legitimidad democrática: las urnas. Sólo los votos contados escrupulosa y puntualmente otorgan representación, sin más consideraciones que las del respeto a la igualdad de oportunidades en las convocatorias electorales. Quizá el panorama vasco se ha visto afectado por la aberración de la violencia, en múltiples sentidos que convendría superar lo más urgentemente posible. Por supuesto, sólo los votos válidos y positivos confieren representación, porque los votos blancos, nulos o la abstención expresan opciones legítimas,… pero no computables en la imagen global de delegación política.

La representación efectiva de las distintas formaciones políticas vascas se ha deformado por factores que merecen ser enumerados, y cuya cuantificación sería de cálculo polémico. Por un lado, están algunos agentes habituales en cualquier sociedad contemporánea, como son los medios de comunicación que prestan especial atención a determinados partidos en función de sus intereses corporativos (eufemísticamente coincidencia ideológica) o de la capacidad de los partidos para “generar noticias” (generalmente por su facultad de convocatoria de sucesos inusuales). Por otro lado, el poder provee siempre más tribunas: poderes públicos (incluido el judicial que también conforma proselitismo), poderes mediáticos (ya citados y multiplicadores) y los poderes económicos (subyacentes dado que son origen y destino de la influencia política).

Lo cierto es que aunque un partido (como el PSOE o el PP) hable desde las macrocorporaciones de prensa, desde la (ex)presidencia de gobierno, desde la judicatura, desde la patronal empresarial o desde el defensor del pueblo, sus votos son sus votos en cada marco administrativo. Análogamente, que la autodenominada izquierda abertzale hable desde Batasuna y desde EHAK incluso mientras ETA aprende a balbucear sin disparar, no triplica sus votos, por más que semana tras semana sus simpatizantes desfilen en las distintas capitales vascas con un empeño digno de la mejor causa.

Los ciudadanos sólo ejercemos nuestra decisión política una vez, al votar, sin que podamos añadir peso al voto individual por más que pertenezcamos a un sindicato, a una iglesia, a dos asociaciones profesionales, a tres sociedades deportivas o a siete plataformas sociales. Por salir a la calle con una pancarta cada fin de semana no aumenta nuestro valor político, aunque sí la pretendida visibilidad social.

La responsabilidad política deriva, a escala individual o colectiva, de la libertad. Somos responsables, en tanto que somos libres. Esto vale para las personas, a título individual, para los partidos políticos o para el conjunto de la sociedad. Y la responsabilidad es acumulativa, no desaparece cuando cambia una legislatura, ni siquiera cuando cesa la violencia política.

Los partidos, ya estén en el gobierno o en la oposición, son responsables de sus anteriores actuaciones parlamentarias, sociales y, en su caso, gubernamentales a escala municipal, territorial o nacional. Igualmente, las personas que han ejercido su libertad de actuación, deben responsabilizarse de sus actos. Incluso la sociedad como conjunto debe ser coherente y asumir su responsabilidad histórica, especialmente ante quienes fueron víctimas de lo que colectivamente no se quiso, supo o pudo impedir. Todos, sociedad, partidos y personas, hemos de responder de nuestras obras, de nuestras palabras,… y de nuestras silencios.

Como en cualquier país del mundo, en la sociedad vasca coexisten partidos políticos con muy variable grado entre el prosaico pragmatismo y la entelequia sublime. Y, al igual que sucede por doquier, el grado de realismo se adquiere desde las posiciones de gobierno ejercido, mientras que la oposición pertinaz suele derivar hacia la quimera. Sólo así entendería un ajeno a la política vasca que una entidad como Batasuna reitere hasta la saciedad su petición de un marco de referencia (el conjunto de Euskal Herria) donde sus posiciones políticas (independentismo albanés) y sociales (confuso marxismo) se hacen aún más minoritarias que en la Comunidad Autónoma Vasca.

Muchos vascos deseamos superar un pasado político desfigurado por demasiada violencia, y donde las voces (cuando no gritos) no se distribuyen en función de los votos. Ansiamos y merecemos una paz serena que nos permita mostrar una panorámica despejada de la representación política del pueblo vasco, en la Comunidad Autónoma, en la Comunidad Foral y en Iparralde. Quizá reduciendo la dispersión de voto entre tan numerosas opciones partidistas, donde los micropartidos habrán de fusionarse o desaparecer, para sobrepasar un porvenir de algarabía con diez o doce partidos (PNV, PSOE, Batasuna –con sus innumerables denominaciones-, PP, UPN, CDN, EB, IU, EA, Aralar, y los vascofranceses), con el resultado de gobiernos multipartitos de gestión inconexa en minoría parlamentaria. Entonces habrá que asumir, sin lastres, sin vetos, sin tutelas, sin miedos, toda nuestra responsabilidad a la hora de votar y todo el valor de la representación política que resulte. Con naturalidad y madurez Versión .DOC para imprimirejerceremos una democracia que nos permita ser más responsables, más tolerantes, más solidarios y, seguramente, más felices.

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