A Bono jabonoso

A Bono: No se pierda, que abono no es carbono, ni da cuerda a la izquierda; recuerda que sólo es… “mi**da”.

Rusiñol pensaba que “Los que sin ton ni son ostentan condecoraciones, son como tiendas de poco género, que todo lo exponen en el escaparate”, y Nervo que “Los honores, las condecoraciones y los tratamientos han sido hechos para dar relieve a las medianías”. El buen consejo lo dio Guicciardini: “Ambiciona el honor, no los honores”. Rangos, grados, distintivos y adornos, condecoraciones y garambainas de todo género, así como títulos, blasones y honores sólo dan mérito a quienes no lo poseen.

Antes la política era cosa simple: De un lado, los que todo tienen: dinero, cargos y honores; del otro, los que nada poseen. Aquéllos todo lo encuentran bien. Éstos lo encuentran todo mal. A la derecha, la digestión, a la izquierda, el apetito. Luego llegó Lennon, y declaró: “No puedo creer que me condecoren. Yo creía que era necesario conducir tanques y ganar guerras”.

Bono se lo creyó y se auto-concedió un medallón. Menos mal que luego, arrepentido, la declinó. No se sabe por qué: Si necesita una medalla ahora, ¡que se la dé! ¿Acaso no le dieron otra a Cascos en Galicia por el éxito del Prestige? ¿Los méritos de Bono?: Haber replegado tropas y, sobre todo, no tomar el Perejil como el anterior minisTrillo.

¡Eureka, Europa!

Convocatoria electoral europea,… esa gran desconocida.

Las elecciones europeas han llegado… y nadie sabe cómo ha sido. Entre el 10 y el 13 de junio se celebrarán las elecciones en 25 Estados europeos, llamando a las urnas a un contingente sin precedentes: 350 millones de votantes potenciales que habrán de decidir la composición del Parlamento Europeo con 732 miembros. Provendrán del Estado español 54, 10 escaños menos que en 1999 por el Tratado de Niza, y que se reducirán en 2009 hasta 50 parlamentarios en Estrasburgo.

En sus 25 años de existencia, estos comicios a la Eurocámara nunca han logrado elevar el perfil del debate en todo el continente, en torno a ideas y programas europeos. En la actualidad, cuando el desacuerdo ha impedido cerrar una Constitución europea, el panorama de desinterés es palmario y manifiesto. El espíritu europeísta debe consolidarse; mientras tanto el electorado actúa con la inteligencia de interesarse más por los ámbitos próximos de decisión política.
Quizá la esencia fundamental del modelo europeo sea la subsidiariedad del poder, el principio que ha permitido aglutinar a una ciudadanía de historia y origen tan diverso. En ese sentido, la visión más avanzada y futurista del valor de Europa se mide por el interés elevado pero decreciente de la ciudadanía entre las elecciones “autonómicas”, centrales y europeas, obvio en las Comunidades Históricas (Euskadi, Catalunya,…), pero que no se percibe en regiones donde España es la referencia casi única.

Analicemos cómo se motiva al electorado de nuestro entorno para su movilización ante el Parlamento Europeo. En primer lugar, no ha habido precampaña alguna, e incluso en las dos semanas de campaña oficial la presencia en medios de comunicación y en publicidad es mínima. Los programas electorales son pobrísimos, apenas unas hojas deslavazadas frente a mamotretos de volúmenes en pasadas elecciones. Por ejemplo, el Partido Popular presentaba un programa electoral de 426 páginas en las generales, frente al programa de 31 en las europeas; el PSOE rebaja 209 a 26 sus páginas. Con esta desidia electoral, dudosamente se implican en el proyecto europeísta.

Los candidatos presentados para Europa por PP y PSOE, Mayor Oreja y Borrell, son incuestionablemente pretendientes reciclados, perdedores de procesos anteriores, a los que conviene alejar de las centrales de poder. Mayor Oreja ha fracasado en todas y cada una de las numerosas elecciones de todo orden a las que se ha presentado, desde alcalde de Donostia en adelante. Le faltaba acumular su último descalabro electoral y se apresta al naufragio final. Borrell, y sobre todo Rosa Díez, son parecidamente espectros amortizados, a quienes sus ejecutivas prefieren ver en la lejanía. El debate televisivo de dos dinosaurios políticos, esgrimiendo los restos de las argumentaciones del 14-M, despierta sólo el interés de los arqueólogos de la política.

