También el mapa de hace casi un siglo también mostraba un Deutsches Reich (el Imperio Alemán) que por el Este llegaba hasta Danzig. Lo más llamativo se relata en el vértice superior izquierdo donde enumera las colonias alemanas en África, Asia y ¡Australia! Dichas colonias alemanas en Oceanía fueron compradas o cedidas a Alemania por España a finales del siglo XIX, como las Marianas del Norte o las islas Palaos o Palau.
Los otros libros de texto de matemáticas o de lenguas extranjeras, por cierto entonces se estudiaban los idiomas continentales (francés y alemán, no el inglés), han cambiado menos en sus aritméticas o gramáticas que los mapas políticos.
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Geografía cambiante: Lecciones de la historia
@agirregabiria #MikelSeJubila
Hoy, tras una sencilla despedida en la
Delegación de Educación de Bizkaia, de 13:00 a 15:00, pasamos al modo
#JubiLatas. Estáis invitados a acercaros para darnos un abrazo o un apretón de manos,
ante la etapa cumbre que se avecina.
No
hablaremos de despedidas, ni de
nostalgia, ni de
historia, sólo recordaremos tareas en las que nos afanamos juntos (y en las que
seguiremos colaborando), con tantas y tantas personas que han aportado su
granito de arena en esta insigne misión de la
educación.
Estas líneas serán
un testimonio
lo que no diremos, pero lo que se merecen tantas y tantas
grandes educadoras y educadores que hoy no pueden acompañarnos.
Personajes conocidos muchos, imposible enunciarnos porque sería interminable
el listado pero pronto reseñaremos los de máximo reconomiento, pero quizá
los más gigantes quienes ya no están entre nosotros:
José Mari Mauleón,
Alfredo García Cobos, mi coetáneo Diego Vega, Carlos Ruiz, ...
Un modo cronológico de realizar el recorrido educativo (sobre todo para
que no se me olvide, porque ya tengo lagunas de memoria) sería por etapas,
nunca superiores a los 8 años en el tiempo laboral, desde el nacimiento el
viernes santo de 1953:
- 1958-1970 Colegio Calasancio de los Padres Escolapios de Bilbao, de inmejorables recuerdos.
- 1970-1975 Licenciatura en Ciencias Físicas por la Universidad de Bilbao (ahora, UPV-EHU). Una foto con viejos colegas, como Josu Aramberri,...
- 1975-1976 Docencia de Matemáticas en Magisterio de Bilbao y de Ciencias en Preuniversitario de la Academia Izaro. Algunos colegas que dejaron secuela fueron Fermín Delmás, María Ángeles Etxebarria,...
- 1976-1977 Servicio Militar de milicias entre Madrid y Araca-Gamarra (Gasteiz), donde tampoco jamás repetí ninguna clase exactamente igual que la anterior.
- 1977-1985 Docencia en Magisterio de Bilbao (de Matemáticas, Física, Química, Didáctica de las Ciencias, Laboratorio, Informática). Entre 1987 y 1991 también en el Colegio Azkorri (Ciencias, EATP -Mecánica del automóvil, Informática,...), y tutor de un mismo grupo de EGB de 6º a 8º. De 1983-1985 dirigiendo el Proyecto Bizkaia con los primeros microordenadores BBC Acorn cedidos por el Programa IMI.
- 1985-1989 Responsable del Servicio de Tecnología y Educación en la genuina y primigenia Lakua 1 (y en CERED-HEGAKA, Erandio). Quizá los años más dedicados, con 12 - 14 horas diarias con el Plan Vasco de Informática Educativa,... Grandes colegas en CERED fueron Sebas Álvarez, Luis Maria Guinea, Txus Ganzabal, Joseba Lauzirika, Mikel Urkijo, José Mari Macías,...
- 1989-1990 Asesor de Ciencia, Tecnología e Informática en el Departamento de Cultura y Turismo dirigido por Joseba Arregi, con tareas en el Museo de la Técnica de Euskadi (en Lutxana, Barakaldo) junto a José Julio Carreras,...
- 1990-1991 Tres meses Responsable de Documentación en Prevención de Drogodependencias en el Departamento de Presidencia (Lehendakaritza). Incluye algunos días en Fujitsu Bilbao.
- 1991-1999 Director de Formación en EITB (Iurreta). De 1995 a 2000 compatibilizando con nuestra aventura de kIDEAk. Apoyando a Iñaki Zarraoa en su aportación al Pacto Escolar de 1992 y las leyes de Escuela Vasca y Profesorado Vasco de 1993,...
- 1999-2001 Responsable del Servicio de Innovación Educativa de Bizkaia.
- 2002-2005 Responsable del Servicio de Euskadi en la Sociedad de la Información en el Departamento de Industria, Comercio y Consumo (Lakua) dirigido por Josu Jon Imaz. Trabajando físicamente en la SPRI y redactando el Liburu Zuria bajo la dirección de Josune Ariztondo (y Markel Olano).
- 2005-2013 Vuelta como Responsable del Servicio de Innovación Educativa de Bizkaia.
- 2013-2017 Responsable del Servicio de Innovación Pedagógica (en Lakua), bajo la dirección de Begoña Garamendi. Por primera vez siendo Delegado de ELA Sindikatua, a propuesta de JonJo Agirre, aunque siempre fui afiliado,...
- 2017-2018 Segundo retorno a la Delegación de Bizkaia como Responsable del Servicio de Innovación Educativa de Bizkaia.
- 2018-... Etapa de JubiLata. Pero seguimos aprendiendo junto con tanta buenas gentes,... Bukatzeko: Ancora imparo: Para concluir.
Miles de fotos de lo que fuimos testigos en educación.
Hashtags: @agirregabiria #MikelSeJubila #JubiLatas
"Gesto por la Paz", tres años del cierre de algo que marcó nuestra vida
El pasado 1 de junio de 2016 se cumplieron tres años desde que "Gesto por la Paz" decidió su disolución (ver en el vídeo inferior). Se habían cumplido 28 años desde la primera concentración el 26 de noviembre de 1985 en la Plaza Circular convocada por el Colegio Calasancio de los Padres Escolapios de Bilbao (ver vídeo).
La Fundación Itaka, iniciativa social de la Orden de las Escuelas Pías, u escolapios, para llevar a cabo labores sociales había nacido en Bilbao en 1985 como labor complementaria al colegio de los escolapios en la ciudad. Desde sus inicios se centraron especialmente en trabajar por la paz. Desde ese nuevo espacio, ligado al colegio, se convocarían los primeros gestos: «Hasta que, el 25 de noviembre de 1985, un grupo de personas del entorno del Colegio de Escolapios de Bilbao no convocara el gesto, todas las manifestaciones de respuesta a la violencia que se habían producido durante años, habían sido puntuales e inconexas».
