Concebido por Ferdinand Porsche cuando tenía 24 años, el sistema de vehículos eléctricos e híbridos “Lohner-Porsche” se aplicó a diversos automóviles. Este modelo, totalmente eléctrico, recibió la medalla de oro en la Exposición Universal de París de 1900. Utiliza motores eléctricos montados en las ruedas, un método emulado por la NASA para el Lunar Roving Vehicle e incluido hoy en día en un amplio abanico de medios de transporte particular libres de emisiones.
Desde hoy, 4 de abril de 2021 se puede visitar presencial y virtualmente la exposición ‘Curiosidad Radical. En la órbita de Buckminster Fuller’ de manera gratuita hasta el 18 de abril de 2021, en la tercera planta de Espacio Fundación Telefónica (Madrid). Noticia recibida vía Twitter, véase al final del post, gracias a este tuit de nuestro amigo Javier del Monte.
Conocido por algunos como el Leonardo Da Vinci del Siglo XX, Richard Buckminster Fuller (Milton, 1895- Los Ángeles, 1983) dedicó su vida a concebir un mundo que funcionase para el 100% de la humanidad “en el menor tiempo posible mediante la cooperación espontánea, sin perjuicio ecológico o desventaja para nadie”. Investigador inclasificable, Fuller generó un cuerpo de trabajo inabarcable que anticipó con una lucidez sorprendente los desafíos del siglo XXI.
Desde la movilidad y la vivienda, hasta la educación y el uso de datos masivos, su pensamiento se anticipó varias décadas a cuestiones como la emergencia climática, los retos habitacionales en las grandes ciudades o la necesidad de repensar la formación académica. Conceptos tan actuales como la visualización de datos, la sostenibilidad o la biomimética hunden sus raíces en este pensador nacido en el siglo XIX.
Esta muestra, comisariada por Rosa Pera y José Luis de Vicente, presenta una mirada a su figura desde la realidad del año 2020, un momento convulso e incierto en el que atravesamos crisis sistémicas sobre las que “Bucky” ya pensó durante más de sesenta años. La exposición reúne los principales trabajos de Fuller en diálogo con propuestas de creadores contemporáneos que han orbitado alrededor de sus ideas, como los arquitectos Abeer Seikaly, Norman Foster y Chuck Hoberman, los diseñadores Neri Oxman y Joris Laarman o los artistas Olafur Eliasson, Ruth Asawa y Tomáš Libertíny.
Si bien el gran icono de Fuller, y el símbolo más reconocible de toda su producción, es la cúpula geodésica -ampliamente representada en la muestra- su verdadero legado no se asienta tanto en sus logros materiales como en su capacidad para inspirar nuevas ideas. La revolución, según Fuller, debía venir del diseño y la invención. “Mis ideas han emergido por emergencia. Cuando la desesperación las hace necesarias, son aceptadas” dijo. La exposición propone un repaso por esas ideas, cuando parecen más necesarias que nunca.
Prototipo de automóvil Dymaxion diseñado por Buckminster Fuller en 1933. Bucky partió de la observación de la naturaleza, concretamente del movimiento de los peces y de su manera de impulsarse gracias a una aleta trasera, para darle un perfil con forma de lágrima que lo hacía aerodinámicamente muy eficiente y le permitía funcionar por tracción trasera. Esta característica le confería una gran maniobrabilidad (podía girar 180º sobre sí mismo), pero hacía difícil su conducción (el manejo era menos intuitivo, al ser inverso al de los vehículos convencionales).
Además, con sus seis metros de longitud, el coche Dymaxionera dos veces más largo que un automóvil convencional, por lo que podía transportar hasta once pasajeros. Aunque el invento no llegó a ser producido a gran escala, y, de hecho, sólo llegaron a construirse tres unidades, su aspecto futurista creado por el escultor Isamu Noguchi revolucionó el diseño automovilístico y tuvo una enorme influencia en otros modelos posteriores.
Devised by Kenneth Snelson and made famous by the architect Buckminster Fuller in 1949, the concept of tensegrity seems counterintuitive, but it simply uses the laws of statics.
Quienes trabajamos en innovación, disruptiva porque es la única genuina, recordamos siempre la cita de R. Buckminster "Bucky" Fuller: «No intentes cambiar un sistema,... Construye uno nuevo que haga que el anterior se vuelva obsoleto».
«Diseñar es hacer lo máximo con lo mínimo». De ahí deriva su gran concepto de Efemeralización.
«Si el éxito o el fracaso de la vida en este planeta dependiese de quién quieres ser tú, y de qué es lo que quieres hacer, ¿quién querrías ser? ¿Qué querrías hacer?».
No intentes cambiar un sistema: Construye uno nuevo que deje obsoleto al anterior.
«Cada vez que el hombre realiza un experimento, aprende más. Es imposible que aprenda menos».
«La humanidad está desarrollando la tecnología correcta por las razones equivocadas».
«No vamos a ser capaces de pilotar nuestra Nave Espacial Tierra durante mucho tiempo más, a no ser que entendamos que es una única nave, y que nuestro destino es común. Tenemos que ser todos, o no seremos ninguno».
«La contaminación no es otra cosa que los recursos que estamos desperdiciando. Permitimos que se dispersen porque ignoramos su valor».
"Realidad" siempre deberá ir entre comillas”.
«Hay que acabar con la noción absolutamente engañosa de que todo el mundo tiene que ganarse la vida. Es un hecho hoy que uno de cada diez mil de nosotros puede hacer una innovación tecnológica capaz de sostener a todo el resto. La juventud de hoy tiene toda la razón en reconocer esta tontería de ganarse la vida. Seguimos inventando trabajos debido a esta falsa idea de que todo el mundo tiene que ser empleado en algún tipo de trabajo penoso, porque, según la teoría Malthusiano-Darwinista, él debe justificar su derecho a existir. Así tenemos inspectores de inspectores y personas haciendo instrumentos para inspectores para inspeccionar a los inspectores. El verdadero negocio de la gente debe ser volver a la escuela y pensar en lo que fuera que estaban pensando antes de que alguien se acercara y les dijera que tenían que ganarse la vida».
«En este momento (después de miles de años de invenciones y descubrimientos) la escasez real, por fin se ha vencido, estamos manteniendo una escasez artificial por pura ignorancia. Tecnológicamente [...] ahora tenemos cuatro mil millones de multimillonarios a bordo de la nave espacial Tierra que están completamente inconscientes de su buena fortuna. Desconocido para ellos, su legado se encuentra detenido en sucesiones por ignorancia general, miedo y egoísmo».
«La Tierra es una nave espacial que se nos entregó sin manual de instrucciones».