Una farsa para digerir una tragedia
El drama del terrorismo de ETA ha sido analizado desde todas sus perspectivas éticas, políticas y sociales. Sus perversos efectos desde la suprema vertiente moral hasta el prosaico plano económico son de tal magnitud que poco puede añadirse para reprobar su actividad. Quizá una dosis de sátira ácida, cínica y procaz sea un último intento de abordaje de un problema infinitamente tratado, pero fatídicamente inconcluso.
La ridiculización de la “lógica” etarra resulta especialmente asequible, si no fuese porque el absurdo se une con la repulsión para evitar entrar en tal exploración. ETA en su evolución por las circunstancias externas de todo tipo que han provocado su debilitamiento, especialmente el rechazo social hasta de sus postreros simpatizantes, ha entrado en una fase terminal donde, junto a sus aborrecibles crímenes consumados o sin consumar, ha comenzado a gestionar sus “treguas”. Con el máximo desapasionamiento que cabe ante semejante calvario, hay que reconocer que siempre será mejor que la noticia que ETA busca, y que algunos medios y partidos le conceden, sea por motivos de ceses de violencia que por asesinatos.
Las variantes de paréntesis ensayadas por ETA han sido dos hasta el momento. La tregua indefinida, pero no definitiva, del 16-9-1998 y la tregua para Catalunya anunciada el 18-2-2004. Le restan aún numerosas opciones, que serán bienvenidas siempre que no se alternen con crímenes. Podrían sugerirse a los “estrategas” de ETA armisticios por sexo, edad, horario, calendario, colectivos o lugares, además de los aplazamientos por territorios o tiempos. Qué bendición sería, por ejemplo, que se descartasen como víctimas a las mujeres: ¡cuántas buenas docentes que conozco, así como sus familias y amigos quedaríamos tranquilizados! O que se apartasen como víctimas a los menores de 21 años y mayores de 60. También podría evitarse atentados fuera del intervalo de 8:00 a 20:00 del horario de Greenwich, quedar exentos los sábados y domingos, así como los tres meses del verano. ¡Cuántas personas amenazadas y escoltas descansarían, por no mencionar el ahorro generado! Igualmente se podrían recortar el número de gremios atemorizados, descartando por tipo de actividad a los concejales no liberados, a los periodistas sin columna o a los políticos sin escaño. Algunos lugares, o incluso localidades, podrían quedar como zonas con derecho de asilo, como iglesias, universidades y centros escolares, hospitales, playas,… O incluso Getxo podría ser zona neutral, como lo fue Las Arenas en la guerra civil, para negociaciones y diálogo sin miedo.
Todas estas proclamas de restricciones en la matanza darían publicidad a ETA, e incluso podrían venir precedidas de entrevistas (que serían luego portadas de prensa) con interlocutores en algún escondrijo conocido y donde los espías de todas las partes pudiesen grabar con facilidad. Por allí desfilarían consecutivamente todo tipo de personajes interlocutores: un presidente de fútbol que negociaría la tregua en todos los estadios; algún irlandés para solicitar la exención para todos los extranjeros no vascos ni españoles; o determinado magistrado para pactar la exclusión de jueces y abogados; obispos, rectores, artistas, sindicalistas,…
Este desarme a plazos podría venir acompañado de una “entrega por partes”. En etapas sucesivas se retirarían de ETA las féminas, o se prejubilaría a los mayores de 45 años sin permitir el acceso a las armas a menores de 25 años. Así mismo se podría rendir el material bélico más pesado, como bombas inmanejables por su tamaño y lanzacohetes de escasa precisión. Todo ello sería paliado con rebajas en el impuesto revolucionario a las clases medias y reducción de la persecución a los colectivos más desfavorecidos: agricultores, habitantes de zonas rurales o suburbanas,…
Toda esta sarcástica comedia de crítica sardónica sólo pretende descarnar la inmensa monstruosidad y aberración que significa la violencia. Acaso sólo sea desdeñable ironía melancólica que destila el ansia la paz. Ahora que estamos en plena campaña electoral, el verdadero campanazo que ETA podría provocar sería la declaración de una tregua total y final. Ése es el único y verdadero servicio que pueden prestar a los ideales que dicen defender y, sobre todo, a la Humanidad.
Agua aguada
Nos aguarda un aguacero de aguaduchos
Coca-Cola ha inventado el “agua deshidratada”, como en el chiste y podría vender sus sugestivos envases vacíos con etiqueta de Agua Pura e instrucciones de “sólo hay que echarle agua del grifo y listo”. El descubrimiento del polvo deshidratado (y desaparecido) no comprometerá su negocio planetario y “hará aguas”, porque, a pesar de las protestas de las asociaciones de consumidores, la publicidad y la estupidez consumista nos seguirán impeliendo a deleitarnos con esa gaseosa oscura, dulzona y pegajosa, cuya suprema utilidad es desatascar tuberías mejor que el aguarrás.
Para dar una idea del timo, sólo en el Reino Unido durante 2003 se consumieron más de 20.000 millones de litros de agua envasada. Pero todo quedará en agua de borrajas. Coca-Cola proseguirá embotellando agua del suministro general en una fábrica de la zona más destartalada de Londres donde nunca hubo ningún torrente, para vender un aguachirle a un precio desorbitado como bálsamo curalotodo tras someterlo a un misterioso proceso de purificación. Va a resultar que el “secreto” de la multinacional estadounidense es un antiguo proverbio bantú, que asegura que “La fuerza del cocodrilo (y de Coca-Cola) es el agua”. La única fórmula consiste en aumentar el precio del producto desde el grifo hasta el consumidor en 352 veces, invirtiendo tan prodigiosa ganancia en avispados lemas como “sofisticados procedimientos con las técnicas más avanzadas del proceso de ósmosis invertida”, es decir: relleno de agua corriente.