El 14 de noviembre, el Presidente y el Vocal de la Junta Directiva del Colegio Calasancio, Javier Aguirregabiria y Tomás Urquide respectivamente, se reunieron con el gobernador en Bilbao y finalmente consiguieron el permiso permanente para convocar concentraciones. No habían transcurrido ni 10 días cuando ETA cometió tres nuevos asesinatos el 25 de noviembre de 1985. Dos soldados de la Armada fueron tiroteados en el barrio donostiarra de Bidebieta, José Manuel Ibarzábal y Rafael Melchor. Esa misma tarde ETA cometió un nuevo atentado en la localidad de Pasajes, asesinando al Guardia Civil Isidoro Díez. Como respuesta a estos asesinatos, se realizó la convocatoria del primer gesto, que se celebró en Bilbao el 26 de noviembre de 1985, como acto de repulsa al asesinato por parte de ETA de estas personas. Las primeras víctimas por las que se movilizó Gesto por la Paz.
Según el padre escolapio Javier Aguirregabiria: «El primer nombre que se nos ocurrió fue «signo por la paz». La semana que hicimos en marzo de 1984 se llamó «Signos de esperanza en nuestro mundo», y nos parecía que eso era lo que queríamos hacer: un signo. Más adelante pensamos que no era un nombre adecuado y buscamos sinónimos hasta llegar a «Gesto por la Paz». También dudamos de él, pues pensamos que era un término podría prestarse a burla, pero no se nos ocurrió otro mejor. En los primeros meses y hacia fuera hablábamos siempre de concentraciones silenciosas». Ese mismo 26 de noviembre de 1985, el colegio mandó un aviso de concentración a otros colegios, parroquias y grupos de tiempo libre de Bilbao, informando del proyecto de los gestos. Se animaba a participar en esta iniciativa cuando se produjera de nuevo un atentado con víctimas mortales, con lo que a través de grupos, asociaciones y entidades ligadas a la escuela se fue extendiendo la idea. Paralelamente, según las memorias de la escuela, se convocó a la prensa para que acudiera a ese primer gesto, aunque TVE pareceno se hizo eco de la movilización hasta el día 27 de noviembre, con el segundo gesto porel asesinato de José Herrero Quiles en Lasarte (vídeo). En cambio el día 27, con el segundo gesto acudieron algunos periodistas a hacerse eco de la iniciativa, y los manifestantes consiguieron unos minutos de atención apareciendo en el informativo de TVE.
Los siguientes meses, entre finales de 1986 y principios de1987 la iniciativa de un gesto en la Plaza Circular de Bilbao se siguió practicando después de cada atentado y empezó cada vez a acudir más gente. Se consiguió generar una acción simbólica a la que cada vez más gente estaba dispuesta a asistir, a pesar de la exposición pública ante la izquierda abertzale que ello suponía. A través de los propios gestos en la Plaza Circular de Bilbao, y de la publicidad y puesta en conocimiento de la iniciativa en otros colegios y parroquias, se pretendía fomentar una movilización del mismo tipo en otros barrios, para que se llevara a cabo en distintos lugares de Bilbao a la vez, con lo que resultara más efectiva y visible. En Diciembre el gesto se extendió a Algorta (Getxo), con lo que la iniciativa de hacer un Gesto por la paz tuvo por primera vez salida de la Plaza Circular de Bilbao,... (Sigue el relato completo en este enlace)
Si algún objeto guardamos con cariño, ese el lazo azul que durante años llevamos en la solapa, en cada una de aquellas muertes que avergonzaron nuestra historia y que nuestros hijos sufrieron. Confiemos que nuestros nietos puedan verlo como algo pasado.
Nuestros posts históricos sobre "Gesto por la Paz".
La Fundación Itaka, iniciativa social de la Orden de las Escuelas Pías, u escolapios, para llevar a cabo labores sociales había nacido en Bilbao en 1985 como labor complementaria al colegio de los escolapios en la ciudad. Desde sus inicios se centraron especialmente en trabajar por la paz. Desde ese nuevo espacio, ligado al colegio, se convocarían los primeros gestos: «Hasta que, el 25 de noviembre de 1985, un grupo de personas del entorno del Colegio de Escolapios de Bilbao no convocara el gesto, todas las manifestaciones de respuesta a la violencia que se habían producido durante años, habían sido puntuales e inconexas».
El 14 de noviembre, el Presidente y el Vocal de la Junta Directiva del Colegio Calasancio, Javier Aguirregabiria y Tomás Urquide respectivamente, se reunieron con el gobernador en Bilbao y finalmente consiguieron el permiso permanente para convocar concentraciones. No habían transcurrido ni 10 días cuando ETA cometió tres nuevos asesinatos el 25 de noviembre de 1985. Dos soldados de la Armada fueron tiroteados en el barrio donostiarra de Bidebieta, José Manuel Ibarzábal y Rafael Melchor. Esa misma tarde ETA cometió un nuevo atentado en la localidad de Pasajes, asesinando al Guardia Civil Isidoro Díez. Como respuesta a estos asesinatos, se realizó la convocatoria del primer gesto, que se celebró en Bilbao el 26 de noviembre de 1985, como acto de repulsa al asesinato por parte de ETA de estas personas. Las primeras víctimas por las que se movilizó Gesto por la Paz.
Según el padre escolapio Javier Aguirregabiria: «El primer nombre que se nos ocurrió fue «signo por la paz». La semana que hicimos en marzo de 1984 se llamó «Signos de esperanza en nuestro mundo», y nos parecía que eso era lo que queríamos hacer: un signo. Más adelante pensamos que no era un nombre adecuado y buscamos sinónimos hasta llegar a «Gesto por la Paz». También dudamos de él, pues pensamos que era un término podría prestarse a burla, pero no se nos ocurrió otro mejor. En los primeros meses y hacia fuera hablábamos siempre de concentraciones silenciosas». Ese mismo 26 de noviembre de 1985, el colegio mandó un aviso de concentración a otros colegios, parroquias y grupos de tiempo libre de Bilbao, informando del proyecto de los gestos. Se animaba a participar en esta iniciativa cuando se produjera de nuevo un atentado con víctimas mortales, con lo que a través de grupos, asociaciones y entidades ligadas a la escuela se fue extendiendo la idea. Paralelamente, según las memorias de la escuela, se convocó a la prensa para que acudiera a ese primer gesto, aunque TVE pareceno se hizo eco de la movilización hasta el día 27 de noviembre, con el segundo gesto porel asesinato de José Herrero Quiles en Lasarte (vídeo). En cambio el día 27, con el segundo gesto acudieron algunos periodistas a hacerse eco de la iniciativa, y los manifestantes consiguieron unos minutos de atención apareciendo en el informativo de TVE.
