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Aclaraciones y conclusiones de "Ocho apellidos vascos"

Aclaraciones previas a ver "Ocho apellidos vascos":
  1. Hemos tenido que ir a ver "Ocho apellidos vascos" para que no nos la contasen por enésima vez todo tipo de amistades, especialmente las de fuera de Euskadi (andaluces, madrileños, murcianos, alicantinos,... e incluso algunos extranjeros).
  2. Quizá estemos algo predispuestos (aunque cualquiera sabe en qué sentido) porque tenemos 8, 16 y hasta donde recordamos todos los apellidos son vascos (pero tampoco tenemos la culpa de eso).
  3. Hemos preferido ir a verla en zona neutral, ni Andalucía ni Euskadi, así que Neocines de San Javier (Murcia), justo encima de un Eroski. Este Centro Comercial Dos Mares ha sido el lugar perfecto.
  4. No cabía un alfiler en la sala 6 de más de 500 plazas, con personas de todas las edades, pero se escuchaba bien el sonido y la visión era perfecta.  
  5. Hacía años que no vamos al cine, porque preferimos ver las películas en casa, pero la presión para comentarla era insufrible y hemos cedido (y aquí está la crónica). 
  6. No nos ha acompañado nadie a Carmen y a mí, porque todos nuestros amigos desde 6 a 93 años la han visto (alguno incluso dos veces).
  7. Es una moda y un fenómeno de masas que ya había triunfado en Francia, Italia,... con películas como "Bienvenidos al norte" (2008) o "Bienvenidos al sur" (2010).
  8. Tiene su gracia (aunque haya quien no se la encuentre) ver cómo una madrileña como Clara Lago interpreta el personaje vasco de esta Amaia. Salvando distancias, nadir puso reparos a  la sueca Ingrid Bergman representando a Ilsa Lund en Casablanca.
Conclusiones posteriores a ver "Ocho apellidos vascos":
  1. Recomendable ver. Nos lo hemos pasado muy bien, aunque ya nos sabíamos casi todas las escenas. Es una película divertida donde incluso sus contradicciones extremas resultan hilarantes (Amaia, la abertzale de estética radical, elige un vestido de boda propio de una andaluza pija, o la abundancia de matrículas de BI -Bizkaia o Bilbao-).
  2. Hemos descubierto esas palomitas caramelizadas (antes eran de colores).
  3. La película "Ocho apellidos vascos" batirá récords (ya lo está haciendo logrando ser la más vista en sólo 6 semanas de proyección) y dará mucho que hablar (incluso en el Senado). 
  4. Zeviya (la de nuestro amigo Juan José Calderón a quien hemos de devolverle la visita) existe y es Sevilla, pero Argoitia no existe
  5. La película anima a visitar Sevilla y el País Vasco, incluso los lugares exactos de rodaje como Leitza en Navarra y el resto en Gipuzkoa, como Getaria, Zumaia, Arrasate o Mondragón, Zarautz, Lasarte y Donostia-San Sebastián (con enlace los imprescindibles).
  6. Para quienes hemos disfrutado con "Vaya semanita" en ETB (aunque se pueden ver muchos capítulos en Internet) las sorpresas son menores. Este humor que entraba en los hogares vascos ha desmontado comandos tanto como las policías de todo el mundo.
  7. El mejor y el más sano humor se basa en la autocrítica, cuando nos reconocemos en nuestros excesos. Resulta una catarsis que relaja, una obra llana que libera de tanta tontería.
  8. Quienes no son andaluces o vascos,... ya están reclamando su propia versión humorística o perderán identidad colectiva.
Hashtag: #8apellidosvascos.

Neguri: Los Kennedy vascos del siglo XX (I)

Al igual que los Kennedy crean una saga mundialmente reconocida, la historia de la clase dirigente que propició (y se benefició) del esplendor y modernización del País Vasco (y en gran medida de España) abarca unas pocas familias entrelazadas que habitaron durante décadas en Arriluze, Neguri, Getxo. Apellidos como Ybarra (Ibarra), Churruca, Zubiria, Muguruza, Lipperheide, Delclaux, de la Sota, Oriol,... aún resuenan en los libros de historia y de economía.

El nombre de este selecto barrio, Neguri, proviene de la fusión de dos palabras vascas: Negua e Hiri(a) que significan invierno y ciudad respectivamente. Neguko hiri, o Neguri, fue un reclamo publicitario que se creó para animar a la burguesía vasca a vivir en este barrio de Getxo todo el año, no únicamente la estación el verano como sucedía anteriormente. Se trató de recrear a catorce kilómetros de Bilbao un rincón playero como La Concha, en el mismo centro de Donostia - San Sebastián, o como El Sardinero, a cuatro kilómetros de Santander. El nombre de Neguri lo creó Resurrección María de Azkue, primer Presidente de Euskaltzaindia (Real Academia de la Lengua Vasca).
La zona más exclusiva de Neguri se halla en el Paseo del Marqués de Arriluce de Ibarra, que mira al Abra y que se extiende medio kilómetro desde Punta Begoña donde se ubica la Urbanización "Punta Begoña" (inicio de la Playa de Ereaga, a la izquierda de la foto superior) hasta el Palacio Lezama Leguizamon (a la derecha de la foto inferior). Situados a una relativa altura sobre un paseo ajardinado, la "campa de oro", desde son inaccesibles por los muros de contención (el acceso es por la calle Atxekolandeta), se suceden palacetes y mansiones que se embellecieron con sucesivas reformas. Esta escarpada y privilegiada zona, sostenida con las reforzadas galerías de Arriluze, se denominaba Aretxetaurre (delante de Aretxete). Esta histórica designación apunta a que el lugar fue un robledal, porque en dialecto vizcaíno, aretxete (aretxaga, aritzaga, arizaga) significa bosque de robles, siendo el roble el árbol tradicional vasco.

