A Gerardo sin retardo

Mi convecino de Getxo, Gerardo H. Zorroza, parece interpelarme en su carta “El tiempo” de hoy que sigue a la mía titulada “Un día perdido”.

A pesar de no tener el gusto de conocerle, leo con atención las frecuentes cartas de Gerardo H. Zorroza. La última en DEIA, posiblemente abreviada, me ha sorprendido por su posible afán de iniciar una polémica conmigo. Literalmente señala que “opinar ex cátedra y alegremente sobre algunos temas, como ‘el tiempo perdido’ por ejemplo, es cuando menos imprudente, incluso para aquellos presuntos docentes avanzados”. Según parece porque “…en estos días, el tiempo dedicado al trabajo, para muchos, se ha convertido en un Purgatorio y, para otros, exclusivamente en un negocio”. Y termina: “Por cierto: ¿Agirregabiria es incondicional de la Real, o simplemente lo parece?”.

Sin el ánimo de pelotear un litigio de escaso interés para los lectores, sólo he de responder que como educador (usted sabrá si avanzado aunque sea cargado de presunción) entiendo que opinar no puede ser ex cátedra (reservado para definir o hablar el Papa). En todo caso, la percepción sobre el trabajo (sanitario o docente, como lo son el suyo y el mío) es opinable, y subjetivamente me ratifico en creer que, a mi juicio, un día de trabajo no es un día perdido.

Por último, lo más prodigioso ha sido la sospecha de que soy “incondicional” de la Real. No imagino a vislumbrar cómo ha podido inferir tal recelo, porque rara vez hablo de deportes (excepto del ajedrez), y casi nunca de fútbol… si no es para compararlo con otras aficiones populares (como la política). Sólo para defender fenómenos sociales como Darío Urzay o Clemente, he citado colateralmente y un par de veces al Athletic (“mi” club por ser bilbaíno y hacer estado una vez en San Mamés para ver un Euskadi-Brasil). Jamás he hablado de la Real, sociedad deportiva de la que no tengo ni queja, ni devoción, ni siquiera conocimiento alguno.
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Inclemente con Clemente

En presente y de repente se desprenden de Clemente.

Clemente: ¡Qué mente eminente, que nos pertenece! Referente, vehemente, rebelde, efervescente, decente que no miente. Debe entenderse a Clemente, defenderle, no desmerecerle, no desentenderse, no desprenderse de él. Debe vérsele de frente, no del revés. Este precedente de venderle es de estremecerse y de encenderse.

Lamikiz, recuerda: Vence siempre quien es clemente. La clemencia siempre nace del coraje, porque vengarse es infame. Ser clemente es parte de la entereza, y es también una medida revolucionaria. No actúes como un pedestre mequetrefe percebe, enclenque, repelente y merengue. Le debes y dependes de Clemente para ser Presidente, y no el gerente endeble del tenderete.

Brevemente, Lamikiz, entiende este mensaje preferente: Queremos a Clemente.

Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
blog.agirregabiria.net

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Quiero ser alavés

Si la reencarnación existe y la distribución administrativa persiste, en la próxima vida muchos desearían nacer alaveses.

Según el último censo de 2005, la Comunidad Autónoma del País Vasco cuenta con un total de 2.124.846 habitantes, representando los 299.957 alaveses el 14,12%, que se suma al 32,41% de los 688.708 guipuzcoanos y al 53,47% de los 1.136.181 vizcaínos. Uno de éstos soy yo, que casualmente trabajo en la administración vasca, desde un modesto puesto pero que abarca a toda Bizkaia.

Mi responsabilidad es un 65% superior a la de mi colega guipuzcoano y un 279% superior a la de mi correspondiente alavés, pero el sueldo es idéntico y la estructura de apoyo parecida. Además, para complicarnos el trabajo a los de las provincias grandes, las reuniones decisivas se realizan en la capital del territorio más pequeño, adonde nos desplazamos varias veces por semana para gestionar nuestros mayores cometidos desde la lejanía y con tiempo perdido en viajes.

Las desventajas adicionales de estar en la Delegación de Bizkaia son las protestas constantes en nuestras puertas, porque ni manifestantes ni medios de comunicación se toman la molestia de desplazarse a Vitoria-Gasteiz (capital administrativa), así como la necesidad inexcusable de acudir y organizar las actividades generales que siguen la lógica de la realidad demográfica, como congresos, visitas externas, relaciones con otras entidades e instituciones,… Como resultado de todo lo anterior parece que a los vizcaínos nos atribuyen la fama de lentos y torpes, porque no llevamos las diligencias burocráticas con la misma celeridad y detallismo que nuestros felices colegas.