Los siguientes meses, entre finales de 1986 y principios de1987 la iniciativa de un gesto en la Plaza Circular de Bilbao se siguió practicando después de cada atentado y empezó cada vez a acudir más gente. Se consiguió generar una acción simbólica a la que cada vez más gente estaba dispuesta a asistir, a pesar de la exposición pública ante la izquierda abertzale que ello suponía. A través de los propios gestos en la Plaza Circular de Bilbao, y de la publicidad y puesta en conocimiento de la iniciativa en otros colegios y parroquias, se pretendía fomentar una movilización del mismo tipo en otros barrios, para que se llevara a cabo en distintos lugares de Bilbao a la vez, con lo que resultara más efectiva y visible. En Diciembre el gesto se extendió a Algorta (Getxo), con lo que la iniciativa de hacer un Gesto por la paz tuvo por primera vez salida de la Plaza Circular de Bilbao,... (Sigue el relato completo en este enlace)
Si algún objeto guardamos con cariño, ese el lazo azul que durante años llevamos en la solapa, en cada una de aquellas muertes que avergonzaron nuestra historia y que nuestros hijos sufrieron. Confiemos que nuestros nietos puedan verlo como algo pasado.
Mesa Redonda TIC Escolapios Bilbao
Animamos a acudir, hasta llenar el aforo, a la #MesaRedondaTIC de la que hemos tenido noticia vía Iñigo López de Munain, @inigoldem, Maestro de Educación Especial y Licenciado en Psicopedagogía, y Coordinador del Equipo TIC de Escolapios de Bilbao, que moderará la Mesa. Se celebrará el miércoles 17 de ABRIL de 2013 a las 18:00 en el Auditorium del colegio Calasancio de Bilbao. Reserva de invitaciones en la siguiente web.
La mesa estará compuesta por dos exalumnos, dos profesores y dos padres-madres del colegio:
- Begoña Arístegui: Licenciada en Bellas Artes y Diseñadora de interiores. Madre de 4 alumnos del colegio, de 16, 13, 12 y 5 años.
- Eva Corcuera: Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación, especializada en periodismo digital. Técnico especialista en e-learning, servicios streaming y generación de materiales didácticos para la formación online.
- José Gaviria: Doctorando en Ingeniería Informática y Telecomunicaciones en la Universidad de Deusto. Máster Universitario en Seguridad de la Información de Universidad de Deusto. Investigador en la línea DeustoTech Computing donde está desarrollando sus investigaciones en áreas de detección de malware. A su vez su trabajo le lleva a dar charlas sobre seguridad online en diferentes colegios.
- Pedro Marañón: Licenciado en Ciencias de la Información y Comunicación. Master en Cooperación Internacional (Experto en cooperación internacional para el Desarrollo) y Educación para El Desarrollo.
- Javier Nieves: Doctor en Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial por la Universidad de Deusto. Máster Universitario en Seguridad de la Información de la Universidad de Deusto. Investigador en la línea DeustoTech Computing, donde, principalmente, se encarga de la gestión y desarrollo de proyectos de I+D+i en las áreas de seguridad de la información, optimización de procesos de producción e inteligencia artificial.
- Alex Pombo: Maestro y Licenciado en Psicopedagogía. Coordinador de Primaria del colegio Escolapios y miembro del Equipo TIC. (@alexpombo1).
El aforo está limitado a 50 plazas. Para reservar plaza (máximo dos por persona), existen dos opciones: 1º Escribir un email a la dirección equipoticbilbao@bilbokoeskolapioak.org, indicando nombre y apellidos y número de entradas que se solicitan; 2º Rellenar el formulario de la siguiente dirección web.
Desearíamos acudir para aprender del debate, pero no es seguro por dificultades de agenda. Al menos indicaremos los enlaces a las crónicas del encuentro.
Homenaje a Txirri, Mirri eta Txiribiton
Anoche disfrutamos con nuestro nieto en el Palacio Euskalduna de Bilbao de una de las últimas actuaciones del trío de payasos más célebre de Euskadi durante los últimos 40 años: Txirri, Mirri eta Txiribiton o Xabier Otaegi, José Ignazio Ansorena y Txema Vitoria. Desde su primera actuación el 25 de marzo de 1972 en Donostia hasta la última programada para el 6 de enero de 2012, han cumplido más de cuatro décadas deleitando en euskera a dos generaciones de niños y niñas, y enseñándonos a reír a infantes, padres y abuelos en directo y, sobre todo, a través de ETB (desde diciembre de 1984 cuando los descubrieron Martín Ibarbia el realizador Juanjo Franco).
Para algunos existía una antigua relación. Txiribiton es Txema Vitoria Cormenzana, nacido en Bilbao el 25 de febrero de 1943 y Licenciado en Ciencias Exactas. Txiribiton llegó a ser nuestro profesor de Matemáticas en Escolapios de Bilbao antes de 1970 (y luego lo volveríamos a encontrar -casi como alumno- en el uso de TICS en cursos de perfeccionamiento cuando ya ejercía el Colegio Larramendi de San Sebastián hacia 1986). Jose María Vitoria Cormenzana era hermano menor del Sacerdote Diocesano Francisco Javier Vitoria Cormenzana (ver sus libros), quien también dio clase en el Colegio Calasancio de Bilbao.
Una foto con Txiribiton, pero Julen tenía sueño.
Comprobamos que muchas madres y padres conocían mejor las letras de las canciones que sus hijas e hijos. En el espectáculo perfecto, con el trío original y sus Junior (y maquetas), volvimos a cantar todo su repertorio, desde "Pintto, Pintto" (vídeo) o "Paristik natorren, Artista bat naiz ni,..." hasta Olentzero,... Estrofas como "Sagarra, manzana. Ikatza, carbón. Mujer, andrea ta hombre, gizon" (vídeo) son, probablemente, la lección de euskera más difundida de la historia.
Perfecta su despedida, y como siempre en su trayectoria, amable y constructivo su legado de música, lengua, cultura, humor y valores de familia. Gracias, Txirri, Mirri eta Txiribiton, eskerrik asko!
Perfecta su despedida, y como siempre en su trayectoria, amable y constructivo su legado de música, lengua, cultura, humor y valores de familia. Gracias, Txirri, Mirri eta Txiribiton, eskerrik asko!
Undécima Tertulia Bilbaina
Tras faltar por causas insalvables a la Décima Tertulia Bilbaina, este mes correspondía el deporte como la temática de encuentro de la Tertulia Bilbaina. Los invitados de lujo y más numerosos que nunca, y eso que nos ha faltado nuestro casi habitual, Fernando Canales.
Forofos del deporte y la conversación han acudido más que puntuales Juan Carlos Romo @jcsromo Basket la casilla, Keltse Arroyo @keltse (también conocida como chicabasket, aparte de su faceta como modelo), Ricardo Pinedo, Gontzal Fresno @GontzalFA Aquí hay zarpazo (quien ya acudió a nuestro primer Encuentro de Bloggers de Getxo). Repetían como contertulianos en un tema deporrtivo Alfonso Gil @AlfonsoGil y Naiara Pérez de Villarreal @Naiarapzv, aparte de los fijos Iñaki Murua @imurua, Josu Garro @otxolua y quien suscribe, Mikel Agirregabiria @agirregabiria.