Esta exclusiva skyline de Neguri presenta en su frente los siguientes edificios singulares, que comentaremos próximamente: Galerías de Punta Begoña, Palacio de Arriluze, Caserío Aizgoyen, grupo de cuarenta viviendas, Palacio Ampuero, Palacio Mudela y Palacio Lezama Leguizamon. Más detalles en Wikimapia.

Así lo hemos relatado para un programa de ETB-2, "Objetivo Euskadi", y con mayor detalle lo seguiremos posteando en este blog, mansión a mansión, hasta completar cada rincón destacado del municipio de Getxo y de sus alrededores (Palacio Artaza de Leioa, zonas de Portugalete,...). Continuará...
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Gaseosa La Cruz del Gorbea


Antiguos, típicos e irrepetibles anuncios... irreales. (Excusas por el texto inapropiado y alguna palabrota, exigencias del guión por aquello del tipismo)

A propósito, ¿alguien conoce el origen de estas 17 archivos de sonido que aparecen desde hace tiempo tan repetidos por Internet, y de todo el marketing generado? Parece que el misterio de esta primera campaña viral de humor vasco se aclara,... 

En 1995, Txemi Del Olmo, que trabajaba por entonces como locutor de radio, grabó unas cuñas de la bebida ficticia para divertirse. Las guardó hasta que años más tarde Nacho Allende, más conocido como Torbe, se las pidió para colgarlas en su web. Del Olmo digitalizó los anuncios y se los envió. La gaseosa se hizo famosa. Los vascos se reían con las cuñas, en las que un supuesto aldeano vendía las propiedades de la bebida, que servía tanto para ponerse fuerte como para alegrar a la mujer. Los audios se enviaban por correo electrónico o por aquellos teléfonos móviles con mp3. Cruz de Gorbea se hizo viral.

La gaseosa Cruz de Gorbea queda como un ejemplo más del humor vasco. Su creador cree que los vascos saben reírse de sí mismos. No tiene constancia de que nadie se sintiera ofendido por el tono aldeano de la parodia. “Más bien al contrario”, afirma. “Sé que a personas comprometidas con la cultura y el folclore vasco, incluso a nivel político, les hizo gracia”. “El humor vasco es inteligente y socarrón, disparatado, basado en la caricatura y que esencialmente se ríe de sí mismo. Es el humor de Ocho apellidos vascos o de Vaya Semanita, o de los muchísimos chistes de vascos de los que no conozco uno solo que sea malo”. Es, en fin, el humor de una gaseosa que no existe pero que a uno le encantaría beber.
Gaseosa La Cruz del Gorbea
 
Actualización: Años después, el 26-11-20, nos escribe vía Mensaje Directo de Twitter, Pepo Curiàdesde Lleida un atletikzale. Nos indica que la ilustración de la imagen es autoría suya. Y no como indica Máximo en el primer comentario, sobre el que se hablaba sobre la autoría del dibujo en cuestión. Nos señala @PepoCuria lo siguiente: Tiempo atrás monté una tienda de camisetas online (samarrako.com) y se me ocurrió hacer una sobre el tema. Supongo que te sorprenderá que 13 años después te venga con estas, será la magia de Internet

ZAPATERO = OTEAR PAZ


Si ROLDÁN = LADRÓN, ZaP = PAZ


El nuevo Presidente lo lleva escrito en sus apellidos: RODRIGUEZ = ZURDO RIGE, gobierna la izquierda, y ZAPATERO = OTEAR PAZ. Parece ser una tradición porque también AZNAR nos resultó un ZAR de NÁ, FELIPE GONZÁLEZ = EL FELIZ PEZ GANÓ, y luego FEO ZEPELÍN GAL (la zeta que falta oculta al Señor X), CALVO SOTELO = COLOSAL VETO, recuérdese el 23-F, y ADOLFO SUAREZ = FUERZA DOLOSA, como acreditaron sus extraños nombramiento y dimisión.

Zapatero ha comenzado bien: Sacando las tropas de Irak, adonde su antecesor las había llevado a irritar a la colmena islámica, tras la foto de Las Azores, sin prever que el enjambre reaccionaría. El nuevo gobierno español puede y debe comenzar a apostar por la paz, fuera y dentro del Estado: Menos gastos militares y más solidaridad internacional, menos soldados y más cooperantes, menos belicistas y más pacifistas.