¡Hay que aguantarse! Hasta ahora nos aguaban la leche y el vino, pero aguar el agua es demasiado. Marcas aguafiestas como Aquafina, Aqua Pura, Danone Activ o Hadkam seguirán comercializándose a precios por litro que oscilan entre 0,45 y 0,60 €, sin certificar que sean de manantial, por lo que su origen es obvio.
No nos ahoguemos en un vaso de agua, que “agua pasada no mueve molino”. Ya sabemos que “Agua corriente, no mata a la gente; agua sin correr, puede suceder” o “Agua que no has de beber, déjala correr”, pero “Cuando el río suena, agua lleva”. Nunca digas de este agua no beberé, y búscate un paraguas de salvaguardia. Somos “pescado vendido”, como adivinó Marshall McLuhan: “El último que ve el agua es el pez”. Con todo, como dijo Simón Bolívar, “¡Seguiremos arando en el agua!”, que Focílides nos descubrió que “el pueblo, el fuego y el agua no pueden ser domados nunca”. ¡Ni por Coca-Cola!
Coca-Cola ha inventado el “agua deshidratada”, como en el chiste y podría vender sus sugestivos envases vacíos con etiqueta de Agua Pura e instrucciones de “sólo hay que echarle agua del grifo y listo”. El descubrimiento del polvo deshidratado (y desaparecido) no comprometerá su negocio planetario y “hará aguas”, porque, a pesar de las protestas de las asociaciones de consumidores, la publicidad y la estupidez consumista nos seguirán impeliendo a deleitarnos con esa gaseosa oscura, dulzona y pegajosa, cuya suprema utilidad es desatascar tuberías mejor que el aguarrás.
Para dar una idea del timo, sólo en el Reino Unido durante 2003 se consumieron más de 20.000 millones de litros de agua envasada. Pero todo quedará en agua de borrajas. Coca-Cola proseguirá embotellando agua del suministro general en una fábrica de la zona más destartalada de Londres donde nunca hubo ningún torrente, para vender un aguachirle a un precio desorbitado como bálsamo curalotodo tras someterlo a un misterioso proceso de purificación. Va a resultar que el “secreto” de la multinacional estadounidense es un antiguo proverbio bantú, que asegura que “La fuerza del cocodrilo (y de Coca-Cola) es el agua”. La única fórmula consiste en aumentar el precio del producto desde el grifo hasta el consumidor en 352 veces, invirtiendo tan prodigiosa ganancia en avispados lemas como “sofisticados procedimientos con las técnicas más avanzadas del proceso de ósmosis invertida”, es decir: relleno de agua corriente.
¡Hay que aguantarse! Hasta ahora nos aguaban la leche y el vino, pero aguar el agua es demasiado. Marcas aguafiestas como Aquafina, Aqua Pura, Danone Activ o Hadkam seguirán comercializándose a precios por litro que oscilan entre 0,45 y 0,60 €, sin certificar que sean de manantial, por lo que su origen es obvio.
No nos ahoguemos en un vaso de agua, que “agua pasada no mueve molino”. Ya sabemos que “Agua corriente, no mata a la gente; agua sin correr, puede suceder” o “Agua que no has de beber, déjala correr”, pero “Cuando el río suena, agua lleva”. Nunca digas de este agua no beberé, y búscate un paraguas de salvaguardia. Somos “pescado vendido”, como adivinó Marshall McLuhan: “El último que ve el agua es el pez”. Con todo, como dijo Simón Bolívar, “¡Seguiremos arando en el agua!”, que Focílides nos descubrió que “el pueblo, el fuego y el agua no pueden ser domados nunca”. ¡Ni por Coca-Cola!
Realismo D'Hont en Navarra
Análisis preelectoral del 14M en la C.F.N.
Con una panorámica preelectoral sobre la Comunidad Foral Navarra se completa el anterior análisis similar efectuado sobre la Comunidad Autónoma Vasca, a fin de valorar el previsible efecto de las próximas Elecciones Generales sobre el conjunto de Hegoalde (Euskadi peninsular). Comparativamente, y aunque resulte paradójico, esta predicción navarra resulta más dificultosa, a pesar de la menor entidad demográfica del territorio foral, por un doble motivo: La primera causa es histórica y deriva del cuerpo electoral menos estable en la CFN que en la CAV, aunque ambos electorados sean más fieles que los correspondientes al resto del Estado español. La segunda razón es coyuntural y proviene de la incertidumbre que origina la innovadora candidatura Nafarroa Bai agrupando a Aralar, EA, EAJ-PNV y Batzarre.
El implacable efecto de la ley d’Hont privilegia también en este territorio histórico la representación del duopolio bipartidista, UPN-PP y PSOE. El resultado habitual de la última década de 3 y 2 diputados respectivamente, sólo fue quebrado en 1996 por un notable avance de IU hasta superar los 40.000 votos, si bien en 2000 retrocedió hasta los 23.000 votos, con menos papeletas que en 1993. La fusión UPN-PP ha rendido suculentas rentas electorales en este tipo de convocatorias para las Cortes de Madrid, marginando al fragmentado electorado nacionalista, e incluso minorizando a los partidos menores como IU o el mismo socio de gobierno CDN, que sin embargo insiste en presentar candidaturas propias para mantener su electorado y evitar ser engullido por UPN. Salvadas las lógicas diferencias, el voto mástil que solicita CDN frente a UPN es una situación paralela al temor de absorción por coalición continua y efecto de olvido del electorado que padece EA en la CAV frente a EAJ-PNV.