Las candidaturas más esperanzadoras son las supuestamente menores, en un Estado donde algunos pretenden imponer un imposible bipartidismo. Representan la visión social alternativa de IU, o la pluralidad socio-lingüística de los pueblos del Estado, agrupados para trasladar una visión plurinacional desde distintas nacionalidades, pero en tres carteles: GALEUSCA, con CiU, PNV, BNG, BNV; EUROPA DE LOS PUEBLOS, con ERC, EA, CHA, PSA,..; y COALICIÓN EUROPEA con Coalición Canaria, Unió Mallorquina, PAR, UV, CDN,… Resulta novedosa y potente, la concreción en GALEUSCA de los firmantes de la Declaración de Barcelona, que congrega frente a la bipolarización del bloque PP-PSOE a los partidos más representativos de las tres naciones históricas: CiU en Catalunya, EAJ-PNV en Euskadi y BNG en Galiza.

La predicción de resultados, a escala de Estado, resulta particularmente predecible. La victoria del PSOE es segura, por arrastre del 14-M y el “tirón” negativo de Mayor Oreja. Sólo la intervención de José María Aznar, con alguna declaración o visita privada, podría empeorar la situación del PP. La tercera candidatura debe ser GALEUSCA, encabezada por Ignasi Guardans (CiU) y Josu Ortuondo (PNV), que aboga por la participación de los pueblos y regiones "en la escena europea e internacional", así como por la representación de las "naciones sin Estado" en el Consejo de Ministros de la UE y en las instituciones europeas. La cuarta candidatura sería para IU, seguida a cierta distancia por EUROPA DE LOS PUEBLOS y COALICIÓN EUROPEA.

La baja participación de la ciudadanía es segura, pero si la abstención rebasa el 45% del electorado se encenderán las luces rojas en la correspondiente circunscripción. En tal caso, la responsabilidad mayor incumbirá a los “partidos grandes”, que parece que prefieren adormecer este tipo de convocatoria, mientras que los “partidos menores” sí parecen asumir un mayor grado de responsabilidad política y social.

Resulta muy recomendable que el próximo domingo 13 de junio manifestemos nuestro compromiso con una Europa democrática, social, solidaria, respetuosa de su pluralidad nacional y cultural y promotora de un mundo más pacífico, justo y solidario. Elijamos cuidadosamente a quienes deben guiar la ampliación europea y la aprobación de un nuevo Tratado Constitucional, a fin de que apuesten por una nueva cultura política de respeto a la pluralidad cultural y lingüística de todas las naciones que integran el continente, trascendiendo el empacho administrativo de la simple unión económica y monetaria para garantizar el bienestar, el empleo, la protección social y el desarrollo sostenible de los Pueblos de Europa.

La UE es un éxito de colaboración política y social jamás alcanzado antes en ningún rincón del planeta, la mejor referencia de cómo en el siglo XXI se puede organizar todo un continente, el más complejo y belicoso de la Historia de la Humanidad, bajo el principio de unidad en la diversidad. Para valorar la trascendencia de estas elecciones, basta considerar la orientación de la futura Constitución Europea, que debería reconocer lenguas como el catalán, el gallego o el euskera, y permitir la reforma electoral estableciendo diferentes circunscripciones electorales en función de la organización administrativa, la estructura geográfica o la tradición histórica de las regiones que configuran Europa.

Hemos de acudir a votar el 13-J si defendemos una Europa humanista, próxima a la ciudadanía, transparente, responsable y respetuosa con todas las minorías. La profundización democrática y de consolidación de las estructuras institucionales de la Unión Europea debe partir de la necesidad de reconocimiento expreso de la existencia y de los derechos políticos de todos los ciudadanos y ciudadanas, así como de los derechos colectivos de todas las regiones europeas, muchas con competencia legislativa como Catalunya, Galiza o Euskadi, lo que debe convertirlas en auténticas naciones en el seno de una Europa Unida. Confiemos en nosotros mismos: Europa es nuestro futuro común.

Parto escolar

Analogía entre embarazo y curso escolar.

Un curso académico se asemeja mucho a un embarazo: Dura nueve meses, el cansancio se va acumulando en madres y niños, los últimos días son los peores y, al final, los pequeños y los progenitores sobreviven a tan impresionante proceso. Son períodos de 40 semanas durante los cuales el universo cambia por la decisiva influencia de familias y educadores. "Lew" Wallace dijo que “la mano que mece la cuna, gobierna el mundo”, pero también el planeta se rige desde “la mano que mueve la tiza”.