Con el “problema vasco” también podría aplicarse una política inteligente, de colaboración y diálogo entre interlocutores políticos adversarios, como en Catalunya. Bajo la premisa de dar por “muerta” a ETA, a todos los efectos políticos, a ver si así se enteran los pocos que aún creen que la violencia juega algún papel que no sea la desolación ética y económica del Pueblo Vasco.

Parece obvio, al menos desde Euskadi no lo ignora ni el PP vasco tras la escapada de Mayor Oreja, que toda solución pasa por contar con las mayorías sociales del País Vasco. Sólo fórmulas pactadas con los nacionalistas vascos democráticos serán viables y definitivas: El resto de “soluciones a la brava” quizá en el pasado dio votos efímeros a un decadente PP, pero no solventó nada. ¿Por qué no empezamos a rectificar todos? Comencemos a practicar, en todos los niveles cotidianos, informales, ciudadanos y políticos, una dialéctica generosa de debate y confianza en nuestras capacidades de aproximación, entendimiento y encuentro. ¡Pensémoslo, pasémoslo, creámonoslo!

Paz, democracia y periodismo


Resultaría deseable para la inmensa mayoría de lectores bienintencionados e inteligentes, disponer de un periodismo escrito que contribuyese con su decisiva aportación y obligada reflexión a moderar y apaciguar la crispación política que vivimos. Pero parece que esto no sucede entre nosotros. Queda descartada la prensa radical, manifiestamente incapaz de describir la complejidad de un conflicto desde su notoria renuencia a escribir siquiera correctamente los apellidos de los adversarios. ¿Cómo podría nadie comprender la posición del ‘Lendakari’ o de ‘Arzallus’, si el medio transmisor deforma hasta el nombre de los proponentes?

Tristemente, la “gran” prensa del Estado español, EL PAÍS y EL MUNDO, también han optado por alentar la crispación, confundiendo información y opinión. Incluso el cuidadoso EL PAÍS incurre en errores de bulto ‘informando’ en sus portadas que el Parlamento vasco ‘desafía’ al Estado, verbo incorrecto en una sección informativa. Pero el colmo, hasta la fecha, ha sido la “Carta DEL Director” Pedro J. Ramírez del 26-10-2003: No se sabe si para pedir entre líneas el voto hacia el PP en el domingo electoral de la Comunidad de Madrid, termina su alegato donde ha comparado expresamente a Catilina con Ibarretxe, y a Cicerón con Mayor Oreja (¡ahí queda eso!) suscribiendo las siguientes y literales palabras: “Cicerón…consiguió que Catilina y sus seguidores quedaran ilegalizados y desterrados de la ciudad. Ellos se echaron al monte y fueron aniquilados”.

Desde Euskadi, Sr. Ramírez, esperábamos mucho más de su contribución al diálogo y a la paz. Algo más que desear o profetizar el “destierro y aniquilamiento” de personas, aunque sean vascos bárbaros (en el sentido romano del término). Modestamente quisiéramos recordarle que siglos antes y después de la desintegración de su evocado Imperio Romano, en un rincón de Europa pervive un pueblo vasco.

Soy vasco, pero puedo explicarlo

Esta cuchufleta me permite responder cuando me preguntan de dónde soy, quien no se ha tropezado con mi apellido, claro. Y éstas son mis excusas:

- Porque nací en el centro de Bilbao. ¿Qué culpa tengo yo?

- Porque, al menos, mis primeros 32 apellidos son vascos, pero quizá el resto no, y todos pesan igual. ¿Acaso elegí yo a mis antepasados?

- Porque vivo en Getxo por decisión familiar. Esto sí que lo determiné yo: ¿Soy culpable por admirar este municipio vizcaíno?

- Porque amo el euskera y la cultura vasca, pero juro que no he descuidado las lenguas y culturas españolas, latinoamericanas, francófonas, angloparlantes e, incluso, el idioma esperanto. ¿Soy culpable por poner en peligro de desaparición todas esas civilizaciones absorbidas por la voraz cultura vasca?

- Porque he elegido una opción política, que defiendo democrática y éticamente, con máximo respeto a todas las demás alternativas, y aborreciendo todas las formas de violencia y especialmente las que sólo traen muerte. ¿Soy culpable porque unos desalmados asesinen supuestamente para mi liberación?

En todo caso, yo creo que la nacionalidad sólo es un rasgo más de la identidad de cada persona. Además en mi opinión, es modificable, elegible y acumulable. Para ser o no ser vasco basta con desearlo, ni el origen, ni los apellidos, ni la residencia son definitorios. Y yo quiero ser vasco, entre otras muchas razones –que no caben aquí- porque aquí me educaron (otorgo gran importancia a este hecho vital), y porque -como los diplodocus- quedamos muy “pocus”. Pero también quiero ser murciano, alicantino, suizo, noruego, saharaui, chileno, canadiense,... Lo más preocupante es que, a veces, ¡quiero ser extraterrestre!, porque hay algunos terrícolas...