La angustia del voto fútil igualmente atenaza al electorado fiel a IU, que sabe de la casi imposibilidad fáctica de obtener un diputado en 2004. Adicionalmente en esta ocasión, IU ha sufrido el síndrome de “pánico escénico a la similitud” con su confederado de la CAV, rechazando formalmente el ofrecimiento cursado por los patrocinadores de Nafarroa Bai para incorporarse desde su origen, con ánimo de fortalecer lo que indudablemente hubiese sido una plataforma electoral destinada al éxito en las urnas, aunque de gestión ulterior más compleja. El hecho de que IU declinase la invitación para formar parte de Nafarroa Bai sólo pone algo más difícil el objetivo de conseguir un diputado nacionalista, pero en ningún caso permitía arañar más del inevitable saldo de los 2 diputados para UPN-PP y otros tantos para el PSOE. Parece improbable, a nuestro juicio, que la asignación de un diputado a Nafarroa Bai sea a costa de uno de los dos del PSOE.
La dificultad del acierto pleno en la quiniela prevista, se contrapone a la sencillez de lo que está realmente en juego: El quinto diputado para Nafarroa Bai a costa de UPN-PP. El entusiasmo del proyecto conjunto superador de la división nacionalista y los prometedores resultados precedentes en la anterior convocatoria foral y municipal parecen garantizar que la bien elegida candidata Uxue Barkos será diputada, si suma votos útiles de antiguos votantes de Euskal Herritarrok, ilegalizada en la actualidad y que no se presentó en 2000. Si Nafarroa Bai alcanzase representación en el Congreso, se superaría el obligado silencio impuesto a la Nafarroa vascófona, haciéndose oír el clamor de una significativa parte de la ciudadanía navarra en defensa del euskara (la "Lingua Navarrorum", la Lengua de los navarros) y de la cultura vasca, extrañamente refrenadas en la CFN.
Con una panorámica preelectoral sobre la Comunidad Foral Navarra se completa el anterior análisis similar efectuado sobre la Comunidad Autónoma Vasca, a fin de valorar el previsible efecto de las próximas Elecciones Generales sobre el conjunto de Hegoalde (Euskadi peninsular). Comparativamente, y aunque resulte paradójico, esta predicción navarra resulta más dificultosa, a pesar de la menor entidad demográfica del territorio foral, por un doble motivo: La primera causa es histórica y deriva del cuerpo electoral menos estable en la CFN que en la CAV, aunque ambos electorados sean más fieles que los correspondientes al resto del Estado español. La segunda razón es coyuntural y proviene de la incertidumbre que origina la innovadora candidatura Nafarroa Bai agrupando a Aralar, EA, EAJ-PNV y Batzarre.
El implacable efecto de la ley d’Hont privilegia también en este territorio histórico la representación del duopolio bipartidista, UPN-PP y PSOE. El resultado habitual de la última década de 3 y 2 diputados respectivamente, sólo fue quebrado en 1996 por un notable avance de IU hasta superar los 40.000 votos, si bien en 2000 retrocedió hasta los 23.000 votos, con menos papeletas que en 1993. La fusión UPN-PP ha rendido suculentas rentas electorales en este tipo de convocatorias para las Cortes de Madrid, marginando al fragmentado electorado nacionalista, e incluso minorizando a los partidos menores como IU o el mismo socio de gobierno CDN, que sin embargo insiste en presentar candidaturas propias para mantener su electorado y evitar ser engullido por UPN. Salvadas las lógicas diferencias, el voto mástil que solicita CDN frente a UPN es una situación paralela al temor de absorción por coalición continua y efecto de olvido del electorado que padece EA en la CAV frente a EAJ-PNV.
La angustia del voto fútil igualmente atenaza al electorado fiel a IU, que sabe de la casi imposibilidad fáctica de obtener un diputado en 2004. Adicionalmente en esta ocasión, IU ha sufrido el síndrome de “pánico escénico a la similitud” con su confederado de la CAV, rechazando formalmente el ofrecimiento cursado por los patrocinadores de Nafarroa Bai para incorporarse desde su origen, con ánimo de fortalecer lo que indudablemente hubiese sido una plataforma electoral destinada al éxito en las urnas, aunque de gestión ulterior más compleja. El hecho de que IU declinase la invitación para formar parte de Nafarroa Bai sólo pone algo más difícil el objetivo de conseguir un diputado nacionalista, pero en ningún caso permitía arañar más del inevitable saldo de los 2 diputados para UPN-PP y otros tantos para el PSOE. Parece improbable, a nuestro juicio, que la asignación de un diputado a Nafarroa Bai sea a costa de uno de los dos del PSOE.
La dificultad del acierto pleno en la quiniela prevista, se contrapone a la sencillez de lo que está realmente en juego: El quinto diputado para Nafarroa Bai a costa de UPN-PP. El entusiasmo del proyecto conjunto superador de la división nacionalista y los prometedores resultados precedentes en la anterior convocatoria foral y municipal parecen garantizar que la bien elegida candidata Uxue Barkos será diputada, si suma votos útiles de antiguos votantes de Euskal Herritarrok, ilegalizada en la actualidad y que no se presentó en 2000. Si Nafarroa Bai alcanzase representación en el Congreso, se superaría el obligado silencio impuesto a la Nafarroa vascófona, haciéndose oír el clamor de una significativa parte de la ciudadanía navarra en defensa del euskara (la "Lingua Navarrorum", la Lengua de los navarros) y de la cultura vasca, extrañamente refrenadas en la CFN.
Realismo D'Hont en Euskadi
Análisis preelectoral del 14M en la C.A.V.
Las Elecciones Generales se rigen por la ley d’Hont, al igual que las Autonómicas si bien Euskadi posee la competencia exclusiva para regular las Elecciones al Parlamento Vasco donde elige a sus parlamentarios y a su Lehendakari. En esta ocasión del 14 de Marzo, será la Ley Orgánica 5/1985 del Régimen Electoral General, modificada en diversas ocasiones, el sistema utilizado para el reparto de escaños en las Cortes de Madrid.