Forofos del deporte y la conversación han acudido más que puntuales Juan Carlos Romo @jcsromo Basket la casilla, Keltse Arroyo @keltse (también conocida como chicabasket, aparte de su faceta como modelo), Ricardo Pinedo, Gontzal Fresno @GontzalFA Aquí hay zarpazo (quien ya acudió a nuestro primer Encuentro de Bloggers de Getxo). Repetían como contertulianos en un tema deporrtivo Alfonso Gil @AlfonsoGil y Naiara Pérez de Villarreal @Naiarapzv, aparte de los fijos Iñaki Murua @imurua, Josu Garro @otxolua y quien suscribe, Mikel Agirregabiria @agirregabiria.
Apasionados por sus equipos, pero deportivos y de fair play en sus modales, aunque con ganas ingentes de compartir sus sapiencias y experiencias. Hablan rápido y con un estilo radiofónico perfecto, todas y todos, aunque Juan Carlos con su elocuencia recuerda a Belauste, aquel del ¡A mi el pelotón, Sabino, que los arrollo!
Las razones por las que Keltse se enamoró del baloncesto, el subcampeonato de tenis juvenil de Alfonso, la iniciativa con el artesano de unir web 2.o y entidades deportivas por Naiara, y otras muchas anécdotas e historias personales, recientes y antiguas fueron expuestas. También desde el inicio en los años '80 de Juan Carlos al paso desde blogs a otros medios digitales, como las radios o las revistas digitales. O la implicación de toda una familia de deportistas como en el caso de Naiara con el Ibaizabal donde sus padres y hermana han sido parte esencial de un equipo.
Aunque algunos somos profesionales de la educación y de la física, apenas somos aficionados a la educación física, y aunque la tarde venía larga (con lumbalgia, constipado y otra prolongada noche con Getxo Moda 2011), fue amena y contagiosa en su efervescencia, propia de esa envidiable actitud deportiva que se lleva toda la vida. Tampoco nuestro deporte cotidiano, único en el que fuimos federados, el ajedrez, mereció la atención ante grandes temas como el idolatrado Athletic, con una próxima asamblea de compromisarios (rodeados de tres compromisarios, Gontzal, Alfonso e Iñaki, y un socio Ricardo). Pero todos opinamos sobre la nueva camiseta o la nunca olvidada de Darío Urzay. Ocupó una buena parte el basket en Bizkaia y, en especial, el Bizkaia Bilbao Basket que, a algunos, nos recordó el inolvidable Águilas Escolapios que seguimos.
Se habló de muchas cosas más: la relación entre deporte base y deporte de élite, el rol que debiera jugar la clase política, la identidad digital y cómo funcionan en la red algunos deportistas famosos (desequilibrio entre followings y followers), similitudes y diferencias entre el periodismo convencional y ciudadano, ventajas que otorga un carnet de prensa, o necesidad de un equivalente carnet de blogger,...
Aunque algunos somos profesionales de la educación y de la física, apenas somos aficionados a la educación física, y aunque la tarde venía larga (con lumbalgia, constipado y otra prolongada noche con Getxo Moda 2011), fue amena y contagiosa en su efervescencia, propia de esa envidiable actitud deportiva que se lleva toda la vida. Tampoco nuestro deporte cotidiano, único en el que fuimos federados, el ajedrez, mereció la atención ante grandes temas como el idolatrado Athletic, con una próxima asamblea de compromisarios (rodeados de tres compromisarios, Gontzal, Alfonso e Iñaki, y un socio Ricardo). Pero todos opinamos sobre la nueva camiseta o la nunca olvidada de Darío Urzay. Ocupó una buena parte el basket en Bizkaia y, en especial, el Bizkaia Bilbao Basket que, a algunos, nos recordó el inolvidable Águilas Escolapios que seguimos.
Se habló de muchas cosas más: la relación entre deporte base y deporte de élite, el rol que debiera jugar la clase política, la identidad digital y cómo funcionan en la red algunos deportistas famosos (desequilibrio entre followings y followers), similitudes y diferencias entre el periodismo convencional y ciudadano, ventajas que otorga un carnet de prensa, o necesidad de un equivalente carnet de blogger,...
Los minutos, largos de la despedida, y de la foto oficial sirvieron para felicitar a algún próximo casado, recordarnos citas próximas y pedir pequeños favores. Alfonso nos facilitó algún contacto para proseguir los encuentros de Politika 2.0 como el próximo Día de Internet sobre las Elecciones Municipales en Getxo con un debate digital organizado por GetxoBlog.
Otras crónicas de Josu (fotos), Iñaki,... Fotos nuestras de esta Tertulia (presentadas al inicio de la entrada). Otros posts sobre estas Tertulias Bilbainas,... Blog común de las Tertulias Bilbainas.
Otras crónicas de Josu (fotos), Iñaki,... Fotos nuestras de esta Tertulia (presentadas al inicio de la entrada). Otros posts sobre estas Tertulias Bilbainas,... Blog común de las Tertulias Bilbainas.
Vuelta al Cole... 38 años después
En plenas vacaciones navideñas hemos vuelto Carmen y yo a visitar el Colegio Calasancio de Bilbao, donde estudiamos los tres hermanos Agirregabiria y los dos hermanos de Carmen. Nos ha recibido mi hermano Javier, sacerdote escolapio, que nos ha invitado a admirar el profundo cambio físico de expansión que ha experimentado este Centro centenario, ubicado en el centro de Bilbao, con entradas por Alda. de Recalde 19 (la entrada principal de siempre), Ajuriaguerra (antes Espartero, que era el acceso estudiantil) y una nueva puerta desde Henao. Excepto la capilla y las puertas citadas, el escenario se ha transformado. "El Cole" ha crecido hacia abajo, cuatro plantas subterráneas (las tres últimas dedicadas a parking), y con nuevos edificios anexados a los anteriores lo que casi duplica la superficie construida. Se ha conservado un gran frontón, antes disponíamos de varios pequeños cuando en los '60 se jugaba más a pelota mano.
La imagen central corresponde a entrañables fotos antiguas, con uno de los dos patios (el pequeño, cuadrado, y el grande), salas de ciencias naturales, escalera de honor y comedor de internos. Ahora los patios son elevados, hay un polideportivo en un semisótano y existen hasta cinco ascensores, que antes ni imaginábamos. De los Padres Escolapios recibimos una excelente educación, desde Párvulos donde comenzamos con la Señorita Tere hasta concluir el Preuniversitario con los Padres Mokoroa, Bermejo, Goñi, Iraola, Ortigosa o Santos (que nos animó a muchos a estudiar Ciencias Físicas) y con profesores laicos de la talla de Javier Izagirre o Fermín Juarrero. Sus clases nos legaron una sólida formación y un imperecedero recuerdo. Algo ya contamos de los primeros años, pero restan miles de recuerdos que iremos desgranando en este blog.
