"La ternura son unos ojos que se convierten en mirada". |
Jacques Salomé |
La belleza está en la mirada del observador
Materia con tendencia a morirse
Recientes sucesos nos han evidenciado, una vez más, que sólo somos sujetos hechos de substancias con una inexorable inclinación a perecer… Ustedes, estimados lectores y yo mismo, el señor Ibarretxe y el señor Aznar, hasta el mandamás Bush e incluso el arrogante Charlton Heston, el Ben-Hur olímpico, el Moisés que separó mares, el Cid Campeador, el Simio del planeta, el defensor de Pekín durante 55 días, con su todopoderoso rifle… se nos muere, y aparece vencido por el mal de Alzheimer.
Los más diversos acontecimientos, ya sean felices o luctuosos, demuestran una decidida predilección a la baja de todos los sistemas y tejidos mortales, una ineluctable propensión de la carne humana a descomponerse más o menos vertiginosamente, con una irrefrenable predisposición y querencia de expiración que resulta harto preocupante. La vida no es sino un complejo cúmulo de fenómenos que se oponen a la muerte... sublimemente. Basta una única excepción de un solo eslabón aislado en tan prolija y milagrosa cadena, para determinar el final... de otro infinitesimal... ser vivo... que creyó... que vivía.
Ante tan infalibles leyes de la prosaica coexistencia en un espacio vacío fruto de un “big bang”, afanosamente nos debatimos en sociedad de socorro mutuo para abordar la quimera de la supervivencia antes de la axiomática extinción individual y colectiva. Sólo con la máxima clarividencia superaremos los avatares del odio siempre innecesario que amarga la injusta, infausta y trágica (¿pre?)existencia terrenal, durante un lapso temporal siempre demasiado efímero. Por tan fastidiosas razones resonando bajo los sones del postrero juicio final, acepten el consejo de este quejumbroso bufón: ¡Tómense unas dulces vacaciones y a la vuelta hablaremos de la política y otras menudencias! ¡Ah, cuídense de no precipitar la gran transición propia o ajena por las prisas de conducir impulsivamente para tratar de huir de la misma realidad que les espera allí donde vayan! Y, por favor, ¡no pierdan nunca esa lánguida costumbre de… vivir!
Los más diversos acontecimientos, ya sean felices o luctuosos, demuestran una decidida predilección a la baja de todos los sistemas y tejidos mortales, una ineluctable propensión de la carne humana a descomponerse más o menos vertiginosamente, con una irrefrenable predisposición y querencia de expiración que resulta harto preocupante. La vida no es sino un complejo cúmulo de fenómenos que se oponen a la muerte... sublimemente. Basta una única excepción de un solo eslabón aislado en tan prolija y milagrosa cadena, para determinar el final... de otro infinitesimal... ser vivo... que creyó... que vivía.
Ante tan infalibles leyes de la prosaica coexistencia en un espacio vacío fruto de un “big bang”, afanosamente nos debatimos en sociedad de socorro mutuo para abordar la quimera de la supervivencia antes de la axiomática extinción individual y colectiva. Sólo con la máxima clarividencia superaremos los avatares del odio siempre innecesario que amarga la injusta, infausta y trágica (¿pre?)existencia terrenal, durante un lapso temporal siempre demasiado efímero. Por tan fastidiosas razones resonando bajo los sones del postrero juicio final, acepten el consejo de este quejumbroso bufón: ¡Tómense unas dulces vacaciones y a la vuelta hablaremos de la política y otras menudencias! ¡Ah, cuídense de no precipitar la gran transición propia o ajena por las prisas de conducir impulsivamente para tratar de huir de la misma realidad que les espera allí donde vayan! Y, por favor, ¡no pierdan nunca esa lánguida costumbre de… vivir!
La desilusión es un abrazo de realidad
"¡Qué es la niñez sino una serie de desilusiones felices!" |
Sydney Smith |
Armas de destrucción nativa
Después de las muchas mentiras sobre las armas de destrucción masiva comprobamos que esas armas realmente van apareciendo, en forma de nativos que matan a los invasores, por razones casi tan absurdas como las de sus adversarios, en una guerra que como siempre pagan los más inocentes. Una vez más comprobamos que la muerte sólo llama a la muerte, y el incesante goteo de sangre humana resulta inaceptablemente doloroso.