La ley d’Hont privilegia la representación de los partidos más votados y se aleja de los criterios de proporcionalidad, sobre todo cuando el número de parlamentarios a repartir es reducido. Este sistema ha sido justamente criticado por diversas razones, tales como beneficiar desmesuradamente a los dos grandes partidos, por las circunscripciones provinciales (que favorece a las de menor población como Ceuta o Melilla), o por el régimen de duopolio bipartidista que produce en período preelectoral en los medios de comunicación y en el panorama político resultante. Sólo por destacar un dato relevante, en 2000 el PP contó con la mayoría absoluta de 183 diputados porque hubo un saldo ficticio de 25 escaños que no le corresponderían en una circunscripción única, mientras que en tal caso IU hubiese dispuesto de 19 diputados y no de 8 como fue por aplicación de esta ley. Todo ello mueve a solicitar un cambio de la Ley Electoral vigente, quizá por ámbitos autonómicos pero nunca provinciales, toda vez que la acción de los diputados o senadores raramente se ciñe a su ámbito jurisdiccional.
La ley continúa en vigor por lo que los electores debemos considerar su implacable efecto sobre nuestra decisión individual. El análisis, obligado por esta Ley Electoral, debe efectuarse provincia a provincia. Si nos circunscribimos al panorama electoral de la Comunidad Autónoma del País Vasco en su elección de diputados para el Congreso, este sistema electoral de asignación de escaños impone las siguientes restricciones, a la luz de los resultados anteriores en el mismo tipo de convocatoria general (que se adjuntan en los cuadros anexos) y sobre la base, incierta, de las encuestas preelectorales. La ilegalización de Batasuna, ausente por voluntad propia en 2000, originará un estimable efecto tasable sociológica y políticamente, pero no a efectos de parlamentarios.
En Bizkaia, la trayectoria imparablemente creciente de EAJ-PNV le asegura consolidar sus 4 diputados, si se movilizan sus militantes y simpatizantes. El PP, por el contrario ve peligrar su tercer diputado por el avance de un PSOE oscilante, aunque quizá en alza por su lánguido despegue del PP, su gran adversario estatal pero incondicional aliado en Euskadi. IU, a pesar de una predecible subida, es dudoso que ascienda hasta los 56.000 votos necesarios para recuperar su diputado de 1996, sobre el supuesto de una participación similar. EA no tiene opción alguna en este territorio histórico por su escaso peso y constante declive. Tampoco dispondrá de representación la novedad e incógnita de la coalición Aralar-Zutik, sin apenas implantación fuera de Nafarroa y en Guipúzcoa, en este caso en moderada medida.
En Gipuzkoa, el avance estable de EAJ-PNV le asegura ser nuevamente el partido más votado y sus 2 diputados. El PP perderá su segundo diputado a favor del PSOE previsiblemente tras las forales y municipales. La gran pugna será ver si EA conserva su única diputada en Madrid, frente a la concentración de voto que alcance Aralar-Zutik en su prueba de fuego, aparte de la coalición Nafarroa BAI en la Comunidad Foral Navarra. IU no tiene opción alguna en este territorio histórico.
En Araba, parece difícil alterar el panorama estable desde 1966. Sólo una improbable superación del PSOE sobre el PP podría otorgarle dos diputados a los socialistas, o una -aún más hipotética- condensación de voto en torno a EAJ-PNV podría significar un segundo diputado para el sentimiento alavés proclive al Gobierno tripartito. Los partidos menores EA, IU y Aralar-Zutik seguirán ineluctablemente ausentes de la representación territorial.
Como corolario de todo lo expuesto, el fantasma del “voto útil” se erige como un espectro para el potencial votante de las opciones minoritarias. Es comprensible y justificada la duda que asalta al electorado nacionalista vasco en Araba o en Bizkaia, donde sabe que sólo EAJ-PNV podrá representarle en el Congreso de los Diputados, con grupo propio, el único y permanente “Grupo Vasco”. La ausencia de una coalición PNV-EA-Aralar pasará factura, que en el mejor de los casos podría significar un posible diputado adicional por Araba, asegurar el tercero y quizás un cuarto por Guipúzcoa, así como un quinto diputado por Bizkaia. También será determinante ese versátil voto constitucionalista que oscila entre PP y PSOE, para establecer quién representa más el sentimiento españolista. La vacilación del votante de IU, fuera de Bizkaia donde puede soñar con un escaño, entre un pésimo PSOE vasco –desde su perspectiva- o un EAJ-PNV tan ideológicamente alejado… en teoría, debe ser insufrible. O irritante la del votante de EA, para no citar al de Batasuna que sigue sin trasladar su opción, que dilapida su voto fuera de Guipúzcoa, sólo para dejar constancia de su existencia a efectos de mantener su porción en el reparto de poder institucional.
Ojalá que acertemos desde la pluralidad vasca en nuestro voto sutil y fértil, remediando el voto fútil que lanza la papeleta a la papelera o el voto mástil que sólo ofrece su mera contabilización.
Las Elecciones Generales se rigen por la ley d’Hont, al igual que las Autonómicas si bien Euskadi posee la competencia exclusiva para regular las Elecciones al Parlamento Vasco donde elige a sus parlamentarios y a su Lehendakari. En esta ocasión del 14 de Marzo, será la Ley Orgánica 5/1985 del Régimen Electoral General, modificada en diversas ocasiones, el sistema utilizado para el reparto de escaños en las Cortes de Madrid.
La ley d’Hont privilegia la representación de los partidos más votados y se aleja de los criterios de proporcionalidad, sobre todo cuando el número de parlamentarios a repartir es reducido. Este sistema ha sido justamente criticado por diversas razones, tales como beneficiar desmesuradamente a los dos grandes partidos, por las circunscripciones provinciales (que favorece a las de menor población como Ceuta o Melilla), o por el régimen de duopolio bipartidista que produce en período preelectoral en los medios de comunicación y en el panorama político resultante. Sólo por destacar un dato relevante, en 2000 el PP contó con la mayoría absoluta de 183 diputados porque hubo un saldo ficticio de 25 escaños que no le corresponderían en una circunscripción única, mientras que en tal caso IU hubiese dispuesto de 19 diputados y no de 8 como fue por aplicación de esta ley. Todo ello mueve a solicitar un cambio de la Ley Electoral vigente, quizá por ámbitos autonómicos pero nunca provinciales, toda vez que la acción de los diputados o senadores raramente se ciñe a su ámbito jurisdiccional.