Las fotos actuales (véanse 38 de hoy) poco servirán por los notables cambios producidos, pero incluso las inmensas puertas no nos parecen ahora tan grandes como cuando las cruzamos por primera vez con cinco años. Sirva esta nota de agradecimiento a quienes nos ayudaron tanto en este Colegio Calasancio, incluidos los condiscípulos que aún son nuestros mejores amigos. La antigua "provincia eclesiástica" de Vasconia se ha refundado como Escolapios Emaús reuniendo las congregaciones del norte con las andaluzas. Y la fundación Itaka-Escolapios expande su acción educativa y evangelizadora a varios continentes. Ha sido una mañana de profundo agradecimiento y emocionado homenaje. Como dato final, para conectar con ex-discípulos de Escolapios de Bilbao, yo empecé en octubre de 1958 en Párvulos A con cinco años y terminé con 17 años 'Preu' en Junio de 1970.
La imagen central corresponde a entrañables fotos antiguas, con uno de los dos patios (el pequeño, cuadrado, y el grande), salas de ciencias naturales, escalera de honor y comedor de internos. Ahora los patios son elevados, hay un polideportivo en un semisótano y existen hasta cinco ascensores, que antes ni imaginábamos. De los Padres Escolapios recibimos una excelente educación, desde Párvulos donde comenzamos con la Señorita Tere hasta concluir el Preuniversitario con los Padres Mokoroa, Bermejo, Goñi, Iraola, Ortigosa o Santos (que nos animó a muchos a estudiar Ciencias Físicas) y con profesores laicos de la talla de Javier Izagirre o Fermín Juarrero. Sus clases nos legaron una sólida formación y un imperecedero recuerdo. Algo ya contamos de los primeros años, pero restan miles de recuerdos que iremos desgranando en este blog.
Las fotos actuales (véanse 38 de hoy) poco servirán por los notables cambios producidos, pero incluso las inmensas puertas no nos parecen ahora tan grandes como cuando las cruzamos por primera vez con cinco años. Sirva esta nota de agradecimiento a quienes nos ayudaron tanto en este Colegio Calasancio, incluidos los condiscípulos que aún son nuestros mejores amigos. La antigua "provincia eclesiástica" de Vasconia se ha refundado como Escolapios Emaús reuniendo las congregaciones del norte con las andaluzas. Y la fundación Itaka-Escolapios expande su acción educativa y evangelizadora a varios continentes. Ha sido una mañana de profundo agradecimiento y emocionado homenaje. Como dato final, para conectar con ex-discípulos de Escolapios de Bilbao, yo empecé en octubre de 1958 en Párvulos A con cinco años y terminé con 17 años 'Preu' en Junio de 1970.
Después de la Última Cena...
Sacra limpieza, obra actual del pintor Joan Costa encargada por los Padres Escolapios, para el retablo de la iglesia de las Escuelas Pías de Gandía, templo originario del siglo XVII.
Un lema del Padre Arrupe
Siempre me gustó la biografía de este vasco universal, que conocí pronto, por ser también alumno del mismo Colegio Calasancio de los Padres Escolapios de Bilbao. Dicen que las últimas palabras de este segundo fundador de la Compañía de Jesús, tras Ignacio de Loyola, fueron: "Por el presente Amén y por el futuro Aleluya". En alguna entrevista filmada explicó este mensaje: Amén, por asumir y aceptar el destino, y Aleluya porque alegra saber que desde el ahora podemos avanzar en el amor y en el servicio a los demás. No considero que ni siquiera haga falta ser creyente o religioso para entender la grandeza de esta divisa.
Canciones para viajar... hacia la nostalgia
Durante el viaje, una gran oportunidad para hablar con los hijos, hemos recordado las viejas cantinelas de nuestra infancia durante los viajes escolares.
1º Al ir: "¡Qué buenos son, los Padres Escolapios, qué buenos son, que nos llevan de excursión".
2º Al llegar: "Que no somos de aquí, que somos de Bilbao, por eso llevamos, txapela a medio la(d)o, txapela a medio la(d)o, txapela a medio la(d)o, que no somos de aquí, que somos de Bilbao". (Creo que era de Los Chimberos)
3º Al regresar: "¡Qué malos son, los Padres Escolapios, qué malos son, que nos traen de la excursión".
1º Al ir: "¡Qué buenos son, los Padres Escolapios, qué buenos son, que nos llevan de excursión".
2º Al llegar: "Que no somos de aquí, que somos de Bilbao, por eso llevamos, txapela a medio la(d)o, txapela a medio la(d)o, txapela a medio la(d)o, que no somos de aquí, que somos de Bilbao". (Creo que era de Los Chimberos)
3º Al regresar: "¡Qué malos son, los Padres Escolapios, qué malos son, que nos traen de la excursión".
Mi primer año de colegio. Testigo de la Educación Vasca (II)
La antigua educación infantil, los párvulos en 1958.
Hace casi cincuenta años, en agosto de 1958 me matricularon en el colegio de los Padres Escolapios de Bilbao, así lo acredita mi primera ficha escolar. A primeros de octubre de aquel año fui a la clase de Párvulos A, con una ‘señorita’ que se llamaba Mari Tere. Recuerdo, nítidamente, que parecía la más guapa y joven de las tres únicas profesoras del centro. Ciertamente era cariñosa y amable. Todos sus alumnos, en aquella época no había chicas en clase, creo que siempre la llevaremos en nuestra memoria, como nuestra segunda mamá. Todavía rememoro que, años después, cuando supe que se había casado con un profesor del colegio, me llevé una decepción (infantil), porque de algún modo la consideraba una vestal consagrada exclusivamente a nuestra educación.
El colegio había distribuido, con buen criterio, los tres grupos de párvulos A, B y C en orden de cercanía a la puerta de entrada, en la planta baja de un ala del bloque junto al patio pequeño con un cuadrado de soportales cubiertos. Ingresábamos con cinco años y en tres niveles aprendíamos a socializarnos, básicamente a saber estar en grupo, y luego a leer (Párvulos B) y a escribir (Párvulos C). Por supuesto, en una sola lengua, el castellano. Sabíamos que luego nos quedarían tres cursos fuertes con más asignaturas: Elemental, Medio e Ingreso, antes de pasar a Bachillerato con diez años, pero sólo los más aplicados.
El primer día de clase fui con ilusión, porque ya había estado de visita con mi madre cuando llevábamos a mi hermano, un año mayor. Con todo, fue una gran sorpresa. Me impresionó comprobar cuántos niños había en el mundo, no sólo en aquella inmensa clase con cuarenta y siete compañeros, sino en todo el colegio, aunque los horarios de los recreos de los ‘mayores’ estaban separados de los nuestros. En el patio, todos admirábamos al más atrevido, Ricardo Ignacio Negrete, que no sólo buscaba y encontraba hormigas, sino que –aparentemente- se las comía.
Me queda una remembranza muy feliz de mi primera aula, con sus mesitas de madera recubiertas de mármol verde y blanco, donde mi compañero Javier Arana tamborileaba con sus dedos el redoblar de la marcha de los capuchones (cofrades) propios de la Semana Santa. Se lo pedíamos una y otra vez, y apoyando nuestras sienes sobre el mármol jaspeado nos evadíamos de la clase en momentos de asueto.
