La luz solar regula todos nuestros ciclos vitales. Y en invierno recibimos poca. Sobre todo en estos días, de los más cortos del año, en los que casi saltamos de la cama al trabajo sin ver el sol. Nuestros cuerpos interpretan esta situación y reaccionan disminuyendo nuestro ánimo. Tanto, que en ocasiones incluso pueden provocarnos una depresión. Un estudio científico demuestra que el uso de "simuladores" de luz durante media hora justo mientras nos vamos despertando ayuda a combatir esos síntomas sin meter ni un solo miligramo de fármacos en nuestro organismo. Claro que hay otra opción de cura sin pasar por botica: irse a vivir a cualquier lugar por debajo de los 30º norte de latitud. A las Islas Canarias, por ejemplo. EL PAÍS.
Tres chistes, de los interpretados por Freud
1- "Están dos judíos en la estación de tren, y uno le dice al otro: Me dices que vas a Cracovia para hacerme creer que vas a Lemberg cuando en realidad vas a Cracovia". 2- "Un preso que va a ser ahorcado un lunes y, cuando está ante sus verdugos, comenta: ¡Vaya forma de empezar la semana!" 3- "Entre amantes: Cuando uno de los dos muera, yo me iré a vivir a París". |
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