La ley continúa en vigor por lo que los electores debemos considerar su implacable efecto sobre nuestra decisión individual. El análisis, obligado por esta Ley Electoral, debe efectuarse provincia a provincia. Si nos circunscribimos al panorama electoral de la Comunidad Autónoma del País Vasco en su elección de diputados para el Congreso, este sistema electoral de asignación de escaños impone las siguientes restricciones, a la luz de los resultados anteriores en el mismo tipo de convocatoria general (que se adjuntan en los cuadros anexos) y sobre la base, incierta, de las encuestas preelectorales. La ilegalización de Batasuna, ausente por voluntad propia en 2000, originará un estimable efecto tasable sociológica y políticamente, pero no a efectos de parlamentarios.
En Bizkaia, la trayectoria imparablemente creciente de EAJ-PNV le asegura consolidar sus 4 diputados, si se movilizan sus militantes y simpatizantes. El PP, por el contrario ve peligrar su tercer diputado por el avance de un PSOE oscilante, aunque quizá en alza por su lánguido despegue del PP, su gran adversario estatal pero incondicional aliado en Euskadi. IU, a pesar de una predecible subida, es dudoso que ascienda hasta los 56.000 votos necesarios para recuperar su diputado de 1996, sobre el supuesto de una participación similar. EA no tiene opción alguna en este territorio histórico por su escaso peso y constante declive. Tampoco dispondrá de representación la novedad e incógnita de la coalición Aralar-Zutik, sin apenas implantación fuera de Nafarroa y en Guipúzcoa, en este caso en moderada medida.
En Gipuzkoa, el avance estable de EAJ-PNV le asegura ser nuevamente el partido más votado y sus 2 diputados. El PP perderá su segundo diputado a favor del PSOE previsiblemente tras las forales y municipales. La gran pugna será ver si EA conserva su única diputada en Madrid, frente a la concentración de voto que alcance Aralar-Zutik en su prueba de fuego, aparte de la coalición Nafarroa BAI en la Comunidad Foral Navarra. IU no tiene opción alguna en este territorio histórico.
En Araba, parece difícil alterar el panorama estable desde 1966. Sólo una improbable superación del PSOE sobre el PP podría otorgarle dos diputados a los socialistas, o una -aún más hipotética- condensación de voto en torno a EAJ-PNV podría significar un segundo diputado para el sentimiento alavés proclive al Gobierno tripartito. Los partidos menores EA, IU y Aralar-Zutik seguirán ineluctablemente ausentes de la representación territorial.
Como corolario de todo lo expuesto, el fantasma del “voto útil” se erige como un espectro para el potencial votante de las opciones minoritarias. Es comprensible y justificada la duda que asalta al electorado nacionalista vasco en Araba o en Bizkaia, donde sabe que sólo EAJ-PNV podrá representarle en el Congreso de los Diputados, con grupo propio, el único y permanente “Grupo Vasco”. La ausencia de una coalición PNV-EA-Aralar pasará factura, que en el mejor de los casos podría significar un posible diputado adicional por Araba, asegurar el tercero y quizás un cuarto por Guipúzcoa, así como un quinto diputado por Bizkaia. También será determinante ese versátil voto constitucionalista que oscila entre PP y PSOE, para establecer quién representa más el sentimiento españolista. La vacilación del votante de IU, fuera de Bizkaia donde puede soñar con un escaño, entre un pésimo PSOE vasco –desde su perspectiva- o un EAJ-PNV tan ideológicamente alejado… en teoría, debe ser insufrible. O irritante la del votante de EA, para no citar al de Batasuna que sigue sin trasladar su opción, que dilapida su voto fuera de Guipúzcoa, sólo para dejar constancia de su existencia a efectos de mantener su porción en el reparto de poder institucional.
Ojalá que acertemos desde la pluralidad vasca en nuestro voto sutil y fértil, remediando el voto fútil que lanza la papeleta a la papelera o el voto mástil que sólo ofrece su mera contabilización.
Valor de una vida
Sabemos el precio de todo y el valor de nada.
Vivimos en un momento histórico tan mercantilizado que desde muy pequeños nos enseñan a cuantificar en dinero el importe de casi todo. Parece que todo se pudiese comprar, alquilar o vender. “El precio justo” no ha enseñado a tasar mercancías y servicios, pero los noticiarios nos informan y demuestran que, desgraciadamente, también se pueden adquirir con dinero valores, principios, órganos o personas.
Había una antigua estimación que aseguraba que el cuerpo humano, por las materias químicas que lo componen, apenas valía 98 centavos de dólar. Posteriormente, a la luz de la posibilidad de fusión de la materia para producir energía eléctrica, la empresa Du Pont afirmó que con la masa de un ser humano medio se podría producir más de 85.000 millones de dólares, en kilovatios-hora facturados a precio de mercado según la ecuación de Einstein E=mc2.
Lo cierto es que el valor de una vida humana ha sido muy variable, en función de factores tan arbitrarios como la época histórica, el continente, la nacionalidad, el sexo o la edad,… Hace apenas 60 años, en Europa los nazis convertían a un ser humano, proscrito por ser judío, gitano u homosexual, en productos de utilidad para el Reich: se comercializaba su grasa para elaborar jabón, sus huesos para fabricar fertilizantes, sus cabellos para la industria textil... Sólo el campo de Auschwitz entregó 60 toneladas de cabello a una fábrica de fieltro, que pagó por ellas 30.000 marcos.