Alguna conclusión podemos extraer de tiempos tan lejanos. Quizá la ventaja de mantener grupos cohesionados de alumnos, al escoger un mismo centro escolar para tantos años, primero de escolarización y luego de aprecio. Muchos de aquellos primeros condiscípulos estudiamos juntos, durante doce años. Con varios mantuvimos el contacto, bastantes años después de salir del colegio. Algunos, todavía hoy, somos amigos.
(Testigo de la Educación Vasca II)
Hace casi cincuenta años, en agosto de 1958 me matricularon en el colegio de los Padres Escolapios de Bilbao, así lo acredita mi primera ficha escolar. A primeros de octubre de aquel año fui a la clase de Párvulos A, con una ‘señorita’ que se llamaba Mari Tere. Recuerdo, nítidamente, que parecía la más guapa y joven de las tres únicas profesoras del centro. Ciertamente era cariñosa y amable. Todos sus alumnos, en aquella época no había chicas en clase, creo que siempre la llevaremos en nuestra memoria, como nuestra segunda mamá. Todavía rememoro que, años después, cuando supe que se había casado con un profesor del colegio, me llevé una decepción (infantil), porque de algún modo la consideraba una vestal consagrada exclusivamente a nuestra educación.
El colegio había distribuido, con buen criterio, los tres grupos de párvulos A, B y C en orden de cercanía a la puerta de entrada, en la planta baja de un ala del bloque junto al patio pequeño con un cuadrado de soportales cubiertos. Ingresábamos con cinco años y en tres niveles aprendíamos a socializarnos, básicamente a saber estar en grupo, y luego a leer (Párvulos B) y a escribir (Párvulos C). Por supuesto, en una sola lengua, el castellano. Sabíamos que luego nos quedarían tres cursos fuertes con más asignaturas: Elemental, Medio e Ingreso, antes de pasar a Bachillerato con diez años, pero sólo los más aplicados.
El primer día de clase fui con ilusión, porque ya había estado de visita con mi madre cuando llevábamos a mi hermano, un año mayor. Con todo, fue una gran sorpresa. Me impresionó comprobar cuántos niños había en el mundo, no sólo en aquella inmensa clase con cuarenta y siete compañeros, sino en todo el colegio, aunque los horarios de los recreos de los ‘mayores’ estaban separados de los nuestros. En el patio, todos admirábamos al más atrevido, Ricardo Ignacio Negrete, que no sólo buscaba y encontraba hormigas, sino que –aparentemente- se las comía.
Me queda una remembranza muy feliz de mi primera aula, con sus mesitas de madera recubiertas de mármol verde y blanco, donde mi compañero Javier Arana tamborileaba con sus dedos el redoblar de la marcha de los capuchones (cofrades) propios de la Semana Santa. Se lo pedíamos una y otra vez, y apoyando nuestras sienes sobre el mármol jaspeado nos evadíamos de la clase en momentos de asueto.
Alguna conclusión podemos extraer de tiempos tan lejanos. Quizá la ventaja de mantener grupos cohesionados de alumnos, al escoger un mismo centro escolar para tantos años, primero de escolarización y luego de aprecio. Muchos de aquellos primeros condiscípulos estudiamos juntos, durante doce años. Con varios mantuvimos el contacto, bastantes años después de salir del colegio. Algunos, todavía hoy, somos amigos.
(Testigo de la Educación Vasca II)
Te recuerdo joven
Un consejo para la juventud, quizá en desacuerdo con la tendencia actual, sobre la conveniencia de hallar pronto el amor.
Hace unos días, conversando con una familiar con padres nonagenarios, discrepábamos sobre cómo recordamos a nuestros mayores. Ella se lamentaba de la última etapa vital, ahora tan extendida y -en muchas ocasiones- con dependencia total durante muchos años. Concluía que uno de los peores efectos es que terminamos recordando a nuestros antecesores sólo en su última fase, olvidando cómo eran de jóvenes o en su madurez.
Para alguien como yo, que perdió a su madre siendo un niño, el desacuerdo no podía ser mayor. Ciertamente que con nuestros abuelos o bisabuelos, a quienes sólo hemos conocido en su ancianidad, su memoria nos evoca únicamente sus últimos años. Pero de mis padres, recuerdo con precisión todo el recorrido que he podido compartir con ellos, desde que mis dos hermanos y yo éramos niños. De todas las reminiscencias paternas me quedo con una de las más tempranas, cuando nos cobijábamos bajo su amplia gabardina al caminar bajo la lluvia hacia la parada del trolebús número 4 en el Arenal bilbaíno. De las remembranzas maternas, prefiero aquélla de cuando, siendo muy pequeños, nos llevaba de la mano desde nuestra casa en Indautxu al Colegio de los Escolapios.
Ahora, para nuestros hijos jóvenes saliendo de la adolescencia, el consejo de mi esposa Carmen y el mío propio es que encuentren a su amor definitivo lo antes posible, para convivir desde sus mejores edades con la persona que elijan. Anoche, cuando nos quedamos “de novios” por unas horas sin hijos, al despedirse el menor para ir a estudiar lejos y esperar a su hermana que venía de trabajar en el extranjero, nos sorprendió una exuberante tormenta nocturna a las tres de la madrugada. Carmen y yo salimos a recoger los enseres del patio, y nos quedamos a sentir el efecto del aguacero. La observé, mientras ella miraba por una ventana enrejada, y vi exactamente a la misma muchacha de 18 años que era cuando la conocí, a pesar de que median 32 años desde aquel verano.
Ella me devolvió la mirada, con la misma complicidad y el mismo encanto. No sé cuánto más viviremos, no sé cómo seremos cuando uno de los dos muera; sólo sé que ella para mí siempre será la misma chica que encontré allá por 1973 en San Miguel de Basauri, la misma con la que me casé en agosto del 1977 cuando sólo éramos dos jóvenes de 22 (ella) y 24 años, y la misma que era cuando tuvimos a nuestros hijos. Te recuerdo joven, Carmen; siempre, porque no ha cambiado nuestro amor.
Y a ti, lector o lectora, joven o no tan joven, te recuerdo que la felicidad está construida con dulces recuerdos y bellas esperanzas. Que nunca te falten ni unas, ni otros. Además, Unamuno advertía que “con maderas de recuerdos armamos las esperanzas”. Este verano (re)encuentra a tu amor o, al menos, colecciona recuerdos felices y construye grandes esperanzas, que son la base del equilibrio personal y la pértiga para superar las dificultades presentes y futuras.
Primer día de escuela (Escrito en 1986).
El primer gran acontecimiento vital de cada persona es el día en que inicia su escolarización.
Hoy he llevado a mi hija mayor, Leire, al colegio por primera vez. Ha ido muy emocionada, después de haber esperado impacientemente este día desde hace meses. Iba rodeada de dos amiguitos suyos, que también comenzaban hoy. Ya conoce a su maestra, porque vive en el barrio y desde hace algún tiempo sabían que se encontrarían en septiembre. Leire ha entrado con decisión en el "cole" y ha subido las escaleras alegremente, cogida de la mano a mi esposa y a mí.