Por si fuera poco nuestro voto vizcaíno vale 3,8 veces menos que un voto alavés, y 1,65 veces menos que un voto guipuzcoano en el Parlamento Vasco, donde existen 25 representantes por cada territorio histórico. En definitiva, trabajamos el triple y ganamos lo mismo, y esto no cambiará nunca porque nuestros votos valen la tercera parte. No puede seguir habiendo ciudadanía de 1ª, 2ª y 3ª categoría, o hasta de 7ª clase si Euskal Herria se reencuentra.

Sólo caben dos alternativas: O se equilibran en población los 3 territorios, limitando Bizkaia a 6 municipios (Bilbao, Barakaldo, Getxo, Portugalete, Santurtzi y Sestao), con lo que ya superaría en habitantes a Gipuzkoa a quien se cedería Ermua y traspasando a Araba los restantes 105 municipios vizcaínos; o, lo que parece más sensato, se buscan mejores soluciones administrativas y políticas.

Por si hubiese dudas, declaro que me siento vasco y que, como la mayoría, tengo raíces en todos los territorios históricos. Mi primer apellido procede de Gipuzkoa (Leintz-Gatzaga), mi madre nació en Araba (Amurrio) y vivió en Lapurdi (Bayonne) y todos los veranos de mi infancia los pasé entre Ubide (Bizkaia) y Zigoitia (Araba), traspasando varias veces al día la aduana foral que entonces existía. Era absurda, discriminaba a Bizkaia y desapareció; ahora, nos corresponde resolver otros desequilibrios.
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Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/alaves.htm

La familia crece

Todo padre o madre sabe que familia significa crecimiento continuo. Crece el vientre de la madre y nace un nuevo hijo, que no para de crecer.

Los zapatitos de bebés muestran cuán rápidos crecen. Aumentan los hermanos, los primos, los amigos,... Crecen tanto que hasta la mesa familiar se queda pequeña, y la casa también. Pasan la adolescencia y cuando parece que finalmente nuestros hijos e hijas no seguirán creciendo (al menos en altura), les aparecen a todos ellos esas extrañas sombras colaterales que parece ser que se llaman algo así como nueras y yernos.

Atención a esta brusca reduplicación de la familia. De pronto, las cuestiones familiares se multiplican por dos, y ya no sólo debemos seguir la carrera estudiantil o profesional de nuestros propios hijos, sino también las de sus parejas. Además cada uno de los nuevos miembros de la familia viene acompañado de todo tipo de parientes anexos, como consuegros y otras figuras que agotan al mismísimo diccionario.

Se supone que todo ello es el proceso creativo que nos lleva a la fase final, al esplendor de ser abuelos. Pensando en ello se comprende que toda esta familia recrecida es fundamental. Nos demuestra que si es importante que sepamos quiénes fueron nuestros abuelos, aún nos importa mucho más conocer quiénes serán nuestros nietos.
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Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/crece.htm

Anímate

Es fácil recobrarse, reanimarse, fortalecerse, quizá hasta curarse. Basta encontrar a la protagonista de esta adivinanza.

La ética, la filosofía y la literatura se han ocupado extensamente de ella. Ha sido descrita de muchas formas. Muchos creemos que todos tenemos una, aunque otros nieguen su existencia. Quizá sea una cuestión semántica, porque dispone de muchas definiciones directas y alusiones indirectas. Abundan las metáforas que la simbolizan. ¿Qué puede ser algo que cuenta con tantos símiles alegóricos?

Ella es… un océano bajo la piel. Es un estanque lleno de agua calmada. Es una materia luminosa que quema sin consumir. Es una copa que sólo se llena con eternidad. Es el espejo de un universo indestructible. Es un acorde que la espada no puede herir, que el fuego no puede consumir, que el agua no puede macerar y que el viento del mediodía no puede secar. Es la potencia que preserva al cuerpo de la corrupción. Es antípoda del cuerpo, y así amanece para ella cuando anochece para él.

Dicen que es invisible, intangible, inmortal para siempre, e incluso divina. Los poetas la denominan el alma, el ánima, el aliento, el corazón, el espíritu, la conciencia, la fuerza, la potencia, la energía, el ánimo, el coraje, el entusiasmo, la voluntad, la sustancia, la quintaesencia, el principio, el hálito, el aura,... Acaso muchos nombres, demasiadas cualidades, excesiva trascendencia,... ¿O sólo la justa? Anímate: La tienes a ella, llámala, calma.
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