La esclavitud fue abolida, pero pervive todavía hoy día, en nuestra misma civilizada sociedad la creciente trata de personas, impunemente por “razones macroeconómicas de globalización” que justifican el trabajo infantil o para la omnipresente explotación sexual. Y se han amplificado las migraciones impulsadas por el subdesarrollo y la miseria, enmascaradas por necesidades del mercado laboral o simples motivos de servidumbre doméstica. Éxodos desatados por intereses financieros y, al tiempo, combatidos con pretextos de delincuencia congénita; destierros masivos donde la vida de los afectados no vale casi nada.
Incluso los tribunales o las compañías de seguros establecen cuantías muy variables para compensar la muerte en accidente de dos personas similares, solamente por el hecho de que uno sea un ejecutivo y el otro un vagabundo, o porque uno sea un adulto y otro un anciano o un niño. No valen lo mismo un soldado norteamericano o uno iraquí, o dos civiles de ambos países, ni se toma la Humanidad el mismo cuidado en su educación y ni siquiera en su sepelio. Por no citar la aberración que representa la proliferación de los abortos provocados, aunque se respete y compadezca a quienes transigen con ello.
Todos creemos en el valor infinito de cada vida humana. Para muchos, las personas fuimos creadas a imagen y semejanza de Dios. Pero, ya sea porque existe un Ser Supremo o porque existen otros seres humanos, lo ineludible es que todos nos debemos al cuidado de nosotros mismos y de los demás. Los dos primeros artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos lo condensan admirablemente en dos frases dignas de ser aprendidas de memoria: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”. Ojalá que algún día se cumplan en toda su extensión tan excelsos deseos.
Vivimos en un momento histórico tan mercantilizado que desde muy pequeños nos enseñan a cuantificar en dinero el importe de casi todo. Parece que todo se pudiese comprar, alquilar o vender. “El precio justo” no ha enseñado a tasar mercancías y servicios, pero los noticiarios nos informan y demuestran que, desgraciadamente, también se pueden adquirir con dinero valores, principios, órganos o personas.
Había una antigua estimación que aseguraba que el cuerpo humano, por las materias químicas que lo componen, apenas valía 98 centavos de dólar. Posteriormente, a la luz de la posibilidad de fusión de la materia para producir energía eléctrica, la empresa Du Pont afirmó que con la masa de un ser humano medio se podría producir más de 85.000 millones de dólares, en kilovatios-hora facturados a precio de mercado según la ecuación de Einstein E=mc2.
Lo cierto es que el valor de una vida humana ha sido muy variable, en función de factores tan arbitrarios como la época histórica, el continente, la nacionalidad, el sexo o la edad,… Hace apenas 60 años, en Europa los nazis convertían a un ser humano, proscrito por ser judío, gitano u homosexual, en productos de utilidad para el Reich: se comercializaba su grasa para elaborar jabón, sus huesos para fabricar fertilizantes, sus cabellos para la industria textil... Sólo el campo de Auschwitz entregó 60 toneladas de cabello a una fábrica de fieltro, que pagó por ellas 30.000 marcos.
La esclavitud fue abolida, pero pervive todavía hoy día, en nuestra misma civilizada sociedad la creciente trata de personas, impunemente por “razones macroeconómicas de globalización” que justifican el trabajo infantil o para la omnipresente explotación sexual. Y se han amplificado las migraciones impulsadas por el subdesarrollo y la miseria, enmascaradas por necesidades del mercado laboral o simples motivos de servidumbre doméstica. Éxodos desatados por intereses financieros y, al tiempo, combatidos con pretextos de delincuencia congénita; destierros masivos donde la vida de los afectados no vale casi nada.
Incluso los tribunales o las compañías de seguros establecen cuantías muy variables para compensar la muerte en accidente de dos personas similares, solamente por el hecho de que uno sea un ejecutivo y el otro un vagabundo, o porque uno sea un adulto y otro un anciano o un niño. No valen lo mismo un soldado norteamericano o uno iraquí, o dos civiles de ambos países, ni se toma la Humanidad el mismo cuidado en su educación y ni siquiera en su sepelio. Por no citar la aberración que representa la proliferación de los abortos provocados, aunque se respete y compadezca a quienes transigen con ello.
Todos creemos en el valor infinito de cada vida humana. Para muchos, las personas fuimos creadas a imagen y semejanza de Dios. Pero, ya sea porque existe un Ser Supremo o porque existen otros seres humanos, lo ineludible es que todos nos debemos al cuidado de nosotros mismos y de los demás. Los dos primeros artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos lo condensan admirablemente en dos frases dignas de ser aprendidas de memoria: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”. Ojalá que algún día se cumplan en toda su extensión tan excelsos deseos.
El voto sutil
Cada papeleta es un tesoro que debemos administrar cuidadosamente
El voto es un derecho individual de cada elector. Cada ciudadano elige libremente su candidatura, por el método que mejor le parezca. Cabe suponer que, al igual que los partidos, son múltiples los criterios por los que se escoge la papeleta entre las distintas opciones. Así pues existen tantas motivaciones de voto como votantes, pero pueden enumerarse algunas de las fórmulas más habituales.
Las encuestas preelectorales se han erigido como uno de los factores más decisivos en la elección final. Este avance anticipado y medianamente fiable de los resultados globales, condiciona e incluso permite clasificar los métodos por los que se elige el definitivo voto.
Voto útil: Que logra representación para defender aproximadamente las ideas propias.
Voto fútil o inútil: El que no obtiene escaño alguno, porque se pierde en la urna.
Voto mercantil o bursátil: Que prefiere sólo por ventaja económica propia, y se elige desde la cartera.
Voto hostil o proyectil: Que elige al partido más opuesto de lo que más se aborrece.
Voto dúctil o versátil: Que escoge al que cree que va a ganar, sólo para acertar.
Voto mástil: Que se selecciona únicamente para dejar constancia de su existencia.
Voto volátil o portátil: Que se administra frívolamente a última hora.
Voto reptil: Que se otorga al adversario para empeorar la situación.