Al llegar al aula, donde estaban algunos de sus compañeros -pocos, apenas una docena- la joven profesora la ha acompañado a una mesa circular junto con sus dos amigos. Entonces la maestra ha despedido a los padres que estábamos todavía allí y hemos sido los últimos en salir. Su madre le ha dicho adiós a Leire y yo también le he dirigido un gesto de despedida. He visto cómo nos miraba fijamente. Tras salir de la estancia, he vuelto a asomar la cabeza y todavía sus ojitos miraban a la puerta por la que habíamos desaparecido y al repetir la acción después de unos minutos, Leire todavía estaba mirando la puerta. Había algo patente en su mirada. Estaba embargada por la misma angustia que nosotros mismos sentíamos al dejarla. Era el pánico de comprender, de golpe, sin ningún proceso de acomodación, que "había sido escolarizada", lo que significaba en primer lugar que había abandonado el entorno familiar, el único escenario que conocía hasta ese momento, y que pasaba a otra etapa de su vida en la cual no contaría con la permanente presencia y ayuda de sus progenitores.
En pocos días, la maestra se había convertido en la figura más destacada de la vida de Leire. En la lista de los personajes más queridos de mi hija, nosotros -sus padres- habíamos perdido el primer puesto que quedaba asignado (esperamos que temporalmente) a su maestra Loli.
Por mi parte, no me acuerdo de mi primer día escolar. Recuerdo los primeros días de algunas cursos siguientes, cuando tras las vacaciones de verano había que retornar al colegio. Mantengo algunas difusas reminiscencias del primer curso, con cuatro años, en lo que se llamaba Elemental A. Al rememorar aquellas resonancias del pasado, he de reconocer que despiertan una sensación placentera. He intentando exhumar de la memoria algunos recuerdos y puedo mencionar que estábamos sentados en pequeñas mesas de cuatro, con minúsculos taburetes individuales y que pasábamos muchas horas con las manos sobre el mármol de la mesita, sin hacer aparentemente nada, excepto escuchar, recitar o cantar. Nos gustaba oír con la oreja pegada sobre el frío mármol, el tamborilear de los dedos de un condiscípulo que retumbaba como los tambres de Semana Santa.
La maestra de los pequeños era la más dulce y en los cursos siguientes Elemental B y Elemental C, las profesoras eran cada vez más exigentes, hasta el punto de que la de Elemental C tenía fama de ‘ogro’. No he grabado los nombres de mis tres maestras, -lo siento-. Ahora podría llegar a saber cómo se llamaban, pero así no serviría para nada. Para mí, las tres fueron excelentes y creo que en nuestro colegio de Escolapios de Bilbao, donde no había, en aquel momento, más profesorado femenino, casi todos los alumnos guardarán buen recuerdo de ellas. De la maestra de Elemental B, recuerdo las interminables construcciones silábicas - la b con la a, ba, que era condición necesaria superar para poder salir al recreo. Esta maestra, que nos enseñó a leer, quería tanto a todos sus alumnos que fuimos rotando todos los niños de la clase en la revista colegial que destacaba mensualmente a los tres "mejores" alumnos de cada clase, con nuestra foto rodeada de aureolas. Tal vez para algunos escolares, hombres maduros hoy, aquella fuera nuestra única oportunidad de destacar que tuvimos en esta competitiva sociedad.
Con la vocacional maestra de Elemental C aprendimos a escribir y poner la fecha. Todavía hoy al poner el año me surge el inolvidable 1959, que aprendí a poner con letra legible al comienzo de las cuartillas. Tengo mala memoria de mi etapa infantil anterior a los cinco años. Poco recuerdo de lo vivido, a pesar de que me han narrado muchas anécdotas familiares que luego creo rememorar por mí mismo. Sin embargo, las primeras remembranzas propias provienen de aquellos episodios escolares, que nadie ha podido relatarme posteriormente. Fue una época muy feliz. Tuve la gran suerte de disponer de una infancia que siempre aporta un gran sosiego al evocarse. Ojalá que como padres, educadores y como ciudadanos pudiésemos asegurar que todos nuestros hijos y nuestros escolares disfrutan de una niñez feliz. Ése es el primer deber de una sociedad humana, solidaria y justa.
Hoy he llevado a mi hija mayor, Leire, al colegio por primera vez. Ha ido muy emocionada, después de haber esperado impacientemente este día desde hace meses. Iba rodeada de dos amiguitos suyos, que también comenzaban hoy. Ya conoce a su maestra, porque vive en el barrio y desde hace algún tiempo sabían que se encontrarían en septiembre. Leire ha entrado con decisión en el "cole" y ha subido las escaleras alegremente, cogida de la mano a mi esposa y a mí.
Al llegar al aula, donde estaban algunos de sus compañeros -pocos, apenas una docena- la joven profesora la ha acompañado a una mesa circular junto con sus dos amigos. Entonces la maestra ha despedido a los padres que estábamos todavía allí y hemos sido los últimos en salir. Su madre le ha dicho adiós a Leire y yo también le he dirigido un gesto de despedida. He visto cómo nos miraba fijamente. Tras salir de la estancia, he vuelto a asomar la cabeza y todavía sus ojitos miraban a la puerta por la que habíamos desaparecido y al repetir la acción después de unos minutos, Leire todavía estaba mirando la puerta. Había algo patente en su mirada. Estaba embargada por la misma angustia que nosotros mismos sentíamos al dejarla. Era el pánico de comprender, de golpe, sin ningún proceso de acomodación, que "había sido escolarizada", lo que significaba en primer lugar que había abandonado el entorno familiar, el único escenario que conocía hasta ese momento, y que pasaba a otra etapa de su vida en la cual no contaría con la permanente presencia y ayuda de sus progenitores.
En pocos días, la maestra se había convertido en la figura más destacada de la vida de Leire. En la lista de los personajes más queridos de mi hija, nosotros -sus padres- habíamos perdido el primer puesto que quedaba asignado (esperamos que temporalmente) a su maestra Loli.
Por mi parte, no me acuerdo de mi primer día escolar. Recuerdo los primeros días de algunas cursos siguientes, cuando tras las vacaciones de verano había que retornar al colegio. Mantengo algunas difusas reminiscencias del primer curso, con cuatro años, en lo que se llamaba Elemental A. Al rememorar aquellas resonancias del pasado, he de reconocer que despiertan una sensación placentera. He intentando exhumar de la memoria algunos recuerdos y puedo mencionar que estábamos sentados en pequeñas mesas de cuatro, con minúsculos taburetes individuales y que pasábamos muchas horas con las manos sobre el mármol de la mesita, sin hacer aparentemente nada, excepto escuchar, recitar o cantar. Nos gustaba oír con la oreja pegada sobre el frío mármol, el tamborilear de los dedos de un condiscípulo que retumbaba como los tambres de Semana Santa.
