"Hijo de cualquier patria, hermano de cualquier raza...".
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Nos sentimos... |
Sólo hay una raza: La raza humana
Ricura de investidura
Una lectura del talante de Zapatero en la jura
La holgura nos ha sumergido en la singladura de escuchar la dulzura de la sesión de investidura. La botadura de la figura del PP, el caradura cicuta, ha dado una hechura de mesura al debate parlamentario transformado en llanura sin cerraduras. ¡Qué fácil ha sido todo, en comparación con la chifladura propia de la bajura a la que nos tenía acostumbrados la troglodita postura de la gruta PePera con censura, armadura, crispación y dictadura!
Rodríguez Zapatero parece la finura personificada frente a la negrura fanática de su predecesor imperial, cuya desaparición favorece hasta la misma catadura del ungido Rajoy. El debate fue una guapura de soltura versus la cultura de la esclusa y la locura de la ruptura. ¡Cuánta cura de ternura frente a la anterior basura! ¡Arriba la fritura de enjabonadura y abajo la bravura de mordedura! ¡Altura y anchura sin escoceduras ni rasgaduras!
Sin premura pasaron Duran i Lleida (mucha cintura), Puigcercós (independentismo con largura), Josu Erkoreka (hondura sin fisura), Llamazares y Joan Herrera (ensambladura sin rotura). El resto de grupos pasará mañana, pero hoy fue la misma mixtura de sutura con pintura de tersura y textura frente a la conjura de la herradura.
Pero la moldura de blandura tuvo una desgarradura de envergadura: Al portavoz del PNV se le pidió una rectificación, la única resquebradura en un mar de alabanza mutua. "Euskal Herria o euskal harria" (el Pueblo vasco o la piedra vasca) parece ser la única escarpadura en la que la política española tropieza dos, once y mil veces. Es la natura de la usura, la vieja factura de la costura, la captura de la juntura. El tema vasco como sempiterna torcedura y perpetua rozadura.
Ya no sirve de excusa ni de bula toda la bruma que se ha vertido sobre el "Plan Ibarretxe" para la convivencia de la Comunidad de Euskadi en el Estado español. Sólo la chapuza bruta y bufa de la pervivencia de ETA, con su minuta del tiro en la nuca, trufa la disputa. Bastaría el día que Batasuna, sin más floritura ni atadura, salga de la inclusa con la vacuna de la cordura y alcance una tribuna sin burbujas. Entonces saldremos todos de la jaula, sin más tortura ni viudas, y se podrán explicar los proyectos varios de integración, convivencia o independencia.
Necesitamos una desembocadura para la quemadura del sufrimiento, una arboladura para la montura de una sociedad normalizada, una botonadura para la hendidura del terrorismo, una soldadura para la voladura de los puentes del diálogo multipartito. La investidura se producirá y desde Euskadi convendría acompasar ambas nuevas legislaturas, la vasca y la española. Tras la elecciones europeas, tras el enésimo esfuerzo de divulgación por el tripartito (PNV-EA-IU) del Proyecto de Nuevo Estatuto, tras bajar el PSOE vasco de la grupa del PP de Oreja, tras el reajuste Batasuna-Aralar, y tras el clamor para que ETA desaparezca, sólo quedará dejar que el electorado vasco decida. Sin persecución de unos ni ilegalización de otros, Euskadi será como el feliz y moderno Québec donde se vive muy confortable y solidariamente mientras se convocan periódicos referendos para saber qué forma de interdependencia prefiere la mayoría social.
La holgura nos ha sumergido en la singladura de escuchar la dulzura de la sesión de investidura. La botadura de la figura del PP, el caradura cicuta, ha dado una hechura de mesura al debate parlamentario transformado en llanura sin cerraduras. ¡Qué fácil ha sido todo, en comparación con la chifladura propia de la bajura a la que nos tenía acostumbrados la troglodita postura de la gruta PePera con censura, armadura, crispación y dictadura!
Rodríguez Zapatero parece la finura personificada frente a la negrura fanática de su predecesor imperial, cuya desaparición favorece hasta la misma catadura del ungido Rajoy. El debate fue una guapura de soltura versus la cultura de la esclusa y la locura de la ruptura. ¡Cuánta cura de ternura frente a la anterior basura! ¡Arriba la fritura de enjabonadura y abajo la bravura de mordedura! ¡Altura y anchura sin escoceduras ni rasgaduras!
Sin premura pasaron Duran i Lleida (mucha cintura), Puigcercós (independentismo con largura), Josu Erkoreka (hondura sin fisura), Llamazares y Joan Herrera (ensambladura sin rotura). El resto de grupos pasará mañana, pero hoy fue la misma mixtura de sutura con pintura de tersura y textura frente a la conjura de la herradura.
Pero la moldura de blandura tuvo una desgarradura de envergadura: Al portavoz del PNV se le pidió una rectificación, la única resquebradura en un mar de alabanza mutua. "Euskal Herria o euskal harria" (el Pueblo vasco o la piedra vasca) parece ser la única escarpadura en la que la política española tropieza dos, once y mil veces. Es la natura de la usura, la vieja factura de la costura, la captura de la juntura. El tema vasco como sempiterna torcedura y perpetua rozadura.