Y cuando un científico honesto denuncia tanta falsedad ante una cadena independiente (¡gracias a una libre BBC y reconocimiento póstumo para David Kelly!), “le suicidan” en un civilizado condado de Oxford con una inhumanidad que condensa y certifica fehacientemente toda la presencia del mal por el mundo.
Nativos que mueren, y nativos que matan a jóvenes soldados norteamericanos a miles de kilómetros de su país. Más y más cadáveres de iraquíes y de estadounidenses como precio… ¿de qué? ¿Y todavía nos piden que nos sumemos a este descabellado sinsentido? ¿Qué perturbado ministro señala que hay que ir a defender algo matando lo menos posible? La ayuda humanitaria no se tramita con más soldados, sino con civiles desarmados. ¡No a la guerra que sigue matando en Irak, y no al envío de nuevas tropas de ocupación!
Y cuando un científico honesto denuncia tanta falsedad ante una cadena independiente (¡gracias a una libre BBC y reconocimiento póstumo para David Kelly!), “le suicidan” en un civilizado condado de Oxford con una inhumanidad que condensa y certifica fehacientemente toda la presencia del mal por el mundo.
Nativos que mueren, y nativos que matan a jóvenes soldados norteamericanos a miles de kilómetros de su país. Más y más cadáveres de iraquíes y de estadounidenses como precio… ¿de qué? ¿Y todavía nos piden que nos sumemos a este descabellado sinsentido? ¿Qué perturbado ministro señala que hay que ir a defender algo matando lo menos posible? La ayuda humanitaria no se tramita con más soldados, sino con civiles desarmados. ¡No a la guerra que sigue matando en Irak, y no al envío de nuevas tropas de ocupación!
La esperanza es la mayor de nuestras locuras
"La esperanza es un campo fértil para sembrar tus sueños y cosechar realidades". |
Siempre hemos creído... |
Galaxia naranja
Julio es un mes vacacional y a muchos, en tierras lejanas, se nos despierta la morriña de ikurriña. Entonces, desde cualquier lugar del planeta, basta sintonizar con el espectáculo mundial del Tour, y aparecen profusamente miles de ikurriñas teñidas del naranja de Euskaltel, junto con banderas blanquirrojas o blanquiazules.
Los Pirineos ya no separan Estados, sino que se inundan de vascos que hermanan pueblos. Si el día 23 además oímos euskera para retransmitir alguna victoria de Zubeldia o Mayo, ya sólo podremos pedir que la avalancha de civismo euskaldun desborde fronteras y muestre al mundo entero lo que es Euskadi: un pueblo pacífico y amante de su patrimonio lingüístico, cultural y deportivo. Un país que sabe sufrir y movilizarse, y que, desde su hermosa pequeñez, ha intuido que debe competir con los grandes y ser solidario con todos para preservar su identidad, propia de un pueblo milenario donde ya no queda casi nadie que piense que “una idea vale más que una sola vida”, porque los vascos ansiamos el compromiso, el trabajo bien hecho, el diálogo, la convivencia y nunca hemos temido la paz.
A los ciclistas de Euskaltel, como a tantos deportistas, ¡gracias por enseñarnos que Euskadi debe seguir pedaleando y no peleando!
Los Pirineos ya no separan Estados, sino que se inundan de vascos que hermanan pueblos. Si el día 23 además oímos euskera para retransmitir alguna victoria de Zubeldia o Mayo, ya sólo podremos pedir que la avalancha de civismo euskaldun desborde fronteras y muestre al mundo entero lo que es Euskadi: un pueblo pacífico y amante de su patrimonio lingüístico, cultural y deportivo. Un país que sabe sufrir y movilizarse, y que, desde su hermosa pequeñez, ha intuido que debe competir con los grandes y ser solidario con todos para preservar su identidad, propia de un pueblo milenario donde ya no queda casi nadie que piense que “una idea vale más que una sola vida”, porque los vascos ansiamos el compromiso, el trabajo bien hecho, el diálogo, la convivencia y nunca hemos temido la paz.
A los ciclistas de Euskaltel, como a tantos deportistas, ¡gracias por enseñarnos que Euskadi debe seguir pedaleando y no peleando!
Un libro te dirá que las palabras escritas son difíciles de escuchar
"Hay poesías difíciles de recitar que sólo se sueñan si son leídas". |
Siempre he creído... |
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