Voto infantil o estudiantil: De quienes votan por primera vez con un variable conocimiento previo, pero con de alta capacidad de transformación de la mayoría social.
Voto fértil: El de quienes nominan consciente y solidariamente tras analizar todas las posibilidades.
Los votantes somos responsables de los fracasos y de los éxitos de los gobiernos que colectivamente elegimos. Sería deseable que no lleguemos a sentirnos como Humberto Eco cuando dijo: “No tengo nada contra Berlusconi, que hace su trabajo, ni contra los fascistas, que hacen su trabajo, pero tengo muchas cosas contra los italianos que los votaron. Me siento antiitaliano”. Cuando somos sensatos y reconocemos las muchas desigualdades y desafueros de nuestra sociedad, hemos de rechazar tajantemente la tesis retrógrada de la derecha inmovilista, conservadora en el peor sentido del término, que "entiende que el status quo es el camino hacia adelante".
Ojalá acertemos todos con nuestra papeleta, decidida con responsabilidad y depositada en libertad. Que sea un devoto voto gentil de reconocimiento a la labor realizada previamente, más que a promesas futuribles; un grácil voto ágil, que actúe con celeridad para mejorar tanta injusticia; un madurado voto cabal que nos represente y nos proteja.
El voto es un derecho individual de cada elector. Cada ciudadano elige libremente su candidatura, por el método que mejor le parezca. Cabe suponer que, al igual que los partidos, son múltiples los criterios por los que se escoge la papeleta entre las distintas opciones. Así pues existen tantas motivaciones de voto como votantes, pero pueden enumerarse algunas de las fórmulas más habituales.
Las encuestas preelectorales se han erigido como uno de los factores más decisivos en la elección final. Este avance anticipado y medianamente fiable de los resultados globales, condiciona e incluso permite clasificar los métodos por los que se elige el definitivo voto.
Voto útil: Que logra representación para defender aproximadamente las ideas propias.
Voto fútil o inútil: El que no obtiene escaño alguno, porque se pierde en la urna.
Voto mercantil o bursátil: Que prefiere sólo por ventaja económica propia, y se elige desde la cartera.
Voto hostil o proyectil: Que elige al partido más opuesto de lo que más se aborrece.
Voto dúctil o versátil: Que escoge al que cree que va a ganar, sólo para acertar.
Voto mástil: Que se selecciona únicamente para dejar constancia de su existencia.
Voto volátil o portátil: Que se administra frívolamente a última hora.
Voto reptil: Que se otorga al adversario para empeorar la situación.
Voto infantil o estudiantil: De quienes votan por primera vez con un variable conocimiento previo, pero con de alta capacidad de transformación de la mayoría social.
Voto fértil: El de quienes nominan consciente y solidariamente tras analizar todas las posibilidades.
Los votantes somos responsables de los fracasos y de los éxitos de los gobiernos que colectivamente elegimos. Sería deseable que no lleguemos a sentirnos como Humberto Eco cuando dijo: “No tengo nada contra Berlusconi, que hace su trabajo, ni contra los fascistas, que hacen su trabajo, pero tengo muchas cosas contra los italianos que los votaron. Me siento antiitaliano”. Cuando somos sensatos y reconocemos las muchas desigualdades y desafueros de nuestra sociedad, hemos de rechazar tajantemente la tesis retrógrada de la derecha inmovilista, conservadora en el peor sentido del término, que "entiende que el status quo es el camino hacia adelante".
Ojalá acertemos todos con nuestra papeleta, decidida con responsabilidad y depositada en libertad. Que sea un devoto voto gentil de reconocimiento a la labor realizada previamente, más que a promesas futuribles; un grácil voto ágil, que actúe con celeridad para mejorar tanta injusticia; un madurado voto cabal que nos represente y nos proteja.
Miedo de lobos
La ambición de los todopoderosos debe ser reprobada.
Vivimos una confusa situación planetaria en la que los lobos siguen exigiendo garantías contra los ataques de las ovejas. Los gobiernos de los países más poderosos económica y militarmente, dotados con inmensos arsenales saturados de armas de destrucción masiva y un amplio historial de imperialismo en todos los continentes, continúan confundiendo a sus ciudadanías con artificiales miedos de diabólicos enemigos que sólo son famélicos países tercermundistas como Corea del Norte.
Siniestros personajes como Richard Perle, uno de los crueles promotores de la política de “ataques preventivos” y vinculado a los sórdidos intereses armamentísticos norteamericanos, ha dimitido consecutivamente de la Presidencia y recientemente de la misma Junta de Política de Defensa del Pentágono, porque sus criterios belicistas asustan incluso a la propia administración Bush, o al menos, causan un perjuicio a su campaña electoral. Un controvertido libro suyo recientemente publicado, “El fin del mal: cómo ganar la guerra contra el terrorismo”, propone una vasta reforma de los ministerios responsables de endurecer aún más su política, abogando por "acciones vigorosas" contra Irán, Arabia Saudí, Libia, Siria y otros Estados que, según su militarista visión, representan una intolerable amenaza. Este “halcón de halcones” opina que EE.UU. debe salir de la ONU e incluso ha calificado de "blando" al Secretario de Estado, Colin Powell.
La escritora francesa de finales del siglo XIX, la Princesa Karadja decía que “El mundo es un parque de animales en el que se olvidó separar los lobos de los corderos”. Revivimos todas las enseñanzas de los clásicos, desde Esopo que anticipó que “Cuando un lobo se empeña en tener la razón, ¡pobres corderos!” hasta la conclusión de Voltaire, “Así, en todos los tiempos, nuestros señores los leones han firmado sus tratados a costa de los corderos”.