Ya no sirve de excusa ni de bula toda la bruma que se ha vertido sobre el "Plan Ibarretxe" para la convivencia de la Comunidad de Euskadi en el Estado español. Sólo la chapuza bruta y bufa de la pervivencia de ETA, con su minuta del tiro en la nuca, trufa la disputa. Bastaría el día que Batasuna, sin más floritura ni atadura, salga de la inclusa con la vacuna de la cordura y alcance una tribuna sin burbujas. Entonces saldremos todos de la jaula, sin más tortura ni viudas, y se podrán explicar los proyectos varios de integración, convivencia o independencia.
Necesitamos una desembocadura para la quemadura del sufrimiento, una arboladura para la montura de una sociedad normalizada, una botonadura para la hendidura del terrorismo, una soldadura para la voladura de los puentes del diálogo multipartito. La investidura se producirá y desde Euskadi convendría acompasar ambas nuevas legislaturas, la vasca y la española. Tras la elecciones europeas, tras el enésimo esfuerzo de divulgación por el tripartito (PNV-EA-IU) del Proyecto de Nuevo Estatuto, tras bajar el PSOE vasco de la grupa del PP de Oreja, tras el reajuste Batasuna-Aralar, y tras el clamor para que ETA desaparezca, sólo quedará dejar que el electorado vasco decida. Sin persecución de unos ni ilegalización de otros, Euskadi será como el feliz y moderno Québec donde se vive muy confortable y solidariamente mientras se convocan periódicos referendos para saber qué forma de interdependencia prefiere la mayoría social.
Un carísimo cuadro para nuestro disfrute
El cuadro The Gross Clinic, de Thomas Eakins, será la pintura estadounidense de antes de la Segunda Guerra Mundial más cara, cuando se venda por 52,36 millones de euros, anunció hoy la Universidad Thomas Jefferson, su propietaria.
Lo positivo designa lo real, por oposición a lo quimérico
"Nosotros somos como protones: gorditos y positivos". |
Oído por ahí... |
Cocodrilos viendo la TV
Las almas, como velas, alumbran consumiéndose y derramando lágrimas.
Somos capaces de ver diariamente las noticias en televisión sin los ojos encharcados por las lágrimas ante la injusticia que reina por el mundo. Aceptamos sin sonrojo que haber nacido en un continente austral como África o Sudamérica implica para la inmensa mayoría de sus habitantes vivir en la precariedad más absoluta. Nuestra piel de televidentes se ha endurecido como la de los reptiles, y sólo lloramos con lágrimas de cocodrilo por el final sentimental de alguna película. Incluso olvidamos que la recia piel de cocodrilo, creyéndose inmune a cualquier ataque, acaba vendiéndose en forma de zapatos o billeteros de lujo.
Las imágenes del jueves sangriento de Madrid nos conmovieron profundamente. Los vagones reventados y las víctimas por doquier estremecieron nuestras almas dormidas. Aquel día, y todavía al mes siguiente, las palabras lloran y las lágrimas hablan. Dicen que los ojos solamente ven bien a través de las lágrimas. Cada lágrima nos enseña a los mortales una verdad. Aprendamos de los trágicos sucesos, de aquel dolor sincero de quienes lloramos en secreto. Somos como recién nacidos: sólo si lloramos sabremos que vivimos.
El 11-M revive los versos de Rubén Darío: "Cuando quiero llorar, no lloro... Y a veces lloro sin querer". Aprendamos a llorar, sí; pero a llorar de pie, continuando tenazmente con nuestro trabajo por la tolerancia, por la paz y por la solidaridad. La existencia humana se reafirma con dos cualidades inmortales: la voluntad y la ternura. Son cualidades propias de todas las personas: la fortaleza y el amor, que nos enseñan a hombres y mujeres que se puede vencer a la brutalidad y a la indolencia que tanto abundan. Todos somos culpables de hacer verter lágrimas o no haberlas enjugado, pero si educamos a nuestros hijos para la constancia y el afecto, en casa y en la escuela, llegará un día en que la humanidad será feliz con el esfuerzo de todas las generaciones que sean necesarias.
Somos capaces de ver diariamente las noticias en televisión sin los ojos encharcados por las lágrimas ante la injusticia que reina por el mundo. Aceptamos sin sonrojo que haber nacido en un continente austral como África o Sudamérica implica para la inmensa mayoría de sus habitantes vivir en la precariedad más absoluta. Nuestra piel de televidentes se ha endurecido como la de los reptiles, y sólo lloramos con lágrimas de cocodrilo por el final sentimental de alguna película. Incluso olvidamos que la recia piel de cocodrilo, creyéndose inmune a cualquier ataque, acaba vendiéndose en forma de zapatos o billeteros de lujo.