¡Ojalá ese fascinante espíritu materno-filial impregnase a toda la comunidad educativa durante todo el curso, favoreciendo desde el profesorado el crecimiento y el desarrollo del alumnado, para finalmente y por estas fechas dar a luz sin el mal trago de los exámenes como horcas caudinas para atrapar a los rezagados! Durante el curso de maternidad/escolarización se puede observar imágenes del progreso con ecografías/evaluaciones, pero hemos de recordar que la foto decisiva es la final del nacimiento/superación del curso. Docentes, sed generosos: ¿qué madre pondría barreras al despertar de su prole?

El poder de la educación quizá sólo es comparable al milagro de la maternidad. Estamos en junio: ya hemos roto aguas. ¡Ánimo, nueva vida nacerá… en verano!

No alcé la voz...

Primero vinieron por los comunistas,
pero como yo no era comunista
no alcé la voz.

Luego vinieron por los socialistas y los sindicalistas,
pero como yo no era ninguna de las dos cosas,
tampoco alcé la voz.

Después vinieron por los judíos,
y como yo no soy judío,
tampoco alcé la voz.

Y cuando vinieron por mi,
ya no quedaba nadie que alzara la voz
para defenderme.

Martin Niemöller.
Cuando los nazis vinieron por los comunistas

Receta de estrellas

Nuestra relatividad en el universo como refugio frente a la zozobra vital

Cuando los acontecimientos nos sobrepasan, no sabríamos decir si por angustia o por aburrimiento, es tiempo de recogerse. Cada cual mantiene su propia fórmula de retirada: la música, la lectura, la melancolía,... Por mi parte, prefiero el refugio de la poesía, incluida esa lírica actual que se expresa mediante el cine. Este fin de semana, he creído llegado el momento de volver a ver alguna de mis películas de culto como “Las cenizas de Ángela” o “El Club de los Poetas Muertos”.

Pero cuando la sensación de fracaso es profunda, sólo puedo combatirlo desde la hondura de mi remedio final, bien entendido lo de recurso supremo sólo en el ámbito de lo audiovisual: el planetario. Lamentando nuevamente no disponer de tan excelso espectáculo ni en Getxo, ni en toda la Comunidad Autónoma Vasca, sólo me queda la opción de acercarme al “Planetario de Pamplona”.

Poco importa el programa concreto que puedan exhibir en ese momento. Basta cualquiera que, desde la comodidad de un asiento reclinado, permita abandonarse ilusoriamente e incluso dormirse en la inmensidad de una noche estrellada. Escuchar, una vez más, que nuestra galaxia, la Vía Láctea, una entre las 100.000 millones de nebulosas estimadas en el Universo, contiene en su seno a más de 100.000 millones de estrellas. Entonces se comprende la nadería que representa un problema de un ser humano, que entre 6.371.253.775 personas (que según el Reloj de Población habitamos la Tierra en este preciso instante), en un insignificante planeta de una estrella mediana en un sistema solar que apenas es una décima parte de una trillonésima fracción del cosmos.

Aún más reconfortante es pensar que hasta el más olvidado de los humanos puede pedir, como los niños, una estrella. Existe más de un billón de estrellas que brillan, aunque no las veamos a simple vista, sólo para cada uno de nosotros. La fulgurante estela de estrellas infunde quietud a la mente y al espíritu. Van Gogh salía de noche para pintar las estrellas, y Whitman creía que una hoja de hierba no es menos que un día de trabajo de todo el firmamento. La ternura infinita que despierta en todos los corazones humanos una noche llena de estrellas, siempre me obliga a musitar el poema de Mallock: “Si no puedes ser pino en la cima de la colina, sé hierba en el valle, pero sé la hierba mejor junto al torrente. Si no puedes ser camino, sé sendero; si no puedes ser sol, sé estrella”.

Amado hijo mío, querido alumno mío: para ti escribo. Cree en tu estrella, porque no tienes una, tienes un billón de estrellas encendidas solamente para ti. Y otros astros menores que también confían en ti, como tus padres, hermanos, familiares y amigos. Puede que un maldito cometa se haya cruzado en tu camino, pero ningún pétreo asteroide podrá apartarte de tu destino celeste, cuando tantos y tantos creemos firmemente que eres un Sol.