La maestra de los pequeños era la más dulce y en los cursos siguientes Elemental B y Elemental C, las profesoras eran cada vez más exigentes, hasta el punto de que la de Elemental C tenía fama de ‘ogro’. No he grabado los nombres de mis tres maestras, -lo siento-. Ahora podría llegar a saber cómo se llamaban, pero así no serviría para nada. Para mí, las tres fueron excelentes y creo que en nuestro colegio de Escolapios de Bilbao, donde no había, en aquel momento, más profesorado femenino, casi todos los alumnos guardarán buen recuerdo de ellas. De la maestra de Elemental B, recuerdo las interminables construcciones silábicas - la b con la a, ba, que era condición necesaria superar para poder salir al recreo. Esta maestra, que nos enseñó a leer, quería tanto a todos sus alumnos que fuimos rotando todos los niños de la clase en la revista colegial que destacaba mensualmente a los tres "mejores" alumnos de cada clase, con nuestra foto rodeada de aureolas. Tal vez para algunos escolares, hombres maduros hoy, aquella fuera nuestra única oportunidad de destacar que tuvimos en esta competitiva sociedad.
Con la vocacional maestra de Elemental C aprendimos a escribir y poner la fecha. Todavía hoy al poner el año me surge el inolvidable 1959, que aprendí a poner con letra legible al comienzo de las cuartillas. Tengo mala memoria de mi etapa infantil anterior a los cinco años. Poco recuerdo de lo vivido, a pesar de que me han narrado muchas anécdotas familiares que luego creo rememorar por mí mismo. Sin embargo, las primeras remembranzas propias provienen de aquellos episodios escolares, que nadie ha podido relatarme posteriormente. Fue una época muy feliz. Tuve la gran suerte de disponer de una infancia que siempre aporta un gran sosiego al evocarse. Ojalá que como padres, educadores y como ciudadanos pudiésemos asegurar que todos nuestros hijos y nuestros escolares disfrutan de una niñez feliz. Ése es el primer deber de una sociedad humana, solidaria y justa.
Undécimo mandamiento
A principios de los años ‘60, los Padres Escolapios nos llevaron de excursión a todos los del “cole”. No fue un viaje largo, sino un traslado a pie hasta el cine Ayala en mi barrio bilbaíno de Indautxu. Durante toda una mañana, con sus charlas y descansos incluidos, varias clases vivimos aquel día “Los diez mandamientos”. Fue una experiencia mágica, cóctel del misticismo épico que el Colegio Calasancio sabía inculcar y de la espectacularidad del remake que en 1956 realizó Cecil B. DeMille, tras una primera versión suya de 1923. La película rodada en el monte Sinaí, con uno de los decorados más colosales jamás construidos para el séptimo arte, narra la historia bíblica de un angelical Moisés, enfrentado a su hermano adoptivo y diabólico faraón, que decide renunciar a su vida de privilegios para conducir a su pequeño pueblo elegido por Dios, Israel, hacia la libertad (esto no era todavía anticonstitucional en aquellos tiempos, 1960 de la película, y alrededor de los años 1280-1240 a. C. del Éxodo).
El actual inconsciente colectivo, según Jung los patrones-tipos de conducta y representación comunes a todos los seres humanos, está formado por un mosaico de teselas, muchas de las cuales son de origen cinematográfico. Una pieza del puzzle siempre será para nuestra generación aquellos “Diez mandamientos”. Así que muchos creemos apreciar a un Ibarretxe-Moisés separando las aguas para abrirse paso en el Mar Rojo, otros creen avistar a un Aznar-Moisés con las tablas inmutables de la Constitución, mientras ante Rovira-Moisés la zarza ardiente del Estatut no se apaga ni con los 20.000 extras o comentaristas que intervienen en el filme de la realidad.
En nuestra era audiovisual y telemática, sólo se le podía ocurrir a TVE, la cortesana de turno, ahora del aznarismo, lanzar un último ataque antediluviano con la lectura por capítulos mediante un busto parlante de la Ce. O. Ene. Ese. Te. I. Te. U. Ce. I. O. Ene. en los telediarios de mediodía y noche. La embestida no es contra el Pe. I. sino contra el buen gusto, el lenguaje audiovisual y, en definitiva, los sufridos teleespectadores, cuyos últimos reductos contaminados por la tóxica telebasura podrán comprender el sentido anticipatorio de esta agresión, que amenaza proseguir con la lectura completa de “El Quijote” si los vientos plurinacionales o plurilingüísticos del noreste arrecian.
Hoy en día, que casi nadie sabría enunciar correctamente los diez mandamientos, a algunos se nos quedaron tan grabados que durante décadas nos hemos dedicado a coleccionar propuestas de un hipotético “undécimo mandamiento”. Según un proverbio inglés es “Que no te interesen los asuntos ajenos”; según un ecologista, "Heredarás tu santa tierra como su fiel sirviente, conservando de generación en generación sus recursos”; y otra es “No Matarás Tus Sueños”. Me quedo con la del neurofisiólogo John Lilly, “No aburrirás a Dios, o destruirá vuestro Universo”. ¡Ojalá aprendamos a no aburrir demasiado a Dios, ni a aburrirnos entre nosotros!
El actual inconsciente colectivo, según Jung los patrones-tipos de conducta y representación comunes a todos los seres humanos, está formado por un mosaico de teselas, muchas de las cuales son de origen cinematográfico. Una pieza del puzzle siempre será para nuestra generación aquellos “Diez mandamientos”. Así que muchos creemos apreciar a un Ibarretxe-Moisés separando las aguas para abrirse paso en el Mar Rojo, otros creen avistar a un Aznar-Moisés con las tablas inmutables de la Constitución, mientras ante Rovira-Moisés la zarza ardiente del Estatut no se apaga ni con los 20.000 extras o comentaristas que intervienen en el filme de la realidad.
En nuestra era audiovisual y telemática, sólo se le podía ocurrir a TVE, la cortesana de turno, ahora del aznarismo, lanzar un último ataque antediluviano con la lectura por capítulos mediante un busto parlante de la Ce. O. Ene. Ese. Te. I. Te. U. Ce. I. O. Ene. en los telediarios de mediodía y noche. La embestida no es contra el Pe. I. sino contra el buen gusto, el lenguaje audiovisual y, en definitiva, los sufridos teleespectadores, cuyos últimos reductos contaminados por la tóxica telebasura podrán comprender el sentido anticipatorio de esta agresión, que amenaza proseguir con la lectura completa de “El Quijote” si los vientos plurinacionales o plurilingüísticos del noreste arrecian.
Hoy en día, que casi nadie sabría enunciar correctamente los diez mandamientos, a algunos se nos quedaron tan grabados que durante décadas nos hemos dedicado a coleccionar propuestas de un hipotético “undécimo mandamiento”. Según un proverbio inglés es “Que no te interesen los asuntos ajenos”; según un ecologista, "Heredarás tu santa tierra como su fiel sirviente, conservando de generación en generación sus recursos”; y otra es “No Matarás Tus Sueños”. Me quedo con la del neurofisiólogo John Lilly, “No aburrirás a Dios, o destruirá vuestro Universo”. ¡Ojalá aprendamos a no aburrir demasiado a Dios, ni a aburrirnos entre nosotros!
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