Las imágenes del jueves sangriento de Madrid nos conmovieron profundamente. Los vagones reventados y las víctimas por doquier estremecieron nuestras almas dormidas. Aquel día, y todavía al mes siguiente, las palabras lloran y las lágrimas hablan. Dicen que los ojos solamente ven bien a través de las lágrimas. Cada lágrima nos enseña a los mortales una verdad. Aprendamos de los trágicos sucesos, de aquel dolor sincero de quienes lloramos en secreto. Somos como recién nacidos: sólo si lloramos sabremos que vivimos.
El 11-M revive los versos de Rubén Darío: "Cuando quiero llorar, no lloro... Y a veces lloro sin querer". Aprendamos a llorar, sí; pero a llorar de pie, continuando tenazmente con nuestro trabajo por la tolerancia, por la paz y por la solidaridad. La existencia humana se reafirma con dos cualidades inmortales: la voluntad y la ternura. Son cualidades propias de todas las personas: la fortaleza y el amor, que nos enseñan a hombres y mujeres que se puede vencer a la brutalidad y a la indolencia que tanto abundan. Todos somos culpables de hacer verter lágrimas o no haberlas enjugado, pero si educamos a nuestros hijos para la constancia y el afecto, en casa y en la escuela, llegará un día en que la humanidad será feliz con el esfuerzo de todas las generaciones que sean necesarias.
Cada mañana es un misterio
"El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad." |
Victor Hugo. |
De político a profesor
El destino docente del ex-presidente es un inquietante ascenso inmerecido.
Como profesor titular quisiera dirigir unas palabras al futuro 'colega y profesor asociado' Aznar. El profesorado, a veces con el ánimo de simplificar los temas para el alumnado, cometemos dos errores nefastos que conviene prevenir. El primer fallo radica en renunciar a la complejidad de la realidad o de las áreas de conocimiento: Evítense las simplificaciones peligrosas como sólo hay una forma de combatir la violencia, quien no está conmigo hace apología del terrorismo, ETA = HB = PNV = IU = PSOE,… porque al final la sociedad puede confundir Al Qaeda = Política del PP. El segundo desacierto gravísimo reside en considerar al estudiantado o a la ciudadanía como individuos no integrales: Recuérdese que las normas escolares, las reglas sociales o las leyes (incluidas las Constituciones) deben ser como las ropas, destinadas a que la gente se sienta cómoda dentro de ellas, no a uniformar ni a encorsetar las libertades humanas.
William George Ward estableció una escala con cuatro estrictas categorías para los docentes: "El profesor mediocre, dice. El buen profesor, explica. El profesor superior, demuestra. El gran profesor, inspira". No mencionó a los supuestos enseñantes, que sólo son conferenciantes contratados para dar relumbrón y que incumplen la descripción de Henry Brooks Adams: "Un profesor trabaja para la eternidad: nadie puede decir dónde acaba su influencia".
Sin duda es buena noticia, para muchos, el alejamiento de Aznar de la política, aunque sea hacia esa pseudo-enseñanza de dos semanas al año. Pero indudablemente sería mucho más efectivo el traslado genérico de educadores, y de quienes conocen de cerca la injusta realidad social, hacia puestos públicos con capacidad de decisión para fortalecer la solidaridad cívica y garantizar una vida de calidad para todas las personas.
Como profesor titular quisiera dirigir unas palabras al futuro 'colega y profesor asociado' Aznar. El profesorado, a veces con el ánimo de simplificar los temas para el alumnado, cometemos dos errores nefastos que conviene prevenir. El primer fallo radica en renunciar a la complejidad de la realidad o de las áreas de conocimiento: Evítense las simplificaciones peligrosas como sólo hay una forma de combatir la violencia, quien no está conmigo hace apología del terrorismo, ETA = HB = PNV = IU = PSOE,… porque al final la sociedad puede confundir Al Qaeda = Política del PP. El segundo desacierto gravísimo reside en considerar al estudiantado o a la ciudadanía como individuos no integrales: Recuérdese que las normas escolares, las reglas sociales o las leyes (incluidas las Constituciones) deben ser como las ropas, destinadas a que la gente se sienta cómoda dentro de ellas, no a uniformar ni a encorsetar las libertades humanas.
William George Ward estableció una escala con cuatro estrictas categorías para los docentes: "El profesor mediocre, dice. El buen profesor, explica. El profesor superior, demuestra. El gran profesor, inspira". No mencionó a los supuestos enseñantes, que sólo son conferenciantes contratados para dar relumbrón y que incumplen la descripción de Henry Brooks Adams: "Un profesor trabaja para la eternidad: nadie puede decir dónde acaba su influencia".
Sin duda es buena noticia, para muchos, el alejamiento de Aznar de la política, aunque sea hacia esa pseudo-enseñanza de dos semanas al año. Pero indudablemente sería mucho más efectivo el traslado genérico de educadores, y de quienes conocen de cerca la injusta realidad social, hacia puestos públicos con capacidad de decisión para fortalecer la solidaridad cívica y garantizar una vida de calidad para todas las personas.
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