Más trágicos y penosos son aún algunos raposos, que estando entre lobos aprendieron a aullar como ellos. Pero, aunque nos sintamos como en el proverbio latino “De frente un precipicio, detrás un lobo”, sepan los agresores que cuando los corderos montan en cólera son peor que los lobos. La audacia es pavor vencido, desbordamiento de los tímidos desencadenados, ferocidad de cordero encolerizado. No toleremos que “El hombre sea un lobo para el hombre”. Hagamos que el hombre sea un hombre frente a los lobos. Ya dura demasiado el silencio de los corderos…
Vivimos una confusa situación planetaria en la que los lobos siguen exigiendo garantías contra los ataques de las ovejas. Los gobiernos de los países más poderosos económica y militarmente, dotados con inmensos arsenales saturados de armas de destrucción masiva y un amplio historial de imperialismo en todos los continentes, continúan confundiendo a sus ciudadanías con artificiales miedos de diabólicos enemigos que sólo son famélicos países tercermundistas como Corea del Norte.
Siniestros personajes como Richard Perle, uno de los crueles promotores de la política de “ataques preventivos” y vinculado a los sórdidos intereses armamentísticos norteamericanos, ha dimitido consecutivamente de la Presidencia y recientemente de la misma Junta de Política de Defensa del Pentágono, porque sus criterios belicistas asustan incluso a la propia administración Bush, o al menos, causan un perjuicio a su campaña electoral. Un controvertido libro suyo recientemente publicado, “El fin del mal: cómo ganar la guerra contra el terrorismo”, propone una vasta reforma de los ministerios responsables de endurecer aún más su política, abogando por "acciones vigorosas" contra Irán, Arabia Saudí, Libia, Siria y otros Estados que, según su militarista visión, representan una intolerable amenaza. Este “halcón de halcones” opina que EE.UU. debe salir de la ONU e incluso ha calificado de "blando" al Secretario de Estado, Colin Powell.
La escritora francesa de finales del siglo XIX, la Princesa Karadja decía que “El mundo es un parque de animales en el que se olvidó separar los lobos de los corderos”. Revivimos todas las enseñanzas de los clásicos, desde Esopo que anticipó que “Cuando un lobo se empeña en tener la razón, ¡pobres corderos!” hasta la conclusión de Voltaire, “Así, en todos los tiempos, nuestros señores los leones han firmado sus tratados a costa de los corderos”.
Más trágicos y penosos son aún algunos raposos, que estando entre lobos aprendieron a aullar como ellos. Pero, aunque nos sintamos como en el proverbio latino “De frente un precipicio, detrás un lobo”, sepan los agresores que cuando los corderos montan en cólera son peor que los lobos. La audacia es pavor vencido, desbordamiento de los tímidos desencadenados, ferocidad de cordero encolerizado. No toleremos que “El hombre sea un lobo para el hombre”. Hagamos que el hombre sea un hombre frente a los lobos. Ya dura demasiado el silencio de los corderos…
Casi todos contra ETA
Contra la violencia y todos sus siniestros efectos
Cualquier ciudadano democrático y pacífico dispone de toda la legitimidad y autoridad moral para manifestarse contra la fragrante violación de los Derechos Humanos, sin necesidad de que ningún partido (incluido el PP) deba revalidar tal derecho. Una multitudinaria concentración silenciosa contra la violencia terrorista y bajo el lema “En defensa de la democracia, el autogobierno de Cataluña y en solidaridad con todos los ciudadanos del Estado. ETA no, ni aquí ni en ningún lugar”, no puede ser una “burda manipulación” bajo ninguna interpretación partidista.
En Barcelona estarán todos los partidos políticos del Estado, excepto el PP y la ilegalizada Batasuna. ¡Ojalá el electorado valore cumplidamente la actitud de este PP que considera patrimonio exclusivo suyo la Constitución (que votó en contra como Alianza Popular) o las propias víctimas (que son muchas más que las que se agrupan en determinados foros)! ¡Basta ya de pretender rebañar votos con una burda instrumentación sectaria de la trágica violencia terrorista!
Cuando faltan unas horas para el inicio de la campaña electoral es el momento de unir “hombro con hombro” a toda la ciudadanía, muy por encima de las genuinas diferencias de partido. Allí, en la Plaza Sant Jaume, estaremos espiritualmente muchos millones de demócratas que no podemos acercarnos en persona a sumarnos a esta convocatoria, para reafirmar y reiterar una vez más nuestra firme posición ética de solidaridad con las víctimas y rechazo del terrorismo a fin de desterrar de entre todos nosotros los perversos efectos humanos y sociales que causa la injustificable violencia.
Cualquier ciudadano democrático y pacífico dispone de toda la legitimidad y autoridad moral para manifestarse contra la fragrante violación de los Derechos Humanos, sin necesidad de que ningún partido (incluido el PP) deba revalidar tal derecho. Una multitudinaria concentración silenciosa contra la violencia terrorista y bajo el lema “En defensa de la democracia, el autogobierno de Cataluña y en solidaridad con todos los ciudadanos del Estado. ETA no, ni aquí ni en ningún lugar”, no puede ser una “burda manipulación” bajo ninguna interpretación partidista.
En Barcelona estarán todos los partidos políticos del Estado, excepto el PP y la ilegalizada Batasuna. ¡Ojalá el electorado valore cumplidamente la actitud de este PP que considera patrimonio exclusivo suyo la Constitución (que votó en contra como Alianza Popular) o las propias víctimas (que son muchas más que las que se agrupan en determinados foros)! ¡Basta ya de pretender rebañar votos con una burda instrumentación sectaria de la trágica violencia terrorista!
Cuando faltan unas horas para el inicio de la campaña electoral es el momento de unir “hombro con hombro” a toda la ciudadanía, muy por encima de las genuinas diferencias de partido. Allí, en la Plaza Sant Jaume, estaremos espiritualmente muchos millones de demócratas que no podemos acercarnos en persona a sumarnos a esta convocatoria, para reafirmar y reiterar una vez más nuestra firme posición ética de solidaridad con las víctimas y rechazo del terrorismo a fin de desterrar de entre todos nosotros los perversos efectos humanos y sociales que causa la injustificable violencia.
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